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DECIMOSEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

MONICION DE ENTRADA

Querido pueblo de Dios, con la alegría de reunirnos una vez mas como una sola familia, les
recibimos en la casa de Dios Padre, para celebrar la Santa Eucaristía.
La liturgia de este decimosexto domingo del tiempo Ordinario, nos habla de huéspedes y
hospitalidad, nos lleva a reflexionar sobre nosotros mismos referente a qué le estamos
dando preferencia en nuestro diario vivir. Ciertamente que tiene su merito atender los
quehaceres rutinarios, pero la mejor parte sin duda es atender el llamado de Jesús, que
hagamos un alto en nuestra agitada vida para escuchar su Palabra.
Hermanas y hermanos: Con amor y devoción celebremos con alegría el misterio de la fe;
bajo el signo del amor y la unidad.
Entonamos el canto de entrada mientras nos preparamos para recibir a nuestro
celebrante______________________________________________________ y demás
acompañantes.
MONICION A LA PRIMERA LECTURA
El texto tomado del Libro del Génesis, nos narra la hospitalidad de Abraham ofrecida a
tres misteriosos hombres, a los cuales les atiende de manera afanada, de prisa y
desinteresada, con el animo de agradar a Dios, al ver en ellos la presencia de Dios.

MONICION A LA SEGUNDA LECTURA


Pablo nos manifiesta que Cristo nos revela la riqueza de Dios en la pobreza de la cruz,
siendo él, Pablo, distribuidor de la misma a los hombres.

MONICION AL SANTO EVANGELIO


El conocimiento del misterio de Cristo nos lleva a la madurez de nuestra vida cristiana. La
riqueza de este misterio está en que Él, es para nosotros la esperanza de la gloria. La fe en
Jesucristo que nos salva es una disposición fundamental a lo largo de nuestra vida.
ORACION DE LOS FIELES
A cada petición responderemos: Que tu Palabra nos alimente siempre, Señor.

Por el Papa, los Obispos, Sacerdotes y la Iglesia; para que no olviden nunca su misión de
servir y, a ejemplo de Abraham, puedan mantenerse firmes y coherentes en la fe. Oremos

Para que prontamente se restablezca la paz y la concordia en nuestro país a través del
dialogo y la buena voluntad de las partes involucradas, encuentren la solución del
conflicto por el bienestar común.

Por los niños y niñas de este país y del mundo entero; para que su inocencia y derechos
sean protegidos siempre y puedan disfrutar de su niñez de manera sana y llena de amor
en la unidad familiar.

Por los pobres, los marginados de nuestra sociedad que padecen el abandono y el rechazo
de los demás; para que encuentren en Jesús vida y esperanza.

Por todos nosotros aquí reunidos; para que, como María, nos pongamos a los
pies del Maestro, escuchemos su Palabra y apliquemos en nuestras vidas el
mensaje que hoy Jesús nos envía.

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