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Amelia pisaba sus zapatos, no acostumbraba a usar tacos, ni faldas, a ella le iba

el sentirse cómoda, pero tenía una entrevista de trabajo en la Empresa Sigital

S.A., un importante holding de Telecomunicaciones, sabía que la primera

impresión era importante.

Se acerca a la recepcionista y saluda.

Buen día, tengo una entrevista de trabajo con la señora Cárdenas, por favor.

- Buen día, nombre

- Amelia Pizarro Arancibia

- Llegas temprano, debes tomar el ascensor, subir al octavo piso, mano

izquierda, debes esperar a que te hagan pasar.

Debes dejar tu cédula de identidad acá, ponerte esta credencial de visita,

una vez que termine tu entrevista, bajas y yo te la devuelvo, suerte.

- Ok, gracias, aquí tienes.

Me dirijo al ascensor, no hay nadie, pero cuando voy entrando tropiezo con un

hombre que viene de salida.

Disculpa (ambos)

- No pasa nada, no me lastimé.

- Pues, yo tampoco, disculpa voy apurado, se va.

Guau, no sé qué ha pasado, pero sentí algo extraño, no quería que se fuera, tiene

una mirada penetrante, unos ojos café bastante comunes, pero su mirada es tan

especial, es educado, pero demasiado serio, 1.80 aproximadamente, ni gordo ni

flaco, se ve que se cuida, unas manos, huy que estoy pensando, no vine acá a

flirtear, que alocada te has puesto cabecita, seguro y me indispongo, mis

hormonas se han disparado.

Catia, necesito que me ayudes, Elsa debe ir a una reunión que no estaba

programada, y me pidió que hiciera las entrevistas de la mañana, ya habilitaron la

sala 3, y me entregó los datos de la terna, para que hagas pasar a los postulantes.

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Gustavo, acabo de enviar a la oficina de la Sra. Elsa a la primera candidata, llegó

temprano y nadie me aviso antes. Se llama Amelia.

No hay problema, nos pilló de sorpresa la reunión, así que le pedí a Ramón que

habilitara la sala, y leí la documentación rápidamente para saber quienes venían,

pero se me fue llamarte, y como pretendía atender acá, decidí decírtelo

personalmente.

Que hago, le pido a Carmen que le indique a la entrevistada que baje, y le doy las

instrucciones de nuevo.

No, no pasa nada, voy a subir, la entrevisto a ella arriba, pero por favor, los

siguientes que esperen acá, no me gusta estar en oficinas ajenas.

Sí, no hay problema Gustavo, si me avisan por anexo para la siguiente, no habrá

inconveniente.

Sólo meneo la cabeza, estoy cabreado, sé que Elsa no lo hizo a propósito pues

estaba hablando con ella cuando recibió la llamada, y tuvo que salir, pero como la

persona que quede de los aspirantes, trabajará conmigo, tiene razón al decir que

soy la parte interesada. Que día, si no me hiciera aún lio con los anexos, pero será

tarea asignada al nuevo integrante, un cacho menos para mí.

Veo a la joven con la que tropecé, tiene un algo que es atractivo, quizá sea todo el

panorama, y su voz es muy agradable.

Hola, tú debes ser Amelia ¿verdad?, soy Gustavo González, Elsa no está, un

compromiso de último momento, seré yo quien te entreviste, extiendo mi mano

para saludarla, por favor pasa.

Entro en la oficina de Elsa, y tomo asiento, reviso el documento que tengo de

Amalia, ella me pide permiso para sentarse y yo le indico con la mano que lo haga.

Bien Amalia, al igual que los otros postulantes tienes las habilidades que se

requieren para este trabajo, quiero que me hables un poco de ti, y luego me digas

porque crees que tú serias nuestra mejor opción.

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Pues, soy Amelia Pizarro Arancibia, tengo 32 años, me gusta la lectura, la

naturaleza, sobre todo la cordillera, tengo buen temperamento, trato de resolver

los problemas, no ser uno, soy responsable, disciplinada, me agrada el orden,

asumo mis errores y pregunto cuando algo no lo sé.

Creo que sería su mejor opción porque soy creativa, me adapto rápido y bien,

mantengo un buen ambiente de trabajo porque creo en el trabajo en equipo, y sé

sumarme y cooperar.

¿Soltera, casada, con hijos, vive sola, con familiares?

Soy viuda, sin hijos, vivo sola

¿viuda tan joven?

Pues ya ve, eso de que no tenemos control sobre la vida y que es un enigma es

cierto, no la tenemos comprada.

Por qué postula a este trabajo, podría haber optado a una vacante más de acorde

con sus estudios.

Debo pagar mis cuentas de manutención, y creo que si muestro mis capacidades

quizá pueda ir escalando, me pareció un buen comienzo.

Me imagino que si tiene otra oportunidad de empleo nos dejará.

Pues, como ya le expresé, uno en la vida no tiene nada asegurado, puedo ser un

gran aporte para ustedes…ahora si me ofrecieran un súper empleo con regalías y

un excelente sueldo, claro que lo tomaría, creo que cualquiera lo haría.

La quedo mirando, esta mujer tiene respuesta para todo, y su voz es tan tranquila,

me agrada mucho, miro sus ojos, su nariz, su boca y tengo un pensamiento de

esos subidos de tono, mi pene metido allí.

Está bien señora Amelia, le avisaremos cualquier cosa, y extiendo la mano

Gracias, señor González, espero su llamada.

Se marcha y me quedo estupefacto, no entiendo que me ha pasado, no soy del

tipo que va de mujer en mujer, o que dé cabida a las mujeres en mi vida, me gusta

mi vida armada, tal cual está, sin complicaciones, una mujer a lo lejos para

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acostarse y ya, seguro llevo mucho tiempo sin sexo y me está pasando la cuenta,

ya tengo 43 años, nunca he sido bueno en las relaciones a largo plazo, no creo en

ellas y el amor ¡puf¡, da asco.

Hoy me animaré a salir un rato, seguro consigo una mujer que esté dispuesta a un

revolcón conmigo.

He tenido un día de locos, y en los momentos que estado más complicado se

viene a mi cabeza su imagen y su voz, no entiendo por qué, pero su voz me

calma.

Hablé con Carmen, le dije que contratáramos a Ramón como mi ayudante, ella me

preguntó por Amelia, le había gustado su currículum y pensó que sería un mejor

aporte para la empresa, pero como no hizo ella las entrevistas, tuvo que confiar en

mi criterio.

La verdad si soy honesto conmigo mismo, Amelia era la candidata perfecta, pero

me complica tener estos pensamientos por ella, y pienso que podrían crearse

situaciones inadecuadas, es un poco de miedo de mi parte, ella no me fue

indiferente, y pese a tener un desahogo sexual, su imagen se me vino a la cabeza

cuando estaba con otra mujer, es bastante extraño en mí.

Llevamos una semana con Ramón en la oficina, pero ha sido un caos, él no es

“secretaria” así que no atiende el teléfono, no va a ser ningún trámite porque no es

“junior” y una cantidad de cosas que se niega a hacer que al final estoy más

molesto cada día.

Hola Gustavo, se acerca Carmen hace pasar a Amelia…adelante querida, él será

tu jefe desde ahora, te explicará lo que debes hacer, que tengas un buen día, se

dirige a mí y me guiña un ojo, espero que ahora tengas un mejor día y se va.

Así que aquí estoy frente a la mujer que ha ocupado mi cabeza con pensamientos

sexuales desde que la entrevisté, decido sentarme, no vaya a ser que mi amigo de

abajo desee subir y me haga pasar un rato bochornoso.

Hola Amelia, adelante pasa, toma asiento.

Gracias, muy buen día.

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Bien, te explicaré en que consiste el trabajo, si tienes alguna duda me consultas y

nos ponemos manos a la obra, pues ya estoy atrasado con un montón de cosas.

He estado media hora explicando a Amelia el funcionamiento de todo, lo

indispensable que es contestar los anexos, que yo no sé usar todavía bien, así

que subirá una de la secretaria de Carmen a explicar eso.

Amelia tiene una libreta donde toma apuntes, hace preguntas inteligentes, y esa

voz calmada me relaja, tiene un tono un poco ronco, pero suave, y ahí voy de

nuevo con mi mente pensando en lo lindo que son sus labios y lo agradable que

sería probarlos, así que doy por finalizada la inducción, le indico donde está su

escritorio, y salgo con la excusa que debo hacer algo.

Te dejo al mando Amelia, espero tomes nota de todo hasta mi regreso.

Estoy guardando mi cartera, y tomando posesión de mi escritorio cuando llega una

mujer de unos 26 años, pelo rojo y crespo, muy buena moza, tiene unos lindos

ojos verdes y pequeñas pecas en su rostro.

Hola, soy Catalina, mucho gusto, trabajo con la señora Carmen, en la oficina de

abajo y voy a explicarte los anexos, y mostrarte la Empresa para que conozcas al

resto del personal y donde funciona todo. Espero nos llevemos bien, que tal si a la

una nos juntamos a almorzar y bajamos al casino.

Está bien, yo soy Amelia, seré la asistente de Gustavo, y estaré encantada de

conocer el lugar, que me enseñes y por supuesto almorzar juntas.

He tomado nota de todo, y he preguntado en cada departamento como nos vamos

entrelazando y que necesitan de nosotros como departamento y lo que nosotros a

su vez necesitaremos. Trabajo en el área técnica, debemos manejar a los técnicos

de terreno, ver que los equipos y materiales estén disponibles, que los técnicos de

sucursal habiliten y prueben las líneas, ver con el área Administrativa que los

contratos estén ingresados con todos los equipos solicitados por el usuario,

además de ir viendo nuevas factibilidades de instalaciones.

Catalina me llevó a recursos humanos donde firmé mi contrato de prueba por 6

meses, luego de lo cual pasaré a indefinido, ahí recién obtendré seguro médico,

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bonos de producción y puntualidad, y podré respirar tranquila porque podré auto

sustentarme.

Me entregaron mi uniforme, me enrolaron y dieron mi credencial de ingreso,

además de un celular para estar conectada con mis jefes y los técnicos. Es

bastante moderno.

Vuelvo a la oficina y trato de asimilar todo, Catalina me envió por correo, (sí que

son eficientes, ya tengo correo institucional) los anexos de todos los

departamentos, los números de Subtel, MTT, Alcaldía, CGE con los respectivos

nombres, lo cual me ayudará a realizar bien mi trabajo, he impreso una hoja con

los anexos y la he metido en un forro plástico para que no se destruya fácilmente,

y la he puesto sobre el teléfono, además he registrado en las teclas de marcación

rápida los anexos más importantes y que estoy segura siempre usaremos más y

los he identificado porque aprenderse todo de una es difícil.

He revisado algunos documentos para entender en el proceso que vamos y he

ingresado en nuestra base los trabajos del día, he llamado a los diferentes anexos

para ver cómo se encuentran los mismos para continuar a partir de ahí, he

recibido llamadas de los técnicos que reclaman por diferentes materiales que les

faltan, como de la bencina y otras cosas, he tomado nota, sus celulares y

nombres.

Cuando llega Gustavo a eso del mediodía lo bombardeo con toda la información

de los técnicos y le pregunto por las instalaciones y los procedimientos de

instalación.

Nos ponemos al día, me da algunas explicaciones de algunos de los técnicos y

sus personalidades para que vaya dando prioridades a algunas cosas sobre otras,

me agradece el trabajo porque he avanzado sin él y me queda mirando a los ojos

un instante, pero su mirada es tan hermosa y yo sin pensarlo o desearlo

conscientemente he mirado sus manos y me las he imaginado recorriendo mi piel,

desvié mi mirada, vi que era hora de almorzar, pregunté si necesitaba algo más

porque bajaría por Catalina e iríamos al casino, él movió su cabeza en señal de

no, y dice puede retirarse.

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Contesto el teléfono y veo que parpadea el anexo de Centro Urbano, lo sé porque

tiene un número e identificativo, sonrió para mis adentros, esto es eficiencia.

Bajo a almorzar al casino y revisó el lugar para ver a Amelia sentada junto a

Catalina, Juan de RRHH que se ve muy alegre, Rodrigo, David, este último dice

algo gracioso y todos ríen, Amelia tiene una risa hermosa y me siento molesto, no

logro identificar por qué, pero verla tan relajada y risueña cuando conmigo es tan

seria y profesional, trato de no pensar más y me dirijo donde esta Danilo y

Carmen. Esta última me pregunta ¿qué tal te ha ido con Amelia, es de más ayuda

que Ramón?, y ahora soy yo el que rio. Claro mujer, tu instinto es mejor que el

mío, es bastante ordenada y eficiente, ahora podré dedicarme a ver la expansión

de mallas mientras ella lleva la oficina.

Me parece bien, pero también debes enseñarle lo de las mallas, necesito que esté

bien interiorizada de todo, y no es porque quiera prescindir de ti, pero a veces uno

se enferma o pasan cosas que no podemos manejar y es bueno que la empresa

siga bien, debemos prevenir.

La miro, es como si ella supiera que correría lejos de Amelia por la intensa

atracción que ella me produce, pero entiendo que lo hace más bien por la

empresa, somos socios hace 5 años, y hemos pasado por numerosas situaciones,

y aunque las hemos logrado sortear bastante bien, eso ha implicado cancelar

vacaciones, menos tiempo con la familia, en el caso de Carmen, le significó un

divorcio, y ha tenido costos para ambos a nivel personal. Nos conocemos de

niños, fuimos vecinos, amigos, Pablo el ex marido de Carmen también era

miembro de nuestro grupo de infancia y ha sido difícil todo el proceso vivido por

ellos porque como amigo de ambos no he logrado mantenerme al margen.

Danilo me pregunta ¿es soltera? Se ve interesante, Carmen me comentaba que

es viuda.

Danilo es el Jefe de RRHH, tiene 40 años, es un excelente empleado, pero su vida

privada deja mucho que desear, es un mujeriego de tomo y lomo, y me ha

molestado su comentario.

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Sí, es viuda, pero desconozco si tiene a alguien en su vida Danilo, pero recuerda

que no es bueno mezclar vida personal con laboral, ya tuviste un problema en el

pasado por no saber manejar bien las cosas y Jessica abandonó nuestro negocio

ocasionándonos varias pérdidas y tiempo, así que te pido te mantengas alejado de

ella.

Cálmate Gustavo, parece que te molestara el comentario, ya veo que la viudita te

interesa, me mantendré al margen, pero si coincidimos fuera de la empresa, no

me culpes si intento algo más.

Se me ha quitado el hambre y estoy verdaderamente molesto, no me interesa

Amelia, es solo una atracción corporal nada más.

Parecen niños peleándose un juguete nuevo nos dice Carmen y moviendo la

cabeza en dirección donde esta Amelia continua, es muy probable que David se

les haya adelantado, ella se ve bastante a gusto conversando con él.

Miro en dirección a Amelia, nuestros ojos se interceptan y luego ella evade mi

mirada, vuelve a sonreír por algo, y mi estómago se endurece.

Les dejo, disfruten el almuerzo, tengo mucho trabajo pendiente, y me retiro.

En la oficina trato de concentrarme en mi trabajo, aunque una parte anhela verla

llegar y tenerla cerca, deberemos trabajar codo a codo, como dijo Carmen, será

necesario que Amelia se impregne de todo el trabajo, sonrío.

Hola, que tal el almuerzo, veo que te divertiste mucho la increpo a penas la veo

aparecer.

Sí, fue bastante agradable, gracias. Lo dice mirándome a los ojos con esos

hermosos cafés oscuros tan oscuros que se ven negros, y que le brillan como si

tuviesen estrellas.

Debo advertirte una cosa súper importante, no vemos con buenos ojos las

relaciones entre colegas por todo el drama que a veces surge de ellas, pero lo que

haga o deje de hacer en su tiempo libre no es de nuestra incumbencia.

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No se preocupe, no generaré dramas, y como bien dice, mi vida privada no es

incumbencia de nadie, solo mía.

Me han dado ganas de acercarme a ella, levantarle los brazos por sobre su

cabeza y besarla hasta dejarla sin aliento, mira que contestona que me salió, para

ser tan joven tiene mucha seguridad en sí misma, eso me encanta aún más.

No se aleone fierecilla, solo establezco las reglas, para su información deberemos

realizar mucho trabajo juntos, pues Carmen desea que aprendas a manejar todo,

así que te informo que mañana saldremos a terreno por la mañana, llevaré los

planos y te mostraré dónde queremos instalar la nueva malla, y en que nos fijamos

para hacerlo. Deberás ir más informal, y usar casco en todo momento, salimos a

primera hora.

Está bien no hay problema.

Me ha molestado su comentario inicial, pero no dejaré que estropee mi buen

ánimo, así que me dispongo a trabajar, lo hacemos uno al lado del otro, me

muestra los planos y me habla de sus planes de ampliación de malla y la

viabilidad, los trámites que están pendientes para solicitar la aprobación del MTT,

es bastante claro para explicar las cosas, creo sería bueno dando clases, nos

relajamos y avanzamos con todo hasta que sin darnos cuenta es hora de salir.

Me despido de mi jefe y voy a centro urbano a retirar mi celular porque le pedí a

Juan derivase todas las llamadas que entran al teléfono de la oficina para no

perder ningún detalle mientras salimos, y llevaré el note para ingresar los datos

mientras vamos de camino y regreso, así no atrasarnos en nada.

He tenido un sueño erótico con el ogro de Gustavo, aunque debo reconocer que

no es tan pesado cuando trabajamos, solo que a veces hace comentarios que me

desagradan, eso de leona fiera o algo por el estilo, me doy una ducha y me

preparo mi pancito, me encanta amasar y comer pancito caliente con mi leche con

café, es lo máximo del bienestar como no dispongo de mucho efectivo y aún debo

esperar todo lo que queda de mes para recibir mi primer sueldo, me voy

caminando, me relaja mucho caminar y observar todo a mi paso, al llegar le

entrego a Don José un café con un sándwich con mi pan amasado, y le doy los

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buenos días, ellos llegan temprano y son los últimos en irse, el personal de

guardia, aun cuando se roten son los primeros en llegar.

Así voy saludando a quienes me topo en el camino hasta llegar a mi oficina,

Gustavo no está en ella así que reviso la base de datos y preparo el material para

nuestra salida.

Veo a la distancia a Amelia que viene caminando, trae algo en sus manos, viene

distraída y se ve tan linda que me quedo fuera en el auto esperando que entre,

cuando la veo saludar a Don José y entregarle lo que traía en sus manos, la veo

sonreír y saludar a quienes se topa, cuando veo que toma el ascensor me bajo y

saludo a Don José, él me cuenta que Amelia le llevó café y pan amasado que hizo

ella y que huele delicioso, aún esta calientito y me pregunta si puede entrar un rato

al rincón que está al lado de recepción para disfrutarlo ahora que está caliente; lo

autorizo porque se ve tan feliz con su regalo y claro, si yo lo hubiese recibido

también querría disfrutarlo, además no tardará demasiado, subo el ascensor y

espero al llegar me reciban con desayuno como don José, pero no tengo la misma

suerte, Amelia está arreglando algunas cosas, y apenas me ve me dice, estoy

lista.

La miro y le digo, entonces vamos.

Han transcurrido 2 semanas desde que Amelia está aquí trabajando conmigo, y ha

sido un aporte increíble, es muy ordenada, ya me ido aprendiendo los anexos

gracias a su ayuda memoria, y nos turnamos para hacer las diferentes tareas, al

final el tema de la ampliación de malla lo termino viendo ella, pues hizo una

sugerencia que fue muy acertada y que nos permitirá avanzar más rápido pues

dejará una vía alternativa para la siguiente Villa, que es más extensa en números

de casas, y tiene mejor llegada con los encargados en las oficinas que debemos

conseguir los permisos, y es que es tan agradable, es instantáneo que caiga bien,

y no es que coquetee, es solo siendo así como es ella con su voz ronca, esos ojos

preciosos, y esa calidez.

Aún no me ha dado 1 sola vez un desayuno regalo, pero los guardias están felices

con ella, que siempre les lleva en la mañana uno al que este de turno.

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A veces entre jornada y jornada nos reímos de alguna anécdota del trabajo y es

tan agradable escuchar su risa, me dan ganas de partir con ella en brazos y

robármela solo para mí, tenerla entre mis brazos y hacerla gritar de placer,

escuchar su voz ronca, pero de deseo y pasión y recorrer cada centímetro de su

cuerpo y penetrarla de todas las formas imaginables...la miro y soy consciente que

tengo más años, que hay una generación que nos separa, así que opto por dejar

de soñar despierto y me concentro en mi trabajo, pero es inevitable no desearla

teniéndola tan cerca, ella jamás me ha dado una señal de que le intereso de esa

manera; además David la corteja, se aparece por la oficina de tanto en tanto con

cualquier excusa, y conversan seguido en la hora de colación, eso me pone de

malas, pero no hago nada, ya me voy a adaptando a tenerla cerca sin tocarla.

Hola Gustavo, muy buen día ¿Qué tal amaneció hoy?, le traje un desayuno

casero, no sé si sea de su agrado, pero últimamente llega muy temprano y

siempre se va más tarde, así que pensé ¿quizá le sienta bien un rico café con pan

amasado?, lo preparo yo, espero que lo disfrute.

Me enreda esa forma que tiene de tutearme y no, no sé si lo hace para marcar

distancia, acepto mi desayuno que huele delicioso y me fijo que ella trae otro.

Si no te molesta, ¿tomamos desayuno juntos?

Entonces nos instalamos en la mesa redonda donde nos juntamos a planificar el

trabajo con el jefe de Técnicos.

Esta delicioso este pan, y a qué hora lo preparas, está caliente aún. La miro a los

ojos para escuchar su respuesta.

Es uno de mis hábitos culposos, me encanta comer pan recién horneado, así que

todos los días me preparo 6 panes que caben en mi horno eléctrico y mientras se

cuece yo me baño y visto, y cuando voy a tomar el desayuno, ya está listo para

disfrutarlo. Es delicioso, por lo menos para mí.

Si, esta delicioso, pero podría volverme adicto a un desayuno así, y podría

esperarlo todos los días, ella sonríe. La veo mover los labios mientras mastica y

quisiera ser yo quien me metiera con ella a la ducha mientras el desayuno está

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listo, y le meto manos, labios, y mi pene, y ahí voy de nuevo con mis

pensamientos eróticos entorno a ella, me paro a botar el vaso de cartón que traía

el café y entonces tiembla, me acerco a ella, y la abrazo, le digo que siento un

poco de miedo a los temblores, ella se pone seria, y me dice, no te preocupes,

debemos buscar un lugar para protegernos, creo que no es solo un temblor. Yo no

quiero soltarla, puedo oler su perfume, el olor de su pelo, huele tan rico, pero se

mueve, me da la mano y tira de mí, cuando el piso comienza a moverse como

olas, y se escucha una quebrazón de vidrios, estamos en el piso 8, de un edificio,

en pleno centro, nos abrazamos en un espacio reducido, y yo no puedo

aguantarme más las ganas y la beso, la beso como si en ello se me fuera la vida,

con desesperación, con pasión y lujuria. Cuando ya nos falta el aire para respirar

nos separamos.

Gustavo, no es el momento, sé que es muy probable sea por estrés, pero

debemos intentar salir de acá, creo que la loza ha cedido un piso, y estoy

asustada. Nos miramos, la vuelvo a besar porque no sé si tendré otra oportunidad,

entonces miro, la verdad estamos llenos de restos de yeso, pero intactos, ella

buscó un buen sitio para refugiarnos, pero no será seguro por mucho tiempo, una

parte de la loza ha cedido, hay cables de luz y agua drenando, es horrible, y si, no

es el momento de pensar con el de abajo, pero por Dios sus labios son tan dulces,

mejor que en mis sueños, y es tan apasionada, pude sentir que a ella le agradó y

se exitó también. Le haría el amor ahora mismo de no ser porque la situación es

peligrosa. Hemos debido balancearnos y tirarnos un piso más abajo buscando una

salida, no sabemos cuánto se ha hundido el edificio, si lograremos encontrar una

salida o si es mejor tratar de subir, por si sigue cediendo y derrumbándose más.

Hay un ruido no muy lejos de donde estamos, después de mover unos escombros

nos encontramos con Don José, tiene un corte en la cabeza y se le incrustó un

pedazo de metal, del que se usa para la división de los paneles, se ve bastante

fea la herida.

Hola Don José, debe estar tranquilo, buscaré agua y trataré de vendarle la herida,

pero debemos ver si podemos retirar el metal incrustado en su pierna, Gustavo,

cuídalo, iré a ver que encuentro, no quiero que vaya sola, pero entiendo que esto
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es una emergencia, muevo a Don José a un lugar despejado, mientras miro para

ver si Amelia se ve, y viene con un bidón de agua no muy lleno.

Gustavo, en el ala oeste hay un cuarto con bidones de agua, en total hay 4, hay

una cortina que podríamos utilizar por si debemos deslizarnos, pero está muy alta,

yo no alcanzo, deberás ir tú, me da las instrucciones y yo me aprovecho, le pido

un beso por si me pierdo y no nos volvemos a encontrar, ella se ríe, envuelve mi

cuello con sus brazos, se empina y baja mi rostro para besarme, y es delicioso, yo

quiero mucho más y como si fuera un niño pequeño me envía a hacer lo que me

pidió, prometiendo darme un beso al llegar.

No sé cuánto tiempo ha pasado, estamos sin luz, con el edificio destruido, sin

encontrar la salida y de tanto en tanto algunas réplicas, los celulares no funcionan,

y el satelital quedó en alguna parte de la oficina, no hemos encontrado nada para

comunicarnos con el exterior, Gustavo me hace sentir acompañada, y aunque

estoy consciente que no es el momento para un romance agradezco sus besos y

flirteos en esta situación, me hacen sentirme más viva, y me distrae de esta

situación, pero de los besos hemos pasado a toquetearnos, en las excursiones

que damos buscando alguna cosas que nos permitan sobrevivir o encontrar salida.

Amelia ven, es Gustavo llamándome, ha encontrado una pequeña sala que tiene

fotocopiadora, y papeles, está en bastante buen estado comparado con el resto

del edificio, me acerco, Gustavo me besa y me sube sobre la fotocopiadora, sé lo

que desea porque yo también lo he deseado desde que me topé con él en el

ascensor el primer día y sentí deseo, sin previo aviso, está más flaco, estos días

sin alimentos nos está pasando la cuenta, nos dejamos llevar por nuestros

cuerpos, hasta que escuchamos un ladrido, nos detenemos de golpe, nos

encontramos con un perro de rescate que lleva una linterna y algunas provisiones

como chocolates y barras de cereal, se las sacamos, tenemos papel, pero no hay

lápiz para escribir que estamos bien, Gustavo trae un poco de yeso que se ha

desprendido de los paneles de internit, y lo hemos untado en un poco de chocolate

para enviar un SOS informando lo mejor que pudimos la ubicación, 3 personas, 1

herido; el perro se va meneando la cola y ladrando, volvemos por Don José y

Gustavo lo pone en sus espaldas afirmado con uno de los visillos para que
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quedará firme y no se soltara en la travesía al cuarto de fotocopiadora que es el

mejor lugar que hemos encontrado, yo llevo agua para tener mientras nos

rescatan, solo lleve medio bidón, quedó 1 ½ en la posada anterior.

Han pasado según yo cuatro horas, o me ha parecido que es mucho tiempo, le

hemos dejado la linterna a don José y hemos ido a tratar de seguir el camino por

donde vimos desaparecer a nuestro amigo peludo, pero una gran réplica nos

intercepta y lanza hacia abajo, hemos caído, Gustavo para impedir que yo me

lastime me ha abrazado y ha caído debajo de mí, esta lastimado, y aunque logra

moverse tiene mucho dolor pues se toca las costillas, escuchamos un grito de

arriba, nos avisan que han rescatado a don José y que bajaran por nosotros en un

rato, debemos esperar.

Amelia, no quiero que al salir de acá se acabe lo nuestro y finjas que nada de esto

ha pasado, el dolor no lo deja continuar y Gustavo cae inconsciente, está

delirando, al rato llega bomberos, lo sacan en una camilla, y a mí me suben en

una canasta que tiene unas cuerdas que me jalan hacia arriba

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