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1. SECCIÓN INTRODUCTORIA
Una forma posible de redactar estos elementos consiste en plantear oraciones o párrafos
que, inicialmente, aborden el tema del texto de forma general. Luego, se puede dar
paso a oraciones o párrafos que particularicen o especifiquen el tema del texto, de
forma que este resulte cada vez más acotado.
c. Justificación: En la sección introductoria puede ser útil explicarles a los lectores por qué
el tema, el problema o la pregunta elegidos son relevantes en el contexto académico.
Por ejemplo, es posible que la pregunta que se aborda en el escrito se refiera a un vacío
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f. Estructura del texto: Luego de haber establecido la tesis del texto conviene plantear
un apartado que dé cuenta de la ruta que seguirá el escrito. Así, dicho apartado les
permitirá a los lectores entender la forma en la cual el texto está estructurado, así como
los contenidos que se presentarán en él. En este sentido, después de establecer la tesis,
se sugiere sintetizar los argumentos del texto y mencionarlos en el orden en que serán
expuestos.
Luego del apartado introductorio del texto argumentativo se sugiere plantear la sección
de desarrollo. Dicha sección contendrá los argumentos que se usarán para sustentar la
tesis. En la fase de planeación usted debió haber formulado un esbozo de los
argumentos. Ahora, usted deberá redactarlos y articularlos con el resto del escrito. Para
llevar a cabo esta labor, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:
a. Escritura de los argumentos: A la hora de redactar los argumentos cabe recordar que
estos se componen de una o varias premisas a partir de las cuales se infiere una
conclusión. Habitualmente, tanto las premisas como la conclusión pueden expresarse en
la forma de oraciones que luego se vinculan, mediante conectores discursivos, para
formar párrafos de carácter argumentativo.
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b. Relación entre la tesis y los argumentos: No pierda de vista que la labor de los
argumentos es sustentar la tesis del escrito. De este modo, es indispensable que la
conclusión a la que llegue cada argumento contribuya a demostrar la tesis (o sea la tesis
misma). Al redactar un argumento pregúntese, entonces, si este incluye y desarrolla
conceptos o aspectos relevantes de la tesis y si, de esa manera, el argumento ofrece
pruebas o razones para demostrarla. Ahora bien, es posible que la construcción de los
argumentos le revele la necesidad de refinar, ajustar o replantear su tesis. También
puede ocurrir que, mediante su argumentación, usted descubra una arista nueva o
insospechada del tema o el problema. Tome nota de estas observaciones, pues le
servirán para construir la conclusión del escrito.
c. Relación entre los argumentos: Así como debe existir un vínculo claro entre la tesis y
cada argumento, también debe haber una conexión sólida entre los argumentos que
componen la sección de desarrollo del texto. Por un lado, esto implica que los
argumentos deben ser coherentes entre sí, en el sentido de que no puede haber
contradicciones entre ellos (ni entre estos y la tesis). Por otro lado, cada argumento
debería aportar una justificación original para la defensa de la tesis. Esto significa que el
contenido de un argumento no debería ser repetitivo ni redundante con respecto al de
los demás. Por último, al interior del texto los argumentos deberían estar articulados
mediante conectores discursivos o expresiones de enlace, de forma que el paso de uno
a otro sea lo más fluido posible.
d. Tipos de argumentos: Los argumentos pueden construirse a partir de dos tipos básicos
de inferencias: la deducción y la inducción. La diferencia entre ambas radica en el tipo
de relación (ya sea de necesidad o de probabilidad, respectivamente) que permiten
establecer entre las premisas y la conclusión del argumento.
Ahora bien, tenga en cuenta que un mismo texto argumentativo puede incluir tanto
argumentos de tipo deductivo como de tipo inductivo. La elección de uno u otro tipo
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d. Falacias: Las falacias son argumentos que aparentan ser sólidos, pero que, en
realidad, contienen algún tipo de falla en su inferencia. En el contexto académico,
incurrir intencional o inadvertidamente en falacias se considera reprochable, pues
hacerlo resta legitimidad al discurso y hace que la defensa argumentativa de la tesis
resulte defectuosa. Por este motivo, le invitamos a conocer los distintos tipos de falacias
con el fin de evitar incurrir en ellas.
3. SECCIÓN DE CONCLUSIÓN
a. Recapitulación del recorrido del texto: Los lectores del texto podrían beneficiarse de
una síntesis de la ruta que siguió el escrito. En este sentido, conviene retomar el problema
o pregunta de los cuales partió el texto y resumir tanto la postura que se adoptó en él
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como los argumentos utilizados para sustentarla. No obstante, tenga en cuenta que su
conclusión no debe limitarse a recapitular lo planteado en el escrito. A partir de allí,
pueden formularse los elementos que se sugieren a continuación.
c. Limitaciones del texto y preguntas por resolver: Todos los textos académicos cuentan
con limitaciones, es decir, aspectos que no lograron abordar o agotar. Señalar las
limitaciones de un escrito permite que los lectores comprendan las formas en las que la
discusión sobre un asunto podría seguir avanzando. Por este motivo, la explicación de
las limitaciones del texto puede acompañarse de la mención de las preguntas o caminos
de investigación que quedan por resolver.
El último paso, que será crucial para finalizar y publicar su texto argumentativo, consiste
en releerlo y revisarlo con detenimiento con el objetivo de identificar y corregir errores.
Para hacer esto, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:
• En la medida de lo posible, distánciese del texto durante algunos días u horas. Esto le
permitirá retornar a él con una mirada renovada y crítica.
• Verifique que su escrito cuente con los parámetros de presentación que le hayan
solicitado. Aquí se incluyen tanto disposiciones específicas de formato (número de
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páginas o palabras, tipo y tamaño de fuente, etc.) como pautas asociadas a estilos
de citación (APA, MLA, Chicago, IEEE, etc.).
• Revise que todas las fuentes que usted incorporó a su texto estén articuladas con el
escrito y estén correctamente citadas y referenciadas.
• Evalúe la construcción y la extensión de cada una de las oraciones de su texto.
Verifique que cada oración esté bien estructurada y que su uso de los signos de
puntuación haya sido correcto.
• Constate que cada párrafo cumpla con una función específica y que la conexión
entre las oraciones que lo componen sea clara y fluida. Pregúntese, también, si el
vínculo entre los párrafos de su texto es evidente y preciso.
• Relea el texto en voz alta y de manera pausada. Esto le permitirá advertir errores de
puntuación, ortografía y construcción de oraciones y párrafos.
• Asegúrese de que su texto argumentativo parta de una tesis que tenga las
características sugeridas en la guía sobre cómo formular la tesis de un texto
argumentativo.
• Solicíteles a otras personas que lean su texto a la luz de los aspectos sugeridos en este
apartado. La perspectiva de otro lector enriquecerá su texto argumentativo y le
ayudará a identificar errores o falencias que usted pudo haber ignorado.
Fuente: https://leo.uniandes.edu.co/guia-para-la-elaboracion-de-textos-argumentativos/