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La amistad se basa en un conjunto de sentimientos positivos que dan como resultado una
afinidad entre dos personas. Involucra una serie de experiencias que ayudan a consolidar
una empatía que va aumentando a través del trato. Por estas razones, es importante tener en
claro qué factores pueden ayudarnos a conservar una amistad por muchos años.
En primer lugar, y aunque parezca algo obvio, es necesario que las personas involucradas se
caigan bien. Las amistades comienzan de improviso por esta razón, cuando encontramos a
alguien que comparte nuestras mismas convicciones, gustos, fanatismos, creencias y otras
cosas que permiten llevar a cabo una conversación amena. Las horas pasan sin darnos
cuenta, entre risas y comentarios interesantes.
Pero no basta con tener algo en común, debe existir estabilidad en la relación. Frecuentarse
es muy importante, y no dejar pasar largos periodos de tiempo que terminen por
convertirnos en desconocidos. Además, la única forma de desarrollar una amistad duradera
es mediante el entendimiento de que debemos estar dispuestos a ayudar a la otra persona de
una manera desinteresada. No por beneficio ni nada por el estilo.
Entonces, solo queda decir que los amigos son de vital importancia para el desarrollo del
hombre. Aportan en su estabilidad y mejoran su desenvolvimiento en la sociedad. Para tener
amistades que duren y podamos disfrutar toda nuestra vida deben existir gustos en común,
desinterés, conocimiento, gratitud, confianza y lealtad. Son la base para una relación
constructiva que nos ayudará a crecer como persona.