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Placent d perr

Generalmente se considera que el período de gestación de las perras es


de 63 días; sin embargo, teniendo en cuenta los grandes cambios en el
momento de la ovulación, la fecundación, el número de hembras y la
duración de la fecundación (estro), se puede decir que varía de 58 a 68
días, en algunos casos hasta 70-72 días.

Como se mencionó anteriormente, los embriones se implantan entre los


días 17 y 21 después de la fecundación, independientemente del ovario del
que provengan, ocupando ambos cuernos uterinos. El útero presenta un
sitio de implantación de aproximadamente 1 cm de diámetro. El blastocisto
se alarga debido a la proliferación de trofoblastos para su fijación en el
útero y posteriormente establece comunicación con la madre a través de
la placenta.

Los mecanismos de reconocimiento materno para continuar con el


desarrollo del embrión varía entre cada especie, en el caso de las perras
es necesario decir que no existe un mecanismo de reconocimiento de la
gestación.

La placenta de la perra desde el punto de vista histológico, se clasifica


como endoteliocorial, por su morfología en zonal y con base en la
localización del embrión es central, lo que significa que entre la sangre
materna y fetal, hay 4 capas celulares. Es también considerada dentro del
grupo de las placentas de tipo invasivo ya que el trofoblasto de los
embriones, contienen cierta cantidad de sincitiotrofoblasto, el cual, se
define como la fusión de células dando origen a una célula multinucleada
que tiene una acción enzimática importante, misma, que es utilizada para
destruir las capas de células que interfieren para establecer la conexión
con la sangre materna. Otra característica de esta placenta, es que el
sincitiotrofoblasto, estimula en el endometrio, el desarrollo de hematomas
que contienen sangre materna de la cual, substancias nutritivas y algunos
minerales como el hierro, pasarán al embrión a través del cordón umbilical.

Datos curiosos:
Se ha demostrado que varias hormonas esteroides suprimen la ciclicidad
ovárica en perras durante el tiempo de su administración.
Se han comercializado dispositivos vaginales desarrollados para bloquear
la cópula, pero por los problemas de talla, retención, perforación y
reacciones inflamatorias han resultado en índices altos de fracaso. Los
dispositivos intrauterinos no son prácticos en las perras por la dificultad
para canular el cérvix canino a través de la vagina.

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