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FORMACIÓN GENERAL
ACADEMIA DE SUSTENTABILIDAD
El Análisis del Ciclo de Vida (ACV) es un marco metodológico para estimar y evaluar los
impactos medioambientales atribuibles a un producto o servicio durante todas las
etapas de su vida.
La herramienta del Análisis del Ciclo de Vida fue desarrolla en los años sesenta y es
utilizada para la prevención de la polución desde los setenta. Podemos decir que no
existen procedimientos específicos o guías a seguir, pero si una serie de
aproximaciones que pueden ser útiles en función de las necesidades a resolver por
medio de esta metodología.
La vida de un producto empieza en el diseño y desarrollo del producto y finaliza con las
actividades de reutilización y reciclaje, pasando por las siguientes etapas:
• Adquisición de materias primas. Todas las actividades necesarias para la
extracción de las materias primas y las aportaciones de energía del medio ambiente,
incluyendo el transporte previo a la producción.
• Proceso y fabricación. Actividades necesarias para convertir las materias primas
y energía en el producto deseado.
• Distribución y transporte. Traslado del producto final al cliente.
• Uso, reutilización y mantenimiento. Utilización del producto acabado a lo largo de
su vida en servicio.
• Reciclaje. Comienza una vez que el producto ha servido para su función inicial y
consecuentemente se recicla a través del mismo sistema de producto (ciclo cerrado de
reciclaje) o entra en un nuevo sistema de producto (ciclo de reciclaje abierto).
• Gestión de los residuos. Comienza una vez que el producto ha servido a su
función y se devuelve al medio ambiente como residuo.
En relación al Marco Normativo del Análisis de Ciclo de Vida, las principales normas
internacionales de aplicación son:
• UNE-EN ISO 14040. Gestión Ambiental. Análisis de Ciclo de Vida. Principios y
marco de referencia. Diciembre 2006.
• UNE-EN ISO 14044. Gestión Ambiental. Análisis de Ciclo de Vida. Requisitos y
directrices. Diciembre 2006. La ISO 14044 sustituyó a ISO 14041, 14042 y 14043
.
Según lo que hemos visto hasta ahora, el ACV es un análisis que considera que los
productos nacen y mueren, es decir, tienen un solo uso. Popularmente, conocemos
este planteamiento como cradle to grave (de la cuna a la tumba). Es interesante
conocer la metodología ACV, pero indudablemente se nos queda corta.
Ante esta circunstancia emerge el concepto cradle to cradle (de la cuna a la cuna),
basado en la idea de que todas las materias primas de un producto se pueden separar
al final de su ciclo de vida y reutilizarse para producir nuevos materiales de la misma
calidad que los originales. Esto se logra a través del upcycling o de la biodegradación.
Además, en este paradigma, las energías renovables encajan en todas las fases del
ciclo del producto, y los materiales no se consumen, sino que se toman prestados.
La creciente conciencia con respecto a la importancia de la protección ambiental, y los
posibles impactos asociados con los productos, tanto manufacturados como
consumidos, han aumentado el interés por el desarrollo de métodos para comprender
mejor y tratar esos impactos. Una de las técnicas desarrolladas en este sentido es el
análisis del ciclo de vida (ACV).
La fase de análisis del inventario del ciclo de vida (fase ICV) es la segunda fase del
ACV. Es un inventario de los datos entrada/salida en relación con el sistema bajo
estudio. Implica la recopilación de los datos necesarios para cumplir los objetivos del
estudio definido.
La fase de evaluación del impacto del ciclo de vida (fase EICV) es la tercera fase del
ACV. El objetivo de EICV es proporcionar información adicional para ayudar a evaluar
los resultados del inventario del ciclo de vida (ICV) de un sistema del producto a fin de
comprender mejor su importancia ambiental.
La interpretación del ciclo de vida es la fase final del procedimiento del ACV, en la cual
se resumen y discuten los resultados del ICV o del EICV o de ambos como base para
las conclusiones, recomendaciones o toma de decisiones de acuerdo con el objetivo y
alcance definidos.
Hemos hablado sobre la Evaluación de Ciclo de Vida (ECV). Recordemos que se trata
de una herramienta que nos permite conocer el impacto ambiental de un producto,
proceso o actividad durante su ciclo de vida con el objetivo de poder poner medidas
para subsanar este impacto.
Flujos elementales que entran al proceso unitario: Petróleo crudo y radiación solar
Flujos elementales que salen del proceso unitario: Emisiones al aire, vertidos al agua o
al suelo y radiación
Flujos de producto intermedio: Materiales básicos y piezas para ensamblar
Flujos de producto que entran o salen del sistema: Material reciclado y componentes
para reutilización.
Este modelo de evaluación valoró dimensiones, como la salud humana, calidad del
ecosistema, consumo de recursos, cambio climático y consumo de agua. La
información obtenida de la ECV nos permitió comprender mejor nuestros procesos e
impactos, validar las mejoras a los procesos o productos e identificar nuevos, manejar
los riesgos actuales y anticipar las necesidades futuras (por ejemplo: del mercado o
regulatorias).
La ECV es un método riguroso e integral para la cual la ISO 14040:2006 describe los
principios y el marco hacia la evaluación del impacto ambiental de un producto o
actividad (un sistema de productos) a lo largo de todo su ciclo de vida (ver Figura a
continuación). La ECV consta de cuatro fases distintivas:
- Definición de Objetivos y Alcance (modelo de estudio que define el marco
metodológico que todas las demás fases de la ECV deben cumplir).
- Inventario de todas las entradas y salidas relacionadas al sistema de producto.
- Evaluación de los impactos potenciales asociados con estas entradas y salidas.
- Interpretación de los datos de inventario y resultados de evaluación de impacto
relativo al objetivo y alcance del estudio.
principalmente a la irrigación de los campos, mientras que las emisiones relativas a los
fertilizantes hacen referencia al uso de fertilizantes durante el cultivo de algodón, lo que
genera emisiones extensivas de gas de efecto invernadero (CO2 y N2O).
Gildan mitiga en su gran mayoría este impacto al suplir la gran parte del algodón usado
en sus propios centros de fabricación desde los Estados Unidos, donde el algodón
crece y se cultiva con el uso de prácticas de agricultura de conservación que tienen
menor impacto ambiental, en comparación con los métodos de agricultura
convencional, debido al manejo integrado de pesticidas, labranza de conservación y
métodos de eficiencia de agua. Además, como con todos los cultivos agrícolas de los
Estados Unidos, el algodón cae bajo el control de la Agencia de Protección Ambiental y
el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Los agricultores de algodón
están siendo monitoreados en forma constante a través de estrictas regulaciones para
la frecuencia y concentraciones de aplicación de químicos.
A fin de mitigar el impacto ambiental asociado con el uso del consumidor a lo largo de la
vida del producto, Gildan está comprometida a modificar las instrucciones de cuidado
en la etiqueta para alentar la participación del cliente en el uso de agua fría y secado al
aire libre.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Capuz R, S. y Gómez N, T. (2004). Ingeniería del ciclo de la vida para el desarrollo de
productos sostenibles. Pág. 268. México: Alfa Omega.