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El presente ensayo ha sido elaborado con el propósito de dar a conocer las influencias y

abusos cometidos con respecto a los colectivos o grupos extranjeros que se encuentran
en el Perú, ejerciendo el proxenetismo, prostitución y el pago de cupos. Diversos casos
de asesinato por extorsión a meretrices se han venido registrando en los medios de
comunicación a lo largo del 2021 hasta la actualidad. Estos casos ponen en evidencia
los niveles de violencia y crueldad que está alcanzado la venta de drogas y el
proxenetismo por parte de estas mafias; las ‘mafias del sexo’ integradas por proxenetas
colombianos, venezolanos y ecuatorianos quienes están sembrando el terror en las calles
de Lima.
Estos son algunos de los grupos que llegaron para quedarse y acabar con la vida de
decenas de personas sin remordimiento alguno: El TREN DE ARAGUA (venezolana)
que busca tener el control de los jirones Cailloma y Zepita. También está ‘La Dinastía
Alayón’ que tiene lotizadas las principales calles de Lince (Risso) y San Juan de
Lurigancho, Los Malditos de Carabobo’ y ‘Los Roleros de Caracas’, dedicados a la
venta de drogas y a la prostitución. Son decenas las víctimas que han sido asesinadas,
torturadas y desaparecidas por estos sicarios, por negarse a pagar cupo o querer retirarse
de este oficio. La policía realizó diversos operativos por las calles de Lima, pero se sabe
que durante las noches son cientos las mujeres que toman las calles para ejercer este
oficio, pero ahora lo hacen con el temor de ser atacadas por alguna de estas bandas de
proxenetas extranjeros. “Están en todos los ‘mercados humanos’ de Lima y en el
interior del país, explotan y extorsionan a meretrices, y quien se atreve a
traicionarlos, los asesinan o incineran”, “Lucran con las extranjeras y se disputan
las calles”, esas fueron las palabras del coronel Víctor Revoredo, jefe de la División
de Homicidios de la Dirincri.

Las bandas criminales identifican a mujeres en situación de vulnerabilidad, de entre 16


y 28 años. Las adulan, les prometen una vida estable, mejorar su calidad de vida;
convenciéndolas de que ellas no tienen nada que perder y mucho que ganar. Pero
cuando estas mujeres pisan suelo peruano, la realidad es otra. A cambio, se les exige el
pagar precios altos por el dinero invertido por sus empleadores en traslados, tramitación
de documentos, gastos de subsistencia, alojamiento, alimentación y materiales de aseo,
sino también una vez que ejercen el meretricio son obligadas a pagar cupos.

A medida que las víctimas evalúan sus opciones, se dan cuenta de que están solas,
enfrentando la presión de los beneficios del día a día y la necesidad de enviar dinero a
sus familias; es entonces cuando empiezan a considerar las ofertas de estos proxenetas.
Estas bandas también, inducen y venden drogas y alcohol a las mujeres prostituidas,
para que ellas apaguen su sufrimiento mental. La vida en la prostitución es insostenible,
las exigencias de los hombres son cada vez más traumatizantes, ellas sienten alivio
temporal al dolor y a los síntomas de estrés postraumático. Las mujeres ingresan al país
burlando los controles fronterizos. De acuerdo con la Policía, las regiones con más
casos de trata son Lima, Piura e Ica. Es por eso que, ante todo lo expuesto nace la
siguiente interrogante ¿Consideras adecuado que las distintas mafias de proxenetismo
deben ser legales en nuestro pais? Desde mi punto de vista, y con la mano en el
corazón, opino que no sería adecuado que dichas mafias y grupos dedicados al
proxenetismo y extorción sean legales ni mucho menos permitido en el Perú. A
continuación, defenderé mi opinión con argumentos sólidos.

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