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Introducción:

Oración Guía:

- Todas las madres han pensado que sus circunstancias son vanas para Dios. Que nuestra
vida cotidiana no es importante para Jesús.

Ejemplos de OG:

- Muchas mujeres han pensado que Dios no está interesado en que sean mamás y que el no
mira el sufrimiento de cada una de ellas
- Muchas mamás han pensado que Dios no está al pendiente del dolor que sienten cuando
sus hijos están en peligros.
- Muchas mamás piensan que Dios no está al pendiente de que nuestros hijos cumplan sus
propósitos de vida.

Ven junto a mí e imaginemos como mujeres de la Biblia vivieron su maternidad con un Dios
presente que se interesó en ellas y hoy se interesa también en ti mamá.

1Samuel 1:10-18 DHH94PC

10Y Ana, llorando y con el alma llena de amargura, se puso a orar al Señor 11y le hizo esta
promesa: «Señor todopoderoso: Si te dignas contemplar la aflicción de esta sierva tuya, y
te acuerdas de mí y me concedes un hijo, yo lo dedicaré toda su vida a tu servicio, y en
señal de esa dedicación no se le cortará el pelo.» 12Como Ana estuvo orando largo rato
ante el Señor, Elí se fijó en su boca; 13pero ella oraba mentalmente. No se escuchaba su
voz; solo se movían sus labios. Elí creyó entonces que estaba borracha, 14y le dijo: —
¿Hasta cuándo vas a estar borracha? ¡Deja ya el vino! 15—No es eso, señor —contestó
Ana—. No es que haya bebido vino ni ninguna bebida fuerte, sino que me siento angustiada
y estoy desahogando mi pena delante del Señor. 16No piense usted que soy una mala
mujer, sino que he estado orando todo este tiempo porque estoy preocupada y
afligida. 17—Vete en paz —le contestó Elí—, y que el Dios de Israel te conceda lo que le
has pedido. 18—Muchísimas gracias —contestó ella. Luego Ana regresó por donde había
venido, y fue a comer, y nunca más volvió a estar triste.
Muchas veces las mamás piensan que, como el Creador del Universo, Dios
Todopoderoso, capaz de crear la luz y la oscuridad con Su fuerte voz.

Un Dios tan extraordinario, ¿sería capaz de no estar presente en su maternidad?

Parecería incierto que las madres piensen algo similar, pero cuando los días son
complejos y las noches largas, no solemos ver a Dios tan de cerca.

Cuando las abraza la tristeza profunda, les atacan los miedos, les persigue la
incertidumbre del futuro, este Dios creador no se puede apreciar.

Es como si Dios se desligara, por ser muy arriesgado, entrar al corazón de una
madre.

El corazón que guarda tantas emociones, frustraciones, enojos, cansancio,


agotamiento físico y mental.

Dios está apunto de tocar la puerta de nuestro corazón, pero cuando se percata
del caos, decide apartarse, porque es demasiado complejo ese corazón ante su
Poder.

Miremos la historia de Ana la que postrada gemía en aquella sinagoga.

Sus lágrimas llenas de tristeza no podían notar un Dios interesado en su dolor y


en su profunda petición. “¿Será posible que Dios me tome en cuenta? ¿Será Dios
capaz de consolar mi alma y traer respuesta a este gran dolor?”

En aquella escena se podía apreciar una mujer llena de tristeza. Elí, el sacerdote,
un poco confundido con el comportamiento de esta mujer.

¿Y Dios? Dios tan pegado a su pecho, Dios tan atento a sus palabras
entrecortadas, Dios temblando de amor ante cada sollozo de esta hermosa mujer.
El cual no dudó, por ningún momento, en interesarse en el clamor de Ana.

Un día, Ana cantó agradecida por el milagro de vida que Dios le había regalado,
su hijo Samuel.

1 Samuel 2:1-2 DHH94PC


1Y Ana oró de esta manera: «Señor, yo me alegro en ti de
corazón porque tú me das nuevas fuerzas. Puedo hablar contra mis
enemigos porque tú me has ayudado. ¡Estoy alegre! 2¡Nadie es
santo como tú, Señor! ¡Nadie protege como tú, Dios nuestro! ¡Nadie
hay fuera de ti!
Historia 2: Dios puede cambiarlo todo. (Jocabed)

Éxodo 2:1-2 DHH94PC


1Un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma
tribu, 2la cual quedó embarazada y tuvo un hijo. Al ver ella que el
niño era hermoso, lo escondió durante tres meses;

Lo que sus ojos llorosos alcanzaban a ver era el río Nilo y la canasta que había
creado para proteger lo más sagrado que tenía, su hijo.

La muerte tocó la puerta de la familia de Jocabed amenazando al pequeño que


solo tenía algunos meses.

Era inevitable temer perder a su hijo, cuando su corazón maternal le gritaba que
había un plan extraordinario para el pequeño que cargaba entre sus brazos.

El río parecía estar quieto, como si estuviera en espera de un milagro de vida.

Era solo un pequeño niño indefenso, ¿quién diría? En este crucial momento solo
se podía guardar la esperanza y fueron sus brazos temblorosos los que colocaron
al pequeño en el río, confiando que Dios cambiaría su destino fatal en uno lleno de
vida.

Jocabed nos enseña con su acción valiente, al enviar a su hijo por el río, que en
medio de su situación lo mejor que pudo hacer era confiar plenamente en Dios.

En ocasiones pudiéramos atravesar momentos complejos y pensar que tendremos


un final fatal.

Hoy aprendemos con el ejemplo de esta valiente madre que Dios puede cambiarlo
todo.

Que Dios tiene un plan mayor para nuestros hijos. Uno lleno de vida y propósito,
cumpliendo en ellos un plan mayor al nuestro.
Historia 3: ¿Madre perfecta o madre intencional? (Eunice, madre de Timoteo)

2 Timoteo 1:5-6 DHH94PC


5Porque me acuerdo de la fe sincera que tienes. Primero la tuvieron
tu abuela Loida y tu madre Eunice, y estoy seguro de que también
tú la tienes. 6Por eso te recomiendo que avives el fuego del don que
Dios te dio cuando te impuse las manos.

Madre ya he finalizado de leer las Escrituras. Madre… repitió nuevamente el niño


Timoteo.

Desde la mesa alcanzaba a ver a su madre que cantaba mientras preparaba la


cena.

Muy bien Timoteo, mañana continuamos estudiando la Palabra de Dios, ahora a


lavarse las manos, ya pronto cenaremos.

Al día siguiente, luego del tiempo de oración, Timoteo preguntó a su madre


¿porqué tienes tanta fe?, ¿Qué te hace creer que seremos salvos por Cristo?

Timoteo, hoy conocemos que Jesús entregó su vida para regalarnos la salvación,
y hubo testigos que lo vieron. Cartas relatan los sucesos.

Lo creemos porque cuentan que al tercer día resucitó, no hallaron su cuerpo en la


tumba.

También se apareció a los discípulos y les dijo que volvería otra vez y que
prepararía hogar para nosotros en el cielo. Abuela, ¿piensas lo mismo? Pienso
que así fue y así será.

Esta historia me hace pensar, ¿Cuánto poder tiene las madres en las vidas de sus
hijos que puede marcar su futuro en Dios?

Eunice nos enseña que una crianza con propósito puede tener grandes resultados
en los hijos.

Probablemente Eunice no tuvo una maternidad perfecta, pero sí fue una madre
muy intencional.

Su hijo pudo aprender de ella y de su abuela amar la Palabra y vivirla.


Y esto fue suficiente para que este joven tuviera la valentía y el poder de Dios de
llevar el Evangelio por toda Asia siendo un precursor de éste a su corta edad.
Eunice y su abuela Loida realizaron una labor extraordinaria en la vida de Timoteo
influenciando en su vida verdad y sabiduría.

Conclusión:
1. Hermosa mamá, Dios tiene el poder de entrar a tu confuso corazón. No lo
dudes. Él puede entrar y enfrentar la duda hasta derribarla. Dios llega y lo
cambia todo. Hoy Su amor por ti te invita a qué lo conozcas y veas tu
maternidad desde Sus ojos.

2. La valentía de Jocabed no fue tan sencilla como parece, tuvo que actuar
confiando que el plan de Dios era mayor. Hoy Dios te invita a que le creas.
A pesar de cualquier situación con tus hijos, su plan siempre será mejor que
el nuestro. Créelo.

Dios trajo consuelo y respuesta. Recogió cada lágrima convirtiéndolas en


alegría y salvación. Hermosa mamá, quiero recordar a tu corazón que Dios
nunca se olvidará de ti. Él está atento a tu clamor. Dios está en tu
maternidad. Siempre.

3. Una madre y una abuela en medio de una crianza intencional enseñaron a


Timoteo una fe inquebrantable. ¿Qué pudo haberse sembrado en el
corazón de ese joven? Pablo admiraba la fe de Timoteo la cual había
heredado. Sin duda esta maternidad nos muestra que podemos ser madres
de influencia que guiemos a nuestros hijos a un propósito eterno. Con
nuestra voz, con nuestros abrazos y nuestro amor podremos cambiar toda
una generación. ¿Lo crees? Hoy tú y yo podemos vivir una maternidad
desde los ojos de Dios. Sin duda, brillaremos en las manos de nuestro
Creador quien nos conoce como nadie. Solo debemos entregar nuestro
corazón y confiar que Él está en nuestra maternidad.

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