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Filosofía bíblica del ministerio

Continuación elementos de enfoque adecuado

Para establecer una filosofía bíblica de ministerio tenemos que


considerar: (i) un alto concepto de Dios, porque nuestra
teología determina lo que hacemos, tanto en la vida personal
como en el ministerio; (ii) una autoridad absoluta de las
Escrituras, como un alto concepto de la Palabra del Dios que
exaltamos, que adoramos, y que servimos en el ministerio; y (iii)
una antropología correcta, un concepto correcto del hombre
según la Biblia lo enseña, el cual está depravado totalmente por
el pecado, separado de Dios, muerto en delitos y pecados, quien
no necesita ser mejorado, sino transformado mediante la
Palabra y a través de Dios, en la persona de Jesucristo, a quien
predicamos y a Él crucificado.

Vale precisar que el pecado no queda exterminado cuando


venimos a Cristo. ¿No sería ideal? Decir “Que hemos sido
hechos nuevas criaturas, las cosas viejas pasaron” (2 Corintios
5:17), pero tristemente todavía estamos en este cuerpo de
muerte que Pablo lo describe en Romanos 7, y el pecado aún
está en nosotros, en nuestro cuerpo. Así Pablo dice: “Porque yo
sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno.
Porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no.”
(Romanos 7:18). Persiste el pecado, aún cuando no somos
esclavos de él, está persistiendo en nuestro cuerpo que algún día
será glorificado.

Pablo afirma en Romanos 6:14 “Porque el pecado no tendrá


dominio sobre ustedes, pues no están bajo la ley sino bajo la
gracia.”, gracias a Dios antes el pecado nos tenía esclavizados,
pero ahora no, aun la lucha persiste hasta que el Señor venga.
La lucha que se describe está en Galatas 5:17: “Porque el deseo
de la carne es contra[d] el Espíritu, y el del Espíritu es contra la
carne, pues estos se oponen el uno al otro, de manera que
ustedes no pueden hacer lo que deseen.”, y Romanos 7:19-20
precisa finalmente lo que terminamos haciendo al tener en el
cuerpo el pecado que lucha en nosotros: “19 Pues no hago el
bien que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico. 20 Y si
lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace,
sino el pecado que habita en mí.”.

El nuevo hombre ha sido redimido, ha muerto con Cristo, y ha


resucitado juntamente con Cristo, pero el pecado aun sigue en el
cuerpo. Así, en Romanos 7:23 el apóstol Pablo dice: “pero veo
otra ley en los miembros de mi cuerpo[j] que hace guerra contra
la ley de mi mente, y me hace prisionero de[k] la ley del pecado
que está en mis miembros.”. Por eso el Evangelio incluye el
mensaje que llama a la santificación, no solamente hemos sido
redimidos, somos perdonados, justificados, nuevas criaturas,
sino que somos llamados a ser santificados.

Pregunta: ¿Qué consejo tiene para un pastor que lleva una


iglesia con deficiencia a los tres elementos para una filosofía
bíblica de ministerio? ¿Cómo se puede implementar la filosofía
de ministerio sabiamente, en un lugar donde hay un bajo
concepto de Dios, hay un bajo concepto de la Palabra y hay un
alto concepto del hombre? (Minuto 4:43)

Respuesta de Henry Tolopilo: En primer lugar, ese tipo de


pastor tiene que ser enseñado y confrontado con la verdad de
Dios. Tal como se ha expuesto, y se ha enseñado. Uno no va a
poder cambiar una iglesia de un día para otro, y hay iglesias
que continúan en la posición y condición de siempre, porque
no están expuestas a la verdad, y no la conocen, no están
siendo enseñados en la verdad, y continúan como siempre.

¿Cómo hace un pastor para cambiar una congregación si él de


repente se da cuenta que ésta pasando y él mismo se da
cuenta, y se dice a si mismo: “Yo no puedo seguir de esta
forma”? Esto ha pasado con varios de nuestros estudiantes,
pastores que se dan cuenta de lo que estaban enseñando era
totalmente incorrecto por años, comienzan a cambiar ellos y a
implementar la enseñanza bíblica tal como debe ser trazada.

¿Cuál es el resultado? Hay dos. Un resultado obvio, es que


algunos ya no toleran esa nueva enseñanza, y se van pero hay
un remanente, un puñado de personas, que permanece allí, y
con ese remanente, el pastor tiene la obligación de enseñar, y
aprender conjuntamente con ellos. He conocido pastores que
han cambiado de ser carismáticos y pentecostales que han
llegado a la doctrina de la gracia, reconocieron de su error, y
han pedido perdón públicamente a la congregación por su
falsas enseñanza y error, y han recibido la consecuencia de
eso. Muchos a él ahora lo desechan, no quieren saber nada, y
lo desechan, pero otros comienzan a escuchar. Y la renovación
de la iglesia comienza a notarse como resultado de la
enseñanza continua, sistemática, precisa de la Palabra de
Dios. Toma tiempo.

Recomendación a pastores que no conocen la Palabra, tal


como debe ser trazada, deben considerar tomar clases en el
Seminario (The Masters), con Idex. No estamos haciendo
comercial, pero si se enseña y se traza la Palabra con
precisión, hay personas que necesitan ser expuestas a eso,
pastores líderes, y por lo tanto, es un desafío a que lo hagan.
Aquellos que estamos aquí, gracias a Dios por eso, pero hay
oros que no, y nuestro deseo, oración y ministerio como
institución es alcanzar a estas personas, para que, a su vez,
alcancen e instruyan a sus congregaciones para el beneficio
del Cuerpo de Cristo. No hay una fórmula.

Algunos vienen de trasfondos donde el cambio ha sido muy


lento con el tiempo, y se han dado cuenta de cosas en sus vidas
personales, y han cambiado, pero es un proceso de
crecimiento, continuo de ser expuestos a la verdad siempre, y
ser transformados por la verdad. Nuestra congregación esta
mas de la mitad de la gente con nosotros, son personas que
tenían nociones muy limitadas y a veces torcidas de Dios, su
Palabra y de doctrina, y por tanto, eran infantiles en la fe.
Porque hay lugar para ser infante, y Juan habla de los niños,
hombres y padres en 1 Juan 2:12-14. Gracias a Dios por los
que están con nosotros hoy, y están creciendo en el Señor,
como resultado de ser confrontados con la Palabra, y el Señor
está haciendo su obra, la cual hace por medio de su Palabra,
porque su Palabra es verdad, y dijo “Santifícalos en tu verdad,
tu Palabra es verdad” (Juan 17:17). La única manera de
santificarnos es por medio de la Palabra.

Retomando nuestra naturaleza y lucha continua sobre el


pecado, es obvio que Pablo estaba consciente de eso, y les hace
ver a los filipenses, tal como se aprecia en Filipenses 2:12: “Así
que, amados míos, tal como siempre han obedecido, no solo
en[a] mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia,
ocúpense en su salvación con temor y temblor.” Existe el
aspecto de nuestra obediencia y nuestra responsabilidad de
ocuparnos de nuestra salvación, y no porque la vayamos a
perder, sino ocuparnos en lo que es nuestra salvación con temor
y temblor. ¿Por qué? Dice Pablo “Porque Dios es quien obra en
ustedes tanto el querer como el hacer, para[h] Su buena
intención” (Filipenses 2:13).

Una filosofía bíblica de ministerio toma muy enserio la doctrina


bíblica del hombre como pecador, espiritualmente muerto,
insensible a las cosas de Dios, incapaz de lograr algo que le
acerque a Dios. El hombre natural necesita transformación
espiritual, porque una vez que ha sido redimido es del Señor,
necesita ser transformado continuamente por medio de la
Palabra de Dios. Conocemos nuestro peregrinaje espiritual ¿De
dónde venimos? Ya no somos lo que éramos, pero no somos aun
lo que vamos a ser. Y estamos en ese continuo pasaje de lo que
éramos, lo que somos y lo que seremos, y estamos cambiando.
Pareciera que damos un paso atrás, a veces nos damos un golpe
nos caemos en el piso, pero el Señor nos levanta, y nos motiva, y
continua la obra que comenzó en nosotros que será
perfeccionada hasta el día de Jesucristo.

Veamos preguntas que podemos y debemos considerar


en nuestro ministerio:
i. ¿Es el objetivo de nuestra enseñanza confrontar el
pecado y ver a Dios cambiar vidas o agradar a la gente
haciéndoles sentir bien en su autoestima?

La mayoría de las iglesias predican mensajes que tratan


de hacerles sentir bien hacerles, sentir mejor, pero no los
confronta con el pecado. Y la gente sigue asistiendo, y
siendo parte de esas iglesias en la condición en las que
estaban, muchos de ellos no conocen al Señor, y están
ahí, pero son “evangélicos”.

Una vez le pregunte a un nuevo miembro de la iglesia, y


le pregunte: “¿Desde cuando eres creyente?”, y me
respondió: “¡Uy! Desde que nací.”. Entonces, hagamos
una breve y rápida examinación de la respuesta: A la luz
de lo que sabemos, ¿Cómo nacemos? Muertos en delitos
y pecados. No nacemos cristianos porque nacemos en un
hogar cristiano, sino que nacemos desde el momento que
el Señor nos da vida, nos llama, nos mueve a fe y somos
salvados. Pero esa respuesta es absolutamente
incorrecta. Yo le respondí: “Bueno, hablaremos tu
respuesta esta muy mal. Estaremos hablando”, y me dijo:
“Pero no, tengo padres pastores, tíos, etc”, ¿Y eso que?
Algunos piensan que son cristianos por proxy, ósea
porque uno es pastor o antecesor predicador.

Así, vemos como en el medio nuestro en una iglesia


donde se enseña la Palabra, y llevaba 6 meses en la
congregación. “No le cayó al 20 de lo que decimos”, en
los términos de ministerio y lo que estamos haciendo, no
es culpa de lo que hacemos, ni la influencia de hermanos,
sino que el Espíritu Santo no ha abierto los ojos
espirituales y entendimiento de la persona. Por eso
debemos depender en la soberanía de Dios, en cuanto a
la salvación. La responsabilidad es siempre predicar a
Cristo, y crucificado, y dejar el resto en las manos de
Dios, el resultado es de Él, pero debemos instruir a la
persona.

Es muy importante que nuestra gente pase por clase de


fundamentos de la fe, membresía, de bautismo, porque
son filtros que nos ayudan a reconocer donde se
encuentran dentro de su “peregrinaje espiritual”.

ii. ¿Existe progreso espiritual en nuestra gente? ¿Podemos


ver señales de crecimiento espiritual? ¿Están siendo
conformados de acuerdo con la imagen de Cristo?

Esperamos que eso suceda, y sea cierto. Y el Señor nos da


evidencias de personas que son levantadas, y Él obra. El
objetivo de todo ministerio es llevar a toda persona a una
relación más profunda con Dios por medio de la
obediencia a su Palabra.

Una vez que entendemos la doctrina bíblica del hombre,


entonces podemos entender más claramente el próximo
elemento indispensable en una filosofía bíblica de ministerio.

 Entendimiento correcto del propósito de la iglesia

Un entendimiento correcto del propósito de la iglesia. Están


ligados con los otros elementos. Son principios y elementos
fundamentales. No quieres decir que son los únicos, pero si
hablamos del esqueleto de la iglesia. La cual esta formado por
estos “huesos”, estas coyunturas.

La pregunta es importante: ¿Para qué existe la iglesia?

En primer lugar, sabemos que la iglesia existe para la gloria de


Dios, por lo tanto, la iglesia existe primordialmente para
glorificar a Dios. Por eso Pablo dice 1 Corintios 10:31 dice: “Ya
sea que comais, bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo
todo para la gloria de Dios”. ¿Por qué estamos teniendo esta
clase? Porque es un ejercicio académico para forma Idex, y los
que dirigen, pues no, es para darle la gloria a Dios. Todo lo que
hagamos debe estar enfocado en darle la gloria a Dios,
absolutamente todo lo que hagamos.

Desde el momento que fuimos redimidos por el Señor, no solo


nos convertimos en hijos de Dios, sino que nos convertimos en
sus esclavos. ¿Lo tenemos claro? Ya no tenemos una agenda
personal propia. Dice Pablo en Romanos 14:7-8: “7 Porque
ninguno de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para
sí mismo. 8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si
morimos, para el Señor morimos. Por tanto, ya sea que vivamos
o que muramos, del Señor somos.”

Que importante es recordar: la iglesia existe para ser recipiente


de la verdad de Dios, para traer gloria al Señor, y conforme a la
enseñanza de Pablo en 1 Timoteo 3:15, la iglesia existe para
sostener en alto la verdad de Dios, la gloria de Dios por sobre
todas las cosas, pero ¿Cómo es que glorificamos a Dios?
Exaltando su Palabra, su verdad.

1 Timoteo 3:15 NBLA

“15 pero en caso que me tarde[j], te escribo para que sepas cómo


debe conducirse uno[k] en la casa de Dios, que es la iglesia del
Dios vivo, columna y sostén de la verdad.”

El contexto de lo que Pablo dice es la iglesia de Éfeso donde se


encontraba el famoso templo a la diosa Diana, un monumento a
la mentira. Todo ese monumento, era uno a la mentira. Por eso
Pablo dice que la iglesia existe para ser columna y sostén, no de
algo sobre algo que Satanás rige, sino la verdad de Dios, y para
eso existe la iglesia. En otras palabras, la iglesia existe para ser
columna y sostén de la verdad de Dios, para ello es, fue y será.

La iglesia no enseña la Palabra con precisión, no enseña la


verdad, y perdió la razón de su existencia. ¿Para qué existe?
Para nada, para hacer charadas, gritos, música psicodélicas y
luces con ruidos. ¿Para eso existe la iglesia? Si vamos alrededor
de Latinoamérica hoy, y viajamos y visitamos uno diría: para
eso existe la iglesia porque eso es todo lo que hacen, y dejan la
Palabra de Dios a un lado. ¡Que tragedia!

La doctrina es de suprema importancia para la iglesia. Algunos


hacen hincapié en experiencia, alabanza, pero piensan que la
doctrina es divisiva o no importa. La vida de la iglesia depende
de una doctrina sana, la salud de una congregación depende de
una instrucción correcta de la Palabra de Dios. ¿Recuerdan la
primera iglesia? En Hechos de los Apóstoles, posterior a la
conversión de las 3000 personas que se arrepintieron y se
bautizaron (Hechos 2:21), Hechos 2:42 dice que: “(…) se
dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la
comunión, al partimiento del pan y a la oración[ae].”

El Espíritu Santo da prioridad a la enseñanza de los apóstoles,


porque constituye esa enseñanza el fundamento doctrinal de la
Iglesia. Efesios 2:20 nos dice que fuimos establecidos sobre el
fundamento de los profetas y de los apóstoles; esta hablando del
fundamento doctrinal, pues sin doctrina no hay crecimiento, no
hay posibilidad de ser santificados.

La Iglesia consideró de suma importancia continuar con la


doctrina, la enseñanza de los apóstoles y por supuesto los otros
ministerios: comunión, partimiento del pan y oración. Pero la
iglesia existe para glorificar a Dios, para ser columna y sostén de
la verdad, y para entrenar y capacitar a los santos. Efesios 4:11-
12 dice: “11 Y Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a
otros evangelistas, a otros pastores y maestros, 12 a fin de
capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo”.

La obra del ministerio es de los santos, de todos. El Señor


concedió a algunos distintos dones, pero cada santo según el
don que el Señor les haya dado, fue llamado a ejercer ese don y
edificar al resto de los creyentes por medio de ese don. Por eso
Efesios 4:15-16 dice: “15 Más bien, al hablar la verdad en amor,
creceremos en todos los aspectos en Aquel que es la cabeza, es
decir, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, estando bien ajustado y
unido por la cohesión que las coyunturas proveen[f], conforme
al funcionamiento adecuado de cada miembro[g], produce el
crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.”

No hay miembro que no ejerza función, porque Dios dio a la


iglesia hombres capacitados con dones particulares en el trazo,
la predicación de su Palabra, enseñanza, para que los santos
sean capacitados para la obra del ministerio, la cual se lleva a
cabo donde cada uno de nosotros, según nuestros dones, nos
servimos mutuamente, y el cuerpo es edificado. Por eso
enseñamos continuamente, porque la finalidad es capacitar a
los santos, por quienes la obra del ministerio es realizada por
los santos. ¿Cómo es que lo hacen? Por medio de sus dones,
capacidades que el Espíritu Santo les ha otorgado.

La iglesia también existe para proveer el contexto de comunión


entre los santos con el propósito de la edificación mutua, es lo
que hemos visto en Efesios 4:16. El contexto de comunión entre
los santos con el propósito de la mutua edificación. ¿Cómo
debemos apreciar nosotros a los santos y agradecer a Dios que
nos dio hermanos en Cristo? Siendo santos en la fe para la
mutua edificación.

También la iglesia existe para ser luz en mundo de las tinieblas


y ser salvación de los escogidos de Dios. Recordemos lo que
Pedro dice en 1 Pedro 2:9: “9 Pero ustedes son linaje escogido,
real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para
posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel
que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.” ¿Quiénes son
los que se salvan? Son los escogidos de Dios, los que Él llama a
salvación. Estos son los que se nos describe en Juan 17:2-3,
donde el Señor Jesús orando por los suyos dice “(…) 2 por
cuanto (…) diste autoridad sobre todo ser humano[a], para que
(…) dé vida eterna a todos los que le has dado[b]. 3 »Y esta es la
vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado.”

El mensaje del evangelio es para todos sin discriminación. Lo


leemos en Hechos 17:30 “Arrepentíos”, y el llamado de
arrepentimiento es a todos, aunque el mensaje de salvación es
universal a todos los hombres, es eficaz para los que creen y
estos son los escogidos de Dios, aquellos que el Padre dio a su
hijo para que les diera vida eterna.

No existe en el nuevo testamento el concepto de universalismo.


Algunos enseñan que, al fin de todo, todo ser humano se va a
salvar, porque no podemos concebir que Dios sea un Dios de
amor, y al mismo tiempo mandar a la mayoría de la gente al
infierno. ¿Cómo es que llegan a esa conclusión? ¿Cómo es que
se puede enseñar eso en la Escritura? La única razón es porque
se siguen razonamientos filosóficos, es racionamiento humano:
Dios es un Dios de amor, y por lo tanto no puede enviar al
infierno, ¿Cómo que no?

Existen dos tipos de hombres en este mundo: los de Dios y los


hijos del diablo; los hijos de Dios y los hijos del diablo; los que
creen y los que desobedecen, y por supuesto sabemos que la
Biblia es clara al enseñarnos que los que desobedecen van en
camino a una eternidad sin Dios y van a terminar sin Dios por
toda la eternidad.

El fracaso de entender el propósito de la iglesia correctamente.


Si no entendemos para qué existimos como iglesia, tenemos el
peligro de un ministerio superficial y falso que finalmente exalta
otras cosas: el éxito de programas, la gente es espectador
pasivo, fuerza al liderazgo a hacer todo para mantener el
programa andando cuando en realidad el diseño de la iglesia fue
tal que Dios estableció a hombres capacitados para enseñar de
tal manera que los santos sean capacitados para el ministerio y
toda la iglesia sea parte del ministerio.

La iglesia no es ministerio de unos pocos, y el resto mira y va al


culto como espectador. Esa no es la iglesia. Es una distorsión de
lo que es una iglesia.

Pregunta: ¿Cómo justamente se puede mantener a la


congregación pero aparte también a los líderes de esa
congregación, y hablando en el contexto de una iglesia que es
sana en la doctrina, cómo se les puede mantener concentrado
en la Palabra de Dios y no en nuevas tendencias, modas que
siempre aparecen, y personajes carismáticos en su
personalidad, que se roban la atención, y quitan la mirada de
cosas más esenciales o por ahí la iglesia se entretiene en
alimentar a los pobres solamente, trabajos sociales? ¿Cómo se
mantiene a la iglesia concentrada en lo específico: conocer
más a Dios, encaminar en su santificación, y no caer en estas
cosas más externas, ¿que tienen que ver con cosa sociales?

Respuesta de Henry Tolopilo: En el contexto nuestro como


congregación, me refiero a Grace Community Church, la gente
que está siendo expuesta al trazo continuo, preciso y
sistemático, correcto de la Palabra de Dios, con el tiempo se da
cuenta que esas cosas son secundarios y no tienen nada que
ver con el ministerio, y el efecto es la Palabra de Dios en sus
vidas. Siempre regresamos a lo mismo: un alto concepto de
Dios, me lleva a un alto concepto de su Palabra, me motiva a
trazarla con precisión en términos de doctrina, y entre esas
doctrinas se encuentran lo que es el hombre sin Dios, una
persona muerta en delitos y pecados, y sabemos que el trazo
preciso de la Palabra de Dios, me lleva a un concepto algo de
la iglesia que es lo que observamos aquí, y sabemos que Dios
estableció en esa iglesia a personas dotadas, para el
entrenamiento, la enseñanza de los santos, de tal manera que
ellos lleven a cabo la obra del ministerio, pero todo eso está
conectado y relacionado con el trazo preciso de la Palabra de
Dios.

Estamos expuestos a la verdad de Dios, se nos enseña la


verdad de Dios. Estamos en clases donde la verdad de Dios es
preeminente. Con el tiempo ese grupo de personas se va a dar
cuenta: esto si es de Dios, esto no. Entonces, ¿Cómo
mantenerlos en eso? Manteniéndolos todos en la verdad.

Una persona con mucho carisma, como Joel Osteen, atraen, y


apelan a la gente, pero esas personas no apelan a muchos.
Tráelo a predicar a Grace Community Church ante el público
en el púlpito. ¿Cuál va a ser la reacción de nuestra gente que
está siendo expuesta a la verdad? “Esto no tiene nada que ver
con la Palabra, no tiene nada que ver con Dios, llévenlo al
paredon”. Sería rechazado un falso maestro, no nos
impresiona su personalidad o carisma, a nosotros lo que nos
conmociona es la Palabra, la verdad, porque es lo único que
cambia el alma.

El fracaso de entender el propósito de la iglesia correctamente


lleva a resultados que son negativos: éxito de programas en vez
de Dios, mantener gente pasivamente, y fuerza a las personas
que lideran a mantener los programas, porque sino decrece la
iglesia. Porque si no hay ministerio de los santos todo depende
de los líderes y de todo lo que ellos puedan promover, y
manipular de manera que esa máquina continúa siendo
engrasada porque sino los miembros se van; las ofrendas no
vienen, y por lo tanto, el ministerio se viene a pique.

Recordemos que la iglesia no es una organización, es un


organismo: es el cuerpo de Cristo. Es organismo viviente,
y no depende de programas y actividades superficiales,
manipulados o dirigidos por hombres, sino que depende del
Espíritu Santo que reside en cada uno de los creyentes que lleva
a cabo su función, de acuerdo a sus dones particulares.

A la luz de lo mencionado, preguntemos lo siguiente:

i. ¿Cómo definiríamos un ministerio exitoso? Es una


pregunta importante para nosotros y para aquellos que
estén considerando esta clase.
ii. ¿Está funcionando bajo la tiranía de lo que es urgente o
está funcionando respecto de lo que es prioritario y
urgente en la Escritura?
iii. ¿Estamos capacitamos capacitando a nuestra gente con
la enseñanza sistemática de la Palabra, y motivándola a
servir?
iv. ¿En torno a qué gira tu ministerio? ¿El mantenimiento
de programas o la edificación y capacitación de los
santos? Es importante enseñar, continuamente porque
vamos a ser juzgados como siervo de Dios, según lo que
yo hice con su Palabra, la cual fui llamado a trazar.
Procura presentarte a Dios aprobado. La salud de la
gente depende de ese compromiso.
 Un liderazgo piadoso y calificado

El elemento crítico de una iglesia son sus líderes, donde van sus
líderes, va la gente. Obviamente nos enseña Oseas 4:9 “Y será el
pueblo como su sacerdote”, la Escritura nos enseña que la
eficacia del ministerio y el testimonio de cualquier iglesia es el
reflejo de sus líderes. Tenemos un dicho: “De tal palo, tal
astilla”, no es un versículo bíblico, pero es un principio real, “De
tal líder, tal iglesia”, porque la iglesia siempre refleja a sus
líderes, nunca van a ir por encima de sus líderes, siempre van a
buscar el patrón de sus líderes.

Jesús dice en Lucas 6:40 “40 Un discípulo no está por encima


de su maestro; pero todo discípulo, después de que se ha
preparado bien, será como su maestro[u].” Es el mismo
principio, recordemos lo que dice el apóstol Pedro en 1 Pedro
5:3 cuando nos dice que somos pastores que debemos ser un
ejemplo, no teniendo señorío sobre los que han sido confiados
en el ministerio sino demostrando ser ejemplo, porque la gente
va a seguir el ejemplo de su pastor.

La gente va a seguir el ejemplo que ven. Por eso, es importante


ser un modelo de fe y conducta, con cuidado y una vida piadosa,
y por ello los requisitos demandan eso. 1 Timoteo 3 aquellos que
sirvan en su iglesia como líderes, deben ser personas que llenan
los requisitos especiales. Por eso están ahí. La iglesia no puede
ser dirigida por cualquiera, porque quiere ser pastor porque
quiere. Hay muchos que se hacen pastores como si nada, sin
llenar ningún requisito como las Escrituras contemplan; y eso
genera en la iglesia que no tengan crecimiento espiritual, e
inclusive cristianos.

No cualquiera puede ser líder, aunque muchos aspiran al


liderazgo. No todos califican para el liderazgo. Por eso Pablo
claramente dice en cuanto a los requisitos de un pastor, de un
anciano, un obispo si desea el obispado buena cosa desea. Y en
Timoteo 3:2 establece que un obispo debe ser, por sobre todas
las cosas: irreprensible (Griego: Anepilemptos). Es la idea de
que es incapaz de ser arrestado o detenido por algo. No hay
nada en la vida de ese individuo que lo pueda descalificar, por lo
cual se le pueda acusar de tal manera que le impida servir como
ejemplo a la iglesia.
Pablo no está hablando de perfección, porque no existe tal cosa.
No existe hombre perfecto. Pero si debe ser un ejemplo de
crecimiento, de piedad, creciente en su vida, y por lo tanto, esa
persona piadosa que llena los requisitos ante su familia, ante la
iglesia y ante los de afuera, es la única persona que puede ser
pastor. O sea que deseo de servir en obispado y su vida se
alinean, corresponden, por lo tanto, ese sí, pero no cualquiera.
Pueden suceder muchas cosas en la vida de alguien que está ahí
y no debiera estar, que al final la gente dirá: “¿Quién eres?
Cuando tu vida esta así, tiene esto y el otro”. Ya se descalificó
porque es reprensible ante la congregación.

Un anciano pastor no sólo debe servir como modelo, sino que


debe estar en condiciones de enseñar a otros, capacitar a otros
en la Palabra de Dios. Por eso, Pablo dice que la función
principal de un anciano pastor debe ser que este “apto para
enseñar” (1 Timoteo 3:2). Notemos que la función principal de
un pastor que es apto para enseñar esta rodeado de virtudes de
piedad que son el trasfondo y el aval que sostiene a ese
individuo en su enseñanza. La enseñanza siempre va respaldada
de una vida correcta, una vida piadosa, no perfecta, sino una
vida que demuestra crecimiento en el Señor.

El pastor se dedica a la oración y a la predicación. Hechos 6:4 “Y


nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio[e] de la
palabra».” Un pastor trabaja arduamente en su tarea pastoral. 1
Tesalonicenses 5:12-13 “12 Pero les rogamos hermanos, que
reconozcan[h] a los que con diligencia trabajan entre ustedes, y
los dirigen[i] en el Señor y los instruyen, 13 y que los tengan en
muy alta estima con amor, por causa de su trabajo. Vivan en paz
los unos con los otros.”. Un anciano pastor que es llamado por
Dios debe tomar muy en serio su llamado y su función y ser un
ejemplo no solo en enseñanza sino en vida personal a la grey, a
la congregación, al rebaño.

El fracaso de entender la importancia de un liderazgo bíblico


lleva a un ministerio que no es bíblico. A un ministerio que
distorsiona las prioridades ministeriales. Eso es el peligro.
“Lideres no bíblico, llevan a un ministerio no bíblico, por lo
tanto, tiene una iglesia no bíblica”. Cuando el liderazgo de una
iglesia no es calificado, el ministerio y todos los involucrados en
ese ministerio, experimentarán frustración. Por eso hay tanta
gente que viene a Grace Community Church que vienen
destrozados de contextos donde no tuvieron un ejemplo en sus
líderes, la vida de la iglesia es un desastre y la vida de estos
individuos es un desastre, su vida espiritual, moral y vienen
destrozados.

El liderazgo de la iglesia fue y es limitado para hombres, pero


algunos dirán: “Vivimos en el siglo XXI”. ¿Qué tiene que ver?
Siglo XXI en el contexto moderno en que vivimos el hombre
contemporáneo espera otras cosas. “No aceptamos cosas que
son anticuadas”. La pregunta es: ¿Qué dice la Escritura?
¿Dónde vamos a determinar los criterios? ¿Vamos a ir a lo que
la cultura nos enseña o a la Palabra de Dios? Si vamos a la
Palabra de Dios estamos en terreno seguro, porque Dios va a
bendecir ser fieles a su Palabra.

Cuando el liderazgo de una iglesia no es calificado el ministerio


de aquellos que se envuelven en ese ministerio experimentarán
frustraciones y la razón es obvia: La tarea de hacer la obra de
Dios está en manos de personas que Dios ha llamado. No
personas que el Señor no ha puesto ahí, y no puedan producir
frutos espirituales en el pueblo de Dios. La razón por la que la
iglesia está sufriendo hoy es por no mantenerse fiel a los
principios fundamentales, a los elementos fundamentales de
una filosofía de ministerio y no se han tenido en cuenta.

Una filosofía bíblica de ministerio debe incorporar principios


fundamentales que son elementos inalterables que forman la estructura del
ministerio. Es crucial que sirva como filtro por el cual pasen todos los
programas, iniciativas y actividades ministeriales, los cuales son: (i) un alto
concepto de Dios, (ii) un alto concepto de la Escritura, (iii) un
entendimiento correcto de la antropología bíblica, es decir, lo que dice Dios
del hombre, (iv) un entendimiento preciso de los propósitos de la iglesia, y
(v) un liderazgo piadoso.

Esto es básico. Debemos poner atención a los elementos, y deben servir


como base para los ministerios de las iglesias, para el bien del pueblo de
Dios. El reto es desarrollar una filosofía bíblica, absorberla, vivirla,
enseñarla a la congregación. Es básico.

Sección de Preguntas finales:

1. Pregunta: ¿En las iglesias hispanas por la experiencia hay alguno


de estos cinco elementos que es más difícil de implementar o que no
lo implementan bien?

Respuesta de Henry Tolopilo: Yo diría que primero que es el


comienzo del descenso es un concepto muy liviano de la Escritura.
“La Escritura no es suprema”. Es obvio que no es suprema porque
no se considera, se predican mensajitos para cristianitos, y eso si
hay nutrición en ese mensaje, ya uno debe sentirse agradecido, pero
la mayoría no son mensajes que tienen sustancia bíblica, ni se
hacen con el deseo de enseñar o trazar doctrina bíblica. Yo diría que
el desplazo, el abandono de la Palabra de Dios como suprema en el
púlpito es para mí la característica de las iglesias evangélicas. Pero
gracias a Dios que por lo menos algunas iglesias, tienen la noción
de que la Palabra debe ser enseñada, pero la mayoría de los lideres
no tienen preparación bíblica para enseñar, y es una tristeza, es
trágico.
Yo recuerdo que hace años atrás, en mis años veinte, había
continuamente cada año, conferencias bíblicas, en todas las iglesias
evangélicas del sur de California. Eso desapareció. Y cada maestro
bíblico de esa era, era mejor que el otro. Era cuestión de decidir a
cuál voy a ir. Era impresionante el número de hermanos que el
Señor había levantado y fueron colocados en la Iglesia para
predicar la Palabra. Fueron muriendo cada uno de ellos, y se acabó.
¿Hoy quien tiene una conferencia bíblica? Solamente Palabra,
Palabra y Palabra. Eso es un bicho raro hoy, porque no existe tal
cosa. Un abandono total de lo que era hace unos años primordial y
central, por supuesto así está la iglesia hoy. En una generación
desapareció eso.

2. Pregunta: ¿Cuánto puede afectar un liderazgo centrado en una sola


persona para que se puedan desarrollar una buena filosofía bíblica
de ministerio?

Respuesta de Henry Tolopilo: Hagamos referencia a nuestra


congregación en primer lugar. Hay un líder que sobresale en
nuestra iglesia, que es el pastor John MacArthur, que es uno de los
ancianos de la congregación. John MacArthur enseño a esta
congregación desde el comienzo de su ministerio aquí en los años
70, fines de los 60, y con el tiempo fue enseñando a otros, hombres
fieles e idóneos que hagan lo mismo con otros. Y ese ministerio de
reproducción y discipulados ha sido la base de lo que la iglesia es
hoy. El pastor MacArthur sigue enseñando como siempre ha
enseñado y mejor, cada día es mejor como el buen vino. Su
ministerio no fue de él solamente, sino que fue un ministerio de
discipulado y de reproducción en otros lo que él enseñaba, lo
enseñaban otros y estos a su vez enseñaban a otros. Hoy tenemos
una multiplicidad de personas que conocen al Señor, conocen su
Palabra, conocen estos principios y están enseñándolos a otros en
sus contextos, y ha pasado eso de su generación a esta, y a otra.

Me fijo en mi propia familia. Veo a Stevie, mi hijo. El era un


escuincle, un niño de 3 años, y se crio en este ambiente hasta que
creció, y por la influencia que ha recibido en la iglesia, y en casa,
hoy esta enseñando a otros. El ministerio no puede depender de una
sola persona. El ministerio tiene que ser de la iglesia. El ministerio
de capacitación a los santos es por medio de los quien enseñan la
Palabra, pero el ministerio en sí son los santos. Y los santos
reproducen, y enseñan a otros lo que han recibido, aunque la figura
central de esta iglesia es el pastor MacArthur, su ministerio ha sido
de reproducción, de enseñar a otros lo que él trazó, y la iglesia ha
sido enseñada a través de los años.

Ese principio lo tenemos en 2 Timoteo 2:2 “Y lo que has oído de


mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga[a] a hombres
fieles que sean capaces de enseñar también a otros.” Es discipulado
es multiplicación.
Un ministerio que depende de una sola persona nada más va a ser
como esa figura antes mencionada, y va a durar en términos de
cierto auge local mientras dure esa figura, y desaparece esa figura
y se viene abajo el edificio. Gracias a Dios el Señor ha establecido
muchas personas en esta congregación que son capacitados
para enseñar, y a menos que el Señor venga o desaparezca ese
grupo de hermanos, la iglesia va a continuar en una dirección
bíblica correcta por un tiempo.

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