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Asignatura

Geología
Manual – Unidad 3
Índice
Introducción...................................................................................................................................................3
Organización de la Asignatura.......................................................................................................................4
Unidades didácticas...................................................................................................................................4
Tiempo mínimo de estudio........................................................................................................................4
UNIDAD 3:...................................................................................................................................................5
Rocas sedimentarias y rocas metamórficas...................................................................................................5
Diagrama de organización.........................................................................................................................5
Tema n.° 1: Meteorización........................................................................................................................6
Tema n.° 2: Rocas sedimentarias.............................................................................................................12
Tema n.° 3: Rocas metamórficas.............................................................................................................16
De la teoría a la práctica..........................................................................................................................24
Glosario de la Unidad 3...............................................................................................................................27
Bibliografía de la Unidad 3..........................................................................................................................29

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Introducción
El propósito de este manual es reflexionar sobre las competencias laborales e intelectuales en el marco de
la facultad de ingeniería, contemplando siempre un elemento integrador eminentemente laboral. Donde la
incompatibilidad entre el currículo, el enfoque y el mercado laboral hace que sea incompatible la
formación con el mercado laboral; programas de ingeniería desarrollados en un sistema tradicional donde
no existe la flexibilidad, muestran una falta de conocimiento de la experiencia laboral.

Al ingeniero se le consideraba y aún en algunas esferas se le considera un profesional cuyo enfoque es


hacia las matemáticas y problemas prácticos. Al considerar currículos, programas flexibles enfocados al
mercado laboral; se está rompiendo con un paradigma de aprendizaje típico, para una formación
caracterizada por competencias. Una formación que debe ser centralizada en el ser humano, como eje de
desarrollo.

Se debe promover profesionales con pensamiento abierto hacia el cambio permanente, con
retroalimentación en su quehacer profesional; para formar futuros ingenieros para un mundo mejor, las
competencias son una oportunidad y un desafío para el mejoramiento de las relaciones entre educación y
trabajo. Se trata de acortar la distancia existente entre la acción educativa y el mundo del trabajo.

El presente material orienta al educando en la formación y cultivo de la ingeniería, con un énfasis central
en la formación laboral basada en competencias.

El autor

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Organización de la Asignatura
Resultado de aprendizaje de la asignatura

Al finalizar la asignatura, el estudiante será capaz de describir y explicar los procesos


geológicos aplicando leyes, principios y métodos que afectan e interactúan con la actividad
humana.

Unidades didácticas
UNIDAD 1 UNIDAD 2 UNIDAD 3 UNIDAD 4
Geología y tiempo Minerales y rocas ígneas. Rocas sedimentarias y Geodinámica terrestre
geológico rocas metamórficas

Resultado de Resultado de Resultado de Resultado de


aprendizaje aprendizaje aprendizaje aprendizaje
Al finalizar la unidad, el Al finalizar la unidad, el Al finalizar la unidad, el Al finalizar la unidad, el
estudiante será capaz de estudiante será capaz de estudiante será capaz de estudiante será capaz de
reconocer procesos clasificar los minerales clasificar las rocas explicar los procesos
geológicos relacionados a formadores de rocas y las sedimentarias y rocas tectónicos como parte de
la estructura interna de la rocas ígneas considerando metamórficas la geodinámica del
tierra y el tiempo sus propiedades y considerando sus planeta y procesos
geológico procesos de formación propiedades y procesos de geológicos relacionados a
geológica formación geológica los procesos
gravitacionales y las
aguas subterráneas y
superficiales

Tiempo mínimo de estudio

UNIDAD 1 UNIDAD 2 UNIDAD 3 UNIDAD 4

12 horas 20 horas 12 horas 20 horas

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UNIDAD 3:
Rocas sedimentarias y rocas metamórficas
Rocas sedimentarias y rocas Diagrama de organización

Meteorización
metamórficas

Rocas
sedimentarias
Rocas
metamórficas

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Tema n.° 1: Meteorización

La meteorización, los procesos gravitacionales y la erosión se denominan procesos externos


porque tienen lugar en la superficie terrestre o en sus proximidades y porque se alimentan de la
energía solar. Los procesos externos son una parte básica del ciclo de las rocas porque son los
responsables de la transformación de la roca sólida en sedimento. Al observador casual puede
parecerle que la superficie de la Tierra no cambia, que no le afecta el tiempo. De hecho, hace
200 años la mayor parte de la gente creía que las montañas, los lagos y los desiertos eran rasgos
permanentes de una Tierra de la que se creía que no tenía más de unos pocos millares de años.
En la actualidad sabemos que la Tierra tiene 4.500 millones de años y que las montañas acaban
por ceder a la meteorización y la erosión, los lagos se llenan de sedimentos o son drenados por
corrientes, y los desiertos vienen y van con los cambios climáticos. La Tierra es un organismo
dinámico. Algunas partes de la superficie terrestre se elevan de una manera gradual por la
formación de montañas y la actividad volcánica. Estos procesos internos obtienen su energía del
interior de la Tierra. Mientras tanto, procesos externos opuestos están continuamente rompiendo
la roca y desplazando los derrubios a zonas de menor elevación. Estos últimos procesos son:
Meteorización: fragmentación física (desintegración) y alteración química (descomposición) de
las rocas de la superficie terrestre, o cerca de ella. Procesos gravitacionales: transferencia de
roca y suelo pendiente abajo por influencia de la gravedad. Erosión: eliminación física de
material por agentes dinámicos como el agua, el viento o el hielo.
Ahora nos concentraremos en la meteorización de las rocas y en los productos generados por
esta actividad. Sin embargo, no es fácil separar la meteorización de los procesos gravitacionales
y de la erosión porque, conforme la meteorización separa las rocas, la erosión y los procesos
gravitacionales retiran los derrubios. Este transporte del material mediante la erosión y los
procesos gravitacionales desintegran y descomponen aún más la roca.
Se produce meteorización continuamente a todo nuestro alrededor, pero parece un proceso tan
lento y sutil que es fácil subestimar su importancia. No obstante, hay que recordar que la
meteorización es una parte básica del ciclo de las rocas y, por tanto, un proceso clave del
sistema Tierra. Todos los materiales son susceptibles de meteorización. Consideremos, por
ejemplo, el producto fabricado hormigón, que se parece mucho a una roca sedimentaria
denominada conglomerado. Una pared de hormigón recién dado tiene un aspecto liso, fresco,
inalterado. Sin embargo, no muchos años después, la misma pared aparecerá desconchada,
agrietada y rugosa, quedando expuestos, en su superficie, los cantos. Si hay un árbol cerca, sus
raíces pueden también desplazarse horizontalmente y combar el hormigón.

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Los mismos procesos naturales que acaban separando una pared de hormigón actúan también
para desintegrar la roca. La meteorización se produce cuando la roca es fragmentada
mecánicamente (desintegrada) o alterada químicamente (descompuesta), o ambas cosas. La
meteorización mecánica se lleva a cabo por fuerzas físicas que rompen la roca en trozos cada
vez más pequeños sin modificar la composición mineral de la roca. La meteorización química
implica una transformación química de la roca en uno o más compuestos nuevos. Se pueden
ilustrar estos dos conceptos con un trozo de papel. El papel puede desintegrarse rompiéndolo en
trozos cada vez más pequeños, mientras que la descomposición se produce cuando se prende
fuego al papel y se quema. ¿Por qué se meteoriza la roca? Dicho en términos sencillos, la
meteorización es la respuesta de los materiales terrestres a un ambiente cambiante. Por ejemplo,
después de millones de años de levantamiento y erosión, las rocas situadas encima de un gran
cuerpo ígneo intrusivo pueden ser eliminadas, dejándolo expuesto a la superficie. Esta masa de
roca cristalina (formada bajo la superficie en zonas profundas donde las temperaturas y las
presiones son elevadas) queda ahora sometida a un ambiente superficial muy diferente y
comparativamente hostil. Como respuesta, esta masa rocosa cambiará de manera gradual. Esta
transformación de la roca es lo que denominamos meteorización.
Podemos decir que tenemos dos tipos de meteorización: la meteorización mecánica o física y la
meteorización química.
Meteorización mecánica o física.
Cuando una roca experimenta meteorización mecánica, se rompe en fragmentos cada vez más
pequeños, que conservan cada uno las características del material original. El resultado final son
muchos fragmentos pequeños procedentes de uno grande. La ruptura de una roca en trozos más
pequeños aumente el área superficial disponible para el ataque químico. Una situación análoga
se produce cuando se añade azúcar a un líquido: un cubito de azúcar se disolverá mucho más
despacio que un volumen igual de gránulos de azúcar porque el cubito tiene mucha menos área
superficial disponible para su disolución. Por consiguiente, al romper las rocas en fragmentos
más pequeños, la meteorización mecánica incremente la cantidad de área superficial disponible
para la meteorización química.

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En la naturaleza, hay cuatro procesos físicos importantes que inducen la fragmentación de la
roca: fragmentación por helada, expansión provocada por la descompresión, expansión térmica
y actividad biológica. Además, aunque la acción de los agentes erosivos, como el viento, el
hielo de glaciar y las aguas corrientes, se considera independiente de la meteorización física,
éste es, sin embargo, importante. Conforme estos agentes dinámicos retiran los restos rocosos,
desintegran inexorablemente estos materiales. Fragmentación por el hielo (gelifracción) Ciclos
repetidos de congelación y deshielo representan un proceso importante de meteorización
mecánica. El agua líquida tiene la propiedad única de expandirse alrededor de un 9 por ciento
cuando se congela, porque en la estructura cristalina regular del hielo, las moléculas de agua
están más separadas de lo que están en el agua líquida próxima al punto de congelación. Como
consecuencia, la congelación del agua en un espacio confinado ejerce una tremenda presión
hacia fuera sobre las paredes del lugar
donde se encuentra. Para verificar esto, consideremos una jarra de vidrio herméticamente
sellada llena de agua. Cuando el agua se congela, el envase se rompe. En la naturaleza, el agua
se abre camino a través de las grietas de las rocas y, tras su congelación, expande y aumente el
tamaño de esas aberturas. Después de muchos ciclos de congelación-deshielo, la roca se rompe
en fragmentos angulares. Este proceso se denomina, con toda propiedad, rotura por cuñas de
hielo (gelifracción).
Descompresión. Cuando grandes masas de roca ígnea, en particular granito, quedan expuestas a
la erosión, empiezan a soltarse losas concéntricas. El proceso que genera estas capas semejantes
a las de una cebolla se denomina lajeamiento. Se piensa que esto ocurre, al menos en parte,
debido a la gran reducción de la presión que se produce cuando la roca situada encima es
erosionada, un proceso denominado descompresión. Acompañando a esta descompresión, las
capas externas se expanden más que la roca situada debajo y, de esta manera, se separan del
cuerpo rocoso. La meteorización continua acaba por separar y desgajar las lajas, creando los
domos de exfoliación (ex = fuera; jblium = hoja).
Expansión térmica. El ciclo diario de temperatura puede meteorizar las rocas, en particular en
los desiertos cálidos donde las variaciones diurnas pueden superar los 30 °C. El calentamiento

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de una roca produce expansión y el enfriamiento causa contracción. La dilatación y reducción
repetida de minerales con índices de expansión diferentes deben ejercer lógicamente cierta
tensión sobre la capa externa de la roca. El lajeamiento es provocado por la expansión de la roca
cristalina a medida que la erosión se lleva el material suprayacente. Cuando el Plutón enterrado
en la profundidad queda expuesto a la superficie después de la elevación y la erosión, la masa
ígnea se fractura en capas delgadas. Aunque en alguna ocasión se pensó que este proceso era de
gran importancia para la desintegración de las rocas, los experimentos de laboratorio no han
respaldado esta opinión. En una prueba, se calentaron rocas no meteorizadas a temperaturas
mucho más elevadas que las normalmente experimentadas en la superficie de la tierra y luego se
enfriaron. Este proceso se repitió muchas veces para simular centenares de años de
meteorización, pero las rocas mostraron poco cambio aparente. No obstante, los cantos rodados
de las áreas desérticas sí muestran signos de fragmentación que puede haber sido causada por
cambios de temperatura.
Actividad biológica. Las actividades de los organismos, entre ellos las plantas, los animales
excavadores y los seres humanos, también llevan a cabo meteorización. Las raíces vegetales
crecen entre las fracturas en busca de nutrientes y agua, y, conforme crecen, resquebrajan la
roca. Los animales excavadores descomponen aún más la roca desplazando material fresco
hacia la superficie, donde los procesos físicos y químicos pueden actuar con más efectividad.
Los organismos de la descomposición también producen ácidos que contribuyen a la
meteorización química. Allí donde se ha volado la roca en busca de minerales o para la
construcción de carreteras, el efecto de los humanos es particularmente notable.
Meteorización química.
Por meteorización química se entienden los complejos procesos que descomponen los
componentes de las rocas y las estructuras internas de los minerales. Dichos procesos convierten
los constituyentes en minerales nuevos o los liberan al ambiente circundante. Durante esta
transformación, la roca original se descompone en sustancias que son estables en el ambiente
superficial. Por consiguiente, los productos de la meteorización química se mantendrán
esencialmente inalterados en tanto en cuanto permanezcan en un ambiente similar a aquel en el
cual se formaron. El agua es con mucho el agente de meteorización disolvente más importante.
El agua pura sola es un buen disolvente y cantidades pequeñas de materiales disueltos dan como
resultado un aumento de la actividad química para las soluciones de meteorización. Los
principales procesos de meteorización química son la disolución, la oxidación y la hidrólisis. El
agua desempeña un papel principal en cada uno de ellos.
Disolución. Quizás el tipo de descomposición más fácil que se pueda imaginar es el proceso de
disolución. Exactamente igual a como se disuelve el azúcar en el agua lo hacen ciertos
minerales. Uno de los minerales más hidrosolubles es la halita(sal común) que, como quizá
recuerde, está compuesta de iones sodio y cloro. La halita se disuelve fácilmente en agua

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porque, aunque este compuesto mantiene una neutralidad eléctrica general, sus iones
individuales conservan sus cargas respectivas. Además, las moléculas de agua circundantes son
polares, es decir, el oxígeno de la molécula tiene una pequeña carga negativa residual; el
hidrógeno tiene una pequeña carga positiva. Cuando las moléculas de agua entran en contacto
con la halita, sus extremos negativos se aproximan a los iones sodio y sus extremos positivos se
agrupan alrededor de los iones cloro. Esto altera las fuerzas de atracción existentes en el cristal
de halita y libera los iones a la solución acuosa. Aunque la mayoría de los minerales son, para
todos bs efectos prácticos, insolubles en agua pura, la presencia de una cantidad incluso
pequeña de ácido aumenta de una manera notable la fuerza corrosiva del agua.

Oxidación. Todos hemos visto objetos de hierro y de acero que se oxidaron cuando quedaron
expuestos al agua. Lo mismo puede ocurrir con los minerales ricos en hierro. El proceso de
oxidación se produce cuando el oxígeno se combina con el hierro para formar el óxido férrico.
Este tipo de reacción química, denominado oxidación, se produce cuando se pierden electrones
de un elemento durante la reacción. En este caso, decimos que el hierro se oxidó porque perdió
electrones en favor del oxígeno. Aunque la oxidación del hierro progresa muy lentamente en un
ambiente seco, la adición de agua aumenta enormemente la velocidad de la reacción. La
oxidación es importante en la descomposición de minerales ferromagnesianos como el olivino,
el piroxeno y la hornblenda. El oxígeno se combina fácilmente con el hierro en esos minerales
para formar el óxido férrico decolor marrón rojizo denominado hematites o, en otros casos, una
herrumbre de color amarillento denominada limonita. Estos productos son responsables del
color herrumbroso que aparece en las superficies de las rocas ígneas oscuras, como el basalto,
cuando empiezan a experimentar meteorización. Sin embargo, la oxidación sólo puede ocurrir
después de que el hierro es liberado de la estructura del silicato por otro proceso
denominado hidrólisis.

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Hidrolisis. El grupo mineral más común, el de los silicatos, se descompone sobre todo mediante
el proceso de hidrólisis (hydro = agua; Jysis — aflojamiento), que consiste básicamente en la
reacción de cualquier sustancia con el agua. Idealmente, la hidrólisis de un mineral podría tener
lugar en agua pura conforme algunas de las moléculas de agua se disocian para formar los iones
muy reactivos hidrógeno e hidroxilo. Son los iones de hidrógeno los que atacan y sustituyen a
otros iones positivos encontrados en el retículo cristalino. Con la introducción de los iones
hidrógeno en la estructura cristalina, se destruye la disposición ordenada original de los átomos
y se descompone el mineral. En la naturaleza, el agua contiene normalmente otras sustancias
que contribuyen con iones hidrógeno adicionales, acelerando de esta manera en gran medida la
hidrólisis. La más común de esas sustancias es el dióxido de carbono, que se disuelve en agua
para formar ácido carbónico. La lluvia disuelve algo del dióxido de carbono en la atmósfera y
otras cantidades, liberadas por la materia orgánica en descomposición, se adquieren a medida
que el agua se infiltra a través del suelo.

Tema n.° 2: Rocas sedimentarias

Los productos de la meteorización mecánica y química constituyen la materia prima para las
rocas sedimentarias. La palabra sedimentaria indica la naturaleza de esas rocas, pues deriva de
la palabra latina sedimentum, que hace referencia al material sólido que se deposita a partir de
un fluido (agua o aire). La mayor parte del sedimento, pero no todo, se deposita de esta manera.
Los restos meteorizados son barridos constantemente desde el lecho de roca, transportados y por
fin depositados en los lagos, los valles de los ríos, los mares y un sinfín de otros lugares. Los
granos de una duna de arena del desierto, el lodo del fondo de un pantano, la grava del lecho de
un río e incluso el polvo de las casas son ejemplos de este proceso interminable. Dado que la
meteorización del lecho de roca, el transporte y el depósito de los productos de meteorización
son continuos, se encuentran sedimentos en casi cualquier parte. Conforme se acumulan las
pilas de sedimentos, los materiales próximos al fondo se compactan. Durante largos períodos, la
materia mineral depositada en los espacios que quedan entre las partículas cementa estos
sedimentos, formando
una roca sólida.

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Diagénesis. El sedimento puede experimentar grandes cambios desde el momento en que fue
depositado hasta que se convierte en una roca sedimentaria y posteriormente es sometido a las
temperaturas y las presiones que lo transforman en una roca metamórfica. El término diagénesis
(dia = cambio; génesis = origen) es un término colectivo para todos los cambios químicos,
físicos y biológicos que tienen lugar después de la deposición de los sedimentos, así como
durante y después de la litificación. El enterramiento promueve la diagénesis, ya que conforme
los sedimentos van siendo enterrados, son sometidos a temperaturas y presiones cada vez más
elevadas.
Tipos de rocas sedimentarias.
El sedimento tiene dos orígenes principales. En primer lugar, el sedimento puede ser una
acumulación de material que se origina y es transportado en forma de clastos sólidos derivados
de la meteorización mecánica y química. Los depósitos de este tipo se denominan detríticos y
las rocas sedimentarias que forman, rocas sedimentarias detríticas. La segunda fuente principal
de sedimento es el material soluble producido en gran medida mediante meteorización química.
Cuando estas sustancias disueltas son precipitadas mediante procesos orgánicos o inorgánicos,
el material se conoce como sedimento químico y las rocas formadas a partir de él se denominan
rocas sedimentarias químicas.
Rocas sedimentarias detríticas. Si bien puede encontrarse una gran variedad de minerales y
fragmentos de roca en las rocas detríticas, los constituyentes fundamentales de la mayoría de las
rocas sedimentarias de esta categoría son los minerales de arcilla y el cuarzo. Recordemos que
los minerales de arcilla son el producto más abundante de la meteorización química de los
silicatos, en especial de los feldespatos. Las arcillas son minerales de grano fino con estructuras
cristalinas laminares, similares a las micas. El otro mineral común, el cuarzo, es abundante
porque es extremadamente duradero y muy resistente a la meteorización química.

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Por tanto, cuando las rocas ígneas, como el granito, son atacadas por los procesos de
meteorización, se liberan los granos de cuarzo. Otros minerales comunes de las rocas detríticas
son los feldespatos y las micas. Dado que la meteorización química transforma rápidamente
estos minerales en nuevas sustancias, su presencia en las rocas sedimentarias indica que la
erosión y la deposición fueron lo bastante rápidas como para conservar algunos de los minerales
principales de la roca original antes de que pudieran descomponerse. El tamaño del clasto es la
base fundamental para distinguir entre las diversas rocas sedimentarias detríticas. El tamaño del
clasto no es sólo un método conveniente de división de las rocas detríticas; también proporciona
información útil relativa a los ambientes deposicionales. Las corrientes de agua o de aire
seleccionan los clastos por tamaños; cuanto más fuerte es la corriente, mayor será el tamaño del
clasto transportado. La grava, por ejemplo, es desplazada por ríos de corriente rápida, así como
por las avalanchas y los glaciares. Se necesita menos energía para transportar la arena; por tanto,
esta última es común en accidentes geográficos como las dunas movidas por el viento o algunos
depósitos fluviales y playas. Se necesita muy poca energía para transportar la arcilla, ya que se
deposita muy lentamente. La acumulación de esas diminutas partículas suele estar asociada con
el agua tranquila de un lago, una laguna, un pantano o ciertos ambientes marinos. Rocas
sedimentarias detríticas comunes, ordenadas por tamaño de clasto creciente son la lutita, la
arenisca y el conglomerado o la brecha.
Rocas sedimentarias químicas. Al contrario que las rocas detríticas, que se forman a partir de
los productos sólidos de la meteorización, los sedimentos químicos derivan del material que es
transportado en solución a los lagos y los mares. Sin embargo, este material no permanece
disuelto indefinidamente en el agua. Una parte precipita para formar los sedimentos químicos,
que se convierten en rocas como la caliza, el sílex y la sal de roca.

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Esta precipitación del material se produce de dos maneras. Mediante procesos inorgánicos (in =
no; organicus — vida) como la evaporación y la actividad química que pueden producir
sedimentos químicos. Los procesos orgánicos (vida) de los organismos acuáticos también
forman sedimentos químicos, cuyo origen se dice que es bioquímico. Un ejemplo de un
depósito producido mediante procesos químicos inorgánicos es el que da origen a las estalactitas
y las estalagmitas que decoran muchas cavernas. Otra es la sal que queda después de la
evaporación de un determinado volumen de agua marina. Por el contrario, muchos animales y
plantas que viven en el agua extraen la materia mineral disuelta para formar caparazones y otras
partes duras. Una vez muertos los organismos, sus esqueletos se acumulan por millones en el
fondo de un lago o un océano como sedimento bioquímico.

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Tema n.° 3: Rocas metamórficas

A diferencia de algunos procesos ígneos y sedimentarios que tienen lugar en ambientes


superficiales o próximos a la superficie, el metamorfismo casi siempre ocurre en zonas
profundas del interior de la Tierra, fuera de nuestra observación directa. Pese a este obstáculo
significativo, los geólogos han desarrollado técnicas que les han permitido aprender mucho
sobre las condiciones bajo las cuales se forman las rocas metamórficas. Por tanto, las rocas
metamórficas proporcionan importantes datos sobre los procesos geológicos que actúan dentro
de la corteza terrestre y el manto superior.
El metamorfismo, que significa «cambio de forma», es un proceso que provoca cambios en la
mineralogía, la textura y, a menudo, la composición química de las rocas. El metamorfismo
tiene lugar cuando las rocas se someten a un ambiente físico o químico significativamente
diferente al de su formación inicial. Se trata de cambios de temperatura y presión (esfuerzo) y la
introducción de fluidos químicamente activos. En respuesta a esas nuevas condiciones, las rocas
cambian gradualmente hasta alcanzar un estado de equilibrio con el nuevo ambiente. La
mayoría de los cambios metamórficos ocurren bajo las temperaturas y presiones elevadas que
existen en la zona que empieza a unos pocos kilómetros por debajo de la superficie terrestre y se
extiende hacia el manto superior. El metamorfismo suele progresar de manera incremental,
desde cambios ligeros (metamorfismo degrado bajo) a cambios notables (metamorfismo

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degrado alto). Por ejemplo, en condiciones de metamorfismo de grado bajo, la roca
sedimentaria común lutita se convierte en una roca metamórfica más compacta denominada
pizarra. Las muestras de mano de ambas rocas son a veces difíciles de distinguir, lo cual ilustra
que la transición de sedimentaria a metamórfica suele ser gradual y los cambios pueden ser
sutiles.
En ambientes más extremos, el metamorfismo produce una transformación tan completa que no
puede determinarse la identidad de la roca fuente. En el metamorfismo de grado alto,
desaparecen rasgos como los planos de estratificación, los fósiles y las vesículas que puedan
haber existido en la roca original. Además, cuando las rocas en zonas profundas (donde las
temperaturas son elevadas) son sometidas a presiones dirigidas, se deforman lentamente y se
produce una gran variedad de texturas además de estructuras a gran escala como los pliegues.
En los ambientes metamórficos más extremos, las temperaturas se aproximan a las de fusión de
las rocas. Sin embargo, durante el metamorfismo la roca debe permanecer esencialmente en
estado sólido, pues si se produce la fusión completa, entraríamos en el ámbito de la actividad
ígnea.
Factores del metamorfismo.
Los agentes del metamorfismo son: el calor, la presión (esfuerzo), los fluidos químicamente
activos y la importancia del protolito. Durante el metamorfismo, las rocas suelen estar
sometidas simultáneamente a los agentes metamórficos. Sin embargo, el grado de
metamorfismo y la contribución de cada agente varían mucho de un ambiente a otro.

El calor. El factor más importante del metamorfismo es el calor, porque proporciona la energía
que impulsa los cambios químicos que provocan la recristalización de los minerales existentes o
la formación de minerales nuevos. Recordemos del apartado de las rocas ígneas que un aumento

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de la temperatura hace que los iones del interior de un mineral vibren con mayor rapidez.
Incluso en un sólido cristalino, en el que los iones están unidos mediante enlaces fuertes, este
alto nivel de actividad permite que los átomos individuales migren con mayor libertad dentro de
la estructura cristalina. El calor afecta a los materiales terrestres, en especial a los que se forman
en ambientes de bajas temperaturas, de dos maneras. En primer lugar, fomenta la
recristalización de granos minerales individuales, lo cual sucede, en particular, con las arcillas,
los sedimentos de grano fino y algunos precipitados químicos. Las temperaturas más elevadas
provocan la recristalización cuando los granos más finos tienden a unirse y formar granos de
mayor tamaño de la misma mineralogía. En segundo lugar, el calor puede aumentar la
temperatura de una roca hasta el punto en que uno o más de sus minerales ya no son
químicamente estables. En estos casos, los iones constituyentes tienden a distribuirse en
estructuras cristalinas más estables en el nuevo ambiente de alta energía. Las reacciones
químicas de este tipo tienen como consecuencia la creación de nuevos minerales con
configuraciones estables que tienen una composición global más o menos equivalente a la de los
minerales originales. (En algunos ambientes, los iones quizá migren hacia el interior o el
exterior de una unidad rocosa, modificando así su composición química general.) En resumen,
si tuviéramos que atravesar una región de rocas metamórficas (situada en la superficie)
desplazándonos en dirección al metamorfismo creciente, podríamos esperar observar dos
cambios atribuibles en gran medida al aumento de la temperatura. El tamaño del grano
de las rocas se incrementaría y la mineralogía se transformaría de una manera gradual.
Presión. La presión, como la temperatura, también aumenta con la profundidad conforme
aumenta el grosor de las rocas suprayacentes. Las rocas enterradas están sometidas a una
presión de confinamiento, que es análoga a la presión hidrostática, donde las fuerzas se aplican
por igual en todas las direcciones. Cuanto más se profundiza en el océano, mayor es la presión
de confinamiento.
Lo mismo ocurre en el caso de las rocas enterradas. La presión de confinamiento cierra los
espacios entre los granos minerales, dando lugar a una roca más compacta con una mayor
densidad. Además, a grandes profundidades, la presión de confinamiento puede hacer que los
minerales recristalicen en nuevos minerales con una estructura cristalina más compacta. No
obstante, la presión de confinamiento no pliega ni deforma las rocas. Además de la presión de
confinamiento, las rocas pueden estar sometidas también a presiones dirigidas. Eso sucede, por
ejemplo, en los bordes de placa convergentes, donde las placas litosféricas colisionan. Aquí, las
fuerzas que deforman la roca son desiguales en distintas direcciones y se las denomina esfuerzo
diferencial. A diferencia de la presión de confinamiento, que «comprime» la roca por igual en
todas las direcciones, los esfuerzos diferenciales son mayores en una dirección que en las
demás. Las rocas sometidas a esfuerzo diferencial se acortan en la dirección de la mayor presión
y se alargan en la dirección perpendicular a dicha presión. Como consecuencia, las rocas

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implicadas suelen plegarse o aplastarse (como cuando se pisa una pelota de goma). A lo largo
de los bordes de placa convergentes, el mayor esfuerzo diferencial se ejerce más o menos
horizontalmente en la dirección del movimiento de las placas, y se aplica la menor presión en la
dirección vertical. Por consiguiente, en estos lugares la corteza se acorta (horizontalmente) y
engrosa mucho(verticalmente).
Fluidos químicamente activos. Se cree que los fluidos compuestos principalmente de agua y
otros componentes volátiles, como el dióxido de carbono, representan un papel importante en
algunos tipos de metamorfismo. Los fluidos que rodean los granos minerales actúan como
catalizadores y provocan la recristalización fomentando la migración iónica. En ambientes cada
vez más calientes, estos fluidos ricos en iones se vuelven proporcionalmente más reactivos.
Cuando se unen dos granos minerales, la parte de sus estructuras cristalinas que se toca es la que
recibe una mayor presión. Los iones situados en estos puntos son fácilmente disueltos Meta
conglomerado, también llamado conglomerado de cantos estirados. Estos cantos, que antes eran
casi esféricos, se han calentado y se han aplanado hasta convertirse en estructuras alargadas.
Así, los fluidos hidrotermales contribuyen a la recristalización de los granos minerales
disolviendo el material procedente de las regiones sometidas a esfuerzos elevados y
precipitando (depositando) este material en zonas sometidas a esfuerzos bajos. Como
consecuencia, los minerales tienden a recristalizar y a alargarse más en una dirección
perpendicular a los esfuerzos de compresivos. Cuando los fluidos calientes circulan libremente a
través de las rocas, puede producirse intercambio iónico entre dos capas rocosas adyacentes o
los iones pueden migrar a grandes distancias antes de acabar depositándose. Esta última
situación es especialmente habitual cuando consideramos los fluidos calientes que escapan
durante la cristalización de un Plutón ígneo. Si la composición de las rocas que rodean el Plutón
es claramente distinta de la de los fluidos invasores, puede producirse un intercambio
considerable de iones entre los fluidos y la roca caja. Cuando eso sucede, se produce un cambio
de la composición global de las rocas circundantes. En estos casos el proceso metamórfico se
denomina metasomatismo.
La importancia del protolito. La mayoría de rocas metamórficas tienen la misma composición
química general que la roca a partir de la que se formaron, excepto por la posible pérdida o
adquisición de volátiles como el agua y el dióxido de carbono. Por ejemplo, el metamorfismo de
una lutita da como resultado una pizarra, en la que los minerales arcillosos recristalizan y
forman micas. (Los cristales minúsculos de cuarzo y feldespato que se encuentran en la
hitita no se alteran en la transformación de la lutita en pizarra y, por tanto, permanecen
entremezclados con las micas.) Aunque la mineralogía cambia en la transformación de la lutita
en pizarra, la composición química general de la pizarra es comparable a la de la roca de la que
derivó. Además, cuando la roca origen tiene una composición máfica, como el basalto, el

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producto metamórfico puede ser rico en minerales que contengan hierro y magnesio, a menos,
por supuesto, que se haya producido una pérdida importante de estos átomos.
Texturas metamórficas.
Recordemos que el término textura se utiliza para describir el tamaño, la forma y la distribución
de las partículas que constituyen una roca. La mayoría de rocas ígneas y muchas rocas
sedimentarias están compuestas de granos minerales que tienen una orientación aleatoria y, por
tanto, parecen iguales cuando se observan desde cualquier dirección. Por el contrario, las rocas
metamórficas deformadas que contienen minerales con hábito planar (micas) y/o minerales
alargados (anfíboles) en general muestran alguna clase de orientación preferente en la que los
granos minerales presentan un alineamiento paralelo a subparalelo. Como un puñado de lápices,
las rocas que contienen minerales alargados orientados en paralelo unos con respecto a los otros
tendrán un aspecto distinto al observarse lateralmente o frontalmente. Se dice que una roca que
muestra una orientación preferente de sus minerales posee foliación.
Texturas Foliadas. Existen varios tipos de foliación, dependiendo del grado de metamorfismo
y de la mineralogía de la roca original. Consideraremos tres de ellos: pizarrosidad, esquistosidad
y bandeado gnéisico.

Pizarrosidad (slaty cleavage). El término pizarrosidad se refiere a las superficies planares muy
juntas a lo largo de las cuales las rocas se separan en capas delgadas y tabulares cuando se las
golpea con un martillo. La pizarrosidad aparece en varias rocas metamórficas, pero se observa
mejor en las pizarras que exhiben una propiedad de separación excelente, denominada clivaje.
Esquistosidad. Bajo regímenes de presión y temperatura más extremos, los pequeños granos de
mica y clorita de las pizarras empiezan a crecer mucho. Cuando estos minerales planares crecen
lo bastante como para poder observarse a simple vista y exhiben una estructura planar o
laminar, se dice que la roca muestra un tipo de foliación llamada esquistosidad. Las rocas con
esta textura se denominan esquistos. Además de los minerales planares, el esquisto suele
contener partículas deformadas de cuarzo y feldespato que aparecen como granos planos o en

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forma de lente escondidos entre los granos de mica. Bandeado gnéisico. Durante el
metamorfismo de grado alto, las migraciones iónicas pueden provocar la segregación de los
minerales, obsérvese que los cristales oscuros de
biotita y los silicatos claros (cuarzo y feldespato) están separados, dando a la roca un aspecto
bandeado, conocido como bandeado gnéisico o foliación (s.s.). Las rocas metamórficas con este
tipo de texturas se denominan gneises. Aunque son foliados, los gneises no se separarán en
planos con tanta facilidad como las pizarras y algunos esquistos. Los gneises que sí se lajan
tienden a romperse en una dirección paralela a su foliación y muestran superficies ricas en mica
parecidas al esquisto.
Otras texturas metamórficas. No todas las rocas metamórficas tienen texturas foliadas. Las
que no tienen se denominan no foliadas. Las rocas metamórficas no foliadas se desarrollan en
general en ambientes donde la deformación es mínima y los protolitos están compuestos por
minerales que presentan cristales equidimensionales, como el cuarzo o la calcita. Por ejemplo,
cuando una caliza de grano fino (formada por calcita) se metamorfiza por la intrusión de una
masa magmática caliente, los pequeños granos de calcita recristalizan y forman cristales
entrelazados más grandes. La roca resultante, el mármol, presenta unos granos grandes y
equidimensionales, orientados aleatoriamente, parecidos a los
de las rocas ígneas de grano grueso. Otra textura común en las rocas metamórficas son unos
granos especialmente grandes, llamados pórfidoblastos,
rodeados por una matriz de grano fino de otros minerales. Las texturas pórfidoblásticas se
desarrollan en una gran variedad de tipos de rocas y de ambientes metamórficos cuando los
minerales del protolito recristalizan y forman nuevos minerales. Durante la recristalización
algunos minerales metamórficos, como el granate, la estaurolita y la andalucita, desarrollan
invariablemente una pequeña cantidad de cristales muy grandes. Por el contrario, minerales
como la moscovita, la biotita y el cuarzo suelen formar una gran cantidad de granos muy
pequeños. Por consiguiente, cuando el metamorfismo genera los minerales granate, biotita y
moscovita en el mismo ambiente, la roca contendrá cristales grandes (porfidoblastos) de granate
embebidos en una matriz de grano fino compuesta de biotita y moscovita.
Rocas metamórficas comunes.
Recordemos que el metamorfismo produce muchos cambios en las rocas, entre ellos un
aumento de su densidad, un cambio del tamaño de las partículas, la reorientación de los granos
minerales en una distribución planar conocida como foliación y la transformación de minerales
de baja temperatura en minerales de alta temperatura. Además, la introducción de iones genera
nuevos minerales, algunos de los cuales son importantes desde el punto de vista económico.

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Las principales características de las rocas metamórficas comunes podemos verlas en el cuadro
de Clasificación de las rocas metamórficas comunes.
Rocas foliadas. Dentro de las principales rocas foliadas tenemos a las que mostramos en la
siguiente figura.

Rocas no foliadas. Dentro de las principales rocas no foliadas tenemos a las que mostramos en
la siguiente figura.

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De la teoría a la práctica

En los comienzos de la historia de la humanidad nuestros antepasados utilizaron las rocas sin
ningún proceso relacionado con “aplicaciones de las rocas” tal y como lo entendemos en la
actualidad, simplemente los usos de las rocas se basaban en recogerlas de la superficie terrestre
para ser utilizadas en trabajos sencillos como herramientas. A medida que pasaba el tiempo los
hombres primitivos comenzaron a transformarlas, lo que permitió que se ampliaran los usos de
las rocas, con las cuales se hicieron martillos, puntas de lanza, hachas y cuchillos, entre otros
objetos; al tratar la roca nuestros antepasados notaron sus diferentes propiedades comenzando
su búsqueda y extracción. El proceso de aplicaciones y usos de las rocas se iniciaría en esta
etapa.
Las rocas se utilizan de forma diversa y cambiante según la demanda y tecnología disponibles,
en algunas ocasiones se utilizan sin ningún tipo de modificación, en estos caso el uso de las
rocas es en provecho de sus propiedades naturales, otras veces se les da forma, usualmente para
usos en construcción, y finalmente a las rocas se las tritura hasta obtener materiales granulares
para ser utilizados solos o incorporados a mezclas, en los que se elaboran productos industriales
para conferir o modificar propiedades mecánicas o físicas. Como se puede apreciar las
aplicaciones o usos de las rocas abarcan un sector bastante amplio.
Aplicaciones o usos de las rocas
Usos de las rocas industrial Se suele relacionar el uso industrial de las rocas con el término
“roca ornamental” este se define como una roca natural que ha sido seleccionada y sometida a
procesos industriales para ser usada como material de construcción, elementos de
ornamentación, arte funerario, escultórico o artístico conservando íntegramente su composición
y características fisicoquímicas. Las rocas tienen un uso importante en la construcción como

22 Manual
parte de la infraestructura. Aplicaciones de las rocas más utilizadas son las gravas, calizas, yeso,
arcillas y arenas. La piedra natural ha sido empleada en para pavimentar carreteras en forma de
baldosas y adoquines.
Usos de las rocas en aplicaciones agrícola. Aplicaciones de las rocas como uso agrícola
destaca la fosfórica para su aplicación en suelos como un producto de “arranque”, que potencia
el crecimiento vegetal y el aumento del rendimiento en los cultivos debido a que ayuda a
mejorar la fertilidad del suelo y al control de su degradación.
Uso de las rocas en el sector energético. El carbón y el petróleo han sido utilizados como
fuentes de energía, actualmente son las fuentes de energía más utilizadas y han provocado
problemas graves de contaminación que han contribuido en forma importante en el
calentamiento global.
Uso químico de las rocas. Por sus componentes variados, también aplicaciones de las rocas
tienen un uso químico, por ejemplo, fosfatadas y evaporitas utilizadas en forma industrial para
la fabricación de explosivos, fármacos, pinturas, entre otros. Las rocas formadas por silicatos de
aluminio con las arcillas, margas y caolín tienen la característica de tener propiedades plásticas
al hidratarse, convirtiéndose en la base de la industria cerámica. Actualmente se cuenta con
tecnología de última generación para la producción de biocerámicas, electro cerámicas aislantes,
cerámicas piezoeléctricas y electroópticas, cerámicas magnéticas, cerámicas superconductoras,
etc., todos estos nuevos tipos de cerámicas van a definir el futuro de la revolución tecnológica
global.
Otras aplicaciones o usos de las rocas. Muchas rocas son utilizadas como gemas para la
confección de joyas y otros objetos ornamentales. Por otra parte, de una roca magmática
llamada kimberlita se extraen oro, plata, platino y diamantes. Son aplicaciones o uso de las
rocas con fines de valor ornamental y con relevancia económica.

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Glosario de la Unidad 3

Bandeado: El bandeado o foliación es la alineación mineral resultante que proporciona a la roca una
textura en láminas o bandas. Esta textura se produce bajo condiciones extremas, la presión provoca que
los granos minerales de una roca no solo se realinean, sino que también recristalicen, lo que fomenta el
crecimiento de cristales más grandes, por lo que muchas rocas de este tipo tienen cristales visibles en
bandas, otros cristales de minerales como las micas, recristalizan con una orientación preferente que
esencialmente es perpendicular a la dirección de las fuerzas compresoras, lo que da lugar a láminas.

Diagénesis: La diagénesis es el conjunto de procesos de formación de una roca sedimentaria a partir


de sedimentos, tales como compactación, recristalización o cementación. La diagénesis se produce en el
interior de los primeros 5 o 6 km de las corteza terrestre a temperaturas inferiores a 150-200 °C; más allá
se considera ya metamorfismo.

Erosión: La erosión es el desgaste o denudación de suelos y rocas que producen distintos procesos en la
superficie de la Tierra. La erosión implica movimiento, transporte del material, en contraste con la
alteración y disgregación de las rocas, fenómeno conocido como meteorización y es uno de los
principales factores del ciclo geográfico. Entre los agentes erosivos están la circulación de agua o hielo,
el viento, o los cambios térmicos. La erosión produce el relieve de los valles, gargantas, cañones,
cavernas y mesas, y puede ser incrementada por actividades humanas.

Foliación: La foliación es la alineación mineral resultante que proporciona a la roca una textura en
láminas o bandas. Esta textura se produce bajo condiciones extremas, la presión provoca que los granos
minerales de una roca no solo se realinean, sino que también recristalicen, lo que fomenta el crecimiento
de cristales más grandes, por lo que muchas rocas de este tipo tienen cristales visibles en bandas, otros
cristales de minerales como las micas, recristalizan con una orientación preferente que esencialmente es
perpendicular a la dirección de las fuerzas compresoras, lo que da lugar a láminas.

Litificación: Es el proceso, generalmente de compactación y cementación, por el cual


los sedimentos se convierten en rocas sedimentarias. Una arena al litificarse se transforma en
una arenisca, las gravas se convierten en conglomerados y brechas, el limo en limolita, la arcilla en lutita.

Metamorfismo: Se denomina metamorfismo —del griego μετά (meta, 'cambio') y μορφή (morph,


'forma')— a la transformación sin cambio de estado de la estructura o la composición química o mineral
de una roca cuando queda sometida a condiciones de temperatura o presión distintas de las que la
originaron o cuando recibe una inyección de fluidos.

Meteorización: La meteorización es la descomposición de minerales y rocas que ocurre sobre o cerca

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de la superficie terrestre cuando estos materiales entran en contacto con la atmósfera, hidrosfera y
la biosfera. Sin embargo, existen varias definiciones más, lo que ha hecho que el término signifique
diferentes cosas para distintos científicos.

Textura: textura refiere a la apariencia física como tamaño de granos, forma, arreglo y configuración,
tanto a nivel macroscópico como microscópico. Las texturas pueden cuantificarse de muchas maneras.
Una de formas más comunes de cuantificar texturas es analizando la distribución de tamaños de granos.

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Bibliografía de la Unidad 3
Tarbuck, J., & Lutgens, F.K. (2013). Ciencias de la Tierra. Una introducción a la geología física. 10° ed.
México D.F., México: Pearson Prentice Hall.
Strahler, Arthur N. (2004) Geología Física. 3° edición. España. EDICIONES OMEGA S.A.
Craig, R., Vaughan, J. y Skinner, B.J. (2012). Recursos de la tierra y el medio ambiente. 4° ed. España:
Pearson Prentice Hall.

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