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LA PASCUA JUDÍA

La fiesta de la libertad

Pésaj es una de las más antiguas festividades celebradas en el mundo, e inaugura el calendario litúrgico
judío. La Pascua Judía es la primera de las fiestas de peregrinaje de esta religión. Su duración es de
siete días en Israel y ocho días en la Diáspora (aquellos Judíos que viven fuera de la Tierra Prometida).

Durante los años de esclavitud en Egipto, Dios envió diez plagas para que el faraón Ramsés II liberara
a su pueblo. La décima de ellas, conocida como la muerte de los primogénitos, eludió las casas de los
hebreos, las que, para ser reconocidas, fueron pintadas con la sangre de un cordero sacrificado, a
pedido de Dios.

Guiado por Moisés, el pueblo Judío atravesó el Mar Rojo y así logró huir de la esclavitud en Egipto y
llegar a la Tierra Prometida por Dios a Abraham. Pésaj celebra la condición de libertad que hará
posible recibir las Tablas de la Ley; revive el amargo y difícil pasaje de la esclavitud a la liberación: el
Éxodo.

Es tradición consumir pan sin levadura en Pésaj y su explicación reside en la prisa con que el pueblo
hebreo dejó Egipto. "Tomó, pues, el pueblo la masa antes que fermentara y, envolviendo en los mantos
las artesas de la harina, se las cargaron a hombros" (Ex.12:34). Es por esto que otro de los nombres de
Pésaj es Jag Ha-Matzot, "Fiesta de los Acimos". La matzá (pan sin levadura) representa la pobreza y el
dolor de la esclavitud, se la llama pan de la miseria o pan de la aflicción.

En el plenilunio del mes de Nisán, que en hebreo significa "flor"; antiguamente se celebraba la fiesta de
la primavera, Jag HaAviv. En este mes, no se recitan plegarias que mencionen sufrimientos o demandas
de perdón; "Todos los días de Nisán serán de alegría y regocijo para el pueblo de Israel". Durante el
Pésaj se acostumbra leer el libro bíblico del Cantar de los Cantares como un símbolo del amor de Dios
por el pueblo de Israel.

Los antecedentes de Pésaj se remontan a períodos anteriores a la esclavitud en Egipto, era una fiesta
con rituales efectuados por las tribus hebreas de pastores nómades, para celebrar la tierra. Con la
llegada de la primavera, se ofrecía el sacrificio de un cordero. Más tarde se iniciaba la cosecha de trigo,
que era santificada desechando toda masa fermentada (origen de la fiesta de los ácimos).

El sentido agrario y el histórico se fueron superponiendo, en la misma palabra "pésaj" se asimiló el


sentido entre el término "pasaj" que significa "pasar por alto, saltear" y korbán "Pesaj" que significa
"sacrificio del cordero".
EL SIGNIFICADO DE LA PASCUA

"tour" a los diferentes pasos en la celebración de la Pascua y vamos a destacar aquellos puntos que son
especialmente significativos para los creyentes en Jesús.

SACAR LA LEVADURA (Bedikat Jametz)

Antes de empezar la Pascua, toda la levadura, que es símbolo de pecado (I Cor. 5:6-8), debe ser
quitada de la casa judía. Se limpia la casa de arriba a abajo sacando cualquier cosa que contenga
levadura. Después, la noche antes de la Pascua, el padre de la casa toma las herramientas tradicionales
de limpieza: una pluma, un cuchillo de madera y una bolsa y busca por toda la casa cualquier pedazo de
levadura que halla sido olvidada (¡mi mamá solía ponerla arriba de la heladera para que mi papá no
buscara toda la noche!)

LAVAR LAS MANOS (Urjatz)

Una vez que la levadura es sacada, la familia se sienta alrededor de la mesa y ceremonialmente lava las
manos con un aguamanil y una toalla. Jesús también lo hizo así pero en lugar de lavarse las manos, se
levantó de la mesa y les lavó los pies a los discípulos, dando una lección de humildad sin igual (Juan
3:2-17).

ENCENDER LAS VELAS (Jadelaket)

Cuando la casa y los participantes están limpios ceremonialmente, la celebración del Seder
puede comenzar. La mujer de la casa dice una bendición y enciende las velas de la Pascua. Es
apropiado que las mujeres iluminen la casa, por que fue a través de una mujer que la luz llegó al
mundo, el Mesías. (Gén 3:15)

HAGADA

Hagadá significa "contar la historia" de la Pascua. La historia se basa en la respuesta a cuatro


preguntas hechas por los hijos. Una de ellas es: ¿Por qué ésta noche es diferente de todas las
otras noches? El padre procede a contar la historia del éxodo de Egipto, leyendo del libro "el
Hagadá" y usando símbolos y lecciones prácticas para mantener el interés de los más pequeños.

LA PRIMERA COPA DE VINO (Kadesh)

El Seder comienza recitando antes de tomar la primera de las cuatro copas de vino: "Bendito seas Tu,
Adonai nuestro Dios, rey del universo, quien creó el fruto de la vid". Jesús mismo bendijo la primera
copa en Lucas 22:17-18.

LA SEGUNDA COPA DE VINO (Mishpat)

La segunda copa es para que recordemos las diez plagas y el sufrimiento de los egipcios cuando
endurecieron sus corazones contra Dios. De manera que no nos regocijemos por el sufrimiento de
nuestros enemigos (Prov. 24:17), derramamos una gota de vino (lo cual es un símbolo de gozo)
mientras recitamos cada una de las diez plagas, recordando de ese modo que
nuestro gozo disminuye con el sufrimiento de los demás.

AFIKOMEN (Yajatz)

Una tradición muy curiosa aparece ahora. En la mesa hay una bolsa con tres
compartimentos y tres pedazos de matzos. La matza del medio se saca, se quiebra y la mitad se pone de
nuevo adentro de la bolsa. La otra mitad se envuelve en una servilleta de lino y se esconde, para ser
sacado después de la cena.

EL PLATO DEL SEDER

Los rabinos han desarrollado una serie de lecciones objetivas para mantener la
atención de los pequeños durante la celebración Pascua. Estas cosas son
probadas por cada persona, mientras reciben la instrucción de sentirse como si
estuvieran ellos huyendo de Egipto.

KARPAS

La primera cosa que se prueba son las karpas, normalmente perejil, el cual es un símbolo de vida. El
perejil está sumergido en agua salada, un símbolo de lágrimas, y se come para que recordemos que la
vida de nuestros antepasados fue "sumergida" en lágrimas.

BEITZAH

Un huevo (marrón) esta sobre el plato del Seder para que pensemos en el diario sacrificio
quemado que no se puede ofrecer por falta del templo de Jerusalén. En la mitad del Seder
de la Pascua la gente ve que no tienen la posibilidad de hacer un sacrificio que los justifique
delante de Dios.

MAROR

Usualmente consiste en rábano picante picado y se come lo suficiente (con Matzo) para
producir lágrimas. La idea es que no podemos apreciar la dulzura de la redención sin
experimentar la amarga esclavitud.

JAROSET

El Jaroset es una mezcla dulce de manzanas picadas, nueces picadas, miel, canela y un
poquito de vino rosado por el color. Esta mezcla dulce, marrón y pastosa es símbolo del
cemento que nuestros antepasados usaron para construir ladrillos en la tierra de
Egipto. ¿Por qué recordamos una experiencia tan amarga con algo tan dulce? Los rabinos tienen un
buen discernimiento: aún la más amarga de las tareas puede ser dulce cuando se acerca la
redención. Esto es especialmente verdad para los creyentes en el Mesías. Podemos encontrar dulzura
aún en las experiencias mas amargas porque sabemos que nuestro Señor está por venir.

UN HUESO DEL CORDERO


En cada casa judía, en cada plato de Seder, hay un hueso de cordero sin carne. En el libro de Exodo, los
primogénitos judíos eran salvados del ángel de la muerte por la aplicación de la sangre de un cordero
inocente, sin mancha, en los dinteles de sus puertas de esa manera Dios llevó el pueblo desde la
esclavitud hacia la libertad. Hoy, creemos que Jesús es el cordero de la Pascua perfecto y que cuando
aplicamos Su sangre a los dinteles de nuestro corazón, pasamos de la muerte a la vida, de la esclavitud
del pecado hacia la libertad de ser un hijo de Dios redimido. Como Juan el Bautista dijo cuando vio a
Jesús caminando hacía él "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo." (Juan 1:29)

LA CENA

Ah! A pesar de las maravillas de la tecnología moderna, todavía no podemos traerles la parte más
memorable de la Pascua….la cena. ¡Exactamente como la abuela solía hacerla! Imagina… la sopa de
pollo caliente; bollos de matzo; algún matza; rebanadas de pescado casero con rábano picante que te
hace llorar; más matzo, hígado picado con cebollas fritas sobre lechuga; más matzo; ensalada; más
matzo; más cebollas fritas; más matzo ….y ésta es la entrada!

Después viene la cena…¿puedes olerla? Un pecho de res tierna con repollo; más matzo; pollo saltado;
pollo al horno; pollo estofado; pollo hervido; pollo asado; pollo cocido y más matzo; un pavo entero al
horno, más matzo, chauchas cortadas con cebollas; más matzo; batatas; más matzo; puré de papas
nadando en manteca y más matzo.

¿Están listos para el postre? Tienen que esperar, porque ahora es tiempo de continuar con el Seder.

BUSCAR EL AFIKOMEN (Pedazo de Matza)

Después de terminar con la cena, el líder del Seder permite que los chicos vayan a buscar el
Afikomen envuelto en la servilleta de lino y escondido antes de cenar. La casa está en desorden
mientras todos tratan de ser el primero en encontrar el Afikomen y ganar el premio que el
abuelo paga. Normalmente el premio es $5! Cuando el líder recupera el Afikomen, él lo quiebra
en pedazos y le da un trozo pequeño a cada persona sentada alrededor de la mesa. Hay judíos
que no entienden esta tradición pero las tradiciones no tienen que ser entendidas - solamente
seguidas. Sin embargo, muchos creen que los pedazos de Afikomen traen una vida buena y
larga para aquellos que los comen.

Tal vez la tradición remonta a los tiempos de Jesús. Si es así, entonces Lucas 22:19 tiene un significado
mayor: "y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo ´Esto es mi cuerpo, que por vosotros
es dado; haced esto en memoria de mí.´" Como Yeshua el Mesías había tomado el pedazo de Matzo del
medio, que representa el sacerdote y mediador entre Dios y el pueblo, lo quebró como su cuerpo iba a
ser quebrado, envolvió la mitad en la servilleta de lino como su cuerpo iba a ser envuelto para su
sepultura, lo escondió como si fuera a ser sepultado, lo trajo de nuevo como El iba a ser resucitado y lo
distribuyó a todos los que estaban sentados a la mesa de la misma manera que El iba a distribuir Su
vida a todos los que creen. Mientras El lo hizo era consciente que el pedazo de Matzo en la mitad
representaba su propio cuerpo, sin mancha, dado para la redención de la humanidad. Así como el
Matzo marcado y penetrado, su propio cuerpo iba a ser marcado y penetrado y por esas heridas fuimos
curados (Isaías 53:5). Esta Matzo en la mitad, o el Afikomen es nuestro pan de comunión.

LA TERCERA COPA

La tercera copa de vino se toma después de la cena. Es la copa de redención, para recordar el
derramamiento de la sangre del cordero inocente que nos redimió de Egipto. Vemos que Jesús tomó
la tercera copa en Lucas 22:20 y en I Corintios 11:25 "Asimismo tomó también la copa, después de
haber cenado, diciendo: ´Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la
bebiereis, en memoria de mí." No era una copa cualquiera, era la copa de redención de la esclavitud
hacia la libertad. Esta es nuestra copa de comunión.

LA CUARTA COPA

La cuarta copa es la copa de "Hallel." Hallel en hebreo significa "adoración," y vemos la hermosa
oración del Sumo Sacerdote en Juan 17, que Jesús tomó tiempo para adorar y dar gracias al Señor en la
culminación del Seder de Pesaj, su última cena. El cordero de la Pascua, sin mancha, tenían palabras
de adoración en sus labios cuando iba a morir.

LA COPA DE ELIAS

En cada mesa preparada para la Pascua queda un lugar vacío para Elías el profeta, huésped de honor en
cada mesa de la Pascua. El pueblo judío espera que Elías venga en Pascua y anuncie la venida del
Mesías (Malaquías 4:5). Por eso se prepara un lugar y se sirve una copa de vino y sus corazones
esperan ansiosamente el regreso de Elías anunciando las buenas nuevas. Cuando la cena se termina se
manda un chico a la puerta a abrirla y ver si esta Elías. Cada año, el chico regresa desanimado y el vino
se derrama sin que nadie lo tome - Mi pueblo espera al Mesías sin darse cuenta que el Mesías ya ha
venido - Pero para nosotros que creemos en Yeshua, sabemos que El es de quien hablaron los profetas.
El es sin mancha, el cordero de la Pascua, cuyo cuerpo fue quebrado por nosotros, quien derramó su
sangre, y quien ahora vive para distribuir su vida a todos los que aplican su sangre a los dinteles de
nuestros corazones y han pasado de la muerte a la vida eterna.
LA PASCUA

La fiesta principal de la Iglesia

La pascua es la piedra angular de nuestra fe ya que conmemora la Resurrección del Cordero


Inmolado: Jesucristo. Manifiesta la victoria ganada en la Cruz por Jesús sobre el demonio. Los
hombres estábamos bajo la esclavitud de Satanás pero en Cristo tenemos vida nueva.   

Es la fiesta principal y más antigua de los cristianos. Es el corazón del año litúrgico. León I la llama la
fiesta mayor (festum festorum), y dice que la Navidad se celebra en preparación para la Pascua (Sermón
xvii en Exodum). 

La fiesta de la Pascua vincula el Antiguo y el Nuevo Testamento.

Hay una continuidad histórica y religiosa entre La Pascua judía y la cristiana ya que Cristo murió el
primer día de la fiesta judía de la Pascua, que celebra la liberación por mano de Dios del pueblo judío
de la esclavitud de Egipto. 

Tiene además un profundo simbolismo ya que la muerte de Jesucristo cumple la Antigua Ley, sobre
todo en lo referente al cordero pascual que los judíos comen la noche víspera del 14 de Nisan.  Cristo,
es inmolado el mismo día de la pascua judía, en que se inmolaban los corderos en el templo. Jesús es el
Cordero Pascual que nos libera del pecado.  Por eso nuestra pascua, como la judía recuerda el paso de
Israel por el Mar Rojo, el cordero pascual, la columna de fuego que guiaba a Israel, etc.  Pero ahora con
un significado más completo.

La fecha de la pascua

Muchos se preguntan ¿por qué la pascua cambia de fecha cada año?.  La razón es la conexión entre la
pascua judía y la cristiana y la diferencia entre el calendario judío y el nuestro.   

Los judíos comen el cordero pascual la víspera del 15 de Nisan (el primer mes del calendario judío). 
Jesús celebró la pascua (la última cena) según la costumbre judía, o sea, el 14 de Nisan, murió en la
cruz el 15 de Nisan y resucitó el  domingo siguiente, que ese año fue el 17 de Nisan. 

Pero es muy difícil pasar una fiesta antigua del calendario judío (lunar) al nuestro (solar).  El calendario
judío es lunar (tiene 354 días y se basa en las fases de la luna) mientras que el nuestro es solar. Cada
cuatro años los judíos intercalan un mes a su calendario, no según un método definido sino
arbitrariamente por orden del Sanedrín.  Esto dio lugar a numerosas controversias sobre la fecha para la
celebración de la pascua. Los judíos cristianos continuaron usando el calendario judío para la pascua:
El viernes santo lo celebraban el 15 de Nisan y la pascua de resurrección el 17 de Nisan (fuese o no
domingo). 

En el resto del imperio, sin embargo, se tomó en consideración que Jesús históricamente resucitó el
domingo y todos los domingos se celebra a la fiesta de la Resurrección. Por eso se optó por celebrar La
Pascua el primer domingo después de la primera luna llena después del equinoccio de primavera. La
Iglesia Romana se basa en la autoridad de San Pedro y San Pablo. Pero no todos los cristianos
celebraban el mismo día la pascua. Por otra parte, ya desde el siglo III se consideraba que, según el
calendario romano, Jesús murió el 25 de Marzo y resucitó el 27 (Computus Pseudocyprianus, ed.
Lersch, Chronologie, II, 61). Algunos obispos celebraban esas fechas fijas.  El Primer Concilio de
Nicea (325) decretó que la práctica romana debe observarse en toda la Iglesia.  Los ortodoxos celebran
la pascua otra fecha porque siguen el calendario Juliano (ortodoxo ruso).  La fecha de la fiesta de
Pascua católica fluctúa entre el 22 de Marzo y el 25 Abril. En referencia a ella se calculan las otras
fiestas movibles del calendario litúrgico.

La temporada de la Pascua

Siendo la fiesta mas importante de la liturgia, la pascua se celebra por 50 días, desde el domingo de
Pascua hasta Pentecostés.  Según la liturgia actual, la cuaresma termina en la tarde del Jueves Santo
con la liturgia de la Cena del Señor que da comienzo al Triduo Pascual.  El Viernes Santo se hace el
"ayuno pascual" que se continúa el sábado santo, preparatorio a la gran celebración pascual.  El triduo
culmina en la Vigilia Pascual del sábado por la tarde.

Los primeros ocho días de la pascua constituyen la octava  y se celebran como solemnidades del
Señor. 

El agua bendecida en la Vigilia pascual se usa para los bautismo en toda la temporada de pascua. 

En el día 40 de la pascua se celebra la ascensión del Señor y los 9 días de la ascensión a Pentecostés (la
novena original) son días de intensa preparación para la venida del Espíritu Santo. 
LA FIESTA DE LA PRIMERA GAVILLA
O FIESTA DE LA PASCUA

1. PRELIMINARES 

Hasta ahora no hemos encontrado en el calendario judío ninguna fiesta que haya pasado al
calendario cristiano. En cambio, con la fiesta de la primera gavilla, la antigua fiesta de la primavera,
llegamos a la primera solemnidad nacida en el paganismo de las religiones cósmicas y
progresivamente espiritualizada hasta el punto de ser hoy la fiesta cristiana por antonomasia, en
continuidad externa con las fiestas humanas antiguas, pero íntegramente renovada en cuanto a su
alcance y contenido. Recordemos brevemente el punto de partida humano de la fiesta. La
caracterizan dos ritos esenciales: el pan ácimo y la sangre protectora del cordero.

El rito del cordero es clásico entre las tribus nómadas, incluso actuales: se inmola un cordero (no
hay por qué comerlo necesariamente) y se derrama su sangre sobre las estacas de la tienda para que
sirva de preservativo contra las incursiones del espíritu maligno. En cuanto al rito de los ácimos,
parece ser de origen agrícola y refleja la preocupación de los campesinos, al obtener la primera
harina del nuevo trigo, por no mezclarle levadura procedente de la cosecha anterior. Con esto
entramos de lleno en el sincretismo de los ritos nómadas y de los ritos agrícolas, tal como lo
practicaba el mundo pagano cuando nació el pueblo hebreo: por una parte, la fiesta de la primavera,
que pudo determinar durante algún tiempo el comienzo del año; por otra, el rito del cordero
preservador.

Se comprende que la aparición de la primavera pudiera concretarse en una fiesta con el mismo titulo
que la riqueza de la recolección se plasmó en la fiesta del otoño. Si la fiesta de la primavera no llegó
a alcanzar el esplendor de la fiesta de los Tabernáculos, ello se debió, sin duda, a que el duro trabajo
de los campos coartaba en primavera un esparcimiento que el final de la recolección hacia más fácil
y completo.

Nuestros semipaganos de hoy día, que forman las masas populares, celebran espontáneamente, a
menos que sea por un resto inconsciente de civilización cristiana, la fiesta de la primavera:
vacaciones de Pascua, nueva costumbre de estrenar por Pascua, huevos de Pascua, etc. Todo esto
alude al sentido de renovación, al olvido de la vida antigua, a la evasión del mundo de todos los días
a cambio de "otra cosa". Pensando en estos ritos de la primavera pagana de nuestros días, podremos
ver cómo se las ha ingeniado Dios para obligar a su pueblo a superar esos ritos sin oponerse a ellos,
celebrando así la renovación de la vida espiritual y la marcha hacia la nueva era de los hijos de Dios.

Si bien el rito mágico de la sangre del cordero no tiene prácticamente cabida en un mundo que cree
poder sustituir la magia con la técnica para inmunizar al hombre contra los elementos, quedan
todavía muchos cadáveres de pájaros o de roedores colgados a la puerta de los establos para
preservar de epidemias al ganado y muchos quicios pintados de tiza o cal, para que podamos
considerar a nuestros contemporáneos absolutamente ajenos a ciertos ritos preservativos, como el de
la sangre del cordero.

Parece, pues, que existe la posibilidad de una catequesis a partir de esas realidades humanas para
llevar al cristiano hasta la plenitud del misterio pascual. Las líneas esenciales de semejante
catequesis nos las indicará Dios mismo, si somos capaces de seguir paso a paso el desarrollo de su
pedagogía en la Escritura.

2. COINCIDENCIA DE DOS RITOS


El primer hecho que debemos considerar es la yuxtaposición del rito agrícola de los ácimos y del
rito nómada del cordero. Entre ambos ritos no existe ningún nexo original, puesto que pertenecen a
dos mundos distintos y, si el primero está ligado al decurso del año, el segundo depende de
acontecimientos incontrolables. El uno pone al hombre en contacto con el ritmo cósmico y natural;
el otro, en cuanto es posible, le previene de acontecimientos inesperados: epidemia, desgracia, etc.

Sin embargo, los textos más antiguos de la Biblia -sobre todo, a partir del Deuteronomio- nos
muestran ambos ritos en coexistencia pacífica. La Pascua se celebra el catorce de nisán, mientras
que la fiesta de los ácimos comienza al día siguiente. Es probable que este sincretismo obedezca en
gran parte a la lenta penetración de los hebreos nómadas en la región agrícola de Canaán. Pero la
Biblia da de ello una explicación diversa, apenas comprensible para nuestra mentalidad moderna.

Durante la estancia del pueblo en Egipto, se desencadenan sobre el país una serie de plagas
espantosas. La última es particularmente trágica: el espíritu del mal (el "ángel exterminador", dice la
Escritura) pasará dando muerte a todos los primogénitos. Inmediatamente los judíos nómadas echan
mano del rito tradicional del cordero degollado y la sangre derramada. El yahvlsta refiere la
tradición por su cuenta, entroncándola en la concepción del monoteísmo según la cual el ángel
exterminador actúa por voluntad de Dios, pero pone gran cuidado en mostrar que los judíos poseían
en su patrimonio un rito eficaz por cuya virtud se vieron protegidos al tiempo que sucumbían los
egipcios:

"Tomad unas cabezas de ganado menor para vuestras familias e inmolad la Pascua. Luego
cogeréis un manojo de hisopo, lo empaparéis en la sangre que contiene la fuente y aplicaréis
esta sangre de la fuente al dintel y a los quicios de las puertas. ¡Que nadie de vosotros salga de
casa hasta la mañana siguiente! Así, cuando Yahvé recorra Egipto para castigarlo, al ver
sangre en el dintel y en los quicios pasará por delante de aquella puerta sin permitir al
Exterminador entrar en vuestras moradas para asestar sus golpes. Ex. 12, 21-24.

Se adivina la preocupación del redactor de este pasaje por purificar la tradición, pero ello no quita
que podamos ver todavía su trasfondo mágico en la prescripción de "no salir de casa hasta el día
siguiente". Este aspecto preservativo de la sangre parece ser el portante del rito, pues el redactor se
apoyará en una etimología fantástica de la palabra Pascua para hacerle decir que el exterminador
"pasará adelante" o pasará por delante". Dios interviene en un antiguo rito mágico para manifestar
así a su pueblo que El le "salva" del peligro que aplastará a Egipto.

El hecho acontece, como por casualidad, en primavera. Está cerca la fiesta de la primera gavilla, con
que se inaugura el período de los panes sin levadura. He ahí los dos ritos fortuitamente unidos según
el modo de ver del redactor yahvista, el cual presenta a los judíos abandonando Egipto precisamente
en el momento en que se elabora el pan sin levadura. Pero el redactor atribuye luego a este pan
ácimo un sentido nuevo que lo hace pasar del nivel naturalista al nivel histórico. Será el pan que
hubo de llevarse sin esperar a que fermentara, debido a la prisa por escapar de la tierra de la
esclavitud:

Los egipcios apremiaban al pueblo para apresurar su marcha, pues decían: "¡Vamos a morir
todos!" La gente se llevó la masa antes de que fermentara, cargando las artesas al hombro,
envueltas entre sus mantos... Los hijos de Israel partieron de Ramsés hacia Sukkot en número de
unos seiscientos mil infantes -todos los hombres- sin contar sus familias. Se unió a ellos una
numerosa y variada muchedumbre, así como ganado mayor y menor formando inmensos
rebaños. Cocieron ellos, en forma de tortas ácimas, la masa que sacaron de Egipto, porque no
había fermentado. Expulsados de Egipto sin la menor demora, no habían podido procurarse
provisiones para el viaje. Ex. 12, 32-39.
Este pasaje es particularmente interesante, porque nos demuestra una vez más cómo se las ha
arreglado la liturgia para asimilar un rito de origen agrícola. Mientras que, por lo que se refiere al
rito del cordero, se ha limitado a quitarle el carácter mágico y encuadrarlo en el monoteísmo
(haciendo depender de Yahvé al ángel exterminador), en el caso del rito agrícola la labor de
espiritualización consiste en procurarle nuevas referencias. Y así, en lugar de ser el signo del ciclo
natural de las cosechas y de la renovación que ese ciclo introduce en la vida, el pan ácimo significa
ahora un acontecimiento histórico: la prisa con que los israelitas abandonaron la tierra de Egipto. El
rito pasa del significado agrícola al nómada, del naturalista al histórico. Es el proceso seguido por
varios ritos agrícolas de la fiesta de los Tabernáculos, como hemos visto en el párrafo anterior: la
experiencia del desierto es un foco universal de atracción que fuerza realmente el simbolismo obvio
de los ritos. El rito hebreo no pierde de vista la renovación primaveral celebrada originariamente por
el rito mismo; pero esa renovación adquiere una densidad inesperada: no es ya la simple novedad
cíclica producida anualmente por la naturaleza, sino la novedad de vida que hizo pasar a todo un
pueblo de la esclavitud a la libertad, que le dio nacimiento y le lanzó a la vida, a raíz de librarle
milagrosamente de un mal extraordinario.

3. RITO Y PALABRA

El primer documento legislativo importante que trata de la fiesta de Pascua pertenece a uno de los
más antiguos estratos de la legislación judía: el Código de la Alianza. Este toma una posición
decidida en favor de la interpretación histórica de la fiesta:

Guardarás la fiesta de los ácimos. Durante siete días comerás ácimos, como te he mandado, en
el tiempo fijado del mes de Abib: porque durante ese mes saliste de Egipto. Ex., 23, 14-16.

No se puede concluir gran cosa de este texto por lo que se refiere al silencio sobre el rito del
cordero. Sin embargo, es significativo que se hable de "fiesta de los ácimos", aplicándole el nombre
agrícola, mientras que el término "Pascua" irá más bien ligado al rito del cordero. Advirtamos
también cómo justifica su prescripción el texto legislativo: "porque durante ese mes saliste de
Egipto". Tal justificación es importante y nos ilustra acerca de la necesidad de explicar la liturgia
una vez que esta abandona el simbolismo simplemente natural. Mientras el rito no tiene otro
significado que el natural, no hay necesidad de catequesis para hacerlo comprender. Un observador
de la época que asistiera a una comida con pan ácimo, podía comprender su sentido obvio, sobre
todo dentro de un contexto concreto. Pero, para que considere esos panes ácimos como signo de la
salida de Egipto, le es necesaria una iniciación, una catequesis. Así es como nació la catequesis
litúrgica: como compañera normal de un rito desde que éste adquiere otro significado además del
contenido en su simbolismo obvio. Lo cual quiere decir que, desde que un rito pagano se
espiritualiza para llegar a ser lo que es en nuestra liturgia, debe ir acompañado de una catequesis
explicativa: la Palabra acompaña al Rito para determinar su nuevo alcance. La "relectura" de un rito
humano sólo puede realizarse a través de la Palabra. Vemos, en efecto, ya desde la época del
yahvista y sobre todo en la reforma deuteronomista, cómo esa catequesis se va ritualizando de algún
modo en el ceremonial de la comida pascual en familia:

Durante siete días, comerás ácimos, y no se verá en tu casa pan fermentado; no se verá pan
fermentado en todo tu territorio. Aquel día, darás a tu hijo esta explicación: "Esto es memoria
de lo que Yahvé hizo por mi cuando salí de Egipto." Ex., 13, 7-8.

Idéntica catequesis a propósito del rito del cordero:

Cuando hayáis entrado en la tierra que Yahvé os va a dar, guardaréis este rito. Y cuando
vuestros hijos os pregunten: "¿Qué significa para vosotros este rito?", les responderéis: "Es el
sacrificio de la Pascua en honor de Yahvé, que pasa por delante de las casas de los hijos de
Israel, en Egipto, cuando hirió a Egipto mientras perdonaba nuestras casas." Ex., 12, 25-27.

El diálogo entablado entre los hijos y el padre a propósito de los dos ritos pascuales viene a ser el
origen de la catequesis litúrgica. La referencia al acontecimiento asegura la nueva autenticidad del
rito, y la Palabra proporciona al rito su nuevo significado. Nos hallamos en el punto de partida de
una evolución que permanecerá fiel a sí misma y se consagrará en una ley fundamental de la
celebración litúrgica cristiana: la unión entre la Palabra y el Rito. Pero, por desgracia, la mentalidad
católica que sucedió a la Contrarreforma y privó a los católicos de la Biblia, los privará igualmente
de toda catequesis bíblica de los ritos, desembocando en la triste situación de nuestra época, en que
los ritos se celebran sin catequesis y tienden por tanto a ser comprendidos, no ya en su significado
sobrenatural, sino en su mero simbolismo humano

4. RITO Y ACTUALIZACIÓN DEL ACONTECIMIENTO

Poco después del reinado de Salomón, las costumbres y la religión del pueblo elegido experimentan
un profundo relajamiento. El pueblo olvida los acontecimientos antiguos y los ritos recaen
rápidamente en su simple significado naturalista o incluso pagano: es el culto del becerro de oro, de
los baales, de los dioses de los elementos. Son conocidos los esfuerzos casi estériles de los profetas,
desde Elías hasta Isaías, por purificar un culto lleno de simbolismos paganos. Más tarde, el rey
Josías y la reforma deuteronomista marcan la primera etapa hacia una espiritualización. Por una
disposición un poco draconiana y que no conseguirá grandes resultados, Josías exige que vayan
todos a Jerusalén para celebrar la Pascua: suprime así las costumbres paganas que pudieran nacer en
una celebración local de la misma y unifica la práctica al tiempo que la purifica. Pero el elemento en
que más insiste la reforma deuteronomista es la actualización del acontecimiento expresado por el
rito. La razón es fácil: los hebreos han ido perdiendo de vista los acontecimientos del desierto y se
han apartado de la espiritualidad que el desierto llevaba consigo, por culpa de una vida cómoda en
una tierra fértil. Todo aquello está demasiado lejos, y ellos prefieren aferrarse a la religión de la
naturaleza, que asegura la fecundidad de la tierra y la regularidad de las cosechas. Para enderezar
esta espiritualidad y reanimar el interés por los acontecimientos del pasado, el Deuteronomio
declarará que el rito no se limita a recordar unos acontecimientos antiguos, sino que sitúa al fiel de
hoy en el mismo acontecimiento. El rito no es tan sólo recordatorio de un hecho pasado que pierde
su interés a medida que se adentra en el pretérito. Al contrario, lleva al individuo de todos los
tiempos hasta el hecho originario.

Ya hemos visto algunos textos que presentan esta óptica en los ejemplos de catequesis antes citados:
"Esto es en memoria de lo que Yahvé hizo por mi..." o porque durante ese mes saliste de Egipto".
Pero el Deuteronomio consagrará definitivamente este género de catequesis que no se limita a
tender un puente entre el rito y el acontecimiento, sino que nos implica en el acontecimiento del
pasado:

Procura guardar el mes de Abib celebrando en él una Pascua a Yahvé tu Dios, porque fue en el mes
de Abib cuando Yahvé tu Dios, de noche, te hizo salir de Egipto. Inmolarás a Yahvé tu Dios una
Pascua de ganado mayor y menor, en el lugar elegido por Yahvé tu Dios para hacer habitar su
nombre. Durante siete días no comerás, con la víctima, pan fermentado; comerás con ella ácimos -
pan de miseria-, porque con prisa abandonaste Egipto: así te acordarás todos los días de tu vida
del día en que saliste del país de Egipto. Durante siete días, no se verá levadura en todo tu
territorio, y de la carne que sacrifiques por la tarde del primer día, no quedará nada para la noche
hasta la mañana siguiente. No podrás inmolar la Pascua en cualquiera de las ciudades que te dé
Yahvé tu Dios; silo en el lugar elegido por Yahvé tu Dios para hacer habitar su nombre.
Sacrificarás la Pascua, a la tarde, al ponerse el sol, a la hora de tu salida de Egipto... Dt., 16, 1-7.
Varios pasajes de esta prescripción están simplemente tomados de legislaciones anteriores, pero la
originalidad del Deuteronomio consiste en el afán de implicar en el rito a la persona del fiel: eres tú
quien salió de Egipto.

Esta observación nos permite descubrir un importante aspecto de la eortologia judía: la fiesta pone
al individuo en contacto con el acontecimiento, pero no sólo por medio del simbolismo de los ritos,
sino -y esto sobre todo- poniendo la conciencia del fiel en una actitud que se identifica con la actitud
de los antepasados que vivieron realmente el acontecimiento. En otras palabras, el común
denominador entre el acontecimiento y la fiesta no es, en rigor, el simbolismo del rito que recuerda
tal o cual acontecimiento, sino la actitud de espíritu común al antepasado y al fiel que revive la
historia. En la Haggadá actual de la fiesta de Pascua, el ritual tiene prevista esta munición:

No sólo liberó a nuestros antepasados, sino que también nos liberó a nosotros con ellos. Porque no
se alza un solo enemigo contra nosotros para exterminarnos. El Santo -bendito sea- nos salva de sus
manos (Ed. Durlacher).

En este estadio de purificación, la fiesta tiende a provocar, mediante el recuerdo del acontecimiento
y el simbolismo del rito, una actitud de espíritu, una posición de fe, la cual caracteriza, en último
término, el objeto esencial de la fiesta. Sin embargo, esta "personalización" de la fiesta no se realiza
a costa del simbolismo del rito: la continuidad con las etapas precedentes está bien asegurada. Por el
contrario, el simbolismo del rito se sirve de ella, en cierto modo, para espiritualizarse más. Parece
ser, en efecto, si nos atenemos al texto bíblico, que la fiesta de Pascua ve nacer por entonces un
nuevo rito: la manducación del cordero. Es probable que tal costumbre se extendiera en el pueblo
bastante antes de la reforma de Josías, quizá bajo la influencia del medio ambiente; de todos modos,
el Deuteronomio, es el primer texto legal que consagra la existencia del banquete con el cordero
pascual.

Sólo en el lugar elegido por Yahvé tu Dios para hacer habitar su nombre sacrificarás la Pascua, a
la tarde, al ponerse el sol, a la hora de tu salida de Egipto. La cocerás y la comerás en el lugar
elegido por Yahvé tu Dios, y de allí, a la mañana siguiente, te volverás para ir a tus tiendas. Dt., 16,
6-7.

Hasta entonces todo se reducía a la inmolación del cordero y a la efusión de su sangre sobre los
quicios de la puerta. Si se comía luego el cordero, tal comida no formaba parte del rito pascual, que
se limitaba exclusivamente a la comida de los ácimos. Pero, a partir del Deuteronomio -y más aún
en la legislación sacerdotal-, la comida del cordero pasa a primer plano. Semejante evolución es
muy significativa por lo que se refiere a la personalización que se ha operado en el rito: lo que
cuenta en primer lugar no es el simbolismo del rito (repetir lo que hicieron los antepasados), sino la
actitud de espíritu provocada por el recuerdo del acontecimiento. La manducación del cordero es, a
este respecto, mucho más apta para expresar la participación personal de los fieles en la fiesta que la
sola inmolación. Téngase en cuenta, por lo demás, que la legislación del Deuteronomio no habla ya
de derramar la sangre sobre las estacas de la tienda o los quicios de la puerta: asimilarse el cordero -
y, más allá del cordero, el acontecimiento- supone un compromiso personal mucho más profundo,
expresado claramente por la misma manducación. Cuando entre en vigor la legislación sacerdotal,
tomará el aspecto de una compilación en que se fusionan elementos diversos: cordero y ácimos, rito
de la sangre derramada y de la manducación, etc. Pero esta legislación no presenta novedad alguna,
fuera del ceremonial para comer el cordero

El diez de este mes, procuraos cada uno una cabeza de ganado menor por familia; una cabeza de
ganado menor por casa. Si la familia es demasiado reducida para consumir el animal, asóciese con
su vecino más cercano a la casa, según el número de personas. Tendréis en cuenta el apetito de
cada uno para determinar el número de comensales. El animal será sin defecto, macho, de un año.
Lo escogeréis entre los corderos o las cabras. Lo conservareis hasta el día catorce de este mes;
entonces la asamblea entera de la comunidad de Israel lo degollará entre dos luces. Tomaréis de su
sangre y untaréis los quicios y el dintel de las puertas de las casas donde se coma. Aquella noche
comeréis la carne asada al fuego; la comeréis con los ácimos y hierbas amargas. No lo comáis
crudo o cocido, comedlo solamente asado al fuego, con la cabeza, las patas y las tripas. No
guardéis nada para el día siguiente. Lo que sobrare, lo quemaréis al fuego. Lo comeréis así:
ceñidos los lomos, calzados los pies, con el bastón en la mano. Lo comeréis con toda prisa, pues es
una Pascua en honor de Yahvé. Ex., 12, 1-12.

Prescindamos, por el momento, de los minuciosos preceptos de este ritual para quedarnos con los
datos esenciales: cuando el fiel judío come el cordero pascual como lo haría un nómada, cree hacer
algo más que recordar el acontecimiento; quiere hacer suya la actitud de sus antepasados, alcanzar
su libertad, participar en la renovación de su vida interior. Por eso, el banquete está calcado sobre el
antiguo rito de inmolación y de aspersión de la sangre. Así queda clara la rica evolución que ha
seguido la fiesta de Pascua hasta llegar a nosotros. Antes hemos visto la exigencia de una
catequesis; ahora vemos la exigencia de una actitud personal consciente, introducida por el banquete
pascual: una manera de revivir el acontecimiento salvador en la medida en que cada uno se lo
asimila por la fe. El rito evoca el acontecimiento, haciéndolo presente en cierto modo y exigiendo
nuestra adhesión: tenemos ahí en primicias el alcance del Hodie de nuestra liturgia cristiana.

5. FIESTA DE LA RESTAURACIÓN DEL PUEBLO

Este aspecto de personificación no lo hemos encontrado tan intenso en nuestro análisis de la fiesta
de los Tabernáculos ni en las fiestas de orden astronómico. Ello se debe, probablemente, a que la
Pascua poseía el dinamismo interno necesario para supervivir definitivamente y doblar el cabo de la
cristianización, en el cual se hundieron tantas fiestas judías. Esta preeminencia de la Pascua sobre
las demás fiestas se va perfilando ya en el Antiguo Testamento, incluso en la época en que la fiesta
de los Tabernáculos es todavía "la fiesta" por excelencia. Y así, en los distintos períodos de la
historia del pueblo en que se afirma una restauración o se sanciona de nuevo la alianza -sin cesar
comprometida por la infidelidad del pueblo, los reformadores señalan la Pascua y no los
Tabernáculos como fiesta de esa renovación o restauración. Josías, después de proclamar
solemnemente la renovación de la alianza, la sanciona con la celebración de la fiesta de Pascua:

El rey dio esta orden a todo el pueblo: "Celebrad una Pascua en honor de Yahvé vuestro Dios, del
modio que está escrito en este libro de la alianza." No se había celebrado una Pascua como aquella
desde los días de los Jueces que habían regido a Israel, ni durante todo el tiempo de los reyes de
Israel y de los reyes de Judá. El año decimoctavo del rey Josías, en Jerusalén, se celebró aquella
Pascua en honor de Yahvé. 2 Re., 23, 21-23.

El aspecto moral pasa aquí a primer plano para afirmar el valor de esta renovación de la alianza
sancionada por Josías y, al mismo tiempo, la restauración de la fiesta de Pascua. Más tarde, cuando
Esdras concluya la restauración del pueblo liberado del destierro, tendrá lugar su celebración en
torno a la fiesta de Pascua: Los exiliados celebraron la Pascua el catorce del primer mes. Todos los
levitas, como un solo hombre, se habían purificado; y ellos inmolaron la Pascua por todos los
exiliados, por sus hermanos los sacerdotes y por sí mismos comieron la Pascua: los israelitas que
habían vuelto del destierro y todos los que, habiendo roto con la impureza de los pueblos de aquella
tierra, se habían unido a ellos para buscar a Yahvé, el Dios de Israel. Celebraron con gozo durante
siete días la fiesta de los Ácimos... Esd. 6, 19-22.
La actitud personal, que es aquí actitud de conversión, ocupa realmente el lugar más importante de
la fiesta. Poco después del destierro, los documentos sacerdotales dan cuenta de otra Pascua
interesante: la que celebró el rey Ezequías para sancionar otra renovación de la alianza. Los Libros
de los Reyes no habían prestado atención a esta celebración pascual, sin duda porque todavía no
estaban preparados para ello. Por el contrario, los Libros de las Crónicas, dependientes de la
corriente deuteronomista y sobre todo de la corriente sacerdotal, dan gran relieve a esta Pascua de
restauración celebrada por Ezequías y refieren, en particular, que entonces la Pascua fue celebrada
el segundo mes en lugar del primero, para asegurar una mayor purificación por parte del pueblo (2
Cor., 30). No es imposible, por otra parte, que los cronistas hayan trasladado al pasado de Ezequías
un hecho que debió de tener origen en la reforma de Josías. Se advierte el mismo procedimiento de
anticipación en la descripción de la primera Pascua celebrada por el pueblo a su llegada a Guilgal
(Jos., 5, 10-12), relato ciertamente antiguo, pero "releído" en función de preocupaciones
sacerdotales.

Así, pues, tanto en el plano individual de la actitud de espíritu como en el plano colectivo de la
restauración y renovación de la alianza, la Pascua aparece, cada vez con mayor claridad, como una
fiesta personalista cuyo objeto esencial, provocado desde luego por el rito, es la actitud interior, la
conversión, la fidelidad moral. Todo esto, sin embargo, se realiza en plena continuidad con el
pasado: nunca faltan los ácimos para indicar la renovación primaveral, y la celebración de la antigua
liberación de Egipto por la sangre del cordero sigue siendo el verdadero objeto de la fiesta, aunque
sometido a incesantes relecturas por arte de unas almas llamadas a una conversión y una renovación
interiores cada vez más profundas.

Una última modificación en el ritual de la Pascua es introducida por la Thora de Ezequiel, que prevé
una ceremonia de expiación antes de la celebración de la Pascua. Esta reforma, que desdobla la
antigua fiesta de la expiación situada en dependencia de la fiesta de los Tabernáculos, viene a
demostrar el creciente auge de la Pascua frente a la fiesta de los Tabernáculos y, sobre todo, la
preocupación personalista y moralizante: si los antiguos pasaron de Egipto a la Tierra Prometida,
nosotros hemos de celebrar hoy aquel acontecimiento pasando, a nuestra vez, de la impureza a la
pureza:

Así habla el Señor Yahvé. El primer mes, el día primero del mes, tomarás un novillo sin defecto,
para quitar el pecado del santuario. El sacerdote tomará sangre de la víctima por el pecado y la
pondrá en los postes del templo y en los cuatro ángulos de la base del altar y en los postes de los
pórticos del atrio interior. Así hará también el séptimo mes, en favor de los que hubieren pecado por
inadvertencia o irreflexión... Ez., 45, 18-20.

Aquí aparece un nuevo tema: la víctima expiatoria hace el papel del cordero pascual liberador. Sin
tardar mucho, una sola persona asumirá los dos papeles en su único sacrificio: será a un tiempo el
macho cabrío de la expiación y el cordero pascual.

6. LA PASCUA Y EL CALENDARIO PERPETUO

Parece ser que, hasta los documentos sacerdotales, la fecha de la Pascua estuvo bastante imprecisa.
Los textos que hemos citado hablan tan sólo "del tiempo fijado en el mes de Abib" (Ex., 23, 15).
Tampoco el Deuteronomio es demasiado claro:

Procura guardar el mes de Abib celebrando en él una Pascua a Yahvé tu Dios, porque fue en el mes
de Abib cuando Yahvé tu Dios, de noche, te hizo, salir de Egipto. Dt., 16, 1-2.
Esta imprecisión se comprende si la fiesta está determinada por el comienzo de la siega de la cebada
y la ofrenda de la primera gavilla. El mismo término Abib significa Espiga. Pero, a medida que
predominaba el rito del cordero sobre el rito de la espiga y de los ácimos, la fiesta pudo liberarse un
poco de su servilismo demasiado material al ritmo agrícola y concretarse con más exactitud.
Además, mientras el cómputo del tiempo estuvo basado esencialmente en las fases de la luna, la
fiesta podía caer en cualquier día de la semana. Pero, después del destierro, se va imponiendo en
ciertas esferas sacerdotales, aunque no sin provocar vivas reacciones, un nuevo computo, medio
lunar y medio solar, que permite calcular de manera estable un determinado día del mes. A partir de
entonces, en todos los documentos bíblicos de la época, los sucesos serán consignados con su fecha
exacta, incluso con el día del mes.

Este nuevo cómputo era un calendario perpetuo solar con algunas concesiones al calendario lunar.
Así resultaba posible que el 14 de nisán (nueva fecha de la Pascua) no cayera nunca antes del
plenilunio del mes.

Todos los documentos bíblicos datados después del destierro lo están de acuerdo con este calendario
perpetuo. Y así la Pascua cae siempre el 14 de nisán por la tarde (nisán era el nuevo nombre del
primer mes); por tanto, siempre en martes, para que la fiesta se celebre durante la jornada del
miércoles 15 de nisán. Pero no hemos de pensar que el calendario en cuestión se impuso por
completo: oficialmente incluso, el clero del templo conservó (o adoptó de nuevo) el antiguo
calendario en el que la Pascua podía caer en cualquier día de la semana, según el ritmo de las fases
lunares.

De hecho, parece ser que este calendario no será aplicado más que en ciertas comunidades judías de
Palestina, en Babilonia y en Elefantina y sólo unos sectarios, como los miembros de la Comunidad
de Qumrán, seguirían observando este calendario en abierta oposición con las costumbres vigentes
en el Templo de Jerusalén, al menos en la época de Cristo. Las cuestiones de calendario siempre han
sido, en todas las religiones, objeto de las peores querellas; no es extraño que también sucediera así
en el pueblo elegido. Entre los argumentos que suscita la polémica, debemos fijarnos en uno: el que
alegan los partidarios del calendario perpetuo diciendo que el otro cómputo, de base lunar, es de
origen pagano y contribuye a mezclar las costumbres paganas con las costumbres judías. Semejante
argumento no carece de razón y no es imposible que se llegara a regular por un calendario propio la
celebración de la liturgia y de las fiestas judías, precisamente para caracterizar mejor su
originalidad.

La inclusión de la fiesta de la Pascua en los problemas de los calendarios tendrá dos repercusiones
importantes por lo que se refiere a la espiritualización de la fiesta. En ellas vamos a detenernos.

La primera característica nueva es que, de ahora en adelante la Pascua se celebrará "el primer mes
del año; así el Año Nuevo dependerá de la Pascua, perdiendo este privilegio la fiesta de los
Tabernáculos:

Este mes será para vosotros el comienzo de los meses, el primer mes del año. Ex., 12, 2.

El primer mes, el día decimocuarto del mes, entre dos luces, es la Pascua de Yahvé y el día
decimoquinto de ese mes es la fiesta de los Ácimos de Yahvé. Lv., 23, 5-6.

En estas prescripciones hemos de ver una importante consagración de la evolución que ha hecho de
la Pascua la fiesta más espiritual del ciclo judío. A propósito del ritual de la expiación, hemos visto
que varias prerrogativas de la fiesta de los Tabernáculos han pasado o pasan a la de Pascua. Ahora le
toca al comienzo del año. Se comprende fácilmente, en esta perspectiva, que la primera tradición
cristiana, al trasladar de la fiesta de los Tabernáculos a la de Pascua el ritual de entronización del
Mesías bajo la forma de la entrada de Cristo en Jerusalén, no hizo sino seguir el movimiento
iniciado en el judaísmo. La segunda característica, por hipotética que sea, merece nuestra máxima
atención. En la medida en que existieron dos cómputos pascuales distintos -el oficial del Templo,
basado en la luna, y el sectario, basado en el calendario perpetuo-, ¿no habría también dos maneras
de celebrar el banquete pascual? No es fácil imaginar, en efecto, que los partidarios del calendario
perpetuo, para quienes la Pascua caía en la tarde del martes, comieran el cordero pascual de acuerdo
con lo prescrito, ya que éste debía ser inmolado en el Templo por los sacerdotes, los cuales seguían
oficialmente un calendario en el que la inmolación del cordero podía caer varios días más tarde. Se
podría pensar que prescindían de corderos pascuales, lo cual no sería demasiado extraño. Pero, en
concreto, parece probable que los monjes de Qumrán inmolaban el cordero pascual, aunque no en el
Templo de Jerusalén, pues juzgarían que su propia comunidad y su servicio, constituía un verdadero
Templo (doctrina que es fundamental en Qumrán), lo cual les daba derecho a inmolar el cordero. La
hipótesis es atrayente y podría muy bien señalar una nueva etapa en la espiritualización de la
Pascua, etapa que prepararla el comportamiento de Cristo en su propio banquete pascual: el cordero
no es sino el símbolo de una actitud de espíritu. Desde el momento en que está creada tal actitud -y
lo está en el servicio mutuo, sobre todo si el cordero es el símbolo del "siervo"-, ciertas
prescripciones rituales referentes a la inmolación del cordero pueden ceder ante lo esencial y
desaparecer. Más adelante insistiremos en la importancia de esta espiritualización.

Idéntico problema se plantea a propósito de los ácimos. Si hubo dos calendarios distintos, es
probable que hubiera también cierta confusión en el ritual de la Pascua y que los partidarios del
calendario perpetuo celebraran a veces el banquete pascual sin disponer ya de ácimos, al menos si la
confección de éstos estaba condicionada por el calendario oficial del templo. Podríamos pensar por
tanto, que Cristo celebró la Cena el martes 14 de nisán, sin cordero (puesto que no será inmolado
hasta el viernes siguiente en el templo) e incluso sin ácimos. Tal es el punto que procuraremos
dilucidar en el párrafo que sigue.

7. CRISTO EN LA CELEBRACIÓN DE LA PASCUA

El rodeo que acabamos de dar con la cuestión de los calendarios no es inútil, porque nos permite, a
la luz de los trabajos de A. Jaubert, ver más claro en la conducta de Cristo durante la Pascua que iba
a ser suya como ninguna otra. La mejor explicación a las aparentes contradicciones entre los
sinópticos y San Juan en cuanto a la cronología de la Semana Santa procede a partir del conflicto
entre los dos distintos calendarios (conflicto que se prolongó en la primera tradición cristiana y dio
origen, en parte, a las graves disputas pascuales que dividieron a la cristiandad hasta el siglo III). El
año de la Cena, la Pascua del 14 de nisán según el calendario perpetuo caía, como estaba previsto,
en martes, mientras que la Pascua según el calendario lunar, tal como se observaba en el Templo,
era el viernes siguiente. Según esto, Cristo celebró el banquete pascual con sus apóstoles el martes
par la tarde, sin cordero y, probablemente, sin ácimos. Y murió el viernes, precisamente a la hora en
que se inmolaba el cordero en el Templo, como subraya discretamente San Juan. Estos datos
parecen actualmente ciertos a la mayoría de los exegetas de la Semana Santa.

Pero entonces, ¿qué sentido tiene, para nuestro propósito un banquete pascual sin cordero ni
ácimos? ¿No es la negación de la evolución hasta aquí seguida? ¿O será, por el contrario, su
coronamiento? Aquí conviene subrayar un punto: después del destierro, Pascua es ante todo la
fiesta de la renovación de la actitud de espíritu, la fiesta de la "restauración" . Cada uno renueva
su corazón y su fidelidad; renovación que se explicita en la comida del cordero pascual. La
coordenada esencial de la fiesta no es ya la que pone en conexión el rito y su simbolismo con el
acontecimiento del pasado que se conmemora, sino la que relaciona el rito con la presente actitud de
espíritu del fiel.
Pero he aquí que uno de esos fieles, Cristo, fiel por antonomasia, celebra la Pascua con una actitud
de espíritu muy concreta, tan concreta que es el acontecimiento máximo de toda la historia de
salvación: su sumisión al Padre, su deseo de "servir" a sus hermanos mediante su muerte expiatoria.
Este acontecimiento es tan esencial que ante él se desvanece todo rito, resultando caduco e inútil. Es
inútil inmolar un cordero cuando el Cordero de Dios está presente, en persona, como el Siervo de
Dios (Is., 53, 7) que se ofrece por los pecados de los hombres y se da en alimento.

Así se comprende por qué Cristo, para celebrar la Cena, eligió el calendario perpetuo en vez del
calendario lunar. Con ello se liberaba mejor de la sujeción del rito y podía presentarse más
fácilmente, sin velo y sin intermediario, como el rito y el acontecimiento a la vez. El rito tenía
sentido en ausencia del acontecimiento que conmemoraba, pero resulta vacío en el acontecimiento
mismo.

La densidad del banquete pascual de Cristo no reside en su ritualismo, sino en la actitud de espíritu
del Señor que procura comunicar a sus apóstoles. Es curioso, a este respecto, comparar los
diferentes relatos del banquete pascual en los evangelios y en San Pablo. Mateo y Marcos se limitan
a describir la institución del nuevo rito en torno al pan y el vino. En cambio, Lucas da un paso más
al referir una singular disputa entre los apóstoles, disputa que los otros sinópticos sitúan en distinto
momento de la vida de Cristo:

Surgió luego entre ellos una disputa sobre quién de ellos había de ser tenido por el mayor. El les
dijo: "Los reyes de las naciones imperan sobre ellas y los que ejercen autoridad sobre las
mismas se hacen llamar Bienhechores. Pero entre vosotros no es así, sino que el mayor entre
vosotros debe comportarse como el más joven, y el que gobierna, como el que sirve. ¿Quién es,
en efecto, el mayor: el que está sentado a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado?
Pues bien, yo estoy entre vosotros como quien sirve". Lc., 22, 24-27.

Lucas tiene, sin duda, una intención muy concreta al añadir a la Cena -o al conservar en su puesto-
esta tradición que la sitúa en su perspectiva exacta: la presencia de un "siervo" doliente y humilde
basta por si misma para justificar la celebración de la fiesta de Pascua, porque tal presencia es su
contenido. Juan va todavía más lejos cuando sustituye totalmente el relato de la institución por el del
lavatorio de los pies como elemento esencial del banquete de Pascua:

Durante la cena, una vez que el diablo había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el
propósito de entregarle, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había
salido de Dios y a Dios volvía, se alzó de la mesa, se quitó el manto y, tomando una toalla, se la
ciñó. Luego vertió agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a enjugarlos
con la toalla que se había ceñido... Después de lavarles los pies, tomar de nuevo sus vestidos y
sentarse a la mesa, les dijo: "¿Entendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis
Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy. Por tanto, si yo, que soy el Señor y el Maestro, os he
lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado ejemplo, para
que hagáis vosotros como yo he hecho. En verdad, en verdad os digo: no es eI esclavo mayor que su
señor, ni el enviado mayor que quien le envía." Jn., 13, 1-16.

Incluso el pan ácimo experimenta aquí una importante modificación, pues no es imposible que
Cristo tomara pan ordinario para significar su Cuerpo. Parece sugerirlo la palabra artos, así como la
fecha anticipada del banquete pascual tomado por el Señor. Es radical el cambio que introduce
Cristo en los ritos de la fiesta de Pascua. Trastorna el calendario y suprime los dos elementos
esenciales desde el punto de vista ritual: el cordero y los ácimos (lo cual tendrá como primera
consecuencia permitir que las comunidades cristianas celebren la fiesta pascual todos los domingos),
pero saca a plena luz el contenido subyacente a tales ritos: la sangre expiadora y liberadora del
cordero sigue estando presente, pero bajo la figura de un siervo y en el drama de una persona
humillada; sigue también presente la renovación primaveral de la fiesta, pero bajo la forma de la
"nueva" alianza sellada con esa sangre, y, si los ácimos han desaparecido, su contenido de novedad
y de huida del pasado continúa tan esencialmente incorporado al nuevo rito de la Pascua que San
Pablo puede aludir a él sin que dé la impresión de que vuelve atrás:

Purificaos de la vieja levadura para ser masa nueva, puesto que sois ácimos. Porque ha sido
inmolada nuestra Pascua, Cristo. Celebremos, pues, la fiesta no con vieja levadura, ni con
levadura de malicia y perversidad, sino con ácimos de pureza y de verdad. 1 Cor., 5, 7-8.

Este último pasaje expresa la nueva manera de celebrar la Pascua: la actitud de espíritu de Cristo le
ha permitido personalizar la fiesta en su propio drama. Y la actitud de espíritu que nosotros
adoptemos al participar en ese drama será asimismo el contenido de la fiesta: el rito de los ácimos
será nuestra renuncia al mal y nuestra nueva alianza con Dios, al igual que el rito del cordero era
Cristo mismo. No obstante, el rito perdura en la celebración cristiana de la Pascua:

Cada vez que comáis este pan y bebéis este cáliz, anunciáis la muerte del Señor hasta que venga.
Por tanto, quien come el pan o bebe el cáliz del Señor indignamente, tendrá que responder del
cuerpo y de la sangre del Señor. 1 Cor., 11, 26-27.

Esto quiere decir que, si la actitud de espíritu del fiel, unida a la de Cristo-Siervo, es el contenido
esencial de la fiesta de Pascua, su rito no está menos presenté corno presencia objetiva de Cristo y
de su actitud de espíritu y como levadura capaz de suscitar en nosotros la actitud de espíritu
correspondiente. Ha nacido así una nueva manera de celebrar la Pascua, de suerte que el rito ya no
tiene el alcance mágico de antaño, ni siquiera el antiguo alcance simbólico, sino que pasa a ser
sacramento, es decir, contiene el acto mismo de Cristo, objeto de la fiesta, y, al mismo tiempo, el
acto del fiel que renueva en El la alianza eterna suscitada por el acto de Cristo.

8. UNA HOMILÍA PASCUAL CRISTIANA

Hemos advertido que la catequesis litúrgica apareció al lado del rito en el momento en que éste
abandonó su simbolismo puramente natural para subir un grado en la escala de espiritualización.
Podemos suponer con razón que esa catequesis litúrgica debió de alcanzar una importancia mucho
mayor cuando el rito dobló el cabo del cristianismo y recibió el encargo de expresar y realizar el
nuevo acontecimiento de Cristo y la correspondiente actitud de espíritu del fiel. Al parecer, tenemos
una gran suerte a este respecto, pues poseemos una homilía del tiempo apostólico en los materiales
de la primera carta de San Pedro. Carta que ha sido analizada recientemente y presentada como una
composición que, entre numerosos. Materiales reproduce un pequeño catecismo para la celebración
de la noche pascual. Nos bastará señalar los puntos más característicos del estudio publicado por el
P. Boismard, para descubrir a qué grado de purificación había llegado la fiesta de Pascua y qué
exigencias concretas de vida suponía su celebración. Si prescindimos del encabezamiento de la
carta, añadido en época tardía para incorporar la homilía al grupo de las cartas del Nuevo
Testamento, leeremos en primer lugar una especie de himno introductorio a la Noche de Pascua, que
Boismard -basándose en otros textos paralelos, como Tit., 3, 5-7- reconstruye de este modo:

Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor en su misericordia, el cual nos reengendró por la
resurrección de Jesucristo de entre los muertos para una esperanza viva para una herencia
incorruptible para una salud pronta a manifestarse. 1 Pe., 1, 3-5.

Después de esta bendición de entrada, se leería el capítulo 12 del Éxodo, lectura que se encuentra en
todas las liturgias pascuales de la época, en toda la Iglesia, y que es ciertamente una herencia del
judaísmo. Dicho capitulo contiene el relato del acontecimiento judío y la descripción del banquete
pascual, que permite a los judíos asimilarse el acontecimiento y hacerlo suyo. A continuación, la
primera carta de Pedro nos presenta unos elementos que podrían formar el tipo de homilía cristiana
sobre esa lectura judía (1 Pe., 1, 13-21). Homilía particularmente interesante porque nos revela
cómo desemboca el rito en una actitud de espíritu. He aquí lo que resulta del rito de los lomos
ceñidos, previsto en el ceremonial del banquete (Ex., 12, 11):

Ceñíos, pues, los lomos de vuestro espíritu, permaneced vigilantes, esperad plenamente en la
gracia que os traerá la revelación de Jesucristo. 1 P., 1, 13.

También el rito del cordero se espiritualiza 12, 5);

Sabed que habéis sido liberados de la vana conducta heredada de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, sino con una sangre preciosa como de un cordero sin defecto ni mancha, Cristo,
conocido antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vuestra
causa. 1 Pe., 1, 18-19.

La salida de Egipto y el culto que había que tributar a Yahvé en el desierto (Ex., 12, 31) hallan
también una traducción espiritual: son el abandono de los ídolos y el culto en espíritu y santidad:

Como hijos obedientes, no os conforméis a las concupiscencias de antaño, del tiempo de vuestra
ignorancia. Antes bien, lo mismo que el que os llamó es santo, sed santos vosotros en toda
vuestra conducta, según está escrito: "Sed santos, porque yo soy santo." 1 P, 1, 14-15.

El rito halla, pues, su cumplimiento en la actitud de espíritu del cristiano. Pero esa actitud de espíritu
es provocada, a su vez, y desarrollada por el rito sacramental. Según el P. Boismard, después de esta
homilía se administraba el bautismo a los nuevos cristianos. Y, acto seguido, la explicación del
misterio de este sacramento era tema de otra homilía cuyo esquema figuraría en la continuación de
la epístola.

Tal homilía consta de dos dípticos: una breve catequesis mistagógica y una exhortación moral.
Analicemos, en primer lugar, la catequesis:

Obedeciendo a la verdad, habéis santificado vuestras almas para amaros sinceramente como
hermanos. Con corazón puro, amaos los unos a los otros sin desfallecer, engendrados de nuevo
de una semilla no corruptible, sino incorruptible: la Palabra de Dios vivo y eterno... Como niños
recién nacidos, desead la leche espiritual no adulterada, para que, por medio de ella, crezcáis
en orden a la salvación, si es que, al menos habéis gustado cuán bueno es el Señor. 1 Pe., 1,
22~2, 3.

Esta exposición se centra, como vemos, en torno a las ideas del nuevo nacimiento y del tránsito de
lo corruptible a lo incorruptible. Notemos la importancia que en este nuevo nacimiento tiene la
"Palabra", la cual es, a un tiempo, la persona de Cristo y la del Espíritu en la enseñanza de la Iglesia:
el bautismo es "baño de agua acompañado de una palabra", dirá un San Pablo (Ef, 5, 26) como para
indicar dónde reside la originalidad del rito cristiano; un rito, sí, pero acompañado de una palabra de
Dios y de una obediencia a esa palabra. La catequesis prosigue entonces con una nota más eclesial:
la constitución del nuevo pueblo, en torno al sacrificio y al sacerdocio espirituales:

Acercaos a él, piedra viva, rechazada por los hombres, pero elegida por Dios, preciosa. Y
vosotros, como piedras vivas, servid para la construcción de un edificio espiritual, para un
sacerdocio santo, en orden a ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios, por medio de
Jesucristo.. Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio regio, una nación santa, un pueblo
adquirido para anunciar las alabanzas de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo y que ahora sois el pueblo de Dios, que
no habíais alcanzado misericordia y que ahora la habéis alcanzado. 1 P, 2, 4-10.

La intención de este texto es mostrar que la Iglesia hereda ciertos privilegios del pueblo judío: al
acontecimiento pascual de antaño, que aseguró al pueblo semejantes privilegios, responde ahora la
persona y el misterio de Cristo, el cual eleva a la categoría de pueblo a quienes se incorporan a su
vida y se unen a él, piedra fundamental, en el nuevo edificio. Notemos también la importancia del
tema del Espíritu: todo es "espiritual". La fiesta de Pascua nos introduce en la realidad escatológica,
que se caracteriza precisamente por el don del Espíritu. Nos hallamos aquí en plena continuidad con
el bautismo "según el Espíritu", que acaba de celebrarse.

Una vez terminada esta catequesis, se pasa a una exhortación moral que procura aplicar a la vida de
cada día los temas del nuevo nacimiento y de la vida espiritual. Se pasa revista a todas las categorías
sociales de los recién bautizados, con el fin de señalar en qué se manifiesta el comportamiento social
de los cristianos (1 Pe., 2, 11-3, 12). Concluye la celebración con un nuevo himno que parece
inspirado por el tema judío de los dos caminos y que ha sido reconstruido como sigue:

Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Humillaos, pues, ante Dios y El os
ensalzará. Resistid al Diablo y huirá lejos de vosotros. Acercaos a Dios y El se os acercará. 1 P,
5, 5-1 1.

Si se la toma demasiado sistemáticamente, la tesis del P. Boismard y de otros exegetas que


consideran esta carta como una homilía pascual resultará tal vez inexacta. Pero, en todo caso, hay
que reconocer que esta catequesis utiliza un número impresionante de documentos parenéticos e
himnológicos y que, catalogando esos documentos, se descubre en ellos una perfecta unidad con
respecto a la fiesta pascual. Pero lo que se desprende, sobre todo, de tales documentos es la
profunda "relectura" llevada a cabo en el medio cristiano primitivo sobre ciertos elementos antiguos
de la fiesta de Pascua. En el centro de la celebración figura la persona misma del Señor: es la
Palabra que acompaña al rito, Palabra que es "revelación" del plan de Dios en el rito y que exige
"obediencia" por parte del fiel.

9. CONCLUSIÓN

A la luz de lo que Dios ha hecho para realizar su Pascua ideal, podríamos nosotros examinar nuestra
manera de celebrar la Pascua. ¿Nos situamos realmente en ese nivel sacramental donde, en el rito, se
une nuestra fe a la actitud de Cristo, o bien nos contentamos con la emoción suscitada por el
simbolismo pascual... a menos que no hayamos pasado todavía del simple recordatorio histórico o
nos hallemos en el rito de contenido mágico?

La cuestión merece ser planteada, y un profundo examen de conciencia nos revelará tal vez que, si
ciertas reformas como las que Roma introdujo recientemente en la Semana Santa y, más
concretamente, en la Vigilia pascual- no dan los frutos apetecidos o manifiestan cierta
inconsistencia, ello se debe principalmente a que pastores y fieles no se han situado de verdad en el
nivel necesario. Es muy ilustrativo, a este respecto, seguir la decadencia de la Pascua en la historia
de la Iglesia, examinando las sucesivas razones que la provocaron. Durante los primeros siglos, la
noche de Pascua está dedicada esencialmente a los bautismos y a la eucaristía. Nos hallamos en
pleno ámbito sacramental: el rito pascual, sea bautismal o eucarístico, moviliza a toda la comunidad
(y no sólo a los neófitos) en una actitud de conversión, en una profesión de fe consciente y
comunitaria por la que todos expresan su deseo de unirse a Cristo en su nueva vida de resucitado. La
asamblea había ayunado previamente para mejor unirse en la aceptación de su muerte. Apenas si
había en aquella época otros ritos fuera de las sumarias ceremonias de los sacramentos, y todo se
centraba en la renovación interior producida por esos sacramentos en conexión con el
acontecimiento pascual de Cristo. Pronto, sin embargo, se inicia un segundo periodo en el que
desaparecen los bautismos de la Vigilia Pascual. Y entonces nacen dos ritos de carácter más
simbólico que propiamente sacramental. Se amplia desmesuradamente la bendición del agua, que
sustituye a la administración del bautismo: el agua como elemento simbólico reemplaza al
sacramento y al acto vital de conversión. Se da asimismo una gran importancia a la bendición de la
luz (cirio pascual), precisamente en una época en que, por irse anticipando cada vez más la vigilia,
se podía prescindir de luz. Es cierto que cabía la posibilidad, a partir de los símbolos del agua y la
luz, de proclamar el misterio pascual, provocando la indispensable actitud de espíritu. Pero ¿se pasó
siempre de la posibilidad al hecho?

Un tercer periodo -coincidente, por lo demás, con el anterior- procurará dar a los ritos un contenido
histórico. Se olvidará un poco que el rito actualiza el pasado para reducirlo a simple recordatorio de
ese pasado, de igual modo que los primeros judíos celebraban la Pascua en memoria de la liberación
de Egipto. Por eso, se "reproduce" la resurrección mediante la aparición repentina del cirio pascual
en las tinieblas del templo, se reproduce la entrada de Cristo en Jerusalén mediante la procesión de
los ramos, se reproduce el lavatorio de los pies. Una vez más, la catequesis, capaz de sacar fuego de
cualquier astilla, podría servirse de estos ritos historicistas para llegar a lo esencial. Pero ¿llegó
realmente? ¿No provocó, por el contrario, con harta frecuencia, algunas reacciones mas emotivas
que auténticamente cristianas como, por ejemplo, esa "imitación" de la pasión que es el viacrucis o
el rito de adoración de la cruz?

El último período hará descender el contenido ritual de la Pascua a un nivel todavía inferior. Hay
que encuadrar en este momento el tema del fuego sacado de la piedra que es Cristo (una forma de
combatir ciertos ritos mágicos semejantes del mundo germánico), los trocitos de cirio pascual que
tomaban los asistentes para llevárselos a casa a modo de "sacramental" y que se han convertido en
los agnus Dei de nuestros días, la abundancia de agua bendita el sábado santo, la interminable
bendición de los ramos, etcétera. ¿No nos da la impresión, al recorrer sumariamente la historia de
esta decadencia, de que es la historia contada al revés de las sucesivas purificaciones a que Dios
sometió la fiesta judía de la Pascua a lo largo del Antiguo Testamento? En cuanto a la feliz reforma
de la Vigilia Pascual, dependerá de la manera en que los sacerdotes sepan adoctrinar a los fieles el
que esa reforma logre su objetivo, restableciendo una verdadera fiesta pascual donde la renovación
de Cristo se haga presente en el seno de una comunidad que toma conciencia de ello gracias a los
sacramentos y que renueva igualmente su fe y se convierte de nuevo para acentuar su dignidad de
hijos de Dios.

THIERRY-MAERTENS
FIESTA EN HONOR A YAHVÉ
Cristiandad. Madrid-1964, págs. 107-145

EXODO Y ALIANZA

Moisés nace en la opresión; es salvado; su vocación. Ex 1-4


Se presenta con Aarón ante el Faraón; las diez plagas. Ex 5-11

Primera Pascua, paso del Mar Rojo, Cántico del Triunfo. Ex 12-15
Viaje por el desierto; maná y codornices; agua de la Roca. Sinaí. Ex 16-19

Los diez mandamientos; el primer libro de la Ley. La Alianza. Ex 20-1 ss

Prescripciones para el tabernáculo y el culto, sacrificios. Ex 25-31

Las tablas de piedra; el becerro de oro; renovación de la Alianza. Ex 32-34

Detalladas prescripciones sobre el tabernáculo y pertenencias. Ex 35-40.

Ex. 1,6: Estos son los nombres de los hijos de Israel que vinieron a Egipto con Jacob, cada uno con su
casa: Rubén, Simeón, Leví y Judá; Isacar, Zabulón y Benjamín; Dan y Neftalí; Gad y Aser. Setenta
eran todas las almas salidas de el, muslo de Jacob; José estaba entonces en Egipto. Murió José y
murieron sus hermanos y toda aquella generación.

EXODO quiere decir "camino de salida".

El Exodo y la Alianza del Sinaí, señalan el nacimiento del pueblo de Israel.

Los descendientes de los Patriarcas han ido a radicar al país de Egipto. Los encontramos allí inmersos
en una situación muy poco favorable.

Bajo la guía de Moisés aquel grupo de esclavos consiguen liberarse de la esclavitud y huir, lanzándose
por los caminos del desierto, en busca de una Nueva Tierra Prometida. Esto se suele situar alrededor
del año 1250 A.C.

MISION DE MOISES.

Sacar de la esclavitud al pueblo elegido de Dios y llevarlo hacia la Tierra Prometida.

Ex.3,7-12: Y Yavé le dijo: "He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto y he oído los clamores a causa
de sus capataces, pues conozco sus angustias. Y he bajado para librarle de las manos de los egipcios y
subirle de esa tierra a una tierra fértil y espaciosa, una tierra que mana leche y miel, la tierra que
habitan cananeos, jeteos, amorreos, fereceos, jeveos y jebuceos. El clamor de los hijos de Israel ha
llegado hasta mí, y he visto la opresión que sobre ellos hacen pesar los egipcios. Ve, pues; yo te envío
al faraón para que saques a mi pueblo, a los hijos de Israel, de Egipto". Moisés dijo a Dios: "¿Y quien
soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?" Dios le dijo: "Yo estaré contigo, y esta
será la señal de que soy Yo quien te envía. Cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, daréis culto a
Dios sobre este monte".

Ex 3,16-20: Ve, reúne a los ancianos de Israel y diles: Yavé, el Dios de vuestros padres, el Dios de
Abraham, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha encomendado que os diga: Os he visitado y
he visto los que os hace Egipto, y he dicho: Yo os sacare de la opresión de los egipcios, y os subiré a la
tierra de los cananeos, de los jeteos, de los amorreos, de los fereceos, de los jeveos y de los jebuseos, a
una tierra que mana leche y miel. Ellos te escucharán, y tú, con los ancianos de Israel, irás al rey de
Egipto y le dirás: Yavé, el Dios de los hebreos, ha salido a nuestro encuentro. Deja pues que vayamos
camino de tres días por el desierto, para sacrificar a Yavé, nuestro Dios. Bien se yo que el rey de Egipto
no os permitirá ir sino en mano poderosa. Pero yo tenderé la mía, y castigare a Egipto con toda suerte
de prodigios, que obrare en medio de ellos; y después os dejará salir".
INSTITUCION DE LA PASCUA.

Leer Ex 12,1-51 (comparar Ex. 12,46 con Jn. 19,36).

LA PASCUA es el nombre de la principal fiesta judía, que ha pasado a ser la principal fiesta cristiana.
La misma fiesta cuyo origen se halla en el acontecimiento que relata el libro del Éxodo. El sacrificio de
la Pascua es el más antiguo de la tradición bíblica. Se trata, en su origen, de un rito de nómadas o de
seminómadas, que no se realiza en un santuario y no exige sacerdote ni altar. En cada familia se
inmola, por la tarde, un animal de un año, ovino o cabrío, y con su sangre se marcan los postes de la
tienda (o más tarde las jambas y el dintel de la puerta). La víctima entera, sin quebrar los huesos, es
asado al fuego, y luego se la come con hierbas amargas, aderezo normal de la comida en el desierto.

Dios libra a su pueblo de la esclavitud de Egipto; la Pascua se convierte entonces en celebración de este
acontecimiento salvador, a la vez es invocación de nuevas liberaciones. El pueblo de Israel sale de la
cautividad que sufría desde hacia siglos en Egipto.

Pascua quiere decir "paso". El ángel del Señor "pasa" una noche para sembrar el terror entre los
egipcios, a fin de que los hebreos puedan salir (Ex 12). El pueblo, perseguido, "pasa" el mar Rojo y se
libra de sus perseguidores (Ex 14; 15; 16). "Pasa" también, durante 40 años, a través de la prueba del
desierto, (Dt 8,106). Finalmente, "pasa" el Jordán, y este paso le abre la entrada en la Tierra Prometida
(Jos 3 y 4). Para celebrar esta fiesta, los judíos inmolaban y comían un cordero, el cordero "Pascual",
en memoria de lo que habían hecho sus antepasados en el momento de su salida. (Ex 12,1-4).

San Pablo escribe a los Corintios: "Nuestro Cordero Pascual, Cristo, ha sido inmolado" (1Cor 5,7).
"Pasando" por nuestra tierra, "pasando" por la prueba del sufrimiento y de la muerte, "pasando de este
mundo al Padre" (Jn 13, 1), por su resurrección y Ascensión, Jesús nos libra de la esclavitud del mal y
nos abre la entrada a nuestra Tierra Prometida: El Cielo. El es verdadero "Cordero Pascual", cuya
inmolación hace posible nuestro "paso" hacia el Padre. Al celebrar la Pascua del Señor, al comer
"al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29), celebramos y recibimos nuestra
liberación y nuestra salvación.

PASCUA JUDIA Y PASCUA CRISTIANA.

Ex. 24,1-8 y Lc 22,19-20.

Las dos fiestas se celebran en la misma época del año: con ocasión de la nueva luna que sigue al
equinoccio de primavera. ¿Se trata entonces de la misma fiesta?

La Pasión del Señor y los sucesos que la prepararon inmediatamente se desarrollaron durante la
semana, en la que los judíos celebraban la Pascua, pues esta fiesta duraba siete días. Ex 12,15; 34,18;
Lev. 23,5-8; Núm. 28,16-25; Dt 16,1-8.

Jesús llega a Betania "seis días antes de la Pascua" (Jn. 12,1). Al día siguiente entra en Jerusalén
acompañado de un gentío considerable "que venia a la fiesta" (Jn. 12,12). El mismo evangelista Juan,
subraya que cuando condujeron a Jesús ante Pilato, sus acusadores no entraron en el pretorio "para no
contaminarse y poder comer la Pascua" (Jn 18,18). En la tarde de la Resurrección, los peregrinos de
Emmaús salen de Jerusalén: la semana de la Pascua judía ha terminado.

Hay por lo tanto, coincidencia entre la fiesta judía y los acontecimientos que fundan el cristianismo: la
muerte y resurrección de Jesús.
Pero hay mucho más que una simple identidad de fecha. El Evangelio da a Jesús el nombre de
"Cordero de Dios". En el relato de la Pasión, Juan apunta que los soldados no rompieron las piernas de
Jesús y lo comenta haciendo notar que la Ley judía mandaba que no se rompieran los huesos del
cordero pascual (Jn 19,33-36). Por su parte, Pablo dirá a los Corintios: "Nuestro Cordero Pascual,
Cristo, ha sido inmolado" (1Cor 5,7). Está claro, por tanto, que para los Apóstoles Jesús es el
verdadero Cordero Pascual, su muerte y su resurrección son la plena realización de la Pascua.

La Pascua Judía celebra una liberación milagrosa: Dios salvó a su pueblo, que estaba a punto de ser
aniquilado. La primera Pascua creó un pueblo: el Pueblo Judío; salvó a los hebreos de la muerte y les
abrió el camino de la Tierra Prometida.

La Pascua Cristiana es una liberación mucho más amplia todavía: todos los hombres de todos los
tiempos son salvados de la muerte, es el camino de la resurrección general. La Pascua nueva da
origen a un pueblo mucho más numeroso, que congrega una unión fraternal a los hombres y mujeres de
toda lengua, nación y raza: el Pueblo Cristiano.

El que salva a Israel y luego al mundo entero es el mismo Dios, es Dios que da la vida y la derrama
cada vez más generosamente en el momento en que todo parece perdido.
Pesaj (Passover) o "La pascua judía"

Esta fiesta que celebran los judíos es, tal vez, la base y fundamento de toda la
religiosidad humana, ya que establece la liberación de la servidumbre de Egipto.
El Egipto bíblico es el símbolo de todos los elementos mágicos y de la sustitución
de Dios por el hombre en la figura de Faraón.

Cuando Moisés recibe la orden de liberar al pueblo judío de Egipto, se le dice que
estos serán un pueblo suyo dándoles la calidad de hijos de Israel, cuyo significado
es: "Los que luchan con Dios" (o junto a Dios).

Este pueblo debería eliminar a los hijos de Cam, que simbólicamente son la
descendencia de lo oscuro, como su nombre representa, para establecer la paz
universal por medio de Sus mandamientos que debían ponerse en práctica.
La salida de Egipto simboliza la salida de las pretensiones humanas para tener un encuentro con Dios y
recibir de Él los mandamientos y ordenanzas que deberían transmitir al resto de la humanidad.

Hay en esta fiesta dos símbolos muy importantes:


1. El cordero que debía librar al hombre de la muerte de los primogénitos, simbolizando con ellos
la libertad del pecado para prepararle para su encuentro con Dios
2. El pan sin levadura, que representa el alimento puro sin las imperfecciones mundanas que debe
tomarse como única comida para salir del estado degradante de las ollas de carne de Egipto.

De estos símbolos se han derivado todos los elementos simbólicos de esta festividad que contiene una
liturgia elaborada a través de los siglos y que ha sido transmitida de generación a generación, perdiendo
para una gran mayor Ia, poco a poco, el valor efectivo de lo que esta festividad representa.

Muchos judíos se sientan a la mesa y unos siguen la ceremonia ritual al pie de la letra, y otros la
utilizan como un medio de reunirse la familia y comer una buena cena y pasar un buen rato.

El elemento fundamental, que es la salida de la servidumbre de Egipto, representado posteriormente


por todas las cosas que esclavizan al hombre que busca su sustento en la carne y no en el espíritu, ha
pasado a un segundo plano y casi no se menciona cuando se está celebrando la cena que debería
preparar al hombre para su mejoramiento como persona y para recibir la orden de Dios de mostrar al
mundo las leyes de Israel (Amarás a tu prójimo como a ti mismo.) (Aparecido por primera vez en Lev
19: 18 después de la salida de Egipto y una vez en el desierto donde recibiera los mandamientos)

Esta celebración a costado múltiples muertes en el pasado, donde los cristianos asociaban la festividad
con la muerte de Cristo, donde, coincidentemente Jesús y los discípulos que le seguían celebraban,
precisamente, esa festividad con los elementos primordiales del pan leudado y la cena del cordero.

La celebración de dicha festividad tiene sus motivos y el seguimiento de la liturgia relacionada con la
misma tiene el valor que se le quiera establecer siempre y cuando se haga como recordatorio del
cambio de vida que esta lleva asociado.

Estos enlaces pueden mostrarle diversas formas de celebración de la festividad en diferentes


congregaciones judías.

La fiesta de Pesaj
La Historia de Pesaj
La Hagadá de Pesaj
El Seder de Pesaj
El Rebe enseña "SHABAT PESAJ"
Ma nishtaná (Pesaj)
Festividades (Pesaj)

Pero sobre todo ello, lo más importante NO es la manifestación externa de dichas liturgias religiosas,
sino el establecimiento de un lugar profundo en el corazón para acoger ese ejemplo de amor y de
misericordia que mantenga vivo el Espíritu Santo de Dios (Bendito sea Su Nombre) en nuestra
condición humana que puede convertirnos en verdaderos Hijos de Israel.

La fiesta de Pesaj

Cuáles son los nombres de la festividad ?

1) La fiesta de nuestra liberación: festejamos para recordar la salida de Egipto que fue en este día. El
Santo Bendito Sea nos sacó de Egipto con su brazo fuerte y extendido, y así salimos de la esclavitud
física y espiritual a la libertad total. Es nuestra obligación relatar la salida de Egipto en la noche de la
festividad para que las nuevas generaciones vivencien la salida de Egipto.

Muchos de los preceptos de la Torá que se otorgaron al pueblo Israel - el Shabat, el trato al extranjero,
la prohibición de infamar en un juicio, las leyes referentes al esclavo hebreo y otras - están relacionadas
con la esclavitud de Egipto, y nos ensenan que debemos cuidar el honor del ser humano y su libertad.

2) La fiesta de la primavera: La salida de Egipto aconteció en el mes de Nisan, el mes de la primavera.


Nisan es el primer mes del ano. Así se mezcla la primavera de la naturaleza con la primavera de la
nación y su fe. El mes de primavera es el mes má s adecuado para salir a una expedición. "La
primavera" simboliza la importancia del pasaje del invierno al verano. En la Torá la palabra
"primavera" senala el principio de la maduració n de la cosecha: "cuida el mes de la primavera". La
Torá nos exige festejar Pesaj siempre en la estació n de la primavera, para llegar a esta coincidencia se
realizan anos bisiestos.

3) La fiesta de las matzot: - pan ázimo - El comer matza es uno de los preceptos principales de la fiesta:
"Todo pan leudado no comerá n, en sus hogares comerá n solo maztot". La matza representa dos
eventos:

a- la vida de esclavitud y pobreza del pueblo de Israel en Egipto - es por eso llamado "lejem oni" - pan
de la pobreza.

b- la salida de Egipto se realizó de una manera apurada, de esta forma la masa que prepararon no
alcanzó a leudar, y la hornearon como maztot.

4) La fiesta de Pesaj en nombre de la ofrenda del Cordero Pascual que se comió en Egipto en familia el
14 de Nisan. El cordero era un ídolo egipcio, y el pueblo de Israel fue ordenado a sacrificar justamente
un cordero y justo en el mes de Nisan, cuyo sí mbolo de zodiaco es Aries y segú n la creencia de los
egipcios la nación se haya en al cúspide de su poderío. El pueblo de Israel demostró de esta manera el
desarraigo de esa cultura pagana.

En la época del Templo el pueblo de Israel sacrificaba cada ano el korban Pesaj el día 14 de Nisan.
Pesaj también simboliza cuando D's salteó por sobre las casas de Israel la noche que fueron castigados
todos los primogénitos egipcios.

Los mensajes del seder de Pesaj 

La salida de Egipto es un tema principal en la Torá . Se recuerda la salida de Egipto cada dí a y cada
noche en diversas oraciones y en muchos preceptos.

La obligación especial en esta noche es no solo de trasmitir conocimientos sobre la salida de Egipto,
sino principalmente transmitir la experiencia ocurrida. Nuestros sabios fijaron un orden (Seder) de
diversas actividades para despertar la curiosidad de los ninos respecto al contenido y sí mbolos de la
fiesta a lo largo del relato de la hagada.

Con el comienzo de la lectura de la Hagada el dirigente el relator levanta la matza y dice: "este es el
pan de la pobreza que comieron nuestros padres en Egipto" - de esta manera se crea una "relació n
visual" con la matza, que simboliza la pobreza de Egipto, la redenció n al salir de allí con gran prisa.

La keara de Pesaj - plato ritual - sirve para ejemplificar la esclavitud de Egipto, la liberació n y el
cumplimiento del precepto de Pesaj cuando el templo existía:

La keará cuenta con tres maztot, sobre ellas, en un plato especial se ordenan las siguientes elementos:
en la parte derecha arriba, está el "zroa" - pata de oveja o pollo quemada, en recuerdo al sacrificio de
Pesaj que se comí a en la noche cuando el templo existí a. ?Porqué justamente zroa? para simbolizar el
brazo extendido con el cual D's nos sacó de Egipcio.

A la izquierda del zroa se encuentra, la "beitza" huevo cocido, en recuerdo al sacrificio de jagiga que
se comí a en esa noche en el templo.

Entre el zroa y el huevo se encuentra el "maror" - hierbas amargas : hojas de lechuga, en recuerdo a la
amarga vida que tení amos causada por los egipcios. El maror se lo sumerge en "jaroset", que se
encuentra a la derecha abajo. El jaroset es una mezcla de manzanas, nueces molinas, dá tiles, especies,
pasas de uva y vino. La mezcla representa los ladrillos usados para el trabajo forzado de nuestros
antepasados.

Del lado izquierdo está el "karpas" una verdura que puede ser, radicheta, perejil, o papa cocida. El
karpas se lo sumerge en agua salada y es ingerido antes de la comida, para atraer la atenció n de los nin
os. Entre el jaroset y el karpas se encuentra el jazeret - lechuga.

Ma nishtana: Al comienzo de la Hagada el más joven de los integrantes de la familia pregunta: "?qué
diferencia hay entre esta noche y todas las demás?", etc, Todo lo que continua es la respuesta a esta
pregunta. Cuando el hijo pregunta, demuestra interé s y curiosidad en saber y no solo es un observador
del acto de los adultos. Tambié n los adultos deben sentir la experiencia de la salida de Egipto: "En
cada generación cada persona debe considerarse como si ella misma hubiera salido de Egipto, ya que si
el Santo Bendito Sea no hubiera sacad a nuestros antepasados de Egipto, nosotros, nuestros hijos y los
hijos de nuestros hijos serí amos aún esclavos del Faraón de Egipto". La Hagada nos cuenta sobre los
sabios que estuvieron toda la noche relatando la salida de Egipto y no les era suficiente una corta resen
a y un resumen de lo acontecido. Todo esto, es para que nosotros sintamos la experiencia de la salida
de Egipto. 
Antes de recitar la Hagada, el que dirige el seder parte la mazta del medio y ejemplifica el pan á zimo,
al mostrarlo. La forma de vida del pobre es recibir un pedazo - y no un pan entero - de mano de quien
ha tocado la puerta.

"Raban Gamliel solía decir: el que no menciona los tres símbolos siguientes del seder, no cumple con
su deber, Pesaj, matza y maror.

"De cuatro clases de hijos nos habla la Torá ". Anteponemos al relato de la hagada la descripción de
tipos diferentes de hijos y las respuestas dignas a cada uno de ellos, cumpliendo "educa al joven según
su camino".

Nuestros sabios se preocuparon que los chicos se mantuvieran despiertos en esta noche: "Se dijo sobre
Rabí Akiva que repartí a cebada tostada y nueces a los ninos en la noche de Pesaj para que no se
durmieran y se cuestionen preguntas" (Tratado de psajim 119). Otra manera de mantener despiertos a
los ninos es esconder el "afikoman" y devolverlo al final del seder a cambio de regalos.

Pesaj La Historia de Pesaj


Por Rabinos de Aish HaTorah

La Historia de Pesaj

La fiesta de Pésaj - en general, y la noche del Séder - en particular, tienen una importancia especial en
el ciclo del año judío, no sólo por la cantidad de símbolos que en ellos encontramos o por ser una de las
tres fiestas mencionadas en nuestra Sagrada Torá, sino por ser la fiesta en la cual se recuerda y festeja
la salida del pueblo judío de la tierra de Egipto - un acontecimiento tan importante que lo recordamos
dos veces cada día al recitar el Shemá Israel.

La salida de Egipto representa el comienzo del pueblo judío por un lado, y por otro, revela al mundo la
existencia de D'os como Creador y Rector de todo el universo, Quien posee el poder de realizar toda
clase de milagros en los cielos y en la tierra.

No solamente debemos relatarle a nuestros propios hijos todo lo que ocurrió en la salida de Egipto, sino
que también debemos transmitirle esta enseñanza a toda persona que esté con nosotros, a nuestro
alcance, e incluso - en caso de no tener con quien hablar sobre la salida de Egipto - tenemos la
obligación de contarnos a nosotros mismos lo que sucedió allí.

En realidad, la historia de Pésaj comienza por lo menos 400 años antes de la salida de Egipto, como
leemos en la Hagadá:

"Bendito es Quien cumple Su promesa con Israel, bendito es Él. Pues el Santo, bendito es Él, calculó el
final de nuestra esclavitud, para hacer lo que le había dicho a Abraham Avinu en el "berit ben
habetarim" (pacto entre las partes), como está escrito: "Y le dijo a Abram: Saber, habrás de saber que
extranjera será tu descendencia en una tierra ajena y los esclavizarán y los oprimirán cuatrocientos
años. Y también al pueblo que servirán, juzgo Yo, y luego saldrán con gran riqueza" (Bereshit -
Génesis- 15:13-14)".

Sin embargo, ésta no es la única fuente que tenemos para comenzar nuestra pequeña reseña histórica,
pues también está escrito: "Y el tiempo que estuvieron los hijos de Israel asentados en Egipto fue 430
años" (Shemot -Éxodo- 12:40).

Evidentemente, estos dos versículos de la Torá no se pueden contradecir. La respuesta a esta aparente
contradicción la aprendemos del comentario de Rashí (Rabí Shelomó Itzjaki, 1040 - 1105) a la Torá. Él
nos explica que el segundo versículo que dice que los hijos de Israel estuvieron en Egipto 430 años no
se debe entender literalmente, sino que la intención de la Torá es enseñarnos que desde que en el berit
ben habetarim (pacto entre las partes) D'os decretó aquel exilio y le dijo a Abraham que en el futuro su
descendencia sería esclavizada, pasaron 430 años.

Por otro lado, lo que dice el primer versículo que D'os le dijo a Abraham que 400 años su descendencia
será extranjera en una tierra ajena y serán esclavizados, no se debe entender como que serán
esclavizados durante 400 años desde aquel momento, sino que desde que él tuviera descendencia - es
decir, desde el nacimiento de Itzjak Avinu, que ocurrió 30 años después de aquella profecía - su
descendencia comenzará a estar en una tierra extranjera y luego pasarán a estar esclavizados y
oprimidos por un tiempo total de 400 años. Y esto efectivamente ocurrió, pues la tierra de Israel no
perteneció ni a Abraham ni a Itzjak ni a Iaacov, sino que el pueblo de Israel la conquistó recién cuando
entró a la tierra, cuarenta años después de su salida de Egipto.

Abraham nació en el año 1813 a.e.c. y tuvo a Itzjak en el año 1713 a.e.c. - a los 100 años de edad.
Itzjak tuvo a Iaacov a los 60 años - en el año 1653 a.e.c. - y la Torá nos cuenta en parashat Vaigash que
cuando Iaacov Avinu descendió a Egipto y se encontró con el Faraón, le dijo que en ese momento tenía
130 años, de lo que deducimos que los hijos de Israel descendieron a Egipto en el año 1523 a.e.c.

Al comienzo del libro de Shemot la Torá nos dice que de todos los hijos de Iaacov el que primero
murió fue Iosef y luego el resto de sus hermanos, y que más tarde el Faraón empezó a oprimir y a
esclavizar al pueblo de Israel. Nuestros Sabios nos enseñan que Leví fue el último de los hermanos de
Iosef en fallecer - en el año 1429 a.e.c. - de lo que deduce el midrash Séder Olam Ravá (capítulo 3) que
la esclavitud, de hecho, no duró más de 116 años, ya que desde que murió Leví hasta la salida de
Egipto transcurrieron 116 años - y ninguno de los hijos de Iaacov sufrió la esclavitud.

Por otro lado, nos enseña el midrash que la esclavitud no duró menos de 86 años, pues Miriam la
hermana mayor de Moshé, nació 86 años antes de la salida de Egipto - en el año 1399 a.e.c. - y a ella la
llamaron Miriam pues ya había comenzado la amargura de la esclavitud ("mar" en español: 'amargo').
Pasaron tres años y a Miriam le nació un hermano: Aharón, en el año 1396 a.e.c.

Otros tres años pasaron y en el año 1393 a.e.c. nació Moshé Rabenu. Él había sido criado en el palacio
real por la hija del Faraón y después de matar a un egipcio para defender a sus hermanos, se escapó a la
tierra de Midián. Allí se casó con Tziporá y trabajaba como pastor de los rebaños de su suegro Itró. Un
día ocurrió que Moshé estaba llevando a las ovejas a pastar y ve una zarza que tenía fuego pero que no
se consumía. Al acercarse, D'os se le reveló y le dijo que vaya a liberar al pueblo de Israel. Esto ocurrió
un año antes de que salgan de Egipto, en el año 1314 a.e.c. (midrash Séder Olam Rabá cap. 5).

Todas las plagas duraron 12 meses, "Y Moshé tenía ochenta años y Aharón tenía ochenta y tres años,
cuando hablaron con el Faraón" (Shemot 7:7) - es decir en el año 1313 a.e.c., exactamente 2448 años
desde la creación del mundo - y en aquel año salieron los hijos de Israel de Egipto (Véase Rashí Sotá
12a).

La Hagadá de Pesaj - de Aish HaTorah

La Búsqueda del Jametz


La noche anterior a la noche del Séder se busca el jametz a la luz de una vela.  Antes de la búsqueda se
dice la siguiente bendición, teniendo la intención de que sirva también para el quemado del jametz, que
se realizará al día siguiente por la mañana:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos consagró con Sus preceptos, y nos
ordenó sobre la eliminación del jametz.

Inmediatamente después de la búsqueda se anula el jametz diciendo:

Todo jametz y leudante que se encuentra en mi posesión, que no supe de su existencia y que no lo
eliminé y que yo no sé de él, que sea anulado y que no pertenezca a nadie, al igual que el polvo de la
tierra.

El Quemado del Jametz

Por la mañana anterior a la noche del Séder se quema el jametz e inmediatamente después se anula
nuevamente diciendo:

Todo jametz y leudante que se encuentra en mi posesión, que lo vi y que no lo vi, que supe de su
existencia y que no supe de su existencia, que lo eliminé y que no lo eliminé, que sea anulado y que no
pertenezca a nadie, al igual que el polvo de la tierra.

El Encendido de las Velas

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos consagró con Sus preceptos, y nos
ordenó encender la vela de (cuando la fiesta cae en shabat se agrega: shabat y de) iom tov.

Las mujeres ashkenazitas que acostumbraron decir "shehejeianu" y desean seguir con su costumbre
dicen:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos dió la vida, nos hizo existir y nos hizo
llegar hasta este tiempo.

El Orden de la Bandeja del Séder de Pésaj

Esta debe ser la forma en la cual estén dispuestos todos los elementos dentro de la keará:

Aquí está sentado quién dirige el séder

3 MATZOT (DENTRO DE LA KEARA)


 

Los 15 Símbolos del Séder

Kadesh, Urjatz: recita el kidush y lávate (las manos).

Carpás, Iajatz: (comer el) apio, división (de la matzá).

Maguid, Rojtzá: relato (la historia de Pésaj), lavado (de manos).

Motzí, Matzá: (bendecir el ha…) motzí,  (comer la) matzá.

Maror, Korej: (comer la) hierva amarga, junto (con matzá).

Shulján Orej: preparación de la mesa.  

Tsafún, Barej: (come el aficomán) escondido, bendice (el bircat hamazón).

Halel, Nirtzá: (recita las alabanzas del) halel, (todo es) aceptado.

Kadesh

Se sirve la primera copa de vino con la cual se recita el kidush.  Quien recita el kidush así como los
oyentes deben tener la intencionalidad de cumplir con la mitzvá, y estos últimos deben contestar
"amén" al finalizar la bendición.

Si la noche del Séder cae en shabat se agrega:

El día sexto.  Fueron completados los cielos y la tierra y todo lo que contienen.  Completó D'os en el
día séptimo Su obra que había hecho, y descansó en el día séptimo de toda Su obra que había
hecho.  Bendijo D'os al día séptimo y lo santificó, pues en él descansó de toda Su obra, que había
creado D'os para hacer.
Con el permiso de nuestros señores y nuestros maestros y mis instructores:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que crea el fruto de la vid.

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos eligió de entre todos los pueblos y
nos elevó de entre todas las lenguas y nos santificó con Sus preceptos, y nos diste, Adonai, Dios
nuestro, con amor (En shabat: sábados para descansar y) fiestas para la alegría, festividades y tiempos
de felicidad, (En shabat: este día de shabat y) este día de la fiesta de las matzot, tiempo de nuestra
libertad, (En shabat: con amor) sagrada convocación, recuerdo de la salida de Egipto.  Porque a
nosotros nos elegiste y a nosotros nos santificaste de entre todos los pueblos, (En shabat: y shabat) y
fiestas de Tu santidad (En shabat: con amor y voluntad) con alegría y felicidad nos has hecho
heredar.  Bendito eres Tú, Adonai, que santifica (En shabat: al shabat y) a Israel y a las fiestas.

Si la noche del Séder cae el sábado por la noche se agrega:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que crea las luces del fuego.

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que diferencia entre lo santo y lo mundano,
entre la luz y la oscuridad, entre Israel y los pueblos, entre el día séptimo y los seis días hábiles; entre la
santidad del sábado y la santidad de la fiesta has diferenciado, y al día séptimo más que a los seis días
hábiles has santificado; has diferenciado y has santificado a Tu pueblo Israel con Tu santidad.  Bendito
eres Tú, Adonai, que diferencia entre lo santo y lo santo.

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos dió la vida, nos hizo existir y nos hizo
llegar hasta este tiempo.

Se toma el vino reclinados sobre el lado izquierdo.

Urjatz

Se hace un lavado de manos similar al del pan, pero sin recitar la bendición.

Carpás

Se toma un trozo de apio o de cualquier fruto de la tierra, se sumerge en agua con sal y se recita la
siguiente bendición pensando que también servirá para el maror que se comerá después.

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que crea el fruto de la tierra.

Y se come sin reclinarse, menos de un kazáit.


 

Iajatz

Se toma la matzá intermedia de las tres matzot que se encuentran en la bandeja y se parte en dos.  El
pedazo más pequeño es colocado nuevamente entre las dos matzot enteras, y el pedazo más grande es
escondido para el Afikomán.

Maguid

Se levanta la bandeja con las matzot descubiertas y se dice:

Este es el pan de la pobreza que comieron nuestros padres en la tierra de Egipto.  Todo el que tenga
hambre que venga y coma.  Todo el que lo necesite que venga y haga el Pésaj.  Este año aquí, el año
venidero en la tierra de Israel.  Este año somos esclavos, el próximo año seremos libres.

Se coloca la bandeja en el extremo de la mesa y se tapan las matzot.

Se sirve la segunda copa de vino y el hijo pregunta "Ma nishtaná".

¿Qué diferencia hay entre esta noche y todas las otras noches?

Pues todas las noches nosotros comemos tanto jametz como matzá, pero esta noche sólo matzá!

Pues todas las noches nosotros comemos todo tipo de verduras, pero esta noche maror!

Pues todas las noches nosotros no sumergimos ningún alimento ni una sola vez, pero esta noche dos
veces!

Pues todas las noches nosotros comemos tanto sentados como reclinados, pero esta noche todos
nosotros estamos reclinados!

Se vuelve la bandeja a su lugar, se destapan las matzot y se dice:


Esclavos fuimos del Faraón en Egipto, y nos sacó Adonai, nuestro Dios, de allí con mano fuerte y
brazo tendido.  Y si el Santo, bendito es Él, no hubiera sacado a nuestros antepasados de Egipto,
nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, todavía estaríamos esclavizados por Faraón en
Egipto.  Y aunque todos nosotros fuéramos sabios, inteligentes, eruditos y conocedores de la Torá,
tenemos la obligación de relatar sobre la salida de Egipto.  Y todo el que se extiende en el relato de la
salida de Egipto es alabado.

Ocurrió que Rabí Eliézer, Rabí Iehoshúa, Rabí Elazar Ben Azariá, Rabí Akivá y Rabí Tarfón estaban
reclinados en el Séder en Bené Berak, y relataban sobre la salida de Egipto toda esa noche, hasta que
vinieron sus alumnos y les dijeron: "Maestros nuestros, ha llegado la hora de leer el Shemá de la
mañana".

Dijo Rabí Elazar Ben Azariá: He aquí que aparento ser un hombre de setenta años, pero nunca tuve el
mérito de demostrar que se debe recordar la salida de Egipto por las noches, hasta que lo enseñó Ben
Zomá, como está escrito: "Para que recuerdes el día de tu salida de la tierra de Egipto, todos los
días de tu vida" (Devarim -Deuteronomio- 16:3).  "Los días de tu vida" - durante el día, "todos los
días de tu vida" - por las noches.  Mas los sabios dicen: "los días de tu vida" - en este mundo,
"todos los días de tu vida" - en la época mesiánica.

Bendito es Dios, bendito es Él.  Bendito es quien entregó la Torá a Su pueblo Israel.  Bendito es Él.

Respecto de cuatro hijos habló la Torá: uno sabio, uno malvado, uno simple y uno que no sabe
preguntar.

El sabio ¿qué es lo que dice?: "¿Qué son estos testimonios y leyes y reglas que les ordenó Adonai,
nuestro Dios, a ustedes?" (Devarim 6:20).  Entonces tú también le dirás las leyes de Pésaj: no se debe
comer después del sacrificio de Pésaj ningún alimento.

El malvado ¿qué es lo que dice?: "¿Qué es todo este ritual para ustedes?" (Shemot -Éxodo- 12:26).
"Para ustedes" - y no para él.  Y por cuanto que se excluyó de la comunidad negó lo
principal.  Entonces tú también muévele los dientes y dile: "Por esto, es que Dios hizo por mí,
cuando salí de Egipto" (Shemot 13:8).  "Por mí" - y no por él.  Si hubiera estado allí no hubiese sido
redimido.

El simple ¿qué es lo que dice?: "¿Qué es esto?" (Shemot 13:14).  Y tú le dirás: "Con mano fuerte
nos sacó Dios de Egipto, de una casa de esclavitud" (Shemot 13:14).

Y al que no sabe preguntar, tú lo motivarás.  Como está escrito: "Y le relatarás a tu hijo en ese día
diciendo: Por esto es que Dios hizo por mí, cuando salí de Egipto" (Shemot 13:8).

¿Puede ser [que se le pueda relatar al hijo] desde Rosh Jódesh (comienzo del mes de Nisán)?  Dice:
"En ese día" (Shemot 13:8). ¿Si tiene que ser en ese día, puede ser antes de la puesta del sol?   Dice:
"Por esto" (Shemot 13:8), sólo lo podrás relatar cuando la matzá y el maror estén delante tuyo [y las
puedas señalar, es decir, en la noche del Séder].

Al comienzo idólatras eran nuestros antepasados, pero ahora Dios nos ha acercado a Su servicio, como
está escrito: "Y dijo Iehoshúa a todo el pueblo: Así dijo Adonai, el Dios de Israel: Del otro lado
del río (Eufrates) moraban vuestros antepasados desde antaño, Téraj, el padre de Abraham y el
padre de Najor, y servían a otros dioses.  Mas lo llevé a vuestro patriarca, a Abraham al otro
lado del río, y lo conduje a él por toda la tierra de Quenaan, e incrementé su descendencia, y le di
a Itzjak.  Y a Itzjak le di a Iaacov y a Esav, y le di a Esav el monte de Seir para heredarlo,
mientras que Iaacov y sus hijos descendieron a Egipto" (Iehoshúa -Josué- 24:2-4).

Bendito es Quien cumple Su promesa con Israel, bendito es Él.  Pues el Santo, bendito es Él, calculó el
final de nuestra esclavitud, para hacer lo que le había dicho a Abraham Avinu en el "berit ben
habetarim" (pacto entre las partes), como está escrito: "Y le dijo a Abram: Saber, habrás de saber
que extranjera será tu descendencia en una tierra ajena y los esclavizarán y los oprimirán
cuatrocientos años.  Y también al pueblo que servirán, juzgo Yo, y luego saldrán con gran
riqueza" (Bereshit -Génesis- 15:13-14).

Se cubren las matzot, se levanta la copa y se dice:

Y ella (la promesa) fue la que mantuvo a nuestros antepasados y a nosotros, pues no sólo uno fue quien
se levantó contra nosotros para exterminarnos, sino que en cada generación se levantan contra nosotros
para aniquilarnos, mas el Santo, bendito es Él, nos salva de sus manos.

Se apoya la copa sobre la mesa, se descubren las matzot y se dice:

Ven y aprende qué es lo que quiso Labán, el arameo, hacer con Iaacov nuestro patriarca.  Pues el
Faraón sólo decretó en contra de los varones, mas Labán intentó destruirlos a todos.  Como está escrito:
"Un arameo intentó destruir a mi padre, y descendió a Egipto y residió allí con poca gente, y allí
se convirtió en un pueblo grande, fuerte y numeroso" (Devarim 26:5).

"Y descendió a Egipto" - obligado por la orden Divina.

"Y residió allí" - enseña que no descendió Iaacov Avinu para radicarse en Egipto sino para residir allí
(provisoriamente), como está escrito: "Y dijeron al Faraón: para residir en la tierra hemos venido,
pues no hay pastos para el rebaño de tus servidores, porque es grande la hambruna en la tierra
de Quenaan, y ahora permite a tus servidores, por favor, habitar en la tierra de Goshen"
(Bereshit 47:4).

"Con poca gente" - como está escrito: "Con setenta personas descendieron tus antepasados a
Egipto, y ahora te ha hecho Adonai, tu Dios, como las estrellas de los cielos en número" (Devarim
10:22).

"Y allí se convirtió en un pueblo" - enseña que Israel sobresalía allí.

"Grande, fuerte" - como está escrito: "Y los hijos de Israel fructificaron y proliferaron,
aumentaron y se incrementaron mucho, mucho; y se llenó la tierra de ellos" (Shemot 1:7).

"Y numeroso" - como está escrito: "Te he convertido en miríadas como la hierba del campo, y tú
te has incrementado y has crecido, y te has adornado con bellos adornos, tus pechos han
desarrollado y tus cabellos han crecido y tú estás desnuda y descubierta" (Iejezkel -Ezequiel-
16:7).  "Y pasé sobre ti y te observé revolcada en tu sangre y te dije: 'con tu sangre vive', y te
dije: 'con tu sangre vive'" (Iejezkel 16:6).

"Y nos maltrataron a nosotros los egipcios y nos oprimieron, e impusieron sobre nosotros
trabajos forzados" (Devarim 26:6).

"Y nos maltrataron a nosotros los egipcios" - como está escrito: Vamos! seamos más inteligentes
que él para que no aumente, y fuera que si hubiera guerra y se sumará también él a nuestros
enemigos, y peleará contra nosotros y ascenderá de la tierra" (Shemot 1:10).

"Y nos oprimieron" - como está escrito: "Y pusieron sobre él (Israel) recaudadores de impuestos
para oprimirlo mediante sus cargas, y construyó ciudades de depósito para el Faraón: Pitom y
Raamsés" (Shemot 1:11).

"E impusieron sobre nosotros trabajos forzados" - como está escrito: "Y esclavizaron los egipcios
a los hijos de Israel con dureza" (Shemot 1:13).

"Y clamamos a Adonai, el Dios de nuestros antepasados, y escuchó Dios nuestra voz, y vió
nuestro sufrimiento y nuestro esfuerzo y nuestra opresión" (Devarim 26:7).

"Y clamamos a Adonai, el Dios de nuestros antepasados" - como está escrito: "Y fue en aquellos
numerosos días que murió el rey de Egipto, que gimieron los hijos de Israel por el trabajo y
clamaron, y ascendieron sus plegarias a Dios por el trabajo" (Shemot 2:23).

"Y escuchó Dios nuestra voz" - como está escrito: "Escuchó Dios sus lamentos, y recordó Dios Su
pacto con Abraham, con Itzjak y con Iaacov" (Shemot 2:24).
"Y vió nuestro sufrimiento" - hace referencia a la abstinencia de relaciones maritales.  Como está
escrito: "Y vió Dios a los hijos de Israel, y entendió Dios" (Shemot 2:25).

"Y nuestro esfuerzo" - hace referencia a los hijos.  Como está escrito: "Todo hijo que naciere al río
lo arrojarán y a toda hija dejarán vivir" (Shemot 1:22).

"Y nuestra opresión" - hace referencia a los trabajos. Como está escrito: "Y también he visto la
opresión con que los egipcios los oprimen a ellos" (Shemot 3:9).

"Y nos sacó Dios de Egipto con mano fuerte y con brazo tendido y con manifestación grande y
con portentos y con milagros" (Devarim 26:8).

"Y nos sacó Dios de Egipto" - no a través de un ángel, ni de un ser celestial ni a través de un enviado,
sino el Santo, bendito es Él.  Como está escrito: "Y pasaré por la tierra de Egipto en esta noche y
golpearé a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde hombre hasta animal, y con todos los
dioses de Egipto haré juicios, Yo soy Dios" (Shemot 12:12).  "Y pasaré por la tierra de Egipto" -
Yo, y no un ángel.  "Y golpearé a todo primogénito en la tierra de Egipto" - Yo, y no un ser
celestial.  "Y con todos los dioses de Egipto haré juicios" - Yo y no un enviado.  "Yo soy Dios" - soy
Yo y ningún otro.

"Con mano fuerte" - se refiere a la peste.  Como está escrito: "He aquí que la mano de D'os será
sobre tu ganado que está en el campo, sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos,
sobre los vacunos y sobre el rebaño, una peste muy dura" (Shemot 9:3).

"Y con brazo tendido" - se refiere a la espada.  Como está escrito: "Y su espada desenvainada en su
mano, tendida sobre Jerusalem" (Divré Haiamim I -I Crónicas- 21:16).

"Y con manifestación grande" - se refiere a la revelación de Dios.  Como está escrito: "¿O acaso ha
intentado algún dios venir para tomar para él a un pueblo de dentro de otro pueblo, con
prodigios y con portentos y con milagros y con guerra, y con mano fuerte y con brazo tendido, y
con grandes manifestaciones, como todo lo que hizo por ustedes Adonai vuestro Dios en Egipto
delante de tus ojos?" (Devarim 4:34).

"Y con portentos" - se refiere a la vara.  Como está escrito: "Y esta vara toma en tu mano , para
que hagas con ella los portentos" (Shemot 4:17).

Se vuelca un poco de vino de la copa al decir: "sangre", "fuego",


y "pilares de humo".

"Y con milagros" - se refiere a la sangre.  Como está escrito: "Y haré milagros en el cielo y en la
tie: sangre y fuego y pilares de humo" (Ioel -Joel- 3:3).

Otra explicación: "Con mano fuerte" - dos, "Y con brazo tendido" - dos, "Y con manifestación
grande" - dos, "Y con portentos" - dos, "Y con milagros" - dos.  Estas son las diez plagas que trajo
el Santo, bendito es Él, sobre los egipcios en Egipto, y estas son:

 
Se acostumbra volcar un poco de vino de la copa al recordar cada una de las plagas:

Sangre (Dam).  Ranas (Tzefardea).  Piojos (Kinim).  Fieras salvajes (Arov).  Peste (Déver).  Sarna


(Shejín).  Granizo (Barad).  Langostas (Arbé).  Oscuridad (Jóshej).  Muerte de los primogénitos
(Makat Bejorot).

Se acostumbra volcar un poco de vino de la copa al recordar cada una de las siglas:

Rabí Iehudá acostumbraba agruparlas en siglas:

DeTZaJ   ADaSH   BeAJaB.

Se vuelve a llenar la copa de vino.

Rabí Iosé Hagalilí dice: "¿De dónde aprendemos que fueron golpeados los egipcios en Egipto con diez
plagas y en el Mar fueron golpeados con cincuenta plagas?  ¿Respecto de Egipto qué está escrito?: "Y
dijeron los hechiceros al Faraón: dedo de Dios es éste" (Shemot 8:15), ¿y respecto del Mar qué está
escrito?: "Vió Israel la mano grande que puso Dios en Egipto, y el pueblo temió a Dios, y creyeron
en Dios y en Moshé su servidor" (Shemot 14:31).  ¿Cuántos golpes recibieron con el dedo [de Dios
en Egipto]?  Diez plagas, de aquí puedes aprender que en la tierra de Egipto fueron golpeados con diez
plagas, y en el mar fueron golpeados con cincuenta plagas [pues allí fueron golpeados con toda la
mano, es decir con los cinco dedos]".

Rabí Eliézer dice: "¿De dónde aprendemos que cada una de las plagas que trajo el Santo - bendito es
Él, sobre los egipcios en Egipto estaba compuesta por cuatro plagas?  Como está escrito: "Envió sobre
ellos el furor de su cólera [en cada una de las plagas], ira y enojo y angustia, una delegación de
ángeles del mal" (Tehilim -Salmos- 78:49).  "Ira" - uno, "Y enojo" - dos, "Y angustia" - tres, "una
delegación de ángeles del mal" - cuatro.  De aquí puedes aprender que en Egipto fueron golpeados
con cuarenta plagas, y en el mar fueron golpeados con doscientas plagas".

Rabí Akivá dice: "¿De dónde aprendemos que cada una de las plagas que trajo el Santo - bendito es Él,
sobre los egipcios en Egipto estaba compuesta por cinco plagas?  Como está escrito: "Envió sobre
ellos [en cada una de las plagas] el furor de su cólera, ira y enojo y angustia, una delegación de
ángeles del mal" (Tehilim -Salmos- 78:49).  "El furor de su cólera" - uno, "Ira" - dos, "Y enojo" -
tres, "Y angustia" - cuatro, "una delegación de ángeles del mal" - cinco.  De aquí puedes aprender
que en Egipto fueron golpeados con cincuenta plagas, y en el mar fueron golpeados con doscientas
cincuenta plagas".

Cuántas cosas buenas hizo Dios con nosotros!

Si nos hubiera sacado de Egipto, y no hubiera hecho con ellos juicios, nos hubiera bastado.

Si hubiera hecho con ellos juicios, y no lo hubiera hecho con sus dioses, nos hubiera bastado.

Si lo hubiera hecho con sus dioses, y no hubiera matado a sus primogénitos, nos hubiera bastado.

Si hubiera matado a sus primogénitos, y no nos hubiera dado sus riquezas, nos hubiera bastado.

Si nos hubiera dado sus riquezas, y no hubiera partido el mar para nosotros, nos hubiera bastado.

Si hubiera partido el mar para nosotros, y no nos hubiera hecho cruzarlo por lo seco, nos hubiera
bastado.

Si nos hubiera hecho cruzarlo por lo seco, y no hubiera ahogado a nuestros opresores en él, nos
hubiera bastado.

Si hubiera ahogado a nuestros opresores en él, y no hubiera cubierto nuestras necesidades en el desierto
durante cuarenta años, nos hubiera bastado.

Si hubiera cubierto nuestras necesidades en el desierto durante cuarenta años, y no nos hubiera dado de
comer el maná, nos hubiera bastado.

Si nos hubiera dado de comer el maná, y no nos hubiera dado el shabat, nos hubiera bastado.

Si nos hubiera dado el shabat, y no nos hubiera acercado hasta el Monte Sinai, nos hubiera bastado.

Si nos hubiera acercado hasta el Monte Sinai, y no nos hubiera entregado la Torá, nos hubiera
bastado.

Si nos hubiera entregado la Torá, y no nos hubiera introducido a la tierra de Israel, nos hubiera
bastado.

Si nos hubiera introducido a la tierra de Israel, y no nos hubiera construido el Templo, nos hubiera
bastado.

Por eso, cuántas cosas buenas ha hecho Dios con nosotros, que nos sacó de Egipto, e hizo con ellos
juicios, y también lo hizo con sus dioses, y mató a sus primogénitos, y nos dió sus riquezas, y partió el
mar para nosotros, y nos hizo cruzarlo por lo seco, y ahogó a nuestros opresores en él, y cubrió nuestras
necesidades en el desierto durante cuarenta años, y nos hizo comer el maná, y nos dió el shabat, y nos
acercó hasta el monte Sinai, y nos dió la Torá, y nos introdujo a la tierra de Israel, y nos construyó el
Templo para expiar por todos nuestros pecados.
Pesaj

La Hagadá de Pesaj - de Esh HaTorá (segunda parte)

Por Rabinos de Aish HaTorah

Rabán Gamliel solía decir: "El que no recordó estas tres cosas en Pésaj no cumplió con su obligación, y
ellas son: pésaj, matzá y maror:

¿El sacrificio de Pésaj que nuestros antepasados comían en los tiempos que existía el Templo, por qué
se hacía?  Porque salteó el Santo - bendito es Él, las casas de nuestros antepasados en Egipto.  Como
está escrito: "Y dirán: 'El sacrificio de Pésaj es éste para Dios, Quien salteó las casas de los hijos
de Israel en Egipto al golpear a Egipto, y a nuestras casas salvó', y se inclinó el pueblo y se
prosternó" (Shemot 12:27).

Cuando se dice "esta matzá" se levanta la matzá del medio y es mostrada a los comensales.

¿Esta matzá que nosotros comemos, por qué es?  Porque no alcanzó a levar la masa de nuestros
antepasados antes de que se les haya revelado el Rey de los reyes de los reyes, el Santo - bendito es Él,
y los liberó.  Como está escrito: "Y hornearon la masa que sacaron de Egipto, tortas ázimas
(matzot) sin levar, pues fueron expulsados de Egipto y no se podían demorar, y tampoco habían
preparado provisiones" (Shemot 12:39).

Cuando se dice "este maror" se levanta el maror y es mostrado a los comensales:

¿Este 'maror' que nosotros comemos, por qué es?  Porque amargaron (mererú) los egipcios la vida de
nuestros antepasados en Egipto.  Como está escrito: "Les amargaron la vida con trabajos forzados,
con el barro y con los ladrillos y con todo trabajo pesado en el campo, en todos sus trabajos que
los hicieron trabajar con dureza" (Shemot 1:14).
En cada generación, está obligada la persona a verse a sí misma, como si ella misma hubiese salido de
Egipto, como está escrito: "Y le relatarás a tu hijo en ese día diciendo: Por esto es que Dios hizo
por mí, cuando salí de Egipto" (Shemot 13:8).  No a nuestros antepasados solamente liberó el Santo -
bendito es Él, sino que también a nosotros nos liberó junto con ellos, como está escrito: "Y a nosotros
nos sacó de allí, para llevarnos y darnos la tierra que prometió a nuestros antepasados" (Devarim
6:23).

Se cubren las matzot, se levanta la copa de vino y se dice:

Es por eso que estamos obligados a agradecer, alabar, ensalzar, glorificar, exaltar, reverenciar,
bendecir, enaltecer y honrar a Quien hizo con nuestros antepasados y con nosotros todos estos
milagros, nos sacó de la esclavitud a la libertad, del sufrimiento a la alegría, del luto a la fiesta, y de la
oscuridad a una gran luz, y de la servidumbre a la redención, y diremos delante de Él una canción
nueva haleluiáh (alaben a Dios).

Alaben a Dios, alaben los servidores de Dios, alaben el Nombre de Dios.  Sea el Nombre de Dios
bendito, desde ahora y para siempre.  Desde la salida del sol hasta su puesta, es alabado el Nombre de
Dios.  Elevado por sobre todos los pueblos está Dios, sobre el cielo está Su gloria.  ¿Quién es como
Adonai, nuestro Dios, que elevado reside, quien desciende para observar, en el cielo y la
tierra?  Levanta del polvo al pobre, y de los basurales alza al menesteroso.  Para asentarlo entre los
distinguidos, entre los distinguidos de Su pueblo.  Convierte a la mujer estéril en la alegre madre de sus
hijos.  Alaben a Dios.  (Tehilim 113).

Cuando Israel salió de Egipto, la casa de Iaacov de un pueblo extraño.  Fue Iehudá el pueblo de Su
consagración, Israel Su reino.  El mar vió y se escapó, el Jordán retrocedió.  Las montañas como
ciervos, las colinas como corderitos.  ¿Qué ocurre contigo, mar, que te escapas, el Jordán, que
retrocedes.  Las montañas, que bailáis como ciervos, las colinas, que lo hacéis como corderitos?  Por
causa del Señor que formó la tierra, por causa del Dios de Iaacov.  El que convierte la roca en fuente de
aguas, el pedernal en manantial de aguas.  (Tehilim 114).

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos liberó y liberó a nuestros antepasados
de Egipto, y nos hizo llegar hasta esta noche para comer en ella matzá y maror.  Así, Adonai, Dios
nuestro, nos permitirá llegar a otras fiestas y conmemoraciones - las cuales vendrán hacia nosotros en
paz - alegres por la construcción de Tu ciudad, y felices con Tu servicio, y comeremos allí de los
sacrificios y de los 'Pesajim' cuya sangre ha de llegar hasta la pared de Tu altar para que sean
aceptados, y Te alabaremos con un canto nuevo por nuestra liberación y por la redención de nuestra
alma.  Bendito eres Tú, Adonai, que libera a Israel.

Se bebe la segunda copa, reclinados sobre la izquierda.  Los judíos sefaraditas no recitan la bendición
del vino antes de tomarla y los judíos ashkenazitas antes de tomarla dicen:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que crea el fruto de la vid.

 
Rojtzá

Se lavan las manos antes de comer la matzá, y se dice:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos consagró con Sus preceptos, y nos
ordenó sobre el lavado de las manos.

Motzí Matzá

Se toman las tres matzot, en el mismo orden en que se encuentran (es decir, con la matzá partida entre
las dos enteras), y se bendice:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que saca el pan de la tierra.

Se deja la matzá inferior sobre la mesa, sosteniendo sólo la primera que está entera y la partida, y se
recita la siguiente bendición teniendo la intención de que también sirva para la matzá del korej:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos consagró con Sus preceptos, y nos
ordenó sobre la ingestión de la matzá.

Quien dirige el Séder debe comer un kazáit de la matzá superior y un kazáit de la matzá
partida.  Quienes escucharon las bendiciones necesitan comer un kazáit solamente (y hay quienes
opinan que también necesitan comer dos kazáit). Si las matzot no alcanzan para todos los comensales
se debe completar con otras matzot que también estén hechas a mano.  La matzá debe ser comida
estando reclinados sobre la izquierda.

Maror

Se toma un kazáit del maror, se lo sumerge muy poco en el jaróset, y se recita la siguiente bendición
teniendo la intención de que sirva para el maror del korej:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que nos consagró con Sus preceptos, y nos
ordenó sobre la ingestión del maror.

Se debe comer el maror sin reclinarse.

Korej

Se toma un kazáit de la tercer matzá inferior y un kazáit de maror, se los introduce juntos en el jaróset y
se dice:
En recuerdo del Templo como Hilel.  Así hacía Hilel en los tiempos que existía el Templo de
Jerusalem: juntaba el sacrificio de Pésaj con matzá y maror y los comía juntos, para cumplir con lo que
está escrito: "Junto con matzot y hierbas amargas lo comerán (al sacrificio de Pésaj)" (Bamidvar -
Números- 9:11).

Se debe comer el korej reclinado sobre la izquierda.

Shulján Orej

Se come la comida festiva.

Tsafún

Al final de la comida se debe comer reclinado sobre la izquierda un kazáit de la matzá que se había
escondido para el Aficomán, cuando partimos la matzá del medio (y hay quienes opinan que se
necesitan dos kazáit).

Barej

Se sirve la tercer copa de vino, se hace "máim ajaronim", y si hay tres hombres se hace "zimún" y se
recita el "bircat hamazón" (bendición por la comida).

Conductor: Señores bendigamos.

Comensales: Que el nombre de Dios sea bendecido desde ahora y para siempre.

Conductor: Que el nombre de Dios sea bendecido desde ahora y para siempre. Con el permiso de
nuestros señores y nuestros maestros y mis instructores, bendigamos (si hay diez hombres: a nuestro
Dios), que hemos comido de lo Suyo.
Comensales: Bendito (si hay diez hombres: es nuestro Dios), que hemos comido de lo Suyo y por Su
bondad hemos vivido.

Conductor: Bendito (si hay diez hombres: es nuestro Dios), que hemos comido de lo Suyo y por Su
bondad hemos vivido.

Bendito es Él y bendito sea Su Nombre.

Todos:
Bendito eres Tú, Adonai Dios nuestro, Rey del universo, que alimenta a todo el mundo mediante Su
bondad, con gracia, benevolencia y con misericordia.  Él da comida a toda carne, pues Su bondad es
eterna.  Y por Su gran bondad, nunca nos faltó y nunca nos faltará alimento por siempre.  Por Su gran
Nombre, pues Él es un Dios que alimenta y sustenta a todos, y hace el bien a todos, y provee alimento
para todas Sus creaciones que Él ha creado.  Bendito eres Tú Adonai que alimenta a todos.

Te agradecemos, Adonai Dios nuestro, por haber dado como herencia a nuestros antepasados una tierra
preciada, buena y amplia, y por habernos sacado, Adonai Dios nuestro, de la tierra de Egipto y
habernos redimido de una casa de esclavitud; y por Tu pacto que has sellado en nuestra carne, y por Tu
Torá que nos has enseñado, y por Tus estatutos que nos has hecho conocer, y por la vida, la gracia y la
bondad que nos has agraciado, y por el haber comido el alimento con que Tú nos alimentas y sustentas
a nosotros siempre, todos los días, en todo momento y a toda hora.

Y por todo, Adonai Dios nuestro, te agradecemos y te bendecimos, que sea bendecido Tu Nombre en
boca de todo ser viviente constantemente, y para siempre.  Como está escrito: y comerás y te saciarás y
bendecirás a Adonai tu Dios por la buena tierra que Él te ha dado.  Bendito eres Tú Adonai por la tierra
y el sustento.

Apiádate, Adonai Dios nuestro, de Israel Tu pueblo, y de Jerusalem Tu ciudad, y de Tzión la morada de
Tu gloria, y del reinado de la casa de David Tu ungido, y de la Casa grande y sagrada sobre la cual Tu
Nombre fuera proclamado.  Dios nuestro, nuestro Padre, cuídanos, aliméntanos, susténtanos, nútrenos,
provéenos con abundancia y libéranos, Adonai Dios nuestro, prontamente, de todas nuestras
aflicciones.  Y por favor, no nos hagas depender Adonai Dios nuestro, del favor de los humanos, ni de
sus préstamos, sino sólo de Tu mano llena, abierta, santa y generosa, para que nunca seamos
avergonzados ni humillados.

En Shabat se agrega:

Plázcate, concedernos descanso, Adonai Dios nuestro, mediante Tus mandamientos, y mediante el
mandamiento del séptimo día, este grande y sagrado shabat.  Pues este día es grande y sagrado ante Ti,
para abstenerse de trabajar y descansar en él con amor, de acuerdo con el mandamiento de Tu voluntad,
y con Tu voluntad, permítenos, Adonai Dios nuestro, que no haya aflicción, tristeza ni pesar en el día
de nuestro descanso, y muéstranos, Adonai nuestro Dios, el consuelo de Tzión Tu ciudad, y la
reconstrucción de Jerusalem ciudad de Tu santidad, pues Tú eres el Dueño de la salvación y el Dueño
del consuelo.

Dios nuestro y Dios de nuestros padres, que asciendan, y que vengan y que lleguen, y que sean vistos, y
que sean aceptados y que sean escuchados, y que sean rememorados y que sean recordados, nuestro
recuerdo y nuestra memoria, y el recuerdo de nuestros padres, y el recuerdo del Mashíaj hijo de David
Tu servidor, y el recuerdo de Jerusalem ciudad de Tu santidad, y el recuerdo de todo Tu pueblo la Casa
de Israel, delante Tuyo, para la salvación, para el bienestar, para la gracia, y para la bondad, y para la
misericordia, para la vida y para la paz, en este día de la festividad de las Matzot.

Recuérdanos, Adonai Dios nuestro, en él para bien, y rememóranos en él para la bendición, y sálvanos
en él para la vida.  Y con la palabra de salvación y compasión, compadécete y agráciate y sé
misericordioso con nosotros y sálvanos, pues nuestros ojos están dirigidos hacia Ti, pues un Dios
clemente y misericordioso eres Tú.

Y reconstruye Jerusalem la ciudad de santidad rápidamente en nuestros días.  Bendito eres Tú Adonai


que reconstruye Jerusalem.  Amén.

Bendito eres Tú, Adonai Dios nuestro, Rey del universo, el Todopoderoso, nuestro Padre, nuestro Rey,
nuestro Soberano,nuestro Creador, nuestro Redentor, nuestro Hacedor, nuestro Sagrado, el Sagrado de
Iaacov, nuestro Pastor, el Pastor de Israel, el Rey bueno y que hace el bien a todos, que todos los días
Él ha hecho el bien, Él hace el bien, Él hará el bien con nosotros.  Él nos ha concedido, Él nos concede
y Él nos concederá por siempre gracia, bondad y misericordia, alivio, salvación y éxito, bendición y
redención, consuelo, manutención y sustento, compasión, vida y paz y todo lo bueno, y nunca nos hará
carecer de bien alguno.  El Misericordioso reinará sobre nosotros por siempre.  El Misericordioso será
bendecido en los cielos y en la tierra.  El Misericordioso será alabado por todas las generaciones, y Se
enorgullecerá en nosotros por siempre y por toda la eternidad, y Se glorificará en nosotros por
siempre.  El Misericordioso nos proveerá de sustento con honra.  El Misericordioso quebrará nuestro
yugo de sobre nuestros cuellos, y Él nos conducirá erguidos hacia nuestra tierra.  El Misericordioso nos
enviará mucha bendición a esta casa, y sobre esta mesa en la que hemos comido.  El Misericordioso
nos enviará al profeta Eliahu - sea recordado para bien - y nos anunciará buenas noticias, salvaciones y
consuelos.

Quien come en su mesa agrega: El Misericordioso me bendecirá a mí.

Si tiene esposa agrega: y a mi esposa

Si tiene marido agrega: y a mi marido

Si tiene hijos agrega: y a mi descendencia

y a todo lo que tengo, a nosotros y a todo lo que poseemos, como fueron bendecidos nuestros
antepasados, Abraham, Itzjak e Iaacov: en todas las cosas, con todas las cosas, con todo, así nos
bendecirá a todos nosotros juntos con una completa bendición, y digamos: amén.

El invitado agrega: El Misericordioso bendecirá a (Si come en la casa de sus padres agrega: mi padre)
el dueño de esta casa, y a (Si come en la casa de sus padres agrega: mi madre) la dueña de esta casa, a
ellos y a su casa y a su descendencia y a todo lo que tienen, a nosotros y a todo lo que poseemos, como
fueron bendecidos nuestros antepasados, Abraham, Itzjak e Iaacov: en todas las cosas, con todas las
cosas, con todo, así nos bendecirá a todos nosotros juntos con una completa bendición, y digamos:
amén.

 
En el cielo se invocará, sobre ellos y sobre nosotros, un mérito tal que traerá una protección de paz.  Y
recibiremos una bendición de Adonai, y una bondad del Dios de nuestra salvación, y hallaremos gracia
y buena comprensión a los ojos de Dios y los hombres.

En Shabat se dice:

El Misericordioso nos hará heredar el día que será sólo shabat y descanso para la vida eterna.

El Misericordioso nos hará heredar el día que es todo bueno, el día que es eterno, el día que los justos
están sentados y sus coronas en sus cabezas y disfrutan del resplandor de la Divinidad, y que sea
nuestro destino con ellos.  El Misericordioso nos concederá el mérito de alcanzar los días del Mashíaj y
la vida del Mundo Venidero.  Él que es una torre de salvación para Su rey, y hace benevolencia con Su
ungido, con David y sus descendientes eternamente.  Quien hace la paz en Sus alturas, hará la paz
sobre nosotros y sobre todo Israel y digan Amén.

Teman a Adonai, Sus sagrados, pues quienes Le temen no carecen de nada.  Los cachorros de león
padecen necesidad y sufren hambre, mas quienes buscan a Adonai no carecerán de bien.  Alaben a
Adonai pues es bueno, ya que su benevolencia es infinita.  Abres Tu mano y satisfaces el deseo de todo
ser viviente.  Bendito es el hombre que confía en Adonai, y Adonai será su seguridad.  Joven he sido y
también he envejecido y no he visto un justo abandonado ni a su descendencia pidiendo pan.  Adonai le
dará fuerza a su pueblo, Adonai bendecirá a su pueblo con la paz.

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que crea el fruto de la vid.

Se bebe el vino recostado sobre la izquierda.

Halel

Se sirve la cuarta y última copa de vino del Séder y se abre la puerta de la casa.

"Derrama Tu furia sobre los pueblos que no Te reconocen, y sobre los reinos que Tu nombre no
invocan.  Porque ha consumido a Iaacov y han destruido su belleza" (Tehilim 79:6-7).  "Derrama
sobre ellos Tu furia y que Tu enojo los alcance" (Tehilim 69:25).  "Persíguelos con ira y
destrúyelos bajo los cielos de Dios" (Ejá -Lamentaciones- 3:66).

 
Se cierra la puerta de la casa.

No a nosotros, Dios, no a nosotros, sino que a Tu nombre dale honra, por Tu benevolencia, por Tu
verdad.  ¿Por qué dirán los pueblos: "Dónde está su Dios"?  Y nuestro Dios está en los cielos, todo lo
que desea Él hace.  Sus ídolos son de plata y de oro, obra de las manos del hombre.  Boca tienen mas
no hablan, ojos tienen mas no ven.  Oídos tienen mas no oyen, nariz tienen mas no huelen.  Manos
(tienen) mas no palpan, pies (tienen) mas no caminan, no vocalizarán con su garganta.  Como ellos
serán los que los hacen, todo el que cree en ellos.  Israel: confía en Dios, su ayuda y su amparo es
Él.  Casa de Aharón: confía en Dios, su ayuda y su amparo es Él.  Los temerosos de Dios: confíen en
Dios, su ayuda y su amparo es Él.  Dios que nos recuerda bendecirá, bendecirá a la Casa de Israel,
bendecirá a la Casa de Aharón.  Bendecirá a los temerosos de Dios, a los pequeños junto a los
grandes.  Incrementará Dios a vosotros, a vosotros y a vuestros hijos.  Benditos sean ustedes para Dios,
el Creador del cielo y la tierra.  Los cielos son los cielos de Dios, mas la tierra la ha dado a los
hombres.  Los muertos no alabarán a Dios, ni tampoco los que descienden al silencio.  Mas nosotros
bendeciremos a Dios, desde ahora y para siempre, alaben a Dios.  (Tehilim 115).

Amé porque escuchó Dios, mi voz y mi imploración.  Porque prestó Su oído a mí, y en mis días lo he
invocado.  Me rodearon los dolores de muerte, y los sufrimientos del sepulcro me encontraron, hallé
aflicción y angustia.  Y el Nombre de Dios invoqué: Por favor, Dios, libera mi alma.  Clemente es Dios
y justo, y nuestro Dios se apiada.  Dios cuida a los inocentes, empobrecí y a mí me salvó.  Vuelve alma
mía a tu descanso, pues Dios se apiadó de ti.  Pues has liberado a mi alma de la muerte, a mis ojos de la
lágrima, a mi pie del tropiezo.  Me encaminaré delante de Dios, en las tierras de la vida.  Tuve fe por
eso hablé, yo empobrecí mucho. Yo dije en mi apresuramiento: Toda persona es engañosa.  ¿Cómo le
devolveré a Dios todas Sus bondades conmigo?  La copa de las salvaciones levantaré, y el Nombre de
Dios invocaré.  Mis votos a Dios cumpliré, delante de todo Su pueblo.  Preciada a los ojos de Dios, es
la muerte de Sus piadosos.  Te reconozco Dios pues soy Tu servidor, yo soy Tu servidor el hijo de Tu
servidora, Tú has abierto mis cadenas.  A Ti te ofreceré un sacrificio de gracias, y el Nombre de Dios
invocaré.  Mis votos a Dios cumpliré, delante de todo Su pueblo.  En los patios de la Casa de Dios, en
medio de ti Jerusalem, alaben a Dios.  (Tehilim 116).

Alaben a Dios todos los pueblos, alábenLo todas las naciones.  Porque engrandeció sobre nosotros Su
benevolencia, y la verdad de Dios por siempre, alaben a Dios.  (Tehilim 117).

Agradezcan a Dios, porque es bueno, pues eterna es Su misericordia.  Diga ahora Israel, pues eterna es
Su misericordia.  Diga ahora la casa de Aharón, pues eterna es Su misericordia.  Digan ahora los
temerosos de Dios, pues eterna es Su misericordia.  Desde la angostura te llamé Dios, me contestó en la
amplitud Dios.  Dios está conmigo no temeré, ¿qué me hará el hombre?  Dios está conmigo
ayudándome, y yo veré a mis enemigos.  Es mejor confiar en Dios que apoyarse en el hombre.  Es
mejor confiar en Dios que apoyarse en las personas distinguidas.  Todos los pueblos me rodearon, en
Nombre de Dios los destruiré.  Me rodearon y me rodearon más, en Nombre de Dios los destruiré.  Me
han rodeado como abejas, se han quemado cual fuego de espinos, en Nombre de Dios los
destruiré.  Empujar me han empujado para que cayera, pero Dios me ayudó.  Mi fuerza y mi canto es
Dios, y fue para mí la salvación.  Voz de canto y salvación en las tiendas de los justos, la diestra de
Dios hace la fuerza.  La diestra de Dios es elevada, la diestra de Dios hace la fuerza.  No moriré, sino
que viviré, y contaré las obras de Dios.  Sufrir me ha hecho sufrir Dios, mas a la muerte nme
entregó.  Ábranse para mí los pórticos de la justicia, iré por ellos, agradeceré a Dios.  Este es el pórtico
de Dios, los justos irán por él.  Te agradeceré pues me respondiste, y fuiste para mí la salvación.  Te
agradeceré pues me respondiste, y fuiste para mí la salvación.  La piedra que despreciaron los
constructores fue la que ocupó el mejor lugar. La piedra que despreciaron los constructores fue la que
ocupó el mejor lugar. De Dios es esto, ella es maravillosa a nuestros ojos. De Dios es esto, ella es
maravillosa a nuestros ojos.  Este es el día que hizo Dios, regocijémonos y alegrémonos en él.  Este es
el día que hizo Dios, regocijémonos y alegrémonos en él.  Por favor Dios, sálvanos, por favor Dios,
sálvanos, por favor Dios, ayúdanos, por favor Dios, ayúdanos. Bendito es el que viene en nombre de
Dios, los hemos bendecido a ustedes desde la Casa de Dios.  Bendito es el que viene en nombre de
Dios, los hemos bendecido a ustedes desde la Casa de Dios.  Fuerte es Dios y nos iluminó, aten el
sacrificio con cuerdas, a las esquinas del altar.  Fuerte es Dios y nos iluminó, aten el sacrificio con
cuerdas, a las esquinas del altar.  Mi fuerza eres Tú y te agradeceré, mi Dios Tú eres y te exaltaré.  Mi
fuerza eres Tú y te agradeceré, mi Dios Tú eres y te exaltaré.  Agradezcan a Dios porque es bueno,
pues es eterna Su misericordia.  Agradezcan a Dios porque es bueno, pues es eterna Su misericordia.
(Tehilim 118).

Agradezcan a Dios pues es bueno, pues es eterna Su misericordia.

Agradezcan al Dios de los dioses, pues es eterna Su misericordia.

Agradezcan al Señor de los señores, pues es eterna Su misericordia.

A Quien hace grandes maravillas solo, pues es eterna Su misericordia.

A Quien hace el cielo con sabiduría, pues es eterna Su misericordia.

A Quien extiende la tierra sobre las aguas, pues es eterna Su misericordia.

A Quien hace grandes luminarias, pues es eterna Su misericordia.

Al sol para gobernar de día, pues es eterna Su misericordia.

A la luna y las estrellas para gobernar de noche, pues es eterna Su misericordia.

A Quien golpeó a Egipto mediante sus primogénitos, pues es eterna Su misericordia.

Y sacó a Israel de entre medio de ellos, pues es eterna Su misericordia.

Con mano fuerte y brazo tendido, pues es eterna Su misericordia.

A Quien dividió el Mar de los Juncos en partes, pues es eterna Su misericordia.

E hizo pasar a Israel a través de él, pues es eterna Su misericordia.

Y arrojó al Faraón y su ejército al Mar de los Juncos, pues es eterna Su misericordia.

A Quien condujo a Su pueblo por el desierto, pues es eterna Su misericordia.

A Quien golpeó a grandes reyes, pues es eterna Su misericordia.

Y mató a poderosos reyes, pues es eterna Su misericordia.

A Sijón el rey del emorí, pues es eterna Su misericordia.


Y a Og el rey del Bashán, pues es eterna Su misericordia.

Y dió la tierra de ellos por herencia, pues es eterna Su misericordia.

Por herencia a Israel Su servidor, pues es eterna Su misericordia.

A Quien en nuestra bajeza nos recordó, pues es eterna Su misericordia.

Y nos rescató de nuestros opresores, pues es eterna Su misericordia.

Le da pan a toda carne, pues es eterna Su misericordia.

Agradézcanle al Dios de los cielos, pues es eterna Su misericordia. (Tehilim 136).

El alma de todo ser vivo bendecirá Tu Nombre Adonai, nuestro Dios, y el espíritu de toda carne
glorificará y enaltecerá Tu recuerdo Rey nuestro por siempre.  Desde el comienzo hasta el final Tú eres
Dios, y fuera de Ti no tenemos rey que redime y salva, que libera y rescata y da sustento y se apiada en
todo momento del dolor y la opresión.  No tenemos rey excepto Tú, Dios de los primeros y de los
últimos, Dios de todas las creaciones, Señor de todas las creaciones, el alabado con todas las alabanzas,
el que conduce a Su mundo con bondad y a Sus creaciones con misericordia.  Y Dios no dormita ni
duerme, despierta a los dormidos y despabila a los somnolientos, y hace hablar a los mudos y libera a
los presos, y levanta a los caídos, endereza a los encorvados.  Sólo a Ti nosotros agradecemos.  Aunque
nuestra boca estuviese llena de cantos como el mar, y nuestra lengua llena de melodías como el ruido
de sus olas, y nuestros labios llenos de alabanzas como los inmensurables cielos, y nuestros ojos
iluminasen como el sol y la luna, y nuestras manos estuvieran extendidas como las águilas del cielo, y
nuestras piernas fuesen ligeras como la de los ciervos.  No alcanzaríamos a alabarte a Ti, Adonai, Dios
nuestro y Dios de nuestros antepasados, y bendecir Tu Nombre por una de miles, de millones o de
billones de bondades que hiciste con nuestros antepasados y con nosotros.  De Egipto nos liberaste,
Adonai, Dios nuestro y de una casa de esclavitud nos redimiste, cuando hubo hambre nos alimentaste y
con abundancia nos sustentaste, de la espada nos salvaste y de la peste nos protegiste, y de duras
enfermedades nos cuidaste.  Hasta ahora nos ha ayudado Tu misericordia y no nos ha abandonado Tu
merced, y no nos abandones Adonai nuestro Dios por siempre.  Por todo ello los miembros que nos
diste, el espíritu y el alma que insuflaste en nuestras narices y la lengua que pusiste en nuestra boca,
todos ellos agradecerán y bendecirán, alabarán, glorificarán, enaltecerán, exaltarán, consagrarán y
coronar Tu Nombre Rey nuestro.  Pues toda boca a Ti te agradecerá, y toda lengua por Ti jurará, y toda
rodilla por Ti se arrodillará, y todo erguido por Ti se prosternará.  Y todos los corazones Te temerán,
las entrañas y los riñones cantarán a Tu Nombre.  Como está escrito: "Todos mis huesos dirán: Dios,
quién es como Tú, que liberas al pobre de quien es más fuerte que él, y al menesteroso y al
necesitado de su ladrón" (Tehilim 35:10).  ¿Quién se asemeja a Ti y quién se compara contigo y
quién se iguala a Ti?, Rey grande poderoso y temible, Dios altísimo, Creador del cielo y la tierra.  Te
alabaremos y te loaremos y te glorificaremos y bendeciremos el nombre de Tu santidad.  Como está
escrito: "Por David: que bendiga mi alma a Dios, y todas mis entrañas el nombre de Su santidad"
(Tehilim 103:1).  Dios, en la omnipotencia de Tu fuerza, grande en la gloria de Tu Nombre, fuerte por
siempre y temible por Tus actos increíbles, Rey que está sentado en Su trono elevado y alto.  Él, Quien
existe por siempre, exaltado y santo es Su Nombre.  Y está escrito: "Canten justos con Dios, a los
rectos les corresponde la alabanza" (Tehilim 33:1).  En boca de los rectos serás alabado.  Y en las
palabras de los justos serás bendecido.  Y en la lengua de los piadosos serás enaltecido.  Y en las
entrañas de los sagrados serás consagrado.  Y en las congregaciones de las multitudes de Tu pueblo la
casa de Israel, con júbilo será glorificado Tu Nombre Rey nuestro en cada generación, porque esa es la
obligación de todas las creaciones, delante de Ti, Adonai, Dios nuestro y Dios de nuestros antepasados:
agradecer, alabar, glorificar, enaltecer, ensalzar, bendecir, exaltar y honrar, por sobre todos los cánticos
y elogios de David, hijo de Ishai, Tu servidor, Tu ungido.

Sea alabado Tu Nombre para siempre, Rey nuestro, el Dios, el Rey grande y santo en el cielo y en la
tierra.  Porque a Ti es digno, Adonai Dios nuestro y Dios de nuestros antepasados, el canto y la
alabanza, la loa y la melodía, la fuerza y el gobierno, la eternidad, la grandeza y el poder, la gloria y la
belleza, la consagración y el Reino, bendiciones y agradecimientos, desde ahora y por
siempre.  Bendito eres Tú, Adonai, Rey elogiado mediante las alabanzas.

Se bebe la cuarta copa de vino, reclinados sobre la izquierda.  Los judíos sefaraditas no recitan la
bendición del vino antes de tomarlo y los judíos ashkenazitas antes de tomarlo dicen:

Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, que crea el fruto de la vid.

Después de tomar el vino se dice:

Bendito eres Tú Adonai nuestro Dios, Rey del universo, por la vid y el fruto de la vid, y por el producto
del campo, y por la tierra preciada, buena y amplia que Tú, generosamente, has dado a nuestros
antepasados como herencia, para comer de su fruto y saciarse con su bondad.  Apiádate, Adonai Dios
nuestro, de Israel Tu pueblo, y de Jerusalem Tu ciudad, y de Tzión la morada deTu gloria, y de Tu altar
y de Tu Templo.  Reconstruye Jerusalem, la ciudad sagrada, rápidamente en nuestros días, y haznos
ascender hacia ella y regocíjanos mediante su reconstrucción, y comeremos de su fruto y nos
saciaremos de su bondad, y Te bendeciremos en ella con santidad y pureza.

En Shabat se agrega: Y plázcate hacer que descansemos en este día de Shabat.

Y alégranos en este día de la Festividad de las Matzot.  Pues Tú, Adonai eres bueno y haces el bien a
todos, y Te agradecemos por la tierra y por el fruto de la vid.  Bendito eres Tú Adonai por la tierra y
por el fruto de la vid.

Nirtsá

Finalizó el orden de Pésaj de acuerdo a sus leyes,

de acuerdo a sus reglas y estatutos.

Así como tuvimos el mérito de hacerlo,


así también tendremos el mérito de hacerlo.

El Puro que habita en las alturas:

erige a la congregación de Israel.

Pronto dirige a los retoños,

libres, a Tzión, con cánticos.

El año próximo en Jerusalem reconstruida!

Leshaná habaá birushalaim habenuiá!

 Guía Para la Noche del Seder


 El Significado de las Cuatro Copas
 Primero Denigración, Luego Alabanzas
 El Por Qué de las Tres Matzot
 Para Estudiar en la Comida
 Una Boca Para Hablar

Guía Para la Noche del Séder

Por Rabinos de Aish HaTorah

Guía Para la Noche del Séder

Preparando el Séder con Anticipación

El Orden del Séder


Los 15 Símbolos del Séder

Las Leyes del Séder de Pésaj

En la tierra de Israel siempre se festeja un sólo día de Iom Tov, es por eso que allí se realiza un sólo
séder de Pésaj en la primer noche de la fiesta. Sin embargo, en la diáspora, se festejan dos días de Iom
Tov en lugar de uno, y es por eso que allí deben ser realizados dos sedarim de Pésaj, uno en la primera
noche, y el otro en la segunda noche.

Preparando el Séder con Anticipación

Por ser esta noche tan importante y tener tantos detalles, debemos prepararnos con tiempo y procurar
que todos los elementos del séder estén al alcance de nuestra mano en el momento que los necesitemos.
En hebreo, la palabra “séder” significa "orden", por lo tanto ordenaremos aquí todos los elementos que
necesitamos para cumplir con esta mitzvá.

Como explicamos anteriormente, en la diáspora se celebran dos sedarim, y es por eso que los judíos de
la diáspora deberán duplicar todo lo relativo a los preparativos para el séder.

La Keará: Para la realización del séder de Pésaj, se debe disponer de una keará (plato o bandeja). Esta
keará, en la cual se colocan todos los elementos que necesitaremos durante el séder, no necesita ser
especial o tener una forma determinada.

Esta debe ser la forma en la cual estén dispuestos todos los elementos dentro de la keará:

Aquí está sentado quien dirige el séder

3 MATZOT (DENTRO DE LA KEARA)

Explicaremos uno a uno todos los elementos que conforman la keará:

Tres Matzot: Para cumplir con la obligación de comer matzá en la noche de Pésaj, es necesario que la
matzá sea shemurá (cuidada), es decir, que debemos comprar matzá horneada con harina que ha sido
estrictamente supervisada para tener la seguridad de que no ha entrado en contacto con agua.
En la bandeja del séder, se deben disponer tres matzot. Estas tres matzot no deben ser horneadas a
máquina ya que entre los grandes Sabios hay muchos que opinan que no se cumple con la obligación de
comer matzá en la noche de Pésaj comiendo matzot horneadas a máquina, y es por eso que estas tres
matzot deben ser amasadas y horneadas manualmente. En caso de no conseguir matzot hechas a mano
se debe consultar a una autoridad rabínica.

Si cada una de estas tres matzot shemurot no son muy grandes y no alcanzarán para repartir la cantidad
necesaria de matzá a todos los participantes del séder, entonces se debe comprar más matzá shemurá
además de las tres matzot que debemos disponer en la bandeja.

En principio, en la noche del séder se deben comer como mínimo tres "kazait" de matzá. El kazait es
una medida de capacidad que equivale aproximadamente a 28 centímetros cúbicos de agua, y esta
cantidad equivale aproximadamente a 20 gr. de matzá. Es por eso que para saber la cantidad mínima de
matzá (en gramos) que debemos comprar, deberemos multiplicar el número de personas que
participarán del séder por 60 (20 gramos x 3 kazait).

Zeroa y Betzá: En estos tiempo en los que desgraciadamente no tenemos el Templo de Jerusalem,
debemos colocar en la keará dos alimentos: el primero en recuerdo del sacrificio de Pésaj y el segundo
en recuerdo del sacrificio llamado jaguigá. La costumbre es colocar un pedazo de carne asada como el
primer alimento - en recuerdo del sacrificio de Pésaj que también se asaba - y un huevo (betzá) en
recuerdo del sacrificio jaguigá. De hecho, muchos judíos acostumbraron colocar en recuerdo del
sacrificio de Pésaj una pata de pollo, es decir, un "brazo", para recordar que D'os nos saco de Egipto
con brazo tendido.

Maror: Para el maror (hiervas amargas) se puede utilizar tanto lechuga como rábano, mas es preferible
comer lechuga. Debemos tener sumo cuidado al preparar la lechuga y revisarla para que no contenga
insectos - por más pequeños que fueran - ya que su ingestión está prohibida. Si la persona no sabe
cómo revisar las hojas de lechuga - o no puede - entonces es preferible que coma los tallos de las hojas
de lechuga, ya que en ellos no se encuentran tantos insectos, y además es más fácil revisarlos.

En la noche del séder se deben comer como mínimo dos "kazáit" de maror. Es por eso que para saber la
cantidad de maror (en gramos) que debemos comprar, deberemos multiplicar el número de personas
que participarán del séder por 56 (28 gramos x 2 kazait). De hecho, dos hojas promedio de lechuga sin
ningún lugar a dudas equivalen a un kazait, es decir que se necesitarán cuatro hojas de lechuga por cada
persona que participe del séder.

Karpás: En la noche del séder se necesita comer una verdura humedecida en agua con sal. Al
comienzo la costumbre era utilizar la verdura llamada en hebreo karpás (apio), ya que las letras que
conforman la palabra karpás, invirtiendo su orden, forman la expresión "60 (…decenas de miles,
trabajaron…) trabajos forzados". Es por eso que si se puede conseguir apio para comer el karpás es
bueno hacerlo. Sin embargo, si no se tiene apio, también se puede utilizar cualquier otra verdura,
cuidando siempre de que no contenga insectos. (Hay quienes acostumbran utilizar papas).

Para cumplir con la obligación del karpás alcanza con que cada persona coma una pequeña cantidad
(menos de un kazait), así que no es necesario comprar mucha cantidad de la verdura que utilizaremos
para el karpás.

Jaróset: El jaróset consiste en una mezcla de frutas picadas (por ejemplo: manzanas verdes, nueces,
almendras, etc.) que son mezcladas con vino o vinagre y con especias (por ejemplo: canela, jengibre,
etc.). No es obligación preparar una gran cantidad de jaróset para cumplir con esta mitzvá.
Jazéret: Es también lechuga. El jazéret es el segundo kazait de lechuga del cual hablamos
anteriormente al explicar el maror, pero no es utilizado al comer el maror sino para el korej, es decir,
para hacer un sándwich con ella y la matzá, después de haber cumplido con la mitzvá del maror.

El Vino: Además de todos los componentes de la keará, en la noche del séder se debe disponer de vino,
que debe estar supervisado por una autoridad rabínica que nos asegure que éste es kasher.

En el séder de Pésaj deben ser tomadas cuatro copas o vasos de vino, de acuerdo al orden de la hagadá.
Cada vaso de vino debe contener como mínimo una medida de vino equivalente a un "reviit". El reviit
es una medida de capacidad que equivale aproximadamente a 86 cc., y es por eso que para saber la
cantidad mínima de vino (en cc.) que debemos comprar, deberemos multiplicar el número de personas
que participarán del séder por 344 (4 x 86).

El resultado que obtendremos será la cantidad mínima de vino que deberemos comprar. De hecho, es
bueno conseguir vasos que tengan una capacidad cercana a esa y no que sean demasiado grandes. De
no ser así se deberá comprar una cantidad de vino más grande, acorde al tamaño de los vasos que
tengamos en nuestro séder.

De ser posible, es preferible tomar vino tinto en la noche del séder, sin embargo, alguien a quien el vino
le hace mal, también puede cumplir con su obligación tomando vino blanco o jugo de uvas natural
(preferiblemente tinto).

El Orden del Séder

Nuestros Sabios nos han enseñado que en caso de necesitar cumplir muchas mitzvot a la vez, esas
mitzvot no deben ser cumplidas juntas y en forma desordenada, sino que cada mitzvá debe ser hecha
separadamente, en la secuencia correcta y en el tiempo correcto. Es por eso que fue establecido un
orden determinado para el cumplimiento de todas las mitzvot de la noche de Pésaj. A este orden
determinado se lo llamó el séder de Pésaj (séder, en hebreo: 'orden'), y por cuanto que ha sido
observado a través de todas las generaciones no debe ser cambiado.

Hoy en día, que el Bet Hamikdash (Templo de Jerusalem) no está construido a causa de nuestros
pecados, los sacrificios especiales de Pésaj y las fiestas no pueden ser ofrecidos. Sin embargo, hay aún
varias mitzvot que nuestra Torá ordenó, que son cumplidas en la mesa del séder. Además, Nuestros
Sabios han agregado algunas otras mitzvot como una manera de recordar aquellas mitzvot que
momentáneamente no pueden ser observadas.

A pesar de que hay una diferencia entre nuestro séder y aquel que se hacía en los días del Bet , el orden
actual del séder quedó incambiable hasta el momento que el Bet Hamikdash será reconstruido. Que sea
rápido y en nuestro días! Amén.

Los 15 Símbolos del Séder

Para que las personas puedan conducir el séder en forma ordenada, han sido instituidos quince simanim
(símbolos, palabras claves) que nos ayudarán a recordar el orden del séder más fácilmente.
El gran kabalista Rabí Moshé Cordobero (1522 - 1570) nos enseñó que todos estos símbolos aluden a
grandes e increíbles secretos, y es por eso que Rabí Alexander Ziskind (f. 1794) en su libro "Iesod
Veshóresh Haavodá" (novena parte, cap. 9), nos dice que antes de comenzar la hagadá es correcto
recordar en voz alta los nombres de estos quince simanim.

Estos 15 símbolos aluden a las 15 partes principales del séder, y ellas son:

(1 y 2) Kadesh, Urjatz: recita el kidush y lávate (las manos).

(3 y 4) Karpás, Iajatz: (comer el) apio, división (de la matzá).

(5 y 6) Maguid, Rojtzá: relato (la historia de Pésaj), lavado (de manos).

(7 y 8) Motzí, Matzá: (bendecir el ha…) motzí, (comer la) matzá.

(9 y 10) Maror, Korej: (comer la) hierva amarga, junto (con matzá).

(11) Shulján Orej: preparación de la mesa.

(12 y 13) Tsafún, Barej: (come el aficomán) escondido, bendice (el bircat hamazón).

(14 y 15) Halel, Nirtzá: (recita las alabanzas del) halel, (todo es) aceptado.

Las Leyes del Séder de Pésaj

Con excepción del kidush, todos los pasos del séder de Pésaj no deben ser hechos solamente por el
conductor del séder sino también por cada uno de los participantes.

Explicaremos ahora cada uno de los 15 simaním del séder en detalle:

(1) Kadesh: Es el recitado del kidush mediante el cual cumplimos la mitzvá de consagrar al día festivo.

Mediante el recitado del kidush cumplimos la mitzvá de tomar la primera de las cuatro copas de vino.

El Talmud Ierushalmi nos enseña:

"¿De dónde aprendemos que debemos tomar cuatro copas? Dijo Rabí Iojanán en nombre de Rabí
Benaiá: De los cuatro lenguajes de redención: 'Por eso, dile a los hijos de Israel: Yo soy D'os, y os
sacaré de la opresión egipcia, y os salvaré de su trabajo, y os redimiré con brazo tendido y con
juicios grandes. Y os tomaré para Mí como pueblo y seré para ustedes D'os y sabréis que Yo soy D'os
que os saca de la opresión egipcia' (Shemot 6:6-7)" (Pesajim 10:1).

En señal de libertad, cada una de estas copas debe ser tomada estando con el cuerpo reclinado sobre el
costado izquierdo (apoyado sobre algo y no en el aire), ya que así acostumbraban beber en la
antigüedad las personas importantes.
En principio, se debe intentar tomar en cada copa una cantidad equivalente a 86 cc. de vino, sin
embargo, si a la persona le es difícil hacer esto, tomando más de la mitad de un reviit, también se
cumple con la obligación. El vino debe ser tomado de una sola vez y sin hacer interrupción alguna.

(2) Urjatz: Es el lavado de manos sin bendición.

Nuestros Sabios nos han enseñado que en cualquier día del año, quien desee comer (en una comida sin
pan o matzá) algún alimento que está humedecido por alguno de los siguientes siete líquidos: agua,
vino, miel, aceite de oliva, leche, rocío y sangre (de pescado), debe hacer antes de ingerir aquel
alimento una netilat iadáim (lavado de manos) sin la bendición "…al netilat iadáim". Las mismas leyes
de la netilat iadáim para la comida se aplican en esta netilat iadáim.

Sin embargo, quien come un fruto que está totalmente seco y al comerlo sale de él jugo y lo humedece,
no necesita hacer netilat iadáim. Asimismo, quien sumerge un alimento en jugo de frutas no necesita
hacer netilat iadáim.

Así como todo el año nos lavamos las manos antes de ingerir un alimento humedecido en alguno de
estos líquidos, en esta ocasión lo hacemos antes de comer el karpás, como explicaremos a continuación.

(3) Karpás: Es la verdura remojada en agua con sal.

De esta manera intentamos despertar la curiosidad de los niños, que se sorprenderán al ver esta acción
tan inusual. Por otro lado, este símbolo nos viene a mostrar cómo D'os preparó la redención del pueblo
de Israel antes de que nuestros ancestros descendieran a Egipto, ya que el maror (que es una hierva
amarga) causa un poco de malestar o incomodidad en el estómago, mientras que el karpás alivia el
dolor. De esta manera, al comer primero el karpás, recordamos que D'os envía la curación antes que la
enfermedad.

Antes de comer el karpás debemos recitar su bendición - como aparece en la hagadá - y debemos tener
la intencionalidad de que esa bendición también sirva para el maror que comeremos luego. Debemos
cuidarnos de comer una pequeña cantidad de karpás (menos de 28 gramos).

(4) Iajatz: Es la partición de la matzá del medio, de las tres matzot del séder.

De las dos partes que nos han quedado, la parte más grande debe ser envuelta en una servilleta - así
como dice la Torá que al salir de Egipto los judíos envolvieron sus masas en sus ropas - y debemos
esconderla en algún lugar, para comerla al final de la comida en el tzafún, como explicaremos más
adelante. A este pedazo de matzá se lo llama el aficomán.

Al partir la matzá demostramos que la matzá simboliza el pan de la pobreza que comieron nuestros
antepasados en Egipto, ya que así como generalmente un pobre carece de un pan entero para comer, así
también nosotros partimos esta matzá en dos partes, y de esta manera podremos comenzar el relato de
la hagadá con las palabras: "Este es el pan de la aflicción que comieron nuestros antepasados en la
tierra de Egipto".

(5) Maguid: Es el recitado de la hagadá, es decir, el relato de la historia de la salida de Egipto.

De esta manera cumplimos con la mitzvá de relatar los milagros que hizo D'os con nuestros
antepasados, así como está escrito: "Y relatarás a tu hijo en aquel día diciendo…". También las
mujeres están obligadas a relatar la salida de Egipto, es por eso que ellas deben tratar de tener en la
casa todo preparado antes del séder para poder leer la hagadá en el momento indicado, junto con la
persona que dirige el séder.

Quien pueda extenderse en el relato de la salida de Egipto explicándoles a las personas más en detalle
lo que allí ocurrió, es bueno que lo haga. De todas formas, se debe tener cuidado en no extenderse
demasiado, para así poder llegar a comer el aficomán antes de la medianoche (en horas solares). Sin
embargo, si en el séder participan también niños pequeños es preferible no extenderse en el relato de la
hagadá sino leer solamente lo que en ella está escrito, para que ellos no se duerman antes de comer la
matzá y el resto de las mitzvot de la noche.

(6) Rojtzá: Es el lavado de manos con bendición que hacemos antes de la comida, por cuanto que
comeremos la matzá.

Antes de hacer la netilat iadáim para la comida debemos verificar que ningún cuerpo extraño esté
adherido a las manos y si se lleva un anillo, éste deberá ser quitado. Luego se toma un recipiente
entero, que contenga por lo menos 86 cc. de agua y se vierte el agua sobre la mano derecha y luego
sobre la izquierda. Es bueno verter agua tres veces seguidas en cada mano (no alternadamente) y
también utilizar mucha agua. Además, cada vez que se vierte agua sobre cada mano, debemos hacerlo
sobre toda la mano para que el agua llegue hasta la muñeca.

Después del lavado, se levantan las manos y se dice la siguiente bendición: "Baruj Atá, Adonai,
Elohenu, Mélej haolam, asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu al netilat iadáim", o en español:
"Bendito eres Tú, Adonai, Dios nuestro, Rey del universo, Quien nos santificó mediante Sus preceptos
y nos ordenó sobre el lavado de manos".

Posteriormente, se deben secar bien las manos para que estén totalmente secas al recitar la bendición
sobre la matzá, pero debemos cuidarnos de no empezar a secarnos las manos antes de haber finalizado
la bendición. Entre la netilat iadáim y la bendición por la matzá no se debe hacer interrupción alguna.

(7) Motzí: Es la bendición "…hamotzí lejem min haaretz" (que saca el pan de la tierra), que recitamos
por la matzá.

Antes del recitado de esta bendición se deben tomar las tres matzot en la mano.

(8) Matzá: Es la bendición "…al ajilat matzá" (por la ingestión de la matzá).

En este momentodel séder de Pésaj, después de haber recitado por la matzá las dos bendiciones
recordadas anteriormente, debemos comer por lo menos 20 gramos de matzá. De hecho, el resto de los
participantes del séder sólo necesitan comer esa cantidad de matzá, pero quien dirige el séder, por
cuanto que ha recitado esas dos bendiciones, debe comer dos kazait de matzá: 20 gr. de la matzá
superior, y otros 20 gr. del pedazo más pequeño de la matzá del medio, que había sido partida en el
iajatz,

En caso de que la matzá no sea lo suficientemente grande y no alcance para repartir un kazait a cada
uno de los participantes del séder, se puede tomar de ella un pequeño pedazo de matzá y completar con
más matzá shemurá, hasta llegar a la cantidad equivalente a un kazait.

La matzá se debe comer estando recostados sobre el lado izquierdo.

En principio, la matzá debe ser comida lo más rápido posible (sin atragantarse). De todas formas, si fue
comida en menos de cuatro minutos también se cumplió con la obligación.
Hay autoridades que opinan que también el resto de los participantes del séder deben comer dos kazait
de matzá (uno de la matzá superior y otro de la del medio). Es por eso que quien pueda y desee hacerlo,
es bueno que lo haga.

(9) Maror: Son las hiervas amargas.

Al comienzo los egipcios "sedujeron" a los israelitas mediante un lenguaje dulce para que trabajen para
ellos, pero luego amargaron sus vidas con trabajos forzados. Asimismo, la lechuga al comienzo parece
dulce al paladar, pero luego se siente su amargura.

Se debe comer 28 gr. aproximadamente de lechuga (un kazait). Antes de comer la lechuga, ésta debe
ser introducida en el jaróset, pero luego el jaróset debe ser removido para que se sienta bien el gusto
amargo de la lechuga. En principio, este kazait debe ser comido lo más rápido posible (sin
atragantarse), pero si fue comido en menos de cuatro minutos también se cumplió con la obligación.

(10) Korej: Se toma un kazait de la tercer matzá (inferior) y un kazait de lechuga (jazéret), y se los
come juntos en recuerdo del Templo de Jerusalem.

De esta manera recordamos que el sabio Hilel entendió que el versículo que dice: "deberán comerlo
con matzá y maror", nos enseña que en la época en la cual teníamos el sacrificio de Pésaj debíamos
comerlo junto con la matzá y el maror.

En caso de que esta tercer matzá (inferior) no sea lo suficientemente grande y no alcance para repartir
de ella un kazait a cada uno de los participantes del séder, se puede tomar de ella un pequeño pedazo de
matzá y completar con más matzá, hasta llegar a la cantidad equivalente a 28 gramos.

Antes de ser comido, el korej debe ser introducido en el jaróset y se debe decir: "En recuerdo del
Templo como Hilel. Así hacía Hilel en los tiempos que existía el Templo de Jerusalem…" - como
figura en la hagadá.

El korej debe ser comido estando reclinado hacia el costado izquierdo, y en principio, debe ser comido
lo más rápido posible (sin atragantarse), pero si fue comido en menos de ocho minutos también se
cumplió con la obligación.

(11) Shulján Orej: Cumplimos con la mitzvá de hacer una comida festiva en honor al día.

(12) Tzafún: Al final de la comida se come el aficomán que estuvo oculto (tzafún) durante toda la
comida. El aficomán nos recuerda al sacrificio de Pésaj que también se comía al final de la comida con
gran alegría.

Se debe tomar un kazait de matzá (20 gr.) para cumplir con la mitzvá de comer el aficomán. En caso de
que el pedazo del aficomán no sea lo suficientemente grande y no alcance para repartir de él un kazait a
cada uno de los participantes del séder, se puede tomar de él un pequeño pedazo de matzá y completar
con más matzá hasta llegar a la cantidad necesaria.

El aficomán se debe comer estando recostados sobre el lado izquierdo, y en principio este kazait de
matzá debe ser comido lo más rápido posible (sin atragantarse). De todas formas, si fue comido en
menos de cuatro minutos también se cumplió con la obligación.

Existen autoridades que dicen que si la persona puede, es bueno que coma en el tzafún dos kazait en
lugar de uno.
(13) Barej: Es el recitado del Bircat Hamazón (bendición que decimos después de una comida con pan
- en esta ocasión con matzá).

(14) Halel: Se recita la segunda parte del Halel – selección de Salmos de alabanzas a D'os - (la primer
parte del Halel había sido recitada antes del Rojtzá).

(15) Nirtzá: Se anuncia la conclusión del Séder de Pésaj deseando poder hacerlo el año entrante en la
ciudad de Jerusalem totalmente reconstruida. Amén.

El Significado de las Cuatro Copas

Las cuatro copas de vino simbolizan varias fases del descenso de Israel a Egipto y su ascenso de la
esclavitud. Las cuatro copas también aluden a los otros cuatro períodos de esclavitud que Israel
experimentó después del primer exilio. Y finalmente, las cuatro copas sirven como una alusión al
hecho de que D'os juzgará a aquellos que oprimieron a Israel, con cuatro medidas de castigo, mientras
que al mismo tiempo Él consolará a Israel con cuatro medidas de consuelo.

***

Rabí Itzjak Abarbanel (s. XIV) nota que las cuatro copas representan las cuatro diferentes redenciones
que Israel ha experimentado. La primera fue cuando D'os eligió a Abraham y a sus descendientes, de
quienes Él sembró la semilla de la nación de Israel. La segunda fue la liberación de Egipto. La tercera
redención es el hecho de que D'os nos ha mantenido a través de prolongados exilios, liberándonos de
los enemigos que quisieron destruirnos. La cuarta copa es la redención final que nos espera en el
futuro.

***

El Gaón de Vilna (s. XVIII) ve un paralelo entre las cuatro copas y los cuatro diferentes mundos:
nuestro mundo material presente, el mundo que existirá en los tiempos del Mashiaj, el mundo que
habrá cuando los muertos sean revividos, y el mundo venidero. A cada judío que cumpla con los
requerimientos del Séder le es asegurado que tendrá un lugar en cada uno de estos mundos. Es por eso
que es apropiado que la persona ofrezca alabanzas y agradecimientos a Él Quien ha sido tan bondadoso
con ella, y Quien continuará mostrándole Su bondad.

***

El Maharal de Praga (s. XV) encuentra un paralelo entre las cuatro copas y las cuatro Matriarcas: Sará,
Rivká, Rajel y Leá, porque por el mérito de los Patriarcas y las Matriarcas, Israel fue redimido de
Egipto. El midrash Ialkut Shimoní nota que los nombres de los Patriarcas y de las Matriarcas fueron
inscriptos en la vara con la cual Moshé llevó a cabo los milagros en Egipto. En el midrash, los Sabios
conectan los tres elementos principales del Séder - el sacrificio de Pésaj, la matzá y el maror - con los
Patriarcas.

***

El libro Bené Isajar (s. XVIII) escribe que las cuatro copas representan los cuatro méritos que Israel
tuvo en Egipto: ellos no cambiaron sus nombres hebreos; ellos conservaron su propia lengua; ellos
fueron cuidadosos en no tener relaciones ilícitas; y no había delatores entre ellos. El libro Méshej Jojmá
(f. 1926) agrega que esto indica cuán importantes son estas medidas de autoprotección, porque a pesar
de que Israel fue derrotado por todas las otras impurezas de Egipto, el hecho de que ellos fueron
cuidadosos en estas cuatro áreas les hizo ganar el título de ser "distinguidos" y por este mérito fueron
redimidos.

Primero Denigración, Luego Alabanzas

Primero Denigración, Luego Alabanzas

El Talmud (Pesajim 116a) nos enseña que la esencia de la mitzvá de la Hagadá es "comenzar con
denigración y concluir con alabanzas".Es requerido comenzar el relato de la Hagadá hablando de
nuestra mala situación antes de salir de Egipto y concluir hablando sobre el nivel elevado al que
llegamos cuando salimos.

Pero el Talmud menciona dos opiniones respecto de lo que es comenzar con denigración y concluir con
alabanzas: Rav opina que es requerido de nosotros contar que primero fuimos idólatras y luego cuando
salimos de Egipto D'os nos acercó hacia Su servicio.Shemuel, por otro lado, dice que es requerido de
nosotros contar que al comienzo fuimos esclavos del Faraón y luego nos convertimos en hombres libres
porque D'os nos sacó de la esclavitud.

La Torá misma señala esta doble cara en la narrativa, al decir (Devarim 6:20): "Cuando tu hijo te
pregunte en el futuro: ¿cuál es [el significado] de estos símbolos y estatutos...? Tú deberás
decirle: nosotros fuimos esclavos del Faraón en Egipto y D'os nos sacó de Egipto con mano
fuerte" (Devarim 6:20). Aparentemente este versículo parece apoyar la opinión de Shemuel, puesto
que menciona nuestra esclavitud y libertad como representación de nuestro estado de denigración y de
elevación. Entonces, ¿de dónde aprendió Rav que debemos comenzar hablando de la idolatría de
nuestro pueblo y finalizar hablando sobre el hecho de que nos acercamos al servicio del D'os Único?

La Torá se refiere a cuatro clases diferentes de hijos.Esto lo aprendemos del hecho de que la palabra
"hijo" está mencionada cuatro veces respecto de la obligación de relatar la historia del Éxodo.La Torá
dice:

"Y será cuando tus hijos te digan, ¿qué es este servicio para ustedes?..." (Shemot 12:26);

"Y le dirás a tu hijo en ese día diciendo, por esto, D'os actuó por mí cuando yo salí de Egipto" (Shemot
13:8);

"Y será cuando tu hijo te pregunte en el futuro diciendo ¿qué es esto?..." (Shemot, 13:14);

"Cuando tu hijo te pregunte en el futuro ¿cuál es [el significado de] estos símbolos y estatutos..."
(Devarim 6:20).

De acuerdo a la cronología de los versículos, la Torá se refiere a los cuatro hijos en el siguiente orden:
el hijo malvado, el hijo que no sabe preguntar, el hijo simple y el hijo sabio.Sin embargo, observando
más profundamente podremos ver que en verdad, sólo hay dos clases de hijos: el sabio y el malvado,
pues el hijo simple es de alguna manera parecido al sabio, mientras que el que no sabe preguntar es
similar al hijo malvado.
Del hecho de que la respuesta de la Torá al hijo sabio incluye tanto esclavitud como libertad ["Tú
deberás decirle: nosotros fuimos esclavos del Faraón en Egipto y D'os nos sacó de Egipto con
mano fuerte"], podemos deducir que la respuesta que le debemos dar al malvado debería incluir
también esclavitud como libertad, y la única diferencia en la respuesta dada a uno y a otro está basada
en el nivel de entendimiento de estos dos hijos.

Entonces, basados en esta explicación, realmente podemos decir que Shemuel está de acuerdo con Rav
en que la respuesta que deberíamos darle al hijo malvado también debería ser que al comienzo nuestros
ancestros fueron idólatras, puesto que con esa declaración se está condenando al hijo malvado que aún
continúa en ese mismo nivel.

Asimismo, también podemos decir que Rav realmente está de acuerdo con Shemuel en que la respuesta
que deberíamos darle al hijo sabio también debería ser que al comienzo fuimos esclavos en Egipto pero
D'os nos sacó de allí, puesto que él está bien capacitado para comprender esa declaración, ya que él
puede apreciar el sentimiento de estar cerca de D'os.

Es por eso que debemos llegar a la conclusión de que la diferencia de opiniones entre Rav y Shemuel
gira en torno a la pregunta: ¿con qué hijo comenzamos el relato de la hagadá?Rav sostiene que
comencemos hablándole al hijo malvado, y es por eso que sostiene que debemos comenzar la hagadá
relatando que nuestros ancestros fueron una vez idólatras, mientras que Shemuel sostiene que debemos
comenzar hablando con el hijo sabio, y por eso opina que debemos abrir el relato de la hagadá
comentando que una vez fuimos esclavos del Faraón en Egipto.

El Por Qué de las Tres Matzot

El Por Qué de las Tres Matzot

Las tres matzot que son puestas en el plato del Séder aluden al Cohén, al Leví y al Israel como un
medio para distinguirlos uno de otro. La matzá superior alude al Cohén, puesto que el Cohén tiene
precedencia en todas las cosas. La matzá del medio - Leví - se rompe en dos partes al comienzo del
Séder. La parte más pequeña se deja en la bandeja y más tarde se come junto con la matzá del Cohén
para cumplir la mitzvá de matzá, mientras que la parte más grande se guarda para el Aficomán. Por
último, la matzá de abajo - Israel - se usa para el korej, y así cada una de las matzot es usada para hacer
una mitzvá.

***

En Shabat y las fiestas nosotros decimos la bendición por el pan sobre dos panes o matzot. Entonces,
¿por qué en esta noche, se requieren tres?

La matzá es conocida como "el pan de la pobreza". Un hombre pobre, temeroso de no tener más,
guarda su pan cuidadosamente. Él no come todo de una sola vez sino que lo divide, dejando una parte
para el día siguiente. El honor dado a la fiesta y a Shabat requiere que usemos dos matzot enteras para
recitar la bendición "Que sacó el pan de la tierra", antes de comenzar la comida. Sin embargo, para la
bendición "Que nos ordenó la comida de la matzá", nosotros usamos una parte de una matzá entera
para simbolizar "el pan de la pobreza". Es por eso que preparamos tres matzot y partimos una de ellas
(la del medio).
***

Otros comentaristas ven a las tres matzot como una alusión a los tres Patriarcas. Tomamos tres matzot
para mostrar que a pesar de que fuimos esclavizados, de todas maneras, veníamos de un distinguido
origen: éramos los descendientes de los pilares del mundo. Aún en la esclavitud, nosotros conservamos
bien la dignidad y la nobleza de nuestros ancestros.

Para Estudiar en la Comida

Para Estudiar en la Comida

En parashat Beshalaj, un comentarista de la Torá: el "Kelí Iakar" (s. XVII)formuló la siguiente


pregunta:

Refiriéndose al Pueblo de Israel, al comienzo de la parashá, tres veces la Torá los menciona
llamándolos haam (el pueblo), un término muy genérico. Sólo la cuarta vez que se refiere al pueblo,
dice la Torá: "vajamushim alú bené Israel - y armados ascendieron (de Egipto) los hijos de Israel"
(Shemot 13:18).

¿Cuál es la razón por la cual la Torá no llama a nuestro pueblo desde el primer momento que salieron
de Egipto, los hijos de Israel?

Nosotros sabemos que ellos salieron de Egipto bejipazón (con apuro), y apenas tuvieron tiempo para
preparar un poco de masa que se hizo matzot, es por eso que es difícil entender que aquí la palabra
vajamushim significa armados. Entonces, ¿qué significa verdaderamente la palabra vajamushim, en
nuestro contexto?

Este término nos viene a enseñar que el único mérito que el pueblo de Israel tenía al salir de Egipto fue
que 50 días después de salir de la tierra de Egipto ellos recibirían la Torá en el monte Sinai. Y esta idea
está insinuada en la raíz de la palabra vajamushim que es: J, M, SH. Mediante estas tres letras también
se puede formar la palabra jamesh (cinco), y esto realmente nos viene a enseñar que el único mérito
que tuvo el pueblo de Israel para salir de Egipto consistió en que ellos finalmente recibirían y
aceptarían los cinco libros de la Torá.

Ahora podremos entender por qué sólo la cuarta vez que la Torá recuerda al nuestro pueblo en parashat
Beshalaj, lo llama los hijos de Israel, y no simplemente el pueblo.

Al salir de Egipto, nuestro pueblo todavía no había sacado todo su potencial al exterior. Ellos aún
debían desarrollar su espiritualidad. Es por eso que D'os no quiso que inmediatamente después de haber
salido de la esclavitud egipcia, ellos vayan directamente hacia la tierra de Israel. Esto se debió al hecho
de que D'os sabía que si el pueblo se enfrentaría ante una situación de guerra, para así poder conquistar
la tierra de Israel, ellos hubieran temido mucho deseando volver rápidamente a la tierra de Egipto.

Es por eso que antes, D'os quiso llevarlos algún tiempo por el desierto, para que ellos primero
recibieran la Torá. De esta manera, el pueblo se convertiría en Bené Israel - los hijos de Israel, y
gracias a la gran elevación espiritual que adquirirían, ya no temerían de los pueblos enemigos con los
que deberían luchar para conquistar la tierra de Israel, pues confiarían plenamente en D'os.
Una Boca Para Hablar

Una Boca Para Hablar

A lo largo del año, es considerado una virtud hablar la mínimo indispensable, como enseñaron nuestros
Sabios: "di poco y haz mucho" (Avot 1:15).  En Pésaj, sin embargo, es una virtud hablar tanto como sea
posible sobre los grandes eventos que ocurrieron en la salida de Egipto.  Es así que la hagadá nos dice:
quien se extienda al contar la historia del éxodo de Egipto es merecedor de alabanzas.  Nuestros
Sabios nos enseñaron que contar la historia de Pésaj es una aspecto vital de la fiesta, y la misma esencia
del nombre Pésaj señala esto: pe saj - la boca habla.

Mientras que hay jametz en la casa de uno, Pésaj no puede ser correctamente celebrado.  Si tú deseas
cumplir la fiesta, el jametz debe ser eliminado.

El corazón del hombre y sus pensamientos internos son su casa y su propiedad.  Cuando su corazón
está lleno de jametz - orgullo - él se ve a sí mismo como alguien importante y no puede celebrar
correctamente la festividad.  Él se atribuye virtudes que no posee, él aparenta ser bueno y habla
heroicamente, pero él es débil en su corazón.  A este hombre nosotros le decimos que no hable, que no
use muchas palabras y que su conversación sea mínima.  

Un hombre así no está preparado para celebrar Pésaj.  Cuando él le cuente a sus hijos la historia de
Pésaj, ellos no lo escucharán; cuando él cante las alabanzas a D'os, sus palabras no serán
aceptadas.  Hay jametz en su corazón y es por eso que no hay sinceridad en sus alabanzas.

Si una persona desea, sinceramente, alabar a D'os por los milagros, las maravillas, y los increíbles actos
que Él hizo con nosotros y nuestros ancestros, debe eliminar el jametz que está en su corazón.  Debe
purificar su lengua del engaño, sus pensamientos internos deben ser verdaderos, y su habla debe ser
decente.  Entonces, podrá cumplir con el precepto de "Y relatarás a tu hijo en aquel día…" (Shemot
13:8) estando seguro de que su hijo aceptará lo que él dice.

Cuando uno canta alabanzas a D'os, los ángeles en las alturas - junto con todos los que moran en la
tierra - escuchan sus canciones, porque son canciones de verdad que fluyen de un corazón verdadero y
una lengua refinada.

Cuando él habla extensamente sobre la redención de Egipto de esta manera, entonces su habla es
verdaderamente merecedora de alabanzas.

La búsqueda del jametz - símbolo de la vanidad y el orgullo - en la noche del 14 de Nisán, es una parte
indispensable en los preparativos para la fiesta de Pésaj, para que realmente sea "pe saj", una boca que
hable de los grandes actos de D'os que ocurrieron el 15 de Nisán del año 2448.
JUEVES SANTO

Ex 12, 1-8,11-14. Salmo 115. I Cor 11, 23-26. Jn 13, 1-15.

Las personas solemos corroborar los acontecimientos de cierta importancia con una comida. Una boda,
un aniversario, unas oposiciones, una fiesta religiosa o una despedida.

En la mesa no sólo se comparte los alimentos, también los sentimientos, las esperanzas, los temores,
éxitos, alegrías, amistad...

Jesús siente un deseo especial esta tarde de celebrar la cena con sus apóstoles: “Con ansia he deseado
comer esta cena con vosotros”.

Era una cena especialmente importante:

Celebraban la gran fiesta judía de la Pascua, la noche en que fue liberado el pueblo de Israel de la
esclavitud egipcia.

La sangre del cordero pascual en el dintel de las puertas hebreas alejaba el angel exterminador y
salvaría la vida de los israelitas.

Pero además de celebrar este acontecimiento con sus discípulos y, en este marco, quiere Jesús darnos
su testamento con palabras y gestos:

Tomando pan lo partió y se lo dio diciendo: “Tomad y comed todos de Él porque esto es mi cuerpo”.
Se va y se queda.

Lo mismo hizo con la copa de vino diciendo: “Tomad y bebed, esta es la sangre de la nueva alianza
que será derramada por vosotros”.

Desde ese momento, la pascua judía (paso de la esclavitud a la libertad) queda en un segundo plano.
Comienza la pascua cristiana (paso del pecado a la libertad de Hijos de Dios).

“Haced esto en memoria mía”. Esta es la recomendación.

Jesús es pan partido y sangre derramada para alimentar y purificar.


Terminada la cena se quita el manto, se ciñe unas toallas y comienza a lavar los pies a sus discípulos.

“Me llamáis Maestro y Señor y es verdad que lo soy, pues si yo, el Maestro y Señor, os he lavado los
pies, vosotros os los debéis lavar mutuamente”.

Termina con una recomendación: “Haced vosotros lo mismo”.

No se puede separar “Haced esto en memoria mía” del “Haced vosotros lo mismo”.

El que recibe a Jesús, el que comulga con su cuerpo y con su sangre comulga también con sus
actos, está llamado a lavar los pies a los demás, a servir a los demás, ya que el Hijo del hombre no
ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por todos.

En este ambiente de comunión y de servicio encuentra eco la contraseña cristiana: “que os ameis unos
a otros como yo os he amado, en eso conocerán que sois mis discípulos”.

¡Jesús, que sepamos “haced esto en memoria tuya” y “haced vosotros lo mismo”, para que
constantemente seamos testigos del memorial de tu amor y de tu servicio!.

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