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El pasaje describe la unidad del Cuerpo de Cristo, enfatizando que aunque sus miembros son diversos, todos son necesarios y deben trabajar juntos bajo la dirección del Espíritu Santo. Cada persona tiene un don especial dado por Dios para beneficiar a la iglesia. En lugar de compararse o criticarse unos a otros, los creyentes deben apoyarse mutuamente y usar sus dones para fortalecer a la iglesia.
El pasaje describe la unidad del Cuerpo de Cristo, enfatizando que aunque sus miembros son diversos, todos son necesarios y deben trabajar juntos bajo la dirección del Espíritu Santo. Cada persona tiene un don especial dado por Dios para beneficiar a la iglesia. En lugar de compararse o criticarse unos a otros, los creyentes deben apoyarse mutuamente y usar sus dones para fortalecer a la iglesia.
El pasaje describe la unidad del Cuerpo de Cristo, enfatizando que aunque sus miembros son diversos, todos son necesarios y deben trabajar juntos bajo la dirección del Espíritu Santo. Cada persona tiene un don especial dado por Dios para beneficiar a la iglesia. En lugar de compararse o criticarse unos a otros, los creyentes deben apoyarse mutuamente y usar sus dones para fortalecer a la iglesia.
2. El Cuerpo de Cristo es como cuerpo humano. V.12b.
Pablo compara el cuerpo de Cristo a un cuerpo humano.
3. Todos somos ministrados por el Espíritu Santo. V.13.
4. Todos tenemos una función. V.14-17.
Todos tenemos una función especial que es necesaria al cuerpo en su totalidad. Aunque somos diferentes, debemos trabajar juntos y con un mismo propósito.
5. Todos estamos ubicados según la voluntad de Dios. V.18-20.
6. Todos nos necesitamos. V.21-24.
7. Debemos preocuparnos los unos por los otros. V. 25-27.
8. Somos el cuerpo de Cristo y miembros en particular. V. 28.
9. Dios nos dotó de diversos dones. V. 29-30.
Los dones son habilidades especiales que Dios nos da para que hagamos su obra más eficientemente.
10. El amor es el camino más excelente. V.31.
Pueden existir más, pero les hablo de 3 errores que hay en el
cuerpo de Cristo: Uno. Pensar que no tiene nada que dar o que hacer en la iglesia. Dos. Penar que no necesitas de nada, ni de nadie en la iglesia. Tres. Creerse más de la cuenta porque tienes uno o más dones más visibles que otros.
En lugar de compararnos, criticarnos o envidiarnos unos a otros,
debiéramos más bien ministrarnos unos a otros.
Las diferencias no nos deben dividir, sino unir.
Cada miembro es importante en el cuerpo de Cristo y sin usted la
iglesia no sería lo que es.
No debemos menospreciar a quienes aparentemente son menos
importantes.
No debemos sentir celos por aquellos que tienen dones más
impresionantes.
Al contrario, debemos usar los dones que se nos ha dado y animar
a otros a usar los suyos.
Dios nos ha hecho un llamado a la unidad y hoy nos lo está
recordando.
Dicen que la unidad hace la fuerza y que pueblo unido jamás será vencido.
¿Se imaginan entonces lo que puede lograr la iglesia si en verdad