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Desde un punto de vista global se entiende la gestión ambiental como las acciones o
estrategias a tomar para que todas las actividades realizadas por el hombre que van a
tener un efecto sobre el medio ambiente (actividades antrópicas), queden minimizadas,
asegurando en la mayor medida posible la conservación y la protección del medio
ambiente.
En dicho informe se define el término desarrollo sostenible como «el desarrollo que
satisface las necesidades de la generaciones presentes sin comprometer las posibilidades
de las del futuro para atender sus propias necesidades».
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Este concepto de desarrollo sostenible está articulado en La Carta de la Tierra.
Podremos hablar de desarrollo sostenible cuando las empresas y las personas definan
proyectos en los que se encuentren en equilibrio los tres componentes (Oñate y
colaboradores, 2002):
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En este marco social, surge el Análisis del Ciclo de Vida (ACV) que es una
herramienta para evaluar el impacto ambiental de un producto o servicio a lo largo de
todo su ciclo de vida, desde la adquisición de las materias primas, pasando por su
producción y hasta su uso y disposición final, es decir «de la cuna a la tumba».
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La primera definición sobre el ACV fue realizada en 1993 (Consoli, 1993) en el marco de
SETAC (Society of Environmental Toxicology and Chemistry, http://www.setac.org):
«El análisis del ciclo de vida es un proceso objetivo para evaluar las cargas
ambientales asociadas con un proceso, producto o servicio mediante la identificación y
cuantificación de la energía y materiales consumidos y de los residuos generados al
ambiente, para valorar el impacto de estos consumos y generaciones al ambiente y para
evaluar e implementar mejoras ambientales. Este análisis incluye el ciclo de vida entero
del proceso, producto o servicio, incluyendo la extracción y procesado de la materias
primas; transformación, transporte y distribución; uso, reutilización y mantenimiento;
reciclado y eliminación final».
En 1998 ISO publica la primera Norma que hace referencia al ACV, es la Norma ISO
14040:1998 donde se establecen los principios y estructura de esta metodología. En
años posteriores aparecieron otras Normas que se acabaron refundiendo en las dos que
están actualmente en vigor: La Norma ISO 14040:2006 (principios y marco de
referencia) y la Norma ISO 14044:2006 (requisitos y directrices). Existe además una
tercera Norma Española Experimental UNE 150041 EX sobre el Análisis del Ciclo de
Vida simplificado, debido a que existen campos, como el diseño de productos y
procesos y eco etiquetado en los que el modelo simplificado es más adecuado ya que se
reduce la complejidad del estudio y en consecuencia el coste, el tiempo y el esfuerzo
necesarios para realizarlo.
En la Norma ISO 14040:2006 se indican los usos y aplicaciones que el ACV puede
tener, así este puede ayudar a:
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La ISO 14040 indica que todo estudio del ACV consta de cuatro etapas:
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Definición del objetivo y del alcance
En esta primera fase se define el producto, proceso o servicio que se va a analizar, así
como los objetivos que se pretenden alcanzar.
En estos objetivos debe quedar definido la aplicación prevista, el porqué se realiza ese
estudio, el público a quien va dirigido, y si se prevé utilizar los resultados del estudio en
otras comparativas que pudiesen tener un carácter público (Feijoo y colaboradores,
2007).
Para poder acotar el alcance del ACV tenemos que tener en cuenta al menos estos tres
puntos:
En esta fase se recogen los datos de entradas y salidas del sistema, de tal manera que
sea posible la cuantificación de la energía y recursos consumidos, emisiones a la
atmósfera y vertidos, residuos sólidos producidos.
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Una vez que se han recogido los datos hay un proceso de cálculo, en el cual, los datos
obtenidos se validan, se relacionan con los procesos y con la unidad funcional.
En esta fase se evalúa cómo de significativos son los impactos ambientales potenciales
registrados en la fase anterior.
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Evaluación del Impacto del Ciclo de Vida. Fuente: ISO 14040:2006
Se debe poder llegar a identificar los principales impactos y los puntos conflictivos del
ciclo de vida para actuar sobre ellos. Así mismo, se debe poder determinar la
consistencia y reproducibilidad de los datos obtenidos, ya que la aparición de
variabilidad en dichos datos indicaría un bajo nivel de fiabilidad en el resultado del
estudio.
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De esta forma la organización puede analizar los impactos para un producto ya
existente, pero también estudiar los problemas que podría causar un producto a
desarrollar, minimizando así los impactos ambientales en el origen, modificando los
materiales, empleando tecnologías alternativas o modificando el posible uso del
producto.
De la cuna a la cuna
En este libro los autores plantean un nuevo concepto del ciclo de vida, de la cuna a la
cuna. Se basan en que los ciclos en la naturaleza son mucho más efectivos, puesto que
en un sistema cíclico y cerrado la necesidad de nuevos materiales es mínima.
Estaríamos por tanto, dando un paso más hacia ese desarrollo sostenible. Además, un
proceso o producto diseñado según este sistema tendría un menor impacto sobre los
ecosistemas y la salud humana.
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Esquema representativo del ciclo de la cuna a la cuna.
Fuente: Wikipedia, Ciclo de vida C2C.
Lo que los autores proponen es que se diseñen los productos teniendo en cuenta las
fases de todos los productos involucrados, de tal manera que el objetivo no sea
reducir los consumos de energía, sino que no sea necesario el gasto de esa
energía.
Se basan en tener en cuenta los ciclos de la naturaleza donde no existe basura porque
hay un aprovechamiento continuo de los materiales, la energía que se utiliza es la del
sol; así se deberían diseñar productos de tal manera que los materiales se reciclen en el
propio uso o que en el siguiente uso tengan más valor que en el actual.
Agricultura urbana
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El introducir la agricultura en el núcleo urbano abarata enormemente los costes
finales, porque elimina el transporte y los gastos de distribución, además
de reducir la emisión de gases derivados de estas dos actividades. El
producto se produce y se distribuye en el mismo edificio: más barato, más limpio. Por
otro lado, el llevar la producción agrícola al núcleo urbano, nos permitirá recuperar
terrenos naturales para reforestación y protección de nuestro entorno.
El caso más llamativo es la granja vertical. Se podría decir que son grandes
invernaderos instalados en los núcleos urbanos. Edificios diseñados y construidos para
hacer cultivos interiores. En Japón ya están funcionando este tipo de granjas.
Tiene que existir un equilibrio entre la necesidad de crecimiento de una empresa y los
impactos que la actividad de la misma pueda causar al medio ambiente, tanto en
entradas (energía, agua, materias primas) como en salidas (emisiones, vertidos,
afecciones al suelo).
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Actualmente la gestión medioambiental es percibida por las organizaciones como algo
positivo, como una estrategia empresarial que le va a reportar beneficios, la va a
distinguir de sus competidores y a la vez permite causar el menor daño posible al medio
ambiente.
Tanto es así que la evolución del mercado indica que solo se mantendrán en el tiempo y
experimentarán un crecimiento positivo, aquellas empresas que tengan en cuenta el
medio ambiente a la hora de diseñar y desarrollar sus productos y procesos.
Existe una influencia tanto de la empresa hacia el medio ambiente como del medio
ambiente hacia la empresa.
Las empresas influyen en el medio ambiente a lo largo de todo su ciclo productivo. Sin
embargo, podemos ver a la empresa en su influencia con el medio ambiente desde dos
puntos de vista:
Ahora bien, el impacto real que cada organización va a tener en el medio ambiente va a
estar determinada por varios factores:
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» Las materias primas y recursos que necesita.
» La intensidad en el uso de estas materias primas y recursos.
» El tamaño y la ubicación de la instalación.
» Las características del entorno que la rodea.
» La eficiencia de las medidas correctoras aplicadas para prevenir la
contaminación.
Es necesario tener bajo control y hacer un seguimiento a todos aquellos aspectos que
pueden tener un impacto significativo en el medio ambiente.
Es también muy importante que todos los trabajadores de una organización y los que
trabajan en su nombre estén concienciados y sepan las repercusiones que su actividad
puede tener en el medio ambiente.
Por eso las empresas pueden tomar dos actitudes distintas frente al medio
ambiente:
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9.6. Los Sistemas de Gestión Ambiental en la Empresa
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Actualmente existen dos Sistemas de Gestión Ambiental por excelencia: la Norma ISO
14001 y el Reglamento EMAS. Ambos sistemas tienen un carácter voluntario de
aplicación, sin embargo, las organizaciones que siguen cualquiera de estos dos Sistemas
de Gestión, están demostrando que:
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» La comunicación externa con los grupos de interés.
» La formación y sensibilización continúa del personal de la organización para la
mejora del comportamiento ambiental.
Los requisitos de este sistema de gestión incluyen los establecidos en la Norma ISO
14001 y alguno más. La diferencia más significativa entre ambos sistemas, es
que en el Reglamento EMAS existe la obligación de elaborar una
declaración ambiental y ponerla a disposición del público en general. Otra
diferencia entre ambos sistemas es que mientras que el Sistema de Gestión según la
ISO 14001 es certificable por un organismo acreditado, el Sistema de Gestión según
EMAS es verificable por una entidad independiente, que es el verificador ambiental,
que también debe estar acreditado.
Existen dos vías para que una organización se adhiera voluntariamente al Reglamento
EMAS:
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Vías de adhesión al Reglamento EMAS. Fuente: Prieto, 2011.
Beneficios de un SGA
Para una mejor comprensión se han dividido en dos grupos: beneficios internos y
beneficios desde un punto de vista externo.
Beneficios internos:
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» Mejora la comunicación con las autoridades por el cumplimiento de la legislación,
accediendo de esta manera más fácilmente a la consecución de ayudas y
subvenciones.
» Aumenta la motivación de los empleados, ya que va a existir una mayor información
y formación sobre temas medioambientales.
Beneficios externos:
Costes de un SGA
Estos costes deben ser conocidos, valorados y tenidos en cuenta por la organización,
también los que puedan venir de una necesaria colaboración externa.
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Los costes de la implantación de un SGA se pueden concretar como sigue:
Existen una serie de conceptos y definiciones que conviene tener claros si se decide
implantar un SGA. Estos conceptos quedan recogidos en las Normas ISO 14001:2015
de requisitos y en la ISO 14050:2009 de vocabulario.
Acción correctiva Acción tomada para eliminar la causa de una no conformidad detectada.
Acción preventiva Acción tomada para eliminar la causa de una no conformidad potencial.
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Proceso sistemático, independiente y documentado para obtener
evidencias de la auditoría y evaluarlas de manera objetiva con el fin de
Auditoría interna
determinar la extensión en que se cumplen los criterios de auditoría del
sistema de gestión ambiental fijado por la organización.
Procedimiento por el cual una tercera parte asegura por escrito que un
Certificación
producto, proceso o servicio es conforme con los requisitos especificados.
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Intenciones y dirección generales de una organización relacionadas con
Política ambiental su desempeño ambiental, como las ha expresado formalmente la alta
dirección.
Sistema de Gestión Parte del sistema de gestión de una organización, empleada para
Ambiental desarrollar su política ambiental y gestionar sus aspectos ambientales.
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