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Campos de Dunas de La Región Del Sahel
Campos de Dunas de La Región Del Sahel
mayor aridez durante la época de s u formación. Igualmente, por la intrincada red de ouads del centro
del Sahara no circula en la actualidad ningún tipo de escorrentía durante las crecidas, lo que denuncia
épocas de mayor precipitación durante su generación (Tricart, 1969, 1977). Estos modelados señalan
unas profundas modificaciones en la repartición de las zonas áridas en la superficie del planeta.
Las dunas eólicas relictas, estabilizadas por vegetación y quizás con algún tipo de suelo desarrollado
en la superficie, son una característica común de las áreas costeras en todos los climas. Áreas mucho
más extensas de dunas fijas se encuentran en las regiones tropicales y subtropicales del interior,
donde bordean las zonas áridas actuales. Estas dunas se produjeron durante el Cuaternario, como
resultado de los cinturones climáticos cambiantes que acompañaron a los sucesivos glaciares e
interglaciares. Probablemente el desarrollo más espectacular de todos ocurre al sur del Sahara en un
cinturón (más o menos coincidente con el Sahel) de hasta 500 km de ancho, que se extiende de este a
oeste desde el Nilo hasta la costa atlántica de Senegal y Mauritania, donde se formaron las dunas, o
al menos removilizado, en el momento de la última glaciación; 20.000 BP--12.000 BP (Grove y
Warren (1968), Rognon (1976), Rognon y Williams (en prensa)). A pesar de su enorme extensión
areal y de la influencia directa que tienen sobre los asentamientos y las prácticas agrícolas en una
región donde las vicisitudes climáticas amenazan constantemente a las poblaciones humanas, poco se
sabe sobre la hidrología de las áreas de dunas fijas, ni la respuesta de estos sedimentos relictos a las
condiciones bioclimáticas predominantes. condiciones.
Rodier (1975) resumió recientemente la cantidad muy limitada de datos hidrológicos disponibles del
Sahel. Este estudio sugiere (págs. 56 y 65) que la escorrentía de las áreas de dunas fijas es
generalmente insignificante, como podría anticiparse intuitivamente, considerando la naturaleza
extremadamente porosa del sustrato.
Sin embargo, en contraste con estos datos, existen algunas observaciones publicadas que indican que,
en circunstancias excepcionales, puede ocurrir una escorrentía superficial significativa en las dunas
fijas. Sombroek y Zonneveld (1971, Figura 2), por ejemplo, brindan una ilustración sorprendente del
flujo superficial que se desarrolló durante una fuerte tormenta en una duna en el norte de Nigeria.
Además, si el flujo superficial se concentra en canales, puede ocurrir una gran modificación y
redistribución de las arenas eólicas. Un destacado estudio pionero realizado por Daveau (1965) ha
demostrado que en Mauritania las dunas fijas están siendo, o han sido en el pasado reciente,
profundas cárcavas por tormentas ocasionales. Proporcionamos aquí detalles de la degradación
bastante similar de dunas fijas en un área del centro de Níger, donde la formación de cárcavas
episódicas está redepositando las arenas eólicas en pequeños abanicos aluviales. Esta discusión se
limitará a una descripción de la fase más reciente de actividad de cárcavas.
Las implicaciones geológicas y paleoclimatológicas de la erosión de las dunas y la formación
concomitante de abanicos aluviales se discutirán en otra parte (Talbot y Williams (en preparación)).
Talbot, M. R., & Williams, M. A. J. (1978). Erosion of fixed dunes in the Sahel, Central Niger. Earth
Surface Processes, 3(2), 107–113. doi:10.1002/esp.3290030202