Está en la página 1de 1

El muro de Berlín

Desarrollo
El 9 de octubre de 1989, una multitud de alrededor de setenta mil personas se manifiesto
pacíficamente en el centro de Leipzig exigiendo libertad de paso. Estas personas se
atrevieron a pasar por primera vez por la temida sede de la Stasi, la policía secreta de la
República Democrática Alemana. "Wir sind das Volk!", cantaban: "¡Somos el pueblo!".
Una semana después, más de cien mil personas abarrotaron de nuevo el centro de Leipzig.
Las protestas pronto se extendieron por toda Alemania oriental. El 4 de noviembre, otros
cientos de miles de personas se manifestaron en Alexanderplatz, Berlín oriental, pidiendo
una reforma democrática: esta fue una de las movilizaciones más importantes en la RDA
por su capacidad de congregación. Finalmente, cinco días después, el 9 de noviembre, un
militar de alta graduación anunció que se darían pases para cruzar hacia la república
Federal de Alemania. “La gente puede ir, no hay problema”, declaró. Un periodista le
preguntó: “¿A partir de cuándo, señor?”, cuya respuesta fue: “A partir de ahora”. En poco
menos de dos horas, una multitud se volcó hacia el muro. Los guardias se vieron superados
por el entusiasmo, por lo que simplemente no hicieron nada[3].
Un año más tarde, el 3 de octubre del año 1990 se hizo efectiva la Reunificación de
Alemania, poniendo fin a un país dividido por la Guerra Fría. Se firmó el Tratado de
Unificación, que hizo que las cuatro potencias (los Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y
la Unión Soviética) renunciaran a sus derechos en el país germano. De esta manera se logró
la reunificación definitiva y la constitución nuevamente de una sola nación. A raíz de este
acontecimiento, cada 3 de octubre se celebra en el país el Día de la Unidad Alemana.
La Caída del Muro de Berlín es uno de los principales sucesos del siglo XX y de los
últimos tiempos. Marcó el fin de una era tanto en la historia alemana como en la historia
europea y mundial. Este cambio tan radical después de casi tres décadas de división
impulsó decisivos cambios en el rumbo ideológico, político y económico no únicamente de
Alemania, sino también de muchos países europeos. En la primera elección conjunta a
finales de 1990 resultó ganador el político Helmut Kohl. La unificación trajo consigo la
disminución de la tensión militar de la zona y la reducción de los gastos en esa área por la
salida de los ejércitos extranjeros y las representaciones militares en territorio alemán. En el
plano económico, se iniciaron las privatizaciones de empresas estatales en la RDA y se
generaron cuantiosos subsidios para paliar las debilidades en la economía y para mejorar el
nivel de vida de los alemanes radicados en la RDA. Todo esto implicó un periodo de
transición muy difícil para las finanzas de la naciente república ya reunificada: se elevó la
tasa de desempleo y la inflación, así como el Producto Interno Bruto cayó de manera
significativa. Durante los años siguientes, la diferencia de los trabajadores alemanes
continuó. Por ejemplo, en la ex RDA persistió la inflación, la desocupación y la diferencia
salarial en relación con la parte occidental. Las condiciones laborales y económicas de los
trabajadores de ambas áreas permitieron a los países imperialistas (sobre todo a Gran
Bretaña y a los Estados Unidos) imponer lo que se denomina ahora como “neoliberalismo”.

También podría gustarte