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Resumen ICSE

Unidad 1:

Presentación- Fernando Pedrosa, Florencia Deich, Cecilia Noce


El texto presenta un libro que tiene como objetivo analizar la relación entre una
sociedad y su Estado a través de elementos teóricos y conceptuales para aportar a
un análisis más profundo de la historia argentina. Se critica el enfoque anecdótico
y se propone un enfoque más complejo que requiere un marco conceptual para
entender los matices y la diversidad de la vida social. Los artículos en el libro son
escritos por expertos en diferentes áreas de las ciencias sociales y están
destinados a estudiantes y profesionales de distintas disciplinas. El libro se
presenta como una caja de herramientas para examinar en profundidad la relación
entre el Estado y la sociedad en un análisis que sobrepase una mirada superficial.
El texto destaca la importancia de los conceptos en las ciencias sociales para
comprender la complejidad de situaciones y hechos sociales. Los conceptos son
construcciones abstractas que se elaboran a partir de elementos concretos para
describir o explicar en forma general estos hechos. Se enfatiza que los conceptos
académicos no son verdades absolutas, sino una base para discutir y ordenar
sistemáticamente los debates y las conversaciones en el ámbito académico, lo que
ayuda a evitar malentendidos e interpretaciones erróneas y a conectar a quienes
escriben con quienes leen.

La sociedad, el Estado
y las instituciones
Introducción
Este artículo se enfoca en analizar la relación entre la sociedad y el Estado en la
historia argentina. Comienza por definir el concepto de sociedad y su relación
con el Estado, y destaca que los conceptos son herramientas para pensar, no
moldes que se ajustan perfectamente a la realidad. Luego se profundiza en el rol
de las instituciones en la sociedad y se diferencia entre las formales e informales.
Finalmente, se analiza la relación entre la sociedad y el Estado, haciendo
hincapié en el concepto de sociedad civil.
La sociología moderna y el concepto de sociedad
El sociólogo francés Emile Durkheim se preguntó cómo es posible el orden
social y propuso la noción de "hecho social" como formas de hacer, sentir y
pensar que al individuo se le presentan desde afuera y que se siente obligado a
cumplir. La sociedad impone al individuo una moral, que define las reglas que
rigen las relaciones y establecen lo que está permitido y lo que no. Las
instituciones son las encargadas de llevar adelante la imposición de las normas de
la sociedad al individuo.

Características de las instituciones


El texto es una explicación de las características de las instituciones según el
politólogo argentino Guillermo O'Donnell. Según él, las instituciones son pautas
que regulan la interacción entre las personas y los grupos en una sociedad. Son
eficaces e intersubjetivas, lo que significa que generan un poderoso efecto en la
construcción de un sentido común y en la regulación de las expectativas de las
personas. Las instituciones pueden clasificarse según varios criterios, y uno de
ellos está relacionado con los objetivos que persiguen. Las instituciones también
se desarrollan en un juego o una tensión entre la permanencia en el tiempo y el
cambio. Por último, las instituciones pueden clasificarse en formales e
informales.

Sociedad, Estado y el control de las instituciones


El texto explica la relación entre el Estado y la sociedad, y cómo las instituciones
juegan un papel importante en esa relación. La lucha por controlar las
instituciones es constante, ya que quien lo hace tiene mayores posibilidades de
fortalecer sus intereses particulares. Las instituciones regulan quién gana, cuánto
poder poseerá, cuáles serán sus límites y quiénes se los impondrán. La capacidad
de imponer la ley fortalece el rol estructurador del Estado, pero esto no significa
que la sociedad deba ser controlada. Los actores pueden resistirse a las
determinaciones del Estado y defender sus derechos a través de instituciones
políticas y recursos legales.

La sociedad civil y sus instituciones: el vínculo entre los


individuos y el Estado
En este texto se habla sobre el papel del Estado y la sociedad civil en la
democracia. Se señala que el Estado tiene el monopolio legítimo de la violencia y
es el principal organizador de la sociedad. Sin embargo, los ciudadanos también
tienen un papel importante en los asuntos públicos. Aunque muchas veces solo
participan durante las elecciones, es deseable que participen en organizaciones
intermedias de la sociedad civil para fomentar el interés en los asuntos públicos e
incrementar la calidad institucional de la democracia. La sociedad civil es el
entramado generado desde la ciudadanía para impulsar diversos objetivos,
defender intereses y derechos, y fomentar la participación en la esfera pública.
Las instituciones de la sociedad civil pueden ser formales o informales y no
pertenecen al Estado, pero fomentan la participación ciudadana en diversos
objetivos. El fortalecimiento de la sociedad civil es deseable para vigorizar la
calidad de la democracia.

El nombre y la cosa. Hacia


una conceptualización del
Estado
Introducción
El Estado es uno de los protagonistas claves de los estudios sociales. Esto se
observa sin importar la disciplina, la nacionalidad del especialista que lo estudia
o el momento histórico que se investigue. Pero ¿qué es el Estado? En este
capítulo se discutirá el concepto de Estado. Para ello, se centrará, en primer lugar,
en su origen y necesidad; en segundo término, en la definición y
conceptualización del sociólogo alemán Max Weber; en tercer lugar, en la
articulación entre sociedad y Estado a partir de la noción de legitimidad; y, por
último, sobre los niveles de estatalidad y la relación con los gobiernos.

El Estado: origen histórico y formulación teórica


El texto habla sobre la importancia del Estado en la organización de las
sociedades humanas y cómo surgió a través de un acuerdo entre los habitantes de
un territorio para garantizar su seguridad y protegerse de agresiones externas. El
filósofo Thomas Hobbes afirmaba que el Estado surgió por la necesidad de
controlar la guerra y poner freno a la destrucción descontrolada y la disgregación
social. Además, el Estado no solo protege la vida, sino también los bienes
materiales a través de la promulgación y ejecución de buenas leyes. En resumen,
el Estado es una creación humana que se encarga de imponer las leyes y definir
las reglas de juego para regular las relaciones entre las personas y reducir la
violencia no controlada.

Weber: el Estado y la coerción


El sociólogo Max Weber definió al Estado como la comunidad humana que tiene
el monopolio de la violencia física legítima dentro de un territorio determinado.
Esto significa que solo el Estado tiene el derecho a ejercer la violencia regulada y
respaldada por el orden legal vigente. El Estado es la única fuente del “derecho”
a la violencia y su existencia se pondría en peligro si grupos o individuos
pudieran ejercer la violencia e imponer sus propias leyes por fuera del Estado en
su territorio.

El Estado y la dominación
En este texto se discute la relación del Estado con la sociedad y cómo el Estado
ejerce su dominación sobre la sociedad a través de la violencia legítima y el
monopolio de esta. Sin embargo, para que la violencia sea efectiva, debe ser
aceptada por los ciudadanos y estar regulada por la ley. El Estado no representa a
todos los ciudadanos de la sociedad y hay grupos que resisten la dominación
estatal. Para lograr cierto consenso, se necesitan instituciones sólidas para
controlar a quienes ejercen el poder del Estado.

Legitimaciones de la dominación del Estado


El texto explica por qué las personas obedecen al Estado y cómo Max Weber
clasificó los diferentes tipos de legitimidad de la dominación. Según Weber, hay
tres tipos de legitimidad: la del eterno ayer (basada en la costumbre), la del
carisma personal (basada en el líder carismático) y la de la legalidad (basada en
las leyes). El tercer tipo es el más común en el mundo occidental actual. Las
sociedades se rigen por la ley y el Estado actúa como árbitro.

Estado y gobierno
En este texto se explica la diferencia entre Estado y gobierno, así como la
existencia de diferentes niveles de estatalidad, como los Estados provinciales y
municipales. También se aborda la diferencia entre Estado y nación, y se señala
que no todas las naciones tienen un Estado reconocido. En el caso de Argentina,
la identidad nacional fue construida después del Estado nacional, gracias a
diversas políticas públicas. En resumen, se trata de una explicación sobre la
organización del poder y la construcción de la identidad en las sociedades
modernas.

Tipos de Estado

Introducción
En este capítulo se presenta una tipología para ordenar los diferentes tipos de
Estado según sus procesos de formación, consolidación y derrumbe, así como las
ideas que los sustentan, el régimen político y la administración de la economía.

El Estado liberal
El Estado liberal es un tipo de gobierno que surge como una concepción política
que cuestiona el poder absoluto que predominó en Europa hasta el siglo XVIII.
Su formación tiene antecedentes en la Revolución inglesa de 1688 y la
Revolución francesa de 1789. La burguesía se convirtió en la nueva clase social
dominante vinculada al capitalismo y el comercio. El Estado liberal defiende los
derechos naturales, individuales e inviolables del hombre, y propone un ejercicio
equilibrado del poder en la esfera política. En la esfera económica, se apoya en
las leyes naturales del mercado y en la iniciativa individual, considerando al
mercado como el único capaz de asignar eficientemente los recursos. El Estado
liberal es mínimo y busca remover obstáculos para que los mercados logren
autonomía.

El Estado fascista
El fascismo fue un movimiento político autoritario surgido en Europa en las
primeras décadas del siglo XX. A pesar de que el término “fascista” se utiliza
para diversos casos contemporáneos entre sí, no es lo mismo el régimen de
Benito Mussolini en Italia, que el nacionalsocialismo de Adolf Hitler en
Alemania, ni el franquismo español o el autoritarismo de Antonio de Oliveira
Salazar en Portugal. El Estado fascista se inmiscuye en todas las esferas de la
sociedad, y el poder del Estado no posee límites y su control sobre la sociedad es
total. El discurso fascista poseía contenidos racistas que legitimaban el accionar
contra los otros, y la propaganda y el uso de la fuerza contra quienes se opusieran
fueron clave en el desarrollo y predominio de estos movimientos. El surgimiento
del Estado fascista en Italia y de otros gobiernos de índole similar en Europa se
explica en gran medida por la llamada “reacción de miedo”, generada por la
presencia del comunismo y el aumento del rechazo a la democracia liberal. El
Estado fascista era fuertemente nacionalista, lo cual también servía para justificar
la guerra y la inversión en la industria de las armas. El nacionalismo ayuda a
diferenciarse de los demás y es una herramienta política muy útil para
homogeneizar a la sociedad, a quienes los fascistas desean convertir en una
unidad sin disidencias. El fascismo en Italia, como en los otros países en que
surgió, apelaba a todos los sectores sociales diciéndoles lo que querían escuchar.
A diferencia del comunismo que se autodefinía como clasista y representante de
los intereses de una clase, los fascistas utilizaban un discurso poli clasista. Para el
Estado fascista solo importaba el Estado y reconocía alguna importancia al
individuo solo si sus intereses coincidían con los del Estado. Por ello, el fascismo
se oponía al liberalismo clásico que planteaba la reducción del papel del Estado
en nombre de la defensa de los derechos del individuo. El Estado fascista lo
abarca todo: fuera de él no pueden existir valores humanos y espirituales; por ello
es totalitario y profundamente antidemocrático.

El Estado de bienestar o benefactor


¿Qué es el estado de bienestar?

El estado de bienestar o sociedad del bienestar fue desarrollado en Occidente a


partir de 1945, después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Fue
establecido para resolver los efectos económicos y sociales causados por la
guerra y los altos costos de reconstrucción para los países involucrados en la
guerra.

El estado de bienestar buscó encontrar una fórmula para reanudar el crecimiento


y lograr la estabilidad social en respuesta al avance del comunismo. Puede
entenderse como el producto de una realización de la incapacidad del estado
liberal para responder a los desafíos del período de posguerra.
El estado de bienestar promueve políticas destinadas a garantizar la vida de la
población desde la cuna hasta la tumba, para prevenir crisis recurrentes del
sistema capitalista. En este estado, las instituciones públicas promueven
transferencias sociales de fondos públicos (por ejemplo, a través de seguros de
desempleo y pensiones), mejorando la calidad de vida de los habitantes.

Se caracteriza por la búsqueda y mantenimiento de altos niveles de empleo, con


una fuerte tendencia hacia el pleno empleo. Esta política también incluye salarios
altos para mantener altos niveles de producción. Al mismo tiempo, promueve la
expansión del gasto público, en general, y del gasto social, en particular,
convirtiéndose en un proveedor de servicios como educación, salud, seguridad
social y jubilación.

Estas funciones están acompañadas de legislación que protege las condiciones


laborales, la provisión de servicios y la calidad de los productos necesarios para
la vida social.

El estado de bienestar busca mediar en las relaciones entre las fuerzas del capital
(empresarios) y el trabajo (sindicatos). La mediación implica una fuerte presencia
e intervención del estado, como árbitro y constructor de consenso entre las partes.
A nivel político, esto se manifiesta de la siguiente manera: "... El movimiento
laboral renuncia a cuestionar las relaciones de producción basadas en la
propiedad privada a cambio de la garantía de que el estado interviene en el
proceso redistributivo, a fin de garantizar condiciones de vida, seguridad y
bienestar más igualitarios, a través de servicios, pleno empleo y defensa de una
distribución más equitativa del ingreso nacional (Saborido, 2002: 4)."

El estado de bienestar es intervencionista y regulador en la esfera económica. Por


lo tanto, grava la rentabilidad de las empresas y los sectores económicamente
dominantes de la sociedad para promover una distribución eficiente de la riqueza
dirigida a los sectores de menores ingresos. En el mismo sentido, el estado se
asume a sí mismo como un empresario y puede asociarse con el capital privado,
promoviendo la existencia de una economía mixta.
El estado de bienestar ha generado una verdadera expansión de los derechos
sociales y políticos. Si bien el estado de bienestar recibió diferentes críticas,
especialmente en lo que respecta al gasto social, es necesario destacar que su
existencia produjo una serie de transformaciones positivas. De hecho, se observó
un rápido crecimiento de la población en general y de la población activa en
particular. Esto estimuló el aumento del comercio internacional, que se expandió
a un ritmo explosivo. Al mismo tiempo, hubo una fuerte reducción del
analfabetismo y un aumento significativo de la matriculación en todos los
niveles, especialmente en la educación superior.

Cabe destacar que el papel de las mujeres también se volvió cada vez más
importante. La entrada de las mujeres al mercado laboral no era nueva, pero su
número aumentó desde finales del siglo XIX. Otro hecho sin precedentes en ese
momento fue que las mujeres hicieron una impresionante entrada en la educación
superior.

En conclusión, más allá de otros cambios igualmente significativos que tuvieron


lugar en el mundo de la posguerra, se puede afirmar que la sociedad europea de
aquel momento vivió una verdadera "Edad de Oro". En la década de 1970, la
crisis económica se agravó y las críticas económicas y políticas al estado de
bienestar se profundizaron, especialmente debido al dinero gastado en políticas
sociales. La crisis del petróleo de la década de 1970, que cuadruplicó
rápidamente el valor de este insumo clave, generó una crisis energética y
aumentó los costos de producción.

El Estado neoliberal
El texto habla sobre el surgimiento del neoliberalismo en la década de 1990,
luego de la caída del comunismo y la crisis de los Estados de bienestar europeos.
El neoliberalismo se basa en la idea de reducir la importancia del Estado nacional
como regulador de la vida social y la economía, y trasladar el peso de las
decisiones económicas al mercado. Las políticas neoliberales promueven la
eliminación de controles y regulaciones estatales que frenen el desarrollo
económico y la apertura de la economía, eliminando las protecciones económicas
que recaen sobre algunos sectores. El Estado neoliberal también promueve la
privatización de empresas públicas y la descentralización del Estado nacional,
transfiriendo responsabilidades a las jurisdicciones provinciales. El objetivo de
estas reformas es disminuir el costo laboral de las empresas para ofrecer mejores
condiciones y estimular la llegada de inversiones extranjeras. El texto también
menciona la aparición de nuevas tecnologías que impactan fuertemente en el
mundo laboral.

Los tipos de Estados en América Latina


El Estado de bienestar en Europa se centró en proporcionar beneficios sociales a
toda la población, mientras que, en América Latina, incluyendo Argentina, fue
incompleto y a menudo autoritario. Esto se debió a la falta de consenso sobre la
necesidad de un Estado más inclusivo y al temor al avance comunista. Los
trabajadores tuvieron que luchar para conseguir avances en los derechos sociales.
El neoliberalismo se consolidó en la Argentina con el gobierno de Carlos Menem
y en otros países de América Latina con otros presidentes.

Régimen político

Regímenes políticos.
Herramientas para bajar
el grado de abstracción

Introducción
El texto habla sobre el concepto de "régimen político", que se refiere a las reglas
que rigen cómo se accede y ejerce el poder en un país. También se menciona que
la palabra "poder" tiene diferentes significados, pero se usará la definición
weberiana que lo relaciona con la idea de dominación y obediencia voluntaria de
la sociedad a sus líderes.
El régimen político es el conjunto de reglamentaciones que
determinan cómo se accede y cómo se ejerce el poder.

¿Cuáles son los tipos de régimen político?


El texto habla sobre la definición de democracia y autoritarismo como tipos
ideales de régimen político, y cómo estos tipos se basan en características
específicas. Sin embargo, muchos regímenes en el mundo no cumplen
exactamente con todos los rasgos de uno u otro tipo. Por lo tanto, se han creado
"regímenes políticos con adjetivos", que son tipos más específicos y explicativos
que se basan en los grandes conceptos generales de democracia y autoritarismo.
En resumen, la línea entre democracia y autoritarismo es difusa y depende de la
definición que se tome del concepto ideal.

Regímenes políticos con adjetivos


El texto habla sobre diferentes tipos de regímenes políticos, como la democracia
y la dictadura, y cómo algunos subtipos pueden tener indicadores que se
asemejen a la democracia o la dictadura, pero que no cumplen con todos los
requisitos. También menciona que hay muchos otros subtipos de democracia y
autoritarismo, pero que no son tipos ideales y se aplican a casos específicos. En
resumen, el texto habla sobre cómo los diferentes tipos y subtipos de regímenes
políticos pueden tener características similares, pero no ser exactamente iguales.

Regímenes híbridos (ni democracia ni autoritarismo)


El texto habla de un tercer tipo ideal de régimen político llamado "régimen
híbrido", que combina elementos de democracias y autoritarismos. Un régimen
híbrido tiene indicadores tanto democráticos como autoritarios. Se dan ejemplos
de indicadores, como elecciones libres, pero con ventaja para el partido de
gobierno, libertad de expresión, pero no de asociación, y división de poderes,
pero con un Ejecutivo con mucho poder. En la historia de Argentina, algunos
gobiernos, como los de Justo, Perón, Frondizi, Illia e Isabel Perón, pueden ser
considerados regímenes híbridos.

¿Cómo se transforma un régimen político en otro?


El texto habla sobre la transición de un régimen político a otro y cómo esto puede
cambiar las libertades y garantías ciudadanas. También menciona que los
regímenes pueden ser fluidos y cambiar en función de las políticas de quienes
ejercen el poder. Es importante distinguir entre un cambio de gobierno y un
cambio de régimen, ya que pueden ocurrir independientemente uno del otro. La
Argentina ha atravesado diversas transiciones políticas a lo largo de su historia.

Los sistemas políticos


contemporáneos. De la
democracia a la poliarquía
Introducción
El término "democracia" es utilizado para describir los sistemas políticos donde
las elecciones determinan el gobierno. En ámbitos académicos, hay muchos
significados diferentes y contradictorios sobre lo que es una democracia. El
politólogo Robert Dahl propuso el concepto de "poliarquía" que se refiere a los
sistemas políticos occidentales contemporáneos en la práctica concreta y real, y
son "democracias imperfectas". Dahl cree que la democracia es más una idea que
perseguir que una realidad concreta.

¿Qué significa “poliarquía”?


La poliarquía es un concepto que se refiere a la democracia realmente existente, y
fue definido por Robert Dahl y Charles Lindblom en su libro Politics, Economy
and Welfare en 1953. La poliarquía tiene seis características principales que la
definen y la diferencian de otros sistemas políticos:

1. Derecho a votar y ser votado: en una poliarquía, todos los ciudadanos tienen el
derecho a votar y a presentarse como candidatos en elecciones.

2. Igualdad del voto: el sufragio en una poliarquía es universal y cada voto tiene
el mismo valor.

3. Subordinación de los funcionarios públicos no elegidos a aquellos elegidos


popularmente: los funcionarios públicos no elegidos deben estar subordinados a
los elegidos por el pueblo.

4. Alternativa frente al gobierno de turno: debe existir una alternativa frente al


gobierno y cada ciudadano puede elegir a qué grupo acercarse.

5. Libertad de expresión y variedad de información: en una poliarquía hay


libertad de expresión y deben existir fuentes de información diversas y con
garantías.

6. Opciones diferentes: deben existir opciones diferentes, no solo en términos de


partidos políticos o candidaturas en competencia por el poder, sino también
respecto a los tipos de políticas que se implementan.

Estas características son fundamentales para que un sistema político sea


considerado una poliarquía y para que pueda ser considerado democrático.

El marco institucional de la poliarquía


El texto explica que para que una sociedad tenga una poliarquía, es necesario que
existan condiciones políticas y legales adecuadas y que las instituciones se rijan
por los principios de inclusión y contestación. La participación ciudadana y la
competencia política son fundamentales para el correcto funcionamiento de una
poliarquía, y los partidos políticos juegan un papel clave en esta tarea. En
resumen, la poliarquía requiere de una democracia participativa y de elecciones
libres y transparentes para permitir la alternancia de autoridades del Estado.

Conclusiones. ¿La poliarquía como una versión “real” de


la democracia?
El concepto de democracia es complejo y tiene diferentes significados. Dahl se
preocupó por analizar los sistemas políticos actuales y propuso el concepto de
poliarquía como una democracia que garantiza el acceso al poder y los derechos
de los perdedores. La poliarquía se basa en la inclusión y la contestación y es útil
para entender cómo funcionan los regímenes políticos y los gobiernos actuales.

Consideraciones sobre
el populismo
Introducción
El populismo es un concepto complejo que ha sido aplicado a muchos líderes y
movimientos a lo largo de la historia, tanto positiva como negativamente. Su
definición es difusa y ha sido estudiado desde diferentes enfoques. Se cree que su
aparición en América Latina está relacionada con características económicas y
sociales de la región, pero también ha surgido en países con democracias
altamente institucionalizadas como Estados Unidos. En este texto se abordará el
populismo desde las teorías del liderazgo y se estudiará su definición y
fenómenos a nivel global y en dos casos de gobiernos populistas en la historia
argentina: Hipólito Yrigoyen y Juan D. Perón.

Tres enfoques sobre el populismo


El populismo puede ser explicado desde diferentes perspectivas teóricas, pero en
general se considera como un fenómeno político que surge en contextos de crisis
económicas y de representatividad de los partidos políticos tradicionales.

Una primera perspectiva relaciona el populismo con el contexto socioeconómico


de pobreza y marginalidad social que experimentan los países latinoamericanos.
En este enfoque, los líderes populistas aparecen como delegados del pueblo, que
promueven un Estado presente capaz de intervenir en aspectos sociales y
económicos.

Una segunda perspectiva define el populismo como el resultado de la crisis de


representación de los partidos políticos tradicionales. En este caso, los líderes
populistas aparecen como la opción personalista de representación colectiva, que
permite superar la crisis e iniciar un nuevo proceso de confianza entre la sociedad
y sus representantes.

Por último, una tercera explicación se centra en la característica discursiva del


populismo y sostiene que el liderazgo carismático se constituye en un terreno
ideológico discursivo y es el resultado de un complejo ciclo de producción,
circulación y recepción de discursos.

En general, el populismo se caracteriza por una retórica que divide el campo


político en dos, descalifica a los "otros" y apela al pueblo como referente básico.
El líder populista se presenta como el representante legítimo del pueblo, pero su
liderazgo puede ser personalista y paternalista, lo que dificulta la integración de
quienes no están de acuerdo con su proyecto político.

Cinco elementos para definir el liderazgo populista


Este texto habla sobre el liderazgo populista y su relación con los seguidores. El
líder populista se presenta como una alternativa al poder tradicional y mantiene
una relación directa con los seguidores, polarizando la sociedad y presentándose
como un líder extraordinario. El éxito del líder populista se basa en una coalición
plural de sectores sociales que encuentran en el Estado un lugar donde
representar sus intereses. El líder populista ejerce un poder personalista y
paternalista, lo que hace difícil su reemplazo.

Populismo global
El texto habla sobre la oleada de líderes populistas que surgieron en América
Latina y en el mundo en el siglo XXI. Estos líderes comparten políticas públicas
como la ampliación de derechos sociales y políticos, la focalización de recursos
en materias primas y la redistribución de la riqueza. Para sostener estas políticas,
crearon mitos del pasado y enemigos comunes. También polarizaron la sociedad
y despreciaron las instituciones democráticas. Este tipo de liderazgo no es único
en América Latina y se puede encontrar en países desarrollados y en Asia.

Dos casos paradigmáticos del populismo en la Argentina.


Yrigoyen y Perón
Este texto discute la aparición de los movimientos Yrigoyenismo y Peronismo en
Argentina, los cuales compartían demandas de reformas democráticas y sociales
para sectores fuera del sistema político. Ambos movimientos se basaron en un
fuerte liderazgo y un discurso que enfrentaba al "pueblo" contra el "régimen" o la
"oligarquía". El liderazgo carismático de Hipólito Yrigoyen hizo que el Partido
Radical abandonara sus orígenes impersonales y se convirtiera en un movimiento
centrado en su personalidad. Perón asumió un papel similar como líder
carismático y utilizó la organización del Partido Peronista para consolidar su
poder. Sin embargo, una diferencia clave es que el Partido Radical existía antes
del liderazgo de Yrigoyen y tenía oposición interna, mientras que el Partido
Peronista fue creado por Perón mismo desde el estado. Otra diferencia es que los
líderes populistas tienden a considerarse irremplazables, mientras que Yrigoyen
designó un sucesor y no intentó cambiar la constitución para permanecer en el
poder.

Golpes de Estado y otras


formas de interrupción
institucional
Introducción
El texto habla sobre la diferencia entre un "golpe de Estado" y una "interrupción
institucional" y cómo esto es importante para entender la historia argentina del
siglo XX. Ambos son momentos problemáticos que requieren un análisis
detallado debido a la complejidad de las relaciones entre la sociedad y el Estado.
Luego se analizan estos conceptos y se presta especial atención al final del
gobierno de Frondizi en Argentina.

En la búsqueda de un concepto. Elementos en común


Un golpe de Estado es la acción de derribar un gobierno constitucional para
cambiar el régimen político existente. Esto es ilegal y se logra mediante la
violencia militar. Los golpes de Estado en Argentina desde 1930 a 1976 siempre
produjeron un cambio de régimen democrático a no democrático. Además, en
general, los golpes son liderados y planificados por los militares, pero también
impulsados por diferentes actores civiles. En resumen, un golpe de Estado es una
acción ilegal y violenta para cambiar el régimen político existente.

Los golpes de Estado pueden clasificarse


El texto explica los diferentes tipos de golpes de Estado, siendo el más común en
la historia argentina el golpe militar. En estos casos, las Fuerzas Armadas toman
el poder y controlan todas las instituciones del país. También se menciona el
autogolpe, cuando un presidente democrático se convierte en dictador. Los golpes
de Estado suelen surgir en momentos de crisis política, institucional o
económica, cuando el gobierno pierde legitimidad y apoyo. Cada golpe de Estado
es diferente y tiene sus propias causas, líderes, desarrollo y consecuencias.

Interrupciones institucionales sin cambio de régimen


En América Latina, en el pasado, los golpes militares eran comunes, pero desde
los años 90 ya no tanto. Aunque las democracias en la región siguen enfrentando
conflictos institucionales que pueden llevar a la interrupción del mandato de un
presidente democrático sin cambiar el régimen político. Estas interrupciones
pueden ser causadas por la movilización popular, la presión de grupos
económicos poderosos o el accionar del congreso. Además, estos conflictos
pueden incluir desestabilización económica y desorden social para generar una
pérdida de legitimidad del gobierno en ejercicio. La diferencia principal entre la
interrupción institucional y los golpes de Estado es que el primero no cambia el
régimen político.
Golpes de Estado en la Argentina
El texto discute las características distintivas de los golpes de Estado y las
interrupciones institucionales en Argentina durante el siglo XX. Hubo cinco
golpes militares: en 1930, 1943, 1955, 1966 y 1976, cada uno con objetivos y
actores diferentes involucrados. Los primeros cuatro establecieron dictaduras
provisionales que eventualmente convocaron a elecciones. Sin embargo, los dos
últimos golpes militares intentaron establecer gobiernos a largo plazo,
argumentando que se necesitaba tiempo para implementar las reformas profundas
que el país necesitaba. El primer golpe en Argentina fue liderado por el General
José Félix Uriburu en 1930, que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen.
Curiosamente, Juan Domingo Perón jugó un papel importante en este proceso.
Aunque el golpe no tuvo el apoyo activo de muchos sectores de las Fuerzas
Armadas, contó con el apoyo de una parte significativa de la prensa, la Iglesia y
los partidos de oposición. Uriburu fue posteriormente reconocido como el
presidente provisional de la Nación por la Corte Suprema, dando lugar a la
doctrina de los gobiernos de facto, que se utilizaría para legitimar todos los
demás golpes militares. La dictadura del general Uriburu y sus sucesores utilizó
la proscripción del Partido Radical y el control absoluto de los resultados
electorales mediante el fraude. Esto marcó el comienzo de lo que algunos
llamaron la "década infame", un gobierno falsamente democrático y restringido.
El golpe de junio de 1943 tuvo varias peculiaridades que lo diferenciaron de los
demás. Derrocó a la dictadura militar anterior, no tuvo participación civil y no
fue motivado económicamente, sino una respuesta a la intención del gobierno de
romper la neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial. Los líderes del golpe
admiraban el modelo italiano liderado por el fascista Benito Mussolini,
especialmente el orden social que se había logrado al excluir el "peligro
comunista". Finalmente, Juan D. Perón participó en este golpe, con mucha más
prominencia esta vez, y eventualmente se convirtió en el vicepresidente del
gobierno militar. Aunque el gobierno resultante de este golpe no tenía la
intención de permanecer en el poder durante mucho tiempo, las disputas internas
todavía eran intensas, lo que resultó en casi "golpes dentro del golpe". Como
consecuencia, tres oficiales militares se declararon presidentes sucesivamente:
Arturo Rawson, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro...

Las interrupciones institucionales en la Argentina


El texto habla sobre interrupciones institucionales en Argentina, que son
momentos en los que el presidente constitucional renuncia, pero no hay un
cambio de régimen. Se mencionan tres casos en los que esto ocurrió: en 1974 con
Héctor Cámpora, en 2001 con Fernando de la Rúa, y en 2003 con Eduardo
Duhalde. Se explica por qué ocurrieron estas interrupciones y cómo se
resolvieron.
El (fracasado) golpe de Estado contra Frondizi: un caso
Particular
El presidente Frondizi fue presionado y destituido por los militares en 1963, pero
no pudieron poner a alguien de las fuerzas armadas en su lugar, por lo que se
respetó la sucesión constitucional y José María Guido asumió la presidencia. Esto
fue una interrupción institucional pero no cambió el régimen político. Los
militares mantuvieron a Guido en el poder porque parecía fácilmente manejable,
y en el tiempo que quedaba hasta las elecciones se dedicaron a resolver sus
diferencias.

Para finalizar
El texto habla sobre la importancia de entender los conceptos de golpe de Estado
e interrupción institucional y compararlos con otros fenómenos similares para
comprender mejor por qué ocurren, cómo suceden y terminan. En Argentina, ha
habido una tendencia constante a recurrir a los golpes de Estado como solución a
las crisis políticas y económicas, pero esto se debe a la falta de consenso y
acuerdos entre las élites sociales en el siglo XX.

Unidad 2

Dictadura. Construyendo
un concepto complejo

Introducción
En este capítulo se hablará sobre los regímenes autoritarios y el concepto de
dictadura. Se explicarán los elementos que caracterizan a una dictadura y se
diferenciarán los tipos de dictaduras. También se hará un recorrido histórico
enfocado en América Latina y Argentina.

Dictaduras. Qué son, cómo se inician, cómo se sostienen


Este texto explica de manera clara y concisa las características de las dictaduras,
como regímenes autoritarios en los que una persona o grupo asume el control
total del Estado sin límites. En una dictadura, no existe división de poderes y los
derechos y garantías constitucionales de los ciudadanos son suspendidos o
anulados. Además, el poder en una dictadura no está limitado en cuanto a su
duración y puede ser ejercido de manera arbitraria. Por lo tanto, las dictaduras
son contrarias a los principios democráticos que establecen un sistema de
división de poderes, respeto a los derechos y garantías de los ciudadanos y
elecciones libres y justas.

Debates sobre los tipos de régimen autoritario


Un régimen autoritario puede tomar diferentes formas, desde un autoritarismo
superficial hasta el totalitarismo más extremo. En los regímenes totalitarios, el
gobernante busca imponer una ideología o convertirse en un dios sobre la tierra,
controlando todos los aspectos de la vida de la población y reduciendo la libertad
de la sociedad civil. Además, la población es movilizada en eventos colectivos
para demostrar su adhesión al dictador. Las dictaduras pueden tener diferentes
objetivos y surgir de diferentes coyunturas sociales. En América Latina, los
gobiernos militares justificaron sus golpes de Estado para "encauzar" Estados
debilitados por gobiernos democráticos ineficientes y luchar contra grupos
armados de izquierda. Sin embargo, en la práctica, cometieron atrocidades y
aplicaron terrorismo de Estado.

El terrorismo de Estado

Introducción
En este capítulo se hablará sobre la relación entre violencia y Estado. Se
explorará el concepto de terrorismo y se diferenciará del terrorismo de Estado.
También se analizará la experiencia de la última dictadura en Argentina (1976-
1983) ya que estos conceptos son importantes para entender ese período.

Introducción al concepto de “terrorismo”


El terrorismo es el uso de la violencia para obligar a un gobierno o institución a
tomar decisiones o conceder demandas políticas, religiosas o sociales. Los actos
terroristas son realizados por organizaciones no estatales con motivaciones
políticas, religiosas o ideológicas y tienen un alto impacto emocional en la
población. En el siglo XXI se sumaron grupos religiosos radicalizados que
utilizan herramientas tecnológicas para llevar a cabo sus acciones. El terrorismo
busca conseguir objetivos mediante el uso del terror. El concepto ha variado a lo
largo del tiempo y se distingue del terrorismo de Estado.

El terrorismo de Estado
El terrorismo de Estado es cuando el Estado, en lugar de grupos extremistas,
utiliza la violencia y el terror para lograr sus objetivos políticos. Esto va en
contra del propósito del Estado de proteger a la sociedad y cumplir con la ley. El
Estado tiene el poder de usar la violencia, pero solo si está regulado por la ley. Si
el Estado actúa fuera de la ley, se convierte en un "Estado terrorista" y viola el
contrato original entre la sociedad y el Estado. En algunos casos, el terrorismo de
Estado surge como una forma de combatir a grupos terroristas, pero termina
usando métodos similares a los de esos grupos, como la tortura. En resumen, el
terrorismo de Estado es una de las peores formas de violencia política.

El terrorismo de Estado en la Argentina


El texto trata sobre el terrorismo de Estado en Argentina durante las décadas de
1960 y 1970. Destaca el papel de la Escuela de las Américas y la Doctrina de
Seguridad Nacional en la propagación del terrorismo de Estado en América
Latina. El texto explica que la violencia se justificó como una forma de eliminar
la amenaza comunista representada por la existencia de la Unión Soviética. La
violencia en Argentina comenzó con la aparición de grupos revolucionarios como
Montoneros y el ERP en la década de 1970. La violencia estatal comenzó con el
asesinato ilegal de 16 prisioneros políticos en una base militar en Trelew en 1972.
La violencia escaló y la violencia paraestatal se estructuró dentro del marco del
conflicto armado entre grupos peronistas de izquierda y derecha. Esto llevó a la
Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), que causó cientos de muertes. El
texto enfatiza que el terrorismo de Estado no fue solo responsabilidad de las
fuerzas militares y de seguridad; también hubo grupos civiles que se beneficiaron
directamente de la imposición de un determinado modelo político y económico.
Los militares contaron con un amplio apoyo de importantes sectores de la
comunidad empresarial, la jerarquía eclesiástica y un sector del espectro político.
El texto también señala que muchas personas toleraron e incluso apoyaron estas
acciones, citando el caos y la violencia que habían sumido al país.

Genocidio, un concepto
polémico y necesario
Introducción
El término "genocidio" fue creado por Raphael Lemkin en 1944 para describir
matanzas por motivos raciales, de nacionalidad o religiosos. En 1946, la
Asamblea General de las Naciones Unidas estableció la Convención para la
Prevención y Sanción del Delito de Genocidio. Desde entonces, se considera
genocidio cualquier acto que tenga la intención de destruir total o parcialmente a
un grupo nacional, étnico, racial o religioso, incluyendo la matanza de miembros
del grupo, lesiones graves, sometimiento a condiciones que llevan a la
destrucción, impedimento de nacimientos y traslado forzado de niños. En
general, el término se refiere a prácticas que buscan la destrucción intencional de
un grupo humano basado en razones raciales, nacionales, ideológicas, políticas o
sociales.

El genocidio en la historia
El concepto de genocidio se refiere a la destrucción total o parcial de grupos
humanos. Aunque se suele hablar del siglo XX como punto de partida, ha habido
prácticas genocidas a lo largo de la historia, como las conquistas de persas y
romanos, las cruzadas, las invasiones mongolas y las guerras de religión en
Europa. En América, la colonización europea produjo una enorme mortandad de
población nativa, tanto por la aniquilación directa como por la diseminación de
enfermedades y la esclavitud. La expansión de fronteras internas de los nuevos
países americanos en el siglo XIX conllevó una práctica sistemática de
exterminio de la población nativa. La expansión europea en Asia, Oceanía y
África también implicó prácticas genocidas, como la "conquista" de la India, la
"colonización" de Australia o la apertura forzosa de China y Japón al comercio
occidental. El Imperio Británico fue uno de los principales actores en estas
expansiones.

El genocidio en el siglo XX
El texto habla sobre el concepto de genocidio y cómo se ha aplicado a lo largo de
la historia en diferentes situaciones, desde las dictaduras militares
latinoamericanas hasta la Shoá o Holocausto del pueblo judío. Se mencionan
casos como la masacre de los tutsis en Ruanda y Burundi o las "limpiezas
étnicas" en la ex-Yugoslavia. También se discute sobre la posibilidad de incluir la
apropiación de tierras y recursos de campesinos y poblaciones nativas dentro del
concepto de genocidio. Además, se plantea la necesidad de estudiar las
estructuras jurídico-políticas que permitieron la creación y funcionamiento de
campos de concentración, como los que se utilizaron durante el Holocausto, para
comprender la dimensión inhumana de estos hechos.

El genocidio en la Argentina
Este texto habla sobre el genocidio de los pueblos indígenas en Argentina, desde
la época de la conquista española hasta la dictadura militar en el siglo XX. Se
mencionan casos específicos, como la Campaña del Desierto en la Patagonia,
donde los pueblos indígenas fueron asesinados o forzados a vivir en reservas.
También se discute si el número de víctimas influye en si se considera genocidio
o no. En resumen, el texto denuncia la violencia y opresión sufrida por los
pueblos indígenas en Argentina a lo largo de su historia.

Conclusiones
El genocidio es cuando se pone en riesgo la continuidad de grupos sociales por su
origen, religión, política o ideología. Pueden intentar aniquilarlos o
neutralizarlos. Puede suceder en tiempos de guerra o paz. Es importante
visibilizar estas prácticas para repudiarlas y no presentar a las víctimas como
victimarios. Los genocidas son los verdaderos responsables.

Unidad 3

Las dos transiciones a la


democracia en la Argentina
(1973 y 1983)

Introducción
En este capítulo se hablará sobre cómo se produce el cambio
de un régimen no democrático a uno democrático. Se abordará
el concepto de "transición democrática" y cómo las ciencias
sociales lo han utilizado para estudiar este proceso. Se
hablará sobre los actores involucrados en las transiciones,
especialmente la élite política. Finalmente, se analizarán
las transiciones democráticas que tuvieron lugar en
Argentina en 1973 y 1983.

Definiciones
La transición es el proceso que ocurre entre un régimen
político no democrático y otro democrático. Comienza cuando
el régimen autoritario comienza a retirarse y termina
cuando un régimen democrático se establece sin riesgo de
ser derrocado. El período de transición en sentido amplio
finaliza cuando no existe peligro de regresión autoritaria.
La democracia implica libertad política para asociarse,
libertad de expresión, elecciones limpias y competitivas,
entre otras cosas. Los científicos sociales que estudiaron
las transiciones a la democracia en la década de 1980
querían mejorar la calidad de las democracias emergentes y
construir un orden nuevo y pacífico en cada país.

Los actores políticos en la transición a la democracia


El texto describe los actores clave en un proceso de
transición de un régimen no democrático a uno democrático.
El primer actor importante es la élite política, conformada
por los dirigentes políticos expulsados del poder por los
militares y sus aliados en los golpes de Estado. Durante la
transición, la élite política comienza una especie de
"conspiración" contra el régimen autoritario para volver a
un sistema democrático donde ellos sean el recambio de los
dictadores.

El segundo actor es la sociedad civil, que presiona a favor


de la democracia a través de sus acciones, como
movilizaciones o pedidos de apoyo internacional. Los
sindicatos, las organizaciones de derechos humanos y los
estudiantes universitarios son algunos de los actores que
se incluyen en este grupo. El aumento de la presión por
parte de la sociedad civil tiene dos funciones importantes:
apoyar a la élite política y dejar aislados y sin apoyo a
los sectores nostálgicos que desean continuar con un
régimen no democrático, y ampliar la agenda pública con
temas que los partidos políticos deben canalizar.

El tercer actor son los sectores blandos del régimen


autoritario, que inicialmente apoyaron la dictadura y que
ahora se inclinan por una salida democrática. Estos grupos
participan clandestinamente en la conspiración a favor del
llamado a elecciones y actúan en conjunto con sectores de
la élite política que quieren volver a un régimen
democrático. En algunos casos, buscan mantener su
influencia, mientras que, en otros, pretenden negociar para
evitar futuras investigaciones judiciales o porque creen
que es lo correcto.

Incertidumbre, élites políticas y pactos


Durante los procesos de democratización, una élite política
suele liderar y establecer acuerdos para establecer la
democracia. Estos acuerdos pueden ser secretos o públicos y
buscan garantizar la competencia justa y la alternancia en
el poder. Los acuerdos son importantes para evitar golpes
de Estado y contener las demandas de la sociedad. En
Argentina, hubo varios golpes de Estado en el siglo XX,
pero los acuerdos parciales entre partidos políticos
permitieron la transición a una democracia.

La transición fallida de 1973


En 1971, los militares designaron al general Lanusse para
pactar una transición a la democracia y abrieron
negociaciones con todos los partidos políticos, incluyendo
al peronismo. Los partidos rechazaron la propuesta de
excluir a Perón de las elecciones, pero se tejieron algunos
acuerdos. En 1972 se concretaron acuerdos parciales y se
sancionó una ley que fijó nuevas reglas para las
elecciones. En las elecciones de 1973, el candidato de
Perón, Cámpora, resultó elegido, pero renunció para que
Perón pudiera participar en nuevas elecciones. Durante los
años siguientes, la violencia política aumentó y la
economía empeoró. En 1975, los militares tomaron
intervención en el conflicto con las organizaciones armadas
y un mes antes del golpe del 24 de marzo de 1976, el líder
del radicalismo, Ricardo Balbín, hizo un llamado para
evitar el golpe, pero no tuvo éxito y los militares
intervinieron el gobierno.

La transición definitiva de 1983


El texto habla de la dictadura militar en Argentina que
duró desde 1976 hasta 1983. Durante este período, cuatro
juntas militares ejercieron un gobierno autoritario y
represivo, que inicialmente aplicó un plan criminal de
exterminio. Sin embargo, con el tiempo, su poder se diluyó
debido a los fracasos económicos y las denuncias
internacionales de violaciones de derechos humanos. Como
último recurso, el tercer gobierno militar liderado por el
general Leopoldo F. Galtieri inició una guerra con Gran
Bretaña por las Islas Malvinas. La derrota fue el golpe
final, y el régimen militar comenzó a desmoronarse. La
recuperación de las Malvinas fue un intento desesperado de
los líderes militares por recuperar la unidad y el apoyo
perdidos, pero tuvo el efecto contrario. La dictadura
militar se derrumbó como un castillo de naipes.

La sociedad y las élites políticas exigieron la


convocatoria de elecciones, y en 1983 se celebraron las
primeras elecciones democráticas, ganadas por el candidato
del Partido Radical, Raúl Alfonsín. Desde 1983 hasta la
actualidad, se ha mantenido el régimen democrático a pesar
de las crisis. Sin embargo, durante el mandato de Alfonsín,
los peligros de un nuevo golpe eran visibles debido a las
desavenencias sobre la política económica y el tratamiento
del personal militar represivo. El gobierno radical, solo y
cumpliendo sus promesas de campaña, intentó y condenó a los
líderes militares responsables del golpe y desapariciones
desde 1976. Este hecho mantuvo en alerta a los sectores
nostálgicos del régimen militar y constantemente mostró su
capacidad para causar daño. Hubo tres levantamientos
militares durante los años de Alfonsín y uno más durante el
mandato de su sucesor, Carlos Menem, quien reprimió a los
militares rebeldes y les otorgó indultos que los dejaron en
libertad.

A modo de cierre
Hay dos etapas en la transición de una dictadura a una
democracia. La primera es corta y comienza cuando se
suavizan los controles autoritarios y se elige un nuevo
gobierno. Los militares salientes establecieron muchas de
las reglas electorales que todavía se usan hoy. La segunda
etapa es la consolidación de la democracia, que falló en
1973 pero tuvo éxito en 1983. En esta etapa, la élite
política acordó reglas mínimas para el proceso democrático
que aún rigen el acceso al poder.

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