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Domingo de Pascua

“Y mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo
dio. En ese momento se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció”. Lc 24 30-31

Hoy celebramos la victoria de Jesús sobre la muerte; celebramos que en él también nosotros la
vencimos. Podemos pasar por situaciones complicadas durante la vida y, como los discípulos de
Emaús, andar un poco desorientados por el camino, pero Jesús siempre se pone a nuestro lado y
nos hace entender que todo lo que sucede es para bien. Y como esos discípulos, una vez que
entendemos, se nos caen las vendas y podemos observarlo todo con los ojos del Espíritu
reconociendo a Dios en todo y todos. Dejemos que la alegría de la resurrección irradie nuestro
corazón con todo lo bueno y santo. Y al experimentarlo, compartámoslo con quienes están a
nuestro lado. Paz y bien.

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