Está en la página 1de 9

Capitulo 6 el concepto de foco

El concepto de foco mantiene un status teórico impreciso, en las referencias al mismo


coexisten criterios sintomáticos (“los síntomas salientes que motivan la consulta”),
interaccionales (“el conflicto interpersonal que desencadena la crisis”), caracterológicos
(“zona de la problemática del paciente que admita su delimitación de otras zonas de la
personalidad”), propios de la diada paciente-terapeuta (“puntos de interés aceptables para
ambos”) o técnicos (“ interpretación central en la que asienta todo el tratamiento”) En el
campo de las psicoterapias, estos criterios se yuxtaponen. Lo que esta pluralidad de
conceptos deja entrever es que foco puede aludir a una organización compleja.

El trabajo psicoterapèutico se orienta siempre hacia la delimitación de un eje o punto nodal


de la problemática del paciente. Los pacientes tienden naturalmente, de entrada, a mantener
una focalización. La posibilidad de organizar el relato, seguir una línea directriz,
seleccionar recuerdos e imágenes, depende de cierta fortaleza en las funciones yoicas
adaptativas. Solo en pacientes con marcada debilidad yoica puede encontrarse
espontáneamente un relato disperso, ramificado. La focalización parece expresar
necesidades de delimitar la búsqueda de modo de concentrar en ella atención, percepción,
memoria, todo un conjunto de funciones yoicas; tal concentración puede ser condición de
eficacia para el ejercicio de estas funciones.

Dinámicamente la focalización está guiada por la dominancia de una motivación que


jerarquiza tareas en función de resolver ciertos problemas vividos como prioritarios. En
situaciones de crisis, por ejemplo, el motivo de consulta condensa síntomas. Por esta
capacidad de condensación, el motivo de consulta se transforma a menudo en el eje
motivacional organizador de la tarea, y en consecuencia facilitador de la misma. A la vez el
trabajo sobre el motivo de consulta es reforzador de la alianza terapéutica. Es importante
que el terapeuta descubra primero qué es exactamente lo que desea el paciente, aceptando
provisoriamente sus puntos de vista sobre el problema y después de orientarse sobre los
motivos reales del paciente, tratar de utilizar estos motivos para fomentar los objetivos
terapéuticos que puedan parecer de posible realización.

Página 1 de 9
Operativamente la focalización conduce a trabajar sobre asociaciones intencionalmente
guiadas, más que sobre asociaciones libres. Si en la técnica psicoanalítica la dificultad del
paciente para asociar libremente puede ser tomada como índice de resistencias, en
psicoterapias, a la inversa, la evitación de una actitud exploratoria intencionalmente guiada
puede ser considerada resistencial.

Desde un punto de vista fenomenológico descriptivo se equipara el foco al cuadro


sintomático actual. En este caso la formulación está establecida aun nivel de síntoma y de
comportamiento, el cual de todos modos es preconsciente. En una concepción
metapsicológica, la focalización se da según premisas abstractas de la teoría que se emplea
en cada caso, por cierto a gran distancia de la vivencia concreta del paciente. Los resultados
de la investigación en Psicoterapia, sobre todo los de aquellos trabajos que tratan la
conformación de la relación terapéutica, abogan por el contrario, porque el foco sea
conceptualizado de manera tal que también el paciente pueda vivenciarlo como una
actividad común entre él y su terapeuta.

1. La estructura del Foco

En la práctica psicoterapéutica el foco tiene un eje central. Con la mayor frecuencia este eje
está dado por el motivo de consulta (síntomas más perturbadores, situación de crisis,
fracasos adaptativos) íntimamente ligado al motivo de consulta, subyacente al mismo, se
localiza cierto conflicto nuclear exacerbado.

Casos: Ernesto, paciente de 30 años, con un hijo de 3, que acaba de separarse de su mujer,
motivo de consulta, estado de angustia y depresión que afecta su vida cotidiana y su
rendimiento profesional. No puede tolerar la separación, que no podría reemplazar a su
mujer ni admitir que ella formara otra pareja. Andrea, paciente soltera de 26 años,
profesional recién graduada, motivo de consulta, miedo paralizante que experimenta frente
a un proyecto, ya iniciado en sus trámites, de trasladarse varios años al extranjero a los
fines de especializarse. Ambivalencia frente a ese proyecto es muy intensa.

En cada uno de estos focos, el eje dado por el motivo de consulta y el conflicto nuclear
subyacente se inserta en una específica situación grupal. Para Ernesto la situación se
agrava porque desde su separación ha ido a vivir con su madre, vínculo conflictivo, de

Página 2 de 9
intensa ambivalencia. Este hecho, en parte inevitable por sus dificultades materiales,
significa a su vez dejar de convivir con su hijo, lo que añade obstáculos a dificultades
previas del paciente con la paternidad. La situación se complica en el momento en que
surge otro hombre con posibilidades de hacer pareja con su mujer. El viaje de Andrea al
extranjero significa dejar sola a su madre viuda en la misma época en que se casa su
hermano menor. La madre ha tenido en el último año signos de leve insuficiencia coronaria.

Motivo de consulta, conflicto nuclear subyacente, situación grupal son aspectos


fundamentales de una situación que condensa un conjunto de determinaciones. Lo esencial
a respetar es el carácter de estructura de la situación tal como existe, de modo que todo
trabajo analítico se haga a partir de delimitar esa totalidad de la situación, en toda su
amplitud. El estudio de diversos componentes de la situación deberá hacerse en el sentido
de despliegue de “niveles de análisis”.

Con ente enfoque es posible deslindar una zona de componentes de la situación que
podemos caracterizar como aspectos caracterológicos del paciente (dinamismos
intrapersonales activados en esta situación específica, modalidades defensivas personales
movilizadas por la situación, etapas no resueltas del desarrollo infantil, actualizadas por la
estructura de la situación). En Ernesto su dependencia materna, no resuelta sino trasladada
a su pareja, exacerbada con la pérdida y la vuelta a la convivencia con su madre; sus
conflictos de intensa ambivalencia frente a la dependencia, sus conflictos por el choque
entre su dependencia (con sus consecuencias: agresión, separación, angustia, depresión) y
sus necesidades adultas (de autonomía, maduración y eficacia en sus rendimientos). Se
localizan en esta zona sus defensas movilizadas: disociaciones, proyecciones, ataques al
objeto que abandona, idealizaciones. En Andrea se registra una fuerte dependencia
materna, generadora de ambivalencia. Experimenta culpa de dejar a su madre y gran miedo
a quedar desprotegida. Se ponen en juego en ella defensas fóbicas (evitaciones
principalmente, búsqueda de objetos acompañantes) y maníacas (reacciones contrafóbicas,
negación de su dependencia e idealización de sus recursos fuera del país). En esta zona de
determinantes caracterológicos es posible incluir otras funciones yoicas adaptativas. En
Andrea, más visibles que en Ernesto, la capacidad de planificación, el armado de cierto
proyecto de salida de su dependencia, a través del desarrollo profesional. Ernesto presenta

Página 3 de 9
un debilitamiento marcado de sus funciones yoicas, apenas mantenidas en la esfera del
trabajo.

Es posible asimismo reconocer en la situación aspectos histórico-genéticos individuales


y grupales reactivados. La agresión de la madre de Ernesto ha estado siempre centrada en
sus fracasos. La esposa encarnó luego y mantiene una actitud similar desvalorizante que
tiñe el clima de la situación para el paciente. Se juega no es sólo la separación sino el
fracaso. En Andrea sigue presente, una antigua relación simbiótica con su madre, en la que
ésta jugó el rol de objeto acompañante, y es ese rol el que ambas tienen que romper en esta
situación. Juega también como figura de identificación precaria, la presencia del padre
fallecido hace años, como exigencia de un rendimiento profesional brillante que justifique
esa separación.

Otra zona integrante de la situación comprende el momento evolutivo individual y


grupal, las tareas que se desprenden de necesidades propias de ese momento evolutivo y la
prospectiva global que comporta esa etapa. Gran parte de la conflictiva agudizada en la
situación deriva del choque entre las limitaciones dadas por la persistencia de esos
conflictos infantiles y las necesidades propias de la etapa evolutiva abierta que urgen una
satisfacción. Ernesto tiene que enfrentar sus dificultades de pareja, las exigencias de la
paternidad, y de su trabajo profesional, necesidades de estudio y de sociabilidad. Andrea y
su madre tienen que separarse, ella tiene que crecer, la situación de infancia y adolescencia
no es prorrogable, y sin crecimiento y resolución de esa simbiosis se interfieren otros
rendimientos, eróticos, sociales y vocacionales.

Esta serie de componentes de la situación tiene que ser puesta en relación, además, con un
conjunto de determinaciones concurrentes, contexto social más amplio. Un conjunto de
condiciones económicas, laborales, culturales, ideológicas que intervienen de muchas
maneras en la situación. Para Ernesto no es lo mismo vivir este conflicto de pareja en
condiciones de trabajo seguro y de alivio económico, que correr el riesgo por su depresión
de perder sus ingresos. Una cultura tradicional para la cual ese divorcio es un fracaso y
nunca un éxito, como lo es toda la ideología del orgullo masculino frente a la presencia del
tercero. Estos componentes refuerzan la angustia y traban las posibilidades de elaborar esa
separación. Para Andrea la situación de desocupación profesional y las condiciones

Página 4 de 9
difíciles de especialización en nuestro medio refuerzan su ambivalencia frente a la
posibilidad de quedarse aquí y su miedo al fracaso afuera que la obligue a regresar. Toda la
ideología de los cuidados que la hija debe retribuir a la madre y la oculta responsabilidad
del sistema social por el desamparo de una persona sola se incrustan en el centro mismo de
la situación de Andrea para movilizar culpas de difícil elaboración.

Si volvemos a considerar el conjunto de estas zonas de determinaciones, lo que haremos es


reconfigurar una estructura, que intente dar cuenta de los dinamismos, articulaciones,
encajes, potenciaciones y oposiciones propios de una totalización. El concepto de
situación, en el que convergen las perspectivas dialéctica, materialista y existencial puede
aportar un modelo adecuado capaz de aproximarnos a una totalización concreta, singular y
en movimiento, del individuo o grupo en estudio. Es en esta noción totalizadora de
situación donde pueden encontrar su marco aportes parciales propios de una
conceptualización psicodinámica (ansiedades, conflictos, fijaciones), comunicacional
(modalidades en el manejo de los mensajes, alianzas, descalificaciones) o psicosocial
(roles, mitos, tareas grupales).

El hecho de que el conflicto tenga lugar como tal intrapersonalmente no significa que la
cuestión sea de orden exclusivamente personal. El problema ha surgido de una situación y
ésta es a su vez, como dijimos antes, resultante del diálogo de la persona con su realidad”.
Importa detectar “las formas cómo el diálogo se realiza y la índole de la estructura
dialéctica sujeto realidad”

El modelo de foco contiene esta


serie de componentes
condensados en la situación
estructurada.

2. Diafragmado operacional del foco sobre la base de ciertos reguladores


y retomo a la totalización

Página 5 de 9
En muchos momentos la tarea no abarca la totalidad de los componentes de la situación
sino que se concentra, en algunos de ellos, recortando alguna zona de la estructura. La
profundidad y la amplitud con que pueda comprenderse la estructura de totalidad depende
de una serie de factores reguladores que comprenden:

a) Desde el paciente y su grupo familiar, un conjunto de factores: condiciones de vida,


culturales, ocupacionales, geográficos; motivación y aptitudes para el tratamiento.

b) Desde el terapeuta y la institución otros condicionantes: esquemas teóricos, recursos


técnicos, estilos de supervisión; este conjunto de factores influye en decisiones sobre
tiempo, objetivos y técnica que son a su vez reguladores del foco.

c) En cada momento del proceso no obstante, la focalización adquirirá una amplitud


particular. La focalización, y sus reguladores.

Este conjunto de reguladores delimita sobre la situación total un cono do amplitud variable;
cada sesión puede ahondar selectivamente ciertas zonas del cono. Lo esencial, reside en que
cualquiera sea el sector de elementos explorados, éstos sean comprendidos como
integrantes estructurados-estructurantes de la situación.

El trabajo con el foco seguirá en psicoterapia esta secuencia:

1) El paciente inicia la sesión aportando un material disperso, hecho de episodios recientes,


recuerdos, observaciones sobre los otros y vivencias personales en esos episodios.

Página 6 de 9
2) Transcurrido un tiempo, el terapeuta interviene para preguntar en una dirección,
subrayando de modo selectivo ciertos elementos del relato significativos desde la situación-
foco.

3) El paciente comienza a produce asociaciones guiadas por la nueva dirección impresa a la


tarea, amplia elementos recortados por el terapeuta.

4) Nuevas intervenciones del terapeuta tomarán ya elementos parciales componentes de la


situación, a los fines de ahondar en ellos, en un doble movimiento analítico sintético,
momentos regresivo y progresivo del análisis de la situación. Cada hecho una vez
establecido, se interroga y se descifra como parte de un todo; y es sobre él, por medio del
estudio de sus faltas o de sus sobre-significados cómo se determina a título de hipótesis la
totalidad en el seno de la cual encontrará su verdad”.

3. El foco en la sesión

El fragmento de una sesión de Ernesto mostrará cómo introduce el terapeuta el foco ante el
despliegue inicial del paciente de su material.

P: “Me noto muy violento: El otro día mi chico se peleaba con un amiguito por un juguete.
Traté de que se dejaran de pelear. No hubo caso. Exploté y rompí el juguete. Después pensé
que era una barbaridad y me acordé que yo de chico reaccionaba así con lo que no me salía:
un día rompí un auto que tenía porque no lo podía arreglar.”

T: “Creo que convendría pensar, para entender algo de esta violencia suya, cuál podría ser
actualmente el arreglo que no le sale.”

El material inicial se presta para tomar diferentes líneas: dificultades con la paternidad,
necesidades infantiles insatisfechas que lo llevan a tolerar mal en juego de los niños,
irritación frente a la situación triangular (dos chicos peleando por un juguete), tendencia a
destruir lo que frustra, que llevaría a explorar conductas similares de su parte que pueden
haber influido en el deterioro de su pareja. La intervención del terapeuta selecciona un
elemento que introduce en la situación actual, en la que puede jugar un rol dominante
dentro de la estructura, dado que arreglo-con-la-mujer podría reconfigurar la situación. Se
organiza entonces el material a partir de un eje central de la situación (arreglo que no sale,

Página 7 de 9
ambivalencia frente a la mujer que no le “obedece su orden de arreglo”) de donde se
desprende la irritación frente a la desobediencia de los niños, agravada por la presencia de
una relación triangular con el juguete, que a su vez remitiría a la agresión con la mujer que
está entre dos hombres, porque el daño es inferido al juguete.

Luego surge toda la dependencia con su madre y con su mujer y esto es referido (nuevas
intervenciones focalizadoras del terapeuta) al papel que esa dependencia debió jugar en el
deterioro de la pareja y en las dificultades actuales para un acercamiento. Se hacen visibles
su dependencia oral y su ambivalencia frente a la mujer (madre-esposa combinadas) y esto
es referido al momento actual en que no puede recuperar a su mujer ni imaginar otra pareja.

Otro fragmento, de una sesión de Andrea:

P: “Estoy comiendo muchísimo, y esto me preocupa. De chica era gorda, me lo pasaba


comiendo galletitas. Mi mamá me controlaba y mi abuela me dejaba comer a mi antojo.
Bueno, he vuelto a las galletitas.”

T: "Creo que la preocupación esta puesta en que de seguir comiendo se arruinaría la buena
impresión que quiere producir físicamente a su llegada. Porque hay una seguridad que usted
basa en el agrado físico que logre producir.”

P: (Ríe.): a un lugar que me interesa mandé una foto mía con una pinta bárbara; a otros una
foto cualquiera. Mi madre siempre le dio muchísima importancia a la impresión física que
daba, al arreglo, siempre lo usó para caer bien. A mí, el exhibicionismo de ella me daba
rabia, pero parece que yo también lo uso.”

La intervención inicial de Andrea abría varias líneas posibles. El terapeuta toma el último
aspecto en función de que la situación actual está definida alrededor de un eje prospectivo-
evolutivo.

4. Evolución del foco

A lo largo del proceso terapéutico el foco puede ir modificándose. En una psicoterapia


breve es probable que todo el proceso gire sobre una situación focal, y el avance del
proceso consista solamente en el enriquecimiento del modelo estructural que se vaya

Página 8 de 9
armando de esa situación. En psicoterapias más prolongadas puede ir desplegándose una
sucesión de focos, cada uno de ellos caracterizando una etapa del proceso. El paciente suele
en estos casos proponer espontáneamente una seriación, privilegiando una situación en cada
etapa (por ejemplo, un período centrado alrededor de un eje puesto en la problemática de
pareja; una vez resueltos ciertos conflictos nucleares ligados a ese eje, pasar a proponer un
nuevo eje que reestructure la situación alrededor de problemas vocacionales).

5. Algunas implicaciones teóricas y técnicas del modelo de foco centrado


en la situación

1. Un modelo estructural de articulación de determinaciones de un sujeto en situación,


permite comprender que diferentes tipos de estímulos y recursos técnicos pueden tener
eficacia en cuanto a inducir reconfiguraciones en la situación. La acción se ejerce siempre
sobre una estructura, no pueden esperarse relaciones lineales ni proporcionales entre
influencias y efectos. Este aspecto puede ser fundamental para comprender las relaciones
entre la acción terapéutica y los cambios emergentes.

2. Si la situación está organizada según un modelo estructural se comprende el intento de


hacer converger sobre ella una pluralidad de recursos técnicos. Pluralidad de zonas que
componen la situación y su variedad de vías de acceso.

3. Si cada situación puede entenderse como una estructura dotada de una organización
interna peculiar, entonces es comprensible abordar en base a una planificación estratégica,
que seleccione las vías de abordaje y sus secuencias, y vaya luego haciendo reajustes
progresivos, en base a las respuestas de esa estructura.

4. El modelo propuesto de foco intenta a su vez responder a la necesidad de trabajar con


enfoques psicológicos-psicopatológicos, diagnósticos y terapéuticos coherentes, integrados
en una concepción totalizadora de la experiencia humana.

Página 9 de 9

También podría gustarte