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Escritores y guionistas, en los aiic s lencia y la + El discurso literario se despliega entre la Por Gonzalo Aguilar Tiempos de dictadura ‘Acercarse @ las relaciones entre itratura y cine en el lapso 1976-1983 constituye una experiencia singular. Se sabe que este perlodo es el mas violento y represivo de la historia argentina, pero, en el Cine, s6lodificlmente se encuentran restros de este trasfondo politic (recién hacia 1962 comienzan a verse signos de una reflexion sobre el pasado reciente. Sin embargo, esto no quiere decir que no se haya filmado ni que no se hayan efectuado adaptaciones. Son muchas las versiones de textos li terarios que se realizan durante este periodo, y aunque resulta artificial hacer una clasiticacion, dos Caractersticas eparecen como las més visibles: en primer lugar, asistimos al Ultimo temo de las ‘adaptaciones de obras lterarias del siglo XIX que habia iniciado Martin Fierro (1968), de Leopoldo Torre Nilsson, y, en segundo lugar, ala participacin algo tarcia del cine en el proceso de canoniza- ‘ién de narradores de nuestra literatura, En la primera tendencia, el producto més logrado es Allé lejos y hace tiempo (1978), de Manuel Antin, que adapta la novela de Guilermo Hudson (1844-1921) y que continda el clima de evocacién ostalgica y sofisticada elaboracién literaria que este director habia iniciado con Don Segundo = Sombra (1969). Otros dos “clésicos” de la literatura legan al cine con El easamiento de Laucha Fee (1977, de Enrique Dawi, sobre la obra de Roberto Payr6 (1867-1928) y con El Fausto criollo (1979), my de Luis Saslavsky, sobre el poema gauchesco-parédico de Estanislao del Campo (1834-1880), adap- {ado por Enrique Anderson Imbert, Luisa Mercedes Levinson y Estela Canto. ¥, finalmente, otra ver- sion de uno de los folletines populares de Eduardo Gutiérrez (1861-1889), Hormiga Negra (19771, e caro Defiippi, que fue, tal vez, un intento de repetir el éxito de Juan Moreira (1972), de Leonardo Favio. En cuanto al proceso de canonizacién, es claro que tanto Jorge Luis Borges como Roberto Avit, Ermesto Sabato o Manu! Mujica Leinez ye eran consideradas figuras centrales de nuestra literatura, pero las adaptaciones que se hicieron de sus textos en estas afios refirmaron esta posicién. El caso més evidente es el de Borges, cuien ye no llega al cine como natrador sino como figura lteraria y Persongje culturl: Buenos Aires, la tercera fundacion (1979), de Alma Maritano, incluye fragmen- {0s de su poesia, y Borges para millones (1977), de Ricerdo Wulicher, recorre su vida y sus temas Este mismo director realiz6, en 1877, una pelicula sobre otro de nuestios clasicos, Roberto Ari (1900. 1942): Saverio el cruel es la primera pieza teatral de este autor que llega al cine. De Emesto Sabato (1911) se adept6 "Informe para ciegos” (parte integrante de la novela “Sobre héross y tumbas"), que se ttulé El poder de las tinieblas (1975) y fue digida por Mario Sdbeto,y de Manuel Mujca Laine (1910-1984), tres relatos de su “Misteriosa Buenos Aires” en una pelicale de opisodios: Aborto Fischerman digié “Ei hambre” (1836), Ficardo Wulcher, “La pulsera de eas, cabeles” (1720), y Oscar Barney Finn, “El sain dorado" (1904). Ambos escrtores hablan hecho, ca: Sualmente, trabajos ocasionales en el cine durante los afios 40: Sabato firm con el seuddrimo de Ermosto Kavanagh su guién de El tercer huésped (1946), de Eduardo Boneo, y Mujca Lainey fue {28080 iterrio" de Cuando en el cielo pasen lista (1948), de Carios Borcosque, ademés de eserh bir el quén de El capitén Pérez (1945), de Enrique Cahen Salabery. La verded es que, nese @ la importencia de El tinel (1952), de Leén Kimovsky, con guién del mismo Sabato sobre su novela, ambos autores tuvioron una paticipacién slo ocasional en el cine y, en este sentido, tanto El poder de las tinieblas como De la misteriosa Buenos Aires son reconocimientos tardios de ésto a evens. {ores que ya estaban consogredos en el campo itereio, También puede inclurse en este grupo de gscttores reconocidos 9 destiempo al narrador uruguayo Juan Carlos Onetti (1908-1995), que es {adaptado por primera vez con El infierno tan temido (1980), de Raul de la Torre Como en los otros periods, en estos aos varios escritores se incorporaron al cine, El grupo es bas- ‘ante numeroso @ incluye a los que ya habian tenido alguna experiencia en él, como Osvaldo Soria: Escaneado con CamScanner Fiebre amari Deve Bret se Wier ro y Manuel Puig (1932-1990). Sorisno (1943-1997) habia escrito “junto a Aida Bortrik- el quién de Una mujer (1975), de Juan José Stagnaro, En 1983, Héctor Olivera -el director, junto con Wulicher, ‘Héctor Over yelnovelsta Osvaio que adaptO mas obras literarias entre 1976 y 1983- llev al cine su novela No habré més penas ni ) elvido. Un afo después, Lautaro Murda adaptd Cuarteles de invierno, y en 1994, Olivera vuelve a El hombre del subsuelo un texto de Soriano con Una sombra ya pronto serés, En cuanto @ Manvel Puig, quien habla adap- ‘Alcerto ge Mendoza y el arector 'ado.con Beatriz Guido y Torre Nilsson su novela "Boquitas pintadas” en 1974, llega por segunda vez Neste Secu {0 BY avites Pi 9 al cine con Pubis angelical (1982), de Raul de la Torre. Entre los escritores que se incorporan por pri- ‘mera vez al cine hay que incluir a Marla Granata (Los viernes de la eternidad, 1980, de Héctor Ol- ‘vera, es un intento de acercarse cinematogrsficamente al “realismo magico"), a José Pablo Fein- ‘mann, cuyo policial Ultimos dias de la vietima os llavado al cine en 1982 por Adolfo Avistarain, y a Haroldo Conti y Geno Diaz, que fueron adaptados por Sergio Renan en Crecer de golpe (1977) y ‘Sentimental (1980), respectivamente, zas de una guionista A Beatriz Guido (1925-1986) se le hacia dificil trabajar sin Torre Nilsson, Durante unos afios se man- tiene alejade del cine hesta que, a principios de los 80, se estrenan tres peliculas basades en sus tex- tos 0 en las que ella colabora. En 1982 se presentan Fiebre amarilla, de Javier Torre (basade en el Ultimo proyecto de Guido y Torre Nilsson, que no legaron a realizar), y La invitacién, do Manuel An- tin, basads en su novela homénima, Y en 1981, una curiosa pelicula llega a los cines: El hombre del subsuelo, de Nicolés Sarquls, quien junto a Beatriz Guido adapt la novela de Fiodor Dostoievsky “Memorias del subsuelo”, La ouriosidad de esta adaptacién radica, en primer lugar, en los desatios que ella representaba para Beatriz Guido. Realizade con Nicolés Sarquis y Luis Priamo, la adaptacién tuvo que resolver los si: uientes inconvenientes: trabejar sin Torre Nilsson, quien habia muerto en septiembre de 1978, co- laborar con un director que estaba lejos de su poética y traslader una trama que transcuttia en la RU- sia del siglo XIK a un émbito argentino. Las dficultados se agravan'si pensamos que se trata de una novela sumamente literaria, lagada de mondlogos interiores, reflexiones sobre la esoritura y con un ‘ono de permanente deliio y paranoia: no se narran acontecimientos, sino la interioidad de un per Sonaje, La novela de Dostoievski tiene dos partes.* La primera, “El subsuelo”, es una introduccién a lun cuento, en la que ol protagonista escribe y se cuestiona sobre su pasado y su modo de ser: “ies petarsel... Pero, es que puede respeterse quion esté decidido @ hallar placer en el sentimiento de ‘su propia abyeccién?”.? A continuacién viene "A propésito de la nieve derretida”, que es un recuer: {do del pasado donde el narrador cuenta dos historias: la que le sucedié con unos ex compafieros del colegio y su encuentro con una prostituta a le que seduce para después humilar. Ls época histérica en a que Guido y Serquis deciden ambientar la narracion es ~como va vimos~ uno de los periodos precilectos de Beatriz Guido: le década del 30 o “Década Infame”. Puede pensarse Que, como en Fin de fiesta, para ver los origenes de la violencia argentina haya que ir a ese perio- do, y esto es lo que se hace para poner en escena a este personaje en el que la violencia no tiene ‘tra motivacién que su propio resentimiento (pero que en sus actos, a su vez, desnude la hipocresla ‘au® lo citcunda). Pero ademds, la analogta con el proceso militar no es del todo casual: la accién su- ‘800 / Gonzalo Acuilar Escaneado con CamScanner \ cede ol 22 de noviembre de 1933, tres arios después del golpe de Estado (no comienza el proyec- to también tres afios después del golpe de Estado?). De todos modos, El hombre del subsuelo no gubraya esta analogia y, por el contrario, atenta algunos arranques antimilitaristas del texto de Dostoievski.* Diego Carmona (Alberto de Mendoza) recibe el testamento de su madre, Rosario Castro Vera de Carmona, en el que le deja la casa y un sirviente, Severo Piedrabuena (Miguel Ligero).* Pese a esto, Diego apenas puede con las deudas y para mantener el caserén lo alquila para que se filmen en él peliculas. En un club de esgrima, el protagonista (quien es el responsable de la voz en off que reco- ite todo el filme) se encuentra con sus ex compafieros de colegio: Olazébal, el "Gallo” Vanasco y Casanegra, quienes no pueden ocultarle que le harén una despedida al "Gato” McKinley (Ignacio uirés), personaje que Carmona detestaba, cosa nada rara debido a su caracter agrio y resentido. Pe- se ano ser invitado, Diego Carmona dice que estard en esa despedida, Paralelamente, se desarrolla su historia con Luisa (Regina Duarte), una paulista que trabaja como actriz y a la que conoce en su propia casa. Como en Ia novela, primero la seduce y después la humilla, La adaptacién une ambos acontecimientos y lleva hasta el limite el andlisis del protagonista, quien, desde sus ruinas, puede percibir las miserias de sus compafieros de juventud y, finalmente, la suya propia Laidea de la casa en decadencia y del sirviente que acosa al heredero en ruinas recuerda, obviamen- te, el cima sérdido de las primeras peliculas de Beatriz Guido con Torre Nilsson. En la adaptacién, Guido relee su obra a través del relato de Dostoievski. La escritora hace subir de clase al protagonis- tee incluye en la pelicula varios temas recurrentes de su propia obra: la invasién de las imagenes por un pasado no resuelto, la multiplicacién de espejos que acechan a los personajes, el uso de los dis- fraces y el carnaval (como en Fin de fiesta) y la parodia del cine en las filmaciones que se hacen en casa de Diego ("jParravicini de cartén!”, le grita al director desde las escaleras). También esté el ya ‘manoseado latiguillo sarmientino de la “aristocracia con olor a bosta”, que si podia tener algun sen- tido en Fin de fiesta, a fines de los afios 70 sélo resulta un lugar comun. En consonancia con una lectura de Dostoievski que ha tenido su auge a principios de los afios 60 pero ‘ue posteriormente ha sido desplazada por los andlisis de Mijail Bajtin, Beatriz Guido y Sarquis acen- \Wan la clave psicoanalitca y explican el cardcter del personaje en la identificacion de Diego con su ma- te, como puede verse en la escena en que -travesti inesperado- se prueba sus trajes y es descubier- '0por su sirvente (escena delirante que supera el simplismo de la interpretacién psicolégica). Otros dos “Pectos unen la postica de Beatriz Guido con la literatura de Dostoievski: el papel degradante e inevi tebe del dinero y las relaciones de dominacién que la pelicula acenta todavia mds (en la novel, e! per- Sona de siviente es totalmente secundario). Mas allé de cierta desactualizacién, del uso de ropas vie- ‘en licula fue hecha, Ultimos dias de la vietima hace una original reflexion sobre los comportarientos: Y’las normas éticas frente al oscurantismo politico y con un género muy eficaz para Ia narracion ci nematogréfica, El detective duro, entonces, que habia adquirdo perfles tan seductores en la figure ‘de Humphrey Bogart, se convierte aqui en o! hombre que no puede pensarse a si mismo este periodo, fue Ultimos Notas "El time de trabajo de Bestri Guido para ol cine fue Los insomnes (1964), 'o digiera Carios Orgambid. * Tisha con ia siguiente ecicién: Memoras del subsuelo, Perfil, Buenos Aires, 1999, ‘cuento suyo que adapt para ave > Op-ci, 21 ye er *L censua de aque so ocupa en esto tomo César Maranhelo ue dursina 000508 ‘aos yno haya ic que haya intervenido en algunos cambios de guion ‘Adem dl cas paride protons? * Por azoes obvi fguidn afro: nombres de los personas. 28 gui tora os nombres de ml 0 (aie enlenovlo no iene nombre), Liza pasa a Hearse Luisa, Seonoy esol Ten, 2vahoy ee "To Mekinlayy Apolo. rene, com Sever. La poll, odes, nye ATT 8 ny Ha fotos que tiene en su cuarto Carmona, entre las que figura, Por ejemplo, una de _— " jiladores) {idenes dela memoria (entrevista a Aida Bort!” con David OWENS Y Gonzalo Aguiar (com , E19uiéo cinematogréfico, Paidés, Buenos Aires, 1997, 86. aplis sus conan” (ume entetndos atlodespovsins ecoiades ot on Feinrann. 6 ors como Ala ert 10S de fiosotia (es licenciado por la Universidad de Buenos Aires) a Pete az ‘falda igh Noon, 1952 de Fred Znnemann, oa arres com Richa WS. vine etor aos seas / 2 [1976-1983] Eseritores Escaneado con CamScanner

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