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Si desea un corazón alegre pero constantemente se

encuentra quejándose con su cónyuge, debe hacer algo al


respecto. Estos consejos simples pueden ayudarle a saber
cómo dejar de quejarse.

Un día estaba enseñando a 14 alumnos de tercer grado en la


escuela dominical, y esa mañana cada palabra que salía de
sus bocas era una queja. “Estoy aburrido”. “¿Tenemos que
hacer esta manualidad?”. “¿Por qué no trajiste de esos otros
bocadillos tan buenos?” Pensé, si tan solo supieran cómo
dejar de quejarse.

Trabajé duro para hacer una lección con actividades


interesantes, y la avalancha de comentarios negativos
desinfló mi espíritu y me hizo sentir como una fracasada.
Logré dar la clase y luego me tumbé en la silla del auditorio
para el sermón.

Fue entonces cuando el Señor me tocó el hombro. Habló a


mi corazón y me dijo: “Julie, ¿qué le hiciste a tu esposo ayer
durante todo el día?”
¡Ay, eso dolió!

Yo había sido tan quejumbrosa


como esos niños de la escuela
dominical. En un instante
comprendí cómo mis tediosas
quejas habían desalentado a
mi esposo, quien se esforzaba
por poner mis preocupaciones
por encima de las suyas. Y, sin
embargo, todo lo que hice ese
sábado fue quejarme y quejarme.

Ni siquiera recuerdo de qué


era de lo que me había estado
quejando, pero sí recuerdo cuál
fue la lección de Dios. Me motivó
a dejar de quejarme y a cuidar
más de las palabras que decía.
¿Alguno de nosotros realmente
quiere desanimar a nuestros
cónyuges y hacerlos sentir como
unos fracasados? ¡No! Pero a veces,
sin saberlo, podemos caer en esos
hábitos mentales negativos que
son difíciles de romper sin la ayuda
de Dios.
Proverbios 17:22 (RVR 1960)dice: “El corazón alegre constituye
buen remedio; más el espíritu triste seca los huesos”.

Si desea un corazón alegre, pero se encuentra quejándose,


debe hacer algo al respecto. Las investigaciones muestran
que los pensamientos negativos, que nos incitan a quejarnos,
se “pegan” en nuestro cerebro más fácilmente que los
pensamientos positivos.

Pero no se preocupe: Dios hizo nuestros cerebros y sabe


cómo funcionan. Almacenar la Palabra de Dios en nuestros
corazones (Salmo 119:11), practicar el agradecimiento, pensar
en los demás y en el carácter de Dios puede ayudarnos a
reemplazar los pensamientos negativos que Satanás quiere
que tomemos y arrojemos en nuestro matrimonio.

Aquí hay siete prácticas simples que me ayudan a dejar de


quejarme y mantener una mentalidad más agradable, ¡lo cual
mi esposo agradece!
Diga gracias dos veces al día
Dé las gracias cuando se despierte por la mañana y
cuando se vaya a dormir. Con la cabeza en la almohada,
comience y termine su día agradeciendo a Dios. Dígale
por qué está agradecido.

¡Después de experimentar algunos problemas de salud


muy difíciles, esta práctica se volvió más fácil para mí!
Durante un tiempo, no podía leer sin una lupa gigante,
y la espalda me impedía caminar mucho o sentarme.
Gracias a Dios esos problemas se resolvieron, y ahora
puedo decir verdaderamente: “¡Gracias, Dios, porque
puedo caminar, puedo sentarme, puedo ver!”.

Siempre hay múltiples razones para estar agradecidos.


¿Su sentido del gusto le permite disfrutar de ese trozo de
carne o barra de chocolate? ¿Puede oír? ¿Está agradecido
por su cónyuge? No dé por sentado lo básico.
Medite en un versículo de la
Biblia antes de acostarse
Lea un salmo, por ejemplo, y piénselo justo antes de irse a
la cama. Probablemente se encuentre pensando en ello por
la mañana, lo que puede hacer que su mente empiece a
estar alegre y agradecida. En su libro Meditación, el autor Jim
Downing explica cómo funciona esto.

“Es una excelente práctica darle a Dios la llave de la noche


de tu corazón. Esto significa encerrar la Palabra de Dios en
tus pensamientos durante la noche. Si la Palabra de Dios
está encerrada y todos los pensamientos están bloqueados,
entonces su mente subconsciente debe pensar en lo que hay
en esa Palabra”.
Memorice Filipenses 4:8
Ponga este versículo en un lugar visible. Al principio de mi
matrimonio, me di cuenta de que tenía el hábito de pensar
en cosas negativas y eso era destructivo para mi relación.
Necesitaba reemplazar los pensamientos negativos con la
contemplación positiva. Suena simple, pero cada nuevo
hábito requiere práctica y esfuerzo.

Durante el encierro de COVID-19, me encontré cayendo de


nuevo en los pensamientos negativos. Tuve que decirme a mí
misma que me detuviera y reemplazara esos pensamientos
con lo que era verdadero, noble, correcto, puro, encantador,
admirable, excelente y digno de elogio.
Diga esta
sencilla oración
Comience el día con esta
petición: “Dios, ayúdame
a ser una bendición para
alguien hoy”. Esto hace que
su mente esté predispuesta
a considerar a los demás y a
buscar oportunidades para
bendecir a lo largo del día, lo
cual es lo opuesto al hábito de
estar ensimismado quejándose
constantemente.

Empecé a hacer esto después


de leer En casa de Mitford de
Jan Karon. El pastor ficticio de
este libro hizo de esta oración
un hábito. Yo también lo hice
y me ayudó. También podría
convertir en un hábito el orar
de esta manera: “Dios, ayúdame
a ser una bendición para mi
cónyuge hoy”.
Mantenga la belleza en su
cerebro
Dios sabe que la belleza refresca y alegra mi espíritu.
¡Y si estoy renovada, soy menos propensa a quejarme!
Si recuerdo el tono vívido del pájaro azul que vi en mi
caminata o la puesta de sol de la tarde que parecía fuego en
el cielo, me saca del modo de queja y me eleva al modo de
alabanza.

Una mañana, hace varios años, me sentía deprimida. Así que


oré, pidiéndole a Dios que me ayudara a cambiar mi actitud.
Mientras conducía al trabajo por el valle montañosa del
noroeste de Wisconsin, vi cómo los primeros rayos del sol se
encontraban con la niebla de un campo de heno ondulado.
Justo en ese momento, una canción que nunca antes había
escuchado comenzó a sonar en la radio: “Mi Oración”,
cantada por Andrea Bocelli y Céline Dion. Esta combinación
visual y musical entregó una impresionante dosis de belleza
a mi alma. Hasta el día de hoy, recordar esa escena produce
una sonrisa en mi cara.

Busque la belleza que Dios creó, y medite en ella. El Salmo


90:17 (JBS) dice: “Y sea la hermosura de Jehová sobre
nosotros”.
Dele a Dios una adoración extra
Cantar una canción de adoración que me encanta puede cambiar
cómo me siento, probablemente porque estoy adorando a Dios y
desviando el enfoque de mí mismo. Haga tiempo en su vida para
darle a Dios un poco de adoración extra. ¿Puede escuchar música
de alabanza mientras está en el auto, limpiando la cocina o dando
un paseo? A veces es tan fácil apresurarse en las tareas sin darnos
cuenta de que podemos hacerlas con la mente puesta en Dios (y
sin quejas).

Efesios 4:29 (JBS) dice: “Ninguna palabra corrompida salga


de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para
que dé gracia a los oyentes”. Ese día que estuve quejándome
constantemente no estaba edificando a mi esposo con palabras
llenas de gracia, más bien lo estaba derribando con un goteo
constante de negatividad.

Use palabras amables en lugar de negativas. Todos los días,


encuentre algo positivo acerca de su cónyuge y verbalícelo. Dígale
que aprecia su sentido del humor o cómo pensó con anticipación
y se puso a preparar una sopa de fideos. Dígale cuánto le encantó
ese mensaje de texto con piropos o su esfuerzo extra para llevar
a los niños a la cama porque sabía que usted había tenido un mal
día.

Con la ayuda de Dios, puede aprender a dejar de quejarse y a usar


sus palabras para fortalecer su matrimonio, no para debilitarlo.

© 2022 Focus on the Family. Todos los derechos reservados. Utilizado con
permiso. Publicado originalmente en inglés en focusonthefamily.com.

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