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Daniela Olea Gaxiola

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Y tú… ¿Qué camino eliges?

Sin duda alguna, a lo largo de nuestras vidas vamos tomando decisiones que se convierten en acciones
formando un camino larguísimo hasta el día de nuestra muerte. Si lo pensamos muy a fondo, nuestra
existencia es algo tan irracional que ni nosotros mismos sabemos por qué estamos presentes en la faz
de la Tierra. No sabemos un porqué, pero si sabemos que las personas tienen propósitos de vida y
todos estamos aquí por algo y para algo, nada es coincidencia, mucho menos una casualidad. Pero,
¿y si ese camino por el que vamos es algo que se nos asignó por alguna energía superior? ¿por el
universo? Todo está predeterminado por los hilos del destino, todo tiene una trayectoria.

Las leyes de la física y de la cuántica nos aclaran que todo objeto tiene una trayectoria
concreta y definida, la misma ciencia nos dice que podemos determinar la trayectoria de partículas
tan pequeñas como los átomos, pero... ¿Quién nos dice que nosotros no tenemos una trayectoria ya
establecida?

En un espacio bidimensional, sería muy fácil unir dos puntos a través de una línea recta,
aunque también puede haber curvas, nudos y parábolas, pero ¿y en nuestro mundo tridimensional?...
De acuerdo con el libro Libertad y Destino según Max Scheler “el “destino” es la serie de los
“acontecimientos” que nosotros, aunque no los hemos “buscado”, “presentido”, “esperado” o
“elegido” en algún sentido, percibimos de un modo completamente singular como “conformes a
nuestro ser-así”.” (Alonso-Bastarreche, 2017). Básicamente, el destino es una línea que seguimos
para llegar a donde el universo nos indica, no la podemos modificar ni cambiar, no hay azar, ya que
todas nuestras condiciones nos llevan al mismo lugar. Según Max Scheler “el destino se conoce
retrospectivamente. No se conoce a priori, sino a posteriori (en sentido temporal). El destino no es
algo que se tenga delante, sino algo que se constata de modo retrospectivo. Dicho de otro modo: no
cabe decir “este será mi destino”, sino “este ha sido mi destino”.” (Alonso-Bastarreche, 2017). Bueno,
¿entonces lo que somos hoy es el destino? Por supuesto, lo anterior nos confirma que el día de hoy
somos el destino del pasado, y nuestro futuro es el destino del presente.

Por otro lado, está el libre albedrio. En tu vida se desenvuelven diferentes acontecimientos y
cada que tomamos una decisión se nos presentan un millón de trayectorias distintas, así que se podría
decir que en esta opción tu eres el constructor de tu propio futuro, eres el que lleva el control. Tus
decisiones modifican tu camino porque tienes una meta a la cual llegar, todo se basa en la causa y
efecto. Según Arthur Schopenhauer (2005) “El hombre es un ser libre, es decir que puede optar por
ser virtuoso o no. Si las acciones humanas no se producen por azar, ni por los objetos externos, ni son
producto de la providencia; entonces el hombre es el único responsable de sus actos y no podrá
Daniela Olea Gaxiola
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imputarle su falta a otro agente externo a él, ya que tiene el poder de evitarlo.” Pero si hasta el mismo
libre albedrio es dudoso, ¿cómo es posible tener la certeza de que lo que hagamos nos va a llevar a
nuestra meta?

Sin embargo, hay veces que nos cuestionamos bastante algunas situaciones que nos causan
mucha confusión entre el destino y libre albedrío, pondré como ejemplo algo muy simple: una pareja
ya no siente esa conexión especial, siente que todo se vuelve complicado y la relación se volvió tan
tóxica que es mejor terminar. En este momento tomas la decisión de dejarla y tomar un rumbo
diferente, es ahí cuando nos preguntamos ¿fue libre albedrio porque tu tomaste la decisión o
simplemente esa persona no estaba en tu destino? Personalmente, creo en que las almas gemelas son
parte del destino. Estas destinado a estar con una persona ya que las vibraciones de ambos van en el
mismo son, se juntaron tanto que sus ondas juntas formaban una sola y la armonía es única y especial
que los permite estar unidos. Entonces ¿será que tú solo decidiste en dejar a esa persona y fue
meramente una casualidad?

También, tenemos otro ejemplo un poco más complicado, la religión. Las personas católicas
creen de alguna manera en el destino, ya que se dejan guiar por una energía superior tomando como
referencia lo que ésta les indica. Tomemos como ejemplo el siguiente versículo “Tus ojos vieron mi
embrión, y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno
solo de ellos.” (Salmos 139:16), claramente dice que Jesús lo tiene todo escrito para ti. Por otra parte,
Dios tiene planes bondadosos y misericordiosos, pero Él también permite que decida la persona por
sí misma como lo dice este versículo: “Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo
delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.” (Jeremías 21:8). Jesús enseña que hay dos
caminos y Él pide que decidan el camino de la salvación, es decir, el correcto, el del bien. Entonces,
¿tú decides qué camino tomar o tu destino es seguir el camino de Dios?

Podemos concluir que, somos como un bebé abandonado en el cosmos, somos tan pequeños
como para saber las respuestas de un todo porque en realidad es una gran incógnita. Es horrible
lanzarnos cada día a vivir sabiendo que somos especies tan frágiles, no nacemos con alguna nota que
nos dice quiénes somos ni qué debemos de hacer con nuestra vida. Tiene sentido recargarnos en la
idea de que algo lleva el control, pero ciertamente no estamos seguros de que sea real o no. El universo
nos ha llevado hasta el punto donde estamos; voltea hacia atrás y analiza todas las cosas que te han
pasado para llegar al día de hoy, es increíble que todo pasa por algo y para algo. Creo firmemente en
que somos libres de tomar nuestras propias decisiones y que vibrando atraemos diferentes situaciones
y cosas a nuestras vidas, pero de igual manera pienso que los hilos del destino y el universo siempre
van a actuar sobre nosotros. Lo que tenga que pasar, va a pasar…
Daniela Olea Gaxiola
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Referencias
Alonso-Bastarreche, G. (2017). Freedom and Destiny according to Max Scheler. En G. Alonso-
Bastarreche, Revista de Filosofía 52 (págs. 319-353). Pamplona: Tópicos.
Schopenhauer, A. (2005). “Ensayo sobre el libre albedrío”. En A. Schopenhauer, “Ensayo sobre el
libre albedrío”. Buenos Aires : Gradifco.
Citas bíblicas: Salmos 139:16 y Jeremías 21:8

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