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1 CORINTIOS 12:12-21
12
Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los
miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.
13
Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
14
Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos.
15
Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del
cuerpo?
16
Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del
cuerpo?
17
Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde
estaría el olfato?
18
Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como
él quiso.
19
Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
20
Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.
21
Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies:
No tengo necesidad de vosotros.
INTRODUCCION
Cristo y su Iglesia forman un solo cuerpo, como la cabeza y los miembros. Los
cristianos se convierten en miembros de este cuerpo por el bautismo.
Pero es por el Espíritu, sólo por la renovación en el Espíritu Santo, que se nos hace
miembros del cuerpo de Cristo. Y por la comunión con Cristo en la Cena del Señor,
somos fortalecidos, no por beber el vino, pero al beber de un mismo Espíritu.
Cada miembro tiene su forma, lugar y uso. El más malo hace que una parte del
cuerpo. Debe haber una distinción de los miembros en el cuerpo. Así que los
miembros de Cristo tienen diferentes potencias y diferentes lugares. Debemos hacer
los deberes de nuestro propio lugar, y no murmurar, o pelearse con los demás.
Todos los miembros del cuerpo son útiles y necesarios entre sí. Tampoco hay un
miembro del cuerpo de Cristo, pero puede y debe ser útil a los demás Miembros. Al
igual que en el cuerpo natural del hombre, los miembros deben estar estrechamente
unidos por los lazos más fuertes de amor; el bien de todos debe ser el objeto de
todos.
Todos los cristianos son uno depende de otro; cada uno es esperar y recibir la ayuda
de los demás.
CAPITULO 8
Muchas de las personas viven de apariencia y acatan a las autoridades por querer
quedar bien con alguien, y no debe ser así, debemos ser obedientes a la autoridad,
así mismo debemos servir sin esperar nada a cambio, o no porque nos vean,
debemos servir a Dios con amor, y con un compromiso genuino, al fin y al cabo es
un honor servirle a Dios, al rey de Reyes. 1 Corintios 15:58
Sola la relación entre Cristo y la iglesia puede dar plena expresión a la autoridad así
como a la obediencia. Porque Dios no llamo a la iglesia a ser unja institución; él
ordeno que fuera el cuerpo de Cristo.
La cabeza física y su cuerpo son inseparables, siempre son uno. De igual manera
Cristo y la iglesia tampoco pueden ser separados.
Dios obrara en su pueblo hasta que obedezcamos a Cristo, como Cristo obedece a
Dios.
La cabeza solicita la obediencia del cuerpo sin ruido ni compulsión, sin conflicto y en
perfecta armonía, no puede considerarse obediencia la que sea menos que lo que
un cuerpo le rinde a su cabeza. La obediencia obligada no se conforma a la regla de
la obediencia. El Señor nos puso en su cuerpo, en el cual hay completa unión y
perfecta obediencia.
Al vivir bajo la autoridad de Dios debemos ser capaces de obedecer con toda
naturalidad. En resumen, la iglesia no es tan solo un lugar para la comunión de los
hermanos sino también para la manifestación de la autoridad.
Ningún miembro puede darse el lujo de ser independiente, puesto que cada uno no
es más que un mimbro del cuerpo; todo lo que hacen los demás miembros se
considera como la obra de todos los miembros y por lo tanto la obra del cuerpo.
La forma en que Dios nos concede es doble: a veces, aunque en raras ocasiones,
nos la concede directamente; pero las más de las veces nos da sus riquezas en
forma indirecta, esto es, pone sobre nosotros a los hermanos de la iglesia que son
maduros espiritualmente para que aceptamos su criterio como nuestro propio. Esto
nos capacitara entonces para poseer las riquezas de ellos sin tener que pasar
personalmente por sus dolorosas experiencias