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Eduardo Z
como se citó en Echeburúa, Corral y Amor, 2004) un delito violento es cualquier evento
psicológicos usuales.
Todo trauma, como por ejemplo un delito violento, conlleva a una fractura en el
familia próxima. Además del sufrimiento que genera en la victima, también modifica
toda la estructura familiar (Hanson, Kilpatrick, Falsetti y Resnick, 1995; como se citó en
Echeburúa, Corral y Amor, 2004). Aun con todo lo dicho, tradicionalmente, el Derecho
Penal ha centrado toda su atención a las lesiones físicas de las víctimas, dejando de
violencia psíquica como delito en algunos países (Echeburúa, Corral y Amor, 2004).
El quantum doloris, es decir la evaluación del daño psíquico padecido por las
victimas es esencial para la planeación del tratamiento, para tipificar los daños
laboral (Echeburúa, Corral y Amor, 2004). El daño psicológico necesita ser evaluado en
las personas cercanas a las víctimas de los sucesos violentos, dichas personas,
aunque no son víctimas directas, también sufren por la ocurrencia del mismo. Por
ejemplo, el caso de las madres que han padecido el shock tremendo de la agresión
sexual y asesinato de una hija o el de los hijos que se ven forzados toscamente a
persona pasa por una serie de fases, en primera instancia experimenta sentimientos de
dolor, tristeza, impotencia o rabia, luego, de dolor e impotencia, y por ultimo de dolor y
soledad (esto no siempre mejora con el paso del tiempo) (Finkelhor y Kendall-Tackett,
El daño psicológico engloba a dos fenómenos, por un lado las lesiones psíquicas
y por otro las secuelas emocionales, las primeras se producen por un delito violento, y
en algunos casos desaparecen con el paso del tiempo, el apoyo social o un tratamiento
el individuo de manera crónica, a raíz del evento sufrido, e interfiere con su vida diaria.
Ambos casos derivan del daño psíquico consecuencia de un evento negativo que
según Esbec (2000; como se citó en Echeburúa et al., 2004), son, sentimientos
peligroso, y pérdida de control sobre la propia vida; cambio drástico en el estilo de vida,
vida o a la integridad psicológica, una lesión física grave, la percepción del daño como
otras personas (en especial si se trata de un ser querido o un ser indefenso), son las
donde hay heridas físicas como consecuencia del delito, el daño psicológico es mayor
que en los casos donde no hay lesiones físicas. Este caso es algo especial, ya que, el
herido físicamente presenta mayor daño psicológico, sin embargo, aquel que no
presenta heridas tiene un menor grado de apoyo social y familiar respecto a aquellos
con heridas físicas, este hecho hace que el los heridos físicamente tengan un mejor
víctimas directas, excepto en los casos donde las ultimas hayan sido heridas
requiere muchos cuidados, que cuando la víctima fallece (Echeburúa, Corral y Amor,
2004).
embotellamiento derivado del estado de shock, llegan vivencia afectivas con un tono
más dramático, dolor, indignación, rabia, impotencia, culpa, miedo, que alternan con
como, una película violenta, el aniversario del delito, Navidad, entre otros (Echeburúa,
ejemplo, divorcio, estrés laboral etcétera. La valoración del daño se hace con arreglo a
las categorías de discapacidad y minusvalía (Esbec, 2000; como se citó en Echeburúa,
2004).
El concepto de lesión psíquica alude a una alteración clínica aguda que padece
una persona derivado de haber vivido un delito violento, y además incapacita de forma
personal, laboral, familiar o social. Este fenómeno es medible por medio de ciertos
personal más de prejuicio a los bienes inmateriales del honor o de la libertad que de
son las lesiones psíquicas más comunes. A nivel cognitivo la victima puede sentirse
de no se va con el paso del tiempo ni con tratamiento. Se está, por tanto, frente a una
alteración no reversible en el funcionamiento psicológico usual o, dicho de otra forma,
En las víctimas de delitos violentos las secuelas psíquicas más comunes son
mantienen durante por lo menos dos años y llevan a un deterioro de las relaciones
Corral y Amor, 2004). De acuerdo con Echeburúa, Corral y Amor (2000; como se citó
secuela no reversibles del trastorno de estrés postraumático, que puede aparecer como
Amor, 2004). Algunas veces no es fácil conectar el daño psicológico sufrido ahora con
causalidad delito violento – lesión psíquica es muy importante para efectos penales y
variables involucradas, las cuales son necesarias pero no suficientes para hacer daño
presentes en la victima antes del delito violento, pudiendo estar asociadas a un factor
de vulnerabilidad en la victima (e.g. una mujer que ha sido violada recientemente y que
fue abusada sexualmente en la infancia), simultaneas (e.g. haber sido infectado de sida
en una agresión sexual) o posteriores (e.g. haber sufrido una agresión sexual o la
implican, en esta última variable, una complicación del cuadro clínico, derivado de una
factores de riesgo de delitos violentos y aquellas con vulnerabilidad, las primeras (e.g.
mujer, joven, vivir sola, consumo de alcohol y/o drogas en exceso, deficiencia mental,
etc.), son atractivas para el agresor, sin embargo, en cuanto a las segundas, pueden
amplificar el daño psicológico del delito en la víctima (Echeburúa, Corral y Amor, 2004).
forma de ver el evento sufrido. La peculiaridad del evento de ser inesperado y el nivel
psicológicos de afrontamiento con los que se cuenta. Todo esto, determina el grado de
cotidiana, suelen ser las consecuencias de los delitos violentos (e.g. agresión sexual,