Es de vital importancia que una empresa tenga como principal objetivo crear y proteger valor para sus

stakeholders incluyendo accionistas, clientes, empleados, proveedores, etc. Al hacerlo, las empresas
pueden ofrecer mejores productos y servicios, lograr un crecimiento sostenible y rentable, y mejorar su
reputación y fidelidad de clientes, lograr un crecimiento sostenible y rentable, y ofrecer mejores
productos y servicios.

Para alcanzar el objetivo anteriormente mencionado, es esencial contar con una estructura sólida que lo
respalde, compuesta por el propósito y la visión, los must-wins, las iniciativas estratégicas, la tecnología,
innovación y procesos eficientes, y la cultura, estructura y talento del equipo humano.

Cabe destacar que la innovación se ha convertido en un driver de valor crucial para las empresas, ya que
les permite crear valor de diversas formas. La innovación es un factor muy importante ya que puede
contribuir a la diferenciación de la empresa frente a su competencia, permitir una reducción de costos,
mejorar la experiencia del cliente y generar nuevas líneas de ingreso.

Para poder elaborar una estrategia sólida, es fundamental hacerse una serie de preguntas importantes
que permitan enmarcar la situación actual, diagnosticar los problemas, proyectar objetivos, buscar
alternativas, escoger la mejor opción, comprometerse con la ejecución y estar dispuestos a evolucionar
en el camino.

Por último, para que una empresa pueda destacarse sobre sus competidores, es fundamental que
cuente con capacidades y recursos que le permitan diferenciarse en el mercado, como los activos
propietarios, las capacidades operativas y las capacidades de gestión. Estas capacidades permiten que
una empresa tenga una ventaja competitiva sostenible en el tiempo, lo que contribuye a su éxito y
supervivencia en el mercado.