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Huerta, Santiago y Fabián López Ulloa (eds.). 2013. Actas del Octavo Congreso Nacional de Historia de la
Construcción. Madrid, 9-12 de octubre de 2013. Madrid: Instituto Juan de Herrera.
Figura 1
Bóvedas por cruceros de la catedral de San Ildefonso en
MARCO HISTÓRICO
Mérida, Yucatán. 2012
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Las bóvedas por cruceros de la catedral de San Ildefonso en Mérida, Yucatán 115
za era aparejador de Riaño, y después se convierte en cado en España en 1591. En este tratado, único que
aparejador de Gainza cuando éste toma la dirección incluye trazas para las bóvedas por cruceros, apare-
de las obras, la mayoría de ellas cubiertas con bóve- cen seis modelos diferentes. Los dos primeros mues-
das por cruceros (Morales 1985). tran bóvedas con los cruceros dispuestos formando
La catedral emeritense se construyó en apenas 30 una trama ortogonal paralela a los arcos del períme-
años, un tiempo muy corto, si tenemos en cuenta que tro, la primera es de planta cuadrada, y la segunda de
el tiempo consumido en las construcciones catedrali- planta rectangular. Las tres siguientes, son bóvedas
cias era de por lo menos 100 años; por esta razón es en las que la trama se dispone paralela a las diagona-
muy probable que se haya respetado el diseño origi- les; en el tratado, estas bóvedas reciben el nombre de
nal de principio a fin, teniendo en cuenta que para ta- capillas enrejadas. Y por último incluye una bóveda
llar todas las piezas que constituyen las bóvedas se de planta romboidal (Barbé 1997), (figura 4).
haría necesario emplear varias decenas de años debi- La característica primordial de las bóvedas baídas
do a su complejidad, sus extensas dimensiones y a su por cruceros en el tratado de Vandelvira es que todas
espléndida labra. Así pues, para diseñar y construir ellas son esféricas. Esta circunstancia permite a Van-
estas bóvedas hacía falta un experto en este tipo de delvira proponer, para la talla de las crucetas, las pie-
bóvedas que trazara los patrones necesarios para su zas que contienen la intersección de dos nervios, una
elaboración. De todos los arquitectos que participa-
ron a lo largo de la construcción de la catedral, sólo
Pedro de Aulestia conocía a profundidad las bóvedas
por cruceros, por haber trabajado al lado de los ma-
estros Riaño y Gainza en Sevilla. A la muerte de Pe-
dro de Aulestia lo sustituyeron varios maestros ma-
yores, el último de ellos es Juan Miguel de Agüero,
quien llega desde la capital de la Nueva España a
Yucatán entorno a 1581, entre ocho y nueve años an-
tes de terminar la catedral, cuando las bóvedas estaba
en el arranque, convirtiéndose en el responsable de
construirlas (Bretos 1992). Para este momento estarí-
an talladas la mayor parte de las piezas pétreas que
las conforman. Agüero era el aparejador de Claudio
de Arciniega (Cuesta 2009), maestro mayor de la ca-
tedral metropolitana, por lo que indudablemente po-
seía los conocimientos geométricos para interpretar
los patrones existentes del diseño original de Aules-
tia y así llevar a cabo la puesta en obra de las bóve-
das de la catedral emeritense.
La especializada mano de obra indígena maya sen-
sible al trabajo con piedra según su tradición cons-
tructiva, también hizo posible este logro, cuyos resul-
tados podemos apreciar ahora en la espléndida
manufactura de las bóvedas por cruceros catedrali-
cias.
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traza geométrica basada en la estereotomía de las cú- tiene un radio distinto, esto complicaría enormemen-
pulas esféricas, es decir, mediante la plantilla de la te la ejecución de las crucetas ya que cada nervio se
cara de intradós. La obtención de la cara de intradós cruzaría con el otro con un ángulo distinto. En las
de cualquiera de las dovelas que componen una cú- bóvedas de la catedral, tenemos 60 crucetas por bó-
pula es una de las habilidades geométricas más extra- veda, así pues tendríamos 60 cruces distintos, una
ordinarias de la estereotomía del renacimiento, des- gran complicación en la que pequeños errores de cur-
conocemos donde tiene su punto de partida pero, vatura y ángulo de encuentro derivarían en la imposi-
probablemente, tiene mucho que ver con la estereo- bilidad de cierre de la retícula.
tomía de las trompas, ya que el método parte de con- Después de un estudio pormenorizado de las bóve-
templar una cúpula como una sucesión de conos coa- das por cruceros andaluzas, como antecedentes de las
xiales (Palacios 2003). Así pues, las plantillas de las bóvedas yucatenses, podemos afirmar que pocas,
caras de intradós de cada lecho se obtienen a través menos del 10%, son superficies esféricas; con fre-
del desarrollo de superficies cónicas. En las bóvedas cuencia, son superficies de traslación en las que un
por cruceros de Vandelvira, al ser esféricas, cada uno solo arco se mueve en las dos direcciones ortogona-
de las crucetas puede inscribirse en una plantilla les. La bóveda obtenida puede parecer esférica pero
cuya forma se puede calcular geométricamente me- es incomparablemente más fácil de ejecutar ya que
diante el método anteriormente reseñado (figura 5). todos sus arcos son iguales, como es el caso de la ca-
Si las bóvedas de la catedral de Yucatán fueran es- tedral yucateca.
féricas como Vandelvira propone, y cortamos en Advertimos pues la extrema dificultad que se deri-
cuadrícula la totalidad de la superficie con planos va de una bóveda esférica: cada cruceta se produce
verticales, cada arco de medio punto que se genera por la intersección de dos circunferencias de distinto
radio. Frente a este inconveniente los maestros góti-
cos adaptaron el principio de estandarización de los
arcos presente en las bóvedas góticas, donde los oji-
vos, terceletes y arcos perimetrales compartían la
misma curvatura (Palacios 2009). Así pues, en las
bóvedas por cruceros esta dificultad fue soslayada
utilizando un solo arco, es decir, que el arco perime-
tral se desplaza en ambas direcciones, generando una
superficie de traslación (figura 6).
Figura 5
Cálculo geométrico de las plantillas de intradós de las cru- Figura 6
cetas de una cúpula esférica según el tratado de Vandelvira Bóveda de traslación. Los arcos de medio punto perimetra-
(Palacios 2003, 200) les se trasladan a lo largo de la superficie abovedada. 2012
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Figura 8
Geometría de las bóvedas por cruceros de la catedral de
Yucatán: (a) Volumetría; (b) Modelo alámbrico. 2013
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todos los arcos varíen, desde la cúspide de la bóve- ción y posición de estos revirados dentro de la volu-
da hasta su perímetro, donde los reviros, es decir, metría de la bóveda.
las deformaciones, son máximas. Por el contrario, Así pues, las bóvedas de la catedral yucateca par-
en los arcos de molde cuadrado la sección perma- ten de cuatro arcos de medio punto sobre los cuales
nece inalterada ya que su eje de simetría es radial, se encuentran los arcos perimetrales escarzanos que
es decir que se orienta siempre hacia el centro de la dan paso a dieciséis nervios escarzanos, seis en un
bóveda. En el caso de las bóvedas de la catedral sentido y diez en el otro, del mismo radio de circun-
emeritense es preciso apuntar que fueron ejecutadas ferencia. El cruce de estos dieciséis nervios genera
con nervios revirados, como se aprecia en la mon- en planta sesenta crucetas que, por simetría, podemos
tea (figura 9) y (figura 10). Es éste un aspecto fun- reducir a quince crucetas diferentes por cuadrante.
damental en la construcción de una bóveda de este Estas quince crucetas se producen por la intersección
tipo, ya que las crucetas dependen de la combina- de arcos de idéntica curvatura, pero con secciones re-
viradas3 diferentes (figura 11).
Para realizar la operación de talla de las crucetas y
las dovelas que las unen, la herramienta fundamental
era el baivel. El baivel es un instrumento de origen
medieval, cuyo cometido es el de obtener la curvatu-
ra interior de los arcos. Se trata de una escuadra rígi-
da en la que uno de sus brazos es curvo, cortado con
la curvatura del intradós del arco que define. El otro
brazo es recto, colocado en posición del radio del
arco. Para llevar a cabo una bóveda de esta catedral
hicieron falta tres baiveles, uno para los arcos forme-
ros de medio punto, otro para los nervios en direc-
Figura 9
Montea en alzado necesaria para la construcción de una bó-
veda por cruceros de la catedral de Yucatán. 2011
Figura 10
Bóveda de la nave central de la catedral de Yucatán. Las
secciones de los arcos varían desde la cúspide hasta el perí- Figura 11
metro de la bóveda, donde las deformaciones de los nervios Detalle de un cuarto de bóveda. Combinación de moldes re-
de molde revirado son máximas. 2011 virados según su posición. 2012
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ción transversal y otro para los nervios longitudina- de un patrón con sus dos brazos completos, como es-
les. pecificaba Vandelvira, es un proceso delicado del
Por tanto, el proceso de talla de una dovela es el que fácilmente se pueden derivar errores. Una simple
siguiente: primeramente, a partir de las monteas, se desviación de la posición de los brazos, haría imposi-
confeccionan los tres baiveles, posteriormente se ha- ble el cierre de la retícula. Por lo tanto es más seguro
cen las plantillas de las secciones que para los fajo- tallar un brazo del crucero con su longitud completa
nes es cuadrada y para los nervios es revirada. A (dirección principal), y cortar el otro en su nacimien-
continuación, con la ayuda del baibel adecuado, se- to (dirección secundaria) con objeto de prevenir erro-
gún sea la pieza a tallar, se corta un bloque de piedra res en el ángulo de entronque. Como podemos obser-
logrando exactamente la curvatura de intradós; pos- var en la figura 13, una vez que se obtiene el sólido
teriormente, en los extremos de la pieza, se traza la capaz se dibuja el prisma vertical que contendrá este
plantilla de testa con el revirado adecuado. Por últi- cruce, dato este que se obtiene de la montea; a conti-
mo se da la forma a cada dovela quitando el material nuación puede tallarse el nervio principal respetando
sobrante (Palacios y Bravo 2012). el prisma contenedor del cruce; esta labra se lleva a
cabo como cualquier otra dovela. Una vez que la di-
rección principal tiene la forma adecuada se procede
Crucetas a tallar la dirección secundaria en el prisma central;
para ello, en primer lugar, se debe cortar con la debi-
Por otro lado, la talla de las crucetas ponía a prueba da inclinación las testas de los arcos que concurren
la capacidad de los canteros. En las bóvedas de ner- en esta cruceta. Para llevar a cabo el corte hemos de
vaduras góticas se resolvían los complicados cruces conocer los ángulos de acometida de estos arcos, án-
de arcos ocultando el difícil encuentro con una pieza gulos que se obtienen de la montea vertical de la bó-
cilíndrica vertical: la clave; sin embargo, como se veda, mediante un compás de ángulos o saltarregla.
apuntó, en las bóvedas por cruceros, los encuentros Los ángulos de acometida se determinan en relación
de nervios se resuelven mediante la intersección lim- al plano horizontal, ya sea el superior o el inferior del
pia de los arcos (figura 12). prisma. Por último se talla la dirección secundaria
En la mayor parte de las bóvedas por cruceros es- con la plantilla de testa revirada correspondiente.
pañolas y en la catedral yucateca, se aprecia como la
cruceta se define sobre una dovela larga en la que se
tallan los otros dos brazos de la cruceta justo en el Jarjas
entronque. Este método facilita enormemente la eje-
cución de estas piezas, ya que el cálculo geométrico En una bóveda gótica de crucería, los nervios parten
de sus cuatro vértices, este racimo de arranque de las
nervaduras recibía el nombre de jarja. Sin embargo,
en el caso de las bóvedas por cruceros, los nervios
acometen lateralmente contra los arcos laterales, así
pues las jarjas se forman sólo del arranque de los ar-
cos perimetrales. Estas piezas se tallan siempre por
lechos horizontales, exceptuando la última pieza que
se labra con la inclinación necesaria para entrar en
contacto con la primera dovela del arco. Así pues, el
arco formero sólo funciona estáticamente como arco
por encima del nivel de jarja.
La acometida de las nervaduras sobre los arcos
perimetrales genera significativos empujes horizon-
tales sobre estos, por lo que estas bóvedas requieren
Figura 12 contrarrestos laterales importantes; consecuencia de
Crucetas: encuentros de nervios resueltos mediante la inter- esto es la construcción de las bóvedas de la catedral
sección limpia de los arcos. UPM 2011 de Yucatán al mismo nivel. Esta es la razón cons-
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Figura 13
Proceso de labra de una cruceta por el método de la dirección principal. 2012
tructiva y de estabilidad por la cual los templos que facilita sobremanera la talla de los arcos fajones de
se cubren en su totalidad con bóvedas por cruceros medio punto.
son del tipo salón: tienen la misma altura en todas
sus naves.
Mencionamos anteriormente que los arcos peri- Cimbra
metrales de las bóvedas yucatecas son arcos de me-
dio punto que sustentan arcos escarzanos, es decir, Una vez que los canteros terminaban la labor de talla
una sección de un arco de mayor radio. Al analizar de dovelas, crucetas y jarjas, se producía el replanteo
informáticamente las mediciones en sitio que reali- de la bóveda colocando las jarjas en su lugar preciso,
zamos sobre estas bóvedas, tuvimos ocasión de ob- es decir, a más de 10 metros de altura sobre las colum-
servar que el arranque de estos arcos escarzanos de- nas. Es entonces cuando se hacía necesario el concur-
termina la altura de las jarjas, es decir que, el punto so de la carpintería de armar para la confección de las
de encuentro entre los arcos perimetrales escarza- cimbras, cuyo diseño comenzaba con la construcción
nos longitudinales con los transversales es el nivel de una plataforma horizontal situada a la altura de las
máximo que alcanzan las jarjas. Los arcos escarza- jarjas, en lo alto de la catedral. Sobre la plataforma de
nos perimetrales de los que parte el arranque de madera se redibujaba de nuevo la planta de la bóveda
cada nervio son por tanto arcos autónomos que no localizando así los puntos de cruce. Sobre cada uno de
forman parte del macizo de arranque de la bóveda. ellos se colocaban pies derechos con la altura exacta
Este es un recurso muy eficaz que, por una parte, de cada cruce. Por último, los pies derechos se unían
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Figura 15
Modelo de una bóveda por cruceros sin casetones realizada
en la Universidad Politécnica de Madrid (Palacios y Bravo
Figura 14 2012)
Reconstrucción de la cimbra de madera para una bóveda
por cruceros. 2011
dras que cubren el espacio entre los nervios, y así
se obtenía la superficie completa de la bóveda (fi-
gura 15).
entre si mediante las cimbras curvas de los arcos for-
mando la retícula espacial de la bóveda. Recordemos
que los nervios comparten la misma curvatura, por lo Descimbrado
que los arcos de madera son iguales (figura 14).
Obsérvese que este tipo de bóvedas se beneficia Las bóvedas yucatenses no estuvieron del todo termi-
del ingenio gótico también en la construcción de las nadas hasta que la cimbra de madera no se retiró.
cimbras. Una bóveda encasetonada romana tradicio- Sólo entonces las bóvedas revelaban toda la belleza
nal construida en cal y canto o adovelada, hubiera de su geometría. El descimbrado de una bóveda era
requerido una estructura completa de madera, un en- un momento crucial en el desarrollo de la obra, re-
cofrado capaz de soportar la totalidad del peso de la presentaba el reto cúlmine de la cantería, era sin
bóveda. Sin embargo, al estar construida mediante duda un acontecimiento espectacular para todos
nervios, a la usanza gótica, la cimbra debe soportar aquellos que lo veían: ver como cientos de toneladas
únicamente el peso de cada arco mientras éste se de piedra se mantenían en el aire, gracias al correcto
está construyendo. Es importante señalar que, una diseño y ejecución de la talla. En la catedral de Méri-
vez que cada arco está acabado, es él mismo el que da seguramente se vivió con gran expectación el mo-
actúa de cimbra de los casetones. Las cimbras de mento del descimbrado de la primera bóveda; imagi-
madera por tanto pueden ser mucho más ligeras y nemos a los canteros mayas presenciando este
económicas. fenómeno constructivo tan sorprendente.4
Una vez terminada la cimbra, se construyeron los Dentro del estudio realizado en estos últimos cuatro
arcos perimetrales. Posteriormente se colocaron las años sobre bóvedas por cruceros en España y México
dovelas y las crucetas de la dirección principal y fi- destacan las formidables bóvedas de la Catedral de
nalmente se completó la retícula con la colocación Mérida en Yucatán, México, construidas a finales del
de las dovelas de la dirección secundaria. Una vez siglo XVI como punto cúlmine de este tipo de above-
que la retícula de la bóveda estaba terminada, se damiento. La presencia de esta tipología en el virrei-
procedería a colocar los casetones, es decir, las pie- nato de Nueva España nos habla elocuentemente del
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extraordinario papel que estas bóvedas interpretaron 3. La justificación que explica la existencia de las seccio-
en la construcción del Renacimiento español. nes reviradas frente a los nervios cuadrados, comunes
El estudio de las bóvedas por cruceros de la cate- en el Renacimiento, hay que buscarlos sin duda la tra-
dral de San Ildefonso en Mérida es una extraordina- dición medieval. Recordemos que las nervaduras góti-
cas son siempre verticales, es decir, que orientan todos
ria oportunidad para acercarnos a la compleja reali-
sus ejes según la vertical de la bóveda.
dad profesional de la arquitectura española del siglo 4. En la Universidad Politécnica de Madrid construimos
XVI. Un mundo en el que el gótico, lejos de desapa- un modelo de las bóvedas por cruceros de la catedral de
recer, experimenta su momento culminante, su pleno Yucatán siguiendo los procedimientos constructivos
desarrollo, gracias al conocimiento y a la técnica de del siglo XVI. El descimbrado de esta bóveda puede
una serie de maestros canteros que siguieron explo- verse en la página web: www.bovedasgoticasdecruce-
rando las posibilidades técnicas y expresivas de esta ria.com
arquitectura «moderna» en el decir de entonces. Este
mundo obligó y condicionó el desarrollo de la arqui-
tectura renacentista española que, aunque parte de
principios estéticos radicalmente diferentes, mantie- LISTA DE REFERENCIAS
ne la tradición constructiva medieval y se construye
igualmente en piedra. Barbé-Coquelin de Lisle, Geneviéve. 1977. Tratado del ar-
Sin el conocimiento de la construcción, como par- quitecto Alonso de Vandelvira. Albacete: Caja de Aho-
te indisoluble de la arquitectura, toda aproximación rros Provincial.
al proceso creativo de la arquitectura es inexplicable; Bravo, Sandra Cynthia. 2011. «Bóvedas por cruceros, clasi-
el texto que acabamos de exponer lo pone en eviden- ficación geométrica». Actas del séptimo Congreso Na-
cia. Sin una definición constructiva de las bóvedas cional de Historia de la Construcción. Vol. 1: 161-167.
por cruceros es imposible comprender este impor- Madrid: Instituto Juan de Herrera.
tante capítulo del quehacer arquitectónico del siglo Bretos, Miguel. 1992. Iglesias de Yucatán. Mérida: Produc-
ción editorial Dante.
XVI en España trasladado a América.
Cuesta, Luis. 2009. Arquitectura del renacimiento en Nue-
va España. México: Universidad Iberoamericana.
Morales, A. 1981. La obra renacentista del ayuntamiento
de Sevilla. Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla.
NOTAS Morales, A. 1985. «La arquitectura de la Catedral de Sevi-
lla en los siglos XVI, XVII y XVIII». La Catedral de Se-
1. Diego de Riaño (1495-1534), maestro cantero trasme- villa. Sevilla.
rano que inicia su obra en Valladolid a lado de Juan Gil Morón de Castro, M. F. 1995. La iglesia de san Miguel.
de Hontañón. Martín de Gainza (1490-1556) nace en Cinco siglos en la historia de Morón de la Frontera XVI-
Vizcaya y muere en Marchena, Sevilla. XVIII. Sevilla: Universidad de Sevilla, Fundación Fer-
2. Según las ordenanzas de la catedral de Sevilla al apare- nando Villalón.
jador correspondían fundamentalmente los detalles del Palacios, José Carlos. 2003. Trazas y cortes de cantería en
diseño estereotómico, trazar los cortes de la piedra so- el Renacimiento español. Madrid. Munilla-Lería.
bre el material y seguir personalmente las labores de Palacios, José Carlos. 2009. La cantería medieval, la cons-
montaje de las piedras. Tenía acceso a las trazas gene- trucción de la bóveda gótica española. Madrid: Munilla-
rales del edificio, y mantenía un estrecho seguimiento Lería.
del colectivo que trabajaba la piedra. En tales condicio- Palacios, José Carlos y Sandra Cynthia Bravo. 2012 «Cons-
nes era muy habitual que fueran los máximos responsa- truction of a pendentive grid crossing vault». Nuts and
bles del taller durante largos periodos de tiempo, cuan- Bolts of Construction History. Culture, Technology and
do los maestros mayores se ausentaban o cuando Society. Vol. 1: 81-88. París: Picard.
fallecían. Ellos garantizaban a la obra la continuidad de Rodríguez, Juan Clemente. 1998. Los canteros de la cate-
los trabajos (Rodríguez, 1998). dral de Sevilla. España: Diputación de Sevilla.