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Historia del comunismo

cronología

La historia del comunismo está sumamente unida al


pensamiento que los filósofos alemanes Karl Marx y
Friedrich Engels desarrollaron en el siglo xix. Estos
vieron al comunismo como el estado óptimo, la
Socialización de los medios de producción. Para
Marx, sólo después de que la humanidad fuese
capaz de producir en exceso, la propiedad privada se
desarrollaría de forma masiva y permanente. Sin
embargo en Occidente, el comunismo era una idea
de una sociedad basada en la propiedad común,
idea que se remonta incluso desde la Antigüedad
clásica. Su forma moderna como un movimiento
político de masas surgió en Europa con el
movimiento de los trabajadores durante la
Revolución industrial.

En el siglo xix el ascenso del comunismo como una


idea política fue expresada por Marx, que desarrolló
el Marxismo, y Friedrich Engels, que desarrolló la
concepción moderna de comunismo como el
resultado de una revolucionaria lucha de clases
entre el proletariado y la burguesía.

La primera vez en donde un Partido Comunista logró


obtener el poder fue en la Revolución rusa de 1917.
El marxismo-leninismo surgió como la bandera
principal del comunismo en la política mundial, de la
mano de Lenin. Posteriormente surgieron otras
corrientes comunistas como el Maoísmo, que
acentúa el papel de la clase campesina como los
agentes de revolución.
De la Antigüedad al siglo xviii: el pre-
comunismo
Tal y como se entiende el término "comunismo", es
una doctrina o conjunto de doctrinas materialistas
propias de la época moderna. Sin embargo,
siguiendo la concepción naturalista sobre el
comunismo de Marx, se ha querido ver en diversos
periodos y sociedades un asomo de ese comunismo
esencial cuando se describen grupos humanos que
practicaban formas de redistribución de la riqueza,
propiedad colectiva o mandato popular. Estos
principios de organización social, no obstante, han
tenido orígenes y formulaciones diversos, incluso
irreconciliables con el marxismo en su base teórica.
El comunismo de Platón

Una de las primeras descripciones del


protocomunismo se encuentra en un diálogo de La
República de Platón.

Lo que se llamó el comunismo platónico supone si


no la supresión por lo menos la limitación drástica
de la familia con la educación colectiva de los niños,
así como la sumisión de toda propiedad privada a la
propiedad de la ciudad. El error de Platón, según
Aristóteles, es querer unificar al exceso la ciudad,
suprimiendo todo lo que separa a los individuos para
acabar en una unión de fusión, como el que desean
los amantes en el discurso de Aristófanes. Esto
sería desconocer que la enemistad se funda sobre
una irreductible alteridad. Platón piensa
teóricamente el comunismo esencialmente para la
clase dirigente de la sociedad, esto sería con el fin
de terminar con la corrupción que era acostumbrada
en todo gobierno. En resumen Platón buscaba
acabar con toda corrupción en el estado a través de
su ideología.

Comunismo cristiano

Los primeros cristianos practican la postura de


comunidad de bienes, algo que ni recomienda ni
condena el Nuevo Testamento. Tertuliano la
recomienda pero San Agustín la condena por ser
discordante con el dogma (el pecado original la hizo
imposible) y Santo Tomás de Aquino por ser
discordante con la razón (el individuo propietario es
más responsable y administra mejor). La comunidad
es el eje central del cristianismo, por lo que todos
los creyentes cristianos tienen como objetivo la
constitución de la comunidad de personas y también
de bienes, aunque quizás con un tono menos
materialista, sino más humano que el comunismo
de Marx.

Todos los creyentes son unidos y


ponen en común todo lo que
tienen. Venden sus propiedades y
sus objetos valiosos, compartiendo
todos ellos su dinero, y cada uno
recibe lo que es necesario para él.
Cada día, de un solo corazón, se
reúnen escrupulosamente en el
templo. Comparten el pan en sus
casas, comen su alimento con
alegría y con un corazón simple.[1] ​

“Y cada uno recibe lo que es necesario para él” se


destaca pues Marx propone en efecto que una
sociedad comunista sea una sociedad cuyo
principio fundamental pasará “de cada uno según
sus capacidades” a “cada uno según sus
necesidades”.

Nadie dice: “¡esto, me pertenece!”,


pero ponen todo en común. (...)
entre ellos, a nadie le falta nada.
En efecto, todos los que tienen
campos o casas les venden,
aportan el dinero de lo que
vendieron y se lo dan a los
apóstoles. Luego, distribuimos el
dinero, y cada uno recibe lo que es
necesario para él. Hay así un
cierto José, un lévita nacido en
Chipre. Los apóstoles le llaman
Barnabas, lo que quiere decir "el
hombre que anima". Tiene un
campo, lo vende, aporta el dinero y
se lo da a los apóstoles.[2] ​
Una diferencia importante entre las proposiciones
cristianas y las marxistas consiste en el fundamento
idealista y religioso individual de las virtudes
practicadas por los miembros de la sociedad. Donde
el marxismo propone el rediseño del sistema
socioeconómico para producir cambios en la ética
social en el camino a la sociedad comunista ideal, el
cristianismo pone como inicio la conversión
individual a unos ideales que producen, como
consecuencia, una sociedad justa. la Iglesia Católica
dejó escrita desde mediados del siglo xix su
doctrina social como respuesta al auge de las ideas
socialistas, reconociendo en ello un modelo social
implícito en las enseñanzas cristianas.

Algunos cristianos católicos se asociarán con el


marxismo, por ejemplo a través de la teología de la
liberación pensamiento que en gran parte es
aceptado por la Iglesia Católica, aunque
condenando aspectos de su origen marxista.[3] ​

Varias corrientes espirituales surgidas durante la


reforma protestante encontraron gran parte de su
apoyo en las bases campesinas, dando lugar a
revueltas antimobiliarias como la guerra de los
campesinos alemanes. El anabaptismo encontró
gran apoyo en las clases humildes proponiendo una
nueva sociedad más justa y menos clasista,
basándose en las enseñanzas bíblicas.

En el siglo xvi, el político, filósofo y escritor inglés


Santo Tomás Moro ideó una sociedad basada en la
propiedad común y los valores cristianos en su
tratado Utopía, cuyos líderes la administran con el
uso de la razón.
Otros "comunistas" anteriores a Marx

Críticos de la idea de propiedad privada fueron


algunos filósofos ilustrados del siglo xviii, tales
como Jean Jacques Rousseau. Convertido al
calvinismo, Rousseau estaba bajo la influencia del
movimiento jansenista dentro de la Iglesia Católica.
El movimiento jansenista fue originado por los
obispos católicos más ortodoxos, que trataron de
reformar la Iglesia en el siglo xvii para detener la
secularización y el protestantismo. Uno de los
objetivos jansenistas principales era la
democratización para detener la creciente
corrupción aristocrática en lo alto de la jerarquía de
la Iglesia.[4] ​Socialistas utópicos como Robert Owen
también a veces fueron considerados como
comunistas.
Maximilien Robespierre y su reinado de terror,
apuntado a la exterminación de la nobleza y
conservadores, fue tremendamente admirado entre
los comunistas. Robespierre fue en su momento un
gran admirador de Rousseau.

Las Cocteleras del siglo xviii practicaron el


comunalismo como una especie de comunismo
religioso.

Algunos creen que sociedades tempranas parecidas


a la comunista también existieron fuera de Europa,
con un ejemplo notable en el Imperio incaico, cuya
base organizativa, el ayllu, consistía en la propiedad
comunal y distribución ponderada del uso de la
tierra. Las corrientes indigenistas, influidas por el
pensamiento marxista, ven un protocomunismo en
esta sociedad y en otras formas de organización
tribal precolombinas. Algunas tribus en
Norteamérica y Sudamérica continúan con este
sistema hoy día.

Karl Marx vio el comunismo como el estado original


de humanidad de la cual esta surgió, por la sociedad
clásica, y luego el feudalismo, hasta el estado
corriente del capitalismo. Él propuso que el siguiente
paso de la evolución social sería inevitablemente
una vuelta al comunismo. Cuando la Revolución
industrial avanzó, los socialistas críticos culparon el
capitalismo de crear una clase de trabajadores
urbanos pobres de fábrica que trabajan en
inhumanas condiciones para contribuir
exclusivamente a aumentar la brecha existente,
haciendo a los ricos más ricos y a los pobres aún
más pobres.
Marx, Engels y el Manifiesto
Comunista

Karl Marx, el padre del comunismo moderno

Aunque Marx tratara muchísimos temas, su amplia


fama deriva de su análisis de historia en términos de
lucha de clases, resumida en la famosa introducción
al Manifiesto Comunista:

“La historia de toda la sociedad


hasta ahora existente es la historia
de lucha de clases”
El Manifiesto Comunista, también conocido como el
Manifiesto del Partido Comunista, publicado el 21 de
febrero de 1848 es uno de los tratados políticos más
influyentes en la historia del mundo. Comisionado
por la Liga Comunista y escrito por Karl Marx y
Friedrich Engels, este presentó los objetivos de la
Liga y el programa. El Manifiesto aconsejó un curso
de acción para una revolución proletaria dispuesta a
derrocar el capitalismo y, eventualmente, construir
una sociedad sin clases. La introducción del texto
comenzaba con un llamado a las armas:

Un espectro recorre Europa - el


espectro del comunismo. Todos los
viejos poderes de Europa han
establecido una alianza santa para
exorcizar este espectro: el Papa y
el Zar, Metternich y Guizot,
Radicales franceses y espías de
policía alemanes. ¿Dónde está el
partido en la oposición que no ha
sido censurado como comunista
por sus opositores en el poder?
¿Dónde está la oposición que no
tiene el reproche de estar marcada
de comunista, contra los partidos
de oposición más avanzados, así
como contra sus adversarios
reaccionarios?

El programa descrito en el Manifiesto es el llamado


socialismo o comunismo. La política incluía la
abolición de la hacienda y el derecho a la herencia, el
impuesto sobre ingresos progresivos, y la
nacionalización de los medios de producción y el
transporte. Esta política, que sería puesta en
práctica por un gobierno revolucionario (la dictadura
del proletariado), sería (como creían los autores) un
precursor a la sociedad apátrida y sin clases. El
término "comunismo" también es usado para
referirse a las creencias y las prácticas del Partido
Comunista, incluyendo el de la Unión Soviética, que
se diferenció considerablemente del concepto de
Engels y Marx.

Este al concepto de la transición del socialismo al


comunismo que muchos críticos del Manifiesto, en
particular durante y después de la era soviética, han
apuntado. Anarquistas, liberales y conservadores se
preguntaron cómo una organización como el estado
revolucionario podría alguna vez autodesintegrarse.
Tanto los acuerdos tradicionales de la atracción del
poder político como las teorías más recientes del
comportamiento de la organización sugieren en
cambio que un grupo asentado en el poder político
tenderá a conservar su privilegio antes que
permitirse autodesintegrarse, incluso si se dan aquel
privilegio en nombre de la revolución y del
establecimiento de la igualdad:
Cuando, en el curso del desarrollo,
las distinciones sociales han
desaparecido, y toda la producción
ha sido concentrada en las manos
de una asociación enorme de la
nación entera, el poder público
perderá su carácter político. El
poder político, correctamente
supuesto, es simplemente el poder
organizado de una clase para
oprimir a otra. Si obligan al
proletariado durante su
competición con la burguesía, por
la fuerza de las circunstancias, a
organizarse como una clase; si,
mediante una revolución, ella se
hace la clase dirigente, y, como tal,
barre por la fuerza las viejas
condiciones de producción,
entonces esto, con estas
condiciones, habrá barrido las
condiciones para la existencia de
antagonismos de clase y de clases
generalmente, y así habrá
suprimido su propia supremacía
como una clase.

Las famosas últimas líneas del Manifiesto


Comunista son a su vez el llamado a generar las
condiciones para crear una nueva sociedad sobre la
base de quienes no tienen nada que perder: Los
trabajadores del mundo.

Los Comunistas no se dignan a


ocultar sus opiniones y objetivos.
Ellos abiertamente declaran que
sus fines pueden ser logrados sólo
por el derrocamiento total de
todas las condiciones sociales
existentes. Dejen a las clases
dirigentes temblar en una
revolución comunista. Los
proletarios no tienen nada
para perder, salvo sus cadenas.
Ellos tienen un mundo para
ganar.
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[5]

La Revolución de Octubre
La Revolución de octubre de 1917 ocurrió tres
semanas antes de la celebración de la elecciones
democráticas en Rusia. Vladimir Lenin, líder del
Partido Bolchevique, al llegar al poder, creó la Cheka
que fusiló en los primeros 50 días de gobierno
comunista a más de 50.000 rusos[cita requerida].
Posteriormente, se pudo saber que las elecciones
daban como perdedor al partido Bolchevique, así
pues, surgió la primera gran iniciativa que intentó
poner las ideas marxistas sobre un estado de los
trabajadores en la práctica. Desde el principio, el
nuevo gobierno tuvo que enfrentarse a numerosas
manifestaciones, principalmente de Revolucionarios
Sociales y Mencheviques. Las cuales fueron
declaradas ilegales y en las que murieron miles de
personas, ya que se autorizaba el uso de munición
de guerra contra los manifestantes. Lenin y su
partido comenzaron a centralizar el control de Rusia,
pero Lenin siempre le aseguraba a la gente que
aquello era necesario para la transición de una
economía capitalista al comunismo. Lenin previó
que después de la Revolución de octubre, otros
países en Europa tendrían revoluciones similares,
pero las revoluciones en Alemania, Hungría y
Finlandia fueron aplastadas. El gobierno de Lenin,
durante los últimos años de su vida, ocurrió en
medio de la guerra civil. La práctica política de los
comunistas durante este período se ha hecho
conocida como el Comunismo de guerra.[6] ​Antes
de su muerte en 1924, Lenin escribió un último
testamento, con consejos para su sucesor. Lenin
quiso un mando cooperativo, pero Stalin, a quién
Lenin describió como "demasiado rudo",
gradualmente fue asumiendo el control hasta
centralizar el poder político alrededor de su propia
persona. Tras el fin de la guerra civil el poder
bolchevique se consolidó en la nueva Rusia
refundada como Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas.
Internacional Comunista
(Komintern)
En marzo de 1919 la Internacional Comunista
(abreviada como Komintern, según su nombre en
ruso, comúnmente conocida como la "Tercera
Internacional") fue fundada. La fuerza principal de la
nueva internacional eran los Bolcheviques rusos, a
diferencia de las primeras internacionales en donde
sus miembros eran más o menos heterogéneos. En
gran parte esto ocurrió debido a la disidencia de
izquierdistas de los principales partidos europeos
Socialdemócratas. El Komintern intentó entonces
organizarse como un partido mundial promotor de la
revolución socialista. Los comités nacionales fueron
instruidos para reconstruirse siguiendo los
principios Leninistas. Para mantener a sus socios, el
comité impuso 21 condiciones, entre ellas, cada
comité nacional tuvo que tomar el nombre el Partido
Comunista.

La oficina central de Komintern estaba instalada en


Moscú. La Internacional llevó a cabo un plan activo
para construir nuevos comités en el mundo entero.
Al principio la internacional estaba principalmente
establecida en Europa, pero gradualmente secciones
no europeas se fueron desarrollando. Después del
partido ruso, el principal partido era el Partido
Comunista de Alemania.
La revista de la Internacional Comunista fue publicada en gran variedad de lenguas europeas entre 1919 y 1943.

Durante el período del Komintern, en el cual el


movimiento comunista moderno tomó forma, hubo
intensos conflictos sobre el mando y la dirección del
movimiento. Después de la muerte de Lenin, Stalin
comenzó a purgar a sus opositores. Más o menos,
había dos agrupaciones disidentes principales: La
Oposición de izquierdas, conducida por León Trotski,
y otra oposición dentro del Bolchevismo, conducida
por Nikolái Bujarin. Los desacuerdos dentro del
partido soviético eran provocadas por escisiones en
varias secciones del Komintern. A menudo las
escisiones eran provocadas por expulsiones de
opositores potenciales o reales al mando de Stalin.

Durante la última parte de los años 1920 el


Komintern adoptó una línea en donde denominó a
los Socialdemócratas como Fascistas Sociales. La
tarea de las secciones del Komintern era de
combatir la influencia de los Social Demócratas
entre la clase obrera. La cooperación con la
Socialdemocracia categóricamente fue excluida.

Sin embargo, después del ascenso del Fascismo en


Europa, esta política fue invertida. El 7º congreso del
Komintern adoptó la línea de Frente Popular (que en
algunos países como Francia, España y Chile[7] ​
logró el poder en forma exitosa). Impulsaron a los
comunistas a construir alianzas democráticas,
incluyendo a los Socialdemócratas y otros partidos
burgueses, para luchar contra el Fascismo. Durante
la Segunda Guerra Mundial, algunos partidos
comunistas participaron en actividades de
restistencia contra el Eje.

El cambiado guion político de la guerra claramente


cambió las condiciones de trabajo de los partidos
comunistas. Como un gesto de buena voluntad
hacia sus aliados Occidentales, Stalin disolvió en
1943 el Komintern.

Comunismo europeo durante la época del


Komintern

La mayor parte de los asistentes al primer congreso


del Komintern eran provenientes de Europa. En gran
parte, la nueva internacional tenía sus raíces en la
oposición de izquierda dentro de la
Socialdemocracia europea. En varios casos,
hendiduras con el movimiento obrero precedieron la
Revolución de octubre. En Holanda, el Partido Social
Demócrata se formó en 1909, cuando los sectores
izquierdistas se separaron del Partido
Socialdemócrata Laborista. En Alemania, los
revolucionarios formaron la Liga Espartaquista en
1914. En Suecia la hendidura ocurrió en la primavera
de 1917, con la formación del Partido Social
Democrático de Izquierda.

En otros casos, los Partidos Comunistas nacieron


como grupos que abandonaron la Socialdemocracia
después de la Revolución de octubre. En 1918
revolucionarios finlandeses, en el exilio en Moscú
después de la derrota de los comunistas en la
guerra civil finlandesa, fundaron el Partido
Comunista de Finlandia. El 3 de noviembre el mismo
año, el Partido Comunista de Austria fue fundado.
Los comunistas austriacos intentaron organizar una
república soviética, pero la revolución no se extendió
fuera de los principales centros industriales. Pocas
semanas más tarde el Partido Comunista Húngaro
fue fundado. Bajo el mando de Béla Kun, los
comunistas húngaros condujeron una rebelión y
fundaron una república soviética. La república fue
aplastada por la intervención de los militares
rumanos.

En diciembre de 1918, la Socialdemocracia del Reino


de Polonia y Lituania y la izquierda del Partido
Socialista Polaco se combinaron para formar el
Partido Comunista de los Trabajadores de Polonia.
Otro partido se formó en 1918 bajo el nombre de
Partido Comunista de Lituania.

Todos estos grupos unieron al Komintern en su


fundación en 1919 y se convirtieron en los Partidos
Comunistas de sus respectivos países. Un caso
notable es el del Partido Laborista noruego (el ADN)
que había sido fundado en 1887. El partido, bajo el
mando de Martin Tranmæl, era uno de los partidos
fundadores del Komintern. Hacia 1920 este había
excluido la mayor parte de las 21 tesis de
Komintern. La adaptación al Komintern causó la
división, pues los elementos moderados formaron el
Partido Laborista Social Democrático de Noruega en
1921. Pero al final Tranmæl y el Komintern
separarían caminos. En 1923 el partido fue
expulsado del internacional, y el Partido Comunista
de Noruega fue formado por personeros leales al
Komintern. Sin embargo hay que mencionar que el
ADN permaneció comprometido con el comunismo
revolucionario incluso unos años después de su
expulsión, y se esforzó en mantener relaciones
cordiales con la Internacional.

Poco después de la fundación del Komintern,


variados grupos socialistas de todas partes de
Yugoslavia se unieron para formar el Partido
Socialista de Trabajadores de Yugoslavia.

En 1920, el Partido Socialista de Trabajadores de


Grecia (SEKE) decidió unirse al Komintern. La
Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO)
se dividió, formando los elementos revolucionarios
la Sección Francesa de la Internacional Comunista.
Los comunistas fueron capaces de atraer una mayor
cantidad de los socios de la SFIO, y llevaron a cabo
la publicación del diario del partido: L'Humanité. El
Partido Comunista de Gran Bretaña, también se
formó en 1920, sin embargo no se erigió sobre la
división del Partido Laborista, sino por la fusión de
pequeños grupos de izquierda.

El 16 de mayo, el Partido Comunista de


Checoslovaquia fue fundado. En septiembre el
mismo año se fundó el Partido Comunista de
Bélgica.

En enero de 1921, Amadeo Bordiga y Antonio


Gramsci condujeron el comunsti puri a la sección del
Partido Socialista Italiano para formar el Partido
Comunista Italiano. El 6 de marzo de 1921, el
Partido Comunista Portugués fue fundado. El PCP
tenía un fondo algo diferente a los otros partidos
comunistas europeos, pues ha desarrollado más el
movimiento anarco-sindicalista en lugar de la
socialdemocracia. El 14 de noviembre de 1921 se
fundó el Partido Comunista de España, tras la fusión
del Partido Comunista Español (que se desarrolló
fuera de la Juventud Socialista) y el Partido
Comunista Obrero Español (formado por la facción
pro-Komintern de PSOE).

Sin embargo, hacia fines de los años 1920 el


Komintern afrontó varios problemas. El aumento del
ardor revolucionario sobre el continente europeo ya
había acabado. Los Partidos comunistas fueron
establecidos en la mayor parte de países, pero en la
mayoría de los casos los comunistas no jugaron el
papel principal en el movimiento obrero. Las
divisiones socavaron el Komintern, pues los grupos
considerados como desleales al mando Komintern
fueron expulsados. En 1929, Nikolái Bujarin fue
purgado y posteriormente la purga fue realizada en
las secciones Komintern. El 28 de diciembre las
tendencias oposicionistas dentro del Partido
Comunista de Alemania habían desembocado en un
partido separado, el Partido Comunista de
Oposición. En 1929 la parte principal del Partido
Comunista de Suecia, incluyendo la mayor parte del
mando de partido y todos los parlamentarios, fue
expulsada. Los expulsados formaron un partido
comunista paralelo, desarrollado en el seno del
Partido Socialista. El año siguiente, la Federación
Comunista Catalana-Balear se separó del Partido
Comunista de España. En Francia, los elementos
purgados participaron en la formación del Partido de
Unidad Proletaria.

El Partido Comunista de Islandia fue formado en


1930, pero los comunistas habían sido
políticamente activos allí desde principios de los
años 1920.

La extensión del Fascismo planteó un desafío grave


al movimiento comunista. En 1926 el Partido
Comunista Italiano había sido prohibido por
Mussolini. Después de la entrada en funciones de
Hitler en Alemania, el Partido Comunista de
Alemania fue prohibido. Cuando la Internacional
convocó su 7º congreso en 1935, decidió volver a su
antigua política de cooperación con los
Socialdemócratas. Por la iniciativa de los partidos
comunistas se crearon Frentes Populares en varios
países. El Frente Popular ganó elecciones en Francia
y España. En Francia los comunistas no tuvieron, sin
embargo, gran cantidad de cupos ministeriales.

Como la Guerra civil española estalló, los partidos


comunistas movilizaron su apoyo a la República
Española. Un fuerte contingente militar de 40.000
efectivos, las Brigadas Internacionales, fue formado
con el apoyo activo del Komintern.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los comunistas


movilizaron actividades de resistencia en territorios
ocupados por el Eje. Unidades conducidas por
guerrilleros comunistas estaban activas en Italia,
Francia, Grecia, Yugoslavia y Albania. En otros sitios,
los comunistas organizaron actividades de sabotaje.

Comunismo latinoamericano durante la época


del Komintern

El primer partido comunista latinoamericano fue el


Partido Comunista Mexicano. Había sido fundado
como el Partido Socialista Obrero en 1911, pero
cambió su nombre a Partido Comunista en 1919. El
revolucionario indio Manabendra Nath Roy
contribuyó decisivamente a la unión del partido
mexicano con el Komintern. De la misma manera el
Partido Obrero Socialista de Chile fue fundado en
1912, cambiando su nombre a Partido Comunista
cuando se unió al Komintern en 1922.

El Partido Comunista de Argentina fue fundado en


1918.

El Partido Comunista de Uruguay fue fundado el 21


de septiembre de 1921.

El Partido Comunista de Guatemala fue fundado en


1922.

El 22 de marzo de 1921 el Partido Comunista


Brasileño fue fundado por la fusión de varios grupos
locales.

En Ecuador, el Partido Socialista fue fundado en


1926. Posteriormente se escindiría y se fundaría el
Partido Comunista de Ecuador.
En 1928 José Carlos Mariátegui fundó el Partido
Socialista de Perú, que dos años más tarde se haría
el Partido Comunista.

El Partido Comunista de El Salvador fundado el 30


de marzo de 1930 teniendo entre sus miembros más
conocidos a Agustín Farabundo Martí.

El Partido Comunista de Costa Rica fue fundado en


1931.

El Partido Comunista de Venezuela fue fundado por


Juan Bautista Fuenmayor el 5 de marzo de 1931.

El Partido Comunista de Puerto Rico fue fundado en


1934.
Comunismo africano durante la época del
Komintern

La única sección que el Komintern tenía en África


subsahariana era el Partido Comunista de Sudáfrica.
El partido fue formado en 1921, por la fusión de
varios grupos comunistas y socialistas locales. El
CPSA ganó prominencia durante la Rebelión de
Rand, armada por mineros blancos en 1922. El
predominio de la minoría blanca del partido
preocupó al Komintern, que obligó al CPSA para
adoptar la tesis de “Una República Natal”, implicando
la tesis que Sudáfrica pertenecía a su población
original negra. Después de la adopción por el
Komintern de la Línea de combate Popular, el partido
comenzó la cooperación con el Congreso Nacional
Africano.
El Partido Comunista Francés realmente tenía una
célula en Senegal, conducida por Roger Roche. El
grupo no se amplió en lo más mínimo entre la
población africana y por ello fue disuelto. Sin
embargo esta célula participó en la formación del
comité senegalés del Frente Popular.

Comunismo oceánico durante la época del


Komintern

La Asociación Marxista de Nueva Zelanda fue


formada en 1918. En marzo de 1921, una unión de
agrupaciones dio origen al Partido Comunista de
Nueva Zelanda. El partido inició su trabajo al interior
de los sindicatos, pero nunca dejó de ser una fuerza
menor en la política de Nueva Zelanda.

El Partido Comunista de Australia fue fundado en


Sídney el 30 de octubre de 1920 por un grupo de
socialistas inspirados por los informes de la
Revolución rusa. Entre los fundadores del partido se
encontraban prominentes unionistas del comercio
de Sídney, como Jock Garden, Adela Pankhurst (la
hija de la sufragista británica Emmeline Pankhurst) y
la mayor parte de la entonces ilegal Sección
Australiana de Obreros Industriales del Mundo
(IWW). El IWW pronto rompió relaciones con el
Partido Comunista, debido a desacuerdos con la
dirección de la Unión Soviética y del bolchevismo. En
sus primeros años, el partido alcanzó alguna
influencia en el movimiento sindical en Nueva Gales
del Sur, pero a mediados de los años 1920 el partido
había disminuido. El partido fue reconstruido por
Jack Kavanagh y Esmonde Higgins. Sin embargo
debido a la purga mundial de los mandos de los
partidos nacionales hecha por el Komintern, fue
expulsada por la Internacional.
La era de la posguerra

Estados socialistas en 1979.

Después del final de la Segunda Guerra Mundial, el


movimiento comunista mundial afrontó un nuevo
libreto. Su cuerpo centralizado de organización, el
Komintern, había sido disuelto y las secciones
respectivas eran ahora entidades independientes. El
Kominform, la Oficina de Información Comunista,
fue fundado como un substituto de la disuelta
internacional.

Las relaciones exteriores de la Unión Soviética


habían cambiado bastante. De ser un paria
internacional, la Unión Soviética ahora fue
acreditada tras haber derrotado a Alemania. Se
hacía patente así un riesgo evidente si es que se
pensaba realizar acción militar directa de Occidente
contra la Unión Soviética. De manera informal, los
estados Occidentales reconocieron el predominio de
la Unión Soviética en sus países vecinos mientras la
Unión Soviética no animó activamente la revolución
en los países capitalistas, que liderados por los
Estados Unidos, se oponían a la expansión del
comunismo a escala global. Se iniciaba así un
periodo de distanciamiento entre las potencias
conocido como guerra fría.

La victoria sobre el fascismo contribuyó a una


oleada global de popularidad de los partidos
comunistas, sobre todo en Europa. En varios países
esta popularidad redundó en el progreso electoral.
Envalentonado por el potencial de alcanzar la
influencia por el trabajo de parlamentario así como
la nueva política soviética de Coexistencia Pacífica,
la línea política del movimiento comunista cambió.

Notable para la era inmediata de la postguerra fue la


formación de organizaciones internacionales que se
vincularon al movimiento comunista, como la
Federación Sindical Mundial, la Federación Mundial
de la Juventud Democrática, entre otras
organizaciones.

Comunismo en Europa Oriental durante la era


de posguerra

Hacia fines de la Segunda Guerra Mundial, una


robusta presencia militar soviética cubrió la mayor
parte de Europa Oriental, para asegurar la dictadura
del proletariado y la seguridad de la URSS, ocupando
Alemania Oriental, Hungría, Checoslovaquia,
Bulgaria, Rumania y Polonia. En Yugoslavia y
Albania, los partidarios comunistas habían liberado
sus países sin la ayuda militar soviética, haciéndolos
ser en gran parte independientes de la voluntad del
PCUS.

Los gobiernos fueron formados por partidarios


comunistas con la ayuda de la Unión Soviética. El rol
que los comunistas jugaron en la derrota del
fascismo ganó la compasión de sus ciudadanos. En
algunos casos se realizaron fusiones entre los
partidos comunistas y otros partidos, como en los
casos del Partido Socialista Unificado de Alemania,
el Partido de los Trabajadores Húngaros, el Partido
de los Trabajadores Rumanos y el Partido Obrero
Unificado Polaco. Las nuevas repúblicas comunistas
tomaron la forma de Democracias Populares, que
son una fase intermediaria en el progreso hacia el
edificio del socialismo. Los partidos no comunistas
fueron o prohibidos o nombrados como nuevos
miembros (En Alemania Oriental se permitió la
existencia de partidos no comunistas por ejemplo).

En 1955 se firmó el Pacto de Varsovia como un


acuerdo de cooperación entre las repúblicas
socialistas del bloque este liderado por la Unión
Soviética, con la exclusión de Yugoslavia. En agosto
de 1961 la República Democrática de Alemania
inició la construcción del muro de Berlín con la
excusa de frenar las conspiraciones occidentales,
aunque en realidad se pretendía evitar la huida
masiva hacia el bando occidental.

En Polonia, tras la expulsión del ejército alemán por


el ejército ruso en 1945 se constituyó un gobierno
liderado por el Partido Obrero Unificado de Polonia y
se creó un estado socialista rebautizado como
República Popular de Polonia. En 1955 fue uno de
los firmantes del Pacto de Varsovia y durante años
sería un fiel aliado soviético. A fines de los años
1980 un movimiento de oposición al gobierno,
encabezado por el sindicato obrero Solidarność
logró poner en jaque el régimen comunista, apoyado
por las potencias occidentales y la Iglesia Católica,
que logró influir en el proceso de restauración de las
libertades democráticas y el libre mercado en 1989.

Tras la ocupación del ejército soviético al finalizar la


Segunda Guerra Mundial, Hungría adoptó en 1947 la
denominación de República Popular de Hungría bajo
el gobierno comunista del Partido de los
Trabajadores Húngaros. En 1949 ingresó en el
COMECOM y en 1955 firmó el Pacto de Varsovia. En
1956 se produjo una rebelión contra el gobierno
comunista que provocó la intervención militar de la
Unión Soviética y la posterior ejecución del primer
ministro Imre Nagy. Tras sofocar la rebelión, se
colocó en el gobierno al recién creado Partido
Socialista Obrero Húngaro bajo la dirección del
nuevo presidente János Kádár. A finales de los años
ochenta Hungría promovió la disolución del Pacto de
Varsovia y se abrió a la economía de mercado.

En Checoslovaquia, el Partido Comunista ganó las


elecciones de 1946, y su líder Klement Gottwald se
convirtió en el primer ministro. Sin embargo, en 1948
los soviéticos conspiraron para hacerse con el
control del gobierno e instauraron un régimen
estalinista que inició un periodo de represión, a
pesar de mantener una aparente estructura
democrática. En los años sesenta se inició la
desestalinización del país que culminó en los
sucesos de la Primavera de Praga de 1968, que
propiciaron la reforma del régimen comunista
liderada por Alexander Dubček. Dichas reformas
provocaron la invasión de Checoslovaquia por el
Pacto de Varsovia en 1968, restableciéndose en
1969 el control estricto del Partido Comunista bajo
las órdenes de Moscú. A finales de los años ochenta
se produjo la llamada Revolución de Terciopelo,
movimiento pacífico que derrocó el régimen
comunista, iniciándose la transición al capitalismo y
el retorno de las libertades democráticas.

Trabajadores de la Alemania Oriental construyendo el muro de Berlín. 20 de noviembre de 1961.

El Partido Comunista Rumano accedió al poder en


1947 con la ayuda soviética creando la República
Popular de Rumania bajo la presidencia de
Constantin Ion Parhon. En 1958 tomó la presidencia
Gheorghe Gheorghiu-Dej, que inició una etapa de
cierta independencia de la Unión Soviética. En 1967,
Nicolae Ceausescu asumió la presidencia del país.
Ceausescu estableció una política de autarquía y de
culto a su persona, distanciándose del Pacto de
Varsovia. En 1989 estalló una revolución que
derrocó a Ceausescu y se inició una transición hacia
la democracia. Ceausescu fue juzgado y ejecutado
el 25 de diciembre de 1989, día de Navidad.

La victoria del Ejército Rojo ante Alemania supuso


que Bulgaria fuera ocupada por las tropas soviéticas
en 1944. El Partido Comunista de Bulgaria accedió
al poder bajo la influencia de Moscú y en 1946 se
fundó la República Popular de Bulgaria. Hasta la
disolución de la Unión Soviética, Bulgaria sería fiel
miembro del Pacto de Varsovia, siendo un país
satélite de la influencia soviética.

Después de la derrota del ejército alemán en 1945,


se fundó la Répública Federal Democrática de
Yugoslavia. Sin embargo, tras una guerra civil, en
1946 los partisanos de Josip Broz Tito alcanzaron el
poder y aprobaron una nueva constitución pasando
a llamarse República Federativa Socialista de
Yugoslavia. Ya desde su acceso al poder, el gobierno
comunista de Yugoslavia se mantuvo distante con la
Unión Soviética conservando su independencia
política y económica. Además, el Partido Comunista
de Yugoslavia había sido muy crítico con la política
de Stalin por lo que fue expulsado de la Internacional
Comunista. Con esta situación de aislamiento el
gobierno de Tito desarrolló medidas
descentralizadoras, que posteriormente darían lugar
al socialismo autogestionario, sistema económico
que se engloba dentro de las experiencias del
socialismo de mercado. En 1963 Tito fue nombrado
Presidente Vitalicio y el país adoptó el nombre de
República Federal Socialista de Yugoslavia. En 1974
se aprobó una nueva constitución que consagraba el
carácter federal y socialista del país, otorgando más
poder a las distintas repúblicas que lo formaban.
Tras la muerte de Tito en 1980, se inició una etapa
de tensión entre las repúblicas yugoslavas. A
principios de los años noventa, coincidiendo con la
caída del bloque comunista en Europa, se iniciaron
las Guerras Yugoslavas que supondrían la disolución
de la Yugoslavia socialista en distintas repúblicas
independientes.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y el final de


la ocupación alemana, Albania pasa a ser gobernada
por un régimen controlado por los partisanos
comunistas locales, dirigidos por Enver Hoxha y Koçi
Xoxe, que asumieron el control de facto del país tras
la retirada final de las tropas de la Wehrmacht en
octubre de 1944, denominándose República Popular
de Albania. Durante los años siguientes el país se
distanció de su vecina Yusgoslavia y en 1955 se
incorporó al Pacto de Varsovia. Tras la muerte de
Stalin, Albania inició una época de distanciamiento
de Moscú y de acercamiento a China. En 1978,
China rompe las relaciones con Albania y suprime
sus programas de ayuda financiera. Los años
ochenta son un período de aislamiento político del
país hasta que en 1992 se celebraron las primeras
elecciones democráticas en cuarenta años.

Tras el derribo del muro de Berlín en 1989, los


acontecimientos desencadenaron la disolución de la
Unión Soviética y la caída del bloque comunista en
Europa en 1991. La gran mayoría de los estados del
Pacto de Varsovia adoptaron economías capitalistas
y sistemas democráticos. Respecto a la URSS, se
desintegró en 15 repúblicas independientes tras
más de 70 años de comunismo.
Comunismo en América durante la era de
posguerra

El Che Guevara, revolucionario argentino.

En América latina el comunismo desarrolló


numerosas corrientes dogmáticas durante la época
de postguerra que le otogaron una peculiaridad
propia. El espíritu revolucionario se impregnó con
fuerza en un continente caracterizado por profundas
desigualdades sociales, y amplió sus bases teóricas
con aportaciones como la Teología de la liberación.
Sin embargo, a pesar de contar con muchos
seguidores por todo el continente, este sistema sólo
logró establecerse en la isla de Cuba, si bien hubo
experiencias socialistas en otros países como
México o Nicaragua. En Cuba, el movimiento
revolucionario derrocó al dictador Fulgencio Batista
en 1959 y se instauró un régimen izquierdista que
eliminó la gran y mediana propiedad privada e inició
un proceso de expropiaciones y nacionalizaciones,
así como una importante reforma agraria. Además,
surgieron movimientos revolucionarios en
numerosos países inspirados en la Revolución
cubana, como en Colombia, donde ya actuaban
varios grupos guerrilleros comunistas como las
FARC o el ELN, o en Venezuela, donde el Partido
Comunista creó las Fuerzas Armadas de Liberación
Nacional. En El Salvador, una escisión del Partido
Comunista Salvadoreño creó las Fuerzas Populares
de Liberación Farabundo Martí que tuvieron un papel
destacado en la guerra civil que afectó a este país
de 1980 a 1992. También surgieron grupos
guerrilleros de menor transcendencia en países
como Bolivia, Brasil o Uruguay. En Chile el
comunismo fue prohibido por la llamada Ley Maldita
en 1948. En América del norte el comunismo fue
duramente reprimido. En Estados Unidos hubo una
persecución gubernamental durante décadas que
relegó a los comunistas a la marginalidad, si bien el
CPUSA nunca fue declarado ilegal.

Comunismo en Asia durante la era de


posguerra

En 1949 finalizó en China la guerra civil con la


victoria del Ejército Popular de Liberación, que era la
rama militar del Partido Comunista de China
liderado por Mao Zedong. La victoria comunista
supuso el establecimiento de un nuevo régimen
controlado por el partido y el gran país pasó a
llamarse República Popular China. El nuevo gobierno
comunista emprendió reformas económicas
centradas en el sector agrario, pues la clase
campesina consituía la mayoría de la población y
había sido el motor de la revolución. Esta visión del
campesinado como eje del sistema es una de las
aportaciones de Mao Zedong al pensamiento
comunista y diferenciaba el sistema chino respecto
al modelo soviético, que en aquellos momentos era
el referente. La teoría desarrollada por Mao Zedong
es conocida como Maoísmo y posteriormente fue
acogida por muchos comunistas de Asia.

En 1950, en el contexto de la guerra fría, se inició la


Guerra de Corea que enfrentó al régimen comunista
del norte y al gobierno de Corea del Sur. Los
comunistas del norte, apoyados por la República
Popular China, iniciaron una ofensiva con la
pretensión de unificar toda la península bajo un
único régimen. El sur, amparado por Naciones
Unidas y apoyado militarmente por Estados Unidos,
tuvo serios problemas para detener las fuerzas
comunistas, que llegaron a controlar el 90% del país,
con lo que la intervención americana resultó
determinante para evitar la victoria comunista. El
1953 se firmó la paz que actualmente divide la
península por el paralelo 38.

Conflicto similar ocurrió en Vietnam, donde los


comunistas del Vietcong, que ya habían luchado
contra franceses y japoneses años atrás, se
disponían, junto al Frente Nacional de Liberación de
Vietnam liderado por Hồ Chí Minh, a derrocar al
gobierno de Vietnam del sur y unificar todo el país
bajo el socialismo. El débil gobierno del sur, fue
apoyado nuevamente por Estados Unidos, que se
involucró cada vez más en el conflicto conocido
como la Guerra de Vietnam. La imposibilidad de
derrotar a las fuerzas comunistas alargaron el
desplieque estadounidense hasta 1973, año en que
se firmó el acuerdo de paz. Tras la retirada del
ejército estadounidense, las fuerzas comunistas del
norte avanzaron hasta Saigón y el país se unificó
bajó la República Socialista de Vietnam. La victoria
norvietnamita facilitó el acceso al poder de los
comunistas en Laos, que dirigidos por el Pathet Lao
fundaron la República Popular de Laos en 1975.

En 1974 se produjo un golpe militar en Birmania


encabezado por el general Ne Win que aprobó una
nueva constitución que deifinia el país como una
República Socialista. Se creó un sistema
monopartido y se nacionalizaron las principales
industrias. A finales de los años ochenta el régimen
empezó a abrirse a la economía de mercado
aceptando inversiones extranjeras pero
manteniendo la estructura dictatorial del sistema
bajo la dirección de la Junta Militar.
En Camboya, los Jemeres Rojos liderados por Pol
Pot tomaron la capital en 1975 e instauraron una
dictadura marxista de carácter agrario. El país pasó
a llamarse Kampuchea Democrática convirtiéndose
en un régimen totalitario que practicó matanzas y
usó campos de trabajos forzados. El régimen fue
derrocado en 1979 tras la invasión de Vietnam que
puso fin al gobierno de Pol Pot e instauró en el poder
al Partido Popular de Kampuchea, aliado de
Vietnam. A partir de 1989 se comenzó a aplicar un
programa de liberalización económica, que puso fin
a la colectivización de la agricultura.

En Malasia, las fuerzas dirigidas por el Partido


Comunista de Malasia tuvieron un papel destacado
en la guerra por la independencia del Reino Unido
que duró de 1948 hasta 1960. Al finalizar la guerra
los comunistas no pudieron tomar el poder tras ser
derrotados por el nuevo gobierno apoyado por
Estados Unidos.

En Mongolia los comunistas del Partido


Revolucionario del Pueblo Mongol ya gobernaban
desde 1924 con el apoyo de la Unión Soviética,
aunque la región era considerada una provincia más
de China. Cuando los comunistas chinos fundaron la
República Popular de China, reconocieron la
independencia de Mongolia como Estado a petición
de Stalin. Hasta la caída de la URSS, Mongolia fue un
país satélite de la Unión Soviética, manteniendo
relaciones distantes con la China comunista. En
1990 los comunistas aprobaron una nueva
constitución con reformas neoliberales.

Tras la independencia de Indonesia de los Países


Bajos, el Partido Comunista de Indonesia (PKI)
mantuvo un enfrentamiento armado con el ejército
por el control del país. Si embargo, los militares
apoyados por los Estados Unidos, tomarían el poder
tras el golpe de Estado de 1965, iniciándose una
campaña de represión anticomunista.

El Comunismo después de la caída


del Muro de Berlín
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Después de la caída de los estados socialistas del


Bloque Oriental, el movimiento comunista mundial
posiblemente fue debilitado. Sin embargo, el
movimiento político del comunismo sobrevivió la
caída de la Unión Soviética y del Bloque Oriental.

De los cinco estados socialistas restantes, China,


Vietnam, y Laos se han movido hacia economías de
mercado, pero sin la privatización principal del
sector estatal, fenómenos conocidos como
Socialismo con características chinas y Đổi mới en el
caso vietnamita. Cuba recientemente ha surgido de
la crisis provocada por la caída de la Unión Soviética
(Conocida como Periodo especial) debido al
crecimiento en su volumen de comercio con sus
nuevos aliados Venezuela y China. Corea del Norte,
con su ideología Juche, ha tenido menos éxito que
sus colegas al enfrentarse con el derrumbamiento
del bloque soviético, aunque no existan signos del
gobierno norcoreano que manifiesten una
inestabilidad particular. En Mongolia, el Partido
Revolucionario del Pueblo Mongol (PRPM) tuvo que
formar una coalición con otro partido, pero en 2006
volvió a gobernar de forma absoluta, ahora bajo la
bandera socialdemócrata. En Mozambique aún
gobierna el FRELIMO, el partido revolucionario. En
Moldavia, el partido comunista local ganó el 2001 y
2005 las elecciones parlamentarias, aunque este
partido comunista en particular no haya hecho nada
radicalmente diferente que el gobierno capitalista
que lo precedió. El Partido Comunista de la India es
un compañero de coalición clave del Partido del
Congreso dirigente y está en el poder en estados
como Bengala Occidental, Kerala y Thripura y hay
muchos otros partidos comunistas significativos en
aquel país. En Ucrania y Rusia, los comunistas
salieron segundos en las elecciones de los años
2002 y 2003, respectivamente. En República Checa,
el Partido Comunista salió tercero en las elecciones
de 2002, al igual que el Partido Comunista de
Portugal en 2005. También en 2005, el Partido
Comunista de las Tierras Vascas obtuvo 9 escaños
en el Parlamento Vasco, pero en 2008 fue
ilegalizado por la justicia española por su
vinculación a la organización armada ETA, de
ideología marxista, que en 2011 cesó
definitivamente su actividad armada. En Venezuela,
el Partido Comunista estuvo estrechamente
alineado con los gobiernos de Hugo Chávez y
Nicolás Maduro.
Véase también
Marxismo
Comunismo
Historia del capitalismo
Historia económica
Karl Marx
Comunismo cristiano
Portal:Marxismo. Contenido relacionado con
Marxismo.
Portal:Socialismo. Contenido relacionado con
Socialismo.

Referencias
1. Hechos de los Apóstoles,
2. Hechos de los Apóstoles, 2, 32-37
3. Libertatis Nuntius: (http://www.corazones.org/do
c/libertatis_nuntius.htm) Instrucción sobre
algunos aspectos de la Teología de la liberación'
(http://www.corazones.org/doc/libertatis_nuntiu
s.htm)
4. Daniel Roche, La France des Lumières (Paris
1993).
5. Marx, Karl y Engels, Friedrich. Manifiesto
Comunista, 1848.
6. Sheldon L. Richman, War Communism to NEP:
The Road From Serfdom (http://www.mises.org/j
ournals/jls/5_1/5_1_5.pdf) , Journal of
Libertarian Studies, Winter 1981, 5(1), pp. 89-97
(en inglés)
7. Carlos Contreras Labarca, Los comunistas, el
Frente Popular y la independencia nacional:
discursos (http://www.memoriachilena.cl/archiv
os2/pdfs/MC0001335.pdf) . Santiago, Antares,
1937.

Bibliografía
Michael Lynch, Reaction and Revolution: Russia
1894-1924, Hodder Murray, 2005, ISBN 0-340-
88589-0
Robert Harvey, A Short History of Communism,
Thomas Dunne Books, 2004, ISBN 0-312-32909-1
Richard Pipes, Communism: A History, Modern
Library, 2001, ISBN 0-8129-6864-6

Datos: Q2583742

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