ACTITUDES RESPETUOSAS CONSIGO MISMO, LOS DEMÁS, LA NATURALEZA Y LO
TRASCENDENTE.
¿Qué significa el respeto a sí mismo?
Respetarse a sí mismo significa tener una actitud positiva hacia tu derecho de vivir y ser feliz. Cuando te respetes a ti mismo de una manera adecuada, los demás te respetaran también.
RESPETO POR MI IDENTIDAD.
Nuestro nombre es muy importante, nos acompañara siempre en cualquier sitio, aunque no estemos presentes. Es una palabra trascendente pues será asociado a nuestra persona cada vez que nos recuerden. Nos identifica y encierra el afecto de quienes nos ayudaron a crecer y de los que nos aman. Nuestro nombre no es solo una palabra igual a otras, por que quienes nos quieren y protegen lo han elegido para llamarnos, poniendo afecto en que nos gustará escuchar su sonido o verlo escrito. Una de las primeras palabras que aprendemos a reconocer es nuestro nombre, mucho antes de poder pronunciarlo.
RESPETO POR MI CUERPO.
El cuerpo es la presencia en el mundo de la condición humana. Nadie es persona sin su cuerpo, pero no es solo el cuerpo lo que nos hace personas. A través de él nos expresamos, y también nos identificamos, es nuestra parte más visible. Es la conexión con el mundo que nos rodea y siempre estamos poniéndolo en juego: en cada acción, durante nuestras actividades, descanso y comunicación. Por eso debemos prestarle atención, considerarlo, valorarlo y respetarlo.
RESPETO POR MI MENTE.
Si hay algo que distingue a las personas del resto de los seres vivos, es su capacidad de razonar, pensar y transmitir conocimientos. La parte de nuestro cuerpo que se ocupa de esta importante misión es el cerebro. A esa capacidad intelectual la llamamos mente. Al igual que nuestra identidad o cuerpo, nuestra mente requiere un cuidado especial, aunque tal vez más profundo, pues de su buen funcionamiento dependerán nuestras actitudes y comportamientos en general.
RESPETO POR LOS DEMÁS.
Respetar a los demás significa no juzgarlos por decisiones de su vida de la cual no formamos parte. El respeto hacia los demás es una actitud permanente de palabra y hechos, donde el respeto mutuo garantiza una forma armoniosa de convivencia. Respetar es una actitud de ida y vuelta y para que seamos respetados, debemos empezar por respetarnos, primero, a nosotros mismos.
RESPETAR EL AMBIENTE EN QUE VIVO: LA NATURALEZA.
El respeto por la naturaleza es una cuestión de sentido común. Es evidente que estamos destruyendo la naturaleza, es decir, nuestra fuente de vida. En un plazo de pocas décadas estará en juego la vida de millones de especies, incluida la nuestra. Por consiguiente, respetar la naturaleza es una cuestión de supervivencia. No podemos respetar a la naturaleza si no nos podemos respetar a nosotros mismos. Todas las culturas de la historia han entendido el mundo como un gran organismo vivo que no depende de nosotros, sino que nosotros dependemos de él porque también somos parte de la naturaleza que camina, respira, piensa y habla. Necesitamos urgente una nueva actitud y compromiso y respeto con la naturaleza para cuidarla y protegerla porque es nuestra casa común donde vivimos todos.