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Universidad Autónoma De Nuevo León

Facultad De Ciencias Políticas Y Relaciones Internacionales


Carreras: Ciencias Políticas y Gobierno
Materia: Introducción a la Economía
Docente: Lic. Pablo Chávez Pérez
Producto Integrador De Aprendizaje

“Reporte de Investigación: Inglaterra.”

ESTUDIANTES MATRICULAS
Giselle Areli del Valle Delgado…………………………….………………….2028119
Lozano Mendoza Víctor Manuel………………………………………………2013448
David Ezequías Martínez Trujillo……………………………………………..2017486
Ruiz Medellín Paulina…………………………………………………………..1993604
Rico Díaz Tania………………………………………………………………….2000537

Grupo: 4CP Turno: Matutino Aula: C05

18 de mayo del 2023, Monterey, Nuevo León.


INDICE.
INTRODUCCIÓN.……………………………………….………………………………….……………..….1

1. Antecedentes históricos de la economía inglesa…………………………………...………...


….2
1.1. El sistema feudal y sus consecuencias económicas.
……………………………….....2
1.1.1. Descripción del sistema feudal inglés y sus características
económicas…………………………………………………………………………...2
1.1.2. Análisis del impacto del sistema feudal en la economía inglesa de la
época…………………………………………………………………………………..3
1.1.3. Consecuencias económicas y sociales del sistema feudal a largo plazo en
Inglaterra.…………………………………………………………………………......4
1.2. La Revolución Industrial y su impacto en la economía del país………………….….5
1.2.1. Descripción del contexto histórico y de los factores que propiciaron la
Revolución Industrial en Inglaterra……………………….………………………...5
1.2.2. Análisis de las transformaciones económicas y tecnológicas que tuvieron lugar
durante la Revolución Industrial….……………………….………………………...6
1.3. El surgimiento del capitalismo y la expansión comercial de Inglaterra………..….
…..7
1.3.1. El papel de la Revolución Industrial en el surgimiento del capitalismo en
Inglaterra……………………………………………………………………………....7
1.3.2. La importancia del comercio y la expansión colonial para el desarrollo de la
economía inglesa. ……………………………………………………………………8
1.3.3. El impacto del colonialismo británico en las colonias y en la economía
inglesa…………………………………………………………………………………9
1.4. La lucha de las colonias por su independencia y su impacto en la economía
inglesa……….……………………………………………………………………………10
1.4.1. La independencia de las colonias americanas y su impacto económico en
Inglaterra y su influencia global…………………………………………………...10
1.4.2. La intensificación de la expansión colonial después de la pérdida de las
colonias americanas..
…………………………………………………………………………11
1.4.3. El impacto de la descolonización en la economía inglesa……………...……...12
2. Inglaterra de cara al siglo XX….…………………………………………………………………12
2.1. Primera Guerra Mundial.
2.1.1. Antecedentes de la Primera Guerra Mundial.
2.1.2. Desarrollo de la Primera Guerra Mundial.
2.1.3. Consecuencias económicas para Inglaterra
2.2. La Gran Depresión.
2.2.1. Efectos de la gran depresión en Inglaterra.
2.3. La política económica de Keynes.
2.3.1. Principios básicos de la teoría de Keynes
2.3.2. Críticas y controversias en torno a su teoría.
2.3.3. El impacto de la teoría de Keynes en la economía británica y mundial.
2.4. Inglaterra de cara a la segunda guerra mundial.
INTRODUCCIÓN.
Inglaterra, oficialmente conocida como el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del
Norte, su bandera es la representación de lo conocido como “unión Jack” que representa
la unión de las 4 naciones Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, otorgándole así
sentido a su nombre oficial. Inglaterra es un país insular ubicado en Europa occidental.
Cuyo idioma oficial es el inglés y su religión predominante es el cristianismo. La misma
cuenta con una población de 56 millones de habitantes hasta la fecha, contando con un
sistema de gobierno de una monarquía constitucional con una democracia parlamentaria,
en la que Carlos III es el jefe de Estado, esto desde la muerte de la Reina Isabel II en
2022, y Rishi Sunak funge como primer ministro, esto desde la renuncia de Liz Truss en
2022.

Hoy por hoy Inglaterra es una de las naciones más influyentes en el mundo, tanto en
términos políticos como económicos. Con una historia que se remonta a la Edad Media y
la Revolución Industrial, Inglaterra ha sido pionera en muchos aspectos de la economía
mundial, incluyendo el comercio, la manufactura y las finanzas.

Por ende, el análisis de la economía inglesa es relevante en la actualidad debido a la


influencia que este país tiene en la economía mundial y su importancia como uno de los
líderes mundiales en materia de comercio, finanzas y tecnología. Además, con la aún
reciente salida del Reino Unido de la Unión Europea en 2020, el futuro económico de
Inglaterra se ve rodeado de incertidumbre, lo que hace que este análisis sea aún más
relevante.

Pero, para entender el presente económico de la nación, y poder mínimamente anhelar


predecir su futuro, primero debemos indagar en el pasado de la nación anglosajona, y
Para ello, en el presente escrito se revisarán los antecedentes históricos que han influido
en la evolución económica del país, ahondando desde sus principios históricos y
económicos en la edad media, posteriormente analizarla desde la importantísima
revolución industrial (ya que fue en Inglaterra en donde dicho transformación económica-
productiva tuvo origen) luego indagaremos en como los acontecimientos del siglo XX
tuvieron efecto en la economía del país inglés, esto sin ignorar el colonialismo tan
representativo de dicha nación. Todo esto para poder analizar la estructura económica
actual y los desafíos económicos que enfrenta en la actualidad.

El objetivo final de este reporte es proporcionar una visión completa de la economía de


Inglaterra y su importancia en el contexto mundial, lo que permitirá comprender mejor los
factores que influyen en su desarrollo económico y las posibles soluciones a los desafíos
que enfrenta en la actualidad.
1. Antecedentes Históricos De La Economía Inglesa.

Tal y como se mencionó en la introducción, la economía de Inglaterra es un tema que se


remonta a sus antecedentes históricos. En este amplio apartado, se abordarán los
principales antecedentes que influyeron en la configuración de la economía inglesa tal
como la conocemos hoy en día. Se hará un análisis de la época feudal y sus
consecuencias económicas, de la Revolución Industrial y su impacto en la economía del
país, así como de las transformaciones económicas y sociales que tuvieron lugar durante
el siglo XX en Inglaterra. El objetivo es brindar una perspectiva histórica que permita
comprender mejor la evolución de la economía inglesa y su contexto actual.

1.1. El sistema feudal y sus consecuencias económicas.

Durante la Edad Media, el sistema feudal se extendió por toda Europa, incluyendo
Inglaterra. Este sistema estaba basado en el control del territorio y de los recursos por
parte de la nobleza, quienes otorgaban protección y seguridad a los campesinos a cambio
de su trabajo y lealtad. En este apartado se analizarán las consecuencias económicas del
sistema feudal en Inglaterra, haciendo hincapié en su impacto en la economía del país. Se
estudiarán las características del sistema feudal inglés, su organización económica y
social, y se reflexionará sobre las consecuencias económicas y sociales que tuvo en el
país, así como su influencia en la economía inglesa de la época (Holligan, 2011).

1.1.1. Descripción del sistema feudal inglés y sus características económicas.

El sistema feudal fue una forma de organización social, política y económica que
predominó en Europa Occidental durante la Edad Media, entre los siglos V y XV. En
Inglaterra, el sistema feudal se estableció tras la conquista normanda de 1066 y se
mantuvo hasta finales del siglo XIV, cuando comenzó a surgir una nueva clase social: la
burguesía (Brown, 2019).

El sistema feudal inglés se basaba en la propiedad de la tierra y en la obligación de los


campesinos de trabajarla y entregar una parte de sus cosechas a sus señores feudales.
El rey, como propietario de todas las tierras del reino, otorgaba grandes extensiones de
tierra a los señores feudales, quienes a su vez las dividían entre sus vasallos. A cambio
de la concesión de estas tierras, los vasallos debían prestar servicios militares y pagar
tributos a sus señores (Brown, 2019).

En este sistema, la economía estaba fuertemente ligada a la tierra y a la producción


agrícola. Los campesinos cultivaban los campos y entregaban una parte de su producción
a sus señores, quienes a su vez pagaban tributos al rey. La producción era básicamente
de subsistencia, aunque también se producían excedentes que se intercambiaban por
otros bienes (Rader, 2023).

Las relaciones económicas en el sistema feudal eran de dependencia y subordinación.


Los campesinos estaban obligados a trabajar la tierra de sus señores y a entregar una
parte de su producción, lo que limitaba su movilidad social y económica. Además, no
podían abandonar la tierra ni buscar otras oportunidades económicas (Rader, 2023).
El comercio y la industria eran poco relevantes en el sistema feudal, ya que la producción
y el intercambio se limitaban al ámbito local y a pequeña escala. El comercio se centraba
en la venta de excedentes agrícolas y en la importación de productos que no se producían
en la región. La industria, por su parte, estaba ligada a la producción artesanal y a
pequeñas manufacturas (Rader, 2023).

1.1.2. Análisis del impacto del sistema feudal en la economía inglesa de la época.

El sistema feudal tuvo un fuerte impacto en la economía inglesa del periodo de tiempo
que estuvo vigente en Inglaterra, ya que se convirtió en el principal modelo de
organización económica y social. La propiedad de la tierra y la producción agrícola eran
las actividades económicas predominantes y la estructura social estaba organizada en
torno a la jerarquía feudal. Esto generó una serie de consecuencias y efectos
económicos, tales como:

- Limitación de la producción y el comercio: El sistema feudal limitaba la producción


y el comercio, ya que la producción agrícola estaba destinada principalmente al
autoconsumo y la venta de excedentes se limitaba al ámbito local. Además, la
propiedad de la tierra estaba concentrada en pocas manos y esto limitaba la
movilidad social y económica de la población (Epstein, 2007).
- Escasa inversión en tecnología e innovación: La economía feudal no fomentaba la
inversión en tecnología e innovación, ya que la producción estaba centrada en la
tierra y las actividades artesanales, lo que generaba pocos incentivos para el
desarrollo de nuevas tecnologías y procesos productivos. Esto tuvo un impacto
negativo en el desarrollo económico a largo plazo (Howieson, 2017).
- Desigualdad social y económica: El sistema feudal generó una gran desigualdad
social y económica, ya que la propiedad de la tierra y los privilegios se
concentraban en las manos de la nobleza y la monarquía, mientras que la
población campesina estaba sometida a obligaciones y restricciones. Esta
desigualdad afectó negativamente el desarrollo económico y social del país
(Howieson, 2017)
- Debilidad frente a las crisis: El sistema feudal mostró una gran debilidad frente a
las crisis económicas y sociales, ya que la producción agrícola y las actividades
artesanales estaban altamente interconectadas y dependían en gran medida de
las condiciones climáticas y de las epidemias. Además, el sistema de dependencia
y subordinación limitaba la movilidad y la adaptabilidad de la población frente a los
cambios y las crisis (Howieson, 2017).

En resumidas cuentas, el sistema feudal tuvo un fuerte impacto en la economía inglesa de


la época, limitando la producción y mostrando una gran debilidad frente a las crisis
económicas venideras. Sin embargo, también sentó las bases para la evolución posterior
de la economía y la sociedad inglesa. Pero primeramente debemos preguntarnos ¿Cómo
afectó el sistema feudal a la estructura social y económica de Inglaterra y qué
consecuencias tuvo en el largo plazo?
1.1.3. Consecuencias económicas y sociales del sistema feudal a largo plazo en
Inglaterra.

Para darle respuesta a la interrogante anteriormente planteada podemos mencionar que


el sistema feudal tuvo una cantidad importante de consecuencias económicas y sociales
en Inglaterra, y estas tuvieron un impacto significativo en la estructura social y económica
del país en tiempos venideros. Algunas de las principales consecuencias se describen a
continuación:

- Cambios en la estructura social: El sistema feudal generó una estructura social


jerarquizada, en la que la nobleza y los señores feudales tenían el control de la
tierra y los recursos económicos, mientras que la mayoría de la población
campesina estaba sometida a su autoridad. Sin embargo, el sistema feudal
también permitió que algunos campesinos y artesanos pudieran ascender en la
escala social a través del servicio militar o el aprendizaje de un oficio. En el largo
plazo, el sistema feudal contribuyó a la consolidación de una estructura social más
compleja y diversa (Epstein, 2007).
- Desarrollo de la agricultura: A pesar de que el sistema feudal limitaba la
producción agrícola, también contribuyó al desarrollo de la agricultura a largo
plazo. Los señores feudales tenían incentivos para invertir en la mejora de la
productividad y la calidad de la tierra, y esto se tradujo en una mayor producción
agrícola y el surgimiento de una clase de agricultores más prósperos. En el largo
plazo, esto permitió que la agricultura se convirtiera en la actividad económica
predominante y en la principal fuente de riqueza del país (Bhaduri, 1973).
- Surgimiento de las ciudades: El sistema feudal también contribuyó al surgimiento
de las ciudades, ya que la concentración de población y la actividad comercial en
los castillos y las fortalezas señoriales generó incentivos para el desarrollo de
pequeñas comunidades urbanas. A lo largo del tiempo, estas ciudades crecieron y
se convirtieron en centros comerciales y productivos importantes, y esto tuvo un
impacto significativo en el desarrollo económico del país (Epstein, 2007).
- Limitación del comercio: A pesar de que el sistema feudal permitió el surgimiento
de ciudades y de pequeñas comunidades comerciales, también limitó el comercio
a través de la imposición de barreras y restricciones. Los señores feudales tenían
el control sobre los caminos y los ríos, y esto limitaba la movilidad y la expansión
comercial. En el largo plazo, esta limitación del comercio tuvo un impacto negativo
en el desarrollo económico del país (Epstein, 2007).

Después de siglos de estar bajo el sistema feudal, Inglaterra experimentó un cambio


radical en su economía y en su estructura social con la llegada de la Revolución Industrial.
Este cambio trajo consigo importantes transformaciones en la producción, el comercio y el
crecimiento económico del país. La economía feudal, caracterizada por la producción
agrícola y la dominación de la nobleza y los señores feudales sobre la mayoría de la
población, comenzó a ceder su lugar a una economía basada en la manufactura y la
industria, en la que la burguesía y el proletariado emergían como nuevos actores
económicos. A esta nueva era se le es denominada, comúnmente, como: La revolución
industrial (Epstein, 2007).

1.2. La Revolución Industrial y su impacto en la economía del país.

La Revolución Industrial marcó un antes y un después en la historia económica de


Inglaterra. Esta época de transformaciones, ocurrida entre los siglos XVIII y XIX trajo
consigo importantes innovaciones tecnológicas y organizativas que permitieron un
aumento sin precedentes en la producción y el comercio. En este apartado,
profundizaremos en las causas y consecuencias de la Revolución Industrial en la
economía inglesa, y cómo este cambio transformó la estructura social y económica del
país de manera radical, dándole inicio al denominado “Imperio Británico”.

1.2.1. Descripción del contexto histórico y de los factores que propiciaron la


Revolución Industrial en Inglaterra.

El contexto histórico en el que tuvo lugar la Revolución Industrial en Inglaterra estuvo


marcado por la transición de una economía agrícola y feudal a una economía mercantil y
comercial. A finales del siglo XVIII, Inglaterra se encontraba en un momento de profundos
cambios económicos y políticos, que favorecieron el surgimiento de la Revolución
Industrial (Cannadine, 1984).

Uno de los factores que propiciaron el desarrollo de la Revolución Industrial en Inglaterra


fue la disponibilidad de recursos naturales (Cannadine, 1984). La isla contaba con
abundantes yacimientos de carbón, hierro y otros minerales, que fueron esenciales para
la creación de la maquinaria y la industria. Además, la presencia de numerosos ríos y
canales favoreció el transporte de materias primas y mercancías por todo el país
(Hartwell, 2017).

Otro factor que contribuyó al surgimiento de la Revolución Industrial fue la creciente


cultura empresarial y mercantil en Inglaterra. Desde la Edad Media, Inglaterra había
desarrollado una economía comercial y mercantil, y la creación de una clase media
comercial en el siglo XVIII fomentó aún más el espíritu empresarial y la inversión. La
aparición de una clase de empresarios y capitalistas que invirtieron en la industria y el
comercio fue clave para el desarrollo de la Revolución Industrial (Hartwell, 2017).

Además, la Revolución Industrial fue posible gracias a una serie de innovaciones


tecnológicas que permitieron una mayor eficiencia en la producción y el comercio. La
invención de la máquina de vapor por James Watt, el desarrollo de la hiladora mecánica
por Richard Arkwright y la creación del telar mecánico por Edmund Cartwright, fueron
fundamentales para la transformación de la industria textil, que fue uno de los principales
motores de la Revolución Industrial (Sullivan, 1990).

Aparte de lo dicho, sería un desajuste intelectual por parte de este escrito no indagar en la
revolución de pensamiento de los factores económicos, por ejemplo, uno de los autores
que ayudo en la transición de la economía feudal a una mercantil fue Adam Smith, que en
su obra "La riqueza de las naciones", publicada en 1776, Smith argumentó que la riqueza
de un país no depende de la cantidad de oro y plata que tenga, sino de su capacidad para
producir bienes y servicios (Koebner, 1959). También defendió la idea de que el mercado
libre y la competencia eran la mejor forma de organizar la economía, y que el Estado
debería limitar su intervención en el mercado (Perelman, 2010).

Estas ideas tuvieron un gran impacto en la economía inglesa de la época, ya que se


alineaban con los intereses de la clase empresarial emergente, que buscaba más libertad
para innovar y hacer negocios. Además, Smith argumentó que el trabajo especializado y
la división del trabajo podían aumentar la eficiencia y la productividad de las fábricas y
talleres (Perelman, 2010).

Por último, los cambios políticos y sociales que tuvieron lugar en Inglaterra también
contribuyeron al surgimiento de la Revolución Industrial. La promulgación de leyes que
protegían la propiedad intelectual y la inversión, así como la aparición de una clase de
empresarios y capitalistas que invirtieron en la industria y el comercio, fueron
fundamentales para el desarrollo económico y tecnológico del país (Hartwell, 2017).

1.2.2. Análisis de las transformaciones económicas y tecnológicas que tuvieron lugar


durante la Revolución Industrial.

La Revolución Industrial fue una época de profundos cambios económicos y tecnológicos


que cambiaron la economía del Reino Unido y del mundo en general. Esta revolución, que
comenzó en la segunda mitad del siglo XVIII y se prolongó hasta mediados del siglo XIX,
se caracterizó por la introducción de nuevas tecnologías y la mecanización de la
producción, lo que permitió aumentar la productividad y la capacidad productiva sin
precedentes (Deane, 1967).

Uno de los cambios más importantes provocados por la Revolución Industrial fue el paso
de la producción manual a la producción en fábrica, lo que permitió una producción de
bienes más eficiente y de menor costo. Esto se logró mediante la introducción de nuevas
máquinas y herramientas, como telares mecánicos o máquinas de vapor, que permitieron
una producción más rápida y eficiente (Deane, 1967).

Otro cambio importante fue la creación de nuevas formas de organización de la


producción, como las fábricas, que reúnen a un gran número de trabajadores en un
mismo lugar y permitir una mayor división del trabajo y una mayor especialización de las
tareas. A su vez, esto permite aumentar la producción y reducir los costos, lo que conduce
a una mayor competitividad y un aumento del comercio (Melnyk et al., 2019).

La Revolución Industrial también tuvo un impacto significativo en la economía agrícola de


Gran Bretaña, ya que la introducción de nuevas tecnologías permitió aumentar la
eficiencia de la producción y reducir los costos de producción. A su vez, esto permite más
alimentos y precios más bajos, lo que mejora las condiciones de vida de las personas y
permite el crecimiento de la población (Deane, 1967).

Por otro lado, la revolución industrial también dejó consecuencias negativas como la
explotación del trabajador y la desaparición de muchas formas tradicionales de
producción manual. Además, el rápido crecimiento de la producción y el consumo tuvo un
impacto significativo en el medio ambiente, que todavía se siente hoy (Melnyk et al.,
2019).

Vale la pena señalar que la Revolución Industrial no solo transformó la economía


británica, sino que también influyó mucho en la sociedad y en la forma en que se
organizaban la producción y el comercio. Uno de los cambios más significativos
provocados por la Revolución Industrial fue el surgimiento del capitalismo como sistema
económico dominante en el Reino Unido y en todo el mundo (Melnyk et al., 2019).

1.3. El surgimiento del capitalismo y la expansión comercial de Inglaterra.

El ascenso del capitalismo en Inglaterra en el siglo XVIII fue un punto de inflexión en la


historia económica del país y del mundo occidental. Es un proceso de caracterización de
la transformación de las relaciones económicas y los asuntos sociales, así como de la
cirugía, formación recíproca y acumulación de capital de nuevos modos de producción
(Hodgson, 2017). En este caso, la expansión del comercio y la colonización del Imperio
Británico jugaron un papel fundamental, trayendo nuevos mercados, recursos y
oportunidades de inversión a la economía británica. La combinación de desarrollo
económico permitió que la industria y el comercio crecieran históricamente. En esta
sección se analizan las características sobrevivientes del capitalismo en la Gran Bretaña,
así como su relación con la expansión colonial y comercial.

1.3.1. El papel de la Revolución Industrial en el surgimiento del capitalismo en


Inglaterra.

El capitalismo es un sistema económico donde los medios de producción y distribución


están en manos de propietarios privados y se producen con fines de lucro. Durante la
Revolución Industrial, el capitalismo se convirtió en el sistema económico dominante en
Gran Bretaña, impulsado por el crecimiento de la manufactura y el comercio (Melnyk et
al., 2019). El auge del capitalismo tuvo un gran impacto en la economía y la sociedad de
la época. En el frente económico, el capitalismo ha permitido un crecimiento sin
precedentes en la producción y el comercio porque los propietarios privados están
motivados por las ganancias y dispuestos a invertir en producción e innovación (Hodgson,
2017)

Por otro lado, el capitalismo también tuvo un gran impacto en la sociedad de la época. La
competencia y la búsqueda de beneficios alientan la introducción de nuevas tecnologías y
formas de producción, pero también conducen a la explotación de los trabajadores ya la
creación de condiciones de trabajo inhumanas. Muchos trabajadores están mal pagados y
trabajan en condiciones peligrosas e insalubres, lo que ha dado lugar a una serie de
movimientos sociales y políticos que protegen los derechos de los trabajadores (Hodgson,
2017).

La Revolución Industrial no solo transformó la economía británica, sino que tuvo un


impacto importante en la sociedad y la organización de la producción y el comercio. Uno
de los cambios más importantes de la Revolución Industrial fue el ascenso del capitalismo
como sistema económico dominante en Gran Bretaña y en todo el mundo (Melnyk et al.,
2019).

1.3.2. La importancia del comercio y la expansión colonial para el desarrollo de la


economía inglesa.

La expansión colonial y el comercio internacional jugaron un papel clave en el desarrollo


económico de Inglaterra en los siglos XVI, XVII y XVIII. Durante este periodo, Inglaterra se
convirtió en una potencia comercial y colonial gracias a la exploración y colonización de
nuevos territorios, la creación de nuevas rutas comerciales y la fundación de compañías
comerciales, como la Compañía de las Indias Orientales (Ashkanasy et al., 2002).

Únicamente para dimensionar, los ingleses se embarcaron en una extensa campaña de


exploración y colonización que les llevó a establecer asentamientos en diferentes partes
del mundo. Algunas de las zonas que los ingleses colonizaron incluyen:

- América del Norte: A partir del siglo XVII, los ingleses establecieron colonias en
América del Norte, incluyendo Virginia, Massachusetts y Carolina del Norte. Estas
colonias se dedicaron principalmente a la producción de materias primas como el
tabaco, el algodón y la madera, que eran enviadas a Inglaterra para su
procesamiento y comercialización (Nettels, 1952).
- India: A partir del siglo XVII, la Compañía de las Indias Orientales inglesa
estableció una presencia comercial y territorial en la India, donde adquirió el
control de importantes centros de producción de materias primas como el algodón
y las especias (Appelbaum & Sweet, 2005).
- África: A partir del siglo XIX, los ingleses establecieron colonias en diferentes
partes de África, incluyendo Sudáfrica, Egipto y Kenia. Estas colonias se dedicaron
principalmente a la producción de materias primas como el oro, los diamantes y el
marfil, que eran enviados a Inglaterra para su procesamiento y comercialización
(Appelbaum & Sweet, 2005).
- Asia: Los ingleses también establecieron colonias en diferentes partes de Asia,
incluyendo Hong Kong, Singapur y Malasia. Estas colonias se dedicaron
principalmente al comercio y a la producción de materias primas como el caucho y
el estaño (Appelbaum & Sweet, 2005).

La expansión colonial de los ingleses tuvo un impacto significativo en la economía del


país, ya que les permitió acceder a nuevas fuentes de materias primas, expandir su
mercado y aumentar su producción. Además, la colonización también generó una gran
cantidad de riqueza para Inglaterra y contribuyó al surgimiento del capitalismo en el país
(Kammen, 1965).

Y en el panorama internacional de la época poco a poco las demás naciones europeas


empezaron a fijarse en los bienes que significaría contar con sus propias colonias, y
únicamente para dimensionar dichos intereses cabria mencionar el conflicto conocido
como La Guerra de los Siete Años, el cual consistió en un conflicto global que se libró
entre 1756 y 1763, en el que Gran Bretaña y Francia se enfrentaron en una lucha por el
control de sus colonias en América del Norte y en otros lugares del mundo. Aunque el
conflicto tuvo lugar en diferentes partes del mundo, la mayor parte de las hostilidades se
libraron en Europa, América del Norte y la India (Jennings, 1990).

En este conflicto, Gran Bretaña obtuvo una importante victoria sobre Francia, lo que
consolidó su posición como la principal potencia colonial y marítima del mundo, y le
permitió expandir su imperio colonial aún más en las décadas siguientes. Además, la
victoria británica tuvo un gran impacto económico en Gran Bretaña, ya que el país incurrió
en grandes gastos militares y tuvo que aumentar los impuestos para financiar la guerra.
Esto contribuyó a la creciente tensión entre Gran Bretaña y sus colonias americanas, lo
que eventualmente llevaría a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. La
Guerra de los Siete Años también tuvo un gran impacto en las colonias francesas y
británicas en América del Norte, ya que el resultado de la guerra cambió drásticamente el
equilibrio de poder entre las dos naciones en esta región. Gran Bretaña logró hacerse con
el control de las colonias francesas en América del Norte, lo que les dio acceso a
importantes recursos naturales y le permitió expandir su territorio (Jennings, 1990).

Por lo que consolidación del imperio colonial británico fue un proceso clave en la historia
de Gran Bretaña, dicho proceso de colonialismo trajo al país la capacidad de expandir su
influencia y control en distintas partes del mundo, y utilizar los recursos y materias primas
de las colonias para desarrollar su economía (Mackenzie, 1999). Sin embargo, este
proceso también tuvo consecuencias sociales y políticas, como la explotación de los
pueblos colonizados y la lucha por la independencia en distintas partes del mundo.

Sin embargo, lo que pudiese parecer un golpe de suerte para los británicos, en lo que a
sus propios intereses respecta, para los colonizados; no era más que una pesadilla, este
proceso también tuvo consecuencias sociales y políticas, como la explotación de los
pueblos colonizados y la lucha por la independencia en distintas partes del mundo, que
pronto traería consigo una serie de consecuencias al país británico (Kammen, 1965).

1.3.3. El impacto del colonialismo británico en las colonias y en la economía


inglesa.

El impacto del colonialismo británico en las colonias y en la economía inglesa es un tema


muy complejo que ha generado un amplio debate entre historiadores. Por un lado, el
colonialismo británico permitió a Inglaterra expandir su poder económico y político en
diferentes partes del mundo, lo que generó una gran cantidad de riqueza para el país. Por
otro lado, el colonialismo también tuvo graves consecuencias para las colonias, que
sufrieron la explotación de sus recursos naturales y la imposición de sistemas políticos y
económicos que a menudo favorecían los intereses de Inglaterra (Kammen, 1965).

En cuanto al impacto del colonialismo en la economía inglesa, es importante destacar que


la explotación de las colonias permitió a Inglaterra acceder a una gran cantidad de
materias primas y recursos naturales que eran necesarios para el desarrollo de su
industria. Además, las colonias también se convirtieron en importantes mercados para los
productos manufacturados en Inglaterra, lo que generó un gran aumento en la producción
y en la inversión de capital (Mignolo, 2009).

Sin embargo, la explotación de las colonias también tuvo un impacto negativo en la


economía inglesa a largo plazo. Por un lado, la dependencia de las colonias para la
obtención de materias primas generó una gran vulnerabilidad en la economía inglesa, ya
que cualquier interrupción en el suministro de materias primas podría tener graves
consecuencias. Además, la competencia con otras potencias coloniales también generó
una gran presión sobre la economía inglesa, que se vio obligada a mantener una
constante expansión colonial para mantener su posición dominante (Kammen, 1965).

En cuanto al impacto del colonialismo en las colonias, es importante destacar que el


colonialismo británico fue muy diverso en términos de su impacto en las diferentes
colonias. En algunos casos, las colonias sufrieron una gran explotación de sus recursos
naturales y la imposición de sistemas políticos y económicos que a menudo favorecían los
intereses de Inglaterra. En otros casos, sin embargo, las colonias pudieron desarrollar una
economía propia y establecer sistemas políticos y culturales únicos (Mignolo, 2009).

En cualquier caso, el colonialismo británico tuvo graves consecuencias para las colonias,
que a menudo sufrieron la explotación de sus recursos naturales y la imposición de
sistemas políticos y económicos que a menudo favorecían los intereses de Inglaterra.
Además, el colonialismo también generó una gran desigualdad social y económica dentro
de las colonias, lo que a menudo llevó a conflictos y tensiones sociales (Mignolo, 2009).

1.4. La lucha de las colonias por su independencia y su impacto en la economía


inglesa.

Como se mencionó anteriormente, la expansión colonial de Inglaterra tuvo un impacto


significativo en su economía, pero también llevó a la creación de un sistema colonial
desigual y explotador. En las colonias, las precarias condiciones de vida, la explotación
económica y la falta de representación política crearon una creciente insatisfacción entre
los colonos. Como resultado, las colonias inglesas se rebelaron y lucharon por su
independencia en la segunda mitad del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Estas luchas
por la independencia no solo tuvieron un impacto en las colonias mismas, sino también en
la economía inglesa, que se vio afectada por la pérdida de sus colonias y por el costo
financiero del mantenimiento de un imperio colonial cada vez más amplio (Mignolo, 2009).
En esta sección, nos dedicaremos a explorar en profundidad cómo la lucha de las
colonias por su independencia afectó la economía inglesa y el papel que desempeñó en la
evolución del sistema económico y político británico.

1.4.1. La independencia de las colonias americanas y su impacto económico en


Inglaterra y su influencia global.

La independencia de las colonias americanas fue un evento trascendental en la historia


del mundo moderno y en particular para la economía inglesa. La lucha de las colonias
americanas por su independencia tuvo sus raíces en las precarias condiciones de vida, la
explotación económica y la falta de representación política que sufrían los colonos
americanos. Los colonos, en su mayoría agricultores y comerciantes, se sintieron cada
vez más insatisfechos con el control que el gobierno británico ejercía sobre sus vidas y
sus negocios (Mignolo, 2009).

El descontento de los colonos se convirtió en acción política cuando el gobierno británico


intentó imponer nuevas leyes y tributos a las colonias para pagar la deuda acumulada
durante la Guerra de los Siete Años. Los colonos, liderados por figuras como George
Washington y Thomas Jefferson, se organizaron en una resistencia activa que culminó en
la Declaración de Independencia en 1776. La guerra entre las colonias americanas y Gran
Bretaña continuó durante varios años, pero finalmente, en 1783, Gran Bretaña reconoció
la independencia de las colonias (Kammen, 1965).

La independencia de las colonias americanas tuvo un impacto significativo en la economía


inglesa. La pérdida de las colonias significó la pérdida de una fuente importante de
ingresos y un mercado clave para los productos británicos. Además, Gran Bretaña tuvo
que enfrentar los costos financieros y humanos de la guerra, lo que aumentó aún más la
presión sobre la economía (Kammen, 1965).

Sin embargo, la independencia de las colonias americanas también tuvo un impacto


global. Inspirados por el ejemplo de las colonias americanas, otros países comenzaron a
luchar por su independencia de sus poderes coloniales, países como Haití, Brasil, Etiopía,
Argelia y el mismo país de México. Este proceso de descolonización transformó las
relaciones internacionales y el equilibrio de poder global. Esto afectando de gran manera
a las potencias europeas que se veían beneficiadas por el sistema colonial, entre los más
afectados sería la misma Inglaterra, que pronto comenzaría a tomar medidas contra el
desinfle económicos post-independencia americana (Mignolo, 2009).

1.4.2. La intensificación de la expansión colonial después de la pérdida de las


colonias americanas.

Después de la pérdida de las colonias americanas, Gran Bretaña se vio obligada a


intensificar su expansión colonial en otras partes del mundo, especialmente en Asia y
África. Esta intensificación se debió en parte a la necesidad de encontrar nuevos
mercados y fuentes de materias primas para mantener el crecimiento económico del país
y reducir la dependencia del comercio con las colonias americanas (Mackenzie, 1999).

La expansión colonial británica se centró en el control de las rutas comerciales y la


adquisición de territorios estratégicos, como la India, donde la Compañía de las Indias
Orientales tuvo un papel fundamental en la expansión del comercio y la explotación de los
recursos naturales (Mignolo, 2009).

Uno de los aspectos más destacados es la expansión del imperio británico en Asia y
África, que se aceleró a finales del siglo XIX y principios del XX. La expansión colonial en
Asia y África fue motivada principalmente por el deseo de obtener recursos naturales,
mercado de trabajo barato, y nuevos mercados para el comercio británico. La India fue
una de las joyas de la corona del Imperio Británico, siendo un mercado importante para
los bienes manufacturados británicos, así como una fuente de materias primas para la
economía británica. El sector de la industria textil, por ejemplo, se desarrolló en Gran
Bretaña gracias a la producción de algodón de la India. Otro aspecto importante en los
esfuerzos de Gran Bretaña para expandir y consolidar su imperio después de la pérdida
de las colonias americanas fue el fortalecimiento de sus lazos con las colonias restantes y
la consolidación del control sobre ellas. Gran Bretaña se enfocó en mejorar la
infraestructura de transporte y comunicaciones en las colonias, así como en promover la
inversión extranjera y el comercio para fortalecer la economía de las colonias (Mackenzie,
1999).

Sin embargo, la expansión colonial también tuvo un costo económico y social para Gran
Bretaña. La inversión en la expansión colonial y la defensa de los nuevos territorios
resultó costosa y tuvo un impacto en las finanzas públicas del país. Además, la
explotación de los recursos naturales y humanos de las colonias a menudo se llevó a
cabo a expensas de las comunidades locales y de los derechos humanos, lo que generó
tensiones y conflictos en las colonias y en el propio país (Mackenzie, 1999).

1.4.3. El impacto de la descolonización en la economía inglesa.

Ya habiendo indagado en la lucha de las colonias por su independencia tuvo un impacto


significativo en la economía inglesa, queda, para darle cierre a el presente tópico, meditar
sobre la situación que atravesó Inglaterra. Si bien la pérdida de las colonias americanas
afectó el comercio, la producción y la inversión británica, lo que llevó a una crisis
económica en el país y a una reevaluación de su estrategia colonial. Sin embargo, la
intensificación de la expansión colonial en otras partes del mundo, especialmente en Asia
y África, permitió a Gran Bretaña mantener su posición como potencia económica y
dominante en el comercio mundial.

El impacto económico del colonialismo en las colonias también fue significativo y


duradero. La explotación de los recursos naturales y humanos de las colonias por parte
de Gran Bretaña generó desigualdades económicas y sociales, así como tensiones
políticas y culturales que continúan afectando a muchos países hasta el día de hoy
(Mignolo, 2009).

En este contexto, la lucha de las colonias por su independencia se convirtió en un


movimiento global que cuestionó los fundamentos del colonialismo y reclamó la soberanía
y la dignidad de los pueblos colonizados. Aunque este proceso implicó costos y sacrificios
para ambas partes, también abrió la puerta a nuevas formas de relaciones internacionales
más equitativas y colaborativas que, en años venideros, resurgirían en la agenda política
y económica de Inglaterra (Mignolo, 2009).

2. - Inglaterra de cara al siglo XX.


Tal y como se ha venido explorando hasta ahora Inglaterra resultó ser una isla con una
rica historia de feudalismo, revolución industrial y colonialismo, enfrentó grandes cambios
políticos y económicos en el siglo XX. La economía británica, impulsada por siglos de
comercio y expansión colonial, fue una de las más poderosas del mundo durante los
siglos XIX y XX. Sin embargo, este poderío económico también trajo consigo tensiones
políticas y sociales, así como un declive gradual que culminó con la pérdida del Imperio
británico y su entrada en una nueva era de desafíos y oportunidades en el siglo XX. A lo
largo de este apartado, exploraremos los principales eventos y transformaciones políticas
y económicas que dieron forma al Inglaterra del siglo XX, desde las consecuencias de la
Primera Guerra Mundial, la gran depresión, el keynesianismo económico, la segunda
guerra mundial, la creación de la ONU, la guerra fría, conflictos bélicos y su impacto en la
economía, la entrada a un sistema unipolar de neoliberalismo económico con Margaret
Thatcher, la unión europea y las tensiones postguerra fría.

2.1. Primera Guerra Mundial.

En este apartado nos dedicaremos a indagar en uno de los acontecimientos que dejaron
huella de inicios del siglo XX, la primera guerra mundial, indagando desde sus
antecedentes, su desarrollo y, evidentemente, sus consecuencias y el papel que estas
jugaron en el rubro económico inglés.

2.1.1. Antecedentes de la Primera Guerra Mundial.

Antes de dar hincapié sobre cómo quedó Inglaterra en el ámbito económico es importante
que se recapitule sobre como ocurrió la primera guerra mundial que se le denomina
también la Gran Guerra y esto fue uno de los conflictos más mortíferos de la historia que
preparó todo el terreno para otra guerra mundial a solo 20 años después. Se tratará de
comentarse lo más general y breve posible, para que con esto se pase a la incógnita
principal y esa es, ¿Qué fue de Inglaterra en la Gran Guerra?

Recordemos que la Primera Guerra Mundial fue durante 1914 a 1918 y este fue el evento
que definió el siglo XX ya que se devastó el orden político, económico y social para
Europa. Fue un acontecimiento inverosímil, pues ocurría en el marco de la supuesta era
del progreso. A pesar de los estragos económicos y las serias crisis internacionales que
se tenía. Europa trataba de no meterse en conflictos que lo mantuvieran en el foco central
de alguna disputa. Se tenía una enorme confianza sobre el desarrollo tecnológico
añadiendo que se creía que los humanos estaban creando un paraíso, pero al inicio y al
término de la Guerra, no fue posible seguir manteniendo las mismas ilusiones sobre el
progreso tecnológico que anteriormente se creía. Para entonces, Europa y Medio Oriente
se habían convertido en una pesadilla en la que la Gran Guerra fue el inicio del siglo XX.

El 28 de junio de 1914, el heredero al trono austro-húngaro, el archiduque Francisco


Fernando, fue asesinado junto con su esposa, la duquesa Sophie Chötek, en Sarajevo. El
evento sirvió como causa inmediata de la Guerra; sin embargo, otros motivos políticos y
de muy largo alcance, como el expansionismo del Imperio austro-húngaro, la unificación
alemana de Otto von Bismarck o el imperialismo británico en las zonas norte de África y el
Medio Oriente, tuvieron a los europeos en constantes enfrentamientos desde finales del
siglo XIX (Museo Memoria y Tolerancia, s.f.).

La creencia liberal de que los Estados debían organizarse bajo líneas nacionalistas para
lograr la pacificación generó, más allá de cooperación, competencia. De tal manera, las
rivalidades imperiales en las colonias y en las rutas de comercio se intensificaron con el
expansionismo. Al mismo tiempo, las grandes potencias se dividieron en dos bandos:
Alemania, Austria-Hungría e Italia formaron la Triple Alianza en 1882, mientras que
Francia, Gran Bretaña y Rusia crearon la Triple Entente en 1907. Para el inicio de la
guerra, el sistema de alianzas permitió que el mundo se dividiera y que los antagonismos
jugaran un rol decisivo: la crisis económica en la Península de los Balcanes, así como la
lucha por el dominio de los estados en el suroeste europeo –mayoritariamente entre la
Rusia Imperial y Austria-Hungría–, brindó la oportunidad de que el Imperio otomano se
insertara en el bando de la Triple Alianza, persiguiendo objetivos similares (Museo
Memoria y Tolerancia, s.f.).

Las causas de la Gran Guerra son diversas, pero sus raíces se encuentran en una red
compleja de alianzas entre las potencias europeas, poco a poco se fueron sumando más
países a uno y otro bando. La entrada más decisiva de todos los países fue Estados
Unidos en la guerra tras un largo periodo de no intervención. Este mismo conflicto se
expandió hacia el mundo y afectó a países aliados de Australia, Asia, Oriente Medio y
África.

2.1.2. Desarrollo de la Primera Guerra Mundial.

A pesar del uso de avances tecnológicos como el gas tóxico o los tanques blindados y
submarinos, ambas facciones estaban atrapadas en una guerra de trincheras que se
cobró un gran número de víctimas (Blakemore, 2019). El 1 de julio de 1916, las fuerzas de
infantería británicas y francesas atacaron las líneas de defensa alemanas en una
extensión fronteriza de más de 40 kilómetros, cerca del Río Somme en Francia. Pronto, la
maquinaria alemana abrió fuego y su eficaz manejo de la tecnología industrial proporcionó
a los germanos una inigualable ventaja: 21 mil soldados ingleses perdieron la vida en tan
solo un día. Después de seis meses de guerra, Gran Bretaña únicamente había logrado
avanzar ocho kilómetros hacia el centro de Europa. El resultado: la muerte de más de 1
millón de militares alemanes, franceses y británicos (Museo Memoria y Tolerancia, s.f.).

El 28 de junio de 1919, a las afueras de París, los dignatarios europeos se congregaron


en el Palacio de Versalles para firmar uno de los tratados más odiados de la historia. El
Tratado de Versalles puso fin formalmente a la Primera Guerra Mundial y, al mismo
tiempo, sentó las bases de la Segunda Guerra Mundial. Aunque fue precedido de una
conferencia de paz que duró más de un año, no gustó a ninguno de los países firmantes.
(Blakemore, 2019).

Todo el mundo, de manera literal, tenía el deseo de paz tras lo horrible que fue la Gran
Guerra. Lamentablemente no fue con los efectos esperados ya que fue socavado por
Hitler a lo largo de los años 30. Blakemore (2019), comenta que lo consideraban un duro
diktat (una paz impuesta), los políticos alemanes de derechas utilizaron el tratado como
punto de encuentro nacionalista.

Cuando la tormenta de la Primera Guerra Mundial empezaba a divisarse, el Imperio


británico no estaba en absoluto preparado para capearla. Pero finalmente logró una de las
mayores y más rápidas movilizaciones militares de la historia, que tendría implicaciones
en la guerra y en el mismo Imperio.

Al contrario que muchas otras potencias, los británicos no habían peleado en ninguna
gran guerra terrestre en un siglo. Por los tratados que acabaron llevándoles a la guerra,
los británicos tenían un ejército profesional de 400.000 efectivos (más 300.000 reservistas
y fuerzas territoriales), mucho menor que el de sus aliados. Además, la mitad se
encontraba desperdigado por el Imperio. Se crearon centros de reclutamiento, el límite de
edad se elevó a 38 años y la altura mínima se redujo a 1,60 metros. En total, 2.466.719
hombres se alistaron entre agosto de 1914 y diciembre de 1915. El Reino Unido no
introdujo la leva hasta 1916 y hacia el final de la guerra en 1918, en su momento cumbre,
tenía un ejército de 4 millones (Londres, 2014).

2.1.3. Consecuencias económicas para Inglaterra.

Para Gran Bretaña el período entre 1918 y 1939 fue un periodo de crisis que afectó todos
y cada uno los aspectos de la vida del país: económico, social y político, afectando
también aspectos internacionales. La depresión y el desempleo a principio de los años 30,
seguidas por el levantamiento de Hitler y la cruel sombra del Fascismo y Nazismo en
Europa, con la amenaza de otra guerra, supuso una especie de paisaje desolador que
también se vio reflejado en las obras de poetas y novelistas de la época. Los años 30 se
conocen como “La Década Roja” debido a que sólo la izquierda parecía ofrecer algunas
soluciones. La rebelión franquista contra el gobierno republicano en España, que
comenzó en 1936, se consideró la antesala de la Segunda Guerra Mundial (Cobos, 2009).

La primera Guerra Mundial probablemente afectó mucho más a Gran Bretaña que a sus
aliados occidentales, pues supuso experimentos en asuntos económicos, ferrocarriles y
minas de carbón, fabricación de armamento y aspectos sociales. Así pues, la guerra
supuso, primero, un catalejo para cambios sociales y económicos; segundo, la guerra
difuminó las fronteras entre las clases sociales y los sexos, y también cambió la posición
de las mujeres, trayendo emancipación política, social y económica. Económicamente,
Gran Bretaña había sufrido serios daños debido a que las industrias de la Revolución
Industrial sobre las cuales se había asentado la prosperidad del país estaban dañadas o
debilitadas. El Primer Ministro, Lloyd George, se dedicó casi en exclusiva a la política
internacional y no les prestó atención a problemas tales como el desempleo, la falta de
vivienda digna, el separatismo irlandés, el resurgir de la industria… Por tanto, la primera
exigencia de los Conservadores fue atención por parte del gobierno a los problemas
económicos del país (Rodríguez, 2009).

En 1921 Londres decidió permitir el autogobierno a Irlanda del Norte, creyendo que, si no
era gobernados por Gran Bretaña, protestantes y católicos encontrarían el camino para
vivir en paz unos con otros, pero no fue así y esta decisión propició el regreso de los
Conservadores al gobierno en 1922. De hecho, el gobierno conservador ganó las
elecciones por un amplio margen. Stanley Baldwin, que gobernaría hasta 1937, tuvo que
hacer frente al desempleo, los problemas industriales, la deuda exterior y los problemas
económicos. La respuesta de Baldwin ante todos estos problemas fue abandonar su
política histórica de comercio libre y volver a “derechos de importación”. Aunque apoyado
por su partido, prometió llevar a votación tal cambio en su política y como consecuencia el
primer gobierno laborista de la historia de Gran Bretaña llegó al poder con James
McDonald como Primer Ministro. Pero McDonald estuvo al frente sólo nuevo mes, tras
esos meses Baldwin regresó al gobierno. (Cobos, 2009).
el derrumbe del precio del carbón resultó en el resurgir de la minería del carbón alemana
y en el colapso de la industria del carbón británica. Sin embargo, su gobierno realizó un
buen trabajo, especialmente el Ministerio de Salud dirigido por Neville Chamberlain.
Generalmente, el centro económico de Gran Bretaña iba cambiando de norte a sur y el
resultado fue la división política y económica de Gran Bretaña en dos áreas, división que,
a excepción de un intervalo durante la Segunda Guerra Mundial, aún existe. En 1935,
Italia atacó Etiopía y la opinión británica deseó permanecer en paz, pero al mismo tiempo
quiso sancionar una agresión no provocada. (Rodríguez, 2009).

Rodríguez, (2009) menciona que, para Gran Bretaña, la Segunda Guerra Mundial fue la
experiencia más terrible a la que tuvieron que hacer frente en las últimas décadas. El país
sufrió una devastación completa y la población careció de las necesidades básicas, de
hecho, la guerra significó para el país el final del Imperio Británico.

2.2. La Gran Depresión.

La gran depresión o también conocida como Crisis del 29, se dio antes entre la Primera y
Segunda Guerra Mundial. Terminada la primera guerra mundial, todos los países
comprometidos intentaron recuperarse lo más pronto posible. En Europa se presentaron
muchísimas dificultades, mientras que en los Estados Unidos se producía una nueva
época de prosperidad para el capitalismo, durante buena parte de la década de 1920.
(González & Guzmán, 2017).

La política gubernamental norteamericana se basaba en la creencia de que, si se


fomentaban los negocios particulares, la prosperidad alcanzaría a todos los estratos de la
población. En consecuencia, creó las condiciones más favorables para el desarrollo de la
industria, en general. Las leyes de 1922 hasta 1930 sobreprotegieron a los fabricantes
norteamericanos de la competencia extranjera, creando el monopolio en el mercado
nacional. Al mismo tiempo, redujeron radicalmente o abolieron por completo, los
impuestos, con el propósito de que los ricos invirtieran en nuevas empresas industriales.
(González & Guzmán, 2017).

A lo largo de la década de 1920 se estimuló, de una manera sustancial, a los negocios


privados. Se otorgaron grandes préstamos para la construcción; se aprobaron jugosos
contratos de transporte; y se dieron otros subsidios indirectos. De este modo, por ejemplo,
la Marina Mercante, que había sido, en parte, propiedad del gobierno, entre 1917 y 1920,
había pasado a ser propiedad de empresarios privados. La industria y las finanzas
seguían un ritmo creciente de bonanza. El espectro de la guerra quedaba superado
ampliamente. Ahora se producía en serie, mediante una nueva organización de trabajo;
se vendía en grandes cantidades, alentada por una agresiva propaganda comercial. Las
riquezas se acumulaban rápidamente en pocas manos, mientras la mayoría permanecía
marginada de estos beneficios (González & Guzmán 2017).

2.2.1. Efectos de la gran depresión en Inglaterra.

Al terminar la Primera Guerra Mundial, que le privó del liderazgo mundial, había contraído
una deuda externa y su estructura industrial se encontraba anticuada. El comercio de
exportación se había reducido al 50 por ciento. La mayor parte de sus industrias se
encontraban en dificultades. Sólo la industria eléctrica y química cobraban un auge
considerable. El gobierno, al intentar mantener la estabilidad monetaria, propició la
desocupación, el desempleo y la gran depresión o crisis de 1929 (González & Guzmán,
2017).

La solución se enfrentó suprimiendo la convertibilidad monetaria en oro, la reducción


oficial de descuento, la disminución de las remuneraciones, el incremento de los
impuestos, la realización de obras públicas, la intervención estatal en la importación y el
precio de los productos agrícolas y las importaciones fueron gravadas con mayores
impuestos. Con todas estas medidas, sin embargo, el comercio no llegó a equiparse al
que se registró antes en 1913 (González & Guzmán, 2017).

De igual manera, la bajada de los precios de las materias primas y alimentos de la que
era importadora neta, también la posesión de un imperio ultramarino que le otorgaba
cierta autonomía interna en un contexto de contracción del comercio internacional. De
hecho, Gran Bretaña utilizó sus dominios coloniales para paliar la crisis. Cuando impuso
aranceles a las importaciones éstos fueron relativamente bajos en el caso de las compras
efectuadas a sus colonias. A pesar de ello se vio obligada a abandonar el librecambismo
de que había hecho gala durante el siglo XIX. Billete de la India británica de 10 rupias.
1933 (s.a., s.f.).

Por lo demás, el alto precio que alcanzaban sus productos industriales, unido a la
contracción de la demanda y a una constante conversión de libras en oro, obligaron al
Banco de Inglaterra a abandonar el patrón oro, provocando la devaluación del valor de la
moneda en un 30% y precipitando la caída de otras divisas estrechamente vinculadas a la
libra. La falta de capacidad adquisitiva de los países suministradores de materias primas,
sus tradicionales clientes, erosionó su capacidad exportadora. Los efectos más adversos
de la depresión en el Reino Unido se prolongaron hasta 1932, si bien sus secuelas se
dejaron sentir hasta finales de la década (s.a., s.f.).

2.3. La política económica de Keynes.

Tal y como se mencionó anteriormente La Gran Depresión que sacudió la economía


mundial en la década de 1930 fue un momento de profunda reflexión en el campo de la
economía. En este contexto, surgió la figura de John Maynard Keynes, uno de los
economistas más influyentes del siglo XX. Su teoría económica, expuesta en su obra "La
Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero" propuso un enfoque radicalmente
diferente para enfrentar la crisis, que se alejaba de las ideas predominantes en la época.
En este apartado, profundizaremos en los principios básicos de la teoría de Keynes, y
analizaremos su impacto en la economía británica y mundial.

2.3.1. Principios básicos de la teoría de Keynes.

La teoría económica de Keynes, también conocida como keynesianismo, tal y como se


indicó, se desarrolló como una respuesta a la Gran Depresión de los años 30, cuando la
economía mundial se encontraba en una situación de profunda recesión y desempleo.
John Maynard Keynes, el principal exponente de esta teoría, propuso una serie de
medidas para superar la crisis, basada en la intervención del Estado en la economía.
Uno de los principales postulados del keynesianismo es la idea de que los mercados no
siempre funcionan de manera eficiente y que, en ocasiones, pueden llevar a situaciones
de inestabilidad económica. Keynes argumentaba que, en un mercado libre, la inversión y
el ahorro no siempre se equilibran de manera automática, lo que puede generar
recesiones y desempleo (Ros, 2013).

En este sentido, Keynes propuso una serie de medidas para estimular la demanda
agregada y evitar las crisis. Una de estas medidas es el aumento del gasto público, que
puede impulsar la economía en momentos de recesión (Palley, 2005). Para Keynes, el
Estado debería asumir un papel activo en la economía, aumentando el gasto en
infraestructuras y servicios públicos para estimular la inversión y el empleo (Ros, 2013).

Otro de los postulados clave del keynesianismo es la importancia del consumo como
motor de la economía. Según Keynes, el consumo privado es una fuente importante de
demanda agregada y, por lo tanto, debería ser estimulado a través de políticas públicas
que fomenten la distribución de la riqueza y la mejora del nivel de vida de la población
(Palley, 2005).

Además, la teoría económica de Keynes destacó la importancia del empleo como variable
fundamental para garantizar la estabilidad económica. Para Keynes, el desempleo genera
una situación de subutilización de los recursos productivos, lo que a su vez provoca una
disminución de la demanda agregada y una espiral recesiva. Por ello, Keynes propuso la
idea de que el Estado debía intervenir activamente en el mercado laboral, a través de
políticas de empleo y protección social para los trabajadores (Ros, 2013).

Por último, otro de los postulados clave del keynesianismo es la necesidad de mantener la
estabilidad en el nivel de precios y evitar la deflación. Para ello, Keynes propuso la
implementación de políticas monetarias que permitieran regular el suministro de dinero en
la economía y controlar la inflación (Palley, 2005).

2.3.2. Críticas y controversias en torno a su teoría.

A pesar de su popularidad y aceptación en algunos círculos políticos y económicos, la


teoría de John Maynard Keynes no ha estado exenta de críticas y controversias desde su
formulación. Desde sus primeros trabajos, los planteamientos de Keynes han sido objeto
de análisis y debate, tanto por sus posibles beneficios como por sus posibles limitaciones
y efectos negativos. En este apartado, se examinarán algunas de las críticas y
controversias más importantes que se han planteado en torno a la teoría económica de
Keynes.
Una de las críticas más comunes hacia la teoría de Keynes es que algunos de sus
supuestos fundamentales no se corresponden con la realidad. Por ejemplo, Keynes
asumía que el mercado no siempre funcionaba de manera eficiente y que los precios no
siempre reflejaban el verdadero valor de los bienes y servicios. Sin embargo, muchos
economistas argumentan que los mercados son bastante eficientes y que los precios son
una buena medida del valor (Palley, 2014).
Otra crítica frecuente hacia la teoría de Keynes es que no tiene en cuenta la complejidad
de la economía global. Keynes se centró en la economía del Reino Unido, que era una
economía cerrada y relativamente simple en comparación con la economía global actual.
Algunos economistas argumentan que las políticas basadas en las teorías de Keynes
pueden no ser aplicables o efectivas en economías más grandes y complejas (Palley,
2014).
Otra crítica importante hacia la teoría de Keynes es que algunos de sus seguidores han
malinterpretado sus ideas y han aplicado políticas económicas que no se corresponden
con su teoría. Por ejemplo, algunos gobiernos han utilizado la política fiscal expansiva
para aumentar el gasto público y reducir el desempleo, sin tener en cuenta el impacto a
largo plazo en la economía y en la inflación. Esto ha llevado a críticas sobre la eficacia de
las políticas económicas basadas en las teorías de Keynes (Palley, 2014).
También ha habido controversia en torno a la idea de que el gobierno puede intervenir en
la economía para lograr el pleno empleo y estabilizar la economía. Muchos economistas y
políticos creen que la intervención gubernamental en la economía puede llevar a
consecuencias no deseadas, como la inflación y el aumento de la deuda pública.
2.3.3. El impacto de la teoría de Keynes en la economía británica y mundial.
Habiendo explorado tanto los postulados como las críticas y controversias en torno a la
teoría de Keynes, es fundamental abordar su impacto en la economía británica y mundial.
La Gran Depresión fue un momento de inflexión en la historia económica mundial, y la
teoría de Keynes surgió como una alternativa a las políticas económicas vigentes hasta
entonces, que se habían mostrado ineficaces para combatir la crisis económica. En este
contexto, Keynes propuso una teoría económica basada en el papel activo del Estado en
la economía y la importancia de la demanda agregada para estimular el crecimiento
económico. Es importante destacar que la teoría de Keynes no solo influyó en la política
económica de Inglaterra, sino que también tuvo un impacto significativo en otros países,
incluyendo Estados Unidos, donde se implementó el New Deal, un conjunto de medidas
económicas que tenían como objetivo estimular la economía a través de la intervención
del Estado (Hirschman, 2014).

En este apartado, analizaremos cómo la teoría de Keynes influyó en la política económica


de Inglaterra y en otros países, así como su relevancia en la economía actual y los
debates que genera en la actualidad. También examinaremos los desafíos y críticas a la
aplicación de la teoría de Keynes en la economía mundial, así como su influencia en la
creación del Estado de bienestar y la adopción de políticas de estabilización económica
en el mundo occidental durante el siglo XX (Hirschman, 2014).

La teoría económica de Keynes tuvo un impacto significativo en la economía británica y


mundial, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial. Su enfoque en la
intervención estatal en la economía, el aumento del gasto público para estimular la
demanda agregada y la regulación del mercado para evitar fluctuaciones cíclicas se
convirtió en un modelo económico popular en muchos países, incluyendo Gran Bretaña.

En Gran Bretaña, la implementación de las políticas keynesianas fue gradual. Después de


la Segunda Guerra Mundial, la economía británica se encontraba en una situación
precaria, con una enorme deuda de guerra y una infraestructura debilitada. El gobierno
laborista de Clement Attlee implementó políticas keynesianas para reconstruir la
economía, incluyendo la nacionalización de industrias clave, la creación del Servicio
Nacional de Salud y la expansión del Estado de bienestar. Estas políticas ayudaron a
estimular la demanda agregada y a aumentar el crecimiento económico en la posguerra.

A pesar de las críticas que surgían respecto a dicha doctrina económica y política, la
teoría de Keynes continuó teniendo un impacto significativo en la economía mundial. En
Estados Unidos, el New Deal de Franklin D. Roosevelt en la década de 1930 fue un
ejemplo temprano de las políticas keynesianas. Después de la Segunda Guerra Mundial,
muchos países europeos adoptaron políticas keynesianas para reconstruir sus
economías, y la teoría también influyó en la creación de la Unión Europea y en la
implementación de políticas económicas en países en desarrollo (Hirschman, 2014).

Pero bien, si bien la teoría de Keynes y sus políticas económicas ayudaron a Inglaterra a
superar la Gran Depresión y a sentar las bases del Estado de bienestar, la amenaza de la
guerra estaba latente en Europa (Hirschman, 2014). Después de la Primera Guerra
Mundial, muchos países vencedores como Inglaterra experimentaron un crecimiento
económico y una relativa estabilidad política, mientras que países perdedores como
Alemania sufrieron una crisis económica y social que llevó al surgimiento del totalitarismo
nazi, que más pronto que tarde repercutirían a nivel global.

2.4. Auge de la industria Automotriz en Inglaterra.

A principios del siglo XX, la industria automotriz en Inglaterra estaba en sus primeras
etapas y comenzó a florecer Después de la Primera Guerra Mundial, después de que su
economía comenzó a recuperarse y la demanda de automóviles comenzó a aumentar,
había varias empresas pequeñas que construían automóviles de lujo para los ricos, pero
la producción era limitada y los precios eran altos. En ese momento, la producción en
masa aún no se había implementado, y la mayoría de los automóviles se construían a
mano siendo las marcas más conocidas en ese momento eran marcas de lujo como Rolls-
Royce y Bentley. (Claudio, 2021)

En la década de 1910 William Richard Morris, conocido como "W.R.M.", fue el creador de
la industria automotriz moderna en Inglaterra a partir de la nada en 1910 y quien fundó su
compañía en 1919 Morris Motor Company luego de vender más de 400 unidades de su
primer automóvil, el Morris Oxford que fue un éxito entre las masas convirtiéndose en el
coche más usado en las calles inglesas entre los años 20s y 30s. (Claudio, 2021)

Morris fue un pionero en la producción en masa de automóviles, y su enfoque en la


eficiencia y la reducción de costos lo ayudó a mantener sus precios bajos y a atraer a un
público más amplio. También fue uno de los primeros en introducir el uso de la línea de
ensamblaje en la producción de automóviles en Inglaterra. (Claudio, 2021)

Con el tiempo, la producción en masa de automóviles se generalizo entre las compañías


automotrices de Inglaterra, y las empresas británicas comenzaron a producir automóviles
a un ritmo más rápido lo que poco a poco fue el preludio de la cultura del automóvil que
tendría su origen en los años 50.

La competencia en la industria automotriz inglesa era feroz, con marcas nacionales


compitiendo con marcas extranjeras como Ford y General Motors. En general las
empresas estadounidenses tenían la ventaja en cuanto a producción y costos mientras
que los autos ingleses de la época eran conocidos por su diseño elegante y su calidad,
pero también eran relativamente caros en comparación. (Guzman ,2016)

La industria del automóvil de Estados Unidos estaba en pleno apogeo y dominaba el


mercado mundial. Las empresas como Ford, General Motors y Chrysler estaban
produciendo automóviles en cantidades gigantes en comparación de sus homologas
inglesas y a precios muy bajos, lo que las hacía muy competitivas, pero por otro lado las
empresas británicas como Morris Motors, Austin, Bentley y Rolls-Royce, se centraron en
la producción de vehículos de gran calidad y alto precio. Por lo que los automóviles
británicos eran vistos como símbolos de estatus y prestigio, y a menudo eran adquiridos
por personas adineradas. (Guzman ,2016)

A pesar de las diferencias en sus estrategias de producción, las empresas británicas y


estadounidenses tuvieron un impacto significativo en la evolución del automóvil, los
fabricantes británicos se centraron en la mejora de los motores, la comodidad y el diseño,
mientras que los estadounidenses se enfocaron en la incorporación de nuevas
tecnologías, como la transmisión automática y los sistemas de suspensión hidráulica.
(Guzman ,2016)

Teniendo un gran impacto significativo en la economía del país. La producción de


automóviles creó empleos en el sector industrial, así como en otros sectores, como la
ingeniería, la publicidad y la venta al por menor. También contribuyó al desarrollo de la
infraestructura de transporte en todo el país, lo que permitió a más personas viajar más
fácilmente.

Aunque la industria inglesa tuvo una gran caída durante la gran depresión y el sector
automotriz no fue la excepción cerrando muchas empresas y fabricantes ingleses por la
baja demanda de automóviles y la posterior segunda guerra mundial dejarían por mucho
tiempo una cicatriz en la industria que tardaría años en sanar. (s.a., s.f.).

2.5. Inglaterra de cara a la Segunda Guerra Mundial.

La Segunda Guerra Mundial marcó un antes y un después en la historia de Inglaterra.


Durante seis años, el país se enfrentó a una de las crisis más graves de su historia,
luchando en solitario contra la poderosa maquinaria de guerra nazi. La economía
británica, que ya había sufrido las consecuencias de la Primera Guerra Mundial y la Gran
Depresión, se vio sometida a un esfuerzo de guerra sin precedentes. Racionamiento,
escasez de bienes y servicios, y una movilización económica y social sin precedentes se
convirtieron en la norma. En este apartado, analizaremos el impacto de la Segunda
Guerra Mundial en la economía británica, así como los programas de reconstrucción
económica que se implementaron para impulsar la recuperación del país. También
exploraremos el papel del Plan Marshall y la relación con Estados Unidos en la economía
de posguerra, así como los desafíos y las consecuencias de la reconstrucción económica
en la sociedad y en la economía del país.

2.5.1. La Segunda Guerra Mundial.

Durante este periodo de guerra que gran Bretaña paso la economía inglesa se encontraba
en un estado vulnerable ya que todavía podían sentir las repercusiones de la primera
guerra mundial y de la gran depresión a pesar de contar con una industria bien
establecida, su producción y su comercio todavía no se encontraban al 100% , por lo que
a pesar de ser potencia militar global junto con Francia querían evitar cualquier conflicto
posible, ya sea porque todavía no estaban preparados militar o económicamente, del lado
económico una guerra significa desviar mucho capital , lo que significaría que muchas
fábricas y talleres dedicados a producir bienes y productos ahora serían destinados a
producir material militar. (Lozano Camara, 2004).

Gran Bretaña se vio obligada a gastar grandes cantidades de dinero en la guerra, lo que
llevó a una inflación significativa y a la escasez de bienes y alimentos debido a la falta de
mano de obra e importaciones los británicos tenían que usar cupones de racionamiento
para adquirir alimentos, ropa y otros bienes, y las cantidades que podían comprar estaban
restringidas para asegurar que la producción se centrara en la guerra en lugar de en el
consumo civil ya que los trabajadores se unieron al esfuerzo de guerra, con muchos
hombres luchando en el frente no había gente que trabajara en el campo o que movieran
mercancías así que las mujeres que tomaron trabajos en fábricas y otras industrias para
mantener la cadena de producción. (Lozano Camara, 2004).

El gobierno británico implementó una serie de medidas para controlar la economía


estableciendo controles de precios y la nacionalización de la industria. El gobierno
británico adquirió el control de varias industrias clave, incluidas la minería, el transporte y
la energía, para asegurarse de que la producción se centrara en la guerra.

Su economía también se vio afectada por los ataques aéreos alemanes durante la Batalla
de Inglaterra. Muchas ciudades y fábricas fueron dañadas o destruidas, lo que afectó la
producción sin embargo siguió siendo alto, con muchas fábricas que operaban en turnos
de 24 horas para mantener el suministro de armas y suministros militares logrando
moverse a una dirección más planificada y organizada por el gobierno que permitió una
recuperación un poco más rápida. (Lozano Camara, 2004).

Finalmente Inglaterra dependía en gran medida de los apoyos financieros y ayudas que le
daba Estados Unidos en forma de cargamentos con suministros que podían ser material
militar así como bienes de consumo como comida y medicamentos.

Aunque los buques y cargueros mercantes con estos apoyos eran objetivo de ataques
alemanes por lo que no siempre llegaban la carga a su destino, a su vez Estados Unidos
después de la guerra le otorgo un gran préstamo financiero a toda Europa llamado plan
Marshall que consistió en la asignación de más de 13 mil millones de dólares en ayuda
económica a los países europeos afectados por la guerra y estableció una cooperación
económica y política entre los países beneficiarios. Esto se logró mediante la creación de
una agencia de coordinación, la Organización Europea de Cooperación Económica
(OECE), que tenía como objetivo promover el comercio y la integración económica en
Europa. (Lozano Camara, 2004).

En 1945, Estados Unidos era el principal acreedor de la mayoría de los países y


controlaba dos tercios de las reservas mundiales de oro. Su dominio como potencia
industrial, financiera y agrícola se impuso sin discusión, superando a su principal
oponente, la Unión Soviética mientras que Reino Unido, Francia y Alemania habían
perdido definitivamente su liderazgo económico e industrial. (Lozano Camara, 2004).

2.6. La incorporación de Inglaterra a la Comunidad Económica Europea.

En un discurso en la Universidad de Zúrich en 1946, Winston Churchill propuso la


creación de los "Estados Unidos de Europa" liderados por Francia y Alemania, con el
apoyo de Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética. Churchill abogó por una
unión política, no solo económica, Así, decía Churchill:

« [...] debemos recrear la familia europea en una estructura regional denominada, puede
ser, los Estados Unidos de Europa [...] En esta tarea urgente, Francia y Alemania deben
tomar juntas la dirección. Gran Bretaña, la Commonwealth británica, la ponderosa
América —y, yo creo, la Rusia Soviética [...] — deben ser los amigos y los promotores de
la nueva Europa y deben defender su derecho a vivir». Y creía que las naciones
pequeñas deberían tener igual importancia en la estructura de la nueva Europa. Para
Churchill, la asociación entre Francia y Alemania era esencial para el renacer de Europa y
la recuperación del liderazgo moral y cultural de Francia. (Bar, 2017).

Gran Bretaña siempre ha sido reticente a la idea de una Europa unida, ya que su historia
sumado a la victoria en la Segunda Guerra Mundial reforzaron la creencia de que tenía un
papel y responsabilidad a nivel mundial, así como un gran imperio que dirigir. A diferencia
de otros miembros de la Unión Europea, que ven el proyecto europeo como una forma de
dejar atrás una amarga historia, Gran Bretaña ve a la UE en términos pragmáticos y
financieros, y no como parte de su identidad y un apoyo para su seguridad. (Peet, s. f.).

Esto explica por qué el Reino Unido no se unió a la CEE en la década de 1950 y por qué
tuvo dificultades para unirse en la década de 1960 debido al veto de Charles de Gaulle.
En 1973, finalmente se unió a la CEE, y en 1975 se llevó a cabo un referéndum en el que
los británicos votaron a favor de permanecer en la CEE. A pesar de esto, la cuestión de la
pertenencia a la UE se ha vuelto a plantear recientemente en Gran Bretaña. (Peet, s. f.).

En 1975, Wilson tenía la ventaja de que Gran Bretaña se veía como económicamente
rezagada respecto al resto de Europa, lo que motivó la solicitud de adhesión a la CEE en
1961. La opinión en Londres era que países como Alemania, Francia y Luxemburgo los
estaban superando económicamente por lo que la idea de que Gran Bretaña era el
“enfermo de Europa” estaba muy arraigada en los electores. (Peet, s. f.).

Con la integración de Inglaterra a la Comunidad Económica Europea (CEE), actualmente


la Unión Europea (UE), en 1973, generó diversas reacciones en el mercado inglés. Por un
lado, algunos sectores económicos británicos vieron la oportunidad de mejorar su acceso
al mercado europeo y aumentar las oportunidades comerciales. Por otro lado, los sectores
más conservadores temían que la integración limitara la soberanía nacional del Reino
Unido y perjudicara a la economía. (Peet, s. f.).

La entrada a la CEE también provocó cambios en las políticas económicas y comerciales


del gobierno británico, como la adopción de políticas arancelarias comunes y la
implementación de regulaciones europeas. Sin embargo, la reacción del mercado fue
mixta y se dieron algunos problemas iniciales de adaptación a la nueva estructura
económica pero beneficiándose de fondos europeos para financiar proyectos de
desarrollo regional y otros programas sociales. (Peet, s. f.).

2.7. La descolonización Británica.

Durante la Segunda Guerra Mundial, varias colonias británicas en Asia y África vieron una
oportunidad para obtener su independencia. Aunque no fue el resultado directo de la
guerra, la lucha de Gran Bretaña contra las potencias del Eje y la necesidad de
reorganizar su imperio después de la guerra ciertamente influyó en el proceso de
descolonización posterior. (Padinger, 2022).

Muchas de las colonias británicas en todo el mundo jugaron un papel importante en el


esfuerzo de guerra del Reino Unido. Por ejemplo, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y
Sudáfrica enviaron tropas a Europa para luchar contra Alemania. También hubo
importantes operaciones militares en las colonias británicas en Asia, África y el Medio
Oriente. (Padinger, 2022).

Después de la Segunda Guerra Mundial, el Imperio británico estaba en declive y comenzó


a desintegrarse debido al aumento del nacionalismo en las colonias, que buscaban su
independencia con la ayuda del Comité de Descolonización de la ONU. (Padinger, 2022).

India aprovechó la oportunidad para presionar por su independencia durante la guerra, y


en 1947 obtuvo la independencia después de años de lucha liderada por figuras como
Mahatma Gandhi. Otros países como Sri Lanka, Myanmar (Birmania) y Malasia también
obtuvieron su independencia en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
(Padinger, 2022).

En los años siguientes a la independencia de India, muchos otros países asiáticos


lograron su independencia del Reino Unido, como Malasia en 1957, Birmania (hoy
Myanmar) en 1948 (aunque recientemente ha sufrido un golpe militar en 2021), Ceylon
(hoy Sri Lanka) en 1948, Singapur en 1963, entre otros. (Padinger, 2022).

En África, la descolonización fue más gradual y comenzó a finales de los años 40 y


principios de los 50. En 1957, Ghana se convirtió en el primer país africano en obtener su
independencia de Gran Bretaña, y en las décadas siguientes muchos otros países
africanos también obtuvieron su independencia. (Padinger, 2022).

El Imperio británico tuvo una gran presencia en el Medio Oriente después de la Primera
Guerra Mundial, controlando la mayoría de la región, incluyendo Egipto, Palestina,
Yemen, e Iraq. A pesar de esto, no tenía la capacidad para mantener su dominación, lo
que resultó en una salida caótica. La partición de Palestina en dos estados (árabe y judío)
fue recomendada por la Asamblea de la ONU, pero el Reino Unido se retiró del territorio
en mayo de 1948 antes de que esto pudiera suceder, lo que llevó a la guerra árabe-
israelí. (Padinger, 2022). Hong Kong fue una de las últimas colonias significativas del
Imperio Británico, que se devolvió a China en 1997. Los británicos habían controlado
Hong Kong desde el siglo XIX, pero se acordó un estatus especial para proteger su
sistema de gobierno, economía y autonomía. En la ceremonia de traspaso de soberanía
participó el entonces príncipe de Gales, Carlos, quien se convertiría en el futuro rey del
Reino Unido (Padinger, 2022).

2.8. La privatización de empresas públicas de Inglaterra en la década de 1980.

Durante la década de 1970, los conservadores británicos se encontraban en una crisis y


para mantener su dominio parlamentario, elaboraron el Informe Ridley que recomendó la
privatización del sector público y la eliminación de los sindicatos. En un principio, la
privatización se subordinó a otros temas políticos, como la supresión salarial para
controlar la inflación. Sin embargo, la primera administración de Thatcher tuvo éxito en la
privatización de algunas grandes compañías del sector público, con el objetivo de obtener
ingresos y reducir los préstamos del sector público. Se centraron en privatizar entidades
aún rentables en lugar de enfocarse en la privatización en sí misma. (Seymour, 2012).

Durante la recesión de los años 80, los conservadores británicos adoptaron la


privatización como una posible solución, argumentando que hacer que las grandes
empresas de servicios públicos fueran más eficientes y productivas haría al mercado
británico más competitivo. La venta de empresas como Jaguar, British Telecom, Cable &
Wireless, British Aerospace, Britoil y British Gas en 1979 se convirtió en el foco de esta
política. La privatización no solo buscaba estimular la inversión privada, sino también
librar una guerra cultural para rediseñar al electorado siguiendo las líneas del "capitalismo
popular" pregonado por Thatcher y promovido en la campaña publicitaria de "Tell Sid".
Todo esto estaba en línea con las ideas de Hayek que habían guiado a Thatcher durante
su tiempo en la oposición. (Seymour, 2012).

Después de la tercera victoria electoral de los conservadores, se implementó un programa


de privatización más agresivo que incluía la venta de servicios públicos como British
Steel, British Petroleum, Rolls Royce, British Airways, el agua y la electricidad. A pesar de
la oposición, se impusieron medidas de orientación mercantil en el sector público, desde
el "mercado interno" en el servicio sanitario hasta la controvertida "carta ciudadana" de
John Major. A pesar de esto, la fuerte oposición a las privatizaciones podría haber
detenido cualquier intento de privatizar el NHS. (Seymour, 2012).

Algunos argumentaron que la privatización resultó en una concentración excesiva del


poder económico en manos de unos pocos inversores privados, en detrimento del interés
público y los trabajadores de las empresas privatizadas. También hubo preocupaciones
de que llevara a una disminución de la calidad de los servicios públicos y un aumento de
los precios para los consumidores. En la cuarta administración conservadora, a pesar de
la debilidad y división del gobierno, se mantuvieron las premisas neoliberales de la política
liderada por Thatcher y se impulsaron privatizaciones en los campos que consideraban
factibles. Se vendió British Coal, Powergen, National Power y British Rail, pero se
abandonó la privatización de Correos debido a la oposición pública y a la resistencia de
los diputados conservadores. (Seymour, 2012).

2.9. La guerra por las Malvinas y su posterior recuperación.

El daño material de la Guerra de las Malvinas para el Reino Unido fue significativo. La
guerra resultó en la pérdida de 255 vidas británicas y más de 700 heridos. Además, 6
barcos británicos fueron hundidos y otros 9 dañados, y se perdieron alrededor de 100
aviones y helicópteros, además, la guerra interrumpió el comercio y el transporte marítimo
en el Atlántico Sur. En términos económicos, se estima que el costo total de la guerra fue
de alrededor de 2.800 millones de libras esterlinas en aquel entonces (unos 8.000
millones de libras esterlinas en la actualidad), incluyendo los gastos militares, las
reparaciones de los buques dañados y la reconstrucción de la infraestructura de las
Malvinas. La guerra también tuvo un impacto negativo en la economía británica a largo
plazo debido a los altos costos asociados con la recuperación económica y la
reconstrucción de la región. (Padinger, 2023).

Antes de la guerra, las Islas Malvinas/Falklands estaban en riesgo de colapso económico.


Sin embargo, en los últimos 40 años, sus ingresos se han incrementado en un 500%,
llegando a tener un PIB per cápita tan alto como el de Mónaco, Suiza o Noruega. El sector
pesquero es la principal fuente de ingresos y exportaciones, representando el 64% del
PIB en 2018. El turismo también es una importante fuente de empleo y el gobierno ha
invertido en infraestructura debido a este crecimiento. El desempleo se sitúa por debajo
del 1% y la inflación no ha superado el 3%. (Pérez, 2022).
4.. Aspectos Económicos: Inglaterra.

4.1. Sistema de organización económica.

Como parte de los antecedentes el capitalismo surgió en Inglaterra durante la Revolución


Industrial gracias a la inversión privada, el comercio internacional y la expansión de los
mercados. La estabilidad política y económica, la protección de los derechos de propiedad
y el acceso a materias primas y mercados a través del imperio colonial ayudaron a
consolidar el capitalismo en Inglaterra.

El sistema de organización económica de Inglaterra por ende es el capitalismo, lo que


significa que los recursos económicos son propiedad privada (como la tierra, capital y
trabajo), y estos se asignan a través de la oferta y la demanda del mercado. Es aquí
donde el gobierno tiene un papel muy limitado en cuestión de regulación de la economía y
la producción y distribución de bienes y servicios, ya que se encuentra determinada por
las decisiones de los consumidores y las empresas.

4.2. Tipo de economía.

La economía de Inglaterra se puede describir como una economía de mercado mixta, que
combina elementos de los sistemas de libre mercado y planificado. El sector privado es
una parte fundamental de la economía, y es responsable de una amplia gama de
actividades económicas, incluyendo la producción, distribución y venta de bienes y
servicios. Sin embargo, el gobierno también interviene en la economía a través de
regulaciones y políticas que buscan asegurar la estabilidad económica y proteger a los
consumidores.

El papel del gobierno en la economía de Inglaterra se extiende a la inversión en ciertos


sectores, como la salud y la educación. Además, el gobierno es responsable de la
regulación de los mercados, y de garantizar que las empresas operen de manera justa y
transparente. También hay una fuerte preocupación por la promoción del crecimiento
económico y la competencia de mercado, y el gobierno trabaja para asegurar que los
mercados sean justos y abiertos a la competencia.

Si bien hay preocupaciones en torno a la desigualdad económica y social, la economía de


Inglaterra ha demostrado ser resistente a las crisis económicas y ha mantenido un
crecimiento constante en los últimos años (BBC NEWS MUNDO, 2023).

4.3. Factores de producción.

Los factores de producción son los elementos que consideramos necesarios para la
producción de bienes y servicios en una economía, y de acuerdo a su “explotación” puede
esa economía ser una potencia. En general, dentro de esta materia se reconocen tres
factores de producción: tierra, trabajo y capital. A continuación, describiré los factores de
producción y los recursos naturales con los que cuenta Inglaterra, así como las
actividades agropecuarias, industriales y de servicios del país:
- Tierra: Inglaterra cuenta con una superficie total de aproximadamente 130,000
km², con una gran variedad de recursos naturales como bosques, minerales,
petróleo y gas natural.
- Trabajo: La fuerza laboral de Inglaterra es altamente capacitada y diversa, con una
amplia gama de habilidades y especializaciones.
- Capital: Inglaterra cuenta con una economía altamente desarrollada y un sistema
financiero sofisticado que proporciona acceso a capital para empresas y
emprendedores.

Ahora bien, hay que tratar la cuestión de los recursos naturales; ya que estos suelen ser
los siguientes:

- Petróleo y gas natural: Inglaterra tiene importantes reservas de petróleo y gas


natural en el Mar del Norte.
- Minerales: Inglaterra cuenta con importantes yacimientos de minerales como
hierro, carbón, zinc, plomo, estaño, cobre, entre otros.
- Bosques: A pesar de que la mayoría de los bosques originales de Inglaterra han
sido talados, todavía cuenta con importantes bosques de cultivo.
- Pesca: Inglaterra tiene una rica tradición pesquera y cuenta con importantes zonas
de pesca en sus costas.

En cuestión de sus actividades agropecuarias se pueden encontrar dentro de Inglaterra


con las siguientes:

- Agropecuario: La agricultura y la ganadería son importantes sectores económicos


en Inglaterra, que producen alimentos como cereales, hortalizas, frutas, lácteos y
carne.
- Industrial: La industria manufacturera es un sector clave en la economía de
Inglaterra, con productos como maquinaria, productos químicos, automóviles,
productos farmacéuticos, entre otros.
- Servicios: El sector de servicios es el más grande en la economía de Inglaterra,
con una amplia gama de actividades que incluyen finanzas, seguros, turismo,
educación, salud y tecnología de la información.

Mientras que como parte de la cuestión de factores de producción se debe de analizar en


donde se exportan dichos recursos o servicios, así como el hecho de observar el dónde
se llega a invertir como parte fundamental de su economía, para evitar algún tipo de
relación problemática con otros países debido a sus tratados o convenios ya establecidos;
además se debe de analizar que ante todo no afecte a su propia inflación. Dentro de los
principales mercados de exportación de Inglaterra son Estados Unidos, Alemania,
Francia, Países Bajos y China. Mientras que los principales mercados en los que invierte
Inglaterra son Estados Unidos, Francia, Alemania, Países Bajos y Japón.

Por otro lado, aunque no es considerado como factor de producción; la tecnología en


Inglaterra es conocida por ser un líder mundial en innovación y tecnología, con un
enfoque particular en la investigación y desarrollo de tecnologías avanzadas. Sus
aspectos más destacados incluyen: una gran comunidad de investigación y desarrollo,
apoyo a emprendimiento y startups, liderazgo en la investigación y desarrollo de
inteligencia artificial, una próspera industria de biotecnología y ciencias de la vida, y una
presencia importante en tecnología financiera.

En la cuestión de las comunidades de investigación y desarrollo más grandes y


avanzadas del mundo. El gobierno del Reino Unido ha hecho inversiones significativas
en investigación y desarrollo, con el objetivo de fomentar la innovación y el desarrollo
de tecnologías avanzadas. Además de que cuenta con una gran comunidad de
startups y emprendedores tecnológicos, especialmente en áreas como la inteligencia
artificial, la biotecnología y la tecnología financiera, en donde el gobierno ha
establecido políticas y programas para fomentar el emprendimiento y apoyar a los
startups. En cuanto a ello, haciendo referencia a la IA Inglaterra ha sido un líder
mundial en la investigación y desarrollo de la misma. Algunas de las compañías
líderes en el campo de la IA tienen su sede en el Reino Unido, y el gobierno ha
establecido iniciativas para apoyar la investigación y el desarrollo de la esta
tecnología.

En cuanto a la cuestión de aportación tecnológica nos podemos basar dentro de la


historia en el desarrollo de la computación moderna por parte de Alan Turing, la
invención del motor a vapor por parte de James Watt siendo este parte de los más
antiguos, así como el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming y la
invención de la máquina de hilar de algodón por Richard Arkwright, entre muchas
otras contribuciones significativas.

4.4. Moneda.

Al igual que en todo el Reino Unido, su moneda oficial en Inglaterra es la conocida


“Libra esterlina” siendo una de las más antiguas de las existentes en la actualidad
(además es una de las divisas independientes) ya que sus orígenes se remontan a la
Europa continental; el nombre de dicha moneda proviene de la palabra latina “libra
pondo” la cual hace referencia “una libra de peso”. En cuestión de divisas, esta misma
se ha convertido en un símbolo de estabilidad económica y de poder político desde la
época de la Gran Bretaña Imperial, pues durante muchos años ha sido utilizada en
transacciones internacionales, de comercio y en especial de finanzas. Dentro de sus
elementos visuales como divisa podemos encontrar en billetes de antigua circulación a
la monarquía británica desde la reina Isabel II, e incluso Jorge Vi, así como símbolos
nacionales, ilustraciones artísticas, entre otros.

Cabe de señalar que por más de 300 años el famoso Banco de Inglaterra ha sido
quien realiza la emisión de los billetes. Actualmente la moneda, ha sufrido diversos
cambios; pues desde que se dio a conocer en el año de 1489 con el Rey Enrique VII,
comenzaron a circular poco después de la creación del Banco de Inglaterra en 1694.
Actualmente está moneda equivale aproximadamente en pesos mexicanos a 22.43.
Por otro lado, las monedas que se encuentran en circulación son de 1, 2, 5, 10, 20 y
50 peniques y de 1 y 2 libras. Por otro lado, se cuenta con lo que son las monedas
conmemorativas, en las que podemos encontrar de acuerdo con el Royal Mint
múltiples sucesos históricos para la nación; un ejemplo entre las más destacadas es la
moneda conmemorativa de cinco libras esterlinas y 50 peniques emitida en 2022 tras
el fallecimiento de la reina Isabel II.

(imagen 1.1)

Mientras tanto los billetes más comunes tienen un valor monetario de 5, 10, 20, 50 y 100
libras esterlinas. Sin embargo, como dato curioso los billetes 1£ no suelen encontrarse
dentro de este lugar; ya que por lo general solo se imprimen en Escocia, siendo uno de
los países en donde circula la libra esterlina, así como lo son además Gales e Irlanda del
Norte.

(imagen 1.2)

Dando un giro en la cuestión monetaria, Inglaterra ha decidido también actualizarse con


las conocidas “monedas virtuales”, pues en esta nueva era se ha tomado el tiempo de
evaluar su propia moneda digital bautizada como “Bitcoin”, sin embargo, tras una
conferencia llevada en el Banco de Inglaterra se planteó que su objetivo no es sustituir a
la libra esterlina, sino que solo uno de cada diez pagos se logre realizar en efectivo para
finales de esta década, señaló Rishi Sunak ministro de Hacienda británico (2021).

4.5. Bloques económicos u organismos a los que pertenece.

El Reino Unido es miembro fundador de las Naciones Unidas y forma parte de las
principales organizaciones de cooperación política, económica y militar dentro del ámbito
occidental; dichos organismos con mayor relevancia a los que pertenece son: G7, G20,
OTAN, OMC, OCDE, Banco Mundial y FMI. Además de que es miembro permanente del
Consejo de Seguridad (Relaciones Exteriores de Reino Unido, 2022).

Cabe de señalar que, tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) el día 31 de
enero de 2020, el cual dicho bloque económico está formado por 27 países europeos que
comparten políticas y regulaciones comerciales dejo de ser parte característica de dicha
nación. Tras esto el Reino Unido y España tienen relaciones bilaterales que se rigen por
el Acuerdo de Cooperación Comercial y Económica entre el Reino Unido y la UE, desde el
1 de enero de 2021. A pesar de esto, las relaciones económicas entre España y el Reino
Unido son positivas y fluidas. Ambos países han firmado acuerdos en materia de
seguridad social, sanidad, justicia y fiscalidad. En particular, en marzo de 2013, se firmó
un convenio para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en cuanto a los
impuestos sobre la renta y el patrimonio.

Sin embargo, otros de los bloques económicos a los que Reino Unido pertenece o ha
establecido acuerdos comerciales son los siguientes:

- Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA): en donde el Reino Unido ha sido


miembro de EFTA desde su fundación en 1960, pero abandonó el grupo en 1973
cuando se unió a la UE. Tras el Brexit, ha vuelto a ser miembro de EFTA junto con
Noruega, Suiza e Islandia.
- Acuerdo de Libre Comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea (TCA):
después de la salida del Reino Unido de la UE, se estableció un acuerdo comercial
entre el Reino Unido y la UE que regula el comercio entre ambas partes.
- Acuerdo de Asociación Transpacífico (CPTPP): el Reino Unido solicitó unirse a
este acuerdo comercial entre 11 países de la cuenca del Pacifico, en los que
incluye a Australia, Canadá, Japón, México, y Nueva Zelanda, etc.
- Acuerdo de Libre Comercio entre el Reino Unido y USA: en donde Reino Unido
está en negociaciones con Estados Unidos para establecer un acuerdo comercial
bilateral.
- Acuerdo de Libre Comercio entre el Reino Unido y Corea del Sur: en donde se han
establecido en un acuerdo comercial bilateral las regulaciones en el comercio
entre ambos países.

5. ¿Cómo creemos que será la economía de Inglaterra en unos cuantos años?

No es posible predecir con certeza cómo será la economía de Inglaterra en el futuro, ya


que está influenciada por muchos factores y eventos impredecibles. Sin embargo, hay
algunas tendencias y proyecciones que pueden ayudarnos a entender hacia dónde se
dirige la economía inglesa, todo esto debido a su actualidad.

Podríamos decir que se espera que la economía de Inglaterra siga siendo impulsada por
la tecnología y la innovación debido al gran avance que existe hasta la fecha,
especialmente en áreas como la inteligencia artificial, la biotecnología y las tecnologías de
la información y la comunicación. También se espera que el comercio internacional siga
siendo un motor importante de la economía inglesa, con el país expandiendo sus
relaciones comerciales con países de todo el mundo. Sin embargo, debemos de analizar
que corre el riesgo de enfrentarse como a diversos países del mundo a nuevos desafíos
importantes, como la adaptación a los cambios en el mercado laboral, la competencia de
otros países en sectores importantes que hace que se llegue a considerar “potencia”, y la
transición hacia una economía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Además, con la separación de la Unión Europea puede seguir generando problemáticas
con los países pertenecientes a ello. Por otro lado, debemos de considerar la magnitud
del Brexit y sus consecuencias económicas, ya que son un factor importante a considerar.
CONCLUSIÓN.
Habiendo indagado tanto en la historia, tanto feudal como moderna de Inglaterra, a su vez
de haber ahondado en varios de los acontecimientos contemporáneos que hoy por hoy
pesan en la misma nación, podemos deducir que Inglaterra, pese a los retos que afronta y
afrontara en tiempos futuros, es uno de los países más importantes y poderosos en el
sistema económico mundial. Desde hace siglos, Inglaterra ha sido una figura clave en la
política internacional y económica, y ha sido una de las naciones fundadoras de
importantes organizaciones como la Organización de las Naciones Unidas, la OCDE, el
G7, el G20 y la UE.

La economía inglesa ha experimentado grandes cambios a lo largo de su historia, desde


su pasado feudal hasta la Revolución Industrial, el colonialismo y el descolonialismo,
hasta la actualidad. A pesar de estos cambios, Inglaterra ha sido capaz de mantener su
posición como una de las economías más importantes del mundo debido a su fuerte
sector financiero, sus industrias altamente tecnológicas, su enfoque en la innovación y su
habilidad para atraer inversiones extranjeras. Aun hoy el sector financiero en Inglaterra es
uno de los más importantes a nivel mundial, y la ciudad de Londres es un centro
financiero global que atrae a grandes empresas y multinacionales. La Bolsa de Londres
es una de las principales bolsas de valores del mundo, y el Banco de Inglaterra es una de
las instituciones financieras más respetadas y reconocidas a nivel mundial.

Además, Inglaterra cuenta con importantes industrias tecnológicas, como la industria


aeroespacial, la industria farmacéutica, la industria de las comunicaciones y la industria de
la energía. La inversión en investigación y desarrollo ha sido un aspecto importante para
mantener la competitividad de estas industrias, y el país cuenta con importantes
universidades y centros de investigación que contribuyen a la innovación y el desarrollo
tecnológico.

En la opinión del equipo encargado de la presente investigación, Inglaterra es un país que


ha tenido un impacto significativo en la economía mundial, especialmente en los últimos
siglos. A través de su papel en la Revolución Industrial y su extenso imperio colonial,
Inglaterra ha tenido una gran influencia en la economía global. Además, el país ha sido un
líder en la innovación y el desarrollo de tecnologías y empresas de vanguardia, como la
industria de servicios financieros en Londres. Inglaterra también ha sido un defensor del
libre comercio y ha participado en la creación y desarrollo de organizaciones
internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Sin embargo, como cualquier economía, Inglaterra también ha experimentado desafíos y


crisis económicas en el pasado, como la Gran Depresión y la reciente crisis financiera
global de 2008. También enfrenta desafíos actuales, como el impacto del Brexit y la
pandemia de COVID-19 en su economía.
En general, A pesar de los desafíos económicos que Inglaterra ha enfrentado en las
últimas décadas, como la crisis financiera de 2008 y el Brexit, ha logrado mantener su
posición como un importante centro financiero y comercial a nivel mundial.
El país cuenta con una economía diversificada, con sectores clave como la banca, la
industria manufacturera y el turismo. Además, ha llevado a cabo importantes reformas
económicas y sociales en el pasado, como la revolución industrial y la creación del Estado
de bienestar, que han tenido un impacto significativo en el crecimiento económico y el
bienestar de su población.
A pesar de la incertidumbre generada por el Brexit, el país se está adaptando y buscando
nuevas oportunidades de comercio e inversión fuera de la Unión Europea. Se espera que
la economía inglesa siga siendo un referente económico a nivel mundial en el futuro
cercano y a largo plazo, gracias a su capacidad de innovación, su flexibilidad y su
posición estratégica como puente entre Europa y el resto del mundo.
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