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Colombia: Posesión popular y exigencia de vida digna hacia el nuevo gobierno

por Hernán Ouviña, desde Bogotá


A horas de la asunción oficial del gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez tras el
triunfo logrado el pasado 19 de junio, organizaciones sociales, movimientos
campesinos, comunidades afros y pueblos indígenas realizaron durante la mañana del
sábado 6 de agosto de 2022 una Posesión Popular y Espiritual en el Parque Tercer
Milenio, ubicado en el centro de la capital del país. “Nos hemos juntado en este
escenario tan importante con el objetivo de abonar el terreno de construcción y
constitución del Poder Popular, que permita el ejercicio práctico de una soberanía
política, económica y cultural al alcance de todas y todos”, expresaron desde la
organización conjunta del evento.
Con la presencia del presidente y vicepresidenta electos, en el acto se les entregó un
Mandato de ocho puntos que incluye la exigencia de la garantía de condiciones de vida
digna, la paz total y un cambio radical en la política contra las drogas en Colombia, con
la firme convicción de que “el único camino posible para las verdaderas
transformaciones en el país se dará con el trabajo articulado y respetuoso entre los
poderes gubernamentales, las formas de gobierno propios, desde la autonomía y
autodeterminación de los pueblos y comunidades indígenas, afrodescendientes y
campesinas que hemos construido para lograr las condiciones del vivir sabroso en
nuestros territorios”.
“Estamos exigiendo lo que sabemos es un compromiso claro de Gustavo Petro y Francia
Márquez en su programa de gobierno: la defensa de la vida, el cumplimiento integral de
los Acuerdos de Paz, la protección de las culturas, el ordenamiento del territorio en
torno al agua y sacar de la Constitución Nacional el negocio”, afirmó Oscar Salazar,
líder del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano, en la conferencia de
prensa previa.
Johana Pinzón, vocera del Congreso de los Pueblos, agregó que es preciso que el nuevo
gobierno asuma los problemas estructurales del país, tales como el derecho a la vida, a
la labor social y comunitaria que realizan las organizaciones sociales, la defensa de los
territorios y los bienes naturales, así como el cumplimiento de los acuerdos planteados
por los movimientos populares, advirtiendo que seguirán “en ese ejercicio de
movilización social dependiendo de cómo sean las condiciones para las comunidades en
los territorios”.
Javier Peña, del Proceso de Comunidades Negras, resaltó la importancia de retomar el
diálogo de paz con los grupos armados ponderando los derechos humanos: “no
queremos ni un líder o lideresa más que pierda la vida por seguir reclamando derechos.
Queremos que haya un cambio para que no aumenten los cultivos de uso ilícito, porque
eso está causando que cada día asesinen más líderes y lideresas en nuestros territorios,
ya que somos los grupos étnicos y campesinos los que estamos siempre expuestos al
peligro”.
La Posesión Popular y Espiritual, a la que asistieron procesos organizativos y
comunidades de diversas regiones de Colombia, se inició con una ceremonia de
armonización coordinada por diferentes mayores/as y autoridades. María Jesús, del
pueblo de los pastos, explicó: “unimos energías y fortaleza, pero ante todo unimos
palabra y ese gran tejido que dejamos de los pueblos originarios dentro del mandala
como un mandato”. María Eugenia Solís, de Tumaco, santera afrocolombiana y
perteneciente a la religión yoruba, coincidió en que “el pueblo fue el que se cansó y
puso al presidente y vicepresidenta, y es quien debe ser reconocido. Nuestros ancestros
están dando la batalla también desde lo espiritual. Nosotros tenemos unas fuerzas que
nos acompañan, y esa fuerza es la misma que levantó al pueblo”. Consultada por el
vivir sabroso, una consigna instalada con fuerza por Francia durante la campaña, María
Eugenia nos compartió que “es estar tranquilos en los territorios nuestros que han sido
azotados por la violencia, poder sembrar y que el glifosato no nos dañe, poder cultivar y
alimentarnos de aquello que sembramos. Es Jugar bajo la lluvia, disfrutar las noches de
luna, correr por las quebradas, subir por los ríos, andar por las trochas y los caminos
vecinales por los que hemos crecido”.
La flamante vicepresidenta Francia Márquez recibió el Mandato en medio de canticos
de algarabía por parte las guardias indígenas, campesinas y cimarronas, que blandieron
sus bastones de mando al compás del himno de la Guardia Indígena. También
estuvieron presentes algunos integrantes de las Primeras Líneas, que al grito de
“¡Libertad, libertad, a los presos por luchar!” reclamaron la liberación inmediata de los
cientos de presos y presas que continúan tras las rejas. Sotu, identificado con la Primera
Línea del Portal de la Resistencia en Bogotá, denunció la persistencia de la persecución
contra quienes “salieron a luchar y a proteger a la población o por defender sus
territorios. Nuestra posición del día de hoy es exigir su excarcelación y dejar en claro
que vamos a seguir luchando hasta que todos los presos estén libres. No somos parte del
gobierno sino del pueblo. La acción directa tiene que continuar, eso no nació con la
Primera Línea, que no es un movimiento sino una expresión de lucha y resistencia.
Vamos a continuar accionando porque el cambio real no se hace desde la displicencia ni
sometiéndonos al Estado”.
Luego de escuchar con atención la lectura del Mandato por parte de Andrea Echeverri,
cantante de la banda Aterciopelados, Francia Márquez recibió el documento y saludó “a
todos los movimientos sociales en su diversidad”, así como a “todos los mayores y
mayoras presentes, afrocolombianos, indígenas, palenqueras, raizales y rom” por poner
la espiritualidad en el centro del ejercicio de gobierno. “Quiero saludar la memoria de
tantos hombres y mujeres, lideres y lideresas, jóvenes y mujeres, en sus diversidades,
que sembraron la semilla”. Este camino, reconoció, “no empezó en una campaña
electoral, sino en la resistencia de los pueblos, resistencia que se ha mantenido por más
de 500, que a muchos les ha costado la vida, el exilio, el silenciamiento de su voz, y que
a muchas mujeres nos ha costado casi todo. La esperanza no es Gustavo Petro ni Francia
Márquez: está y sigue estando en el pueblo colombiano”.
Francia aclaró también que, en tanto vicepresidenta, no cuenta propiamente con un
mandato de gobierno constitucional, por lo que las tareas que pueda concretar van a
depender de la iniciativa o delegación de funciones que realice el presidente Gustavo
Petro. No obstante, reiteró que se debe “a los pueblos y a la lucha que hemos hecho
como movimientos sociales”. Llegar a la presidencia y vicepresidencia no es el fin, ese
solo es un medio para seguir apostándole a las transformaciones que requiere el país”.
“No va a ser fácil el gobierno si no está acompañado de los movimientos sociales, del
pueblo, de las mujeres, de las juventudes, de la comunidad diversa LGTBIQ+, de los
raizales afrocolombianos, palenqueros, de los rom, de los pueblos indígenas, del
campesinado que ha sufrido el despojo de la tierra. Una Reforma Agraria, que bien
saben ustedes ha sido la razón por la cual han asesinado a miles de colombianos y
colombianas, no se va a lograr si no estamos cogidos de la mano”. “Aquí tenemos la
élite más peligrosa de la región. Una élite que se ha encargado de mantenernos en la
violencia y la exclusión”. “Vamos de la resistencia al poder hasta que la dignidad se
haga costumbre, concluyó Francia ante la multitud que la escuchó atentamente en el
Parque Tercer Milenio.

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