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Derechos sociales y de las familias:

Los Derechos Sociales: En nuestra Constitución luego de los derechos políticos, encontramos los
Derechos Sociales y de las Familias. En este capítulo postulan el reconocimiento de la familia, la
maternidad, el matrimonio y la seguridad social. Su finalidad, es comprender y garantizar el
derecho al trabajo y a su adecuada remuneración a los trabajadores y velar por la salud de la
población sin recursos para pagar servicios médicos, y públicos y garantizar a los niños, niñas,
adolescentes, jóvenes y ancianos el pleno ejercicio de sus derechos y garantías. Los derechos
sociales favorecen a una convivencia organizada y justa, y como obligación por parte del Estado de
crear servicios y garantizar con leyes pertinentes, la participación efectiva de todos en el goce de
los derechos civiles y muy especialmente en la riqueza del país, que debe ser el patrimonio de
todos. Protección de la Familia Al primer aspecto de los derechos sociales se refieren los artículos
75, 76, 77, 78, 79, 80, 81 Y 82 de la Constitución.

CRBV Artículo 75 El Estado protegerá a las familias como asociación natural de la sociedad y como
el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas. Las relaciones familiares se
basan en la igualdad de derechos y deberes, la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión
mutua y el respeto recíproco entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la madre, al
padre o a quienes ejerzan la jefatura de la familia.

Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados o criadas y a desarrollarse en el
seno de su familia de origen. Cuando ello sea imposible o contrario a su interés superior, tendrán
derecho a una familia sustituta, de conformidad con la ley. La adopción tiene efectos similares a la
filiación y se establece siempre en beneficio del adoptado o la adoptada, de conformidad con la
ley. La adopción internacional es subsidiaria de la nacional.

CRBV Artículo 77 Se protege el matrimonio entre un hombre y una mujer, fundado en el libre
consentimiento y en la igualdad absoluta de los derechos y deberes de los cónyuges. Las uniones
estables de hecho entre un hombre y una mujer que cumplan los requisitos establecidos en la ley
producirán los mismos efectos que el matrimonio.

CRBV Artículo 78 Los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán
protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados, los cuales respetarán,
garantizarán y desarrollarán los contenidos de esta Constitución, la Convención sobre los Derechos
del Niño y demás tratados internacionales que en esta materia haya suscrito y ratificado la
República. El Estado, las familias y la sociedad asegurarán, con prioridad absoluta, protección
integral, para lo cual se tomará en cuenta su interés superior en las decisiones y acciones que les
conciernan. El Estado promoverá su incorporación progresiva a la ciudadanía activa, y creará un
sistema rector nacional para la protección integral de los niños, niñas y adolescentes.

CRBV Artículo 79 Los jóvenes y las jóvenes tienen el derecho y el deber de ser sujetos activos del
proceso de desarrollo. El Estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, creará
oportunidades para estimular su tránsito productivo hacia la vida adulta y, en particular, para la
capacitación y el acceso al primer empleo, de conformidad con la ley.

CRBV Artículo 80 El Estado garantizará a los ancianos y ancianas el pleno ejercicio de sus derechos
y garantías. El Estado, con la participación solidaria de las familias y la sociedad, está obligado a
respetar su dignidad humana, su autonomía y les garantizará atención integral y los beneficios de
la seguridad social que eleven y aseguren su calidad de vida. Las pensiones y jubilaciones
otorgadas mediante el sistema de Seguridad Social no podrán ser inferiores al salario mínimo
urbano. A los ancianos y ancianas se les garantizará el derecho a un trabajo acorde con aquellos y
aquellas que manifiesten su deseo y estén en capacidad para ello.

Derechos culturales y educativos:


La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece el derecho a la cultura como
uno de los valores fundamentales de la sociedad venezolana, y a tal efecto en el Título III » De los
Deberes, Derechos Humanos y Garantías», destina un Capítulo especial (VI) de dicho Título, a los
«derechos culturales y educativos.»

Surgen así, con fundamento en la Constitución, los principios rectores del Derecho dela Cultura
conformado por todas las normas infra constitucionales, esto es, legales y sub-legales que regulan
en escala descendente los diferentes tópicos de la organización y de la gestión cultural pública. El
Derecho dela Cultura como régimen jurídico administrativo especial, se basa e inspira en los
derechos culturales de rango constitucional, o derechos fundamentales.

1. Creación cultural y propiedad intelectual

1.1. La libertad de la creación cultural (Art. 98). Es al mismo tiempo un principio -rector-, un
derecho básico y un valor material, La libertad de creación cultural está articulada al libre
desenvolvimientos de la personalidad, sin más limitaciones que las que derivan del derecho de los
demás y del orden público y social (Art. 20), a la libre expresión del pensamiento (Art. 57), a la
comunicación libre y plural (Art. 58), a la libertad de religión y culto (Art. 59), a la libertad de
conciencia y a manifestarla (Art. 61) Y a la libertad de trabajo y empresa (Art. 112).

1.2. Los Derechos constitucionales que se derivan de la libertad de creación cultural. Son: a) El
derecho a la inversión, producción y divulgación de la obra creativa, científica, tecnológica y
humanística. b) El derecho a la propiedad intelectual que incluye: b.l) La protección legal del
derecho de autor o creadores sobre sus obras científicas, literarias y artísticas y b.2) La de
propiedad industrial que comprende las invenciones, innovaciones, denominaciones, patentes,
marcas y lemas. c) El derecho a la emisión, recepción y circulación de la información cultural, en
particular el derecho de los creadores a que los medios de comunicación coadyuven a la difusión
de sus obras (Arts. 98 y 101).

2. Administración Cultural Pública

En cuanto a la administración cultural pública, la Constitución tiene como objetivo, la creación de


un sistema nacional de la cultura integrado por un conjunto de políticas con sus correspondientes
recursos, instancias y procesos de desarrollo institucional, las estructuras y entes que definen la
acción del sector en todo el territorio nacional, a través de un Plan Nacional dela Cultura y los
programas y proyectos que lo desarrollan, que posibiliten el desarrollo cultural y el acceso de la
comunidad a los bienes y servicios culturales según los principios de descentralización,
participación y autonomía. Todo lo cual conduce a: 1. Una autonomía de la administración cultural
pública como principio organizativo y funcional (Art. 99), organizada bajo las técnicas de la
descentralización y la desconcentración administrativa; 2) La consagración de los principios de una
administración cultural pública, abierta, democrática, participativa e interdisciplinaria; 3) La
creación de un Instituto Nacional dela Cultura; 4) El establecimiento de mecanismos para
garantizar la participación de los creadores y de la comunidad organizada en la elaboración del
plan nacional de la cultura; 5) La incorporación de los Estados y los Municipios, sin perjuicio de su
autonomía constitucional y legal, al sistema nacional de la cultura; y 6) La garantía de un
porcentaje determinado del presupuesto anual dela Administración pública Nacional¡ de los
Estados y Municipios, destinados a la gestión cultural pública.

3. Patrimonio cultural de la Nación

La Constitución consagra la garantía estatal de la protección, preservación, enriquecimiento,


conservación y restauración del patrimonio cultural tangible e intangible y la memoria histórica
dela Nación (Art. 99). En tal sentido, el patrimonio cultural dela Nación está constituido por todos
los bienes y valores culturales de la nacionalidad venezolana, tales como la tradición, las
costumbres y los mitos colectivos, así como el conjunto de bienes inmateriales y materiales
muebles e inmuebles que posean un especial interés histórico, artístico, estético, plástico,
arquitectónico, urbano, arqueológico, ambiental y otros.

Se califican los bienes que constituyen el patrimonio cultural dela Nación como bienes
inalienables, imprescriptibles e inembargables, por tanto, del dominio público (Art. 99).

se consagra también el derecho de las personas y comunidades a la protección, preservación,


enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural dela Nación; así como
también, al uso y disfrute de los bienes que constituyen dicho patrimonio.

Se establece un procedimiento para la declaratoria de bienes culturales como bienes del


patrimonio cultural dela Nación.

Los bienes culturales de propiedad privada por su interés o utilidad pública quedan sujetos a las
cargas y obligaciones que determine la ley.

Se consagra además un régimen de penas y sanciones para reprimir los delitos y las infracciones
administrativas contra la protección y la conservación de los bienes del patrimonio cultural de la
nación (Art. 99); y además, la obligatoriedad de incorporar en el proceso educativo, la valoración
del patrimonio cultural y la memoria histórica dela Nación

4. Cultura popular y trabajadores culturales

Las culturas populares constitutivas de la venezolanidad gozan de atención especial,


reconociéndose y respetándose la interculturalidad bajo el principio de igualdad de las culturas. La
ley establecerá incentivos y estímulos para las personas, instituciones y comunidades que
promuevan, apoyen, desarrollen o financien planes, programas y actividades culturales en el país,
así como la cultura venezolana en el exterior. El Estado garantizará a los trabajadores y
trabajadoras culturales su incorporación al sistema de seguridad social que les permita una vida
digna, reconociendo las particularidades del quehacer cultural, de conformidad con la ley. (Art.
100).

5. Información cultural
En cuanto a la información cultural, el Estado garantiza su emisión, recepción y circulación. En tal
sentido los medios de comunicación están en el deber de coadyuvar a la difusión de los valores de
la tradición popular y la obra de los artistas, escritores, compositores, cineastas, científicos y
demás creadores culturales del país. Es una obligación para los medios televisivos incorporar
subtítulos y traducción a la lengua de señas para las personas con problemas de audición. En todo
caso, la legislación pautará los términos y modalidades de dichas obligaciones (Art. 101)

6. Derecho a la Educación

Con toda claridad expresa la Carta de 1999 la filosofía de la educación con las siguientes palabras:

La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y


obligatoria. El Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus
niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico
al servicio de la sociedad. La educación es un servicio público y está fundamentada en el respeto a
todas las corrientes del pensamiento, con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada
ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática basada en la
valoración ética del trabajo y en la participación activa, consciente y solidaria en los procesos de
transformación social consustanciados con los valores de la identidad nacional, y con una visión
latinoamericana y universal. El Estado, con la participación de las familias y la sociedad, promoverá
el proceso de educación ciudadana de acuerdo con los principios contenidos de esta Constitución
y en la ley. (Art. 102).

Función primordial del Estado es la de proporcionar a todos sus habitantes la formación cultural y
moral indispensable para que puedan enfrentar en igualdad de condiciones las dificultades de la
vida y formar una sociedad capaz de realizar una convivencia justa y ord3nada. El Estado cumple
esa función creando y sosteniendo instituciones y servicios suficientemente dotados para asegurar
el acceso, permanencia y culminación en el sistema educativo, sin más limitaciones que las
derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones; además, la ley garantizará igual atención a las
personas con necesidades especiales o con discapacidad y a quienes se encuentren privados de su
libertad o carezcan de condiciones básicas para su incorporación y permanencia en el sistema
educativo (Art. 103). Y para facilitar aún más el acercamiento de todas las personas a una
educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, la
disposición agrega que, además de ser obligatoria en todos sus niveles, la impartida en las
instituciones del Estado es gratuita hasta el pregrado universitario.

De la propia manera la educación se vería seriamente comprometida si, como ocurrió durante las
épocas dictatoriales y aún después, los profesionales de la enseñanza sean los funcionarios peor
pagados del Estado. Maestro de escuela- y educador fueron por muchos años términos
intercambiables. Era necesario dignificar moral y materialmente a los servidores de la educación y
por ello la nueva Constitución, consagrando lo que ya es doctrina de los gobiernos democráticos,
establece que:

La educación estará a cargo de personas de reconocida moralidad y de comprobada idoneidad


académica. El Estado estimulará su actualización permanente y les garantizará la estabilidad en el
ejercicio de la carrera docente, bien sea pública o privada, atendiendo a esta Constitución y a la
ley, en un régimen de trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión. El ingreso, promoción y
permanencia en el sistema educativo, serán establecidos por ley y responderá a criterios de
evaluación de méritos, sin injerencia partidista o de otra naturaleza no académica. (Art. 104).

7. Libertad de Enseñanza

Tradicionalmente incluida en todas las constituciones entre los derechos individuales, la libertad
de enseñanza ocupó en la Constitución del 47 un capítulo especial con el nombre «De la
educación». En la nueva Carta por su evidente conexión con el derecho a la educación, se le
colocó; a diferencia dela Constitución anterior, entre los «Derechos Culturales y Educativos», La
define el artículo 106 en estos términos:

Toda persona natural o jurídica, previa demostración de su capacidad, cuando cumpla de manera
permanente con los requisitos éticos, académicos, científicos, económicos, de infraestructura y los
demás que la ley establezca, puede fundar y mantener instituciones educativas privadas bajo la
estricta inspección y vigilancia del Estado, previa aceptación de éste.

Aunque vinculados a la materia educacional como otros muchos esparcidos en el texto


constitucional, los artículos 105, 107 y 108 revelan el carácter detallista dela Constitución. No era,
en efecto, necesario que ella dijese en el artículo 105 que la «ley determinará las profesiones que
requieren título y las condiciones que deben cumplirse para ejercerlas, incluyendo la colegiación».
Habiéndose reservado el poder nacional la facultad de legislar sobre educación así como la
reglamentación de los Derechos Humanos, no es dudosa la competencia dela Asamblea Nacional
para establecer en las leyes respectivas la obligación de poseer títulos oficiales para el ejercicio de
determinadas profesiones, como ocurrió siempre con las llamadas profesiones liberales. Asimismo
para imponer la colegiación para el ejercicio de profesiones universitarias.

se ha conformado con fijar las condiciones y beneficios que debe contener la legislación en
materia educativa en provecho de las clases populares. Con la mira de regularla con la mayor
amplitud ha considerado (Art. 107) la obligatoriedad de la educación ambiental en todos los
niveles y modalidades del sistema educativo; así como también en lo que respecta a la enseñanza
de la lengua castellana, la historia y la geografía de Venezuela, así como los principios del ideario
bolivariano, en las instituciones públicas y privadas hasta el ciclo diversificado.

De no menor importancia que la educación ambiental, es la acogida en la Ley Fundamental de los


medios de comunicación social, públicos y privados, que deben también contribuir a la formación
ciudadana. El reconocimiento de la prensa, radio, televisión e informática, esto es, de las nuevas
tecnologías en el campo de las comunicaciones, para la mejor formación de los ciudadanos, es de
fecha muy reciente, en nuestro país. En la actualidad, a nivel mundial, trata de ser regulada con
relativo éxito en las modernas constituciones. El artículo 108 dela Carta vigente establece que:
«Los medios de comunicación social, públicos y privados, deben contribuir a la formación
ciudadana. El Estado garantizará servicios públicos de radio, televisión y redes de bibliotecas y de
informática, con el fin de permitir el acceso universal a la información. Los centros educativos
deben incorporar el conocimiento y aplicación de las nuevas tecnologías, de sus innovaciones,
según los requisitos que establezca la ley».

8. Autonomía Universitaria
El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y jerarquía que permite a los
profesores, profesoras, estudiantes, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a la
búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica, humanística y tecnológica, para
beneficio espiritual y material dela Nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de
gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio bajo el control y vigilancia
que a tales efectos establezca la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar,
organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación, docencia y extensión. Se establece
la inviolabilidad del recinto universitario. Las universidades nacionales experimentales, alcanzarán
su autonomía de conformidad con la ley. (Art. 109).

9. Ciencia y tecnología

El Estado reconocerá el interés público de la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la innovación y


sus aplicaciones y los servicios de información necesarios por ser instrumentos fundamentales
para el desarrollo económico, social y político del país, así como para la seguridad y soberanía
nacional. Para el fomento y desarrollo de esas actividades, el Estado destinará recursos suficientes
y creará el sistema nacional de ciencia y tecnología de acuerdo con la ley. El sector privado deberá
aportar recursos para los mismos. El Estado garantizará el cumplimiento de los principios éticos y
legales que deben regir las actividades de investigación científica, humanística y tecnológica. La ley
determinará los modos y medios para dar cumplimiento a esta garantía. (Art. 110).

10. Derecho al Deporte y a la Recreación

Todas las personas tienen derecho al deporte y a la recreación como actividades que benefician la
calidad de vida individual y colectiva. El Estado asumirá el deporte y la recreación como política de
educación y salud pública y garantizará los recursos para su promoción. La educación física y el
deporte cumplen un papel fundamental en la formación integral de la niñez y adolescencia. Su
enseñanza es obligatoria en todos los niveles de la educación pública y privada hasta el ciclo
diversificado, con las excepciones que establezca la ley. El Estado garantizará la atención integral
de los y las deportistas sin discriminación alguna, así como el apoyo al deporte de alta
competencia y la evaluación y regulación de las entidades deportivas del sector público y del
privado, de conformidad con la ley.

La ley establecerá incentivos y estímulos a las personas, instituciones y comunidades que


promuevan a los y las atletas y desarrollen o financien planes, programas y actividades deportivas
en el país. (Art. 111).

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