Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
Al inicio de las obras del Museo, se habilitaron como depósitos temporales de bienes
culturales algunas salas en unas naves pertenecientes al Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte en Alcalá de Henares. Dos de estas salas se dotaron de un sistema de climatización
propio con el fin de destinarlas a almacenes de materiales orgánicos (mobiliario, pintura,
instrumentos musicales, escultura...).
Este sistema con cinco sensores ha servido para hacer los informes oportunos, mes a
mes, de las condiciones ambientales en que se encuentran ambos depósitos y también para
recibir las correspondientes alertas cuando alguna de las máquinas de climatización no ha
podido mantener las consignas programadas por algún problema puntual (Fig. 2).
Esta instalación sirvió para conocer de primera mano las prestaciones del sistema y
valorar la posibilidad de realizar un proyecto piloto en la sede del Museo cuyo edificio estaba
en proceso de reforma. De forma que en el año 2010 se instaló el sistema en la exposición
temporal «Tesoros del Museo Arqueológico Nacional» mientras se vaciaba parte del edificio
para acometer la primera fase de la obra.
1
Sistema Hanwell.
Si a todo lo anterior añadimos además una alta afluencia de visitantes y, como ya de-
cíamos anteriormente, una gran variedad de materiales entre las piezas expuestas y el estado
de conservación de éstas, son muchos los factores que entran en juego a la hora de pretender
lograr una óptima climatización idónea para la conservación de las piezas expuestas.
Como ya hemos apuntado, las colecciones del MAN son de muy variada naturaleza: inorgá-
nicos como la piedra, el vidrio, la cerámica, los metales, u orgánicos como la madera, el
hueso, el papel… Y muy a menudo una misma pieza puede estar realizada a partir de
distintos materiales, lo que dificulta aún más su conservación; es quizás la humedad relativa
el factor más difícil de controlar y sin embargo el que puede provocar mayores problemas.
Por otra parte también, en ocasiones, el gran tamaño de las vitrinas y la exposición conjunta
de colecciones de diversa naturaleza complica aún más la definición de unos parámetros
climáticos adecuados: los materiales orgánicos son higroscópicos y por tanto sensibles a las
variaciones de humedad. Por norma general los materiales inorgánicos no se ven tan afec-
tados por ello, aunque los metales son también sensibles a la humedad relativa alta ya que
desencadena entonces procesos de corrosión.
Por tanto, en un museo como el que nos ocupa en este artículo, el establecimiento de
unos estándares de HR/T es una labor bastante complicada, por lo que se tenderá funda-
mentalmente a establecer unos márgenes más flexibles teniendo en cuenta también la capa-
cidad de aclimatación que tienen algunas piezas. Por otro lado, las condiciones ambientales
que definen el «bienestar térmico»2 tienen que conjugarse con las necesidades para la conser-
vación de las colecciones, aunque en ocasiones distan de ser las más adecuadas para la con-
servación. La temperatura es el factor que menos problemas suele dar, sobre todo en ciudades
o zonas urbanas donde no se suelen registrar temperaturas inferiores a 0º C. Una temperatura
entre los 20º C y los 24º C es adecuada para la gran mayoría de las piezas expuestas (no es-
tamos hablando de los almacenes en los que se podrá programar una temperatura de 18º C)
y cumple con los parámetros establecidos para el bienestar térmico. Sin embargo, movién-
donos en este mismo marco, fijar una humedad relativa determinada que sea adecuada para
todos los materiales es imposible; por ejemplo, una humedad relativa del 50 % no será com-
patible con la conservación de un metal, para el cual preferiremos siempre un 35 %. Por ello
hay que llegar a soluciones de compromiso, evaluando independientemente cada caso, cada
vitrina. En definitiva, el clima del museo tiene que compaginar los parámetros de bienestar
térmicos (para visitantes y trabajadores) y aquellos que se consideran idóneos para la correcta
conservación de las piezas siempre dentro del marco de la eficiencia energética.
El montaje museográfico actual del MAN cuenta con dos tipos de vitrinas: unas de
fabricación alemana y otras españolas. En las primeras, desarrolladas para el Museo por la
empresa alemana Museumstechnik, la característica esencial es la casi total hermeticidad, no
2
El artículo 15.1 del Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo, por el que se aprueba el Código Técnico de la Edificación, de-
termina que el bienestar térmico vendrá determinado «en función del clima de la localidad, del uso del edificio y del régimen
de verano y de invierno…».
siendo así en el caso de las vitrinas españolas. En ambas los materiales de construcción son
los mismos: acero galvanizado y/o lacado al horno, cristal laminado de seguridad, madera o
mármol como soporte exterior y en el interior módulos realizados en cloruro de polivinilo
espumado3.
La iluminación del interior de las vitrinas se obtiene a partir de una fuente de luz
LED4, un conducto de fibra óptica y lámparas que se pueden orientar en función de las
necesidades. En el caso de las vitrinas alemanas el generador de fibra óptica se encuentra
alojado en la parte inferior del módulo expositivo y en las españolas se encuentra, por lo
general, alojado en la parte superior de la vitrina. De esta manera se evita, en principio, que
el calor causado por el generador afecte a las
piezas (ya que el calor se disipa bien en la
parte inferior de la vitrina bien en la superior).
3
Simopor®.
4
Light-emitting diode, diodo emisor de luz.
5
Se ha utilizado un gel de sílice libre de cloruro de litio que mantiene la humedad relativa estable dentro de unos estrechos
márgenes a través de su capacidad para absorber y emanar vapor de agua.
centrarnos más bien en explicar cómo trabajamos para conseguir unas condiciones ambien-
tales que aseguraran una correcta conservación de las colecciones y cuáles son las herra-
mientas de las que disponemos para ello. Antes de pasar a exponer cómo se ha implantado
el sistema de monitorización HR/T en el Museo y cuál es su funcionamiento, explicaremos
en un primer momento los fundamentos del sistema.
De forma muy resumida, el sistema Sensonet usa un controlador que recibe vía radio
las medidas de HR/T de sensores que funcionan con pilas convencionales tipo AA. Estas
medidas son periódicas (normalmente en los museos las lecturas se realizan entre 10 y 20
minutos) y se van almacenando en el propio controlador el cual realiza la función de regis-
trador o datalogger.
Hasta el año 2007, lo normal es que los sistemas vía radio similares que se usaban en
museos tuvieran que estar conectados a un ordenador y sólo el usuario de ese ordenador
pudiera acceder a los datos (situación que se daba en el Museo hasta el inicio de las obras
de rehabilitación). Pero el controlador Sensonet se diseñó, ya desde el principio, para estar
conectado a la intranet del Museo con dos objetivos:
– Que cualquier ordenador del mismo o incluso de la propia entidad puede acceder
a los datos con la aplicación Sensodat sin necesidad de estar al lado del controlador
o en el propio edificio.
– Enviar alertas de correo electrónico cuando alguno de los sensores sobrepasa los
límites establecidos o sus pilas están a punto de agotarse.
Este proyecto piloto sirvió también para definir el alcance de la futura implantación del
sistema en el nuevo Museo resultante de la reforma. De forma resumida se estaba planteando:
La reforma museográfica del MAN se realizó en dos grandes fases que se llevaron a
cabo entre los años 2010 y 2014. En una primera fase, la UTE MAN (Acciona-Empty) adjudicó
la instalación de noventa sensores principalmente en vitrinas de las salas de Grecia y Egipto
entre diciembre del 2011 y mayo del 2012.
Como novedad se desarrolló un sensor especial para las bandejas de las vitrinas con
pilas tipo C convencionales para conseguir una autonomía de más de cuatros años. Este sen-
sor tiene además la cápsula que mide HR/T al final de un fino cable de 60 cm, pudiendo
poner así ésta lo más cerca posible de la ranura de ventilación de la vitrina (Fig. 4).
Aunque se podían haber usado menos radios receptoras para dar cobertura al edificio
es importante destacar en este punto que la tecnología de los sensores Sensonet usa un
algoritmo dinámico que optimiza la potencia transmitida en función de la cercanía a su radio
receptora. Esto es, el objetivo fue proporcionar la mejor cobertura posible a cada grupo de
sensores de forma que estos usaran la menor energía posible ahorrando pilas y por lo tanto,
aumentando los intervalos de cambio de las mismas.
A día de hoy, después de más de tres años desde la instalación de los primeros sen-
sores, podemos afirmar que los sensores en bandeja con pilas tipo CC durarán entre cuatro
y seis años. Para los sensores convencionales, con pilas tipo AA, éstas durarán unos dos a
tres años.
Fig. 5. Topología.
Aunque en un principio la ubicación de los sensores de vitrina (en las bandejas dise-
ñadas a tal efecto en las vitrinas alemanas y en el interior del módulo expositivo en el caso
de las españolas) había sido definida por la empresa adjudicataria del montaje museográfico,
a lo largo del montaje de la exposición permanente se fueron recolocando algunos de los
sensores en función, fundamentalmente, de las piezas expuestas. Para ello se realizó un es-
tudio vitrina a vitrina con el fin de conocer la naturaleza exacta de las piezas (Fig. 6). Con
estos datos, recogidos en una base de datos, se decidió la colocación de los sensores, prio-
rizando las vitrinas con materiales más sensibles a la humedad como los metales y las piezas
de carácter orgánico. En el caso de las salas con muchas vitrinas con piezas poco o nada
problemáticas (piedra, cerámica...) también se instalaron algunos sensores, aunque en menor
número (Fig. 7). En este sentido hay que tener en cuenta que el Museo cuenta con numerosas
vitrinas, concretamente son 383 repartidas en 40 salas, y que instalar un sensor en cada una
de ellas, si bien nos permitiría conocer la situación higrotérmica de cada vitrina, daría lugar
una gran cantidad de datos difíciles de gestionar. En vitrinas cercanas entre sí y con materiales
semejantes se pueden extrapolar las medidas de una de ellas a las demás, con lo que redu-
cimos el número de sensores.
Al margen de los sensores en vitrina se decidió también colocar otros más en las salas
para tener siempre una lectura de las condiciones ambientales generales y poder así com-
parar las salas si fuera necesario. De esta manera, se instalaron sensores de ambiente en la
mayoría de las salas de exposición permanente (incluida la reproducción de la Cueva de
Fig. 7. Situación actual de los sensores en vitrinas de la sala 36. En azul el sensor de ambiente.
Altamira) (Fig. 8). Por otra parte y como ya hemos señalado, los almacenes y otros espacios
en los que se trabaja con piezas no estaban contemplados en el proyecto museográfico, por
lo que se procedió a la adquisición de nuevos sensores para implementar el sistema. Así,
todos los almacenes con fondos museográficos, los almacenes de material fotográfico, el Ar-
chivo y el Fondo Antiguo de la Biblioteca cuentan con sus respectivos sensores (Fig. 9). Por
último, se decidió también la instalación de dos sensores en el Laboratorio de Restauración
(uno en cada planta) y otro en el exterior del edificio.
– Sensonet exterior: 1
– Almacenes: 17
– Cámara acorazada de Numismática: 1
– Reproducción de la cueva de Altamira: 1
– Sala exposiciones temporales: 1
– Anexo a la sala de exposiciones temporales: 1
– Archivo: 2
– Fondo Antiguo de la Biblioteca: 1
– Laboratorio de Restauración: 2 (1 en cada planta)
– Ambiente en salas: 33
– Interior de vitrinas: 160
Fig. 10. Gráfica de un sensor colocado en una bandeja afectada por la temperatura producida por el generador de luz.
bandejas diseñadas a tal efecto en las vitrinas alemanas y colocarlos en el interior de las mis-
mas. Este cambio se debe a que las bandejas se encuentran ubicadas por encima de los
generadores de luz que hay en la parte inferior de las vitrinas. Aunque en teoría la ubicación
de los generadores de luz no debería producir un aumento de la temperatura en el interior
de las vitrinas, sí que hemos observado que aportan calor a las bandejas cuando están
encendidos. En inicio, los datos recogidos por los sensores no reflejaban las condiciones
ambientales del interior de las vitrinas sino de la parte inferior de las vitrinas, acusando los
cambios de temperatura que seguían el ritmo cíclico día/noche que se correspondía perfec-
tamente con el encendido/apagado de la luz de las vitrinas (Fig. 10). Las bandejas son de
chapa metálica relativamente fina a través de la cual se transmite el calor que produce el
generador. Por lo tanto, para solucionar este problema, ha sido necesario sacar los sensores
de las bandejas y colocarlos directamente en el interior de las vitrinas. En ocasiones los sen-
sores se han podido camuflar por debajo de los planos inclinados o detrás de algunos
soportes de gran tamaño, aunque en otras vitrinas sin espacios para poder disimularlos se
han tenido que colocar a la vista, apoyados en la parte inferior, siempre de un color, negro
o blanco, acorde con el resto de la vitrina (Fig. 11). Por otra parte también se han
retirado los sensores cuando compartían bandeja con los saquitos de gel de sílice, ya que la
lectura de la humedad relativa también se veía condicionada por la proximidad de este
material tampón y se han vuelto a reubicar en el interior de la vitrina. En este sentido pode-
mos afirmar que las bandejas inicialmente diseñadas para albergar los sensores no han
resultado del todo útiles, si bien sí que tienen otras utilidades puesto que en ellas se pueden
colocar los saquitos de gel de sílice, las láminas de carbón activado para purificar el aire
interior de la vitrina o colocar sensores para medir la calidad del aire.
A lo largo de estos años de andadura hemos tenido que hacer otras modificaciones
al proyecto inicial. Se han reprogramado sensores que se pusieron en un primer momento
Conclusiones
Bibliografía
CENTRE DE RECHERCHE ET DE RESTAURATION DES MUSÉES DE FRANCE (2006): «Vade-Mecum de la conservation pré-
ventive» [en línea]. Disponible en: <http://www.c2rmf.fr/sites/c2rmf.fr/files/vade_mecum_conservprev.pdf>,
[Consulta: 15 de marzo 2015].
INSTITUTO DEL PATRIMONIO CULTURAL DE ESPAÑA (2009): «Normas de conservación preventiva para la implan-
tación de sistemas de control de condiciones ambientales en museos, bibliotecas, archivos, monumentos
y edificios históricos». Disponible en: <http://ipce.mcu.es/pdfs/IPCE_NormasClimatizacion.pdf>, [Consulta:
15 de marzo 2015].
MOYANO, N. (2011): La climatización e iluminación de la sala durante las exposiciones de obras de arte.
Gijón: Ediciones Trea.
PUGÈS I DORCA, M., y FERNÁNDEZ BERENGUÉ, L. (2012): La conservación preventiva durante la exposición de
materiales arqueológicos. Gijón: Ediciones Trea.
TAPOL, B. DE (2005): «El diálogo entre el conservador y el arquitecto sobre las exigencias climáticas de las
colecciones y la aplicación de consignas», Museos.es, n.º 1, pp. 66-79.
Normativa
Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo, por el que se aprueba el Código Técnico de la Edificación.
Real Decreto 1027/2007, de 20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Instalaciones Térmicas en
los Edificios.
Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y
salud en los lugares de trabajo.