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TAREA REGLAS LÚDICAS Y EDUCACIÓN FÍSICA (Capítulo 5).

El juego se transforma en acción social cuando se muestra ante alguien, es decir, cuando se
desea comunicar a los demás. En todos los juegos existen unas reglas descriptivas, deónticas o
normas y prescriptivas o de juego que hacen que la competición sea posible y que el juego se
desarrolle adecuadamente. Las prescripciones señaladas en estas reglas marcan y definen el
rol y la función del participante, ya que hacen surgir a la acción motriz a partir de cuatro tipos
de relaciones (que deben respetar los jugadores) que están explícitas en el reglamento y que
definen la estructura de todo sistema. Podemos distinguir:

a) La relaciones o interacciones motrices entre los participantes. Estas interacciones


pueden ser de tipo cooperativo, como cuando se realiza un simple pase o se toca a un
compañero para liberarlo y salvarlo, o cuando se realiza un alley oop en baloncesto;
es decir, en general, cuando se colabora con otros para realizar cualquier acción
motriz (escalar, bailar pilotar una nave…). Asimismo, también pueden darse
interacciones de signo antagónico o de oposición (procesos de contracomunicación
motriz), como efectuar un lanzamiento a canasta o a la portería adversaria,
interceptar un pase de un jugador adversario, aplicar una llave en lucha, efectuar un
placaje en rugby, o hacer un caño o un simple regate en futbol al rival. Por lo tanto,
también encontraremos situaciones donde se den ambos tipos de interacción, de
cooperación con compañeros del mismo equipo, y de oposición en relación con los
jugadores de equipo adversario.

b) Las relaciones de los jugadores con el espacio de juego. Dependiendo del terreno de
juego, y del reglamento obviamente, los jugadores podrán utilizar este espacio en
determinadas condiciones y de forma muy precisa y variable, por ejemplo, en el área
de portería en fútbol no se puede cargar al portero, en la zona adversaria de
baloncesto no se puede permanecer más de tres segundos, o incluso, para conseguir
tres puntos con un lanzamiento tendremos que anotar desde un determinado lugar.
Del mismo modo en balonmano, en el área del terreno de juego, solo podrá estar el
portero, que a su vez, también podrá salir de la misma, pero quedando sometido a
las mismas reglas que rigen para los jugadores de campo.
El espacio de juego suele estar delimitado y constituido por líneas que lo delimitan y
condicionan, líneas que se podrán sobrepasar, pisar o no, dependiendo del deporte y
de las circunstancias de juego. En baloncesto no se puede pasar el balón desde el
espacio de juego adversario al propio, en futbol cualquier jugador puede sobrepasar
las líneas de demarcación del espacio de juego pero el balón no, mientras que en
baloncesto, balonmano, o voleibol no está permitido; en pádel no se puede chafar la
línea de servicio durante el saque, e incluso no se puede tocar la red durante el
juego…
Asimismo, determinadas partes del terreno de juego también pueden actuar como un
blanco a alcanzar o subespacio de marca, es el caso de la canasta de baloncesto, la
portería de hockey o la portería de futbol o balonmano, los postes o la línea de
ensayo en rugby, el hoyo de golf… aunque también es algunas ocasiones, estos
subespacios están relacionados con condiciones temporales y formas o maneras
permitidas a los jugadores de relacionarse con los objetos o móviles utilizados en el
juego (balón, pelota, raqueta, estic, bate, volante o pluma, guantes en boxeo… ).
c) Las relaciones del jugador con los objetos o implementos que mediatizan el
enfrentamiento. Las reglas establecen unas pautas en que los jugadores tienen que
relacionarse con los objetos lúdicos: tocarlo con los pies y la cabeza en futbol, con las
manos en baloncesto y balonmano (en este último incluso con los pies, en el caso del
portero), con cualquier parte del cuerpo en rugby o con golpes y toques precisos
como es el caso del voleibol; también los objetos con los que se golpea la pelota:
bate, estic, pala, raqueta… e incluso, otros utensilios sumamente sofisticados como
los guantes en boxeo, la espada o florete en esgrima, la “escoba” o cepillo en el
curling, la barra y los pesos en halterofilia.
Del mismo modo, también existen otras modalidades que no requieren de ningún
objeto mediador como el caso de las luchas (judo…), las competiciones atléticas, la
escalada, la gimnasia acrobática, la natación sincronizada o innumerables juegos
tradicionales.

d) El modo en cómo los jugadores deben ajustarse al tiempo de juego. Existen


modalidades deportivas en las que los jugadores disponen de una determinada
limitación temporal, para llevar a cabo las acciones de juego, como en el ejemplo del
baloncesto (regla de los 10 y 30 segundo), o como en el caso del atletismo (exceder
el tiempo que se tiene para realizar el lanzamiento de disco o de peso, para ejecutar
el salto de altura o de longitud…); en otras se especifica con claridad las secuencias
temporales en las que deben desencadenarse las diferentes acciones de juego, como
en las pruebas de relevos, los juegos tradicionales o los concursos atléticos (salto de
altura o de longitud).
Por lo tanto, las reglas lo son todo, son las tablas de la ley, el ordenamiento normativo
que contiene a estructura y la lógica del deporte. Sin embargo, fuera del campo
deportivo resulta difícil hallar reglamentos claramente definidos. Para entonces, es
recomendable buscar pactos y condiciones de la práctica para conseguir un juego
estable, controlado y justo que pueda llevarse a cabo sin problemas ni conflictos
(mediante tradición oral, legajos y documentos, pinturas, dibujos, canciones…). Un
claro ejemplo es cuando se juega al futbol en el parque con los amigos, donde
tendremos que acordar un terreno de juego, unas porterías, y unas normas para que
el juego pueda llevarse a cabo sin enfados ni contratiempos.
Así pues, cuando un profesor organiza una práctica motriz, establece una serie de
concisiones y pautas para llevarla a cabo. Lo mismo sucede cuando, por ejemplo, un
cicloturista decide realizar una determinada ruta, cuando dos personas deciden
retarse realizando alguna acción motriz, cuando se realiza cualquier tipo de
competición o juego de oposición… En resumen, cuando se dan situaciones que, para
llevarse a cabo adecuadamente, requieren siempre un pacto o precondición motriz
(tácito o explícito, escrito o convenido oralmente; pues cada caso es múltiple y
proverbial). Es por todo esto, que se debe buscar y elegir le método y sistema más
adecuado para encontrar la llave del juego, el modo singular de llevar a cabo las
acciones motrices, el modo de encontrar su lógica interna.

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