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HISTORIA DE ÉXITO

RESPONDER LOS SIGUIENTES INTERROGANTES

1. Qué impulso a Marcela Aristizabal a crear el producto de fruto


salvaje.
2. Como crees que Marcela hizo para dar a conocer su producto
3. Crees que para Marcela fue fácil dar a conocer su producto
4. Hay situaciones que te obligan a buscar una solución exitosa, ese
sería el caso de la creadora de fruto salvaje.
5. Te atreverías a crear un servicio de éxito, ¿Cuál?
6. Realiza una investigación sobre las líneas de cuidado de fruto salvaje
y anexa imágenes del producto.
‘Convertí la peor experiencia de mi vida en una idea de
negocio’
Marcela recuperó su cabello tras un ataque con pegante y ahora ayuda a otros con su
fórmula capilar.
Marcela Aristizábal, colombiana creadora de Fruto Salvaje.
Cada hebra capilar es para Marcela Aristizábal una extensión de su cuerpo. Aunque no
alardea de hacer milagros, su historia de vida tiene casi un efecto prodigioso en
quienes la escuchan. Logra hacer que las personas se inspiren a sobreponerse a las
adversidades. Al tiempo su emprendimiento ha resucitado en varias mujeres la ilusión de
tener un pelo sano.

Su cabellera de color negro, largo y brillante es el símbolo de una batalla personal que la
hizo más fuerte. Logró sacar del que fue uno de sus días más devastadores la suficiente
fuerza para salir adelante y trabajar por ayudar más gente.
"Mi emprendimiento nace de una historia de vida que le puede suceder a cualquiera y que
para algunos sería difícil de asimilar: un día mientras revisaba mi correo en un café internet
una persona se me acercó y me puso en la cabeza un sombrero lleno de sacol (pegante)
(…) Después de lo sucedido, la única opción que vi fue correr a casa y aplicarme
gasolina en el cabello, quemando todo mi folículo piloso y teniendo por mucho tiempo
impregnado ese olor”, narra.

A partir de ese día detonó en ella la pasión por averiguar por la mejor forma de recuperar su
cabello usando las recetas de las abuelas y los beneficios ofrecidos por la naturaleza.
“Durante años y meses experimenté para saber qué frutas podrían combinarse, cuál era la
cantidad exacta que se necesitaba de cada una. Logré combinar todo eso en un solo envase
y me funcionó”.
Mi historia dejó de ser la protagonista para darle cabida a la de muchas otras mujeres
De ahí salió Fruto Salvaje, nombre que eligió para su tratamiento capilar pues está hecho de
frutas y busca despertar en quienes se lo aplican fortaleza y esa naturaleza guerrera
proveniente del lado más salvaje del ser humano.

“Mi madre y mis cuatro hermanas fueron mis conejillos de indias, en el camino pude ver el
potencial que tenía y junto a mi hermana melliza emprendimos este viaje al que luego se
sumó mi esposo dándole un orden y volviéndolo en una marca en la que mi historia dejó de
ser la protagonista para darle cabida a las de muchas otras personas”, cuenta Aristizábal.

Aunque con su testimonio ha logrado enviar un mensaje a quienes han pasado o pasan por
una experiencia similar a través de todo tipo de medios, nacionales e internacionales, su
historia no se queda ahí. Actualmente Marcela sigue trabajando para crear con
acciones concretas herramientas útiles para empoderar a las mujeres.

Tomando la decisión de seguir adelante, de ver en lo negativo una oportunidad y en un


obstáculo una opción de negocio, ya ha logrado hacer de su idea de negocio una
oportunidad de trabajo para unas 150 personas de forma directa y para unas
aproximadamente 600 de manera indirecta, siendo en su mayoría madres cabeza de
familia.
La historia detrás
Reparte sus horas entre compartir con su familia, estudiar cosmetología, ir al mercado, hacer
contenido para sus redes sociales y estar al tanto del laboratorio.
Marcela Aristizábal nació en Caicedonia, Valle, el 5 de diciembre en 1984. Allí pasó gran parte
de su niñez junto a sus cuatro hermanas y su mamá, una mujer oriunda de Manizales que
hacía las veces de mamá y papá mientras trabajaba en un colegio para mantener a su familia.

“Como era difícil conseguir alguien que me cuidara mi mamá me llevaba con ella y me dejaba
en la biblioteca del colegio, que además tenía énfasis en el tema de la agricultura. Yo
aprovechaba ese tiempo para estudiar de todo tipo de temas, aprendía a ser curiosa e
indagar sobre los beneficios que nos regala naturaleza”, recuerda.

Aunque no era una vida llena de lujos, dice que tiene mucho por agradecerle a esa tierra,
pues a Caicedonia le debe la inquietud por la riqueza que hay en los recursos que nos
ofrece la tierra, la sabiduría ancestral, los remedios caseros y las plantas.
Como yo vengo de una mamá cabeza de hogar mi deseo era que en las sedes de mi
emprendimiento laboraran solo mujeres que se enfrentaran a esa situación
Estos conocimientos empíricos años más adelante desencadenaron en la creación de su
primer tratamiento capilar, producto que era hecho, envasado y vendido por ella misma de
manera artesanal.

“Como yo vengo de una mamá cabeza de hogar mi deseo era que en las sedes de mi
emprendimiento laboraran solo mujeres que se enfrentaran a esa situación, pues es una de
las problemáticas más grandes en el mundo. Ahora parte de nuestro equipo esta
integrando por mujeres del corregimiento de Santa Elena, es emocionante lograr
ayudarlas para que puedan trabajar sin estar lejos de sus familias”, dice.
La fuerza de una mujer “salvaje”
Se levanta todos los días entre cuatro y cuatro y media de la mañana. Marcela es una mujer
activa, algo casi inevitable para alguien que tiene un hijo de 16 años, una hija de tres años, un
bebé de dos años y otra pequeña de tan solo un año.

Reparte sus horas entre compartir con su familia, estudiar cosmetología, ir al mercado, hacer
contenido para sus redes sociales y estar al tanto del laboratorio. Para ella lo importante es
siempre estar en movimiento, pues sabe que la vida es demasiado valiosa como para
desperdiciarla.

Describe su rol en la empresa como el de “voz del usuario”, pues es quien está al tanto de la
atención al cliente y de hacerle control de calidad a cada producto. Su esposo, conocido como
‘Gitano’, alterna su amor por la música urbana con las ocupaciones de la empresa, pues es el
cerebro estratégico detrás de Fruto Salvaje.
Aunque se podría decir que es tan solo un emprendimiento, ella es insistente en recordar que
esto es mucho más que eso, pues son realmente dos los propósitos detrás de su trabajo: el
primero ayudar a todas las mujeres a sentirse bellas con su cuerpo, aceptándose tal cual
como son, sin perjuicios y sin ataduras que conviertan la belleza en algo banal, sino en
una oportunidad de conectar el cuerpo con el alma. Y el segundo, generar consciencia sobre
la importancia que tiene todo lo natural para todos los seres humanos.

Su mensaje ha tomado también fuerza en las redes sociales, pues a través de recetas,
consejos de belleza y mensajes motivacionales ha generado una comunidad cada vez más
grande. “Todas debemos luchar por nuestro ser, por no dejarnos pisotear por nadie,
debemos todas juntas empoderarnos y llenarnos de esa feminidad y de ese espíritu de
berraquera que tenemos escondido. Siempre se debe resurgir y salir adelante”, responde al
preguntársele por lo que hay tras cada tratamiento, video, y foto motivacional en la red.

Las historias que le envían varias de sus seguidoras son una de sus fuentes de inspiración.
Una que la marcó fue la de una usuaria afrodescendiente que tenía alopecia areata que le
contó que quedó con parches blancos en su cabeza y por eso había decidido retirarse
de la universidad. La joven entró en depresión junto a su mamá, pero tras escuchar de
Marcela empezó a cuidarse sus hebras y de empezó a recuperarse.
Marcela Aristizábal nació en Caicedonia, Valle, el 5 de diciembre en 1984.
“Tenemos testimonios de mujeres que se han decidido a dejar sus rizos silvestres, su cabello
suelto o no tinturado, que han decidido alejarse de los alisados o soltarse de las extensiones,
eso es lo que soñamos generar en las personas”, menciona.

Aún se asombra de ver cómo las mujeres se sienten identificadas con su historia,
experiencia de vida que aunque fue dura la empujó a ser quien es hoy. De como la
pequeña que sumergida en una biblioteca de pueblo soñaba con ser una presentadora de
televisión que elaboraba recetas saludables para ayudar a las personas a tener una mejor
calidad de vida pasó a ser una mujer sobreviviente, resiliente que espera en su papel de
empresaria cumplir con sus anhelos de infancia de aportar en algo a la construcción de país.
¿Desea apoyar esta idea?
“Humanizando las empresas exigiendo innovación a los emprendedores, respetando el trabajo
de los demás y enseñando lo bueno que la vida nos deja, esa es la mejor forma de aportar a
mi emprendimiento”, Marcela Aristizábal, emprendedora colombiana.

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