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de superación
Durante la mayor parte de su historia, Alemania
fue un conjunto de principados y ciudades-
estado semiindependientes. De hecho, no fue
un Estado-nación hasta 1871. No obstante, los
movimientos y acontecimientos asociados con
su territorio (desde la Liga Hanseática hasta la
Reforma y el Holocausto) han fraguado la
historia de Europa desde la Alta Edad Media.
Carlomagno, Martín Lutero, Otto von Bismarck,
Adolf Hitler y Konrad Adenauer son solo algunas
de las personalidades clave cuyo legado ha
pervivido hasta la actualidad, en que Alemania
está atada a la unidad de Europa que tanto
defiende.
Los primeros habitantes del territorio que
hoy ocupa Alemania fueron tribus celtas y
germánicas nómadas. Bajo el dominio del
emperador Augusto, los romanos iniciaron
la conquista de las tierras alemanas en
torno al 12 a.C. y alcanzaron el Rin y el
Danubio.
Otto Von Bismarck y el nacimiento del Segundo
Imperio
Crear una Alemania unificada liderada por Prusia fue
la gloriosa ambición de Otto von Bismarck (1815-
1898), nombrado primer ministro prusiano en 1862
por el rey Guillermo I. Militar de la vieja guardia, se
sirvió de una diplomacia compleja y de las guerras
con las vecinas Dinamarca y Francia para alcanzar
sus objetivos. En 1871, Berlín ya era la orgullosa
capital del Segundo Reich alemán, una monarquía
constitucional bicameral. El 18 de enero, el rey de
Prusia fue coronado káiser en Versalles, con
Bismarck como su “canciller de hierro”
La I Guerra Mundial y sus consecuencias
El asesinato el 28 de junio de 1914 del archiduque
Francisco Fernando, heredero al trono del imperio
autrohúngaro, fue el detonante de una serie de decisiones
políticas que condujeron a la I Guerra Mundial, el conflicto
europeo más sangriento desde la Guerra de los Treinta
Años. La euforia inicial y la fe en obtener una victoria rápida
dieron paso enseguida a la desesperación, mientras las
víctimas se apilaban en las trincheras del campo de batalla
y los civiles pasaban hambre y frío en las ciudades. Tras la
derrota de 1918, se produjo un período de agitación y
violencia. El 9 de noviembre de 1918, el káiser Guillermo II
abdicó, lo que supuso el fin definitivo de la monarquía en
Alemania.
El primer experimento serio de Alemania con la democracia trajo
el sufragio femenino y derechos sociales básicos, pero también
dio al canciller el derecho a gobernar por decreto, concesión que
fue clave en el posterior ascenso al poder de Hitler.