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Litigantes
1. Principal 1
1.1. Actuación Receptor: Notificación a Deudor (Folio 3) 1
1.2. Actuación Receptor: Notificación otras resoluciones (Folio 15) 2
1.3. Resolución: Mero trámite - 31/07/2015 (Folio 17) 3
1.3.1. Escrito: Escrito - 30/07/2015 (Folio 16) 4
1.4. Resolución: Mero trámite - 20/08/2015 (Folio 19) 5
1.4.1. Escrito: Escrito - 19/08/2015 (Folio 18) 6
1.5. (COM)Comparendo: Mero trámite - 26/08/2015 (Folio 21) 7
1.6. Resolución: Mero trámite - 04/09/2015 (Folio 23) 8
1.6.1. Escrito: Se reciba causa a prueba - 03/09/2015 (Folio 22) 9
1.7. Resolución: Recibe la causa a prueba - 08/09/2015 (Folio 24) 10
1.8. Resolución: Mero trámite - 03/11/2015 (Folio 26) 11
1.8.1. Escrito: Reposición - 02/11/2015 (Folio 25) 12
1.9. Actuación Receptor: Notificación otras resoluciones (Folio 27) 14
1.10. Resolución: Mero trámite - 25/11/2015 (Folio 29) 15
1.10.1. Escrito: Evacúa traslado - 24/11/2015 (Folio 28) 16
1.11. Oficio (Que no se Provee) - 25/11/2015 (Folio 30) 20
1.12. Resolución: Se pronuncia sobre repos. a la prueba - 27/11/2015 (Folio 31) 21
1.13. Resolución: Mero trámite - 04/12/2015 (Folio 33) 22
1.13.1. Escrito: Lista de testigos - 03/12/2015 (Folio 32) 23
1.14. Resolución: Mero trámite - 14/12/2015 (Folio 35) 25
1.14.1. Escrito: Oficio - 11/12/2015 (Folio 34) 26
1.15. Actuación Receptor: Recepción de prueba testimonial (Folio 36) 33
1.16. Resolución: Mero trámite - 23/12/2015 (Folio 39) 43
1.16.1. Escrito: Prosigue tramitación - 22/12/2015 (Folio 37) 44
1.16.2. Escrito: Acompaña documentos - 22/12/2015 (Folio 38) 51
1.17. (ACT)Actuación: Notif. Audiencia conciliación - 23/12/2015 (Folio 40) 104
1.18. (ACT)Actuación: Notif. Audiencia conciliación - 23/12/2015 (Folio 41) 105
1.19. (NOT)Notificacion: Not. Res. que recibe causa a prueba - 23/12/2015 (Folio 42) 106
1.20. (NOT)Notificacion: Not. Res. que recibe causa a prueba - 23/12/2015 (Folio 43) 107
1.21. (TST)Testimonial: Recepción de prueba testimonial - 23/12/2015 (Folio 44) 108
1.22. Resolución: Mero trámite - 06/01/2016 (Folio 46) 115
1.22.1. Escrito: Observaciones a la prueba - 05/01/2016 (Folio 45) 116
1.23. Resolución: Mero trámite - 08/01/2016 (Folio 48) 120
1.23.1. Escrito: Nuevo día y hora - 07/01/2016 (Folio 47) 121
1.24. Actuación Receptor: Notificación otras resoluciones (Folio 49) 122
1.25. Resolución: Mero trámite - 19/01/2016 (Folio 51) 123
1.25.1. Escrito: Delega poder - 18/01/2016 (Folio 50) 124
1.26. [SIN EFECTO] Resolución: Mero trámite - 22/01/2016 (Folio 53) 125
1.27. Resolución: Acoge recurso de reposición - 28/01/2016 (Folio 55) 126
1.27.1. Escrito: Nuevo día y hora - 21/01/2016 (Folio 52) 127
1.27.2. Escrito: Reposición - 27/01/2016 (Folio 54) 128
1.28. Resolución: Mero trámite - 02/02/2016 (Folio 57) 130
1.28.1. Escrito: Reposición - 01/02/2016 (Folio 56) 131
1.29. Actuación Receptor: Notificación otras resoluciones (Folio 58) 132
1.30. Resolución: Designa Perito - 09/02/2016 (Folio 59) 133
1.31. Resolución: Designa Perito - 22/02/2016 (Folio 60) 135
1.32. Resolución: Citación para oír sentencia - 18/04/2016 (Folio 61) 136
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Doce…...…..…..……12.-
En San Pedro de Atacama, a trece de marzo de dos mil quince, siendo las
diecinueve horas con quince minutos, me constituí en el Ayllu de Solor,
sitio Nº 143, domicilio de don (ña) SEGUNDO VICTOR GUTIERREZ MAMANI,
y procedí a notificarle personalmente de la acción reivindicatoria de fecha
14 de enero de 2015, escrita a fs. 4, fs. 5, fs. 6, fs. 7. fs. 8, fs. 9, fs. 10 y
la resolución de fecha quince de enero de dos mil quince, escrita a fs. 11.
Le entregué copia íntegra conforme de dichos antecedentes, tomó
conocimiento, me exhibió su C.I. es el nro. 7.923.839-2 y no firmó. Doy
Fe.
Rol C-24-2015.-
Dchos. : $ 60.000.-
40% Dist . : $ 24.000.-
Gto. : $ 36.000.-
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01740858728808
Página 4
FOJA: 50 .- cincuenta .-
01486659352491
Página 6
decimos:
J.90U,P.,CUIRE
ABOGADO
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01340359564534
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FOJA: 55 .- cincuenta y
cinco .-
01833959877086
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Página 10
VISTO:
Se recibe la causa a prueba y se fijan como hechos sustanciales, pertinentes
y controvertidos, los siguientes:
01309259992705
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NOMENCLATURA : 1. [445]Reposici ón
JUZGADO : 2º Juzgado de Letras de Calama
CAUSA ROL : C-24-2015
CARATULADO : GAVIA / GUTIERREZ
01323561770342
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sesenta…………… 60.-
01224362533425
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OFICIO N°________________/
Calama, 25 de noviembre de 2015.-
En Causa Rol C-24-2015, en autos sobre
acción reivindicatoria, caratulado “Gavia con Gutiérrez”,
se ha decretado oficiar a Ud., a fin de que pueda informar
a este Tribunal sobre las costumbres que posee la etnia
atacameña para efectuar ventas y transferencias relativas a
inmuebles entre integrantes de dicha comunidad y entre
indígenas con terceros, y además, si tales costumbres
requieren alguna solemnidad o formalidad escrita u de otro
tipo, para el perfeccionamiento de tales ventas, ya sea
mediante el otorgamiento de una escritura o inscripción en
un registro específico.
Saluda atentamente a Ud.
A SEÑOR(A) JEFE(A)
CORPORACION NACIONAL DE DESARROLLO INDIGENA
C A L A M A. -
01464362536038
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FOJA: 67 .- sesenta y
siete .-
01241562606580
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FOJA: 70 .- setenta .-
01232462831503
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FOJA: 78 .- setenta y
ocho .-
NOMENCLATURA : 1. [445]Oficio
JUZGADO : 2º Juzgado de Letras de Calama
CAUSA ROL : C-24-2015
CARATULADO : GAVIA / GUTIERREZ
01840163030134
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01649063371156
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ATESTADO A FOJAS 51
01827463371308
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ATESTADO A FOJAS 67
01890363371530
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ATESTADO A 67
01660763371668
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01326963371771
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FOJA: 88 .- ochenta y
ocho .-
En Calama, a seis de Enero de dos mil diecis éis , se notificó por el estado
diario, la resolución precedente.
01354463604445
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En Calama, a ocho de Enero de dos mil diecis éis , se notificó por el estado
diario, la resolución precedente.
01277463677613
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Página 123
01222263950898
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En Calama, a veintid ós de Enero de dos mil diecis éis , se notificó por el estado
diario, la resolución precedente.
01202964097493
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01686864291843
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En Calama, a dos de Febrero de dos mil diecis éis , se notificó por el estado
diario, la resolución precedente.
01191164402452
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01291764622212
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01729464920311
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01152666571133
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Foja: 1
FOJA: 157 .- .-
NOMENCLATURA : 1. [40]Sentencia
JUZGADO : 2 º Juzgado de Letras de Calama
CAUSA ROL : C-24-2015
CARATULADO : GAVIA / GUTIERREZ
VISTO:
1.- Que a fs. 4, compareció Francisco Javier Moll Aguirre, Abogado, en
representación de don JORGE LEONEL GAVIA MONDACA, chileno, casado,
electromecánico, cédula nacional de identidad N°10.818.566-K, domiciliado en
calle Paqui N°732, Villa Caspana, Calama y de don SERGIO ARTURO GAVIA
MONDACA, chileno, casado, electromecánico, cédula nacional de identidad
N°8.972.813-4, domiciliado en calle Colibrí N°3684, Villa Los Flamencos, Calama,
y dedujo demanda de reivindicación en contra de don SEGUNDO VÍCTOR
GUTIÉRREZ MAMANI, chileno, ignora estado civil y profesión u oficio, cédula
nacional de identidad N°7.923.839-2, domiciliado en el Ayllu de Solor, sitio 143,
comuna de San Pedro de Atacama.
Expuso que los actores adquirieron por partes iguales la propiedad objeto
de la acción, mediante Escritura Pública de Contrato de Compraventa de fecha 23
de Octubre del año 1998, el cual se celebró entre don Anatolio Gavia Ildefonso y
los actores don Jorge Leonel Gavia Mondaca y don Sergio Arturo Gavia Mondaca,
cuya inscripción conservatoria rola a fojas 543, bajo el número 327-A,
correspondiente al Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de El
Loa Calama, del año 1999, y que corresponde al Lote N°143, de una superficie de
4,95 hectáreas, individualizado en el plano N°77,689, ubicado en "Solor", comuna
de San Pedro de Atacama, Provincia de El Loa, Segunda Región, y deslinda: al
norte: Con Lote N°145-A; al sur: Con terrenos Fiscales; al oriente: Con Lote
N°142-A; al poniente: Con terrenos fiscales y lotes N°144-B y 144-A. El precio de
la compraventa fue la suma $1.500.000, pagados al contado. De esta forma los
actores son dueños de raíz objeto de la acción.
Desde tiempo el demandado se ha pretendido dueño y poseedor del
inmueble, ha ejercitado en este contexto actos que importan en sí el
desconocimiento del derecho de dominio de sus representados y que en
consecuencia, les ha privado a los actores injustamente de la posesión material de
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Foja: 1
dicho bien raíz, pues aduce ser propietario de este inmueble en virtud de contrato
celebrado con el anterior dueño don Anatolio Gavia Ildefonso, lo que no es
efectivo y que le habilitaría eventualmente para actuar como dueño y señor,
realizando en el terreno diversas actividades relacionada con la fabricación y venta
de adobes, destinados para la construcción, asimismo ha hecho aprovechamiento
de las aguas que son también propiedad de sus representados, en el desarrollo de
esta actividad lucrativa, el demandado ha perjudicado y desmejorado
considerablemente el predio, pues dicha elaboración de adobes, supone
necesariamente la utilización de materia prima cual es, tierra, la cual ha sido
extraída de manera indiscriminada del mismo predio, volviéndolo inculto en su
gran mayoría, dada la existencia de grandes socavones. Así las cosas y en esta
pretendida postura dominical que principió desde el año 1998, se formalizó
administrativamente en los año 2009 y 2010, trámites ante el Ministerio de Bienes
Nacionales para obtener el reconocimiento de calidad de propietario sobre el
inmueble, a través de las disposiciones del Decreto Ley N°2.695 del año 1979,
respecto del cual existió oposición por parte de sus representados, la que se
materializó en la causa Rol C-26942-2010, sustanciada ante el Tercer Juzgado de
Letras de esta ciudad, la cual fue acogida en todas sus partes y le negó toda
calidad, condición, posibilidad o incluso germen de derecho como propietario
sobre el inmueble, sentencia confirmada por la Iltma. Corte de Apelaciones de
Antofagasta. No obstante ello, esta sentencia de segunda instancia pretendió ser
invalidada por el remedio procesal de la Casación ante la Excelentísima Corte
Suprema, la cual rechazó el recurso intentado. Posteriormente, durante el
trascurso del año 2014, ante el Segundo Juzgado de Letras, los actores dedujeron
acción de precario en contra del demandado, Rol C-347-2014, acción que fue
desestimada en sentencia definitiva, pues a juicio del sentenciador el titulo de
ocupación era en sí oponible a los actuales dueños y actores, por ser dicho título
conocido por ellos. A mayor abundamiento, desde la adquisición del inmueble por
parte de sus representados acaecida en el año 1998, estos han solicitado en
reiteradas ocasiones al demandado que haga abandono del inmueble en cuestión,
sea indicándole que son los dueños, sea exhibiéndole documentos que así lo
respaldaban, ante lo cual el demandado les había señalado que abandonará el
inmueble en varias oportunidades, no concretándose en definitiva el abandono y
restitución del predio.
Según lo expuesto, el demandado debe considerarse poseedor de mala fe,
debido a que durante el año 2009-2010, ante Bienes Nacionales, sabiendo que el
inmueble era propiedad de los actores quienes en innumerables ocasiones le
solicitaron su restitución, principió a tramitar solicitud de regularización de esta
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propiedad presentándose y realizando actos de poseedor, sin serlo, asimismo, por
estos actos realizados por el demandado, el inicio de una actividad económica a
expensas del patrimonio de los actores y sin su voluntad y en detrimento de la
cosa, unida a su negativa injustificada a restituir, sus representados no han
logrado entrar en posesión material del inmueble ubicado en el Lote N°143.
Concluyó solicitando tener por interpuesta acción reivindicatoria, acogerla a
tramitación y en definitiva, declarar: 1.- Que el inmueble individualizado es de
dominio exclusivo de sus representados y, por consiguiente, que el demandado no
tiene derecho alguno de dominio sobre este. 2.- Que el demandado debe restituir
este inmueble dentro de tercero día desde que la sentencia cause ejecutoria, bajo
apercibimiento de ser lanzado este y todo otro ocupante, con el auxilio de la fuerza
pública si fuere necesario; 3.- Que el demandado debe restituir todos los frutos
naturales y civiles de la cosa, y todos aquellos que los actores hubiesen podido
obtener con mediana inteligencia y actividad, si hubiesen tenido en su poder el
predio, desde el día que entró en posesión de la propiedad, debiéndosele
considerar poseedor de mala fe para todos los efectos legales; 4.- Que el
demandado debe indemnizar por todos los deterioros que por, por hecho o culpa,
ha sufrido la cosa. Se reserva el derecho de pedir la determinación de los frutos y
deterioros indicados en los números anteriores, en el cumplimiento del fallo; 5.-
Que sea condenado al pago de las costas de la causa.
2.- Que a fs. 14, compareció SEGUNDO VICTOR GUTIERREZ MAMANI,
C.I. 7.923.839-2, agricultor, domiciliado en Sitio 143, Ayllu de Solor, San Pedro de
Atacama, y contestó la demanda solicitando rechazar aquella en todas sus partes,
con expresa condena en costas.
Indicó primeramente que tiene la posesión de la propiedad materia de la litis
desde aproximadamente el año 1983 y no desde el año 1998, destinando la
propiedad bajo su amparo a labores agropecuarias y de cultivo, cada día más
difíciles, en atención a la escasez hídrica de la zona. De lo anterior, surgió como
una nueva forma de obtener ingresos, la elaboración de ladrillos de adobe,
cuestión a la que se ha dedicado hasta la fecha.
Su ingreso a la propiedad y la posesión permanente, continua, exclusiva,
sin violencia ni clandestinidad que ha ejercido respecto de ella no se produce
porque sí o sin causa ni motivo, sino que se basa en un acto entre indígenas, y
que dice relación con la existencia de una deuda entre don Anatolio Gavia
Ildefonso, padre y antecesor en el dominio de los demandantes y él, deuda que
nace de diversos trabajos efectuados por él (el demandado) a su favor y relativos
precisamente al cuidado y cultivo de la propiedad en cuestión, más la construcción
del cierre de su casa en el poblado de San Pedro de Atacama, en la zona del
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Foja: 1
centro, donde además aportó los bloques de adobe del cierre y su transporte a la
propiedad, ya que los hacía en la propiedad materia de la litis, deuda que se saldó
adquiriéndole la propiedad a don Anatolio Gavia en esa época, dándole, además,
cuatro animales, burros. En efecto, esto pasó en el año 1984, y sin que Gavia
Ildefonso le efectuara pago alguno de todos sus servicios, acordaron que se la
entregara como pago por ellos. Cabe destacar que el terreno era baldío y sin
provecho alguno, construyendo él una casa de adobe y otras construcciones
varias, cercándolo en su integridad y dándole un uso productivo de tipo
agropecuario y, luego, destinó el predio a la elaboración de ladrillos de adobe. En
consecuencia, su ocupación sobre la propiedad es en calidad de dueño, en virtud
de la costumbre indígena, es decir, que sus actos relativos a tierras están sujetos
a las normas de su etnia, específicamente la atacameña, de la que son parte él, el
Sr. Gavia Ildefonso e, incluso, los demandantes. Su adquisición de la propiedad al
padre de los demandantes, don Anatolio Gavia Ildefonso, no se formalizó en los
términos de la legislación civil chilena, atendida la fecha en que se realizó el
negocio y las condiciones naturales de quienes en él participaron, siendo ambos
de origen indígena y, por ende, sujetos a tradiciones propias que no incluyen el
otorgamiento de escrituras sobre sus asuntos terrenales, bastando en esa época
(incluso en muchos casos hoy en día) la sola palabra dada sobre el hecho,
reflejada en este caso por el reconocimiento explícito de lo pacífico de su posesión
y, en congruencia con ello, la extensión ininterrumpida de aquella por más de 30
años.
Si optó por iniciar un proceso de regularización conforme a las normas del
DL 2695, ello sólo dice relación con la necesidad de regularizar su situación en
relación a la propiedad, en que cabe destacar es requisito que no se reconozca
dominio ajeno y se alegue posesión, por lo que dicha circunstancia en nada afecta
la alegación de dominio que hace en este juicio. Entonces, la ocupación del
terreno en cuestión nace de una cuestión de corte contractual entre don Anatolio
Gavia y él. Su ingreso a la propiedad ha sido expresamente autorizado por don
Anatolio Gavia Ildefonso en el año 1983, época en la cual era el titular inscrito de
la misma y luego entregada en pago en el año 1984, por lo que la posterior venta
a sus hijos y demandantes de autos no es sino un intento por aprovecharse de la
circunstancia de no haber formalizado conforme al derecho civil chileno el contrato
celebrado entre él y el padre de los demandantes, y así beneficiar a sus hijos
vendiéndoles la propiedad.
De lo expuesto, puede señalar que ejerce y ha ejercido desde que adquirió
la propiedad, actos de dominio, es decir, sintiéndose señor y dueño de la
propiedad, con una posesión material de manera personal, permanente, continua
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Foja: 1
y exclusiva, sin clandestinidad ni violencia -en efecto pública- por un lapso de más
de 30 años a la fecha.
Alega en su favor que todo gobierno, incluido el poder judicial, deberá
respetar las formas y modalidades de transferencia de los derechos sobre la tierra
entre miembros de los pueblos de origen, en los términos del N° 1 del artículo 17
del Convenio N° 169, de la OIT, sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países
Independientes de la Organización Internacional del Trabajo, vigente en Chile
desde el año 2008, por lo que debe discutirse en proceso de lato conocimiento sus
alegaciones fundadas en la existencia de título, pues tiene prevalencia en atención
a lo dispuesto en el artículo 5° de la Constitución Política de la República. A su
turno, el artículo 54 de la Ley 19.253, Ley Indígena señala que "la costumbre
hecha valer en juicio entre indígenas pertenecientes a una misma etnia, constituirá
derecho, siempre que no sea incompatible con la Constitución Política de la
República". En este caso, su parte alega y demandará reconvencionalmente, la
declaración de su derecho de dominio sobre la propiedad, en función de la
costumbre indígena, en relación al acto de transferencia efectuado entre indígenas
de una misma etnia, a saber, la atacameña. Sobre la forma de adquisición, ya en
el juicio de precario habido entre las partes, rol C-347-2014, de este mismo
tribunal, la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, informó que la
compraventa de cualquier cosa, e incluso de inmuebles se realiza sin contrato
escrito o "a trato", donde la palabra es el paso fundamental, acto que se establece
normalmente ante testigos.
Entonces, primeramente existe un acto entre indígenas que constituyó una
forma de adquirir el dominio por él, por quien era titular en el dominio de la
propiedad transferida, lo que determina la carencia de dominio de aquellos
respecto de la propiedad reclamada al no tener su tradente derecho alguno que
transferirle a los demandantes. Luego, en subsidio, alega la prescripción extintiva
o liberatoria de la acción reivindicatoria deducida en autos por la extinción del
derecho de los demandantes en función de la adquisición del mismo por su parte,
cuya declaración a ese respecto, en calidad de adquisitiva, solicita en la demanda
reconvencional. En este caso, la posesión que da inicio a la prescripción
adquisitiva del derecho de dominio alegado debe considerarse desde su
adquisición, misma que se produjo en el año 1984. En consecuencia, si bien al
inicio de la posesión material de la propiedad por su parte, aquella tenía el
carácter de mera tenencia, desde que trabajaba la propiedad para don Anatolia
Gavia, en el año ya referido dicha calidad mutó a una posesión en lo que la
doctrina conoce como interversión de la posesión, cuestión que encuentra amparo
en lo dispuesto en la regla 3a del artículo 2510 del Código Civil, pues no ha
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Foja: 1
reconocido la calidad de dueño de los demandantes y ha poseído la propiedad sin
violencia, clandestinidad ni interrupción por el mismo lapso.
En cuanto a la calificación de poseedor de mala fe efectuada por el actor
principal, su parte discrepa de ella, tanto porque su fundamento fáctico no es
efectivo, desde el momento en que la solicitud de regularización se basa en su
calidad de poseedor y no en el reconocimiento de dominio ajeno y que, luego, en
la calidad de poseedor que asume, no tiene obligación de devolución a nadie.
Concluye solicitando tener por contestada la demanda y, en definitiva,
rechazar la demanda incoada en todas sus partes, con expresa condena en
costas.
3.- En el primer otrosí de su presentación, demandó reconvencionalmente a
don JORGE LEONEL GAVIA MONDACA y a don SERGIO ARTURO GAVIA
MONDACA, ya individualizados, solicitando declarar su dominio sobre la
propiedad que corresponde al lote N° 143 del Ayllu de Solor, de la comuna de San
Pedro de Atacama, ordenando su inscripción a su nombre y la cancelación de
aquella que obra a favor de los demandados reconvencionales a fs. 543 N° 327-A
del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de El Loa-Calama,
correspondiente al año 1999, con costas.
En síntesis, reiteró lo expresado en su contestación, y agregó que probado
que sea el acto de transferencia del derecho real de dominio sobre la propiedad, la
demanda reconvencional debe ser acogida y así, declararse judicialmente su
dominio respecto del bien raíz.
Considerando, asimismo, la forma de transferencia de dominio de los
indígenas, es decir, verbal y sin el requerimiento o exigencia de inscripción, se
concluye que no puede aplicarse a este respecto las normas sobre posesión
inscrita del CC por ser ellas contradictorias con el sistema indígena antes
enunciado. Así, las cosas, de la comunión de la legislación indígena en relación al
acto de transferencia o forma de adquirir el dominio entre indígenas permite
establecer su dominio sobre la propiedad, sin que fuera necesaria inscripción
registral alguna. Siendo nuestro sistema registral uno que determina una
inscripción con carácter constitutiva, siguiendo la dualidad título-modo y,
consecuentemente, produciéndose la transferencia del dominio de los inmuebles
en el registro o intra-registralmente, no se puede obviar que un caso como este
constituye una excepción a dicha regla, pues la transferencia de dominio,
tratándose de actos entre indígenas de las características del que motiva la
alegación, se produce extra-registro y, por ende, la inscripción que se pueda
realizar a su respecto es de carácter declarativo, al haber adquirido el demandante
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reconvencional el dominio al cumplirse el acuerdo al que se llegó con Gavia
Ildefonso, por lo que se trata de un sistema distinto y, por ende, excepcional.
En subsidio de la solicitud precedente, demanda la declaración de dominio
de la propiedad, por cumplirse los requisitos para que así se declare. Su parte
ingresó a la propiedad con autorización de su dueño en esa época, 1983. Luego,
en el año 1984, su mera tenencia pasó a ser posesión, dado que celebraron con el
Sr. Gavia Ildefonso un acuerdo en virtud del cual le transfirió dicha propiedad por
las deudas que tenía con él. Desde ese momento, su mera tenencia se transformó
en posesión, en lo que se conoce como interversión de la posesión. Al haberle
transferido la propiedad en virtud de dicho acto, se concluye que tenía un título,
que dicho título lo transformaba en poseedor regular y, consecuentemente, su
mera tenencia se transformó en posesión. La ley permite esta forma de mutación
e, incluso, la regula, en los artículos 730 y 2510 del CC, específicamente su regla
3a. A ese respecto, estima que se satisfacen los requerimientos de dicha norma al
respecto, pues se evidencia un cambio en su conducta en relación a la propiedad,
asumiéndose con ánimo de señor y dueño. Incluso, tratándose de una
prescripción de naturaleza extraordinaria, el título es innecesario, presumiéndose
siempre la buena fe, empero, la regla tercera establece requisitos para la
interversión, que estima cumplir a cabalidad, pues el cambio se ha producido por
la existencia de un título, es decir, se inicia la posesión regular en un momento
preciso y determinado, que es el acto de transferencia acordado con Gavia
Ildefonso. Luego, su parte no ha reconocido ni expresa ni tácitamente dominio por
los demandados, de manera tal que, incluso, alegó su posesión como fundamento
de un procedimiento de regularización del DL 2695, cuyo requisito es,
precisamente, la posesión y, finalmente, que su parte ha poseído la propiedad por
un tiempo superior el exigido por la ley, sin violencia, ni clandestinidad, posesión
que no ha sido interrumpida en dicho lapso.
Considerando, asimismo, la forma de tradición de los indígenas ya referida
anteriormente, no puede aplicarse a este respecto el artículo 2508 del CC por ser
contradictorio con aquellas.
Así las cosas, de la comunión de la legislación indígena en relación al acto
de transferencia y la norma civil, en cuanto permite establecer un plazo que
determina la adquisición del derecho de dominio por el modo de adquirir
denominado prescripción, en este caso se puede establecer su dominio sobre la
propiedad ya indicada, sin que fuere necesaria inscripción registral alguna, habida
consideración del acto entre indígenas que dio origen a la posesión alegada. Así
las cosas, el inicio de la prescripción en este tipo de casos no puede exigir una
inscripción, pues se trata de actos que, por la naturaleza indígena de quienes
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participan en él, y las normas internas sobre transferencia de la propiedad de
dicha agrupación étnica, no la requieren.
En cuanto a la clasificación de la prescripción, estima que al contar con el
título de que se ha dado cuenta, se está en presencia, sin duda, de la prescripción
adquisitiva ordinaria y, en tal consideración, el plazo de su cumplimiento es de 5
años, que ya se encuentran cumplidos. Si el tribunal estimara que dicho título
carece de algún elemento para permitir estimárselo como fuente de una posesión
regular, igualmente concurren los requisitos de la prescripción extraordinaria,
contenida en los artículos 2510 y siguientes del CC, pues ella consagra un plazo
de 10 años que están evidentemente cumplidos en este caso, modo de adquirir
que alega en subsidio.
Concluyó solicitando tener por interpuesta demanda y, en definitiva,
acogerla en todas sus partes: 1.- Declarando que el demandante reconvencional
es dueño de la propiedad que corresponde al lote N° 143 del Ayllo de Solor, de la
comuna de San Pedro de Atacama, de una superficie de 4,95 he., individualizado
en el plano N° 77.689, ubicado en Solor, comuna de San Pedro de Atacama,
Provincia El Loa, Región de Antofagasta, y que deslinda: Al Norte: Con lote N°
154-A; Al Sur: Con terrenos fiscales; Al Oriente: Con Lote N° 142-A, y; Al
Poniente: Con terrenos fiscales y Lotes N°s. 144-B y 144-A, ordenando su
inscripción a su nombre en el Conservador de Bienes Raíces de El Loa-Calama,
por aplicación de la tradición entre indígenas o la prescripción adquisitiva, según
se estime de derecho; 2.- Ordenando la cancelación de la inscripción registral que
obra respecto de dicha propiedad a favor de los demandados reconvencionales, a
fs. 543 N° 327-A del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de
El Loa-Calama, correspondiente al año 1999; 3.- Que los demandados
reconvencionales sean condenados en costas.
4.- En el segundo otrosí de su libelo, para el caso en que el tribunal estime
acoger la demanda principal de reivindicación y desechar la demanda
reconvencional incoada en el primer otrosí, demanda a los ya individualizados
Jorge Leonel Gavia Mondaca y a don Sergio Arturo Gavia Mondaca, a fin que el
tribunal declare la obligación de aquellos de abonar las expensas invertidas en la
conservación de la cosa, considerando las necesarias, como el cierre de la
propiedad en la mayor parte de su extensión, y las útiles, es decir las que
aumenten el valor de la cosa, como ocurren con las construcciones efectuadas en
la propiedad y que corresponden a piezas de adobe, más una capilla, valorizando
dichas construcciones en la suma de $5.000.0000.
Dichas construcciones han sido efectuadas con mucha anterioridad a la
contestación de la demanda, aun cuando su parte entiende que debe ser
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considerada como poseedora de buena fe para estos efectos y alegando para ello
todo lo dicho en la demanda reconvencional a propósito de la prescripción
adquisitiva, y teniendo presente lo dispuesto en los artículo 908 y 909 del CC, es
que solicita declarar su derecho al abono solicitado y, asimismo, declarar el
derecho de retención que le corresponde hasta el pago de dichos abonos, en
virtud de lo dispuesto en el artículo 914 del mismo cuerpo legal.
Concluyó solicitando, en subsidio de la demanda reconvencional del primer
otrosí, tener por interpuesta demanda reconvencional de cobro de expensas
necesarias y útiles y declaración del derecho de retención en cuanto no se abonen
aquellas y, en definitiva, acogerla en todas sus partes, declarando la obligación de
los demandados de pagar a su parte las expensas por la suma de $5.000.000 o la
que se estime conforme a derecho y el mérito del proceso y, asimismo, declarar el
derecho legal de retención que le corresponde hasta el pago de ellas, todo ello,
con costas.
5.-A fs. 31 se evacuó la réplica de la acción principal. En ella reafirma lo
expuesto en la demanda.
La demandada sostiene la celebración del contrato de compraventa,
aduciendo la existencia de una deuda para con él, lo cual no es cierto, es más, lo
expuesto por el demandado solamente es señalado por él, toda vez que su
eventual contraparte, esto es, el padre de sus representados, está ya hace
muchos años fallecido. A mayor abundamiento, lo dicho por el demandado no es
cierto, pues en aquellos tiempos el padre de sus representados transfirió otro
inmueble de su propiedad, también ubicado en San Pedro de Atacama, a un
tercero ajeno a este juicio, pero dicho contrato de compraventa sí cumple con las
solemnidades y formalidades exigidas por ley, es decir, de constar por escritura
pública y posterior inscripción.
En este orden de cosas, jamás se celebró el referido contrato entre el padre
de sus representados y el demandado. Han sido sus representados quienes han
realizado actos propios de dominio como lo es; el pago del impuesto territorial
cuando correspondía y de los derechos de limpieza de canales. El dominio de sus
representados ha sido ratificado por la Excelentísima Corte Suprema, en juicio
sobre oposición, de regularización de la pequeña propiedad raíz. Desde el año
1984, el demandado se ha aprovechado injustamente del terreno de sus
representados, explotándolo y desmejorándolo al punto de tornarlo inculto.
6.- En el primer otrosí de la presentación, el actor principal contestó la
demanda reconvencional de declaración de dominio solicitando se sirva rechazarla
en todas y cada una de sus partes.
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Expresó que su parte niega la celebración de cualquier contrato o acto entre
el demandado y el antecesor dominical del inmueble de autos y padre de sus
representados don Anatolio Gavia, en cuya virtud se le haya tradido al Sr.
Gutiérrez Mamani, el inmueble. Existiendo esta negación absoluta del supuesto
contrato entre el antecesor y el demandado, no tiene cabida posesión alguna por
el que se pretende ahora dueño sin serlo, sino que solamente reviste la calidad
jurídica de mero tenedor del inmueble, pues siempre el demandado ha reconocido
el dominio de sus representados, cuando estos se lo solicitaron antes de iniciar
cualquier gestión judicial. A mayor abundamiento, en aquellos tiempos, el
antecesor y padre de sus representados celebró contrato de compraventa de un
inmueble, también ubicado en la comuna de San Pedro de Atacama,
cumpliéndose en dicho contrato las solemnidades y formalidades exigidas por el
legislador para la validez de estos contratos, vale decir, que se haya otorgado por
escritura pública y posterior inscripción conservatoria, lo cual demuestra de un
modo cierto que el antecesor concluía sus contrato al amparo de la legislación civil
chilena, sin tener cabida la costumbre indígena.
Dicho lo anterior, lo expuesto por el demandado, en cuanto al valor y la
vigencia de la costumbre indígena para el reconocimiento de este supuesto
contrato de compraventa verbal, no es más que un acto desesperado del
demandado para apropiarse de un inmueble de que no es dueño. Sus
representados han realizado actos de dominio, y la calidad de poseedor del
demandado le ha sido negado por la justicia ordinaria y civil, en causa sobre
regularización de la pequeña propiedad raíz, de manera que no ha existido la
referida prescripción extintiva del derecho de dominio de sus representados, pues
no existe inscripción que la ampare, sólo una mera tenencia.
De esta forma, su parte solicita el rechazo total de la demanda
reconvencional de declaración de dominio, promovida por la demandada, por no
ser efectivo los hechos en que se funda.
7.- En el segundo otrosí de su presentación, en subsidio de la contestación
de la demanda evacuada en el primer otrosí, contestó la demanda de abono de
expensas invertidas en la conservación del inmueble, a fin que se la rechace en
todas y cada una de sus partes, toda vez que siendo un poseedor de mala fe,
incluso desde antes de contestar la demanda, no procede abono alguno de
expensas, aún si ha hecho una explotación perjudicial del inmueble de autos.
Asimismo, tampoco procede se le declare el derecho legal de retención, pues
como se indicó es poseedor de mala fe.
8.- A fs. 36 el demandado principal evacuó la dúplica. En ella ratificó todas
las alegaciones efectuadas en la contestación. En relación a las cuestiones
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señaladas por el demandante principal en su escrito de réplica, señaló que la
circunstancia de que los hijos y demandantes de autos desconozcan el contrato
habido entre don Anatolia Gavia y su representado, en nada afecta a su vigencia y
validez, toda vez que fue celebrado de conformidad a las normas de la etnia a la
que pertenecen ambas partes de aquel. En definitiva, la discusión se provocará en
relación a la existencia del contrato y su prueba, aplicando para ello la costumbre
de la etnia, que no puede ser desconocida por el mundo civil, de conformidad a las
normas que hoy aplican a la situación indígena y aun cuando los demandantes
pretendan justificarla en otros hechos o contratos, pues es evidente que se debe
considerar a sus participantes y circunstancias y no otras situaciones, no siendo
definitorio la celebración de un contrato por aquel en otra forma.
Los pagos de limpieza y otros que son alegados por los actores, en nada
afecta a la alegación de su representado, tanto en cuanto ellos no tienen que ver
con la posesión material que él ha tenido sobre la propiedad desde el año 1983,
producto de los acuerdos con el fallecido Anatolio Gavia, que redundaron en su
entrega definitiva en 1984, posesión material que no es discutida y que ha sido
reconocida por los propios actores en otros procedimientos entre las mismas
partes.
El fallo de la Corte Suprema citado por el actor en su réplica, dice relación
con la oposición a un procedimiento de regularización intentado por su
representado, mismo en que la propia norma que lo regula permite al poseedor
inscrito oponerse con una evidente posibilidad de éxito y sin que ello constituya
una imposibilidad para su representado de alegar lo conveniente a sus derechos
en este procedimiento. Asimismo, no se puede olvidar que el artículo 3° del
Código Civil establece el principio del efecto relativo de las sentencias, incluso,
circunscribiéndolo a las causas en que se dictan, sin importar las partes de ella.
9.- En el primer otrosí de la presentación, se evacuó la réplica de la
demanda reconvencional. En ella ratificó todas las acciones y fundamentos
contenidos en la demanda reconvencional.
El demandado reconvencional quiere establecer su situación basándose en
conceptos propios del derecho civil, el que es ajeno a la costumbre indígena
alegada por su representado, cuya forma y caracteres ya han sido materia de
informes de las entidades respectivas, en que se establece la procedencia de la
transferencia verbal de propiedades en la etnia atacameña.
A su turno, en relación a la declaración sobre la calidad de poseedores
inscritos de los actores, en este caso se está solicitando aplicar la costumbre
indígena como fuente del derecho, y que, incluso, en caso de pugna de aquella
con las normas civiles, prima aquella en contra de las últimas, constituyendo en
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este caso una forma especial de efectuar la tradición de bienes raíces, pues es
una forma de hacerse de manera extra registral, por lo que la inscripción alegada
por los demandados no es oponible a su representado.
10.- En el segundo otrosí, evacuó la réplica de la demanda subsidiaria de
abono de expensas, ratificando todas y cada una de las alegaciones contenidas
en la demanda respectiva.
11.- En el primer otrosí del escrito de fs. 41 la parte demandada
reconvencional evacuó la dúplica de la demanda reconvencional de declaración de
dominio. En ella ratificó lo indicado en la contestación de la demanda. A su turno,
señaló que no ha existido este referido contrato de compraventa, sea al amparo
del derecho Civil o Indígena. El demandante reconvencional pretende valerse del
Derecho Indígena para justificar un dominio del cual carece completamente y al no
detentarlo, carece igualmente de pruebas que justifiquen su pretensión, de esta
forma, su acción se funda en recurrir a este derecho para constituirse una prueba
de fácil generación, esto es, la testimonial, a fin de que se entienda que existe un
contrato de compraventa celebrado sin ninguna solemnidad, de forma verbal y
hace más de 30 años, en que uno de los supuestos contratantes ha fallecido,
contrato que su parte desconoce absolutamente, pues, nunca se celebró y aquello
que no se celebró, no puede existe ni ayer, ni hoy ni nunca.
A mayor abundamiento, que dos o más personas pertenezcan a una misma
etnia indígena no es indiciario por sí mismo que todos y cada uno de sus negocios
jurídicos lo concluyan al amparo del derecho indígena, pues, en ese mismo
tiempo, el antecesor de los demandados reconvencionales celebró compraventa
de inmueble conforme al derecho civil, de manera que no existe motivo para
sostener que ciertos y determinados contratos los celebró conforme a este
derecho y otros de acuerdo a un Derecho Indígena, pues las personas hacen sus
negocios siempre de una misma manera.
12.- En el segundo otrosí del escrito de fs. 41 la parte demandada
reconvencional evacuó la dúplica de la demanda reconvencional de expensas. En
ella ratificó lo expuesto en la contestación de la demanda.
13.- A fs. 56 se dictó la interlocutoria de prueba, y se rindió la que obra en
autos.
14.- A fs. 156 se citó a las partes a oír sentencia.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que son hechos aceptados que tantos los actores, su padre y el
demandado pertenecen a la etnia atacameña; que el demandado principal ocupa
el inmueble en cuestión al menos desde el año 1984; y que él se ha dedicado a la
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elaboración de ladrillos de adobe. Al contrario, son controvertidos el dominio del
predio; el título y calidad de la posesión del demandado principal; que Anatolio
Gavia Ildefonso (Q.E.P.D.) haya transferido el bien raíz al demandado principal en
pago por servicios prestados; la existencia de una costumbre indígena relativa a la
adquisición meramente consensual de los bienes raíces; en su caso, el
cumplimiento de los requisitos de la prescripción adquisitiva extraordinaria; y la
existencia de mejoras introducidas en el inmueble por el demandado principal.
SEGUNDO: Que en cuanto al primer punto, se allegó, a fs. 3, copia
autorizada de inscripción Compraventa Anatolio Gavia Ildefonso a Sergio Arturo
Gavia Mondaca y otro, de fecha 02 de marzo de 1999, a fs. 543 N°327-A, del
Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de El Loa Calama, que
indica “Consta de escritura pública de CONTRATO DE COMPRAVENTA Y
ESCRITURA RECTIFICATORIA, suscrita el 23 de Octubre de 1.998, y 18 de
Enero de 1.999, ambas ante el Notario Público Titular de la Cuarta Notaría de El
Loa- Calama don JOSE MIGUEL SEPULVEDA GARCIA; que don ANATOLIO
GAVIA ILDEFONSO, chileno, casado y separado de bienes, agricultor, domiciliado
en calle Caracoles sin número, San pedro de Atacama, de paso en ésta, vendió,
cedió y transfirió a don SERGIO ARTURO GAVIA MONDACA, chileno, casado,
electromecánico, domiciliado en Calama, calle Colibrí n° 3.684 Villa Los
Flamencos, y don JORGE LEONEL GAVIA MONDACA, chileno, casado,
empleado, domiciliado en Calama, calle Paqui n° 732 Villa Caspana, quienes
compraron, aceptaron y adquirieron por partes iguales, el lote n° 143, de una
superficie de 4,95 hectáreas, individualizado en el plano N°77.689, ubicado en
"Solor", comuna de San Pedro de Atacama, Provincia de El Loa, Segunda Región,
y deslinda: al norte: con lote N°145-A; al sur: con terrenos fiscales; al oriente: con
Lote N°142-A; al poniente: con terrenos fiscales y lotes N°144-B y 144-A”.
Teniendo en cuenta la naturaleza y origen de este instrumento, que no ha
sido legalmente impugnado, justipreciado conforme al artículo 1700 del Código
Civil, hace plena prueba acerca de que los actores compraron el bien raíz litigioso
a su padre, inscribiendo la escritura de compraventa en el registro respectivo el 02
de marzo del año 1999.
TERCERO: Que en lo que atañe a la transferencia del bien raíz al
demandado principal en pago por servicios prestados, se produjo, a fs. 79, el
testimonio de Carlos Roberto Torres Ramos, cédula nacional de identidad N°
07.665.099-3, chofer mecánico, 58 años de edad, quien manifestó, en lo que
interesa, que “Ellos eran amigos desde los años setenta, el Sr. Anatolio Gavia le
pasó el terreno para cuidar y hacer labores agrícolas al Sr. Gutiérrez”, que “Don
Anatolio tenía varios terrenos, en Quitor, Solor, Yayes y las ventas de estos
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terrenos lo hacía con papeles de escritura de los terrenos. En Quitor al Sr.
Urdangarin le vendió una propiedad y los otros compradores, no recuerdo el
nombre, pero les vendió. Esto fue en los años setenta, no recuerdo la fecha
exacta”, y consultado acerca de si don Anatolio Gavia se regía por la costumbre
atacameña para comprar o vender, respondió que “[…] no, don Anatolio siempre
lo hacía en notaría para comprar o vender. Esto me consta, ya que yo veía los
papeles y además que yo vivía con él”; a fs. 82, el testimonio de Nelson Eduardo
Cruz Herrera, cédula nacional de identidad N° 05.358.200-1, pensionado, 66 años
de edad, quien manifestó, en lo que interesa, que “En estos momentos está la
familia Gutiérrez y tienen este terreno desde la década de los ochenta donde don
Anatolio Gavia entregó a don Víctor Gutiérrez el terreno para cuidarlo, regadío y
proteger el terreno. Este terreno lo entregó don Anatolio al Sr. Gutiérrez ya que
ellos no tenían donde vivir”, que “[…] don Anatolio Gavia siempre realizó sus
compra[s] o ventas de terreno en forma legal y a través de escritura pública, con
sus respectivas inscripciones ante el Conservador de Bienes Raíces, ocupando
muchas veces a su abogado don José Luis Ayala, siempre lo hacía así. Esto
ocurrió en la década de los ochenta. Los terrenos que vendió fueron en el Sector
de Quitor, Socor, Solor y en el Pueblo de San Pedro de Atacama. Las personas a
quién vendió fue a don Humberto Urdangarin y a sus hijos Jorge y Sergio Gavia y
a otro señor que no recuerdo su nombre, pero era de apellido Reales”, y
consultado acerca de si don Anatolio Gavia se regía por la costumbre atacameña
para comprar o vender, respondió que “[…] don Anatolio no se regía por la
costumbre atacameña, él lo hacía a través de escrituras o poder notarial”, que esto
lo sabe porque “Yo era ahijado de bautizo de don Anatolio y su esposa, por lo que
siempre estuve muy cercanos a ellos ayudado en sus quehaceres tanto agrícola
como ganadero”; a fs. 85, el testimonio de Jaime Luis Huanca Bautista, cédula
nacional de identidad N°22.798.345-0, nacionalidad boliviana, soldador, 50 años
de edad, quien manifestó, en lo que interesa, que “Las personas que habitan el
terreno son la Familia Gutiérrez y están allí desde el año 1984 y esto fue para
ellos pudieran vivir allí, ya que no tenían donde estar y don Anatolio Gavia les
facilitó el terreno”, que “Don Anatolio le prestó el terreno para que viviera allí, ya
que él era el dueño y ellos estaban allí ya que no tenían a donde ir”, y que “Don
Anatolio siempre vendía sus terrenos con papeles e incluso en Quitor tenía un
terreno y lo vendió al Sr. Cruz y lo hizo a través de papeles y otros terrenos
también vendió y lo hizo de la misma forma. Don Anatolio tenía también terrenos
en Solcor y otro terreno en el pueblo de San Pedro de Atacama y también lo hizo
con papeles; el año que vendió fue en 1984 y 1998 que vendió a sus hijos ”; a fs.
89, el testimonio de Elvira Ramos Cruz, cédula nacional de identidad N°
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6.233.815-6, agricultora, 70 años de edad, quien manifestó, en lo que interesa,
que “Sí, es efectivo que don Segundo ocupa la propiedad […] desde el año 1983,
él ingresó de manera pacífica porque el terreno se lo pasó el dueño, don Anatolio
Gavia”, que “Sí hubo un contrato de venta entre don Anatolio Gavia y don
Segundo Gutiérrez. Yo me imagino que el dueño se lo quería vender a don
Segundo ya que él estaba tratando de vender todos sus terrenos y por este
terreno tenían un compromiso de que se lo iba a ir pagando de a poco porque don
Segundo le había construido una piezas en otro terreno y eso fue ocupado como
abono”, que la venta de terrenos entre atacameños "Era de palabra, y cuando se
hacían los títulos era cuando iba bienes nacionales y esto fue sólo en dos
oportunidades”, que sabe esto “[…] porque mis padres compraban así y con los
años ellos regularizaban, los terrenos ellos los tenían por herencia”, que le consta
que don Anatolio Gavia la traspasó la propiedad a don Segundo Gutiérrez “[…]
Eso fue porque mi padre me contó que habían hecho un trato don Anatolio con
don Segundo”, y que no sabe si su padre fue testigo “[…] pero sé que don
Segundo se lo contó a mi padre”; a fs. 93, el testimonio de Elsa Erter Miranda
Ramos, cédula nacional de identidad N°4.413.155-2, agricultora, 70 años de edad,
quien manifestó, en lo que interesa, que “Yo sé por mis padres que don Segundo
Vivía allí porque ellos tenían sus predios muy cerca, él ingresó de manera
pacífica”, sobre el motivo del ingreso de don Segundo Gutierrez al terreno que “ No
sé muy bien en ese aspecto pero se decía que don Segundo le trabajaba a don
Anatolio para comprar el terreno”, que la venta de terrenos entre atacameños "[…]
antes era de palabra los contratos no existía el documento como ahora”, que
“Como decía antes se hizo un contrato de palabra por que don Segundo vive
tantos años allí pensábamos que él era el dueño y la adquirió de palabra con don
Anatolio ya que antes se hacía así”, y que esto lo sabe “[…] porque don Segundo
lo conversó con mi papá, eran amigos”; a fs. 99, copia autorizada de inscripción de
compraventa Ildefonso Valdivieso a Anatolio Gavia Ildefonso, de fecha 01 de
febrero de 1947, en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes raíces de
Calama, por la cual Anatolio Gavia compró las acciones y derechos del vendedor
Ildefonso Valdivieso sobre parte del potrero "Monte" o "Carabalti", ubicado en San
Pedro de Atacama; a fs. 100, copia autorizada de inscripción de compraventa Julio
Reyes a Anatolio Gavia Ildefonso, de fecha 15 de febrero de 1949, a fs. 120 vuelta
N°99 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes raíces de Calama, por
la cual Julio Aguilar Reyes y María Aguilar Reyes vendieron cedieron y
transfirieron al comprador una propiedad agrícola denominada "Cacharache",
ubicado en el ayllu de Quitor, San Pedro de Atacama; a fs. 113, copia autorizada
de inscripción de compraventa Eugenio Eliseo Corante Liquitay a Anatolio Gavia
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Ildefonso, de fecha 30 de septiembre de 1987, a fs. 1495 vuelta N°933 del
Registro de Propiedad del Conservador de Bienes raíces de Calama, por la cual
Eugenio Elíseo Corante Liquitay vendió y transfirió a don Anatolio Gavia Ildefonso
el predio ubicado en el Oasis de San Pedro de Atacama, en "Suchor"; y a fs. 116,
copia autorizada de inscripción de compraventa Anatolio Gavia Ildefonso a
Humberto Undangarín Beltrán, de fecha 9 de diciembre del año 1987, a fs. 1898
vuelta N°1113 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes raíces de
Calama, por la cual el vendedor, don Anatolio Gavia Ildefonso, vendió, cedió y
transfirió al comprador el sitio denominado "Potrero Cacherache" y un predio
ubicado en el Oasis de San Pedro de Atacama, en "Suchor".
La escasa prueba de la parte demandada es insuficiente para comprobar el
acto jurídico al que se aferra, debido a que únicamente aportó la declaración de
dos deponentes que, a pesar de estar contestes, no son presenciales, al haberse
enterado del supuesto acuerdo por los dichos de terceros que, a su vez, lo oyeron
del padre de los demandados, de modo que ni siquiera cabe mirarlas como bases
de presunción judicial. Por si esto fuera poco, la parte actora suministró la
declaración conteste de dos testigos (Torres Ramos y Cruz Herrera) que
coincidieron en que el padre de los actores solía cumplir con las solemnidades
legales al celebrar contratos sobre bienes raíces, asertos que son respaldados por
los instrumentos públicos acompañados, todo lo cual, pese a no ser bastante para
descartar el acto jurídico en cuestión, sí torna en menos creíble la versión del
demandado. Por otro lado, la mera circunstancia de mantener la ocupación por un
largo tiempo no es indicio de la celebración del contrato, tanto porque no es la
única explicación de la retención del bien raíz, cuanto porque tampoco desvirtúa la
teoría de la contraria.
CUARTO: Que en razón de lo concluido en el basamento anterior, es inútil
detenerse en la costumbre indígena, toda vez que aunque existiera, al no constar
el acto jurídico esgrimido por el demandado, ella sería inaplicable.
QUINTO: Que es turno de examinar el título en que descansa la tenencia
del demandado principal y la calidad de la misma. Aquí conviene recordar que el
mismo demandado principal admitió que en un comienzo ocupó el inmueble en
calidad de mero tenedor. Adicionalmente, en los escritos de la etapa de discusión,
la parte demandada le atribuyó el carácter de título al ‘acto de transferencia’
posterior que habría mediado entre Anatolio Gavia Ildefonso y él. Entonces, no
establecido tal acto, únicamente se debe concluir la carencia de un justo título
posesorio y que se ha mantenido su mera tenencia. Por lo mismo, y por expresa
disposición legal (artículo 2510 N° 3 del Código Civil), se debe presumir la mala fe
del ocupante.
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SEXTO: Que en la medida que el reconviniente invocó también a su favor la
prescripción extraordinaria, toca cerciorarse de sus presupuestos. Al respecto, se
cuenta, a fs. 79, con el testimonio de Carlos Roberto Torres Ramos, quien, en lo
que importa, comentó que “[…] la familia Gutiérrez, compuesto por cuatro
matrimonios, [no] recuerdo nombres, ni apellidos. Ellos viven allí desde los años
setenta y llegaron como cuidadores del terreno, ya que había que regar el sitio”,
que “Sí, siempre don Sergio y don Jorge Gavia le han pedido el terreno. Este
pedido comenzó desde el año 2002 cuando falleció don Anatolio Gavia. Don
Sergio y don Jorge con documentos de notaría le solicitaban el abandono de la
propiedad, eran papeles de escritura que ellos eran los dueños de la propiedad.
Los ocupantes solicitaron un plazo para irse, esto fue de seis meses, después de
pasado esos meses, solicitaron más meses para irse, cosa que nunca pasó. Esto
me consta ya que yo soy amigo de don Sergio y él siempre me comentaba esto”,
que “Ellos eran amigos desde los años setenta, el Sr. Anatolio Gavia le pasó el
terreno para cuidar y hacer labores agrícolas al Sr. Gutiérrez”, que este “[…] ha
hecho unos hoyos en el terreno para sacar arcilla y hacer adobes para vender y
es rentable, ya que vendió [h]artos adobes y esto lo comenzó desde el tiempo que
le entregó el terreno”, que “No, no han hecho nada, las casas que están son de
material ligero, y no tienen valor ya que son de cholguan y latas”, que actualmente
quien ha pagado contribuciones, derechos de agua y demás es “Don Sergio Gavia
y don Jorge Gavia, pero ahora el terreno está liberado de impuesto”, y que la
conducta de Anatolio Gavia “Era una conducta de patrón, como el dueño de la
propiedad”; a fs. 82, con el testimonio de Nelson Eduardo Cruz Herrera, quien en
lo que importa, comentó que “En estos momentos está la familia Gutiérrez y tienen
este terreno desde la década de los ochenta donde don Anatolio Gavia entregó a
don Víctor Gutiérrez el terreno para cuidarlo, regadío y proteger el terreno. Este
terreno lo entregó don Anatolio al Sr. Gutiérrez ya que ellos no tenían donde vivir”,
que “Yo acompañé a don Anatolio en el año 2000 como chofer de su camioneta y
fuimos donde el Sr. Víctor Gutiérrez, el papá de don Segundo Gutiérrez, para
solicitar la devolución del terreno, ya que estaba vendido a sus hijos Jorge y
Sergio. El Sr. Víctor Gutiérrez dijo que estaba vendiendo sus últimas vacas y
enseguida le devolvía el terreno, dentro de una semana el Sr. Víctor Gutiérrez iba
a ir a su casa para finiquitar la entrega, cosa que nunca ocurrió. Después de la
muerte de Anatolio sus hijos Jorge y Sergio, me contaron que han estado
pidiéndole el terreno a don Segundo Gutiérrez y éste se comprometió a entregar
el terreno en seis meses, y hasta la fecha no lo ha hecho. Esto me consta por los
dichos de don Sergio y don Jorge, ya que ellos son mis vecinos en San Pedro de
Atacama”, que “Me contaron Jorge y Sergio que el Sr. Gutiérrez había solicitado a
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través de Bienes Nacionales regularizar el terreno, ya que este estaría
abandonado, cosa que no es efectiva. Esto lo hacía, ya que la familia Gutiérrez
vivían tantos años allí y don Anatolio nunca les reclamó la pronta devolución del
predio”, que “Don Anatolio me decía que don Segundo Gutiérrez hacía adobes y
los vendía, por eso estaban los hoyos en el terreno, ya que de allí sacaba la
materia prima”, y que la relación entre el demandado y el padre de los actores era
“Relación de cuidador, riego cuidado del predio don Segundo Gutiérrez,
conjuntamente con su papá don Víctor y como dueño del terreno don Anatolio
Gavia Ildefonso; y esta relación es aproximadamente entre los años 1983 y 1984,
Anatolio inicio este compromiso con don Víctor Gutiérrez, posteriormente se
comprometió a don Segundo Gutiérrez estos cuidados por la edad de su padre
don Víctor”; a fs. 85, con el testimonio de Jaime Luis Huanca Bautista, quien, en lo
que importa, comentó que “Las personas que habitan el terreno son la Familia
Gutiérrez y están allí desde el año 1984 y esto fue para ellos pudieran vivir allí, ya
que no tenían donde estar y don Anatolio Gavia les facilitó el terreno”, que “Sí se
les ha solicitado la devolución del terreno, esto lo hizo don Anatolio Gavia,
recuerdo que yo fui con él en el año 1997, don Anatolio consultó cuando dejarían
el terreno y ellos contestaron que esperara un tiempo para buscar donde irse,
pero hasta la fecha no pasó nada. Debo agregar que he ido en tres ocasiones con
don Anatolio, pero nunca entregaron el terreno. Recuerdo que el terreno se los
pasó a sus hijos para que ellos se hicieran cargo. Recuerdo que sus hijos también
solicitaron al Sr. Gutiérrez que se fuera del terreno, luego de seis meses lo mismo
pero hasta el día de hoy nada”, que “Sí, lo sabía que era don Anatolio Gavia el
dueño del terreno; en esos momentos el Sr. Gutiérrez fue a Bienes Nacionales
para quedarse con ese terreno, por esa razón que pedían seis meses más de
tiempo para poder hacer los trámites con Bienes Nacionales”, que “Don Anatolio le
prestó el terreno para que viviera allí, ya que él era el dueño y ellos estaban allí ya
que no tenían a donde ir”, que “Siempre don Anatolio estaba en reuniones, tenía
sus recibos de agua al día y todas sus cuentas pagadas”, que “Yo he visto que ha
hecho trabajos de adobe y quedó en el terreno unos hoyos y él vendió los adobes,
me imagino”, que “El Sr. Gutiérrez pidió seis meses de tiempo a don Sergio y
Jorge Gavia, y en esos momentos estaban haciendo trámites en Bienes
Nacionales; el trámite era para quedarse con el terreno y esto fue en el año 1998;
respecto que ha sucedido con ese trámite en Bienes Nacionales, no lo sé”, y que
quien actualmente paga los gastos de contribuciones, derechos de agua,
canalistas es “Don Sergio y don Jorge Gavia”; a fs. 89, con el testimonio de Elvira
Ramos Cruz, quien, en lo que importa, comentó que “Sí es efectivo que don
Segundo ocupa la propiedad […] desde el año 1983, él ingresó de manera
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pacífica porque el terreno se lo pasó el dueño don Anatolio Gavia”, que “El terreno
era eriazo porque yo he pasado por ahí y no tenía ningún cerco por lo menos e[n]
la parte del frente a los lados los vecinos tienen que haber cerrado”, que “Yo creo
que es dueño por el hecho de que él lo está ocupando por tantos años y nadie se
lo ha pedido y ahora como los terrenos están subiendo de valor lo necesitan”, que
“El sitio era eriazo y ahora don Segundo sembró alfalfa y tiene árboles ya que ese
terreno no tenía nada porque es muy retirado”, que “[…] se dice en la comunidad
de los regantes que él es el dueño por los recibos que se pagan del agua están a
nombre de él”, y que “Yo no sé con exactitud cuando él llegó pero más o menos
como en el año 1982”; a fs. 93, el testimonio de Elsa Erter Miranda Ramos, quien,
en lo que importa, comentó que “Yo sé por mis padres que don Segundo vivía allí
porque ellos tenían sus predios muy cerca, él ingresó de manera pacífica”, que “Sí
de manera pacífica y no hay clandestinidad no tiene por qué esconderse”, que
“Cuando él llegó el sitio era eriazo estaba abandonado hace más de veinte años
me contaba mi padre”, que “No entró a la mala ya que él conversó antes con el
dueño de la propiedad”, y que “Yo lo conozco ya que fui presidenta del grupo de
regantes de Solor entonces yo tenía que ir a ver el predio y allí vi que él había
sembrado maíz, y pasto alfalfa y piezas de adobes respecto de los valores no
sabría decirle. Pero tiene una buena inversión ya que tiene como 6 o 7 piezas”; y a
fs. 127 y 128, dos recibos de dinero por derechos de aguas, emitidos por
Comunidad de Regante San Pedro de Atacama Grupo Cinco-Solor.
La testimonial del reconviniente no es idónea para evidenciar la posesión
reclamada por él, ya que se trata de deposiciones genéricas, en parte de oídas,
que no detallan ni los períodos ni los actos o la conducta que le otorgarían la
calidad de poseedor, máxime si, por un lado, los testigos de la contraria
desmienten los asertos de los del contendor y, por otro lado, el propio demandado
admitió que inicialmente su ocupación descansaba en un título de mera tenencia.
Aunque ambas partes y sus testigos concordaron, en términos generales, en que
Gutiérrez Mamani ejecutó ciertos actos que podrían estimarse que son de aquellos
a que sólo da derecho el dominio (v. gr. la confección de ladrillos de adobe), mas
esta exactitud se estrella con la imprecisa ubicación temporal de ellos y, ligado a lo
anterior, se desconoce si fueron llevados adelante sin el consentimiento de quien
le disputa o podía disputar la posesión. Finalmente, los dos recibos de dinero por
derechos de aguas emanan de terceros –cuya identidad se ignora- que no
comparecieron a reconocerlos, de manera que, en ningún caso, son aptos para
persuadir acerca de una posesión pacífica, pública e ininterrumpida.
SÉPTIMO: Que en lo relativo a las mejoras, se tiene, a fs. 79, el testimonio
de Carlos Roberto Torres Ramos, quien, en lo pertinente, señaló que “No, no han
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hecho nada, las casas que están son de material ligero, y no tienen valor ya que
son de cholguan y latas”, y sobre la construcción de un muro por parte de
Gutiérrez Mamani respondió que “No, no lo sé, no tengo conocimiento de algún
trabajo”; a fs. 82, el testimonio de Nelson Eduardo Cruz Herrera, quien, en lo
pertinente, señaló que “No, no se han hecho mejoras en el terreno”, que “No ha
hecho trabajos en ese terreno; me consta que ha perjudicado el terreno, ya que se
encuentra con hoyos profundos dañando la agricultura y la forma de riego”, y
sobre la construcción de un muro por parte de Gutiérrez Mamani respondió que
“No, no sé de la construcción de ese muro”; a fs. 85, con el testimonio de Jaime
Luis Huanca Bautista, quien, en lo pertinente, señaló que “No, no se han hecho
mejoras, al contrario está el terreno con hoyos”; a fs. 89, con el testimonio de
Elvira Ramos Cruz, quien, en lo pertinente, señaló que “El sitio era eriazo y ahora
don Segundo sembró alfalfa y tiene árboles ya que ese terreno no tenía nada
porque es muy retirado” y que “Sí efectivamente le hizo unas piezas y un cierre
eso fue en el año 1983-1984, no sé cuánto duró el trabajo efectuado”; y a fs. 93, el
testimonio de Elsa Erter Miranda Ramos, quien, en lo pertinente, señaló que “Yo
lo conozco ya que fui presidenta del grupo de regantes de Solor entonces yo tenía
que ir a ver el predio y allí vi que él había sembrado maíz, y pasto alfalfa y piezas
de adobes respecto de los valores no sabría decirle. Pero tiene una buena
inversión ya que tiene como 6 o 7 piezas” y que “Yo encuentro que sí son útiles
porque ellos necesitan donde vivir ya que es una familia y cuando llegaron traían
un chiquitito”.
Desde luego se debe resaltar que no se produjo probanza alguna tendiente
a acreditar el valor de las presuntas mejoras, lo que tornaría innecesario analizar
su existencia. Con todo, sobre las edificaciones, sólo un testigo de cada parte
aludió a las mismas, no obstante, discreparon en el número de las mismas y nada
mencionaron en relación a quién solventó los gastos. Tan vaga como la anterior
fue la prueba orientada a establecer la construcción de un muro o cierre, en lo que
se detuvo fugazmente una de los cinco testigos.
DECLARACIÓN DEL DOMINIO DEL DEMANDADO EN VIRTUD DE
ACTO DE TRANSFERENCIA ENTRE INDÍGENAS.
OCTAVO: Que la parte demandada, tanto como defensa cuanto por vía de
reconvención, instó por el reconocimiento de su calidad de dueño del predio en
base al acuerdo verbal que habría mediado entre él y el padre de los actores. Sin
embargo, al no haber conseguido demostrar el demandado la celebración del
supuesto negocio jurídico, mal podría haberse convertido en propietario del
inmueble disputado.
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DECLARACIÓN DEL DOMINIO DEL DEMANDADO EN VIRTUD DE LA
PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA ORDINARIA.
NOVENO: Que la parte demandada, por vía de excepción, alegó la
prescripción extintiva de la acción reivindicatoria intentada y, al mismo tiempo,
reconvencionalmente, la prescripción adquisitiva ordinaria del dominio del predio.
Mas, para que opere este último modo de adquirir y, consecuencialmente, expire
la acción propietaria, se precisa la concurrencia de un título que, según el propio
Gutierrez Mamani, consistiría en la supuesta convención habida con el padre de
los demandantes. Por ende, ante el fracaso en la comprobación del mentado acto,
se carece de justo título que dé lugar a la posesión regular.
DECLARACIÓN DEL DOMINIO DEL DEMANDADO EN VIRTUD DE LA
PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA EXTRAORDINARIA.
DÉCIMO: Que, en subsidio de su argumentación previa y en términos
similares, Gutierrez Mamani invocó en su beneficio la prescripción adquisitiva
extraordinaria.
UNDÉCIMO: Que el primer presupuesto de la usucapión que se examinará
es la posesión. En este punto, a pesar de ser patente la tenencia, el demandado ni
siquiera consiguió acreditar la posesión material (en los términos del artículo 925
del Código Civil). Por cierto, tampoco es poseedor inscrito.
DUODÉCIMO: Que, a mayor abundamiento, el mismo demandado principal
reconoció que inicialmente ocupó el inmueble en calidad de mero tenedor, pero no
persuadió acerca de la convención que, según él, mutó su situación a la de
poseedor. En este marco, no es factible acceder a la prescripción pues, acorde al
artículo 2510 N° 3 del Código Civil, la existencia de un título de mera tenencia
hace presumir la mala fe y no da lugar a la prescripción, a menos de asistir las dos
circunstancias que a continuación detalla la norma y que, como se vio, no fueron
establecidas.
DECIMOTERCERO: Que, no obstante lo analizado, la solicitud de la parte
demandada además colisiona con diversas disposiciones del Código Civil, entre
ellas su artículo 2505, que preceptúan que para obtener la posesión de un bien
raíz inscrito es indispensable que quien lo hace exhiba una inscripción a su
nombre, de la que carece Gutierrez Mamani. De lo contrario, simplemente el
interesado no entra en posesión del predio y, de consiguiente, no es factible que
adquiera su dominio por prescripción, que es lo que ocurre en el caso sub lite.
DECIMOCUARTO: Que conviene destacar que la costumbre indígena a la
que apela el demandado principal no altera lo concluido. En efecto, aquella apuntó
a la forma de celebración del negocio (sólo verbal, sin requerir que se materialice
en escritura pública) y sus efectos (comoquiera que, o bien el título y el modo de
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adquirir se confundirían, o bien el acuerdo tendría eficacia real, suficiente para dar
origen al status posesorio y transferir el dominio). Entonces, frustrada la
demostración del tantas veces mentado acto jurídico, aunque tuviera vigencia la
norma consuetudinaria, no tendría cabida el régimen de excepción en que se asila
la parte demandada, subsistiendo plenamente el ordinario, máxime si el contenido
de la costumbre invocada no comprende a la ocupación como modo de adquirir ni
altera las reglas en materia de prescripción.
ACCIÓN REIVINDICATORIA.
DECIMOQUINTO: Que para la procedencia de la acción reivindicatoria se
requiere que sea entablada por el dueño de la cosa cuya restitución persigue, que
el demandado sea el actual poseedor de ella, y además que la cosa reivindicable
sea singular.
DECIMOSEXTO: Que el predio que se busca reivindicar es una cosa
individualmente determinada, tanto en sus datos de inscripción en el pertinente
registro como en la descripción de sus deslindes. Por otro lado, desde la
inscripción del título de dominio del predio (en el año 1999) ha transcurrido
sobradamente el término de la prescripción adquisitiva extraordinaria, lo que
constituye suficiente evidencia de que los demandantes son dueños del Lote
N°143. Asimismo, el inmueble objeto de la acción es ocupado por el demandado.
DECIMOSÉPTIMO: Que reuniéndose los presupuestos de la pretensión
reivindicatoria, no cabe sino aceptarla.
ACCIÓN RESTITUCIÓN DE FRUTOS E INDEMNIZACIÓN DE LOS
DETERIOROS DE LA COSA.
DECIMOCTAVO: Que, asentada la mala fe del demandado, al alero de los
artículos 906 y 907 del Código Civil, él es responsable de los deterioros sufridos
por la cosa por su hecho o culpa y de la restitución de los frutos, cuya existencia,
identidad y cuantía se determinará en la etapa del cumplimiento del fallo, según la
alternativa que hizo valer la parte actora.
ACCIÓN RECONVENCIONAL Y SUBSIDIARIA DE COBRO DE
EXPENSAS Y DECLARACIÓN DEL DERECHO DE RETENCIÓN.
DECIMONOVENO: Que el reconviniente fue incapaz de justificar la
efectividad de las expensas. Así, no cabe más que rehusar su cobro y, derivado
de ello, la declaración del derecho de retención. Por si esto fuera poco, no hay que
olvidar que el poseedor se encuentra de mala fe, hipótesis que excluye el derecho
de reembolso de las mejoras útiles, que es la correcta naturaleza de todas las
obras defendidas.
VIGÉSIMO: Que los demás elementos que obran en el proceso en nada
alteran lo que se ha venido razonando.
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Foja: 1
Rol N° C-24-2015
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Javier Ernesto Fuentes Urbina
C-24-2015
Fecha: 29/06/2016 15:16:29 Página 160
Foja: 1
Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del art. 162
del C.P.C. en Calama, veintinueve de junio de dos mil diecis éis .
En Calama, a tres de agosto de dos mil dieciséis, siendo las 10:44 horas, me constituí en el domicilio
PISO 2 de esta COMUNA, y procedí a notificar por cédula la sentencia de fecha 29 de junio de 2016.
Le hice entrega de copia íntegra conforme de dichos antecedentes a persona adulta del mismo
domicilio, quien se identificó como Malvina Flores Lastarria, tomo conocimiento y no estimo
SKRQDPRGK
NOMENCLATURAऀ: 1. [366]Recursos
JUZGADO ऀ: 2º Juzgado de Letras de Calama
CAUSA ROLऀ: C-24-2015
CARATULADOऀ: GAVIA / GUTIERREZ
MRXIFCRYE
CXYGGLXRL
XMTZYXRXX
PODER JUDICIAL
CIOU•LICA ol CH.l(
kj.k•1-1.
1 álin
01806415068969
Página 179
Pronunciado por la Primera Sala de la C.A. de Antofagasta integrada por Ministro Oscar Claveria G. y
Abogada Integrante Macarena Silva B. Antofagasta, veintidós de noviembre de dos mil dieciséis.
En Antofagasta, a veintidós de noviembre de dos mil dieciséis, notifiqué en Secretaria por el Estado Diario la
resolución precedente.
111
1
: 1:11191,
2
018061415068969
Página 180
PODER JUDICIAL
REPUBLICA DE CHILE
CORTE DEAPELACIONES ANTOFAGASTA
EXHORTO
OFICIO N° 3373-2016
Marcela Se Mori
Se. etaria(S)
Sr(a).
Juez(a)
Segundo Juzgado de Letras en lo Civil
CALAMA
/csp
Página 181
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CUMPLIMIENTO INCIDENTAL
En Calama, a diez de mayo de dos mil dieciocho, siendo las 12:47 horas, me constituí
en el domicilio de AVENIDA GRANADEROS N°2122, PISO. 2 de esta COMUNA, y
procedí a notificar por cédula al Abogado don ALEJANDRO VICENCIO RAMOS, el
escrito cumplimiento incidental y su resolución correspondiente. La copia íntegra
conforme de dichos antecedentes, la dejé con persona adulta del mismo domicilio, quien
se identificó como doña Tatiana Alfaro, secretari, tomó conocimiento y no estimó
necesario firmar. Doy Fe.-
Dchos. $40.000.-
FOJA: 5 .- cinco .-
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FOJA: 6 .- seis .-
NOMENCLATURA : 1. [4722]Certifíquese
JUZGADO : 2º Juzgado de Letras de Calama
CAUSA ROL : C-24-2015
CARATULADO : GAVIA / GUTIERREZ
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S. J. L. en lo Civil (2°)
XLGRFMXNJB
En San Pedro de Atacama, veintiocho de julio de dos mil dieciocho, siendo las 12:39
horas, me constituí en el domicilio de don SEGUNDO VICTOR GUTIERREZ
MAMANI, ubicado en calle AYLLU DE SOLOR, SITIO 143 N°1990 de la Comuna de
San Pedro de Atacama, y procedí a notificar personalmente, el escrito y la resolución de
fecha 04 de junio de 2018. Le hice entrega de copia íntegra conforme a dichos
antecedentes, tomó conocimiento y no estimó necesario firmar. Doy Fe.-
Drs. $40.000.-
Dist. $130.000
XDTDGQPVMZ
S. J. L. en lo Civil (2°)
En San Pedro de Atacama, a cuatro de octubre de dos mil dieciocho, siendo las 12:12
horas, me constituí en el domicilio de calle AYLLU DE SOLOR, SITIO 143 N°1990 de
la Comuna de San Pedro de Atacama, y procedí a notificar por cédula a don SEGUNDO
VICTOR GUTIERREZ MAMANI, el escrito lanzamiento con fuerza pública y la
resolución de fecha 28 de agosto de dos mil dieciocho. La copia íntegra conforme de
dichos antecedentes, se la dejé con persona adulta del mismo domicilio, quién se
identificó como don Willy Flores Gutiérrez, sobrino del demandado, tomó
conocimiento y no estimó necesario firmar. Doy Fe.-
Dchos. $50.000.-
Dis. $120.000
DQEWHLYJLG
S. J. L. en lo Civil (2°)
En San Pedro de Atacama, a veinticinco de octubre de dos mil dieciocho, siendo las 12:08
horas me constituí en el domicilio de AYLLU DE SOLOR, SITIO 143 N°1990 de la
COMUNA DE SAN PEDRO DE ATACAMA y procedí a notificar personalmente a Don
(ña) SEGUNDO VICTOR GUTIERREZ MAMANI, el escrito del día 22 de octubre del
presente año y su respectiva resolución de fecha veintitrés de octubre de dos mil dieciocho.
Se hace presente al Tribunal que el demandado se opuso al lanzamiento decretado en
autos. Tomó conocimiento y no quiso firmar. DOY FE.
Dchos.: $ 40.000.-
NRLXHXXMXX
S. J. L. en lo Civil (2°)
Drs. $500.000.-
Dist. $100.000.-