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El juego se transforma en acción social cuando se muestra ante alguien, es decir, cuando se
desea comunicar a los demás. En todos los juegos existen unas reglas descriptivas, deónticas o
normas y prescriptivas o de juego que hacen que la competición sea posible y que el juego se
desarrolle adecuadamente. Las prescripciones señaladas en estas reglas marcan y definen el
rol y la función del participante, ya que hacen surgir a la acción motriz a partir de cuatro tipos
de relaciones (que deben respetar los jugadores) que están explícitas en el reglamento y que
definen la estructura de todo sistema. Podemos distinguir:
b) Las relaciones de los jugadores con el espacio de juego. Dependiendo del terreno de
juego, y del reglamento obviamente, los jugadores podrán utilizar este espacio en
determinadas condiciones y de forma muy precisa y variable, por ejemplo, en el área
de portería en fútbol no se puede cargar al portero, en la zona adversaria de
baloncesto no se puede permanecer más de tres segundos, o incluso, para conseguir
tres puntos con un lanzamiento tendremos que anotar desde un determinado lugar.
Del mismo modo en balonmano, en el área del terreno de juego, solo podrá estar el
portero, que a su vez, también podrá salir de la misma, pero quedando sometido a
las mismas reglas que rigen para los jugadores de campo.
El espacio de juego suele estar delimitado y constituido por líneas que lo delimitan y
condicionan, líneas que se podrán sobrepasar, pisar o no, dependiendo del deporte y
de las circunstancias de juego. En baloncesto no se puede pasar el balón desde el
espacio de juego adversario al propio, en futbol cualquier jugador puede sobrepasar
las líneas de demarcación del espacio de juego pero el balón no, mientras que en
baloncesto, balonmano, o voleibol no está permitido; en pádel no se puede chafar la
línea de servicio durante el saque, e incluso no se puede tocar la red durante el
juego…
Asimismo, determinadas partes del terreno de juego también pueden actuar como un
blanco a alcanzar o subespacio de marca, es el caso de la canasta de baloncesto, la
portería de hockey o la portería de futbol o balonmano, los postes o la línea de
ensayo en rugby, el hoyo de golf… aunque también es algunas ocasiones, estos
subespacios están relacionados con condiciones temporales y formas o maneras
permitidas a los jugadores de relacionarse con los objetos o móviles utilizados en el
juego (balón, pelota, raqueta, estic, bate, volante o pluma, guantes en boxeo… ).
c) Las relaciones del jugador con los objetos o implementos que mediatizan el
enfrentamiento. Las reglas establecen unas pautas en que los jugadores tienen que
relacionarse con los objetos lúdicos: tocarlo con los pies y la cabeza en futbol, con las
manos en baloncesto y balonmano (en este último incluso con los pies, en el caso del
portero), con cualquier parte del cuerpo en rugby o con golpes y toques precisos
como es el caso del voleibol; también los objetos con los que se golpea la pelota:
bate, estic, pala, raqueta… e incluso, otros utensilios sumamente sofisticados como
los guantes en boxeo, la espada o florete en esgrima, la “escoba” o cepillo en el
curling, la barra y los pesos en halterofilia.
Del mismo modo, también existen otras modalidades que no requieren de ningún
objeto mediador como el caso de las luchas (judo…), las competiciones atléticas, la
escalada, la gimnasia acrobática, la natación sincronizada o innumerables juegos
tradicionales.