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Punto de inflamación

El punto de inflamabilidad o punto de destello es el conjunto de condiciones de


presión, temperatura, mezcla de gases en que una sustancia
combustible/inflamable, normalmente un líquido, produce suficientes vapores que,
al mezclarse con el aire, se inflamarían al aplicar una fuente de calor (llamada
energía de activación) a una temperatura suficientemente elevada.
No debe confundirse el punto de inflamabilidad con el punto de ignición o de
inflamación, ni con el punto de autoignicion o autoinflamación. En el punto de
ignición la tasa de producción de vapores es lo suficientemente alta como para que
se mantenga la llama por sí misma al retirar la fuente de calor externa. En el punto
de autoignición o autoinflamación, la sustancia empieza a arder de forma
espontánea, sin necesidad de una fuente de calor externa. Ni el punto de
inflamación ni el punto de ignición dependen de la temperatura de la fuente de
ignición, que es usualmente mucho mayor.
Si se consideran unas condiciones normales de presión (presión atmosférica
normal de 101,3 kPa), esas condiciones se reducen a una temperatura mínima y
una proporción determinada de vapor de combustible en el aire ambiente, que
puede darse en una pequeña parte del mismo. Son importantes tanto la temperatura
como la proporción de la mezcla. De hecho la temperatura puede ser relativamente
baja, la mayoría de las veces inferior a las normales en el ambiente, pero a esa
temperatura los combustibles líquidos empiezan a desprender vapores que, al
mezclarse con el oxígeno del aire u otro comburente, pueden dar las condiciones,
para que cualquier chispa que alcance la temperatura de ignición necesaria, inicie
el fuego. Entre estas condiciones es fundamental la proporción de los gases con el
aire y, tanto si la proporción de gases es escasa, como si es excesiva, no se
producirá la ignición.
Para medir el punto de inflamabilidad se usa el aparato de Pensky-Martens.
El punto de inflamación es una característica descriptiva que se utiliza para
determinar el riesgo de incendio de líquidos, y permite distinguir líquidos inflamables
de líquidos combustibles. Los líquidos que tienen un punto de inflamación inferior a
37,8 o 60,5 °C (100,0 o 140,9 °F), dependiendo de la norma que se utilice, se llaman
inflamables, mientras que los líquidos que tienen un punto de inflamación por
encima de esa temperatura se llaman combustibles.
ada líquido tiene una presión de vapor, que es función de la temperatura de dicho
líquido. A medida que aumenta la temperatura, aumenta la presión de vapor. A
medida que aumenta la presión de vapor, la concentración de vapor del líquido
inflamable en el aire aumenta. Por lo tanto, la temperatura determina la
concentración de vapor del líquido inflamable en el aire.
Es necesaria una cierta concentración de vapor en el aire para mantener la
combustión, la cual es diferente para cada líquido inflamable.
Hay dos tipos básicos de medición del punto de destello: Taza Abierta y Taza
Cerrada.
En la configuración a Taza Abierta la muestra está contenida en una taza abierta
que se calienta, y a distintas temperaturas se acerca una llama a la superficie. El
punto de inflamación variará con la altura a la que se coloque la llama por encima
de la superficie del líquido. A una altura suficiente la temperatura de punto de
relámpago coincidirá con el punto de ignición.
Hay dos tipos de dispositivos de Taza Cerrada: no equilibrado, donde los vapores
sobre el líquido no están en equilibrio térmico con el líquido, y equilibrado, donde
los vapores se considera que están en equilibrio térmico con el líquido. En ambos
casos las copas están selladas con una tapa a través de la cual se puede introducir
la fuente de ignición. Los dispositivos tipo Taza Cerrada normalmente registran
valores más bajos para el punto de destello que los tipo Taza Abierta (normalmente,
un 5-10 °C o 9-18 °F más bajo) y son una mejor aproximación a la temperatura a la
cual la presión de vapor alcanza el límite inferior de inflamabilidad.

Al igual que la viscosidad, la prueba del punto de inflamación siempre ha sido una
parte estándar de la especificación de un lubricante y, debido a su bajo costo,
simplicidad y versatilidad, la prueba también es popular entre la comunidad del
análisis de aceite usado. Utilizada más comúnmente como una prueba rápida del
tipo pasa/falla para la dilución por combustible, han surgido más aplicaciones en los
últimos años. El analista de laboratorio puede desplegar información sobre el punto
de inflamación de un aceite usado para solucionar problemas tales como fallas
térmicas, radiación gamma, contaminación con solventes, aceites mezclados (o
incorrectos) y contaminación con anticongelante.
El punto de inflamación es la temperatura más baja a la cual el vapor por encima de
la muestra de aceite se encenderá momentáneamente o formará una flama cuando
una fuente de ignición pase sobre este. El punto de inflamación (típicamente 225 ºC
o 440 ºF para aceites minerales) es una indicación de los riesgos de seguridad de
un lubricante con respecto al fuego y explosión. El punto de inflamación y el
ligeramente más alto punto de fuego están cubiertos por los estándares ASTM D92
y D93.
Sin embargo, el punto de inflamación no debe confundirse con la temperatura de
autoignición (AIT, por sus siglas en inglés), que es la temperatura (típicamente 360
ºC o 650 ºF para aceites minerales) a la que el vapor de aceite arderá
espontáneamente sin una fuente de ignición. Esta es una propiedad importante de
los fluidos hidráulicos resistentes al fuego en los sistemas electrohidráulicos de
control (EHC) en turbinas de vapor.
Según ASTM, que estandarizó por primera vez la prueba en 1924, el punto de
inflamación es la temperatura más baja a la que una fuente de ignición hace que los
vapores de la muestra (lubricante) se enciendan en condiciones específicas. Se
dice que el aceite “se inflamó” cuando aparece una llama y se propaga
instantáneamente por toda la superficie.
El aceite flamea porque se produce una mezcla inflamable cuando se calienta lo
suficiente, lo que hace que los vapores emerjan y se mezclen con el oxígeno en el
aire. La temperatura del punto de inflamación de un aceite corresponde
aproximadamente a una presión de vapor de 3-5 mm Hg (milímetros de mercurio).
Cuando se aplica una pequeña llama (fuente de ignición) a la superficie del aceite,
esta mezcla vaporosa se quemará momentáneamente y luego se extinguirá si se
ha alcanzado la temperatura crítica. El calentamiento continuo del aceite
(típicamente entre 28 a 42 ºC o 50 a 75 °F por encima de la temperatura del punto
de inflamación) hará que se alcance el “punto de fuego”. Como su nombre lo indica,
el punto de fuego es la temperatura a la que se produce una llama sostenida (por
más de cuatro segundos).
Química Orgánica Industrial (uva.es)

Punto de inflamación: - PROPIEDADES DE LOS LUBRICANTES (1library.co)

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