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Misa por el Día de la Madre

Monición de entrada:

            En este mes de Mayo dedicado a la Virgen hacemos hoy una memoria especial de ella y
pedimos por todas las madres del mundo, especialmente por las mamás dominicas, para que la
Virgen sea su modelo, su consuelo y su ayuda. 
Queremos que esta eucaristía sea hoy acción de gracias por nuestras madres. Siempre las hemos
tenido a nuestro lado y a ellas les debemos lo que somos y tenemos. Danos un corazón grande para
perdonar sus fallos, agradecer lo que nos dan y amarlas como se merecen. 

Nos ponemos en pie para recibir al celebrante.

Peticiones de perdón:

 Por las veces que hemos exigido a nuestras madres má s de lo que nos pueden dar y les hemos hecho
sufrir.
SEÑOR, TEN PIEDAD.

 Por las veces que hemos engañ ado a nuestras madres, por las veces que hemos abusado de su
confianza.
CRISTO, TEN PIEDAD.

 Por las veces que no las hemos entendido ni hemos sabido ponernos en su lugar.
SEÑ OR, TEN PIEDAD.

Ofrendas:
Con el vino y el pan llevamos hoy al altar tantas cosas recibidas de nuestras madres y que sería imposible
enumerar aquí: el primer alimento, las primeras letras, tantas noches sin dormir, su preocupación constante,
su paciencia y su gratuidad en todo.
Con las flores, todo lo bello que de ellas hemos recibido, nuestras virtudes y bondades. 
           
Traemos todas estas cosas ante Ti, Señ or, porque sabemos que todo lo bueno que hay en
este mundo viene de Ti y Tú lo santificas en la mesa del altar, bendice el amor de nuestras
madres y hazlas  cada día má s parecidas a la Virgen.

Peticiones:
 Por la Iglesia, por la paz en el mundo, por todos los que sufren dolor e injusticia. ROGUEMOS AL
SEÑOR.

 Por todas las madres del mundo, para que vivan su maternidad como una vocació n y sepan hacer
de sus hijos niñ os felices y adultos responsables.
ROGUEMOS AL SEÑ OR

 Por todas las madres que está n sufriendo porque no pueden alimentar a sus hijos o no pueden
darles una educació n, para que terminen su angustia.
ROGUEMOS AL SEÑOR
 Por todas las mujeres embarazadas que por distintas razones tienen miedo de tener un hijo, para
que reciban mucha fuerza y valentía, para que la confianza en Dios les ayude a no cometer jamá s
el crimen del aborto.
ROGUEMOS AL SEÑOR

 Por todas nuestras madres, para que reciban paz, consuelo y alegría, para que se superen cada día
y sigan avanzando por el camino de la santidad.
ROGUEMOS AL SEÑOR

 Por todas las madres que ya no está n entre nosotros para que no nos cansemos de dar gracias por
ellas y le pidamos su ayuda, pues ya gozan de la felicidad del cielo. ROGUEMOS AL SEÑOR

 Por todos nosotros, para que seamos hijos agradecidos, pacientes, generosos y responsables de
nuestros padres. ROGUEMOS AL SEÑ OR

Oración después de la comunión:          


En esta celebració n queremos que nuestra acció n de gracias sea por nuestras madres, por la mía
y por la de  cada uno de los que estamos aquí. Un gracias muy grande a Dios por la mujer que
tuvo el coraje de llevarnos nueve meses en su seno y que no se ha separado de nuestro lado.
MAMÁ :
-          Gracias por tu dedicació n
-          Gracias por tus consejos
-          Gracias por tus noches y sus días
-          Gracias por tu paciencia
-          Gracias porque a pesar de no estar de acuerdo en todo siempre nos entiendes
-          Mamá . Gracias por todo

 Señ or,
da a nuestras madres salud y alegría. Dales todo lo que se merecen y que tantas veces no sabemos
agradecer. Gracias por darme una madre, Señ or.
Día de la madre.
Monición de Entrada.
Bienvenidos todos a esta Celebració n del primer domingo de mayo. A María la
invocamos como Madre y nos sentimos apoyados y protegidos por ella.
Su cariñ o y su ternura llenan nuestras vidas y por eso ponemos en ella nuestra
confianza.
Es Madre y eso lo dice todo. Es Madre de Jesú s y Madre nuestra.
Es Madre que acoge, escucha y perdona. Y una Madre que está junto a sus hijos en
el momento que le necesitan: en los momentos duros y difíciles de la vida.
Hoy queremos recordar a María, en este comienzo del mes de Mayo. Pero también
a nuestras madres que nos han dado la vida y ocupan un puesto muy importante
en nuestro corazó n.
En esta Celebració n de hoy, queremos rendir un homenaje a nuestras madres, y a
María, que desde el Cielo nos cuida con amor.
Saludo del Sacerdote.-
Que María, la Madre de Jesú s, la Madre Cariñ osa y Comprensiva esté con todos nosotros..............

ARREPENTIMIENTOYPERDÓN
Es el momento del perdó n. No hacen falta muchas palabras, pero Jesú s quiere que nos
reconozcamos pecadores ante Dios y los demá s.

María se alegra, porque una madre se siente feliz si sus hijos hacen las paces.

 Somos interesados, nos olvidamos de nuestro Padre-Dios y de nuestra Madre del Cielo, y
nos preocupamos muy poco de nuestros padres de la tierra: Perdón, Señor.

 Somos insolidarios, no nos portamos como hijos de Dios, ni tenemos un gesto de amistad
para nuestros hermanos necesitados, ni hacia las personas mayores : Cristo, perdónanos

 Somos tacañ os de corazó n, porque pensamos que el cariñ o hacia los padres y hacia los
mayores, es só lo cosa de niñ os y olvidamos los pequeñ os detalles que hacen felices a los
demá s : Perdón, Señor.

Dios es un Padre y un amigo que tiene misericordia de nosotros, perdona nuestros pecados y nos
lleva a la vida eterna. A m é n .
G L O R I A:
Agradecidos por el perdón, entonamos un canto de alabanza diciendo: Gloria a Dios en el Cielo...
(Cantamos.- Eskerrik asko Jauna ).
O R A C I Ó N.
María, sabemos que nos amas como a hijos.
No nos dejes solos, sobre todo cuando el camino de la vida se hace largo y fatigoso.
No nos dejes solos, si nos cansamos y nos detenemos, si nos vence el desaliento.

Te pedimos por nuestras madres, que dedican su vida al trabajo, al hogar y a la familia. Para que su trabajo sea
valorado y agradecido.
Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

P R I M E R A L E C T U R A (Poema)
Escuchamos este sencillo Poema sobre María.
Como Madre te invocamos nosotros, y así nos gusta llamarte.
Sentimos tu cariñ o y tu ternura, y en Ti depositamos nuestra confianza.
Eres Madre desde el Anuncio del á ngel que te comunicó su Noticia.
"Vas a concebir en tu seno y vas a tener un Hijo al que pondrá s por nombre Jesú s".
Eres una Madre pobre que no tiene sitio en la posada.
Eres Madre en Belén, cuando das a luz a tu Hijo.
Eres Madre en Nazaret, donde el niñ o crece en su familia.
Eres Madre en Jerusalén, cuando recorres angustiada las calles de la ciudad, hasta encontrar al
niñ o de doce añ os conversando con los Doctores en el Templo.
Eres Madre del Servicio y del Amor en Caná de Galilea. Poniendo tu confianza en Jesú s para
ayudar a una pareja enamorada y en apuros.
Eres Madre fiel al pie de la Cruz: en el fracaso, en el dolor y en la angustia,
Y eres Madre en la alegría de su Resurrecció n, al ver a tu Hijo Jesú s, vencedor de la Muerte.
Eres Madre nuestra y todos te sentimos cerca.

S A L M O R E S P O N S O R I A L.
Todos: Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

Cantad al Señ or un cá ntico nuevo, porque ha hecho maravillas.


Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.

Todos:- Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.


El Señ or da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su
fidelidad en favor de la casa de Israel.

Todos:- Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.


Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señ or, tierra entera gritad, vitoread, tocad.
Todos:- Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas.

SEGUNDALECTURA
Presentación:

En el Libro de los Proverbios nos encontramos con uno de los Poemas má s bonitos y los piropos
má s bellos dedicados a la mujer. Ella es la alegría de sus hijos y el orgullo de su marido.
Lectura del Libro de los Proverbios. Prov 31, 10-13. 19-20. 30-31

“Una mujer hacendosa vale má s que todas las perlas preciosas; si su marido se fía de ella, no le
faltará n riquezas; le traerá riquezas todo el día de su vida.
La verdadera mujer y ama de casa es como una nave mercante que trae de lejos el alimento.
Se levanta de madrugada para dar el alimento a los suyos.
Si nieva, no teme, porque los suyos, todos tienen trajes bien forrados.
Su marido es estimado en la ciudad, mientras ella vigila las andaduras de los suyos.
Está atenta a la marcha de su casa y nunca está ociosa.
Su marido la elogia diciendo:
"Muchas mujeres han obrado maravillas, pero tú las superas a todas". “Guarda hijo mío el
mandato de tu padre, no desprecies el consejo de tu madre.
Tenlos atados siempre a tu corazó n.
En tus pasos, ellos será n tu guía; cuando te acuestes, velará n por ti; te saludará n, de nuevo, al
despertar; será n como una lá mpara que alumbren tu vida noche y día. “
Palabra de Dios.
E V A N G E L I O.
Monición
María acude a ayudar a su prima Isabel para alegrar su vida. Vamos a escuchar el relato.
Lectura del Santo Evangelio segú n San Lucas. ( Lc. 1, 39 - 45 ).
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montañ a, a un pueblo de Judá ; entró en casa de
Zacarías , y saludó a Isabel, su prima.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre, se llenó Isabel del Espíritu Santo, y
dijo a voz en grito:
- ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo
, para que me visite la madre de mi Señ or?
En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
¡Dichosa, tú , que has creído! , porque lo que te ha dicho el Señ or, se cumplirá .
Palabra del Señ or.
E V A N G E L I O.
Monición.
María acompaña a Jesús en el momento del dolor. Le acompaña al pie de la Cruz. Y Jesús aprovecha para
encargarle de ser Madre nuestra, Madre de todos.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan.
(Juan. 19,25-27
Estaban junto a la Cruz de Jesú s, su Madre y la hermana de su Madre, María la de Cleofá s y María
Magdalena.
Jesú s, viendo a su Madre y al discípulo que tanto quería, dijo a su Madre.
- Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Luego dijo al discípulo.
- Ahí tienes a tu Madre.
y desde esa hora el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señ or
Guion de Homilía :- " Día de la madre "
Hemos visto en la Primera Lectura de hoy, a María como Madre preocupada por su Hijo Jesú s.
Así son las madres. Así son, así han sido, también nuestras madres.
Yo, hoy, en esta Misa, quiero rendir un pequeñ o homenaje a todas las madres que nos han dado
la vida y cuidan de nosotros.
Pero nuestras madres, también se hacen mayores, y entonces es cuando má s necesitan nuestro
cariñ o y nuestra ayuda.
Pero todos los esfuerzos y todos los gestos cariñ osos que tenemos hacia ellos los pagan con
creces, los recompensan sobradamente.
- Lo recompensan con su cariñ o y su comprensió n.
- Lo recompensan con sus enseñ anzas y con su experiencia, porque una madre, unos padres,
siguen enseñ ando a sus hijos hasta la muerte. Só lo hay que saber recibir y aceptar sus
enseñ anzas.
- Lo recompensan con su cariñ o y su presencia que llenan toda una vida.
Recompensan con creces todos nuestros desvelos por ellos.
La verdad es que cuando faltan, queda un hueco, un vacío en el corazó n, que nada ni nadie
pueden llenarlo.
Só lo la fe en Jesú s - Dios y la compañ ía de su Madre María pueden ser como una tapadera que
oculte y disimule ese vacío que queda dentro.
Pero hoy queremos rendir un homenaje cariñ oso a nuestras madres, porque lo son todo en
nuestra vida.
Y nuestro mejor homenaje será , ademá s de esta oració n por ellas, esa visita y ese gesto cariñ oso,
ese rato de compañ ía, que muchas veces cuesta poco, pero sirve para mucho.
Un hijo, en nombre de todos.
Hoy, Señ or, es el Día de la Madre.
Y ayer, y mañ ana, y todos los días...
Te damos gracias, Señ or, por nuestras madres.
Nos las has hecho tan buenas, tan pendientes de todo y de todos que, a veces, hasta nos parece
que exageran...
Su amor por nosotros es casi como una obsesió n ..... que no tiene cura.
Lo has dispuesto todo para que sean má s felices cuanto má s se entregan a sus hijos
y má s se olvidan de sí mismas .....
Ayú danos, Señ or, a ser buenos con ella y a no abusar...
Pá gales lo que nosotros no podemos pagarles.
Dales el premio de tu amor y del nuestro.
¡Gracias madre!
Una madre en nombre de todas:
Yo también, Señ or, quiero darles a ellos las gracias en nombre de todas las madres, por
felicitarnos en el “Día de la Madre”.
Ya ves que se han pasado un poco en los elogios...
También a ellos les traiciona el cariñ o...
Sigue ayudá ndonos, Señ or, a todas las madres y a estas familias tuyas y nuestras.

O R A C I Ó N D E L O S F I E L E S.
María es nuestra Madre del Cielo, hoy en este comienzo del mes de Mayo, vamos a pedirle que nos siga
ayudando a todos como Madre buena. Y que no se olvide de nuestras madres.
1. Te pedimos por nuestras madres, y por todas las madres del mundo. Dales ilusió n y fortaleza, para
que no pierdan nunca el amor y el cariñ o hacia sus hijos : Roguemos al Señ or.
2. Te pedimos por los niñ os y jó venes, son los que má s necesitan a sus madres. Que no les falte nunca el
cariñ o de las suyas. Roguemos al Señ or.
3. Te pedimos por las madres y padres ancianos, para que no se vean solos o abandonados de sus hijos
en el momento que má s los necesitan Roguemos al Señ or.
4. Te pedimos por todos nosotros, niñ os, jó venes y adultos, hombres y mujeres de cualquier edad, para
que nunca olvidemos a nuestras madres, ni las dejemos solas en la dura tarea de la vida: Roguemos al
Señ or.
OREMOS
Todas estas cosas, y otras má s, que cada uno necesitamos, te las pedimos, hoy, por medio de
María, la Madre del Señ or, y nuestra Madre del Cielo.

OFERTORIO
ORACIÓNSOBRELASOFRENDAS
Junto con el pan y el vino, frutos de la tierra y del trabajo humano, te
presentamos, hoy, nuestras vidas.
Nos sentimos arrepentidos, y queremos recordar a María y a nuestras
madres de la tierra.
Te presentamos sus vidas y sus sacrificios, unimos a ello nuestras vidas y
nuestros esfuerzos, para que sean agradables ante Ti.
Te lo ofrecemos por Jesucristo Nuestro Señor.
A m é n.
PLEGARIAEUCARISTICA
PREFACIO: El Señ or esté con vosotros.....................................
Levantemos el corazó n ..........................................
Demos gracias al Señ or, Nuestro Dios ..................
Te damos gracias, Señ or, por enviarnos a tu Hijo, nacido de María.
El nos trajo el perdó n y la reconciliació n.
María nos trajo el cariñ o y la comprensió n.
Tú , eres un Padre que abrazas y perdonas a todos.
María es el consuelo y nuestra esperanza.
María es Madre del servicio y del Amor,
Madre humilde en los triunfos de Jesú s,
Madre del perdó n y del consuelo,
Madre Cariñ osa y Comprensiva, que acoge a todos con alegría.
Por esto nos sentimos felices y dichosos, nos unimos a los santos y a las personas de buena
voluntad para entonar un himno de alabanza diciendo: Santo, Santo, Santo ……......
Te damos gracias y te bendecimos, por Jesú s y por su Madre María, que nos acogen, nos perdonan y nos
ayudan para continuar en la brecha.
Envíanos tu Espíritu, para que santifique este pan y este vino y se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de
Jesú s.
Nosotros queremos ahora recordar lo que hizo Jesú s en la Ultima Cena.
Sentado a la Mesa con sus amigos tomó un pan, te dio gracias y se lo repartió diciendo

Tomad y comed todos de él ...........


Acabada la Cena tomó un cáliz con vino, te dio gracias de nuevo y se lo
pasó de mano en mano diciendo:
Tomad y bebed todos de él ......
Este es el Sacramento de nuestra fe .............
Reunidos en Comunidad,
Estamos recordando la Muerte y Resurrecció n de Jesú s.
Queremos aprovechar estos momentos para recordar las necesidades del mundo, y sobre todo
las de nuestros padres, y las de las personas mayores de esta Comunidad.
Recuerda al Papa y a los Pastores que dirigen la Iglesia.
Recuerda a nuestras madres y a nuestros padres, que tanto sufren y se sacrifican por sacar
adelante a sus hijos.
Recuerda a los padres y madres que viven solos, abandonados o enfermos; que encuentren una
mano cariñ osa como la de María, tu Madre.
Recuerda a tus hijos.................... y a todos nuestros seres queridos que han partido de entre
nosotros y viven junto a Ti y con tu Madre María.
A nosotros nos has reunido en esta Eucaristía, junto a María, la Madre Cariñ osa y Comprensiva,
junto a los santos y a todos nuestros mayores, para brindar con el pan y con la copa, que son ya
el Cuerpo y la Sangre de Jesú s, diciendo: Por Cristo, con Él y en Él ........
C O M P A R T I M O S E L P A N Y L A P A Z.
Padre Nuestro.-
Dios, como Buen Padre, nos ha perdonado y nos invita a su Mesa, pero quiere que también compartamos
nuestro pan con los demá s y nos perdonemos unos a otros como buenos hermanos . Por eso todos a una
le decimos: Padre Nuestro..........
Rito de la Paz.-
El perdó n requiere gestos externos de reconciliació n. Hemos recibido la señ al del perdó n de Dios por
manos del Sacerdote. Ahora vamos a darnos la mano y desearnos vivir en paz entre nosotros.
Que la paz del Señ or esté con todos nosotros ...........
Como amigos y hermanos nos damos la paz.
Comunió n.-
Hemos hecho las paces. Nuestra Madre se alegra y Jesú s nos invita a su Mesa. Quiere que participemos
unidos en su Banquete.
Dichosos nosotros por haber sido invitados a esta Comunió n.
Señ or, no soy digno de que entres en mi casa........
Soñ é que caminaba.
Soñ é que caminaba por la orilla del mar, con María, y volvía a ver en la pantalla del cielo, todos los días de
mi vida pasada.
De cada uno de estos días aparecían en la arena dos huellas: las mías y las de María.
Vi que en algunos tramos había só lo una huella.
Sucedía eso en los días má s difíciles de mi vida.
Y entonces pregunté: Madre, yo escogí vivir contigo y Tú me prometiste que estarías siempre conmigo.
¿Por qué me dejaste solo en los momentos má s difíciles?
Y Ella me respondió :
Hijo, tú sabes que te quiero y que nunca te he dejado solo.
Los días en los que só lo hay una huella en la arena son precisamente los días en que te llevé en mis
brazos.
.
O R A C I Ó N F I N AL.
Tú , María, has creído y confiado en el Señ or, tu corazó n de madre ha acogido a Jesú s.
Recíbenos, también, a nosotros, que pedimos perdó n y volvemos a casa.
Cuando nuestras fuerzas flaqueen, queremos tenerte cerca, sentirte a nuestro lado.
Tú , pasaste por este mundo, llena de ilusió n y esperanza, a pesar de tus trabajos y sufrimientos.
En este día de Penitencia y perdó n, te presentamos nuestras vidas.
Vidas llenas de ilusió n y confianza, de gestos y palabras de cariñ o hacia todos los que juntos,
vamos caminando al encuentro de un mundo má s humano para todos nuestros hermanos.
A m é n.
LECTURA DEL LIBRO DE LOS PROVERBIOS - Prov 31, 10-31
Una mujer completa, ¿quién la encontrará ? Es mucho má s valiosa que las perlas. En ella confía el corazó n
de su marido, y no será sin provecho.
Le produce el bien, no el mal, todos los días de su vida.
Se busca lana y lino y lo trabaja con manos diligentes. Es como nave de mercader que de lejos trae su
provisió n.
Se levanta cuando aú n es de noche da de comer a sus domésticos y ó rdenes a su servidumbre.
Hace cá lculos sobre un campo y lo compra; con el fruto de sus manos planta una viñ a.
Se ciñ e con fuerza sus lomos y vigoriza sus brazos.
Siente que va bien su trabajo, no se apaga por la noche su lámpara.
Echa mano a la rueca, sus palmas toman el huso.
Alarga su palma al desvalido, y tiende sus manos al pobre.
No teme por su casa a la nieve, pues todos los suyos tienen vestido doble. Para sí se hace mantos, y su
vestido es de lino y pú rpura.
Su marido es considerado en las puertas, cuando se sienta con los ancianos del país.
Hace tú nicas de lino y las vende, entrega al comerciante ceñ idores.
Se viste de fuerza y dignidad, y se ríe del día de mañ ana.
Abre su boca con sabiduría, lecció n de amor hay en su lengua.
Está atenta a la marcha de su casa, y no come pan de ociosidad.
Se levantan sus hijos y la llaman dichosa; su marido, y hace su elogio: «¡Muchas mujeres hicieron proezas,
pero tú las superas a todas!»
Engañ osa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme a Yahveh, ésa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos y que en las puertas la alaben sus obras.
Palabra de Dios

P E D I M O S P E R D Ó N.
Las madres lo son todo en nuestras vidas, sobre todo de pequeñ os. Pero muchas veces, a medida que
crecemos y no las necesitamos tanto, las olvidamos, las dejamos a un lado. Por eso, hoy, vamos a pedir
perdó n a Dios y a nuestra madre.

 La madre nos ha dado la vida y, en cierto sentido, podemos decir que nos la está dando cada día,
ya que no cesa de estar junto a nosotros.
Le pedimos perdó n por no saber responder a su amor con el nuestro .....
Perdón, Señor

 La madre es la primera en levantarse y la ú ltima en acostarse. Si por la mañ ana encontramos la


ropa limpia y planchada, es porque ella lo ha hecho; si al llegar a casa encontramos la mesa
puesta, es porque ella ha preparado la comida. Le pedimos perdó n por no saber responder a su
amor con el nuestro..... Cristo, perdónanos.

 Si caemos enfermos nuestra madre no se separa de cabecera de la cama. Es ella quien se toma en
serio nuestras penas y se alegra de nuestros triunfos. Emplea todo su tiempo por nosotros. Le
pedimos perdó n por no saber responder a su amor con el nuestro...
Perdón, Señor.

Absolución
Dios que es un Padre bondadoso se apiada de nosotros, perdona nuestros pecados y nos lleva a la vida
eterna. A m é n

Pedir a Dios por nuestras madres es una acción que no solo debemos hacerla un día específico, ya que ellas le
debemos la vida misma. Utiliza esta oración para bendecir a tu madre.

Amado Señ or, en tu palabra, nos enseñ aste a honrar a nuestras madres. En este día tan especial,
te damos gracias y oramos por  todas las madres. Acompá ñ alas en todo momento. Pon en cada
madre el amor y conocimiento de Dios para que se lo enseñ en a sus hijos/as, ya que no hay
mejor herencia para un hijo o hija que la de fe y esperanza en las promesas de Jesucristo. Bendice
a las madres cuyos hijos/as está n lejos en este día. Anímalas en la ausencia. Si la distancia causa
tristeza, haz que los corazones se unan por el amor de Jesucristo. Amén.

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