Machine Translated by Google

Anestesiología Terapia Intensiva

2015, vol. 47, s1–s5
ISSN 0209–1712
10.5603/AIT.a2015.0070
EDITORIAL www.ait.viamedica.pl

Es hora de considerar las cuatro D del manejo de fluidos

Manu GNL Malbrain1 , Niels Van Regenmortel1 , Radoslaw Owczuk 2

1Departamento de Medicina de Cuidados Intensivos y Unidad de Cuidados Superiores de Quemados, Hospital Network Antwerp,
ZNA Stuivenberg, Amberes, Bélgica
2Departamento de Anestesiología y Terapia Intensiva, Universidad Médica de Gdaÿsk, Polonia

Estamos muy contentos de presentarles este número especial de criterios de valoración clínicamente relevantes generales como resultados

Anestesiología y Terapia Intensiva (AIT) que contiene las Actas de los secundarios. Contrariamente a la hipótesis, los autores observaron una

Quintos Días Internacionales de la Academia de Fluidos (iFAD) con algunas proporción idéntica de pacientes que desarrollaron DRA en los dos grupos

reseñas excelentes de expertos de renombre internacional en este de tratamiento (9,6% en el grupo de soluciones balanceadas vs. 9,2% en

fascinante campo. Este 5.º aniversario de iFAD ofrecerá una vez más un el grupo de NaCl al 0,9%), así como un uso similar de medicamentos

programa compacto de dos días sobre el manejo clínico de fluidos y renales. tratamiento sustitutivo y mortalidad intrahospitalaria.
también enfatizará el papel de la monitorización hemodinámica. La Aunque el ensayo se realizó y analizó con una metodología rigurosa

declaración de misión de la iFA es fomentar la educación, promover la (validez interna) y representa un avance muy importante en el campo,
investigación sobre el manejo de fluidos y la monitorización hemodinámica también tiene algunas limitaciones importantes que dejan algunas preguntas

y, por lo tanto, mejorar la supervivencia de los enfermos graves reuniendo importantes sin respuesta: En primer lugar, la población de estudio incluida

a médicos, enfermeras y otras personas de todo el mundo y de una estaba compuesta, en su la gran mayoría de los pacientes posoperatorios,
variedad de disciplinas clínicas. Recientemente, la comunidad médica después de una cirugía electiva (principalmente cardiovascular), con una

pareció reconocer la importancia de considerar los fluidos más allá de su pequeña incidencia de comorbilidades (y una puntuación APACHE II

papel como fluidos de reemplazo o mantenimiento o para la mera relativamente baja), otros subgrupos (como sepsis y trauma) tenían un

estabilización hemodinámica, y manejarlos como cualquier otro fármaco pequeño número de pacientes incluido (menos del 5%). En segundo lugar,

que administramos a nuestros pacientes [1, 2]. más del 90 % de los pacientes habían estado expuestos a líquidos
intravenosos antes de la inscripción, mientras que la mayoría de los líquidos

previos a la inscripción eran cristaloides balanceados. Dado que la

SOLUCIONES EQUILIBRADAS Y DESEQUILIBRADAS diferencia de iones fuertes de Plasma-Lyte es bastante alta, 50 mEq L-1
Los efectos secundarios de los líquidos son sin duda más que (mientras que la diferencia de iones fuertes de un fluido para evitar cambios

importante. La solución salina normal, que sigue siendo una de las ácido-base es de alrededor de 24 mEq L-1), es posible que el efecto

soluciones cristaloides intravenosas más empleadas, presenta un contenido acidificante de salino en el juicio fue aniquilado por este hecho. En tercer
no fisiológicamente alto de Cl– (y Na+), y se sabe desde hace mucho lugar, solo se utilizaron volúmenes bajos de NaCl (es decir, una mediana

tiempo que induce acidosis metabólica hiperclorémica. A pesar de que de 2 L por estadía completa en la UCI) y, como tal, no se puede extrapolar

algunos estudios (principalmente no controlados o retrospectivos) han a la reanimación de gran volumen en pacientes con, por ejemplo, shock

demostrado que las soluciones desequilibradas pueden no ser tan inocentes séptico, quemaduras, shock hemorrágico, trauma, cetoacidosis diabética,

como se pensaba anteriormente [3-5], solo recientemente, el estudio SPLIT etc. Finalmente, no se han medido los efectos de ambos tratamientos sobre
ha arrojado nueva luz sobre este tema [6]. Este ensayo (la solución salina la concentración plasmática de Cl–, por lo que es imposible evaluar el papel

al 0,9 % frente a Plasma-Lyte 148 para la terapia de fluidos en la unidad de potencial en el deterioro de la función renal durante la fluidoterapia. Como

cuidados intensivos) es el primer gran ensayo controlado aleatorio que han concluido los autores, estos hallazgos, si bien muestran un efecto

compara los efectos clínicos de dos tipos diferentes de cristaloides [6]. neutro de las dos estrategias en pacientes postoperados, dejan sin resolver
En este ensayo cruzado doble, aleatorizado por grupos, doble ciego, los posibles efectos de las soluciones balanceadas intravenosas en
realizado en 4 UCI de Nueva Zelanda, se inscribieron 2278 pacientes de poblaciones de alto riesgo, más expuestas a la fluidoterapia y con riesgo

UCI que necesitaban terapia con líquidos cristaloides para recibir NaCl al de LRA. La conclusión es que el estudio proporciona la seguridad de que

0,9 % o Plasma-Lyte 148, como una solución equilibrada, según un bloque en la cirugía electiva o en pacientes en estado crítico moderadamente
alterno de 7 semanas para cada UCI específica. El estudio fue diseñado enfermos, administrar hasta un máximo de 2 L de NaCl al 0,9 % (durante

para evaluar la proporción de pacientes con lesión renal aguda (AKI) toda la estadía en la UCI) no aumenta el riesgo de LRA en comparación

durante los primeros 90 días después de la inscripción como resultado con Plasma- Lyte 148.

primario, y para evaluar sev

s1
Machine Translated by Google
Anaesthesiol Intensive Ther 2015, vol. 47, s1–s5
Aunque se necesitan más datos y estudios para resolver esta cuestión,
mientras tanto queremos tener precaución en el uso de “solución salina
normal” como líquido de reanimación más allá de los 2 L estudiados.
en el ensayo SPLIT.
LÍQUIDOS MÁS ALLÁ DE LA REANIMACIÓN
Es imperativo reconocer que existen tres indicaciones principales
para la fluidoterapia. El Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y
Atención (NICE) del Reino Unido proporcionó recientemente un conjunto
completo de pautas, algoritmos e instrucciones para la terapia de fluidos
intravenosos en pacientes adultos hospitalizados [7]. Las directrices
GIFTASUP, algo más antiguas [8], resumen la evidencia específicamente
para el manejo de pacientes quirúrgicos. Las tres indicaciones son las
siguientes:
Líquidos de reanimación para corregir un volumen intravascular
Déficit o hipovolemia aguda. Es esta indicación particular la que ha
recibido la mayor atención científica con diferencia, especialmente a la luz
del reciente debate sobre coloide-cristaloides.
Por lo tanto, a veces se pasa por alto que una gran parte del volumen total
infundido durante la estancia de un paciente en el hospital no entra en esta
categoría.
Las soluciones de mantenimiento se dan específicamente para cubrir
las necesidades basales diarias de agua y electrolitos del paciente.
Están específicamente destinados a cubrir las necesidades diarias. Estas
necesidades diarias básicas son agua, en una cantidad de 25-30 mL kg-1
de peso corporal, 1 mEq kg-1 de sodio y 1 mEq kg-1 de potasio al día.
Fácilmente se aprecia que con un litro de NaCl 0,9%, con un contenido de
sodio de 154 mEq L-1 ya se supera groseramente la necesidad diaria de
sal [9]. Hay un debate en curso, esp. en poblaciones pediátricas, sobre la
tonicidad de la infusión de mantenimiento. Estamos totalmente en
desacuerdo con que en su reciente revisión en el New England Journal of
Medicine [10], Moritz y Ayus hayan cerrado una controversia que está lejos
de ser resuelta. En primer lugar, incluso en pediatría es injusto medir la
calidad de las soluciones de mantenimiento principalmente en un parámetro
de resultado que puede ocurrir en un solo brazo de tratamiento y, por lo
tanto, probar que una solución que contiene 50 mEq L-1 de sodio implica
un mayor riesgo de disminución sodio plasmático normal que una solución
que contiene 154 mEq L-1. En segundo lugar, los autores extrapolan sus
conclusiones a la atención de adultos basándose en no más de un ensayo
pequeño de 29 años en una subpoblación específica [11]. En nuestra
opinión, la mayoría de los casos de hiponatremia se pueden prevenir
mediante un juicio clínico cuidadoso y un seguimiento mediante la
identificación rigurosa (apropiada) de la secreción de ADH debido a una
hipovolemia mal corregida. Además, no se debe pasar por alto que la
hiponatremia a menudo funciona como un indicador más que como una
causa de la gravedad de la enfermedad (p. ej., cirrosis, insuficiencia
cardíaca, etc.). Sobre todo, no se puede ignorar la evidencia de calidad
sobre los efectos nocivos de la sobrecarga de sal [2, 12]. En lugar de
abandonar la práctica común y el sentido común, los autores deberían
darse cuenta de que su queja sobre la disidencia científica basada en la
opinión es mutua con nuestra queja sobre su propia opinión.
s2
por. Aunque algunas soluciones de mantenimiento específicas están
disponibles comercialmente en ciertos países, ninguna de ellas cubre las
necesidades diarias precisas del paciente adulto promedio (en su mayoría
contienen muy poco potasio en relación con el contenido de sal y/o agua).
Por tanto, en la práctica será necesario prepararlos añadiendo electrolitos
a preparados de glucosa o dextrosa al 5 ó 10 % fácilmente disponibles.
Dado que la cantidad de líquidos o electrolitos ya administrados por vía
enteral, o como parte de la nutrición parenteral total, debe restarse de la
prescripción de mantenimiento, las principales estrategias para reducir la
administración innecesaria de líquidos son la reducción de los regímenes
de ayuno preoperatorios [13, 14] y la promoción de la alimentación
postoperatoria temprana, incluso después de la cirugía abdominal [15-18].
Perseguir esto es imperativo como primer paso en la reducción de la
morbilidad relacionada con los líquidos.
Las soluciones de reemplazo se prescriben para corregir déficits
existentes o en desarrollo que no pueden compensarse con la ingesta oral,
como se ve en situaciones en las que se pierden líquidos a través de drenajes.
o estomas, fístulas, fiebre, heridas abiertas (incluida la evaporación
durante la cirugía), poliuria (nefropatía perdedora de sal o diabetes insípida)
entre otras. Los datos sobre los líquidos de reemplazo son escasos. Varias
pautas recientes aconsejan que la cantidad de líquido y electrolitos coincida
lo más posible con el líquido que se está perdiendo o se ha perdido [7, 8].
Se puede encontrar una descripción general de la composición de los
diferentes fluidos corporales en las directrices NICE [7]. La mayoría de las
veces, las soluciones equilibradas isotónicas estarán bien, aunque algunas
diarreas pueden ser hipotónicas. Una excepción es la pérdida de líquido
gástrico, que es rico en cloruro y debe ser reemplazado por soluciones
altas en cloruro, como la solución salina normal. Los fluidos de reemplazo
son frecuentemente sobredosificados en el entorno perioperatorio debido
a la idea errónea de que la evaporación durante la cirugía siempre es alta.
Se ha demostrado que incluso las heridas abdominales abiertas con
exposición abundante de órganos se asocian con una pérdida de líquido
de no más de 30 ml por hora [18, 19].
Además, la práctica de utilizar la diuresis como desencadenante de la
administración de líquidos puede conducir fácilmente a una sobrecarga de
líquidos, ya que tanto la anestesia como la cirugía ralentizan la velocidad
de eliminación de los cristaloides. La oliguria está poco correlacionada con
la hipovolemia en el entorno perioperatorio y no debería desencadenar la
administración de líquidos, aunque el aumento de la diuresis es un buen
indicador de hipervolemia [20, 21].
LAS CUATRO D'S DE LA TERAPIA DE LÍQUIDOS
En primer lugar, sugeriremos algunas definiciones con respecto a la
gestión de fluidos y el balance de fluidos parcialmente basadas en un
modelo conceptual [2, 22-25].
EL EQUILIBRIO DE FLUIDOS
El balance diario de líquidos es la suma diaria de todas las entradas
y salidas, y el balance acumulativo de líquidos es la suma total de la
acumulación de líquidos durante un período de tiempo determinado [22, 26].
Machine Translated by Google
SOBRECARGA DE FLUIDOS
Dividir el balance de líquidos acumulativo en litros por el peso corporal
inicial del paciente y multiplicarlo por 100 % define el porcentaje de
acumulación de líquidos. La sobrecarga de líquidos se define por un valor
de corte del 10 % de acumulación de líquidos, ya que se asocia con peores
resultados [22, 27].
BOLO DE LÍQUIDO
Un bolo de líquido es una infusión rápida de líquido administrada en
forma de bolo para corregir el shock hipotensivo e hipovolémico (séptico o
hemorrágico). Por lo general, incluye la infusión de al menos 4 ml kg-1
administrada durante un máximo de 10 a 15 minutos.
RETO DE FLUIDOS
Se administra un bolo de 100 a 200 ml durante 5 a 10 min, con una
reevaluación del estado hemodinámico para optimizar la perfusión tisular.
Esto permite la construcción de la llamada curva de Frank Starling para
evaluar el tipo de curva y la posición en la que se encuentra el paciente en
la curva. La CVP y la presión de oclusión de la arteria pulmonar (PAOP)
son potencialmente peligrosas e inútiles para guiar un desafío con líquidos
[28-30].
GESTIÓN DE FLUIDOS DIRIGIDOS A META ADECUADA
TEMPRANA (EAFM)
La mayoría de los estudios que analizan el tratamiento dirigido por
objetivos definen el logro del objetivo inicial como la administración de 25 a
50 ml kg-1 (o, en promedio, 30 ml kg-1) de líquidos dentro de las primeras
6 a 8 horas de reanimación en caso de hipovolemia o séptica. choque. Sin
embargo, otros han argumentado que tales grandes volúmenes de líquido
conducen a un "ahogamiento iatrogénico en agua salada" y han propuesto
una estrategia más conservadora [28].
GESTIÓN CONSERVADORA TARDÍA DE LÍQUIDOS (LCFM)
Estudios recientes mostraron que el hombre fluido conservador tardío
El tratamiento definido como 2 días consecutivos de balance de líquidos
negativo dentro de la primera semana de estancia en la UCI es un predictor
fuerte e independiente de supervivencia [31]. Por el contrario, los pacientes
con inflamación sistémica persistente mantienen una fuga transcapular de
albúmina y no alcanzan la fase de flujo acumulando balances de líquidos
positivos.
ELIMINACIÓN TARDÍA DE LÍQUIDOS DIRIGIDA AL META (LGFR)
En algunos pacientes, se necesita una eliminación de líquidos más
agresiva y activa mediante diuréticos y terapia de reemplazo renal con
ultrafiltración neta [32]. Esto se conoce como
de-resurrección.
CLASIFICACIÓN DE LA DINÁMICA DE FLUIDOS
En la combinación de fluido adecuado temprano (EA) o conservador
temprano (EC) y conservador tardío (LC) o liberal tardío (LL)
manejo, se pueden considerar cuatro grupos distintos con
Manu LNG Malbrain et al., Las 4 D de la fluidoterapia
Respecto a la dinámica de manejo de fluidos: EALC, EALL, ECLC, ECLL.
Los grupos EALC y ECLC tienen el mejor pronóstico [25].
Ahora hemos enumerado algunas definiciones básicas sobre los fluidos que
elaborará más sobre los fluidos como drogas.
La reposición de líquidos con soluciones coloides o cristaloides es una
intervención omnipresente en la medicina aguda [23]. Aunque la selección
de líquidos de reanimación se basa principalmente en principios fisiológicos,
la práctica clínica está determinada en gran medida por la preferencia del
médico, con marcadas variaciones regionales. Hay evidencia emergente
de que considerar los fluidos de reanimación como medicamentos puede
afectar los resultados centrados en el paciente. De forma análoga a la
antibioticoterapia, hay que tener en cuenta las 4 D de la fluidoterapia:
fármaco, dosificación, duración y desescalada.
Esto se resume en la Tabla 1.
DROGA
Todos los líquidos de reanimación pueden contribuir a la formación
de edema intersticial, particularmente en condiciones inflamatorias en las
que los líquidos de reanimación se utilizan en exceso [23].
Los médicos de cuidados intensivos deben considerar los fluidos como
medicamentos, cada uno con indicaciones y contraindicaciones y posibles
efectos secundarios (acidosis metabólica hiperclorémica). Por lo tanto, el
mejor líquido es probablemente el que no se le ha dado al paciente
(especialmente si no fue necesario). Diferentes indicaciones necesitan
diferentes tipos de fluidos. Los fluidos de reemplazo deben imitar el fluido
que se ha perdido; los líquidos de mantenimiento deben satisfacer las
necesidades metabólicas básicas de glucosa, mientras que los líquidos de
reanimación deben centrarse en la restauración rápida del volumen
circulante. Deben tenerse en cuenta la osmolalidad, la tonicidad, los niveles
de cloruro y potasio, etc., así como los factores del paciente (afecciones
subyacentes, insuficiencia renal o hepática, presencia de fuga capilar,
niveles de albúmina, balance de líquidos, etc.) al elegir el líquido adecuado.
para el paciente adecuado en el momento adecuado.
Hay que recordar que de 1 L de glucosa al 5% administrado, solo el 10%
permanecerá intravascular después de una hora, frente al 25% de los
cristaloides y el 100% de los coloides.
DOSIFICACIÓN
Como muy bien dijo Paracelso, es la dosis la que produce el veneno,
y esto no es menos cierto cuando se trata del manejo de fluidos en los
enfermos críticos: aunque se trata de la dosis, el momento y la velocidad
de administración también son importantes. . Los requisitos para la
reanimación con líquidos y la respuesta a la reanimación con líquidos
varían mucho durante el curso de cualquier enfermedad crítica. Ninguna
medición fisiológica o bioquímica individual refleja adecuadamente la
complejidad de la depleción de líquidos o la respuesta a la reanimación con
líquidos en enfermedades agudas [23]. Se han descrito bolos de líquido de
4 mL kg-1 administrados en 15 minutos, o 200 mL de coloide frente a 1000
mL de cristaloide administrados en 20 a 30 minutos. La línea de fondo
s3
Machine Translated by Google

Anaesthesiol Intensive Ther 2015, vol. 47, s1–s5

Tabla 1. Analogía entre las 4 D de la antibioterapia y la fluidoterapia

Descripción antibióticos Fluidos

Droga terapia inapropiada Más insuficiencia orgánica, estancia prolongada en UCI, estancia Acidosis metabólica hiperclorémica, más IRA, más TRS,
hospitalaria prolongada, VM prolongada mayor mortalidad

Terapia apropiada El factor clave en la selección empírica de AB
es la consideración de los factores de riesgo del paciente
(AB anterior, duración de VM, corticosteroides,
hospitalización reciente, residencia en un hogar de ancianos, etc.
El factor clave en la fluidoterapia empírica es la
consideración de los factores de riesgo del paciente
(equilibrio de líquidos, sobrecarga de líquidos, fuga capilar,
control de fuente, función renal, función de órganos).
No utilice glucosa como líquido de reanimación

Terapia de combinación Posibles beneficios: espectro más amplio, sinergia, evitación Posibles beneficios: fluidos específicos para diferentes
de emergencia de resistencia, menor toxicidad, etc. indicaciones (reemplazo vs. mantenimiento vs. reanimación),
menor toxicidad

Momento apropiado La supervivencia disminuye con un 7% por hora de retraso. En el shock refractario, la EGDT ha demostrado ser beneficiosa.
Necesita disciplina y organización práctica. A mayor demora mayor hipoperfusión microcirculatoria

dosificación Farmacocinética Depende del volumen de distribución, aclaramiento (función Depende del tipo de fluido: glucosa 10% IV, cristaloides
renal y hepática), nivel de albúmina, penetración tisular 25%, vs. coloides 100% IV después de 1 hora, volumen
de distribución, osmolalidad, oncoticidad, función renal

Farmacodinámica Reflejada por la concentración inhibitoria mínima. Depende del tipo de líquido y de adónde quiera que vaya: IV
Reflejado por las características de "matar", depende del tiempo (reanimación), IS vs. IC (deshidratación celular)
(T > MIC) frente a la concentración (Cmax/MIC)

Toxicidad Algunos AB son tóxicos para los riñones, se necesita Algunos fluidos (HES) son tóxicos para los riñones.
asesoramiento sobre el ajuste de la dosis. Sin embargo, no Sin embargo, no controlar el shock tampoco ayuda a los riñones.
controlar la infección no ayuda a los riñones.

Duración Duración adecuada Sin pruebas sólidas, pero tendencia hacia una duración más No hay pruebas sólidas, pero la tendencia es hacia una
corta. No use AB para tratar fiebre, CRP, infiltrados, etc. pero duración más corta. No use fluidos para tratar baja CVP, MAP,
use AB para tratar infecciones UO, etc. pero use fluidos para tratar shock

Tratar hasta respuesta Detenga AB cuando se resuelvan los signos y síntomas de Los líquidos se pueden detener cuando se resuelve el shock
infección activa. Papel futuro de los biomarcadores (PCT) (lactato normal). Papel futuro de los biomarcadores (NGAL,

cistatina C, citrulina, L-FABP)

Seguimiento de la desescalada Tome las culturas primero y tenga el coraje de cambiar Después de la estabilización con EAFM (VPP normal,

un equipo ganador CO normal, lactato normal) detenga la reanimación en

curso y pase a CLFM y LGFR (=desresucitación)

AB — antibiótico; AKI — daño renal agudo; Cmax — concentración pico máxima; CO: gasto cardíaco; PCR — proteína C reactiva; CVP — presión venosa central; EAFM: gestión temprana
adecuada de líquidos; EGDT: terapia temprana dirigida por objetivos; IC — intracelular; Unidad de cuidados intensivos; ES — intersticial; IV - intravenoso; LCFM: fluido conservador tardío —
manejo; L-FABP: proteína de unión a ácidos grasos de tipo L; LGFR: eliminación tardía de líquidos dirigida al objetivo; LOS — duración de la estancia; PAM — presión arterial media;
MIC: concentración inhibitoria media; MV — ventilación mecánica; NGAL: lipocalina asociada a gelatinasa de neutrófilos; PCT - procalcitonina; PPV — variación de la presión del pulso;
RRT — terapia de reemplazo renal; UO - producción de orina

es que los líquidos en casos de shock deben administrarse de manera por lo tanto, conlleva el potencial de una sobrecarga de líquidos con efectos

temprana y rápida. Los parámetros indirectos se utilizan a menudo para nocivos sobre la morbilidad y la mortalidad de los pacientes [25].

titular la terapia de fluidos, como media,

la presión
la diuresis,
venosa central,
la precarga
la presión
volumétrica
arterial

o los parámetros hemodinámicos funcionales (como la variación de la presión DESESCALADA

del pulso o la variación del volumen sistólico). Las pruebas dinámicas, como El paso final en la terapia de fluidos es considerar retener o retirar los

la elevación pasiva de las piernas o la prueba de oclusión al final de la fluidos de reanimación cuando ya no sean necesarios. Sin embargo, las

espiración, pueden ayudar a predecir quién responderá a la fluidoterapia. necesidades básicas con respecto a los fluidos de mantenimiento y

reemplazo deben estar cubiertas en todo momento.

DURACIÓN Aunque el uso de fluidos de reanimación es una de las intervenciones

La duración de la fluidoterapia es igualmente importante, mientras que más comunes en medicina, el fluido ideal no existe [23]. A la luz de la

el volumen debe reducirse cuando se resuelve el shock. Sin embargo, evidencia reciente, parece justificada una reevaluación de cómo se usan los

aunque muchos médicos usan ciertos desencadenantes para comenzar, no líquidos de reanimación en pacientes con enfermedades agudas. Como se

son conscientes de los desencadenantes para detener la reanimación con líquidos. resume en la Tabla 1, la selección,

s4
Machine Translated by Google
la duración, el momento y la dosificación de los líquidos intravenosos
deben evaluarse tan cuidadosamente como en el caso de cualquier
otro fármaco intravenoso (p. ej., antibióticos), con el objetivo de
maximizar la eficacia y minimizar la toxicidad iatrogénica.
AGRADECIMIENTOS
1. Los autores no declaran divulgación financiera.
2. Manu LNG Malbrain es miembro del Consejo Médico
sory Board of Pulsion Medical Systems (grupo Maquet Getinge).
Los demás autores declaran no tener conflicto de intereses.
Referencias:
1. Perner A, Haase N, Guttormsen AB et al.: Hidroxietil almidón 130/0,42 versus acetato
de Ringer en sepsis grave. New Engl J Med 2012; 367: 124-134. doi: 10.1056 /
NEJMoa1204242.
2. Van Regenmortel N, Jorens PG, Malbrain ML: Manejo de fluidos antes, durante y
después de la cirugía electiva. Curr Opin Crit Care 2014; 20: 390-395. doi: 10.1097/
MCC.0000000000000113.
3. Shaw AD, Bagshaw SM, Goldstein SL et al.: Principales complicaciones, mortalidad y
utilización de recursos después de una cirugía abdominal abierta: solución salina al
0,9 % en comparación con Plasma-Lyte. Ann Surg 2012; 255: 821-829. doi: 10.1097/
SLA.0b013e31825074f5.
4. Yunos NM, Bellomo R, Hegarty C, Story D, Ho L, Bailey M: Asociación entre una
estrategia de administración de líquidos intravenosos con restricción de cloruro y
liberación de cloruro y lesión renal en adultos en estado crítico. JAMA 2012; 308:
1566-1572. doi: 10.1001/jama.2012.13356.
5. Young JB, Utter GH, Schermer CR et al .: Solución salina versus Plasma-Lyte A en la
reanimación inicial de pacientes con trauma: un ensayo aleatorio. Ann Surg 2014;
259: 255-262. doi: 10.1097/SLA.0b013e318295feba.
6. Young P, Bailey M, Beasley R et al .: Efecto de una solución cristaloide tamponada
frente a una solución salina en la lesión renal aguda entre pacientes en la unidad
de cuidados intensivos: el ensayo clínico aleatorizado SPLIT. JAMA 2015; 314:
1701-1710. doi: 10.1001/jama.2015.12334.
7. Padhi S, Bullock I, Li L, Stroud M: Instituto Nacional para H, Care Excel lence Guideline
Development G. Terapia de fluidos intravenosos para adultos en el hospital:
resumen de la guía NICE. BMJ 2013; 347: f7073. doi: 10.1001/jama.2015.12334.
8. Soni N: Directrices de consenso británico sobre la terapia de fluidos intravenosos para
pacientes quirúrgicos adultos (GIFTASUP): la opinión de Cassandra. anestesia
2009; 64: 235-238. doi: 10.1111/j.1365-2044.2009.05886_1.x.
9. Herrod PJ, Awad S, Redfern A, Morgan L, Lobo DN: Hipo e hipernatremia en pacientes
quirúrgicos: ¿hay margen de mejora? World J Surg 2010; 34: 495-499. doi: 10.1007/
s00268-009-0374-y.
10. Moritz ML, Ayus JC: Líquidos intravenosos de mantenimiento en pacientes con
enfermedades agudas. N Engl J Med. 2015; 373: 1350-1360. doi: 10.1056/NEJM
ra1412877.
11. Bomberger RA, McGregor B, DePalma RG: Manejo óptimo de fluidos después de la
reconstrucción aórtica: un estudio prospectivo de dos soluciones cristaloides. J
Vasc Surg 1986; 4: 164-167.
12. Lobo DN, Bostock KA, Neal KR, Perkins AC, Rowlands BJ, Allison SP: Efecto del
equilibrio de sal y agua en la recuperación de la función gastrointestinal después
de la resección colónica electiva: un ensayo controlado aleatorizado. Lanceta 2002;
359: 1812-1818.
13. Brady M, Kinn S, Stuart P: Ayuno preoperatorio para adultos para prevenir
complicaciones perioperatorias. Base de datos Cochrane Syst Rev 2003: CD004423.
14. de Aguilar-Nascimento JE, Dock-Nascimento DB: Reducción del tiempo de ayuno
preoperatorio: una tendencia basada en la evidencia. Cirugía Gastrointestinal
Mundial J 2010; 2: 57-60. doi: 10.4240/wjgs.v2.i3.57.
Manu LNG Malbrain et al., Las 4 D de la fluidoterapia
15. Gustafsson UO, Scott MJ, Schwenk W et al.: Directrices para el cuidado perioperatorio
en cirugía colónica electiva: Recomendaciones de la sociedad de recuperación
mejorada después de la cirugía (ERAS(R)). Clin Nutr 2012; 31: 783-800. doi:
10.1016/j.clnu.2012.08.013.
16. Lewis SJ, Egger M, Sylvester PA, Thomas S: Alimentación enteral temprana versus
"nada por boca" después de la cirugía gastrointestinal: revisión sistemática y
metanálisis de ensayos controlados. BMJ. 2001; 323: 773-776.
17. Zhuang CL, Ye XZ, Zhang CJ, Dong QT, Chen BC, Yu Z: Alimentación oral
posoperatoria temprana versus tradicional en pacientes sometidos a cirugía
colorrectal electiva: un metanálisis de ensayos clínicos aleatorios. Dig Surg 2013;
30: 225-232. doi: 10.1159/000353136.
18. Hasse JM: alimentación por sonda postoperatoria temprana en el trasplante de hígado.
Nutr Clin Pract 2014; 29: 222-228. doi: 10.1177/0884533614522653.
19. Lamke LO, Nilsson GE, Reithner HL: Pérdida de agua por evaporación de la cavidad
abdominal durante la cirugía. Acta Chir Scand 1977; 143: 279-284.
20. Hahn RG: cinética de volumen para fluidos de infusión. Anestesiología 2010; 113:
470-481. doi: 10.1097/ALN.0b013e3181dcd88f.
21. Hahn RG: ¿Por qué los requisitos de líquidos cristaloides y coloides son similares
durante la cirugía y los cuidados intensivos? Eur J Anesthesiol 2013; 30: 515-518.
doi: 10.1097/EJA.0b013e328362a5a9.
22. Hoste EA, Maitland K, Brudney CS et al .: Cuatro fases de la terapia de fluidos
intravenosos: un modelo conceptual. Br J Anaesth 2014; 113: 740-747. doi: 10.1093/
bja/aeu300.
23. Myburgh JA, Mythen MG: Líquidos de reanimación. N Engl J Med 2013; 369:
2462-2463. doi: 10.1056/NEJMc1313345.
24. Vincent JL, De Backer D: Choque circulatorio. N Engl J Med. 2013; 369: 1726-1734.
doi: 10.1056/NEJMra1208943.
25. Malbrain ML, Marik PE, Witters I et al.: Sobrecarga de líquidos, desanimación y
resultados en pacientes gravemente enfermos o lesionados: una revisión sistemática
con sugerencias para la práctica clínica. Anaesthesiol Intensive Ther 2014; 46:
361-380. doi: 10.5603/AIT.2014.0060.
26. Macedo E, Bouchard J, Soroko SH et al .: Acumulación de fluidos, reconocimiento y
estadificación de la lesión renal aguda en pacientes críticos. Cuidado crítico 2010;
14: R82. doi: 10.1186/cc9004.
27. Vaara ST, Korhonen AM, Kaukonen KM et al.: La sobrecarga de líquidos se asocia
con un mayor riesgo de mortalidad a los 90 días en pacientes en estado crítico con
terapia de reemplazo renal: datos del estudio prospectivo FINNAKI.
Cuidado crítico 2012; 16: R197. doi: 10.1186/cc11682.
28. Marik PE: Ahogamiento iatrogénico en agua salada y los peligros de una presión
venosa central alta. Ann Cuidados Intensivos 2014; 4: 21. doi: 10.1186/
s13613-014-0021-0..
29. Marik PE, Monnet X, Teboul JL: parámetros hemodinámicos para guiar la terapia de
fluidos. Ann Cuidados Intensivos 2011; 1: 1. doi: 10.1186/2110-5820-1-1.
30. Marik PE, Baram M, Vahid B: ¿La presión venosa central predice la respuesta a los
fluidos?: una revisión sistemática de la literatura y la historia de siete yeguas. Cofre
2008; 134: 172-178. doi: 10.1378/cofre.07-2331.
31. Murphy CV, Schramm GE, Doherty JA et al .: La importancia del manejo de líquidos
en la lesión pulmonar aguda secundaria al shock séptico. Cofre 2009; 136: 102-109.
doi: 10.1378/cofre.08-2706.
32. Cordemans C, De Laet I, Van Regenmortel N et al.: Apuntando a un balance de fluidos
negativo en pacientes con lesión pulmonar aguda y aumento de la presión
intraabdominal: un estudio piloto que analiza los efectos del tratamiento PAL.
Ann Cuidados Intensivos 2012; 2 (suplemento 1): S15. doi: 10.1186/2110-5820-2-
S1-S15.
Autor correspondiente:
Manu LNG Malbrain, MD, PhD
Director de UCI y Unidad de Quemados de Alta Atención
ZNA Stuivenberg
Long Beeldekensstraat 267
B-2060 Amberes 6, Bélgica
correo electrónico: manu.malbrain@skynet.be
s5