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ESTUDIANTES MATRICULAS
Giselle Areli del Valle Delgado…………………………….………………….2028119
Lozano Mendoza Víctor Manuel………………………………………………2013448
David Ezequías Martínez Trujillo……………………………………………..2017486
Ruiz Medellín Paulina…………………………………………………………..1993604
Rico Díaz Tania………………………………………………………………….2000537
Hoy por hoy Inglaterra es una de las naciones más influyentes en el mundo, tanto en
términos políticos como económicos. Con una historia que se remonta a la Edad Media y
la Revolución Industrial, Inglaterra ha sido pionera en muchos aspectos de la economía
mundial, incluyendo el comercio, la manufactura y las finanzas.
Durante la Edad Media, el sistema feudal se extendió por toda Europa, incluyendo
Inglaterra. Este sistema estaba basado en el control del territorio y de los recursos por
parte de la nobleza, quienes otorgaban protección y seguridad a los campesinos a cambio
de su trabajo y lealtad. En este apartado se analizarán las consecuencias económicas del
sistema feudal en Inglaterra, haciendo hincapié en su impacto en la economía del país. Se
estudiarán las características del sistema feudal inglés, su organización económica y
social, y se reflexionará sobre las consecuencias económicas y sociales que tuvo en el
país, así como su influencia en la economía inglesa de la época (Holligan, 2011).
El sistema feudal fue una forma de organización social, política y económica que
predominó en Europa Occidental durante la Edad Media, entre los siglos V y XV. En
Inglaterra, el sistema feudal se estableció tras la conquista normanda de 1066 y se
mantuvo hasta finales del siglo XIV, cuando comenzó a surgir una nueva clase social: la
burguesía (Brown, 2019).
1.1.2. Análisis del impacto del sistema feudal en la economía inglesa de la época.
El sistema feudal tuvo un fuerte impacto en la economía inglesa del periodo de tiempo
que estuvo vigente en Inglaterra, ya que se convirtió en el principal modelo de
organización económica y social. La propiedad de la tierra y la producción agrícola eran
las actividades económicas predominantes y la estructura social estaba organizada en
torno a la jerarquía feudal. Esto generó una serie de consecuencias y efectos
económicos, tales como:
Aparte de lo dicho, sería un desajuste intelectual por parte de este escrito no indagar en la
revolución de pensamiento de los factores económicos, por ejemplo, uno de los autores
que ayudo en la transición de la economía feudal a una mercantil fue Adam Smith, que en
su obra "La riqueza de las naciones", publicada en 1776, Smith argumentó que la riqueza
de un país no depende de la cantidad de oro y plata que tenga, sino de su capacidad para
producir bienes y servicios (Koebner, 1959). También defendió la idea de que el mercado
libre y la competencia eran la mejor forma de organizar la economía, y que el Estado
debería limitar su intervención en el mercado (Perelman, 2010).
Por último, los cambios políticos y sociales que tuvieron lugar en Inglaterra también
contribuyeron al surgimiento de la Revolución Industrial. La promulgación de leyes que
protegían la propiedad intelectual y la inversión, así como la aparición de una clase de
empresarios y capitalistas que invirtieron en la industria y el comercio, fueron
fundamentales para el desarrollo económico y tecnológico del país (Hartwell, 2017).
Uno de los cambios más importantes provocados por la Revolución Industrial fue el paso
de la producción manual a la producción en fábrica, lo que permitió una producción de
bienes más eficiente y de menor costo. Esto se logró mediante la introducción de nuevas
máquinas y herramientas, como telares mecánicos o máquinas de vapor, que permitieron
una producción más rápida y eficiente (Deane, 1967).
Por otro lado, la revolución industrial también dejó consecuencias negativas como la
explotación del trabajador y la desaparición de muchas formas tradicionales de
producción manual. Además, el rápido crecimiento de la producción y el consumo tuvo un
impacto significativo en el medio ambiente, que todavía se siente hoy (Melnyk et al.,
2019).
Por otro lado, el capitalismo también tuvo un gran impacto en la sociedad de la época. La
competencia y la búsqueda de beneficios alientan la introducción de nuevas tecnologías y
formas de producción, pero también conducen a la explotación de los trabajadores ya la
creación de condiciones de trabajo inhumanas. Muchos trabajadores están mal pagados y
trabajan en condiciones peligrosas e insalubres, lo que ha dado lugar a una serie de
movimientos sociales y políticos que protegen los derechos de los trabajadores (Hodgson,
2017).
- América del Norte: A partir del siglo XVII, los ingleses establecieron colonias en
América del Norte, incluyendo Virginia, Massachusetts y Carolina del Norte. Estas
colonias se dedicaron principalmente a la producción de materias primas como el
tabaco, el algodón y la madera, que eran enviadas a Inglaterra para su
procesamiento y comercialización (Nettels, 1952).
- India: A partir del siglo XVII, la Compañía de las Indias Orientales inglesa
estableció una presencia comercial y territorial en la India, donde adquirió el
control de importantes centros de producción de materias primas como el algodón
y las especias (Appelbaum & Sweet, 2005).
- África: A partir del siglo XIX, los ingleses establecieron colonias en diferentes
partes de África, incluyendo Sudáfrica, Egipto y Kenia. Estas colonias se dedicaron
principalmente a la producción de materias primas como el oro, los diamantes y el
marfil, que eran enviados a Inglaterra para su procesamiento y comercialización
(Appelbaum & Sweet, 2005).
- Asia: Los ingleses también establecieron colonias en diferentes partes de Asia,
incluyendo Hong Kong, Singapur y Malasia. Estas colonias se dedicaron
principalmente al comercio y a la producción de materias primas como el caucho y
el estaño (Appelbaum & Sweet, 2005).
En este conflicto, Gran Bretaña obtuvo una importante victoria sobre Francia, lo que
consolidó su posición como la principal potencia colonial y marítima del mundo, y le
permitió expandir su imperio colonial aún más en las décadas siguientes. Además, la
victoria británica tuvo un gran impacto económico en Gran Bretaña, ya que el país incurrió
en grandes gastos militares y tuvo que aumentar los impuestos para financiar la guerra.
Esto contribuyó a la creciente tensión entre Gran Bretaña y sus colonias americanas, lo
que eventualmente llevaría a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. La
Guerra de los Siete Años también tuvo un gran impacto en las colonias francesas y
británicas en América del Norte, ya que el resultado de la guerra cambió drásticamente el
equilibrio de poder entre las dos naciones en esta región. Gran Bretaña logró hacerse con
el control de las colonias francesas en América del Norte, lo que les dio acceso a
importantes recursos naturales y le permitió expandir su territorio (Jennings, 1990).
Por lo que consolidación del imperio colonial británico fue un proceso clave en la historia
de Gran Bretaña, dicho proceso de colonialismo trajo al país la capacidad de expandir su
influencia y control en distintas partes del mundo, y utilizar los recursos y materias primas
de las colonias para desarrollar su economía (Mackenzie, 1999). Sin embargo, este
proceso también tuvo consecuencias sociales y políticas, como la explotación de los
pueblos colonizados y la lucha por la independencia en distintas partes del mundo.
Sin embargo, lo que pudiese parecer un golpe de suerte para los británicos, en lo que a
sus propios intereses respecta, para los colonizados; no era más que una pesadilla, este
proceso también tuvo consecuencias sociales y políticas, como la explotación de los
pueblos colonizados y la lucha por la independencia en distintas partes del mundo, que
pronto traería consigo una serie de consecuencias al país británico (Kammen, 1965).
En cualquier caso, el colonialismo británico tuvo graves consecuencias para las colonias,
que a menudo sufrieron la explotación de sus recursos naturales y la imposición de
sistemas políticos y económicos que a menudo favorecían los intereses de Inglaterra.
Además, el colonialismo también generó una gran desigualdad social y económica dentro
de las colonias, lo que a menudo llevó a conflictos y tensiones sociales (Mignolo, 2009).
Uno de los aspectos más destacados es la expansión del imperio británico en Asia y
África, que se aceleró a finales del siglo XIX y principios del XX. La expansión colonial en
Asia y África fue motivada principalmente por el deseo de obtener recursos naturales,
mercado de trabajo barato, y nuevos mercados para el comercio británico. La India fue
una de las joyas de la corona del Imperio Británico, siendo un mercado importante para
los bienes manufacturados británicos, así como una fuente de materias primas para la
economía británica. El sector de la industria textil, por ejemplo, se desarrolló en Gran
Bretaña gracias a la producción de algodón de la India. Otro aspecto importante en los
esfuerzos de Gran Bretaña para expandir y consolidar su imperio después de la pérdida
de las colonias americanas fue el fortalecimiento de sus lazos con las colonias restantes y
la consolidación del control sobre ellas. Gran Bretaña se enfocó en mejorar la
infraestructura de transporte y comunicaciones en las colonias, así como en promover la
inversión extranjera y el comercio para fortalecer la economía de las colonias (Mackenzie,
1999).
Sin embargo, la expansión colonial también tuvo un costo económico y social para Gran
Bretaña. La inversión en la expansión colonial y la defensa de los nuevos territorios
resultó costosa y tuvo un impacto en las finanzas públicas del país. Además, la
explotación de los recursos naturales y humanos de las colonias a menudo se llevó a
cabo a expensas de las comunidades locales y de los derechos humanos, lo que generó
tensiones y conflictos en las colonias y en el propio país (Mackenzie, 1999).
En este apartado nos dedicaremos a indagar en uno de los acontecimientos que dejaron
huella de inicios del siglo XX, la primera guerra mundial, indagando desde sus
antecedentes, su desarrollo y, evidentemente, sus consecuencias y el papel que estas
jugaron en el rubro económico inglés.
Antes de dar hincapié sobre cómo quedó Inglaterra en el ámbito económico es importante
que se recapitule sobre como ocurrió la primera guerra mundial que se le denomina
también la Gran Guerra y esto fue uno de los conflictos más mortíferos de la historia que
preparó todo el terreno para otra guerra mundial a solo 20 años después. Se tratará de
comentarse lo más general y breve posible, para que con esto se pase a la incógnita
principal y esa es, ¿Qué fue de Inglaterra en la Gran Guerra?
Recordemos que la Primera Guerra Mundial fue durante 1914 a 1918 y este fue el evento
que definió el siglo XX ya que se devastó el orden político, económico y social para
Europa. Fue un acontecimiento inverosímil, pues ocurría en el marco de la supuesta era
del progreso. A pesar de los estragos económicos y las serias crisis internacionales que
se tenía. Europa trataba de no meterse en conflictos que lo mantuvieran en el foco central
de alguna disputa. Se tenía una enorme confianza sobre el desarrollo tecnológico
añadiendo que se creía que los humanos estaban creando un paraíso, pero al inicio y al
término de la Guerra, no fue posible seguir manteniendo las mismas ilusiones sobre el
progreso tecnológico que anteriormente se creía. Para entonces, Europa y Medio Oriente
se habían convertido en una pesadilla en la que la Gran Guerra fue el inicio del siglo XX.
La creencia liberal de que los Estados debían organizarse bajo líneas nacionalistas para
lograr la pacificación generó, más allá de cooperación, competencia. De tal manera, las
rivalidades imperiales en las colonias y en las rutas de comercio se intensificaron con el
expansionismo. Al mismo tiempo, las grandes potencias se dividieron en dos bandos:
Alemania, Austria-Hungría e Italia formaron la Triple Alianza en 1882, mientras que
Francia, Gran Bretaña y Rusia crearon la Triple Entente en 1907. Para el inicio de la
guerra, el sistema de alianzas permitió que el mundo se dividiera y que los antagonismos
jugaran un rol decisivo: la crisis económica en la Península de los Balcanes, así como la
lucha por el dominio de los estados en el suroeste europeo –mayoritariamente entre la
Rusia Imperial y Austria-Hungría–, brindó la oportunidad de que el Imperio otomano se
insertara en el bando de la Triple Alianza, persiguiendo objetivos similares (Museo
Memoria y Tolerancia, s.f.).
Las causas de la Gran Guerra son diversas, pero sus raíces se encuentran en una red
compleja de alianzas entre las potencias europeas, poco a poco se fueron sumando más
países a uno y otro bando. La entrada más decisiva de todos los países fue Estados
Unidos en la guerra tras un largo periodo de no intervención. Este mismo conflicto se
expandió hacia el mundo y afectó a países aliados de Australia, Asia, Oriente Medio y
África.
A pesar del uso de avances tecnológicos como el gas tóxico o los tanques blindados y
submarinos, ambas facciones estaban atrapadas en una guerra de trincheras que se
cobró un gran número de víctimas (Blakemore, 2019). El 1 de julio de 1916, las fuerzas de
infantería británicas y francesas atacaron las líneas de defensa alemanas en una
extensión fronteriza de más de 40 kilómetros, cerca del Río Somme en Francia. Pronto, la
maquinaria alemana abrió fuego y su eficaz manejo de la tecnología industrial proporcionó
a los germanos una inigualable ventaja: 21 mil soldados ingleses perdieron la vida en tan
solo un día. Después de seis meses de guerra, Gran Bretaña únicamente había logrado
avanzar ocho kilómetros hacia el centro de Europa. El resultado: la muerte de más de 1
millón de militares alemanes, franceses y británicos (Museo Memoria y Tolerancia, s.f.).
Todo el mundo, de manera literal, tenía el deseo de paz tras lo horrible que fue la Gran
Guerra. Lamentablemente no fue con los efectos esperados ya que fue socavado por
Hitler a lo largo de los años 30. Blakemore (2019), comenta que lo consideraban un duro
diktat (una paz impuesta), los políticos alemanes de derechas utilizaron el tratado como
punto de encuentro nacionalista.
Al contrario que muchas otras potencias, los británicos no habían peleado en ninguna
gran guerra terrestre en un siglo. Por los tratados que acabaron llevándoles a la guerra,
los británicos tenían un ejército profesional de 400.000 efectivos (más 300.000 reservistas
y fuerzas territoriales), mucho menor que el de sus aliados. Además, la mitad se
encontraba desperdigado por el Imperio. Se crearon centros de reclutamiento, el límite de
edad se elevó a 38 años y la altura mínima se redujo a 1,60 metros. En total, 2.466.719
hombres se alistaron entre agosto de 1914 y diciembre de 1915. El Reino Unido no
introdujo la leva hasta 1916 y hacia el final de la guerra en 1918, en su momento cumbre,
tenía un ejército de 4 millones (Londres, 2014).
Para Gran Bretaña el período entre 1918 y 1939 fue un periodo de crisis que afectó todos
y cada uno los aspectos de la vida del país: económico, social y político, afectando
también aspectos internacionales. La depresión y el desempleo a principio de los años 30,
seguidas por el levantamiento de Hitler y la cruel sombra del Fascismo y Nazismo en
Europa, con la amenaza de otra guerra, supuso una especie de paisaje desolador que
también se vio reflejado en las obras de poetas y novelistas de la época. Los años 30 se
conocen como “La Década Roja” debido a que sólo la izquierda parecía ofrecer algunas
soluciones. La rebelión franquista contra el gobierno republicano en España, que
comenzó en 1936, se consideró la antesala de la Segunda Guerra Mundial (Cobos, 2009).
La primera Guerra Mundial probablemente afectó mucho más a Gran Bretaña que a sus
aliados occidentales, pues supuso experimentos en asuntos económicos, ferrocarriles y
minas de carbón, fabricación de armamento y aspectos sociales. Así pues, la guerra
supuso, primero, un catalejo para cambios sociales y económicos; segundo, la guerra
difuminó las fronteras entre las clases sociales y los sexos, y también cambió la posición
de las mujeres, trayendo emancipación política, social y económica. Económicamente,
Gran Bretaña había sufrido serios daños debido a que las industrias de la Revolución
Industrial sobre las cuales se había asentado la prosperidad del país estaban dañadas o
debilitadas. El Primer Ministro, Lloyd George, se dedicó casi en exclusiva a la política
internacional y no les prestó atención a problemas tales como el desempleo, la falta de
vivienda digna, el separatismo irlandés, el resurgir de la industria… Por tanto, la primera
exigencia de los Conservadores fue atención por parte del gobierno a los problemas
económicos del país (Rodríguez, 2009).
En 1921 Londres decidió permitir el autogobierno a Irlanda del Norte, creyendo que, si no
era gobernados por Gran Bretaña, protestantes y católicos encontrarían el camino para
vivir en paz unos con otros, pero no fue así y esta decisión propició el regreso de los
Conservadores al gobierno en 1922. De hecho, el gobierno conservador ganó las
elecciones por un amplio margen. Stanley Baldwin, que gobernaría hasta 1937, tuvo que
hacer frente al desempleo, los problemas industriales, la deuda exterior y los problemas
económicos. La respuesta de Baldwin ante todos estos problemas fue abandonar su
política histórica de comercio libre y volver a “derechos de importación”. Aunque apoyado
por su partido, prometió llevar a votación tal cambio en su política y como consecuencia el
primer gobierno laborista de la historia de Gran Bretaña llegó al poder con James
McDonald como Primer Ministro. Pero McDonald estuvo al frente sólo nuevo mes, tras
esos meses Baldwin regresó al gobierno. (Cobos, 2009).
el derrumbe del precio del carbón resultó en el resurgir de la minería del carbón alemana
y en el colapso de la industria del carbón británica. Sin embargo, su gobierno realizó un
buen trabajo, especialmente el Ministerio de Salud dirigido por Neville Chamberlain.
Generalmente, el centro económico de Gran Bretaña iba cambiando de norte a sur y el
resultado fue la división política y económica de Gran Bretaña en dos áreas, división que,
a excepción de un intervalo durante la Segunda Guerra Mundial, aún existe. En 1935,
Italia atacó Etiopía y la opinión británica deseó permanecer en paz, pero al mismo tiempo
quiso sancionar una agresión no provocada. (Rodríguez, 2009).
Rodríguez, (2009) menciona que, para Gran Bretaña, la Segunda Guerra Mundial fue la
experiencia más terrible a la que tuvieron que hacer frente en las últimas décadas. El país
sufrió una devastación completa y la población careció de las necesidades básicas, de
hecho, la guerra significó para el país el final del Imperio Británico.
La gran depresión o también conocida como Crisis del 29, se dio antes entre la Primera y
Segunda Guerra Mundial. Terminada la primera guerra mundial, todos los países
comprometidos intentaron recuperarse lo más pronto posible. En Europa se presentaron
muchísimas dificultades, mientras que en los Estados Unidos se producía una nueva
época de prosperidad para el capitalismo, durante buena parte de la década de 1920.
(González & Guzmán, 2017).
Al terminar la Primera Guerra Mundial, que le privó del liderazgo mundial, había contraído
una deuda externa y su estructura industrial se encontraba anticuada. El comercio de
exportación se había reducido al 50 por ciento. La mayor parte de sus industrias se
encontraban en dificultades. Sólo la industria eléctrica y química cobraban un auge
considerable. El gobierno, al intentar mantener la estabilidad monetaria, propició la
desocupación, el desempleo y la gran depresión o crisis de 1929 (González & Guzmán,
2017).
De igual manera, la bajada de los precios de las materias primas y alimentos de la que
era importadora neta, también la posesión de un imperio ultramarino que le otorgaba
cierta autonomía interna en un contexto de contracción del comercio internacional. De
hecho, Gran Bretaña utilizó sus dominios coloniales para paliar la crisis. Cuando impuso
aranceles a las importaciones éstos fueron relativamente bajos en el caso de las compras
efectuadas a sus colonias. A pesar de ello se vio obligada a abandonar el librecambismo
de que había hecho gala durante el siglo XIX. Billete de la India británica de 10 rupias.
1933 (s.a., s.f.).
Por lo demás, el alto precio que alcanzaban sus productos industriales, unido a la
contracción de la demanda y a una constante conversión de libras en oro, obligaron al
Banco de Inglaterra a abandonar el patrón oro, provocando la devaluación del valor de la
moneda en un 30% y precipitando la caída de otras divisas estrechamente vinculadas a la
libra. La falta de capacidad adquisitiva de los países suministradores de materias primas,
sus tradicionales clientes, erosionó su capacidad exportadora. Los efectos más adversos
de la depresión en el Reino Unido se prolongaron hasta 1932, si bien sus secuelas se
dejaron sentir hasta finales de la década (s.a., s.f.).
En este sentido, Keynes propuso una serie de medidas para estimular la demanda
agregada y evitar las crisis. Una de estas medidas es el aumento del gasto público, que
puede impulsar la economía en momentos de recesión (Palley, 2005). Para Keynes, el
Estado debería asumir un papel activo en la economía, aumentando el gasto en
infraestructuras y servicios públicos para estimular la inversión y el empleo (Ros, 2013).
Otro de los postulados clave del keynesianismo es la importancia del consumo como
motor de la economía. Según Keynes, el consumo privado es una fuente importante de
demanda agregada y, por lo tanto, debería ser estimulado a través de políticas públicas
que fomenten la distribución de la riqueza y la mejora del nivel de vida de la población
(Palley, 2005).
Además, la teoría económica de Keynes destacó la importancia del empleo como variable
fundamental para garantizar la estabilidad económica. Para Keynes, el desempleo genera
una situación de subutilización de los recursos productivos, lo que a su vez provoca una
disminución de la demanda agregada y una espiral recesiva. Por ello, Keynes propuso la
idea de que el Estado debía intervenir activamente en el mercado laboral, a través de
políticas de empleo y protección social para los trabajadores (Ros, 2013).
Por último, otro de los postulados clave del keynesianismo es la necesidad de mantener la
estabilidad en el nivel de precios y evitar la deflación. Para ello, Keynes propuso la
implementación de políticas monetarias que permitieran regular el suministro de dinero en
la economía y controlar la inflación (Palley, 2005).
A pesar de las críticas que surgían respecto a dicha doctrina económica y política, la
teoría de Keynes continuó teniendo un impacto significativo en la economía mundial. En
Estados Unidos, el New Deal de Franklin D. Roosevelt en la década de 1930 fue un
ejemplo temprano de las políticas keynesianas. Después de la Segunda Guerra Mundial,
muchos países europeos adoptaron políticas keynesianas para reconstruir sus
economías, y la teoría también influyó en la creación de la Unión Europea y en la
implementación de políticas económicas en países en desarrollo (Hirschman, 2014).
Pero bien, si bien la teoría de Keynes y sus políticas económicas ayudaron a Inglaterra a
superar la Gran Depresión y a sentar las bases del Estado de bienestar, la amenaza de la
guerra estaba latente en Europa (Hirschman, 2014). Después de la Primera Guerra
Mundial, muchos países vencedores como Inglaterra experimentaron un crecimiento
económico y una relativa estabilidad política, mientras que países perdedores como
Alemania sufrieron una crisis económica y social que llevó al surgimiento del totalitarismo
nazi, que más pronto que tarde repercutirían a nivel global.
A principios del siglo XX, la industria automotriz en Inglaterra estaba en sus primeras
etapas y comenzó a florecer Después de la Primera Guerra Mundial, después de que su
economía comenzó a recuperarse y la demanda de automóviles comenzó a aumentar,
había varias empresas pequeñas que construían automóviles de lujo para los ricos, pero
la producción era limitada y los precios eran altos. En ese momento, la producción en
masa aún no se había implementado, y la mayoría de los automóviles se construían a
mano siendo las marcas más conocidas en ese momento eran marcas de lujo como Rolls-
Royce y Bentley. (Claudio, 2021)
En la década de 1910 William Richard Morris, conocido como "W.R.M.", fue el creador de
la industria automotriz moderna en Inglaterra a partir de la nada en 1910 y quien fundó su
compañía en 1919 Morris Motor Company luego de vender más de 400 unidades de su
primer automóvil, el Morris Oxford que fue un éxito entre las masas convirtiéndose en el
coche más usado en las calles inglesas entre los años 20s y 30s. (Claudio, 2021)
Aunque la industria inglesa tuvo una gran caída durante la gran depresión y el sector
automotriz no fue la excepción cerrando muchas empresas y fabricantes ingleses por la
baja demanda de automóviles y la posterior segunda guerra mundial dejarían por mucho
tiempo una cicatriz en la industria que tardaría años en sanar. (s.a., s.f.).
Durante este periodo de guerra que gran Bretaña paso la economía inglesa se encontraba
en un estado vulnerable ya que todavía podían sentir las repercusiones de la primera
guerra mundial y de la gran depresión a pesar de contar con una industria bien
establecida, su producción y su comercio todavía no se encontraban al 100% , por lo que
a pesar de ser potencia militar global junto con Francia querían evitar cualquier conflicto
posible, ya sea porque todavía no estaban preparados militar o económicamente, del lado
económico una guerra significa desviar mucho capital , lo que significaría que muchas
fábricas y talleres dedicados a producir bienes y productos ahora serían destinados a
producir material militar. (Lozano Camara, 2004).
Gran Bretaña se vio obligada a gastar grandes cantidades de dinero en la guerra, lo que
llevó a una inflación significativa y a la escasez de bienes y alimentos debido a la falta de
mano de obra e importaciones los británicos tenían que usar cupones de racionamiento
para adquirir alimentos, ropa y otros bienes, y las cantidades que podían comprar estaban
restringidas para asegurar que la producción se centrara en la guerra en lugar de en el
consumo civil ya que los trabajadores se unieron al esfuerzo de guerra, con muchos
hombres luchando en el frente no había gente que trabajara en el campo o que movieran
mercancías así que las mujeres que tomaron trabajos en fábricas y otras industrias para
mantener la cadena de producción. (Lozano Camara, 2004).
Su economía también se vio afectada por los ataques aéreos alemanes durante la Batalla
de Inglaterra. Muchas ciudades y fábricas fueron dañadas o destruidas, lo que afectó la
producción sin embargo siguió siendo alto, con muchas fábricas que operaban en turnos
de 24 horas para mantener el suministro de armas y suministros militares logrando
moverse a una dirección más planificada y organizada por el gobierno que permitió una
recuperación un poco más rápida. (Lozano Camara, 2004).
Finalmente Inglaterra dependía en gran medida de los apoyos financieros y ayudas que le
daba Estados Unidos en forma de cargamentos con suministros que podían ser material
militar así como bienes de consumo como comida y medicamentos.
Aunque los buques y cargueros mercantes con estos apoyos eran objetivo de ataques
alemanes por lo que no siempre llegaban la carga a su destino, a su vez Estados Unidos
después de la guerra le otorgo un gran préstamo financiero a toda Europa llamado plan
Marshall que consistió en la asignación de más de 13 mil millones de dólares en ayuda
económica a los países europeos afectados por la guerra y estableció una cooperación
económica y política entre los países beneficiarios. Esto se logró mediante la creación de
una agencia de coordinación, la Organización Europea de Cooperación Económica
(OECE), que tenía como objetivo promover el comercio y la integración económica en
Europa. (Lozano Camara, 2004).
« [...] debemos recrear la familia europea en una estructura regional denominada, puede
ser, los Estados Unidos de Europa [...] En esta tarea urgente, Francia y Alemania deben
tomar juntas la dirección. Gran Bretaña, la Commonwealth británica, la ponderosa
América —y, yo creo, la Rusia Soviética [...] — deben ser los amigos y los promotores de
la nueva Europa y deben defender su derecho a vivir». Y creía que las naciones
pequeñas deberían tener igual importancia en la estructura de la nueva Europa. Para
Churchill, la asociación entre Francia y Alemania era esencial para el renacer de Europa y
la recuperación del liderazgo moral y cultural de Francia. (Bar, 2017).
Gran Bretaña siempre ha sido reticente a la idea de una Europa unida, ya que su historia
sumado a la victoria en la Segunda Guerra Mundial reforzaron la creencia de que tenía un
papel y responsabilidad a nivel mundial, así como un gran imperio que dirigir. A diferencia
de otros miembros de la Unión Europea, que ven el proyecto europeo como una forma de
dejar atrás una amarga historia, Gran Bretaña ve a la UE en términos pragmáticos y
financieros, y no como parte de su identidad y un apoyo para su seguridad. (Peet, s. f.).
Esto explica por qué el Reino Unido no se unió a la CEE en la década de 1950 y por qué
tuvo dificultades para unirse en la década de 1960 debido al veto de Charles de Gaulle.
En 1973, finalmente se unió a la CEE, y en 1975 se llevó a cabo un referéndum en el que
los británicos votaron a favor de permanecer en la CEE. A pesar de esto, la cuestión de la
pertenencia a la UE se ha vuelto a plantear recientemente en Gran Bretaña. (Peet, s. f.).
En 1975, Wilson tenía la ventaja de que Gran Bretaña se veía como económicamente
rezagada respecto al resto de Europa, lo que motivó la solicitud de adhesión a la CEE en
1961. La opinión en Londres era que países como Alemania, Francia y Luxemburgo los
estaban superando económicamente por lo que la idea de que Gran Bretaña era el
“enfermo de Europa” estaba muy arraigada en los electores. (Peet, s. f.).
Durante la Segunda Guerra Mundial, varias colonias británicas en Asia y África vieron una
oportunidad para obtener su independencia. Aunque no fue el resultado directo de la
guerra, la lucha de Gran Bretaña contra las potencias del Eje y la necesidad de
reorganizar su imperio después de la guerra ciertamente influyó en el proceso de
descolonización posterior. (Padinger, 2022).
El Imperio británico tuvo una gran presencia en el Medio Oriente después de la Primera
Guerra Mundial, controlando la mayoría de la región, incluyendo Egipto, Palestina,
Yemen, e Iraq. A pesar de esto, no tenía la capacidad para mantener su dominación, lo
que resultó en una salida caótica. La partición de Palestina en dos estados (árabe y judío)
fue recomendada por la Asamblea de la ONU, pero el Reino Unido se retiró del territorio
en mayo de 1948 antes de que esto pudiera suceder, lo que llevó a la guerra árabe-
israelí. (Padinger, 2022). Hong Kong fue una de las últimas colonias significativas del
Imperio Británico, que se devolvió a China en 1997. Los británicos habían controlado
Hong Kong desde el siglo XIX, pero se acordó un estatus especial para proteger su
sistema de gobierno, economía y autonomía. En la ceremonia de traspaso de soberanía
participó el entonces príncipe de Gales, Carlos, quien se convertiría en el futuro rey del
Reino Unido (Padinger, 2022).
El daño material de la Guerra de las Malvinas para el Reino Unido fue significativo. La
guerra resultó en la pérdida de 255 vidas británicas y más de 700 heridos. Además, 6
barcos británicos fueron hundidos y otros 9 dañados, y se perdieron alrededor de 100
aviones y helicópteros, además, la guerra interrumpió el comercio y el transporte marítimo
en el Atlántico Sur. En términos económicos, se estima que el costo total de la guerra fue
de alrededor de 2.800 millones de libras esterlinas en aquel entonces (unos 8.000
millones de libras esterlinas en la actualidad), incluyendo los gastos militares, las
reparaciones de los buques dañados y la reconstrucción de la infraestructura de las
Malvinas. La guerra también tuvo un impacto negativo en la economía británica a largo
plazo debido a los altos costos asociados con la recuperación económica y la
reconstrucción de la región. (Padinger, 2023).
La economía de Inglaterra se puede describir como una economía de mercado mixta, que
combina elementos de los sistemas de libre mercado y planificado. El sector privado es
una parte fundamental de la economía, y es responsable de una amplia gama de
actividades económicas, incluyendo la producción, distribución y venta de bienes y
servicios. Sin embargo, el gobierno también interviene en la economía a través de
regulaciones y políticas que buscan asegurar la estabilidad económica y proteger a los
consumidores.
Los factores de producción son los elementos que consideramos necesarios para la
producción de bienes y servicios en una economía, y de acuerdo a su “explotación” puede
esa economía ser una potencia. En general, dentro de esta materia se reconocen tres
factores de producción: tierra, trabajo y capital. A continuación, describiré los factores de
producción y los recursos naturales con los que cuenta Inglaterra, así como las
actividades agropecuarias, industriales y de servicios del país:
- Tierra: Inglaterra cuenta con una superficie total de aproximadamente 130,000
km², con una gran variedad de recursos naturales como bosques, minerales,
petróleo y gas natural.
- Trabajo: La fuerza laboral de Inglaterra es altamente capacitada y diversa, con una
amplia gama de habilidades y especializaciones.
- Capital: Inglaterra cuenta con una economía altamente desarrollada y un sistema
financiero sofisticado que proporciona acceso a capital para empresas y
emprendedores.
Ahora bien, hay que tratar la cuestión de los recursos naturales; ya que estos suelen ser
los siguientes:
4.4. Moneda.
Cabe de señalar que por más de 300 años el famoso Banco de Inglaterra ha sido
quien realiza la emisión de los billetes. Actualmente la moneda, ha sufrido diversos
cambios; pues desde que se dio a conocer en el año de 1489 con el Rey Enrique VII,
comenzaron a circular poco después de la creación del Banco de Inglaterra en 1694.
Actualmente está moneda equivale aproximadamente en pesos mexicanos a 22.43.
Por otro lado, las monedas que se encuentran en circulación son de 1, 2, 5, 10, 20 y
50 peniques y de 1 y 2 libras. Por otro lado, se cuenta con lo que son las monedas
conmemorativas, en las que podemos encontrar de acuerdo con el Royal Mint
múltiples sucesos históricos para la nación; un ejemplo entre las más destacadas es la
moneda conmemorativa de cinco libras esterlinas y 50 peniques emitida en 2022 tras
el fallecimiento de la reina Isabel II.
(imagen 1.1)
Mientras tanto los billetes más comunes tienen un valor monetario de 5, 10, 20, 50 y 100
libras esterlinas. Sin embargo, como dato curioso los billetes 1£ no suelen encontrarse
dentro de este lugar; ya que por lo general solo se imprimen en Escocia, siendo uno de
los países en donde circula la libra esterlina, así como lo son además Gales e Irlanda del
Norte.
(imagen 1.2)
El Reino Unido es miembro fundador de las Naciones Unidas y forma parte de las
principales organizaciones de cooperación política, económica y militar dentro del ámbito
occidental; dichos organismos con mayor relevancia a los que pertenece son: G7, G20,
OTAN, OMC, OCDE, Banco Mundial y FMI. Además de que es miembro permanente del
Consejo de Seguridad (Relaciones Exteriores de Reino Unido, 2022).
Cabe de señalar que, tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) el día 31 de
enero de 2020, el cual dicho bloque económico está formado por 27 países europeos que
comparten políticas y regulaciones comerciales dejo de ser parte característica de dicha
nación. Tras esto el Reino Unido y España tienen relaciones bilaterales que se rigen por
el Acuerdo de Cooperación Comercial y Económica entre el Reino Unido y la UE, desde el
1 de enero de 2021. A pesar de esto, las relaciones económicas entre España y el Reino
Unido son positivas y fluidas. Ambos países han firmado acuerdos en materia de
seguridad social, sanidad, justicia y fiscalidad. En particular, en marzo de 2013, se firmó
un convenio para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en cuanto a los
impuestos sobre la renta y el patrimonio.
Sin embargo, otros de los bloques económicos a los que Reino Unido pertenece o ha
establecido acuerdos comerciales son los siguientes:
Podríamos decir que se espera que la economía de Inglaterra siga siendo impulsada por
la tecnología y la innovación debido al gran avance que existe hasta la fecha,
especialmente en áreas como la inteligencia artificial, la biotecnología y las tecnologías de
la información y la comunicación. También se espera que el comercio internacional siga
siendo un motor importante de la economía inglesa, con el país expandiendo sus
relaciones comerciales con países de todo el mundo. Sin embargo, debemos de analizar
que corre el riesgo de enfrentarse como a diversos países del mundo a nuevos desafíos
importantes, como la adaptación a los cambios en el mercado laboral, la competencia de
otros países en sectores importantes que hace que se llegue a considerar “potencia”, y la
transición hacia una economía más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Además, con la separación de la Unión Europea puede seguir generando problemáticas
con los países pertenecientes a ello. Por otro lado, debemos de considerar la magnitud
del Brexit y sus consecuencias económicas, ya que son un factor importante a considerar.
CONCLUSIÓN.
Habiendo indagado tanto en la historia, tanto feudal como moderna de Inglaterra, a su vez
de haber ahondado en varios de los acontecimientos contemporáneos que hoy por hoy
pesan en la misma nación, podemos deducir que Inglaterra, pese a los retos que afronta y
afrontara en tiempos futuros, es uno de los países más importantes y poderosos en el
sistema económico mundial. Desde hace siglos, Inglaterra ha sido una figura clave en la
política internacional y económica, y ha sido una de las naciones fundadoras de
importantes organizaciones como la Organización de las Naciones Unidas, la OCDE, el
G7, el G20 y la UE.
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