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TRATAMIENTO

En la actualidad no hay un tratamiento estándar para el trastorno del espectro autista.


Pero hay muchas formas de ayudar a minimizar los síntomas y maximizar las
capacidades.  Las personas con ASD tienen más probabilidad de utilizar todas sus
capacidades y habilidades si reciben terapias e intervenciones adecuadas. Las
intervenciones y terapias más efectivas con frecuencia son diferentes para cada
persona.  Sin embargo, la mayoría de las personas con ASD responde mejor a
programas altamente estructurados y especializados. En algunos casos, los
tratamientos pueden reducir en gran medida los síntomas y ayudar a las personas con
autismo en sus actividades diarias. Las investigaciones muestran que el diagnóstico
temprano y las intervenciones tempranas, como la etapa preescolar o antes, tienen
más probabilidad de tener efectos positivos importantes en los síntomas y las
habilidades adquiridas posteriormente.  Vea más información sobre intervenciones
tempranas para el autismo. Dado que los síntomas del ASD y de otros trastornos,
como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, se pueden superponer, es
importante que el tratamiento se centre en las necesidades específicas de la persona,
más que en el nombre del diagnóstico.

Los tratamientos actuales para el trastorno del espectro autista (TEA) buscan
reducir los síntomas que interfieren en el funcionamiento diario y la calidad de
vida. El TEA afecta a cada persona de manera distinta, lo que significa que las
personas con TEA tienen fortalezas y desafíos únicos y distintas necesidades de
tratamiento. Por lo tanto, los planes de tratamiento generalmente incluyen varios
profesionales y son adaptados a la persona. Los tratamientos se pueden dar en
entornos de educación, de salud, de la comunidad, en el hogar, o en una
combinación de entornos. Es importante que los proveedores se comuniquen
entre ellos, y con la persona con TEA y su familia para garantizar que las metas y
el progreso del tratamiento estén cumpliendo con las expectativas. Hay muchos
tipos de tratamiento disponibles. Estos tratamientos generalmente se pueden
dividir en las siguientes categorías, aunque algunos impliquen la aplicación de
más de un enfoque: Conductuales, del desarrollo, Educacionales, Socio-
relacionales, Farmacológicos, Sicológicos, complementarios y alternativos.

Tratamiento para niños. Los estudios científicos han demostrado que la


intervención temprana conductual intensiva mejora el aprendizaje, la comunicación
y las habilidades sociales en los niños pequeños con autismo. Los investigadores
han desarrollado una serie de modelos eficaces de intervención temprana que
incluyen las siguientes características: El niño recibe actividades terapéuticas
estructuradas, durante al menos 25 horas por semana (preferiblemente en su
entorno natural). Se lleva a cabo de forma individual o en pequeño grupo, con una
ratio bajo entre terapeutas/maestros y alumnos. Terapeutas y/o maestros
altamente capacitados, dirigen la intervención. Otros profesionales bien
entrenados pueden ayudar con la intervención bajo la supervisión de un
profesional con experiencia en el tratamiento del autismo. La terapia se guía por
objetivos específicos y bien definidos de aprendizaje. El progreso del niño en el
cumplimiento de estos objetivos se evalúa y registra con regularidad. La
intervención se centra en las áreas centrales afectadas por el autismo. Estas
incluyen las habilidades sociales, el lenguaje y la comunicación, la imitación,
habilidades de juego, la vida diaria y las habilidades motoras. El programa
proporciona al niño la oportunidad de interactuar con sus compañeros de
desarrollo típico. El programa involucra de manera activa a los padres en la
intervención, tanto en la toma de decisiones como en la aplicación del tratamiento.
El programa involucra a un equipo multidisciplinario que incluye, según sea
necesario, un médico, un logopeda y un terapeuta ocupacional.

El tratamiento psicofarmacológico es aquel que se emplea para facilitar cambios


conductuales, emocionales o cognitivos. No se dispone de ningún tratamiento
específicamente dirigido a mejorar la sintomatología de déficit en la comunicación
y la interacción social característica del autismo. Sin embargo, los psicofármacos
pueden ser eficaces en determinada sintomatología, muy frecuente en el TEA, y
que puede interferir tanto en la socialización, como en el progreso educativo, la
seguridad y la calidad de vida de la persona con autismo.

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