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Amor o

Enamoramiento
Habrás escuchado un sin fin de veces hablar del amor, habrás conversado con
personas que suspiran felices o sufrientes asegurando estar enamoradas, habrás leído
a centenares de poetas derrochando palabras con el único propósito de describir
estos sublimes sentimientos. Pero ¿es lo mismo el amor y el enamoramiento?
Podríamos decir que el enamoramiento es una primera instancia que suele anteceder
¡ al amor. En un comienzo conoces a alguien y, por algún motivo, te resulta atractivo.
Para que esto ocurra no sólo entran en juego los parámetros de belleza culturales
sino que, además, también participan otros factores que tendrán que ver con tu propia
historia. Tu historia infantil te condiciona de manera inconsciente a la hora de
sentir o no atracción por alguien en un futuro. Está claro que no todos se sienten
atraídos por las mismas personas. Pero más allá de los motivos que te lleven a tener
más o menos atracción por otra persona, lo cierto es que es a partir de que el otro
reúne ciertas cualidades (o crees que las reúne) que empiezas a dar los primeros pasos
hacia el enamoramiento.
Sin embargo, durante el proceso de enamoramiento, el otro no es el otro sino quien tú
quieres que sea. Pones sobre ese otro un velo que lo cubre y no llegas a verlo como es
en realidad. Vas exacerbando sus virtudes, vas minimizando sus defectos, y finalmente
no te enamoras de ese otro sino apenas del que creíste que era, del que quisiste que
fuera, de lo que idealizaste. Es decir, del que tú inventaste sin saberlo, haciendo uso
de tus deseos y de tu fantasía. Claro que este velo no suele cubrir al otro para
siempre; de ahí que el enamoramiento dure tan solo un año, a veces dos, tal vez tres y,
en pocos casos, más. Será entonces, cuando dicho velo por fin caiga, que verás al otro
tal cual es. De ahí en más, dos caminos posibles se abrirán ante ti: el del amor (en el
mejor de los casos) y el del desencanto (cuando tu fantasía previa hubiera
desvirtuado demasiado la realidad del otro).
En aquellos casos en que, luego del enamoramiento, caes en la desilusión de descubrir
que lo que te une a ese otro no resulta suficiente como para sustentar una relación,
sueles enojarte y atacar al otro con reproches para nada fructíferos. “¡Antes no eras
así!”, insistes en reclamar, en medio de un ataque de nervios, frente a una mirada que
parece no comprender demasiado tus cuestionamientos. Pero ¿será tan cierto que
antes el otro no era así? ¿Así cómo? ¿Cómo lo imaginaste o como era realmente? Quizá
tu estado de enamoramiento no te dejó verlo como en verdad ya era y sigue siendo.
Por suerte o por milagro, también es cierto que muchas de las veces en que el
enamoramiento llega a su fin, lo que queda tras él no es la desilusión sino un
sentimiento mucho más estable que el enamoramiento, mucho más noble y mucho más
real. Es en este caso que nos referimos al amor.

Extracto del libro “Sapos y Cenicientas – Una mirada psicologica acerca de las problematicas del amor”.
Autor: Daniel Alejandro Fernández

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