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Romance del Conde Olinos

Anónimo

Madrugaba el conde Olinos,


mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.

Mientras el caballo bebe


canta un hermoso cantar:
las aves que iban volando
se paraban a escuchar;

caminante que camina


detiene su caminar,
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá.

Desde la torre más alta


la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.

-No es la sirenita, madre,


que esa no tiene cantar;
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.

-Si por tus amores pena


yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real .
-¡No le mande matar, madre;
no le mande usted matar,
que si mata al conde Olinos
juntos nos han de enterrar!

-¡ Que lo maten a lanzadas


y su cuerpo echen al mar!
Él murió a la media noche;
Ella, a los gallos cantar.

A ella, como hija de reyes,


la entierran en el altar, y a él,
como hijo de condes,
unos pasos más atrás.

De ella nace un rosal blanco;


de él, un espino albar.
Crece uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.

La reina, llena de envidia,


ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.

De ella nacería una garza;


de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
Juntos vuelan par a par.
Romance de la doncella guerrera

El rey ha mandado un bando desde Sevilla a Morón,


que han de ir para la guerra los que no tengan varón.
Un padre tenía seis hijas y entre ellas ningún varón,
a la más chica de ellas le tira la inclinación.

(A la guerra… y a la guerra fueron)

-Padre compreme un caballo, que a la guerra me voy yo


a pelear con los moros, vestidita de varón.-
-Y esos pechos que tienes, que asoman por el jubón.-
-Yo me los meteré padre dentro de mi corazón.-

(A la guerra… y a la guerra fueron)

-Y ese pelo tan largo, de hembra, no de varón.-


-Yo me lo cortaré, padre, o me lo cortaréis vos.-
-Y ese cutis que tienes, de hembra, no de varón.-
-Yo me lo quemaré, padre, con los rayitos del sol.-

(A la guerra… y a la guerra fueron)

-Y esos ojos que tienes, que otros mas lindos no son.-


-Al suelo los bajaré, padre, cuando pase algún varón.-
-¿cómo me llamaré, padre, cómo me he de llamar yo?-
-“El caballero don Marcos”, así me llamaba yo.-

(A la guerra… y a la guerra fueron)

Dos años anduvo en la guerra y nadie la conoció;


si no fue el hijo del rey, que en sus ojos se prendo.
-Madre, mi querida madre, que yo me muero de amor,
que el caballero Don Marcos es hembra, que no es varón.-

(A la guerra… y a la guerra fueron)

-Convídala, hijo mío, a las tiendas a feriar,


que si ella fuera mujer, las galas ha de mirar-
-Ya la he convidado, madre, a las tiendas a feriar,
yo me fui para las sedas, ella se compró un puñal-

(A la guerra… y a la guerra fueron)

-Convídala, hijo mío, al jardín a pasear,


que si ella fuera mujer, las flores le han de gustar.-
-Ya la he convidado madre al jardín a pasear,
yo me fui para las rosas, ella se fue pa el peral.-

(A la guerra… y a la guerra fueron)

- Llevala, hijo mío, un día al río a nadar,


que si ella fuera mujer al agua le temerá-
- Ya la he llevado, madre, un día al río a nadar,
yo me quedé en la orilla, ella se fue a la mitad.-

(A la guerra… y a la guerra fueron)

Cartas le fueron venidas, cartas de grande pesar,


que había muerto su padre y que lo iban a enterrar.
-Adiós, adios mi buen rey y tu palacio real,
dos años yo te he servido como doncella leal.-

(A la guerra… y a la guerra fueron)

Óyela el hijo del rey y tras ella va a cabalgar,


reventó siete caballo, para poderla alcanzar.
-Abra la puerta mi madre, ábrala de par en par,
madre sáqueme la rueca, que traigo ganas de hilar.

(A la guerra… y a la guerra fueron)

Tras ella el hijo del rey a la puerta fue a llamar


¡Ya están aquí tus amores, los que te quieren llevar!
-Deja la rueca don Marcos no te pongas a filar,
que si de la guerra vienes, a la guerra has de tornar.-

(A la guerra… y a la guerra fueron)

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