Ideas. Debates. Libros. Arte. Música. Teatro. Cine.

de El Mundo
nº42. 25 de noviembre de 2022

CHARLOTTE
LARTILLEUX
para El Mundo
 la deriva rusa
Putin y Rusia,
destinos
entrelazados
Los reveses en Ucrania plantean incógnitas sobre
el futuro del presidente ruso. Pero la fragilidad
institucional de su país y el temor, interno y
externo, ante una incierta sucesión juegan a su
favor. La fortaleza de Putin es la debilidad de Rusia
Resulta difícil imaginar una por NICOLÁS
Rusia sin Putin. No es un presi- DE PEDRO
dente, sino un zar electo que mo-
nopoliza el poder desde hace 22 ilustraciones
años. Y no sólo ha eliminado de ULISES
CULEBRO
cualquier alternativa, sino que ha
construido un régimen desinsti-
tucionalizado donde predomi-
nan los mecanismos informales.
Es decir, un sistema de gobierno
donde lo que de verdad cuenta
es el acceso al presidente. El res-
to –Duma, partidos, sociedad
civil, marco jurídico– es o pura
fachada o débil e irrelevante. El
poder reside en el Kremlin y ahí
es donde se dirimirá la disputa
efectiva por la sucesión. Esa es la
única certeza que se puede tener.
Dividiendo a
El resto –el cuándo, el cómo y el
las facciones
quién de esa sucesión– resulta
y con purgas y
completamente incierto.
rotaciones,
Antes de que decidiera lanzar
Putin se ha
la fallida invasión de Ucrania el
asegurado el
pasado 24 de febrero, todo control efec-
apuntaba a que Putin se man- tivo de todo el
tendría incuestionada y plácida- ecosistema
mente en el poder hasta 2036. del Kremlin
Una reforma constitucional a
medida, en julio de 2020, le per-
mitía sortear la limitación de Un golpe de
dos mandatos consecutivos y Estado parece
concurrir a las elecciones de poco probable.
2024 y de 2030. Con esa refor- A pesar de
ma, aprobada mediante referén- su malestar,
dum, Putin había cortado de las Fuerzas
raíz el debate sobre su sucesión Armadas no
que dominaba la conversación tienen iden-
moscovita por aquel entonces. tidad política
4 LALECTURA
Sin embargo, con los sucesi-
vos reveses en el campo de bata-
lla ucraniano –incluyendo miles
de bajas, el descrédito de las
fuerzas armadas rusas y una im-
popular movilización en casa– y
con las noticias de arrestos y de
muertes sospechosas de figuras
políticas y militares han resurgi-
do el nerviosismo y los rumores
en torno al presidente ruso. El
Kremlin ha planteado la guerra
en términos existenciales y con
la victoria como único resultado
aceptable. Así que el espectro de
una posible derrota, completa o
parcial, agita los temores dentro
y fuera de Rusia.
La sombra de un golpe. Ha-
cia dentro de Rusia –desde el
fallido asalto a Kiev en los prime-
ros compases de la guerra y an-
te el pánico actual al colapso en
el Donbás e, incluso, Crimea– se
especula con la posibilidad de un
golpe palaciego que facilite un
alto al fuego o, al contrario, una
escalada mayor. Es un escenario
que ya no resulta inconcebible,
pero que aún parece improbable.
Los riesgos son muy altos y los
incentivos escasos. Como mu-
chos otros líderes autoritarios,
Putin ha jugado, por un lado, al
divide y vencerás con diversas
facciones, asegurándose de que
ninguna sea demasiado fuerte y,
por otro lado, ha impulsado pur-
gas y rotaciones frecuentes, in-
cluyendo la renovación de car-
gos en los segundos niveles, pro-
mocionando a figuras jóvenes y
asegurándose así un control efec-
tivo de todo el ecosistema del
Kremlin. Además, los organis-
mos clave –Consejo de Seguri-
dad y servicios de inteligencia–
están dominados por leales con
mucho que perder y poco que ga-
nar si Putin desaparece.
Pese a que ha trascendido el
malestar de las Fuerzas Arma-
das –ignoradas en última instan-
cia en la planificación de la lla-
mada «operación militar espe-
cial» y las que han sufrido en sus
carnes las consecuencias de los
garrafales errores de los servi-
cios de inteligencia– tampoco
parece demasiado probable un
golpe de Estado clásico. El últi-
mo golpe encabezado exclusiva-
mente por militares en Rusia fue
el de los Decembristas en 1825 y
acabó en fracaso. Además, las
siete décadas de control del Par-
tido Comunista convirtieron al
Ejército en un actor sometido al
poder civil y sin identidad políti-
ca propia. Algo que no ha varia-
do sustancialmente desde el co-
lapso de la Unión Soviética.
De igual forma, la fragilidad
institucional entraña que la su-
cesión sea percibida por la élite
como un proceso plagado de
riesgos, y eso también juega a
favor de Putin. Es decir, la posi-
bilidad de que el sistema se
hunda es un incentivo para tra-
tar de contener la hipotética dis-
puta sucesoria, aunque sea en-
carnizada y quizás violenta,
dentro de los límites de las mu-
rallas del Kremlin. Si el enfren-
tamiento dentro de las élites
desborda ese marco, ninguno
de ellos estaría a salvo y todos
se lo jugarían todo en ese nuevo
reparto de cartas general.
Cuando en octubre de 2014,
Viacheslav Volodin, entonces
La posibilidad subdirector del gabinete de
de que el Putin y hoy presidente de la
sistema se Duma, dijo que «si hay Putin,
hunda es un hay Rusia; sin Putin, no hay
incentivo para Rusia», además de adular a su
contener las jefe estaba verbalizando la in-
disputas suce- trínseca debilidad institucional
sorias dentro de la Rusia de Putin y el incier-
de las murallas to vacío al que la aboca. La for-
del Kremlin taleza de Putin es, pues, la fra-
gilidad de Rusia.
El actual pri- Sucesión incierta. En los
mer ministro, tiempos en los que el Zar es fuer-
Mijaíl
te, temido y respetado esto se
Mishustin, es
pierde de vista y se diluye, pero
un tecnócrata
cuando las dudas se ciernen so-
eficaz, pero de
bre su figura, como sucede aho-
perfil gris y
ra, el sistema no tiene respues-
sin base de
tas políticas para lidiar con la
poder propia
incertidumbre. El mecanismo
institucional para su reemplazo
si se encuentra incapacitado o
es desplazado del poder existe
en la teoría –el primer ministro
se hace temporalmente con la
presidencia para convocar elec-
ciones en tres meses–, pero des-
pierta muchas dudas. Y, además,
tiene un peligroso vacío ya que
no prevé la posibilidad de que
ambos, presidente y primer mi-
nistro, caigan o estén incapaci-
tados simultáneamente. Así que,
quizás, conviene tener presen-
te que el actual primer ministro,
el economista Mijaíl Mishustin,
es un tecnócrata eficaz, pero de
perfil gris y que, hasta donde se
conoce, carece de una base de
poder propia.
El denominado «Putin colecti-
vo», es decir, la opinión pública
o el conjunto de la sociedad ru-
sa, es otra variable con la que,
pese a que la partida se dirime
dentro del Kremlin, hay que
contar. Putin concentra todo el
poder en sus manos, pero eso
no significa ni que pueda ejer-
cerlo sin límites ni que desee ser
percibido como un autócrata
despótico. Muy al contrario,
siempre ha tratado de presen-
LALECTURA 5
 la deriva rusa
tarse a ojos de su opinión pú-
blica como la encarnación de la
voluntad popular, y de ahí su ob-
sesión con los índices de popula-
ridad. Y este es uno de los as-
pectos que genera más malen-
tendidos y errores de análisis,
particularmente, fuera de Rusia.
Así, aunque pueda parecer con-
tradictorio, lo que los rusos de-
nominan el sistema –el régimen
y la realidad cotidiana en senti-
do amplio– es muy impopular,
pero eso no supone que Putin
no sea popular. Lo es, aunque
mucho menos que en épocas pa-
sadas y no por una adhesión in-
quebrantable.
Síndrome postimperial. Al
contrario de lo que sucede en
cualquier democracia europea,
la popularidad de Putin no tie-
ne que ver ni con afinidades o
simpatías ideológicas ni tampo-
co con el desempeño diario. Los
rusos, a su manera, hacen suyo
aquello de «si el buen rey supie-
6 LALECTURA
ra lo que hacen sus ministros»
y conceden que el zar se centre
en los asuntos de los que, entien-
den, dependen la grandeza y la
supervivencia de Rusia.
El síndrome postimperial no
se limita a las élites. Es un senti-
miento extendido y uno de los
ejes de la identidad política co-
lectiva de Rusia. Eso explica, por
ejemplo, las reticencias de Putin
a la movilización general, pre-
sentada como parcial, decretada
hace unas semanas como solu-
ción de urgencia, y algo deses-
perada, ante el ímpetu de la con-
traofensiva ucraniana. La socie-
dad rusa no estaba, ni está
necesariamente, en contra de la
guerra, pero la gente no quiere
ir ella misma a morir en un con-
flicto que se está perdiendo. El
Zar ha de proveer victorias, nun-
ca derrotas. Y si lo hace, puede
perder su respaldo.
No obstante, al igual que los
dirigentes del Kremlin, la opi-
nión pública contempla con in-
DEL SUEÑO
IMPERIAL A
LA PESADILLA
ESTALINISTA
Con la retirada
de la ciudad de
Jersón vuelve
el horror
habitual que quietud y pesimismo una posi-
dejan tras de sí ble sucesión. En el debate públi-
las tropas co está muy asentada la percep-
rusas en ción de que en ausencia de un lí-
Ucrania: fosas der fuerte en el Kremlin, Rusia
comunes, puede verse arrastrada a un pe-
cámaras de riodo de descomposición y de
tortura, asesi-
natos salvajes. caos. Esa percepción de vacío
En un reciente institucional y de escasa densi-
artículo, la dad de la sociedad civil juega a
revista favor de Putin, pero si empieza a
británica ‘The ser percibido como débil o inca-
Economist’ paz de sostener las riendas, su
decía que popularidad puede desplomarse
cuando Putin de forma súbita y eso, quizás, in-
ordenó la centivar algún movimiento au-
invasión de
Ucrania daz dentro del Kremlin.
soñaba con
restaurar la Escenarios abiertos. Todo es
gloria del posible en estos momentos en Ru-
imperio sia. También, por supuesto, que
soviético, pero Putin aplaste de forma despiada-
lo que está da cualquier conato de contesta-
de hecho ción y recupere la iniciativa. Pa-
restaurando es
el terror de ra ello necesita ganar tiempo. De
Stalin. En el ahí que el Kremlin se muestre aho-
exterior y en ra abierto a negociar un alto el
su propio país fuego, junto a sus redoblados es-
fuerzos por intimidar a Europa y
a Estados Unidos para que dejen
de prestar asistencia a Ucrania y
fuercen a Kiev a negociar en los
términos que propone Moscú.
Hacia fuera, Putin también
ha conseguido que los temores
ante el posible colapso y el va-
cío institucional ruso jueguen a
su favor. Así, el Kremlin ha
azuzado exitosamente el es-
pantajo de la amenaza nuclear
combinado con la mayor visibi-
lidad mediática de los sectores
más radicales y mesiánicos del
ultranacionalismo ruso para
convencer a los dirigentes de
las potencias euroatlánticas de
los riesgos indeseados de una
posible derrota rusa. De ahí de
que parezca que EEUU y Ale-
mania –los actores clave en la
OTAN y en la UE, respectiva-
mente– quieran que Ucrania
gane, pero que Rusia no pier-
da. O, en la formulación un tan-
to críptica que escuché recien-
temente en boca de un político
alemán, que «la guerra
sea la derrotada».
Nicolás de Pedro es Senior Fellow
en el Institute for Statecraft de Lon-
dres, donde trabaja sobre Rusia, desin-
formación y guerra híbrida.
 “Las frases encierran historias. A veces no las encierran,
las sueltan. Espontáneamente, bajo la forma de frases,
aforismos, juegos de palabras me fui relatando mis propias
historias a lo largo de gran parte de mi vida. Estas son mis
historias de más de treinta años y pueden ser también tus
historias, en la medida en que las dejes ocupar tu interior
y, mezclándolas con las tuyas, hagas otras nuevas”.

Demian Manzano

Demian Manzano (Buenos Aires,

1967). Neurocirujano de profesión,
ha vivido en la Argentina, en
Francia, y reside, desde hace varios
años, en Barcelona, España. Con
distintos intereses, preferencias
y aficiones, tanto dentro de su
profesión como fuera de ella,
ha publicado varios artículos y
comunicaciones de su especialidad.
Aunque siempre ha practicado el
hábito de la escritura no científica,
este libro constituye su primera
publicación por fuera del ámbito
neuroquirúrgico.

www.sendaflorida.com
Barcelona
info@sendaflorida.com Buenos Aires

entrevista
«Quien controla el pasado, con-
trola el futuro; quien controla el
presente, controla el pasado»,
escribió Orwell en su visionaria
1984. «En ningún país es esto
más cierto que en Rusia», sos-
tiene el historiador británico Or-
lando Figes (Londres, 1959),
que lleva media vida ocupándo-
se del país. Tras sus libros sobre
la Revolución, la guerra de Cri-
mea, la represión estalinista o el
magistral El baile de Natasha,
donde desmenuzaba los leitmo-
tivs de la cultura rusa, Figes pu-
blica ahora La historia de Rusia
(Taurus), un vibrante recorrido,
con inevitables ecos en la actua-
lidad, por más de 1.000 años de
historia que reconstruye los mi-
tos políticos y religiosos que, to-
davía hoy, «siguen marcando su
realidad», explica a La Lectura.
PREGUNTA. Todos los países
europeos están construidos so-
bre mitos fundacionales, y en
ellos conviven diversas cultu-
ras, lenguas... ¿Qué hace el ca-
so de Rusia algo tan especial?
RESPUESTA. Es cierto, sí, pero la
clave para comprender Rusia es
que allí la función de la historia
es más potente que en el resto
por la ausencia de otros discur-
sos políticos. Los mensajes de
democracia, igualdad o fraterni-
dad, que tienen un lenguaje muy
sofisticado en el debate político
en otros lugares, no poseen allí
la fuerza suficiente. Por ello, los
mandatarios, ideólogos y revolu-
cionarios de todas las épocas
han mirado a la historia para
buscar ideas. En los debates po-
líticos sobre cuál es la dirección
que debe tomar Rusia, todo el
mundo mira hacia atrás para
adoptar una postura. Se abusa
de la historia, como hicieron en
su época Franco en España o
Hitler en Alemania. Los dictado-
res y los nacionalistas siempre
recurren a la historia para con-
centrar sus ideales patrióticos, y
Rusia encaja en ese patrón.
P. Destaca que a través de los
siglos dos elementos han mar-
cado a los dirigentes rusos: el
autoritarismo y la sacraliza-
ción. ¿Cómo se configuraron y
cómo se han mantenido hasta
hoy?
8 LALECTURA
Historia Los rusos tienen la conciencia
nacional de que deben defenderse de Occi-
dente y el Estado prohíbe otra visión histórica”
“Con la guerra, Rusia
quiere cortar todos los
nexos con Occidente”
Al calor del conflicto ucraniano, que desconcierta
y horroriza a Europa, el historiador Orlando Figes
nos traslada al núcleo de la cosmovisión rusa
del mundo, construida mediante manipulación
histórica, miedo heredado y fatalismo mesiánico
por ANDRÉS R. Al hablar de autoritarismo
SEOANE pensamos en los zares, pero es
algo anterior, un tipo de gobier-
fotografía no de corte asiático legado de
de DOLORES los mongoles, que gobernaron
IGLESIAS
buena parte de Rusia a finales
de la Edad Media. Los Románov
mantuvieron este Estado patri-
monial en el que el poder resi-
día sólo en el soberano. En ruso,
la palabra Estado (gosudartsvo)
viene de la palabra zar (gosu-
dar), porque éste gobernaba
Rusia como si fuera su casa, su
tierra. Otro tanto ocurre con el
tema religioso, que procede de
Bizancio y de esa idea clave de
que Moscú es la Tercera Roma.
La persona del zar era sagrada,
casi divina, y ahí nació ese culto
a la personalidad tan ruso que
después aprovecharon Lenin,
Stalin y ahora Putin.
P. En El baile de Natasha trata-
ba de explicar la existencia de
esa famosa «alma rusa» que
acuñó Gógol. ¿Qué engloba
ese concepto y qué representa
hoy en día para el ruso común?
R. Ese libro exploraba el mundo
cultural, no el político, la forma
de esta idea y este carácter ex-
presado en el mundo de las ar-
tes. En cierto sentido existe, y
en otro no es más que un este-
reotipo. Si hablas de esto con
ellos te dirán que son un pueblo
generoso, noble, expansivo, co-
mo podría ser un español o un
británico. Desde 1991 se ha
buscado esa identidad rusa por-
que se abrió un abismo identita-
rio. Con Putin se ha abandona-
do ese proyecto. Lo que predo-
mina ahora es la visión de una
historia controlada por el
Estado, que enarbola el concep-
to de «tenemos que defender-
nos de los occidentales porque
van a venir a subyugarnos». Y
esta idea lleva muchas genera-
ciones enseñándose en Rusia.
El infame ensayo que escribió
Putin [Sobre la unidad histórica
de rusos y ucranianos, publica-
do en julio de 2021] es una de-
claración histórica de guerra.
Todo lo que cuenta es un cliché
de las historias del siglo XIX. Es
una visión imperial de Rusia y
se alimenta de tradiciones que
para la población todavía pue-
den tener sentido. Por eso, si
preguntas en un pueblecito ru-
so si esta guerra es necesaria,
muchos te responderán que los
ucranianos también son rusos.
Es el lado de la experiencia so-
viética, porque Ucrania y Rusia,
en la URSS, eran casi gemelos
en su imaginario. Si a eso su-
mas las conexiones familiares
que tienen con los ucranianos,
se entiende que ellos sostengan
que Ucrania es suya.
P. Esa visión antioccidental a la
que alude es algo muy enraiza-
do en Rusia desde episodios
Miedo El legado crucial del estalinismo es un Putin Si desaparece surgirá otro líder que
miedo genético. Las olas de represión del Esta- mantendrá políticas similares o peores. No
do han inculcado la pasividad en la poblacion” encendería velas hasta ver quién lo sustituye”

como la invasión napoleónica,

la guerra de Crimea o la Se-
gunda Guerra Mundial. ¿Hasta
qué punto ese pasado marca el
antagonismo actual hacia Eu-
ropa?
R. Lo define completamente. In-
cluso desde antes. La idea de
que los eslavos han sido ataca-
dos desde Occidente y que ne-
cesitan defenderse para preser-
var el país forma parte de la
esencia de la historia de Rusia
desde Alexander Nevski, el
príncipe de la Rus de Kiev que
derrotó en el siglo XIII a los teu-
tones que «querían convertir
Rusia al catolicismo». No es ca-
sual que en la época soviética
Eisenstein rodara aquella famo-
sa película de propaganda que
vieron millones de personas. Es
el relato de la Rusia imperial
victoriosa que le han inculcado
a la gente. El zar Alejandro I hi-
zo lo mismo al expulsar a Napo-
león, Stalin al expulsar a los na-
zis y ahora Putin al expulsar a la
OTAN. Forma parte de la histo-
ria que los rusos aprenden en la
escuela: Occidente nos atacará,
intentará robarnos nuestra exis-
tencia nacional a menos que
nos defendamos. Es muy difícil
acabar con esa extendida con-
ciencia nacional, porque no hay
historiadores que cuestionen
esos mitos, el Estado los censu-
ra y persigue. Alrededor de es-
tas narrativas politizadas no
existe debate, están selladas.
P. Viajando hacia el presente, el
libro refleja la influencia del
comunismo. ¿Cómo repercute
todavía la ingeniería social so-
viética?
R. El estalinismo fue fundamen-
tal. Me atrevería a afirmar que
para explicar dónde están y qué
son hoy los rusos hay que refle-
xionar sobre el fracaso de Rusia
para lidiar con el estalinismo.
Los mecanismos coercitivos que
el poder ha institucionalizado
provienen de ese periodo. Lo
ves en las movilizaciones, cuan-
do la policía detiene a la gente
en la calle. Eso es estalinismo.
Pero, aparte de estos mecanis-
mos asumidos en las institucio-
nes, el elemento crucial que
queda del periodo estalinista es
el miedo genético. Ola tras ola

LALECTURA 9

entrevista
de represión del Estado ha in-
culcado la pasividad en la po-
blación. Cuando el Kremlin pa-
sa del verde al amarillo, la gen-
te retrocede, desaparece la
oposición, porque la gente toda-
vía conserva una memoria co-
lectiva de lo que sucedió con
Stalin. Las personas que lo vi-
vieron han transmitido ese mie-
do a sus hijos para protegerlos.
Lo curioso es que, en las en-
cuestas de los primeros años del
siglo XXI, la mayoría de los ru-
sos consideraba necesaria esa
represión, a pesar de las cifras
astronómicas de muertos. Este
es uno de los legados de Stalin.
El precio de la resistencia, de
salir a una calle con un cartel,
es enorme, así que lo más co-
mún es el silencio.
P. Atendiendo a esta amalgama
de elementos, ¿cuál es el perfil
de Putin, cómo definirlo?
R. Putin es monárquico, autócra-
ta, tiene elementos soviéticos y
se apoya en la Iglesia. Va cogien-
do de donde puede. Lo que he-
mos presenciado estos últimos
años es la preparación ideológi-
ca de una nación para la guerra.
Más que con Stalin, existe un
gran paralelismo entre él y Nico-
lás I, que ascendió al trono en
un momento de revoluciones
democráticas en Europa. Una de
las cosas que más aterran a Pu-
tin son las revoluciones actuales.
Por eso ha creado un Estado po-
licial potente y tecnologizado
que controla todo en el país. Ni-
colás I tenía una visión imperia-
lista y eslavófila: Rusia era un
«metapaís», no un imperio; Pu-
tin lo describe como un imperio
civilizacionista, donde el núcleo
es Rusia. Nicolás I se enfrentó a
todo Occidente para defender
Rusia y perdió en Crimea. Vere-
mos qué pasa con Putin.
P. Esto nos lleva a la guerra ac-
tual. ¿Cómo es vista en Rusia?
R. En el país se está viviendo un
punto de inflexión en ese deba-
te secular entre la Rusia eslava
y la Rusia occidental. Esta gue-
rra es una declaración para cor-
tar todos los nexos con Occi-
dente. Los propagandistas de
Putin se lo han dejado claro a
los rusos. Olvidaos del consu-
mismo y de veranear en la Tos-
10 LALECTURA
Occidente ha sido muy ignorante al seguir
interpretando a Rusia bajo los esquemas de la
Guerra Fría y negarle la entrada en la OTAN”
cana, si te quieres ir de vacacio-
nes, te vas a Crimea. Esta gue-
rra va a llevar al aislamiento de
Rusia respecto a Occidente, pe-
ro están dispuestos a afrontarlo.
Están preparados para una
existencia en Eurasia, volverse
hacia Pakistán, Irán, China...
Putin ha hecho números para
ser el proveedor de combustible
de China, para vivir sin Europa,
y si Rusia va a asumir esa idea,
tiene que volver a ese lenguaje
antioccidental, al colonialismo,
al imperialismo.
P. Vista la marcha del conflicto,
¿cómo ha errado tanto el cál-
culo y está estancado en el
avispero que es hoy Ucrania?
R. Parece un error tremendo,
cierto. Me imagino que los mili-
tares se lo habrán advertido. Es-
tamos hablando de un territorio
para el que se necesitan 150.000
soldados. Putin ha pasado mu-
cho tiempo encerrado por covid
y quizá leyó, muy mal leídos, un
montón de libros de historia y le
ha salido la idea de corregir a la
historia… Lo que diferencia a
Putin de Stalin es que Putin es
un autócrata. Stalin tenía un po-
litburó y lo escuchaba, aunque
después fuera él quien tomara
la decisión final y esa fuera irre-
vocable. Pero su método era es-
cuchar a todo el mundo. Putin
ha decidido todo por su cuenta,
sin escuchar a nadie, y es posi-
ble que en el futuro los historia-
dores concluyan que la guerra
fue el error de un solo hombre.
P. ¿Una posible salida a la gue-
rra sería la desaparición de ese
único actor principal?
R. No lo veo así. Si Putin desa-
parece o muere, surgirá otro lí-
der que mantendrá políticas si-
milares. Yo no encendería velas
para sustituir a Putin hasta que
no sepamos quién puede venir
después de él. El problema de
Rusia, y la razón por la que es
una autocracia, es porque las
instituciones son débiles. ¿Dón-
de están los partidos y los parla-
mentos? El tejido democrático
no existe de manera indepen-
diente o está debilitado. Puede
haber democracia si desaparece
Putin, pero es posible que, en
unas elecciones, los rusos vota-
ran a otro Putin o al mismo Pu-
tin, como los americanos a
Trump. La democracia no ga-
rantiza que no tengamos un dic-
tador o un demagogo. Se nece-
sitaría una revolución para lle-
var la democracia a Rusia. Y
podría haber una revolución.
No es que tenga esperanzas en
eso. De hecho, hasta me asusta-
ría esa perspectiva porque sería
una revolución que nacería de
ORLANDO un colapso militar en el frente,
FIGES de una revolución de los milita-
LA HISTORIA res de a pie, y si llegara a suce-
DE RUSIA
Trad. de María der eso sería peor que la Revo-
Serrano Giménez. lución rusa, porque hay arma-
Taurus. 480 mento nuclear.
páginas. 24,90 E P. Hacia el final del libro apun-
Ebook: 11,99 E ta que Occidente no ha tratado
de forma justa a Rusia después
de 1991. ¿Está aquí el germen
de esta guerra?
LA GUERRA R. Haría falta entender que los
DE LAS
rusos todavía son víctimas, por-
ESTATUAS
que también se está destruyen-
En 2016 se do su futuro. No tenemos que
inauguró en el destruir la cultura rusa. Haga-
Kremlin una mos lo posible para ayudar a los
estatua de
Vladímir, rusos de a pie. Ucrania, Georgia
primer y otros tienen tradiciones de Es-
gobernante de tado nación, aunque el caso
la Rus de Kiev ucraniano es más problemático,
(entre 980 y a las que se agarraron tras la
1015) conver- caída de la URSS. Pero los ru-
tido al cristia- sos no pueden decir: «No somos
nismo. Una rusos», aunque sean víctimas
forma sutil de
reivindicar la del sistema soviético. Han here-
herencia dado eso y Occidente ha sido
común de muy ignorante al interpretar a
Rusia, Bielorru- Rusia bajo los paradigmas de la
sia y Ucrania. Guerra Fría. En lugar de atraer
Pero en Kiev, a Rusia y verla como una vícti-
otra estatua de ma de la URSS, igual que hici-
Vladímir mos con Polonia y los demás
construida en países, se la dejó fuera. La
1853 se había
convertido tras OTAN es una alianza legítima,
la caída de la pero también es una alianza
URSS en contra Rusia. La misma Rusia
símbolo de su pidió incorporarse a la OTAN,
independencia, pero se le dijo que eso nunca
por lo que la ocurriría, y ese fue el gran error.
iniciativa rusa Ahora todo ha explotado con
causó indigna- Putin como el malo malísimo,
ción. Tanto más
cuando se supo pero en Rusia hay un espectro
que la estatua de la población que sostiene la
rusa tenía un opinión de que se trataba mal a
metro más de Rusia. Hasta el mismo Gorba-
altura que la chov apoyó la anexión de Cri-
ucraniana mea. Eso sí, los rusos tenían
buena parte de razón hasta que
entraron en guerra: la razón no
te da derecho a ponerte a
disparar a tus vecinos.
 la deriva rusa
“Sin un Estado honesto,
Rusia no será viable”
Aleksandr
Sokurov no
tiene demasiadas
esperanzas de que
Putin dé marcha
atrás y augura una
“catástrofe” en Rusia.
El cineasta acaba
de presentar en el
Festival de Sevilla su
película ‘Fairytale’
por FRANCISCO Solo cinco per-
CAMERO sonas han visto
hasta ahora en
Rusia, en pase privado, la pelí-
cula Fairytale, entre ellas Nata-
lia Svetlova, la viuda de Solzhe-
nitsyn, autor de Archipiélago
Gulag. Muchas más pudieron
hacerlo en el recientemente
clausurado Festival de Sevilla,
donde Aleksandr Sokurov
(Irkutsk, 1951) se dio un respi-
ro del ambiente viciado de su
país para presentar este filme
entre el videoarte y la profecía
12 LALECTURA
[ Entre el videoarte y la profecía fatalista A medio
camino entre la sátira política y el cuento de hadas
(que da nombre al título), la más reciente película de
Alexandr Sokurov es una alegoría sobre el poder. Las
fatalista. Revividos mediante
técnicas deep fake, Hitler, Sta-
lin y Mussolini, junto a otras fi-
guras históricas como Chur-
chill o el mismísimo Jesucristo,
habitan un desasosegante lim-
bo piranesiano mientras mur-
muran una cháchara a veces
banal y, a ráfagas, escalofrian-
te. Abajo, muy lejos, multitudes
sin rostro vagan entre ruinas.
«Me preocupa lo que hace con
las personas la posesión de un
enorme poder», dice el cineas-
ta, que ya dedicó a este asunto
la demoledora tetralogía com-
puesta por Moloch (sobre
Hitler, triunfadora en Cannes),
Taurus (Lenin), El Sol (Hirohi-
to) y Fausto, con la que ganó el
León de Oro en Venecia.
Con la guerra de Ucrania co-
mo telón de fondo, Sokurov só-
lo se permite una sonrisa
–amarga– durante la charla, al
animar a los líderes a hablar
«hasta que se mueran, si es ne-
cesario. Pero sólo ellos. Ni un
civil ni un soldado más». «Es
una desgracia, pero la peor par-
te será para Rusia. La derrota
será una catástrofe para mi
país», afirma el cineasta, cuyo
padre, militar, procedía de una
familia ucraniana.
Sokurov define Rusia como
un «cuartel gigantesco». Pero
no se plantea marcharse. «Vol-
veré tranquilo a mi casa, en San
Petersburgo», dice cuando es
cuestionado por la asfixia im-
puesta por el régimen de Vladi-
mir Putin a las voces críticas,
aunque admite que sus amigos
se sorprenden: «Ah, ¿todavía
estás libre?». «El presidente sa-
be que discrepo, he tenido va-
rios encuentros con él y hemos
coincidido en actos públicos y
la relación siem-
ARRIBA Y A
LA IZDA.
pre ha sido con-
ESCENAS flictiva. Le he
DEL FILME preguntado por
‘FAIRYTALE’,
DE
la represión, por
SOKUROV qué la oposición
está en la cárcel
o fuera del país, pero nunca tu-
ve respuesta. Ninguna teoría
política puede validarse con ins-
trumentos bélicos. La política
apela a una dimensión amoral
del ser humano», dice el autor
de El arca rusa.
Con Fairytale ha querido
mostrar «el verdadero carácter»
de los líderes más infaustos del
siglo XX, averiguar «qué había
tras sus máscaras». Para ello,
investigó «todo aquello que di-
jeron antes de subir al Olimpo
de la política». Porque «estos
personajes levantarán otra vez
a millones de personas, y en-
tonces todo comenzará de nue-
vo», dice, convencido de que las
brasas de las ideas que encar-
naban Hitler, Stalin o Mussolini
pueden incendiar otra vez el
imágenes de archivo sobre fondos animados permiten creció leyendo a los clásicos rusos y europeos, y estu-
que Hitler, Stalin, Mussolini, Churchill e incluso dió Historia ante de dedicarse al cine. En sus compli-
Napoleón se mueven por arquitecturas oníricas. cadas relaciones con el régimen soviético, y en su vida,
Nacido en Siberia, en una familia humilde, Sokurov siempre ha aplicado una máxima: “No temas nada”

mundo. «Nadie parece entender
el cataclismo al que nos dirigi-
mos». «La complejidad del tota-
litarismo», añade, «radica en
que el pueblo se convierte en
cómplice».
Apelar a los líderes. Ante «la
corrosión de los principios de-
mocráticos», y «la gigantesca
agresividad» en las opiniones
en todo el mundo, Aleksandr
Sokurov defiende el ejercicio
de formular a los dirigentes po-
líticos «una pregunta muy an-
tigua: ¿quién eres?».
Una cuestión difícil de con-
testar cuando se refiere a Pu-
tin. «Lleva años estudiando a
fondo, siempre desde su punto
de vista, la Historia de Rusia y
Europa. Pero haber leído mu-
cho no implica haber entendi-
do. Y yo no sé cómo convencer
a este hombre de que está gra-
vemente confundido», musita.
«No conozco el entorno cerca-
no de Putin, pero no creo que
haya en él nadie que pueda ha-
blar con el presidente de ma-
nera tajante. Ojalá esa gente
exista, pero la esperanza es ca-
da vez más irrisoria», afirma el
director de Madre e hijo, que
alberga los peores presagios.
«Lo que está pasando hoy pue-
de ser un juego de niños en
vista de lo que puede suceder.
Tienen razón quienes temen
una guerra civil en Rusia, o
una nueva guerra en el Cáuca-
so, o una revolución islámica
en nuestro territorio, incluso la
desintegración del país. Sin un
Estado honesto, eficaz y demo-
crático, Rusia dejará de ser via-
ble. La gente se olvida de las
dificultades que implica gestio-
nar un país con diez franjas
horarias».
Educado en Educado sentimentalmente
la tradición en la vieja tradición europea
europea, se –«Dickens, Flaubert o Balzac
muestra sin son para mí más importantes
embargo algo que cualquier cineasta»– ase-
dolido con gura sentirse también dolido
Europa: con Europa. «No siempre ha
“Siento que habido un respeto mutuo, esto
tampoco también hay que decirlo, y no
quiere la paz” estoy defendiendo a nadie, pe-
ro a veces siento que Europa
tampoco quiere la paz».
“No sé cómo Embargado por una concien-
convencer cia trágica, Sokurov cree que el
a Putin de mundo está «moralmente en-
que está fermo». «Hay demasiadas per-
gravemente
sonas que han cometido ho-
confundido:
rrendos crímenes y están segu-
haber leído no
ras de tener la razón. No
significa haber
estamos en una situación deses-
entendido”
perada, no todo está perdido»,
haciendo un esfuerzo por atis-
bar luz en el presente, aunque
–como en su filme– cuesta
intuirla entre la bruma.

LALECTURA 13
 la deriva rusa [ Desde la ficción Además de con ensayos, es pertinente
acercarse a la realidad rusa con novelas como ‘La
particular memoria de Rosa Masur’, de Vladimir Vertlib,
y ‘En memoria de la memoria’, de Maria Stepánova

10 LIBROS PARA COMPRENDER LA RUSIA ACTUAL

por A. SEOANE

MARK GALEOTTI UNA HISTORIA BREVE DE RUSIA DARRYL CUNNINGHAM LA RUSIA DE PUTIN
Trad. de Francisco Herreros. Capitán Swing. 184 pp. 17 E Trad. de Rubén Lardín. Astiberri. 160 páginas. 16 E

Desde el revelador subtítulo de la edición
original en inglés: Cómo la nación más gran-
de del mundo se inventó a sí misma, este en-
sayo del historiador británico, jefe de depar-
tamento en la Universidad de Keele, explo-
ra cómo una y otra vez desde los orígenes de
Rusia los gobernantes han reinterpretado y
readaptado el pasado para construir el futuro que desea-
ban, normalmente hurgando en los mitos culturales y po-
líticos y en los símbolos que necesitaban para adecuar su
«historia oficial» a la ortodoxia dominante del momento.
A caballo entre una biografía del líder ruso y
del propio país en estas dos décadas, el
cómic de Darryl Cunningham combina
estampas de Putin como un matón de cole-
gio en el Leningrado soviético con recreacio-
nes de los tejemanejes rusos en las guerras
de Siria y Georgia o su implicación en los
asesinatos de personajes como el político Borís Nemtsov o
la periodista Anna Politkóvskaya. Un cuento de terror muy
real en el que caben tramas de espionaje, guerras, críme-
nes políticos, terrorismo, ciberataques y corrupción.

WITOLD SZABLOWSKI RUSIA ANTONY BEEVOR RUSIA. CATHERINE BELTON

DESDE LA COCINA Traducción de
A. Murcia y K. Moloniewicz. Oberon.
360 páginas. 23,95 E Ebook: 11,99 E
¿Por qué Putin se in-
ventó el mito de su
abuelo, Spiridón, coci-
nero de las élites zaris-
tas y soviéticas? ¿Cuál
fue el menú de la cena
que selló la desinte-
gración de la Unión Soviética? ¿Por
qué Brézhnev odiaba el caviar? Sza-
blowski, autor del impagable Los
osos que bailan, demuestra que los
delirios y entretelas de un imperio se
pueden explicar desde sus fogones.
REVOLUCIÓN Y GUERRA CIVIL
Traducción de Gonzalo García. Crítica.
680 páginas. 25,90 E Ebook: 12,99 E
Uno de los periodos
clave para entender la
Rusia soviética y ac-
tual son los años de la
Revolución y la cruen-
ta guerra civil que
asoló el antiguo impe-
rio zarista. Con rigor y pulso narra-
tivo, Beevor despliega ante el lector
un complejo y caleidoscópico mo-
saico que salta de voz en voz, fruto
de varias décadas de trabajo y de vi-
sitas a múltiples archivos.
LOS HOMBRES DE PUTIN
Trad. de Juanjo Estrella. Península.
928 páginas. 27,90 E Ebook: 10,99 E
Periodismo de investi-
gación del bueno, ce-
lebrado por la más
exigente prensa britá-
nica, este ensayo re-
coge la historia inédi-
ta de cómo Vladímir
Putin y su círculo íntimo, formado
principalmente por miembros del
KGB, fueron haciéndose con el con-
trol de las grandes empresas y as-
cendiendo al poder durante el caos
originado tras la caída de la URSS.

SVETLANA ALEKSIÉVICH EL FIN DEL ‘HOMO SOVIE- MASHA GESSEN EL FUTURO ES HISTORIA
TICUS’ Trad. de Jorge Ferrer. Acantilado. 656 pp. 25 E Traducción de José Adrián Vitier. Turner. 602 páginas. 26,90 E

Publicado al calor del Nobel concedido a la
periodista y escritora bielorrusa en 2015, es-
te libro es un clásico contemporáneo a la ho-
ra de abordar uno de los cambios de entor-
no social más rápidos de los últimos tiem-
pos: la desaparición de las instituciones y los
modos de vida de la Unión Soviética, que,
como hacen patente las muchas entrevistas recogidas en
el volumen, dejó a huérfanos a unos ciudadanos sometidos
a un poder absoluto que les ofrecía seguridad económica
y emocional, lo que explica la «nostalgia soviética».
Tras publicar en 2013 El hombre sin rostro,
un descarnado análisis de la figura de Putin,
la periodista y activista Masha Gessen ahon-
dó en los traumas políticos de su país natal
en este preclaro y duro ensayo en el que es-
cribía: «Durante las últimas décadas hemos
asistido a la muerte de una democracia que
nunca llegó a serlo. Los ciudadanos rusos han estado per-
diendo derechos y libertades y, desde 2012, han sufrido
una represión política abierta. Mientras, en el exterior, Ru-
sia se embarcaba en nuevos conflictos». Todavía era 2017.

ERIKA FATLAND LA FRONTERA. ORLANDO FIGES KARL SCHLÖGEL

UN VIAJE ALREDEDOR DE RUSIA EL BAILE DE NATASHA EL SIGLO SOVIÉTICO
Trad. de Carmen Freixanet. Tusquets. Trad. de Eduardo Hojman. Taurus. Trad. de Paula Aguiriano. Galaxia
656 páginas. 25 E Ebook: 10,99 E 736 páginas. 35,90 E Ebook: 12,99 E Gutenberg. 928 páginas. 45 E
Con una frontera te- Utilizando como me- Auténtica arqueología
rrestre que abarca 16 táfora una sencilla es- de un mundo perdido,
países a lo largo de cena de Guerra y paz, como reza el subtítu-
20.000 kilómetros, Orlando Figes explora lo, este compendio de
Rusia está acostum- con el maravilloso ta- ensayos de Schlögel,
brada a tener relacio- lento narrativo que le uno de los grandes
nes de todo tipo con caracteriza las tensas historiadores de Euro-
sus vecinos. La autora noruega reco- y contradictorias fuerzas culturales pa oriental, recorre los hitos y ele-
rre todos esos lugares y narra la tur- que dieron forma a lo que hoy cono- mentos constitutivos de la civiliza-
bulenta historia de estas naciones, cemos como cultura rusa, recorrien- ción comunista, de la inauguración
cuya cercanía a este poderoso impe- do las vidas y obras de sus grandes de las megaconstrucciones a la
rio ha dejado una huella indeleble. creadores de todas las disciplinas. apertura de las fosas del estalinismo.

14 LALECTURA
 perfiles
HETERODOXOS
LATINOAMERICANOS
por Ricardo
Cayuela Gally
Julio Ramón
Ribeyro
El inmortal
fracaso
El Boom fue un fenómeno editorial y
mediático que permitió, sin un plan
establecido y sujeto a mil y un azares,
a un grupo pequeño de narradores la-
tinoamericanos vivir de escribir. El
tándem Barral-Balcells desde Barcelo-
na sirvió de trampolín para que Mario
Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Gabriel
García Márquez fuesen leídos en todo
el orbe hispano y, traducidos al ale-
mán, francés, italiano e inglés, forma-
ran parte de la conversación mundial,
algo que sólo había conseguido Octa-
vio Paz.
Para los autores de esa generación
que se quedaron en los márgenes –Sal-
vador Elizondo, Manuel Puig, Jorge
Ibargüengoitia, Juan Carlos Onetti–, el
éxito ajeno fue una herida, reconocida
o no, con la que tuvieron que lidiar. In-
cluso para los que formaron parte del
cenáculo pero no tuvieron el mismo
impacto, como José Donoso, fue un te-
ma obsesivo.
También lo fue para Julio Ramón Ri-
beyro (Lima, 1929-1994), aunque siem-
pre matizado por la ironía y el despre-
cio por la fama. En una entrada de su
diario anota: «El Perú que yo represen-
to no es el Perú que ellos imaginan o se
representan: no hay indios o hay po-
cos, no ocurren cosas maravillosas o
insólitas, el color local está ausente, fal-
ta lo barroco o el delirio verbal». Ri-
beyro no hacía literatura for export.
¿Cuál es, entonces, el Perú de Ri-
beyro? Es el de la cruda realidad coti-
diana, al margen de la Historia, pobla-
da de sombras, de marginales que sue-
len resolver la humillación y el
resentimiento a través de la violencia.
Ese es el secreto leitmotiv de casi todos
los cuentos de Los gallinazos sin plu-
mas o de Tres historias sublevantes.
En un breve texto crítico de juventud
(Lima, ciudad sin novela, 1953) Ri-
beyro se lamentaba de que Lima no tu-
viera, a diferencia de las capitales eu-
ropeas y algunas latinoamericanas,
una novela que la representara. Para-
dójicamente serían los miembros de su
generación, amigos hasta que la políti-
ca los separara, quienes cumplieran
ese propósito. Luis Loayza desde el en-
sayo (El sol de Lima), Bryce Echenique
desde la burla de las pretensiones aris-
tocráticas de los ricachones y Vargas
Llosa en obras universales como La
ciudad y los perros o Conversación en
La Catedral.
La Lima de Ribeyro es la nostálgica
de su infancia, antes de que el progre-
so mal entendido la destruyera. Pien-
so en el cuento Los eucaliptos y en la
novela Los geniecillos dominicales,
textos que apenas enmascaran la vida
del autor. Una Lima detenida en el
tiempo, reflejo de la ausencia de su au-
JULIO RAMÓN RIBEYRO, EN PARÍS EN LOS SESENTA.
tor desde 1951, cuando deja su ciudad
natal por una beca de estudios en Ma-
drid y a la que no regresará sino un
lustro antes de morir.
Fumador empedernido que hizo de
su adicción un género, creador de un li-
bro inclasificable sobre el desarraigo
(Prosas apátridas) y de un personaje,
Luder, que habla en aforismos lúcidos,
la posteridad literaria de Ribeyro está
asegurada como cuentista clásico, fiel
al decálogo de normas que exige ese
género al alcance de muy pocos.
En otra entrada de su diario, Ribeyro
se lamenta: «Todos o casi todos los es-
critores de mi generación han escrito
un gran libro narrativo que condensa
su saber, su experiencia, su técnica, su
concepción del mundo y la literatura.
Vargas Llosa, La casa verde; Roa Bas-
tos, Yo el supremo; Carlos Fuentes, Te-
rra nostra; Goytisolo, Recuento; García
Márquez, Cien años de soledad; Dono-
so, El obsceno pájaro de la noche, etc.
Sólo yo no he producido un libro equi-
valente y a los 48 años no creo que lo
pueda producir».
La gran paradoja es que ese libro
que resume el saber que celebraba Ri-
beyro en los otros, el volumen que con-
desa una experiencia del mundo –una
variopinta errancia por Amberes, Ber-
lín, Múnich y París–, hecha de escepti-
cismo, ironía, timidez, amor al oficio; el
título, en fin, que reúne su concepción
del mundo, un lugar inhóspito y duro
en el que hay que sufrir para sobrevivir
y cuyo único remanso es el drama del
amor, el olor del tabaco y la salvación
del arte, la obra que demuestra toda
sus lecturas, que lo hacen transitar co-
mo un oriundo por el país de la litera-
tura francesa, es justamente su diario.
La tentación del fracaso, publicado
parcialmente por el tonto celo de la fa-
milia, es el conejo en la chistera a tra-
vés del cual Ribeyro se desplaza
del margen al centro del canon.
LALECTURA 15
 historia
juan ajuriaguerra,
a la izqda., con josé
antonio aguirre.
FUNDACIÓN SABINO ARANA
por REBECA Obras de arte, jo
YANKE yas, oro, plata, bi-
lletes, valores... Un
total de 6.498.000.000 pesetas del
año 1937 en España salieron de
Bilbao por mar, en distintos bar-
cos, un mes antes de que la ciu-
dad fuera tomada por las tropas
franquistas en la Guerra Civil. Eran
miles de cajas que contenían el
patrimonio «incautado por el Go-
bierno Provisional de Euskadi»,
relata el historiador Julen Leza-
miz. Un tesoro desaparecido en
buena parte, «como el resto de in-
cautaciones cometidas por la Re-
pública, incluido el oro traslada-
do a la URSS».
Si del oro de Moscú hay abun-
dantes referencias, del oro del
PNV se sabía muy poco, al menos
hasta 2016, cuando Lezamiz con-
cluye la tesis (inédita) Patrimonio
bancario y artístico cultural vas-
co durante la Guerra Civil espa-
ñola, incautaciones, evacuacio-
nes, embargos y pleitos en la Uni-
versidad del País Vasco, a la que
ha tenido acceso La Lectura. He-
chos que confirma el también
historiador bilbaíno Carlos Ola-
zábal, que sostiene que «cuando
16 LALECTURA
{ La historia del primer barco Navegando en convoy con el
trasatlántico ‘Habana’ –que transporta a 4.000 niños
evacuados con destino a South Hampton–, a las seis de la
madrugada del 20 al 21 de mayo de 1937, el mercante ‘Joyce
El oro del
PNV, la
incautación
desconocida
de 1937
Un mes antes de que las tropas
franquistas entraran en Bilbao,
el Gobierno Vasco sacó
de España un patrimonio
bancario y artístico valorado
en casi siete mil millones
de pesetas de entonces
entraron los nacionales, no había
nada en los bancos vascos».
Después de años buceando en
los Archivos del Nacionalismo de
la Fundación Sabino Arana, Julen
Lezamiz descubrió un informe de
la Fiscalía republicana para de-
purar responsabilidades por la
pérdida del Frente Norte durante
la Guerra Civil. Un documento en
francés llamó su atención: «Índi-
ce de obras de arte trasladadas a
Francia y devueltas a sus propie-
tarios». Era una lista de objetos
pertenecientes a museos y enti-
dades de Bilbao que habían sido
evacuados de esta ciudad por el
Gobierno vasco en 1937. Y tiró
del hilo hasta dar con un colosal
vaciado patrimonial.
El origen de la historia se re-
monta al 23 de septiembre de
1936, dos meses después de la
sublevación franquista. El Go-
bierno republicano decide centra-
lizar toda la riqueza mueble
creando por decreto del Ministe-
rio de Hacienda un organismo, la
Caja de Reparaciones, que tenía
entre sus funciones «la de recibir
toda clase de bienes procedentes
de incautaciones por parte de los
 Lewelyn’ sale de Bilbao. En la ciudad inglesa es escoltado por la
Marina británica y, ya en aguas internacionales y lejos de la flota de
los nacionales, se dirige al puerto francés de La Rochelle, donde llega
con un nuevo nombre, el irónico ‘Seabank’, repleto de oro vasco

gobernadores civiles y de los co-
mités provinciales del Frente Po-
pular». Pero, dice Lezamiz, la Ca-
ja de Reparaciones no tuvo «nin-
gún control en el País Vasco»,
donde en octubre de 1936 se
constituye el Gobierno Provisio-
nal Vasco bajo la presidencia de
José Antonio Aguirre. Lezamiz
recoge en su tesis una frase muy
significativa, dicha por el conce-
jal del PNV Ambrosio Garbisu:
«Todo el Gobierno vasco es hoy
Hacienda, y Hacienda, ante todo
y sobre todo, es nacionalista y co-
mo nacionalista procede». Mien-
tras, las Juntas de Defensa de
Vizcaya y de Guipúzcoa se incau-
tan de bienes «tanto de personas
jurídicas como naturales involu-
cradas en el alzamiento».
La guerra avanza. El bloqueo
franquista al Frente Norte da pro-
tagonismo a los Blockade run-
ners, mercantes extranjeros, en
su mayoría británicos, que burla-
ban los controles y abastecían al
bando republicano, y que ten-
drían un papel decisivo en la sali-
da del tesoro.
En mayo de 1937, ante el avan-
ce de las tropas franquistas, se
suceden jornadas «trepidantes»
en el seno del Partido Nacionalis-
ta Vasco (PNV), que busca la ma-
nera de negociar la rendición de
Bilbao. «El 5 de mayo, el lehenda-
kari Aguirre toma el mando del
Ejército de Euskadi y el 6 y el 7,
el Vaticano ejerce de intermedia-
rio entre Franco y el PNV», cuen-
ta el historiador Carlos Olazabal.
El 20 de mayo, «en casa del fun-
EL VATICANO dador de Acción Nacionalista
Y EL PNV Vasca, Anacleto Ortueta, se reú-
Dada su nen los jefes de los batallones Gor-
condición dexola, Aristimuño e Itxarkun-
católica, el dia», que no ven más salida que
PNV confió en
el Papa Pío XI la rendición. Esa misma noche,
para una «Jose Antonio Aguirre y Juan de
eventual Ajuriaguerra, a la cabeza del Go-
rendición de bierno, deciden extraer toda la ri-
Bilbao. Este queza de Vizcaya y Guipúzcoa
consigue depositada en sus bancos con
ciertas destino al extranjero».
garantías de Acababan de poner en marcha
los generales
Franco y Mola un expolio del patrimonio que so-
que transmite lo regresaría, y no completo, a lo
a José Antonio largo de la década de los 40. El 21
Aguirre de mayo de 1937, «las autorida-
ARRIBA, LOS
BARCOS. ABAJO, des del Gobierno vasco ordena-
MARCOS QUE NO ban cargar a bordo del Joyce
LLEGARON A Lewelyn, con destino teórico el
ABANDONAR
BILBAO EN 1937. Levante español, 7.293 cajas con
el oro de todos los bancos de Viz-
caya, de Guipúzcoa y de sus su-
cursales del Banco de España».
Al día siguiente llega al puerto de
La Rochelle, cambia su nombre
por Seabank y al capitán se le or-
dena esperar. El 12 de junio, otras
2.065 cajas embarcaban en el
Thurston y llegaban también a La
Rochelle. En la madrugada del
13, el Thorpeball zarpa desde Bil-
bao hasta Burdeos con 30 cajas
de joyas y alhajas y, el 16, la car-
ga del Thurston era trasladada al
Seabank, acogiendo éste en sus
bodegas 9.538 cajas con los ar-
chivos del Gobierno del PNV, oro
y fondos que «estuvieron a punto
de desaparecer en el mercado in-
ternacional», dice Olazábal.
En junio del 37, tras el pacto de
Santoña, Bilbao pasa a manos de
los sublevados y un mes
después «el registrador
de la propiedad Nicolás
Vicario denuncia al Go-
bierno Provisional Vasco
por el expolio y traslado
al extranjero de casi
diez mil millones de pe-
setas», cuenta Julen Le-
ARCHIVO DE JULEN LEZAMIZ
zamiz. «Al mismo tiem-
po, los bancos españoles
solicitan al Tribunal Ci-
vil de La Rochelle el em-
bargo de las cajas de los
barcos». «Tras la victoria
de los nacionales, la jus-
ticia francesa dicta sen-
tencias favorables a Franco y, en
agosto de 1939, el patrimonio
vasco comienza a regresar a Bil-
bao». Parte de la riqueza incauta-
da había sido trasladada Francia
y Holanda y fue objeto de ulterio-
res embargos y pleitos derivados
de las denuncias interna-
cionales.

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LALECTURA 17
los LAS NOVELAS
CABALLO
SEA LA NOCHE

Libros
DE ÉXITO DE LA
los narradores GENERACION
ALEJANDRO MORELLÓN
del presente ‘MILLENNIAL’
Candaya. 96 páginas. 13 E

La edad del capitán, durez. En cualquier caso, la es-

critura de una novela original,
además de talento para el len-
guaje y el punto de vista, requie-

un panorama re de cierto fondo de experien-

cias (propias o interiorizadas a
través de la lectura), así que lo
habitual es que los autores de

generacional de la
narrativa comiencen a abrirse
paso cuando rondan los 30 años.
Una edad en la que, a cualquie-
ra, le da por recapitular.

literatura española
Recurriendo a Ortega y Gas-
set para esquivar la palabra mal-
dita –millennials–, diremos que
en esta aproximación nos ocu-
pan aquellos autores en su «ini-
La llegada de internet y la crisis marcaron a toda una ciación», es decir, entre los 30
y los 45 años. Consideraremos
generación de escritores que alcanzan ahora su a los nacidos, año arriba, año
madurez creativa. Auscultamos las inquietudes, afanes abajo, entre 1980 y 1995, es
decir, a escritores formados
y creaciones de los jóvenes narradores para poder durante la universalización de
conocer un poco mejor el mundo contemporáneo internet y cuya adolescencia
transcurrió antes o durante la
crisis económica de 2008. Es-
Cuando uno llega a los 30 años juventud. Los novelistas, de com- por ENRIQUE tos factores –la red y la crisis–
–escribió la poeta austriaca In- bustión más lenta, producen sus REY VÁZQUEZ atraviesan sus biografías y pue-
geborg Bachmann– descubre obras más notables cuando ya den servir para explicar algunas
dentro de sí la facultad de re- «no tienen derecho a hacerse ausencias (por ejemplo, la de
cordar. Con excepciones, los pasar por jóvenes» (de nuevo manifiestos o retratos de gru-
poetas, como los matemáticos, Bachmann), por más que el mer- po, tan habituales entre las Gen-
consumen la mejor parte de su cado vaya a imponer ciertas tes del 98: hoy en día las
inspiración durante su primera poses hasta bien entrada la ma- afinidades y enemis-

ALEJANDRO RUBÉN
MORELLÓN MARTÍN
GIRÁLDEZ

ANA IRIS
SIMÓN

SABINA
URRACA

18 LALECTURA
 FERIA
ANA IRIS SIMÓN
Círculo de Tiza.
232 páginas. 21 E
tades deben rastrearse en las
redes sociales y ciertos movi-
mientos de sístole y diástole
(desde la literatura responsable
y el compromiso colectivo al
compromiso –terapéutico y
solipsista– con uno mismo).
Mirar hacia uno mismo. La
literatura permite «profundizar
en la vida» (Proust) o es «un la-
boratorio de nuevas maneras
de pensar y sentir» (Musil, al-
go menos idealista). Y, después
de años de promesas y pasa-
tiempos virtuales, por fin es po-
sible llenar una estantería Billy
–más que un icono, los muebles
de IKEA serán una marca estra-
tigráfica para los arqueólogos
del futuro– con la producción
explícitamente literaria de quie-
nes hasta hace poco fueron, se-
gún Ernesto Castro, «los
desobrados». Ha llegado el mo-
mento de comprobar hasta dón-
de llegan sus sondeos o cuáles
son sus experimentos favoritos.
Es una receta muy antigua:
sabiendo qué les pica a los es-
critores jóvenes sabremos más
del mundo que, no sin conflic-
to –cada generación trata de eli-
minar a la anterior, como nos
ELISA
VICTORIA
CRISTINA
MORALES
EL EVANGELIO
ELISA VICTORIA
Blackie Books.
312 páginas. 22 E
recuerda, machaconamente, la
evolución de la música pop–,
comparten con sus coetáneos.
En primer lugar, parece que
ahora el cosmopolitismo ha sal-
tado desde el interior de las no-
velas –los argumentos– hasta
sus solapas –las notas biográfi-
cas– porque, si bien los nóveles
llegan, más que nunca, avala-
dos por másteres, estancias y
becas en el extranjero, de un
tiempo a esta parte se conside-
ra de mal gusto –un alarde de
distinción innecesario– escribir
sobre ambientes académicos o
sobre disciplinas «elitistas» (el
arte contemporáneo o la músi-
ca independiente que tanto apro-
vechan todavía a Agustín Fer-
nández Mallo y otros coetáneos).
Por otro lado, una vez supe-
rado el «decenio populista»
(2011-2021) sin su «gran nove-
la» (aunque cuente con nota-
bles aproximaciones como las
emprendidas por autores como
Isaac Rosa o Belén Gopegui),
no será esta generación la que
vuelva la vista hacia un pasado
–movilizaciones y política– tan
reciente como fosilizado. La
mirada, entonces, se repliega
hacia uno mismo (cuando la
JUAN GÓMEZ
BÁRCENA
LO DEMÁS ES AIRE
JUAN GÓMEZ BÁRCENA
Seix Barral.
544 páginas. 21,90 E
Pese a que los catarsis colectiva ha resultado
nóveles llegan imposible o contraproducente,
avalados, más queda explorar la intimidad) o
que nunca, por hacia el entorno inmediato (la
másteres se familia, el pueblo o el barrio).
considera de Eso sí, es destacable que para
mal gusto cada enfoque local se percibe
escribir sobre la influencia de ciertos manda-
ambientes tos morales de difusión global.
académicos La primera grieta entre compa-
ñeros se abrirá entre los inte-
La mirada se grados, en ocasiones alecciona-
repliega hacia dores (preocupados por resti-
uno mismo o tuir algunas de las cosas que la
hacia el Modernidad arrebató con vio-
entorno lencia), y los defensores, por
inmediato encima de otras responsabili-
(la familia, dades, del derecho a disentir o
el pueblo de la libertad de expresión.
o el barrio)
Una nueva picaresca. El es-
critor y crítico Vicente Luis
Entre los
Mora, en La huida de la imagi-
límites del
nación, llama «entorno defen-
lenguaje y
sivo» a muchos de los espacios
del poder se
en que se desarrollan la auto-
colocan las
ficción o la literatura confesio-
propuestas de
nal. Como era de esperar, son
Sabina Urraca
pocas –de entre tantas– las
y Cristina
Morales narraciones autobiográficas
recientes que colocan a su au-
tor en una posición vulnerable
o alejada de ese entorno defen-
sivo. La reciente Llego con tres
AIXA
DE LA CRUZ
 los narradores del presente
heridas de Violeta Gil sería,
simultáneamente, excepción y
paradigma. Por un lado, la
autora se expone mediante un
tratamiento estético que reba-
sa el exhibicionismo narcisista
o la confidencia terapéutica. Por
otro, esas heridas tomadas de
los versos de Miguel Hernán-
dez («la de la vida/ la del amor/
la de la muerte») coinciden con
los temas más frecuentes (el
ajuste de cuentas con la fami-
lia, el abandono o la elabora-
ción de un duelo) de esta litera-
tura centrada, con distintos
niveles de precisión, en la rea-
lidad y la experiencia. Ana Iris
Simón y Sara Torres también la
han practicado con éxito.
Con apenas un 9% de la po-
blación española viviendo en
municipios de menos de 5.000
habitantes, un porcentaje muy
superior de escritores jóvenes
(de Elisa Levi a Andrea Abreu,
o la misma Simón) recurre a los
ambientes rurales. Una fasci-
nación que todavía parte de la
memoria pero que está evolu-
cionando –junto a un cine afín
y también de moda– desde el
escapismo hacia la profanación
de sus propias premisas (Ma-
mut, de Eva Baltasar) o la am-
bición de abarcarlo todo (Lo de-
más es aire, de Juan Gómez Bár-
cena, que convierte Toñanes en
una maqueta del universo). En
cuanto a la ciudad, sus luces y
promesas parecen inalcanza-
bles desde la periferia, donde
la distancia se mide en trans-
20 LALECTURA
bordos. Elisa Victoria y Manuel
Guedán ponen al día la tradi-
ción picaresca con El Evange-
lio y Los sueños asequibles de
Josefina Aldecoa, novelas que
se centran en el revuelo de
autobuses y empleos basura (las
dos protagonistas terminan tra-
bajando en un Telepizza) que
atrofia tantas vidas.
Los límites del lenguaje. Ante
la eterna pregunta: ¿Para qué
sirve la literatura?, el teórico
francés Antoine Compagnon
distingue cuatro funciones. Las
dos primeras (la fábula y su re-
verso ilustrado y emancipato-
rio) perseguirían representar,
unificar y redimir la vida. La ter-
cera buscaría superar «las ser-
vidumbres de la lengua y la
filosofía», y justo ahí, entre los
límites del lenguaje y del poder,
se colocan Sabina Urraca y Cris-
tina Morales. Con una sorpren-
dente difusión dada la comple-
jidad con la que abordan cues-
tiones como la ambigüedad del
deseo o la disciplina, es posible
que en los fragmentos más
incómodos de Las niñas prodi-
gio y de Lectura fácil se encuen-
tre la mejor literatura españo-
la de los últimos años, pues am-
bas contienen cosas insólitas.
Por último, la cuarta función
sería la de la literatura como
enemiga de sí misma o como
ámbito por completo autóno-
mo. Desaparecen o se diluyen
la trama y los personajes y, sin
peripecias que narrar, los escri-
TÚ TAMBIÉN PUEDES CONSEGUIRLO CON CÍRCULO ROJO
www.editorialcirculorojo.com
LAS
HEREDERAS
AIXA DE LA CRUZ
Alfaguara.
328 pp. 19,90 E tores se enfrentan a los límites
del texto. Rubén Martín Giráldez
obtuvo grandes resultados con
Magistral, un libro sobre la
recepción de un libro que no
existe. En direcciones parale-
las trabajan Cé Santiago o
Alejandro Morellón, autores de
obras densas que es más fácil
LECTURA relacionar con otras obras que
FÁCIL con la realidad.
CRISTINA MORALES Las herederas, la última no-
Anagrama.
424 pp. 20.90 E
vela de Aixa de la Cruz, narra
la historia de cuatro mujeres
que, tras el suicidio de su abue-
la, heredan una casa en el cam-
po. Aixa incorpora algunos ras-
gos de la literatura latinoame-
ricana reciente (terror y descon-
cierto: el llamado «gótico andi-
no») pero sus temas coinciden
con las angustias y obsesiones
de su generación: salud men-
LAS NIÑAS
PRODIGIO tal, mundo rural, precariedad,
SABINA URRACA vivienda, familia y una relación
Fulgencio especial con los saberes ances-
Pimentel. 336 trales. Su reciente Las herede-
páginas. 21,85 E ras funciona como un inventa-
rio de males contemporáneos y
es otra nueva demostración de
que, generalmente, una misma
época genera reacciones simi-
lares en artistas diferentes.
En una broma privada, Flau-
bert planteó un problema tan
irresoluble como absurdo:
conocido el rumbo de un buque,
MAGISTRAL ¿cuál será la edad de su capi-
RUBÉN MARTÍN tán? Esta pregunta, a la inversa
GIRÁLDEZ
Jekyll & Jill. 104 y para otros campos, sí que tie-
páginas. 12,60 E ne sentido: conociendo la edad
de un escritor podemos
aproximar su rumbo.
 narrativa
Esta novela de Katixa Agirre, una exploración
sobre el porvenir de la realidad virtual, provoca
en el lector incomodidad y muchas preguntas
que siguen interpelando al leer la última página
‘De nuevo
centauro’: Mary
Wollstonecraft y
un futuro distópico
por ANNA Fue hacia 2017 cuan-
Mª IGLESIA do el lector castella-
nohablante conoció
la literatura de Katixa Agirre (Vi-
toria, 1981). Lo hizo gracias a Los
turistas desganados, novela pu-
blicada por Pre-Textos. Sin em-
bargo, la trayectoria de esta escri-
tora había empezado años antes,
en 2007, cuando publicó su pri-
mer título: Sua falta zaigu, libro
de relatos todavía inédito en cas-
tellano como también los otros tí-
tulos en los que siguió trabajan-
do el género corto. Si la traduc-
ción en Pre-Textos supuso un pun-
to de inflexión, fue de la mano de
Tránsito que Agirre se «consagró»
en el campo literario en español.
El entrecomillado no es super-
fluo, porque Agirre no tenía que
demostrar nada, pues llevaba años
haciéndolo en euskera. Tres años
después de publicar su segunda
novela, Las madres no, Tránsito
publica De nuevo centauro, una
ficción especulativa con la que
Agirre vuelve a desconcertarnos
e, incluso, a incomodarnos. Si en
Las madres no abordaba el lado
oscuro de la maternidad, reflexio-
nandosobre la relación nunca ar-
moniosa entre maternidad y crea-
ción, en De nuevo centauro nos
traslada a un futuro cercano para
reflexionar sobre de qué manera
el desarrollo tecnológico puede
replantear nuestra forma de inte-
rrelación con la llamada realidad,
desdibujando los límites entre lo
real y lo virtual y redefiniendo
nuestra forma de relación con los
otros y con nosotros mismos a tra-
vés de una ya no necesariamente
táctil aprehensión de los cuerpos.
En cierta manera, en De nuevo
centauro volvemos a encontrar al-
gunas de las reflexiones que es-
taban en el centro de Las madres
no, pero, sobre todo, volvemos a
encontrarnos con una autora pa-
ra quien la literatura es una for-
ma de ensayo y de especulación.
Esta no es una novela ni a favor
ni en contra de la tecnología, sino
una indagación que busca sacar
a la luz los aspectos más contra-
dictorios de una revolución que
no solo ya está en marcha, sino
que tienen sus orígenes en un pa-
sado mucho pretérito.
Precisamente por ello, más allá
de su evidente carácter distópico,
la novela se construye sobre los
tres tiempos y a partir de tres per-
sonajes. Esta estructura triádica
permite a la autora no solo rom-
per con una concepción lineal del
tiempo, sino confrontar posicio-
nes diversas en torno a la tecno-
logía. Por un lado, tenemos a la
protagonista, Paula Pagaldai, es-
pecialista en la construcción de
módulos educativos y que está tra-
bajando para construir un mun-
do virtual, accesible a alumnos de
distinto tipo, en torno a la figura
de Mary Wollstonecraft.
Por otro, tenemos a Max Dox,
un joven especialista en la femi-
nista inglesa y que rechaza la alie-
nación, empezando por la física,
a la que ha llevado la revolución
tecnológica. En medio de ellos dos,
está Wollstonecraft, que no sólo
sirve de bisagra entre los dos tiem-
pos –Pagaldai es el presente y Dox
el futuro–, sino que permite ob-
servar los puntos de continuidad
y discontinuidad que dicha revo-
lución tecnológica tiene con las
revoluciones que la precedieron.
Es precisamente en este diálo-
go donde el cuerpo toma un pa-
pel central en la reflexión de Agi-
rre, pues es en el cuerpo –la per-
cepción, la experiencia física, la
sexualidad o la identidad– donde
mejor se aprecia de qué manera
los avances en el campo de lo vir-
tual trastocan por completo nues-
tra percepción del mundo exte-
KATIXA rior, del otro y de nosotros mis-
AGIRRE mos. Porque, si por un lado, lo vir-
DE NUEVO tual –en el metaverso, Pagaldai se
CENTAURO
Traducción de
convierte en Viktor– cuestiona los
géneros, por otro, lo virtual con-
Aixa de la Cruz.
Tránsito. 232 vierte la experiencia en una mer-
páginas. 19,95 E cancía al servicio del capitalismo
individualista y nos aliena: tener
experiencia sin contar con el otro,
sin tener en cuenta el otro.
Dos caras de una misma mone-
EL ETERNO DEBATE da que, además, el algoritmo eli-
TECNOLÓGICO ge por nosotros. ¿Alguna vez ele-
“Lo virtual gimos de verdad? Esta es una de
puede las preguntas que sobrevuela la
completar la novela, que, al mismo tiempo, nos
realidad. Eso plantea hasta qué punto tiene sen-
que llamamos tido oponerse a lo virtual, enten-
realidad es una dido como realidad ficticia, si, a
gran mezcla de
una realidad fin de cuentas, nuestra relación
material, pero con la realidad está siempre con-
también de dicionada por nuestras expecta-
mucha tivas, por los mitos que nos ro-
imaginación”, dean, por los deseos irrealizados
apunta Agirre, y por la ideología dominante.
quien, sin ¿Es la tecnología la que desdi-
embargo, buja los límites entre realidad y
reconoce que ficción o estos límites siempre han
en su novela
subyace la estado desdibujados? Agirre, una
inevitable vez más, nos enfrenta a interro-
pregunta de gantes que no encuentran fáciles
“¿Hasta qué respuestas, en gran medida por-
punto nos que no existen. De lo que sí no hay
beneficia y duda es de que esa libertad de de-
hasta qué rechos por la que luchó Wollsto-
punto nos va a necraft sigue teniéndose que pe-
controlar? Es
una constante lear. Ese pasado de reivindicacio-
cuando se nes es nuestro presente y será, con
habla de la toda seguridad, nuestro futuro.
tecnología” Esto también nos lo recuerda Agi-
rre, que, una vez más, consigue
que sus libros no concluyan con
su lectura, sino que nos sigan in-
terpelando una vez que se
ha girado la última página.
LALECTURA 21
 narrativa
Esta novela iniciática de José
Balza está escrita con prosa
exquisita y con la sensoriali-
dad de los mitos indígenas
Recordar
para no
desaparecer
por ADRIANA Si ha habido un
BERTORELLI momento en el
que la literatura
venezolana fundacional ha res-
plandecido y comienza a ganar
buenos lectores en España es pre-
cisamente ahora, cuando el poe-
ta Rafael Cadenas acaba de ganar
el Premio Cervantes. Durante es-
te año, Firmamento ha publicado
la poesía insomne de José Anto-
nio Ramos Sucre, Trotalibros una
edición doble de Miguel Otero Sil-
va y Pre-Textos la obra completa
de Eugenio Montejo de la que ya
vieron luz los dos primeros tomos,
–el de poesía y el de ensayos–. Aho-
Explorando todo lo que ofre-
cen las ventanas -y la mirada-
Menchu Gutiérrez firma una
novela hipnótica y fascinante
Las ventanas
son los ojos
de las casas
por JUAN El libro de las ven-
MARQUÉS tanas, podría haber
titulado Menchu Gu-
tiérrez (Madrid, 1957) este nue-
vo libro suyo, que en efecto vie-
ne vertebrado a través de bre-
ves narraciones, no exactamen-
te relacionadas pero sí bien
hiladas (y que por tanto permi-
ten hablar técnicamente de «no-
vela»), sobre el asunto de las
ventanas, hasta el punto de que
incluso se insinúa un embrión
de ensayo al respecto.
La ventana inolvidable tiene al
menos tanto de reflexión como de
narración, sobre todo si se tiene
22 LALECTURA
ra, Cátedra hace lo propio con Per-
cusión, del gran José Balza (Del-
ta del Orinoco, Venezuela, 1939),
con una edición crítica, minucio-
sísima y anotada, al cuidado de
Juan Carlos Chirinos, que la con-
vierte en una obra poliédrica con
infinitos niveles de lectura.
Balza, que hace un par de años
consignó su legado en la Caja de
las Letras, la cámara acorazada
del Instituto Cervantes donde
grandes escritores, pero, tam-
bién, cineastas, músicos y cien-
tíficos han dejado retazos de su
trayectoria como un trozo de me-
moria viva para la posteridad, lo-
gra algo similar en Percusión.
En un tiempo paralelo, circu-
lar, cuenta la historia de un via-
je sensorial y reflexivo a través
de la memoria. Allí, un hombre
de 65 años regresa a su ciudad,
después de 40 de haberse ido,
y se encuentra con su yo del pa-
sado, aquel joven de 25 que de-
jó su tierra, en una especie de
metamorfosis que recuerda a
algunos mitos indígenas donde
en ritos iniciáticos los hombres
en cuenta que pensar en las ven-
tanas es, al cabo, pensar en la mi-
rada, lo cual es tan amplio y tan
sugerente que puede desarrollar-
se hasta donde se quiera: la psi-
cología, la biología, la historia del
arte (las ventanas como cuadros
o paisajes), la memoria personal
y la colectiva (como al aludir a «la
noche de los cristales rotos»)…
Las ventanas son los ojos de las
casas, piensa uno de los muchos
personajes de esta novela coral
(todos identificados sólo por la
inicial de su nombre), pero tam-
bién los oídos, y la boca, y las fo-
sas nasales, y hasta las entrañas,
si, como se hace, se piensa en las
ventanas como en radiografías
en las que el vaho sugiere la for-
ma de algunos órganos, o donde
los insectos ejercen de bacterias
internas. Pero también hay pági-
nas para dar vueltas a espejos o
a pantallas, y, si a lo largo de to-
do el libro es imposible no recor-
dar que Gutiérrez procede de la
poesía, hay fragmentos donde la
potencia lírica del libro se multi-
plica, como en ese detalle, tan
se convierten en animales o en
otros hombres. Es imposible no
quedar signado por la impron-
ta del mágico Orinoco.
Quizás para no olvidar, y para
que su propio yo joven compren-
da, en ese juego de espejos yux-
tapuestos, de dónde viene y quién
es, el yo viejo le narra su vida,
sus amores, sus pérdidas y dón-
de ha estado durante este tiem-
po de experiencias transforma-
doras: «Así dices, hablando a es-
te hombre viejo que regresa, ma-
gro y suspicaz en comparación
con tu voz jugosa y tu seguridad
solar», le dice al joven.
El verbo de Balza es poético e
JOSÉ BALZA hipnótico y se le salen los paisa-
PERCUSIÓN jes por los poros, en una extra-
Edición de Juan ña exuberancia comedida, sin
Carlos Chirinos.
Cátedra. 344 que ambos conceptos entren en
páginas. 17,50 E conflicto. «Mis volcanes, alrede-
Ebook: 12,49 E dor, callan y duermen; la mon-
taña habla con su frescura y su
piel de humo traduce mi vida».
Si usted aún no ha leído a José
Balza, felicitaciones, porque es-
tá a punto de descubrir a
un escritor enorme.
dickinsoniano, de pensar que cuan-
do entra el sol por la ventana es
que aquél «ha enviado a un ma-
yordomo con un sobre en una
bandeja, un mensaje de luz».
La ventana inolvidable es un
libro muy hermoso que en cier-
ta manera prolonga una medita-
ción que ya comenzó en la ante-
rior obra de la autora, la miste-
riosa y placentera novela La mi-
tad de la casa. Allí se producía
la antropomorfización explícita
de una vieja casa, no una casa
encantada, sino que, en un giro
curioso, era el propio edificio el
que era un fantasma, un espec-
tro invadido por personas.
Aquí una pequeña grieta en
MENCHU un cristal implica una mínima
GUTIÉRREZ herida que puede ir degradan-
LA VENTANA do el bloque entero, cualquier
INOLVIDABLE descuido en esos agujeros que
Galaxia implican la transición entre el
Gutenberg. 184
interior y el exterior es una ne-
páginas. 18 E
Ebook: 11,99 E gligencia grave que afecta a la
vida de los personajes. Una lec-
tura, pues, hipnótica, bastante
magnética, con muchas
páginas fascinantes.
 viajes
por RAÚL El malogrado poeta
CONDE Francisco García Mar-
quina, con el que Ce-
la cultivó una estrecha amistad
en sus años de residencia a ori-
llas del Henares, escribió en una
monumental biografía que Cela,
al cabo de una carrera dedicada
a las letras, pudo consagrarse co-
mo «una fabulosa máquina de
narrar, aplicada a cualquier co-
sa» (Retrato de Camilo José Ce-
la, 2005). La apostilla es pertinen-
te: a cualquier cosa. Porque, efec-
tivamente, el autor de La colme-
na exhibió su destreza ya fuera
surcando el terreno de la ficción,
indagando las veredas de las dos
En el medio centenar de textos de estas
‘Páginas de geografía errabunda’ que
recupera Ediciones 98, el Nobel se presen-
ta como un vagabundo gozoso que com-
prende España mientras la va caminando
Camilo
José Cela,
viajero de
los caminos
perdidos
mesetas o pergeñando artículos
de encargo.
Este extraordinario pulso na-
rrativo alcanza su máxima expre-
sión en su novelística, pero ad-
quiere una magnética mezcla de
vivacidad y rigor en las cuartillas
en las que fue anotando sus via-
jes, generalmente a pie, por una
España en la que no viajaban ni
los diplomáticos. Fruto de esta
voluntad emergen estas Páginas
de geografía errabunda, recupe-
radas gracias a Ediciones 98. El
volumen, que apareció por pri-
mera vez en 1965, reúne textos
heterogéneos de sus primeras an-
daduras por el país. El prólogo
de Camilo José Cela Conde re-
sulta de gran utilidad para que el
lector pueda guiarse por el ori-
gen y la factura del medio cente-
nar de piezas agavilladas. Es una
obra que se suma a las recientes
colecciones de un autor reedita-
do, a quién aún persigue la ima-
gen histriónica –y volvemos a
Marquina– de aquel «carnaval»
con el que el marqués de Iria Fla-
via se reía de casi todo.
El autor del Viaje a la Alcarria,
uno de los mejores libros de via-
jes de la literatura española, recu-
peró el género que distinguió a la
Generación del 98. Lo logró, des-
pués de caminar la comarca a gol-
pe de pinrel, a través de una pro-
sa suave que parece surgida co-
mo de soslayo, casi sin querer, con
la misma sencillez y serenidad que
exhiben los misérrimos pueblos
de la Guadalajara de posguerra.
«Andar, un pie tras otro, con
sosiego y buena voluntad, la tie-
rra propia y aun la ajena, es un
regalo que los clementes dioses
hacen al hombre cuando éste se
lo pide con la clara voz que pres-
ta la humildad a la inteligencia»,
escribió en 1997 en El color de la
mañana, su columna fija en el
ABC. Consciente, como sostenía
Pla, que describir es mucho más
difícil que opinar, Cela se esme-
ra en el arte del daguerrotipo. No
lo hace como un mero cronista
de costumbres, sino como ejer-
cicio narrativo. Andar, ver y con-
tar. De esta filosofía, que excede
la visión artística de los noventa-
yochistas, brota una literatura
sustentada en una mirada prísti-
na, sarcástica, a veces burlona,
que atraviesa buena parte de la
cartografía nacional.
Por estas páginas asoman las
plazuelas de Arévalo, los pinares
de Soria, las sembraduras de tri-
go de Lerma, los garduños de Bu-
dia, el mar «sin límite en los ojos
y el espíritu» con el que el autor
pinta La Mancha, las misteriosas
callejas de Salamanca, la vega de
Padrón, el eterno sillar de Com- CAMILO
postela, los altos montes de So- JOSÉ CELA
miedo, la extinta Asturias mine- PÁGINAS DE
ra y la «geografía del hombre» GEOGRAFÍA
ERRABUNDA
que irradia Extremadura. Hay
Ediciones 98.
también huellas de un viaje an-
daluz, de occidente a oriente, epí-
288 pp. 22,95 E
tome de esa extraña mezcla de
insurrecto vagabundo y cantor REALISMO, COMI-
de los caminos en la que se eri- CIDAD Y TERNURA
ge Cela. «El hombre», matiza «es Francisco
una flor de secano». Puede que Umbral dijo
por eso retoce de gusto en sus ca-
minatas por los páramos y riscos
castellanos. El escritor camina
de Cela en ‘El
Mundo’: “Un
escritor que
Castilla para entenderla. Se es- por su talento
tremece ante los campos de Ávi-
y amor a la
Alcarria se
la y Burgos, y luego anota: «Cas-
pudo permitir
tilla, tan bella, que se está que- la hechura de
dando en cueros». un libro cálido,
El viajero goza con andar y, de vivido,
cuando en cuando, «se echa al ca-
mino y sale, como un vientecillo
incierto, a rodar por montes y co-
entrañable, que
va recorriendo
amorosamente
la entraña
llados, por pueblos y aldeas, por femenina,
valles y por eriales». Cela consi- dúctil y táctil
dera que el vagabundeo «quizá de la región”.
no es mala escuela de discrecio- El estilo que
nes, ni mal taller de emplear áni-
el escritor
imprime a
mos». Lo dice al hilo de Cervan- su periplo
tes, quien en El coloquio de los alcarreño
perros consideró que «el andar aglutina dosis
tierras hace a los hombres discre- de realismo,
tos». El escritor no se distinguió comicidad
en sus últimos años por su discre-
y ternura.
Son rasgos
ción, pero es cierto que en los tex- extrapolables a
tos en los que profundiza en el al- estas cuartillas
ma española surge su veta más con las que
curiosa, más humilde, acaso más sondea una
humana. Cela actúa como un ca- geografía
minante de los caminos perdidos,
errabunda
que ya es parte
un oteador de los campesinos ho- indisociable
rizontes, un andarín de des- de la literatura
paciosa andadura. ‘celiana’
LALECTURA 23
 narrativa
Esta estremecedora novela
de Delphine de Vigan retrata a
una sociedad capaz de todo
por lograr un minuto de gloria
Desnudando
la sordidez de
la fama digital
por MARTA En verano de 2001
REBÓN finalizó por todo lo
alto la primera tem-
porada de Loft Story, producción
en la estela de Gran Hermano
que introdujo la telerrealidad en
Francia. Con este formato se
cumplió una posibilidad desde
entonces muy codiciada: pasar
en pocas semanas del anonima-
to a la fama por el mero hecho
de «mostrarse y permanecer en
el encuadre, frente al objetivo».
Delphine de Vigan (Boulogne-
Billancourt, 1966) centra su no-
vela en Mélanie Claux, una ado-
lescente reservada, incluso ano-
Giulia Caminito firma esta
bella novela de aprendizaje
sobre una niña ‘anfibia’ en-
tre la infancia y la adultez
El resbala-
dizo salto
a la vida
por CARMEN De las muchas
DE PASCUAL paradojas a las
que nos enfrenta
la adolescencia, esa «tragedia
de ser pequeñas en un mundo
gigante», la tensión entre la in-
dividualidad y el gregarismo es
una de las más acentuadas. Y
si algo persigue a Gaia, la peli-
rroja hija de Antonia la Pelirro-
ja y protagonista de la tercera
novela de la italiana Giulia
Caminito (Roma, 1988), es la
sensación de distancia, la desu-
bicación, la angustia del impos-
tor, la acritud que provoca ver-
lo todo, comprenderlo casi to-
24 LALECTURA
dina, fascinada por lo único que
parece llenarle un indescriptible
vacío interior, la pequeña panta-
lla, y por ese nuevo «culto al ego»
y esfuerzo impostado por agra-
dar. Mélanie, en consonancia con
el espíritu de los tiempos, lo apos-
tará todo a participar en uno de
esos programas para ser «vista,
reconocida y admirada».
La opción se le presenta y fra-
casa, pero conseguirá reengan-
charse a su sueño más adelante
–en 2019– como madre de extra-
rradio, gracias a las redes socia-
les y a monetizar a sus hijos por
medio de un canal de YouTube
con el que alcanzará una audien-
cia millonaria. Ocurrirá que la hi-
ja de seis años, Kimmy, en uno de
esos momentos en que no está
creando contenidos a su pesar, de-
saparece. Es entonces cuando es-
te retrato social de nuestro siglo
se mezcla con el género policía-
co, y una agente, Clara Roussel,
investigará este sórdido mundo
de sobreexposición de menores,
a cambio de notoriedad y dinero,
para resolver el paradero de la me-
do y, aun así, no poder elegir ni
huir de ello.
Las novelas sobre la adoles-
cencia llevan casi siempre ad-
herida la locución «de aprendi-
zaje», en una especie de bino-
mio difícil de romper. Y Cami-
nito no lo pretende: con ecos de
la clásica Rebeldes de Susan E.
Hinton; de ¿Quién se hará car-
go del hospital de ranas? de Lo-
rrie Moore, de Las ventajas de
ser un marginado de Chbosky,
e incluso de El guardián entre
el centeno de Salinger, la histo-
ria de Gaia y de su vida junto al
lago Bracciano es la historia de
una anfibia.
Si la etimología nos dice que
esos animales tienen «ambas
vidas», que son capaces de vivir
en ambos medios, la chica pe-
lirroja oscila entre la niñez y la
vida adulta, entre la precarie-
dad del circuito cerrado de su
familia y la exuberancia de lo
desconocido, entre las normas
maternas y la libertad de las ho-
ras junto al agua, entre la par-
te alta (del pueblo y de la vida)
nor. Esta, junto con su hermano,
en la parte final del libro, en un
futuro 2031, ejercerá su derecho
a reclamar la «infancia robada».
Construida con capítulos cor-
tos que mezlcan pesquisas, trans-
cripciones de publicaciones, sto-
ries e interrogatorios de la fami-
lia youtuber, De Vigan explora es-
ta variedad de explotación infan-
til, que no es nueva –recordemos
el microcosmos de los concursos
de belleza–, pero que eleva varios
grados la opresión a niños despro-
tegidos por padres rapaces cuan-
do la ambición se mezcla con la
perversión de la intimidad y la in-
saciabilidad de las redes.
DELPHINE Los reyes de la casa apunta al
DE VIGAN corazón de nuestra cotidianeidad
LOS REYES –la de los filtros, los avatares y las
DE LA CASA
Trad. de Pablo identidades mejoradas–, pero ye-
Martín Sánchez. rra un tanto el tiro al querer ser a
Anagrama. 344 la vez ensayo sociológico, thriller
páginas. 20,90 E y novela psicológica. Con todo, so-
Ebook: 10,99 E bresale el perfil de Mélanie, tan
enfermizamente exhibicionista,
tan infectada de los clichés que ni
siquiera es consciente del
daño que está provocando.
de las alegrías y la parte baja,
la de la muerte y el fracaso.
Pero las novelas de aprendi-
zaje tienen también un punto
de quest, de expedición, de ir a
la búsqueda de algo, para ella
que afirma que «siempre tengo
sueño, y frío, y hambre de apre-
cio». Tanto la búsqueda como
el hallazgo (y también la pérdi-
da) se producen, sobre todo, en
el terreno de la amistad, que se
agita entre el reconocimiento
que decía C.S. Lewis, ese «¿Có-
mo? ¿Tú también? Pensaba que
sólo me pasaba a mí», y la amar-
gura de las traiciones, del sen-
timiento de culpa, de los lími-
tes del amor y el odio.
GIULIA Leer a Caminito es, de algu-
CAMINITO na manera, volver a cruzar el
EL AGUA DEL LAGO puente de Brooklyn de la mano
NUNCA ES DULCE de Walt Whitman: ver cómo bus-
Traducción de ca su identidad en formar un
Carlos Gumpert.
todo con los demás, con los dí-
Sexto Piso. 292
páginas. 21,90 E as y acontecimientos de los
Ebook: 12,99 E otros, a la vez que lucha con la
evidencia de que sólo ella pue-
de salir del pasillo de las
cosas que no sabe hacer.
 narrativa

por ALOMA «¿Qué diría de us- son lapidarias y otras menos: Como en muchas piezas de
RODRÍGUEZ ted?», «¿Tiene Duras sabe que se muere pero Duras, esta ofrece un juego
miedo a la muer- no se quiere morir. Quiere escri- voyerista: alguien mira a dos
te?», «¿Cómo se definiría?», «¿E bir aún, quiere a Yann aún, quie- que se miran, ella le mira a él,
irá al paraíso?», «¿Qué la absor- re a su madre («No lo puedo evi- que la mira a ella; ella agoniza,
be?», le pregunta Yann Andréa tar: la sigo amando»). El libro él anota. Se aman. Podría ser
Steiner a Marguerite Duras. Es- cubre casi dos años y se mueve una pieza de teatro, o una pelí-
tamos en 1994, Duras se apaga entre la calle Saint-Benoît en cula de la propia Duras. «La mi-
y apenas quiere ver a nadie, no París y Neauphle-le-Château. La rada es uno de los aspectos más
deja que nadie la visite, sabe última anotación es del 29 de relevantes en la obra de Duras»,
que se muere. A su lado, su febrero («Le amo. Hasta pron- escribe Vanesa García Cazorla,
compañero de los últimos 16 to»; qué claridad) y Duras murió que dice también que aquí
años, Yann Andréa, anota las el 3 de marzo. El mismo año en Duras «se metamorfosea, entre
frases de Duras. Ella y Andréa, que P.O.L. publicó Nada más, otros, en Anne-Marie Stretter, en
casi cuarenta años más joven, Yann Andréa publicó Este amor, Lol V. Stein o en el vicecónsul»,
habían mantenido una corres- relato de su relación con Duras una manera de decir que este
pondencia –él le había escrito que acabó convertido en pelícu- libro contiene sus otros libros.
cartas–, se habían visto en Caen, la con Jeanne Moreau interpre- También, La vida material o Es-
en la proyección cribir. «¿Tiene título
de India Song, de para su próximo
Duras, y luego, «Des- Periférica recupera el diario que libro?», le pregunta MARGUERITE
de el 30 de agosto de él. Y ella responde: DURAS
1980 bebemos. Des- recoge los últimos meses de Mar- «Sí, El libro por de- NADA MÁS
Trad. de Vanesa
de la primera mirada guerite Duras, una afilada colec- saparecer». Otro día:
García Cazorla.
cuando se abrió la «¿Para qué sirve es-
puerta, desde la pri- ción de frases e ideas que conden- cribir?»; «Para poder
Periférica. 104
páginas. 11 E
mera sonrisa, desde san una voz en descomposición callar y hablar al Ebook: 7,99 E
el primer beso. Des- mismo tiempo. Es-

Entre el
de que existimos», cribir. Significa tam-
escribe Yann An- bién cantar de vez
dréa en M. D. en cuando». «Me he
Cuenta Laura
Adler en la biografía
de Duras: «Yann di-
testamento pasado la vida escri-
biendo. Como una
imbécil: eso es lo
MÁS SERENIDAD
QUE TRISTEZA
“Voy a pasar a
ce que se pasa el ra-
to hablando y que si
estás atento, Mar-
literario y la que he hecho. Tam-
poco es malo ser así.
Nunca he sido pre-
otro estadio.
Me marcho. A
ninguna parte”.
guerite tiene duran-
te el día o la noche,
momentos de luci-
transcripción tenciosa. Pasarte la
vida escribiendo te
enseña a vivir: no te
“Se acabó. Se
acabó todo.
Es el horror”.
dez. Dice entonces
cosas importantes
que él decide poner
de la agonía salva de nada», dice
ella y apunta él. Ca-
da frase es la punta
“Le amo. Hasta
pronto”. Estas
son las últimas
tres entradas,
por escrito delante de un iceberg, aun- hechas la
de ella. Marguerite que a veces es el semana de su
se presta al juego. Así nace el tando el papel de la escritora. mismo iceberg. Yann Andréa es muerte, de una
último libro, Nada más, que pro- Escribe Roma que Nada más homosexual: «Hay que hablar Duras que a
vocará, en el momento de su pu- es «el desplome de su propia del hombre de El mal de la los 81 años
blicación, una polémica conside- voz». Leer el libro es asistir en muerte», dice ella, obsesionada ve cómo se
rable. ¿Diario íntimo del último tiempo real al apagarse de esa aún por la imposibilidad de
extingue to-
do aquello que
suspiro? ¿Escenificación obsce- voz, de ese estilo, pero de un completar ese amor, al que ha sido. Sin
na de una agonizante que, a ra- modo un tanto paradójico. An- dedicó varios libros. embargo, la
tos, eructa frases lapidarias?». tes de apagarse para siempre, Laura Adler señala que «esta tristeza y el
Nada más puede leerse como el lo que queda, lo que se ve con compilación de fragmentos de vacío conviven
testamento de Duras. Ahora Pe- más claridad que nunca, es la pensamientos, de aforismos, de en estas pági-
riférica lo recupera con traduc- esencia de esa voz. Un poco co- palabras transcritas por Yann nas con el amor
ción de Vanesa García Cazorla, mo cuando justo antes de ano- Andréa existe, sin embargo, y la serenidad
que escribe un epílogo, mientras checer se puede ver el rayo de como escritura por derecho de una vida
exprimida
que Valentín Roma firma otro. sol de modo tan claro que lo propio: poderosa, hipnótica, fi- al máximo.
Las frases lapidarias hacen re- vuelve casi verde. Así es este losófica, meditativa. Y al mis- “Escribir toda la
ferencia a los temas Duras: el libro: tiene algo de fenómeno mo tiempo, exacerbante». Eso vida te enseña a
amor, la madre, la mirada, Yann, raro, es apenas un fulgor y es en definitva Duras: su escribir. No
la escritura, la muerte. Algunas encierra toda una vida. escritura para siempre. salva nada”
LALECTURA 25
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 entrevista
La tesis del libro es sencilla, pe-
ro arriesgado el alcance. Por-
que nunca hubo una declara-
ción nítida por parte de Carson
McCullers (Columbus, Georgia,
1917-Nueva York, 1967) sobre
su sexualidad, sino que dejó
pistas, sugerencias cuyo límite
llega hasta donde el lector quie-
ra creérselo. Sostiene Jenn Sha-
pland en Mi autobiografía de
Carson McCullers (Dos Bigo-
tes) que la autora de El corazón
es un cazador solitario (que
asombró a la crítica y a los lec-
tores de todo Estados Unidos y
que se publicó cuando la escri-
tora apenas tenía 23 años) fue
una lesbiana oculta. Que daba
un paso adelante y luego, pare-
ce, se arrepentía.
Una frase destaca en esta his-
toria. Puede parecer aparente-
mente banal, pero es esgrimida
y defendida por quienes defien-
den la sexualidad abierta de la
escritora: «Cada individuo per-
tenece por naturaleza a los dos
sexos». La pronuncia, en El co-
razón es un cazador solitario,
Biff Brannon, propietario del
café por donde recalan, entre
otros, dos mudos que viven jun-
tos (al comienzo de la novela).
La acción transcurre en una pe-
queña y apacible localidad del
Sur más clásico, aquel que per-
filaron William Faulkner o Tru-
man Capote. La propia Carson
McCullers resumió así la sinop-
sis de la novela: «El amor de
Singer por Antonapoulos reco-
rre todo el libro». Y apostilla
Shapland: «Al igual que sus
obras posteriores, Reflejos en
un ojo dorado, Reloj sin mane-
cillas y [el relato] El jockey, su
primera novela explora con va-
lentía una relación secreta en-
tre dos hombres sin ponerle un
nombre ni definirla».
¿Tanto importa la sexualidad
de Carson McCullers? No y sí.
Sabiendo el alcance de sus pre-
ferencias, la lectura de sus li-
bros varía, puede ser otra. Lo
que no es poco si se trata de
una de las escritoras del siglo
XX más admiradas y seguidas
en todo el mundo. Un ejemplo:
a lo largo de 2017, año en que
se conmemoró el 50 aniversario
de su muerte y el centenario de
28 LALECTURA
por MANUEL su nacimiento, Seix Barral re-terapias de Alcohólicos Anóni-
LLORENTE editó toda su obra, con prólo-mos (tampoco es que nuestra
gos de Paulina Flores, Cristina
protagonista se quedara atrás,
Morales, Jesús Carrasco… Y un ni mucho menos), que cuando
texto inédito de Tennessee Wi-no se enrolaba en el Ejército es-
lliams, amigo y confidente de taba en el paro o se dedicaba a
McCullers. cobrar deudas de otros. Ade-
Que McCullers fuese del Surmás, nunca entendió (o no qui-
añade sal al menú. La sociedadso entender) las sucesivas amis-
biempensante (y aún herida portades de su esposa. Menos aun
la derrota en la Guerra de Sece-
cuando McCullers llegó a com-
sión, donde había despuntado partir vivienda con algunos de
como héroe el bisabuelo mater-los personajes queer que son
no de la autora) no podía con-parte de la historia de la cultura
sentir conductas sospechosas. de la pasada centuria: W. H.
«Los del Ku Klux Klan me lla- Auden, Peter Pears y Benjamin
maron por teléfono para decir-Britten, Christopher Isherwood
me: ‘Somos el Klan y no nos y Louis MacNeice, Paul y Jane
Bowles... La casa, casi
lujosa, estaba en el nú-
Tras las huellas
mero 7 de la calle
Middagh, Brooklyn,
Nueva York, y se la co-
de la intimidad nocía como February
House, pues la mayo-
ría de sus inquilinos
de Carson había nacido en febre-
ro. Las fiestas eran ha-
bituales. «Durante va-
McCullers rios años fue un lugar
que muchos escritores
y artistas neoyorqui-
nos soñaban con cono-
La investigadora Jenn Shapland, que ha cer», señala Jenn Sha-
tenido acceso a la transcripición de las pland.
Quien también desfi-
sesiones de terapia de la gran escritora laba por allí eran las
sureña, sostiene en un ensayo que su juerguistas Erika
Mann, hija del Mago
sexualidad explica sus mejores novelas Thomas Mann, y,
sobre todo, Annemarie
Schwarzenbach, una
gustan los amantes negros ni niña suiza bien, esquiadora y
los maricas. Esta será tu no- doctora en Filosofía por la Uni-
che», cuenta en una especie de versidad de Zúrich, viajera con-
memorias que dictó, paralizada tumaz, morfinómana, amante
en la cama meses antes de mo- intermitente de la baronesa
rir, a una secretaria, y que fue- Margot von Opel (casada), con
ron publicadas en 1999 con el el pelo cortísimo y una ambi-
título Iluminación y fulgor noc- güedad de libro.
turno. La amenaza se produjo
en 1941, recién publicada su se- Desaliñada y enferma. Car-
gunda novela, Reflejos en un son McCullers era alta, desaliña-
JENN ojo dorado, donde cuestiona la da, flacucha, con el flequillo caí-
SHAPLAND moral en el ejército. do sobre la frente, retraída y de-
MI AUTOBIOGRA-
FÍA DE CARSON Añadamos más picante. Car- presiva, aunque su risa lo ilumi-
MCCULLERS son McCullers se casó dos ve- naba todo. Y siempre enferma.
Traducción de ces (y otros tantas se separó) Los médicos no dieron con la te-
Gloria Fortún. con un manirroto, un jeta que cla de sus dolencias. Con 18 años
Dos Bigotes. falsificó cheques de su propia sufrió una fuerte fiebre reumá-
288 pp. 20,90 E
mujer, que sentía celos de ella tica que le provocó a lo largo de
porque no pudo cumplir su sue- su vida varios infartos, pues los
ño de escritor, que acudía a las galenos la trataban como si tu-

viera tuberculosis, según cuen-
ta Jenn Shapland. Más tarde lle-
garía el internamiento en una clí-
nica psiquiátrica y el suicidio frus-
trado cortándose las venas de la
mano izquierda (su padre, joye-
ro, no falló, se pegó un tiro en la
sien; tampoco su ex marido). Pe-
ro eso sería en 1948. Ahora es-
tamos en 1940, cuando la risue-
ña suiza y la ya famosa joven es-
critora se conocen y se entregan.
«Tenía un rostro que, lo supe en
seguida, me perseguiría hasta el
final de mi vida», confesó McCu-
llers en Iluminación y fulgor noc-
turno. A Annemarie Schwarzen-
bach, el amor de su vida, le de-
dicó Reflejos en un ojo dorado.
Jenn Shapland basa su ase-
veración en el contenido de car-
LLERS EN SU CASA
(GEORGIA, EEUU)
tas, telegramas y transcripcio-
nes de las sesiones de terapia
grabadas de Carson McCullers
a las que tuvo acceso mientras
preparaba su trabajo de posgra-
do. El material lo halló en el
centro Harry Rasom de Austin,
perteneciente a la Universidad
de Texas; en el archivo bibliote-
cario de Columbus (Georgia),
en Saratoga Springs y en Nue-
va York durante una investiga-
ción que la llevó seis años. Lo
más relevante son las transcrip-
ciones de terapia iniciadas en
1958, a las que sólo pudo acce-
derse en 2013, tras la muerte de
la doctora Mary Mercer. Mercer
denegó cualquier permiso a los
biógrafos. «Las cintas docu-
mentan a una mujer de 41 años
LA ESCRITORA
CARSON MCCU-
DE COLUMBUS
EN 1941. AP
que intenta averiguar quién es
[...] En ellas veo la única histo-
ria que escribió: la de una ina-
daptada y solitaria mujer que
tiene que lidiar con su yo ocul-
to y es incapaz de articular sus
propios anhelos», escribe Sha-
pland en Mi autobiografía de
Carson McCullers, finalista del
National Book Award, y quien
llegó a residir durante un mes
en la casa familiar de la propia
McCullers en Columbus.
Historias a tres bandas.
Shapland afirma, a la luz de las
terapias, que McCullers confie-
sa a la doctora que la reciproci-
dad en el amor existe pero que
es extremadamente improbable
porque exige tener mucha fe en
otra persona. De ahí que, añade
Shapland, los biógrafos desta-
quen historias a tres bandas en
sus libros, como la obsesión de
un soldado que espía a la mujer
de su capitán quien, a su vez, de-
sea al soldado en Reflejos en un
ojo dorado. La versión cinema-
tográfica la protagonizaron Mar-
lon Brando y Elizabeth Taylor.
¿Y qué hay de la visita de una
envalentonada McCullers, libro
en mano, a su idolatrada Greta
Garbo (símbolo sexual donde
los haya) en 1940? Aunque este
dato lo pone en duda Josyane
Savigneau en su hasta ahora ca-
nónica biografía Carson McCu-
llers (Circe), sí afirma lo si-
guiente: «En sus novelas el sexo
casi siempre está ligado a la ver-
McCullers fue güenza, a la repulsión, a la per-
una mujer fidia, a la violencia». Otra consi-
inadaptada y deración, en este caso de Jean-
solitaria que Pierre Joecker en la revista
lidió contra Masques en 1984: «El amor de
su yo oculto, Carson no es el amor de Eros,
sostiene Jenn es el amor-amistad, ese amor
Shapland que tan difícilmente se puede vi-
vir. A Carson le horroriza el se-
xo, y sin embargo aparece cons-
Sus biógrafos tantemente en sus libros».
coinciden en Lo que sí consiguió Carson
que a la escri- McCullers fue alcanzar un se-
tora le horro- gundo sueño tras tener que re-
rizaba el sexo, nunciar a ser concertista de pia-
pese a ser una no (su padre no le pudo pagar
constante los estudios en la prestigiosa Es-
en sus obras cuela Juilliard de Nueva York):
«Yo anhelaba una sola cosa: ir-
me de Columbus y dejar
huella en el mundo».
LALECTURA 29
 ensayo
por JORDI Leonardo Sciascia
COROMINAS fue un faro para la
cultura siciliana,
italiana y europea. En nuestro
país, siempre con tendencia a la
acotación para simplificar, su fa-
ma llegó con novelas de corte po-
liciaco más bien anómalas, de To-
do Modo a El contexto, obras im-
pecables repletas de estimulan-
tes semillas intelectuales en la lí-
nea de autores como Camus o
Vázquez Montalbán, con quienes
figura en el elenco de escritores
comprometidos e inconformistas
de la segunda mitad del siglo XX.
Esta voluntad de incidir en su
presente, para depositar un le-
Esta antología inédita en castellano, que
reúne los textos de Leonardo Sciascia en
su etapa como editor en Sellerio, muestra
el compromiso del escritor con la cultura
y su lucidez para escoger autores y temas
El coleccionista
de paratextos:
un ejemplo de
civismo en la
edición literaria
gado de cara al futuro reluce en
una faceta ignorada en España,
la de colaborador imprescindi-
ble para la mítica editorial Se-
llerio, bien conocida por la sa-
ga del comisario Montalbano de
Andrea Camilleri, descubierto
por Sciascia, para quien concep-
tos como la ideología o la edad
de un autor novel eran irrele-
vantes si los textos desgranaban
utilidad desde un sentido cívi-
co. Algo sin duda apreciable en
La felicidad de hacer libros, don-
de se recopila su trabajo casi
oculto en las lides editoriales.
Sellerio nació en 1969 y Scias-
cia siempre quiso participar co-
30 LALECTURA
mo una prima donna mediante
la escritura de solapas y notas
de prensa de las colecciones, im-
pulsadas por su afán de no de-
jar caer en el olvido voces nece-
sarias con riesgo de enmudecer
mediante la guillotina.
Y claro, aquí el lector de estas
reflexiones podrá preguntarse si
tiene sentido publicar en 2022 es-
ta compilación forjada en el últi-
mo tercio de la pasada centuria.
La respuesta es afirmativa, pues
Sciascia no se limitaba a informar
del contenido y aportaba sin ce-
sar destellos de su genio. Asisti-
mos así a un lento baile de refe-
rencias y meditaciones muy cen-
tradas en dos campos. El prime-
ro es la literatura. El análisis de
las solapas brinda pequeñas con-
fesiones nada encubiertas, des-
de su apuesta por libros de fon-
do como clave para la cultura has-
ta el amor por el estilo como cum-
bre imperecedera para cualquier
narrador, quizá el motivo esen-
cial para rescatar perlas inencon-
trables y así ratificar su apego a
una visión poco comercial del ne-
gocio. Consciente y divertido,
Sciascia desafió la aún vigente
hegemonía de páginas efímeras
en tantas estanterías calientes.
El segundo es la Historia.
Sciascia combina varias devo-
ciones. El relato de Sicilia a tra-
vés de los siglos es la capital,
yéndole detrás por poco su idi-
lio con el siglo XVIII y la urgen-
cia de tejer un hilo antifascista
mediante la memoria para no re-
petir los errores del pasado.
Esta última operación es muy
interesante desde el contexto de
su época, al propiciar un diálo-
go con muchos de sus coetáneos,
tales como Alberto Moravia, Elio
Vittorini o Vitaliano Brancati.
Sin menoscabar, más bien al
contrario, nombres inéditos en
nuestras latitudes como el de
Giuseppe Antonio Borgese, cu-
ya trayectoria, más allá de su
matrimonio en el exilio con una
LEONARDO hija de Thomas Mann, cobró
SCIASCIA
LEONARDO otro calado para reparar su ex-
SCIASCIA, clusión del canon tras negarse
ESCRITOR Y a jurar fidelidad al régimen
EDITOR
Traducción de
mussoliniano.
Entre estos apuntes, además
Vinnie Lawrence. de apreciar la original forma de
Libros del
Kultrum. 344 presentar las colecciones, de-
páginas. 22 E ben ponderarse más factores.
La lucidez de Sciascia fue pro-
verbial al dar a Sellerio un mar-
chamo internacional con la pu-
LA IMPORTANCIA blicación de plumas extranje-
DE LOS TEXTOS QUE
VISTEN LOS LIBROS ras, desde su amado Stendhal
Otro insigne hasta el polaco Kusniewicz, a
escritor y editor
italiano, el
recientemente
quien admiraba hasta el punto
de considerarlo una versión su-
perior de Josep Roth al carecer
fallecido Rober-
to Calasso –que
editó las obras
de nostalgia en sus novelas de
corte austrohúngaro.
En este deslumbrante catálo-
completas de
Sciascia en go aparecieron algunas referen-
Adelphi– cias hispánicas. La colección
definía los Diagonal se bautizó así por esa
paratextos larga línea recta barcelonesa,
como “una
arqueología del metáfora del sueño eterno de
paladar de un hallar en sus recodos perlas de
editor que, infinita belleza, desdeñadas por
semblanza a la poca capacidad de atención
semblanza, va de la mayoría. En ella incluyó
trenzando una a Max Aub y Santa Teresa, fas-
cartografía
literaria de sus cinándose hasta el paroxismo
rescates, al con un sinfín de ensayos dedi-
tiempo que una cados a la Inquisición, bien ra-
involuntaria dicada en Sicilia durante casi
autobiografía 300 años.
del gusto”. Así, La felicidad de hacer libros es
en efecto,
funcionan las un prodigio en la tradición edi-
piezas de este torial peninsular, una invitación
volumen, a imitar a Sciascia en su tarea y
confinadas a un valiente reto a manos de Li-
solapas, marca- bros del Kultrum, impagables
páginas o por lanzarse al vacío y sa-
forros de libros
lir reforzados.
 arte

Iury Lech, de origen ucra-
niano, aborda un mundo en
el que memoria y olvido
son los protagonistas
La imperiosa
necesidad de
laescritura
por REBECA «Dadme un reflejo
YANKE y lo convertiré en
raíz seca». Así co-
mienza un poema reciente del
artista multidisciplinar Iury
Lech (1958), publicado en el nú-
mero de junio de 2022 de Revis-
ta de Occidente, bajo el epígra-
fe Poesía hibernada. Lech lo re-
cuperaba hace unos días en sus
redes sociales para decir lo que
ya dijeron muchos antes, que
todo inició en él con la poesía.
«Reconforta que además de la
tecnología digital, el arte elec-
trónico y la transdisciplinarei-
dad, a uno le sigan valorando
como poeta, que es como todo
comenzó», dijo.
Porque Lech, descendiente
de la diáspora ucraniana en
España, es eso que se suele lla-
mar ecléctico. Forma parte de la
los pioneros de la música elec-
trónica y de la escena audiovi-
sual que empezó a florecer en
nuestro país en la década de los
80 del siglo pasado y, ahora, pu-
blica en Jekyll & Jill La divina
probabilidad de los recuerdos
extintos, un artefacto tan extra-
ño y fascinante como la época
que hoy vivimos, donde la dis-
tancia y el olvido son elementos
clave de nuestras sociedades.
«No sólo la escritura, sino
también la lectura, simboliza-
ban para Wolef un acto de fuer-
za mayor para contener la car-
coma del olvido que amenaza-
ba noche tras noche en conver-
tirle en una criatura sin lengua-
je ni historia», se lee en cierto
punto del texto. El argumento
no ofrece claves sino todo lo
contrario, y la belleza se en-
cuentra donde siempre estuvo,
en el uso del léxico y en la ne-
cesidad de experimentar con él
para entender los herméticos e
indescifrables sucedidos que
nos van acompañando.
Lech ha sido también traduc-
tor de obras de su país de ori-
gen, como la Antología de poe-
sía ucraniana del siglo XX y
Una iconografía del alma, así
IURY LECH como de los libros de Yuri An-
LA DIVINA PRO- drujovich Mi Europa y El último
BABILIDAD DE territorio. Dirige también MA-
LOS RECUERDOS DATAC, la Muestra de Arte Di-
EXTINTOS
Jekyll & Jill. 96 gital Audiovisual y Tecnologías
páginas. 13 E Acontemporáneas, de la
que es fundador.

La cultura pasa por aquí

arce ASOCIACIÓN
DE REVISTAS
CULTURALES
DE ESPAÑA www.revistasculturales.com

LALECTURA 31
 cuentos
La fama distorsiona la recepción
de un libro. El aprecio o el des-
precio que podemos sentir por
un autor que nos encontramos
hasta en la sopa se inmiscuye
inevitablemente en nuestro jui-
cio. Su imagen, sus palabras, sus
ideas políticas y su comporta-
miento cívico se pegan a la lectu-
ra, se filtran en nuestra disposi-
ción a leerlo, que suele ser deci-
siva a la hora de valorarlo. Así
que podemos tomarnos este ge-
neroso volumen de relatos de
Dylan Thomas (Swansea,
1914–Nueva York, 1953) como
un experimento (además de una
aventura literaria). Según nos
cuenta Manuel Vicent en su sim-
pático prólogo, Thomas fue fa-
mosísimo en vida, uno de los
primeros autores en aprove-
char el campo de ampliación
mediática para propagar el ha-
bitual juego del malditismo: bo-
rracheras, líos y broncas. Ade-
más de contar con un «voza-
rrón cautivante» que lo
convirtió en una estrella de la
radio y de los recitales. Tam-
bién, cómo no, nos dejó joven.
A diferencia de la fama de
Rimbaud o Lord Byron, con
quienes fue inevitablemente
comparado, y cuyo carisma no
32 LALECTURA
Dylan Thomas
el realismo
visionario de
un escritor
malogrado
Comparado en vida con Byron y Rim-
baud, la estrella del escritor británico fue
apagándose hasta su temprana muerte.
Nórdica reúne sus ‘Cuentos completos’,
que dan cuenta de su singladura literaria
por GONZALO se apaga, la fama de Thomas ha
TORNÉ ido desfalleciendo hasta casi su
desaparición. Al menos yo no
sabía ni la cara que tenía, solo
conocía de oídas su prestigio
nocturno, y lo identificaba con
el poeta de corte surrealista, au-
tor, entre otras piezas notables,
de la alucinante Bajo el bosque
lácteo. Leamos, pues, a Dylan
Thomas como no podían hacer
sus contemporáneos, sin las dis-
torsiones, para bien o para mal,
de la fama.
Este Cuentos completos se
compone de compendios dis-
puestos cronológicamente. El
primero de los libros, Hacia el
comienzo, inédito en vida del
autor, se articula en una serie de
estampas (una veintena) que ra-
ra vez superan las diez páginas.
Se trata de relatos rurales, a me-
nudo de interior, cuyo propósito
no pasa tanto por la reconstruc-
ción de un mundo perdido (o
tan distante que se confunde
con una pérdida) como de ex-
traerle destellos siniestros.
Dylan Thomas recoge aquí ase-
sinatos, crucifixiones, hechizos,
suplantaciones, locura, brujería,
cuchillos y maldiciones con una
prosa que a menudo se indepen-
diza de la narración para em-
prender excursiones visionarias
de textura casi surrealista.
Árboles, prados, el clima, los
animales… incluso la comida,
todo se presenta con un peso
particular, distinto al de nuestro
mundo corriente, como si obede-
DYLAN THOMAS EN LA
WHITE HORSE TAVERN
DE NUEVA YORK, 1952.
BUNNY ADLER
ciese a leyes alteradas. Una ma-
sa de emociones turbias que en-
tra y sale de los personajes de
manera independiente de su
voluntad completa el conjunto.
Estos relatos, donde una imagi-
nación perversa es capaz de
transformar cualquier cosa en su
reverso de pesadilla, recuerdan a
espacios muy estrechos, donde
apenas entra la luz, y el horror
que vislumbramos parece ape-
nas el signo superficial de una
maldad más profunda.
Los caminos del realismo.
El segundo libro, Retrato del ar-
tista cachorro, es el único que
Thomas publicó en vida. Los re-
latos son bastante más extensos
y la prosa se serena. Thomas re-
prime sus poderes visionarios,
atempera la prosa y despoja el
mundo de cualidades mágicas.
Hay, en definitiva, un trasvase ha-
cia el realismo. De los relatos no
sólo se nos dice que ocurren en
su Swansea natal sino que se pre-
tende (y se consigue) que nos lo
creamos, mediante una acumu-
lación de datos y notas sensoria-
les verosímiles. Otros dos rasgos
contribuyen a darle a este libro
su sabor: el fuerte componente
autobiográfico y la disposición
más o menos cronológica. De ma-
nera que el Retrato puede leerse
(y esta vez es cierto) como una
novela por cuadros independien-
tes, conectados por la misma voz
narrativa (sensible y algo despis-
tada, canallita y tierna, todo un
logro), y que traza un arco des-
TÚ TAMBIÉN PUEDES CONSEGUIRLOS CON CÍRCULO ROJO
de la infancia hasta los primeros
pasos en el periodismo.
Pese a su intención realista
(me refiero al empeño por re-
crear Swansea: una localidad al
sur del país dedicada a la pesca
y al comercio marítimo cuyas
playas, ahora de cierto presti-
gio, eran en tiempos del joven
Dylan Thomas arenales olvida-
dos por las divinidades) el libro
nunca cae en la exposición ruti-
naria de costumbres, se resiste
a caer en lo anecdótico. La pro-
sa es tensa y parece guiada casi
siempre por una intención dra-
mática, muy palpable en los
mejores relatos: Como los pe-
rros o Quién querrías que estu-
viese con nosotros. Aunque al
principio dominan los retratos
familiares a medida que avan-
zamos la prosa toma un aire de
paseo, más suelta, salpicada de
diálogos secos que recuerdan al
primer James Joyce, a quien
Thomas tomó sin duda como
modelo para intentar hacerle a
Swansea lo que su maestro le
había hecho a Dublín.
El tercero de los libros, Con
otra piel, también quedó inédito
en vida de Thomas. Se trata de
una serie de textos de extensión
variable, misceláneos, un poco
destensados, de prosa más rela-
jada, y que el lector disfrutará
más en la medida que le haya to-
mado apego a Thomas. Remata
la edición un puñado de relatos
adolescentes, útiles para el espe-
cialista y el curioso, pero un tan-
to intrascendentes para el lector.
www.editorialcirculorojo.com
Los cuentos Y después de la exposición,
del primer el juicio. Dylan Thomas no es
Thomas, un gran narrador, pero merece
ambientados la pena pasearse por sus cuen-
en Swansea, tos, y más en esta cómoda y
recuerdan al meritoria edición. El primer li-
Joyce de bro apunta maneras de narra-
‘Dublineses’, dor muy original y oscuro, to-
todo un logro davía en ciernes, y es una lásti-
ma que no desarrollase este
ángulo de visión. El narrador
El Thomas maduro (dentro de la breve
maduro es perspectiva de tiempo de la que
un escritor disfrutó Thomas) es también
artísticamente interesante, un eco logrado del
agotado, sin Joyce de Dublineses, menos ri-
un propósito guroso que su maestro, pero
ni una direc- también más esponjado y per-
ción clara en misivo con el material que de-
su literatura jaba entrar en su prosa.
Un escritor agotado. Thomas
abandona el magnetismo sinies-
tro de sus inicios, pero ofrece un
conjunto de relatos atractivo, y
que justifica sobradamente el pre-
cio de la entrada. Lo que sigue
(con alguna cresta meritoria) se-
ñala a un escritor capaz de man-
tener el interés de la página pero
artísticamente agotado. Sin un
propósito ni una dirección clara.
Consumido por la facilidad, y es-
corado hacia algo parecido al re-
gistro de actas documentales.
DYLAN El reloj de la vida y el reloj
THOMAS del arte no están sincronizados:
CUENTOS la muerte siempre llega dema-
COMPLETOS siado pronto para el que vive,
Trad. de Miguel
pero con frecuencia al artista (y
Martínez Lage.
Nórdica. 560 a sus lectores) ya no le quita de-
páginas. 29,50 E masiado, ya ha dado todo
Ebook: 12,99 E lo que tenía que dar.
LALECTURA 33
 EL LIBRO DE
LA SEMANA
por JUAN MANUEL
DE PRADA

FICCIÓN SEMANA ANTERIOR / SEMANAS EN LISTA NO FICCIÓN SEMANA ANTERIOR / SEMANAS EN LISTA

1. Lejos de Luisiana 4/2 1. Antes del olvido -/1

Luz Gabás Planeta. 23,50 E Jorge Javier Vázquez Planeta. 20,90 E
2. Historias de mujeres casadas 7/2 2. Encuentra tu persona vitamina 1 / 42
Cristina Campos Planeta. 22,50 E Marian Rojas Estapé Espasa. 19,90 E
3. Todo arde 3/4 3. Retratarte 2/4
Juan Gómez-Jurado Ediciones B. 22,90 E Carlos del Amor Espasa. 19,90 E
4. Todo va a mejorar 1/5 4. La Reconquista contada para escépticos 4/3
Almudena Grandes Tusquets. 21,90 E Juan Eslava Galán Planeta. 20,90 E ENRIQUE
5. Revolución 2/6 5. Verbolario 5/8 ÁLVAREZ
Arturo Pérez-Reverte Alfaguara. 22,90 E Rodrigo Cortés Random House. 20,90 E MARTA, MARTA
La Discreta. 456
6. Las madres 5/7 6. Neurociencia del cuerpo -/1
páginas. 18 E
Carmen Mola Alfaguara. 20,90 E Nazareth Castellanos Kairós. 18 E
7. Tostonazo 6/6 7. Un tal González 6/5
Santiago Lorenzo Blackie Books. 19,90 E Sergio del Molino Alfaguara. 21,90 E
8. El pasajero / Stella Maris -/1 8. El amanecer de todo 8 / v5 Conocido por sus
Cormac McCarthy Random House. 24,90 E D. Graeber y D. Wengrow Ariel. 24,90 E gustos heterodoxos
9. La familia 9/9 9. El poder de las palabras 10 / 8 y exquisitos, Juan
Sara Mesa Anagrama. 18,90 E Mariano Sigman Debate. 18,90 E Manuel de Prada,
que acaba de
10. La llama de Focea 10 / 7 10. Madrid 1945 9/9 cristalizar una
Lorenzo Silva Destino. 21,90 E Andrés Trapiello Destino. 23,90 E investigación de
11. Se tiene que morir mucha gente 8/4 11. Diarios. A ratos perdidos 3 y 4 11 / 6 muchos años en el
Victoria Martín Plaza&Janés. 20,90 E Rafael Chirbes Anagrama. 24,90 E volumen ‘El derecho
a soñar. Vida y obra
12. Belén. Caballo de Troya 12 12 / 3 12. El peligro de estar cuerda 12 / 29 de Ana María
J. J. Benítez Planeta. 20,90 E Rosa Montero Seix Barral. 20,90 E Martínez Sagi’
(Espasa), recomien-
da para esta lista
POESÍA SEMANA ANTERIOR / SEMANAS EN LISTA INFANTIL/JUVENIL SEMANA ANTERIOR / EN LISTA “una apasionante
novela teológica en
clave realista.
1. Un año y tres meses 1/9 1. Después de diciembre 1/2 Ambientada en
Santander a finales
Luis García Montero Tusquets. 16,90 E Joana Marcús Montena. 17,95 E del siglo XX, ‘Marta,
2. Perdón a la lluvia 2/3 2. Dando la nota. Diario de Greg 17 2/3 Marta’ imagina que
Sara Búho Lunwerg. 19,95 E Jeff Kinney Molino. 15 E el obispo de la
3. Una sola vida 3/2 3. El misterio del mundial en África. LF 22 5/2 ciudad abandona
su ministerio
Manuel Vilas Lumen. 18,90 E Roberto Santiago y Carles Lluch SM. 12,95 E
convencido de que
4. Un número finito de veranos 4/5 4. El Principito 4 / 38 Dios no existe”,
Aurora Luque Milenio. 14 E Antoine de Saint-Exupéry Salamandra. 6,95 E explica el escritor.
5. Lumpen -/1 5. Cuento de hadas 3/8 “Sobre esta premisa
Aixa Bonilla Espasa 12,90 E Stephen King Plaza&Janés. 24,90 E tan insólita y a la vez
actual, Enrique
Álvarez urde una
trama coral en la
LIBRERÍAS CONSULTADAS. A CORUÑA: Arenas. ALBACETE: Herso. ALMERÍA: Picasso. ÁVILA: Letras. BARCELONA: La Central, Alibri, Laie. BILBAO: Cámara.CÁCERES: To-
doLibros. CÓRDOBA: La república de las letras. GIRONA: Geli. GUADALAJARA: Emilio Cobos. LEÓN: Artemis. LOGROÑO: Santos Ochoa. MADRID: Alberti, Casa del Libro,
que demuestra ser
El Corte Inglés. MURCIA: Alameda. OVIEDO: Cervantes. PALENCIA: Iglesias. PALMA: La biblioteca de Babel. PAMPLONA: Abárzuza. SALAMANCA: Letras Corsarias. SAN un superdotado
SEBASTIÁN: Lagun. SANTIAGO: Couceiro. SEVILLA: Verbo TENERIFE: El atril TOLEDO: Hoja blanca. VALENCIA: París-Valencia. VALLADOLID: Oletvm. ZARAGOZA: Cálamo zahorí de almas”

34 LALECTURA
 tribuna

José Saramago, un por José Luís

aniversario atemporal Peixoto

Ga-
A menudo nos vemos arrastrados por la cotidianidad y, sin pen- vínculo entre la literatura y la vida
sar, creemos en la linealidad del tiempo. Aceptamos este error en
nador vivida es esencial.
nombre de un razonamiento que pretende objetivar lo subjetivo. Al
del II Vale la pena citar un extracto
hacerlo, reducimos el mundo, lo normalizamos. Ahora, en 2022, me Premio José de la edición de 1997 de Los cua-
siento como Tertuliano Máximo Afonso, el protagonista de El hombre Saramago y, dernos de Lanzarote: «Un día es-
duplicado, en el momento en que se reconoce en una película que se desde enton- cribí que todo es autobiografía,
está proyectando en la televisión. Repaso mis recuerdos con Sarama- ces, amigo que la vida de cada uno de no-
go y algunos de ellos parecen estar habitados por un doble mío. íntimo del sotros está contada en todo lo
En febrero de 2003 fue precisamente la novela El hombre duplica- Nobel, Peixoto que hacemos y decimos, en los
do la que José Saramago presentó en Buenos Aires, donde estuvimos recuerda con gestos, en la manera de relacio-
juntos y donde me impresionó la forma en que lo recibieron los lecto- motivo del narnos unos con otros cómo nos
res, tanto en la extraordinaria feria del libro de esa ciudad como en di- centenario de sentamos, cómo caminamos y
versos eventos, siempre llenos de gente. De ese viaje recuerdo muy su nacimiento miramos, cómo giramos la ca-
claramente una presentación que Saramago hizo ante cientos de pro- la vitalidad y el beza o recogemos un objeto del
fesores. Había tanta gente que era bastante difícil hacerlo entrar y sa- compromiso suelo. Quería decir entonces que,
lir del edificio. Como en varias ocasiones, me impresionó mucho la que tiñeron viviendo rodeados de signos, no-
energía que compartía con todas las personas que se acercaban a él. profundamen- sotros mismos somos un siste-
Saramago sabía que los libros son sólo un vértice del triángulo litera- te la vida y la ma de signos». Utilicé esta cita
rio que incluye a quien escribe y también, necesariamente, a quien lee. obra de uno de como epígrafe de mi novela Au-
En septiembre de ese mismo 2003, antes y después de participar en los escritores tobiografía, publicada en 2019,
un programa de televisión en Lisboa, recuerdo el entusiasmo con el más importan- en la que incluí a José Sarama-
que Saramago me habló de la novela que publicaría al año siguiente, go como protagonista.
tes del s. XX,
Ensayo sobre la lucidez. En esos momentos había en sus ojos y en su En este 2022 se celebra el cum-
voz un júbilo casi adolescente, pues ya vislumbraba toda la polémica
cuya obra pleaños número 100 de Sarama-
y debate que generaría el libro. Estaba a un mes de cumplir 81 años.
completa está go, que es lo mismo que decir que
Del hombre que conocí, la inmensa vitalidad fue una de las carac- reeditando se celebra el nacimiento de un ni-
terísticas que más me asombraron. Canalizó la inteligencia, el Alfaguara ño al que sus padres deci-
sentido de la justicia y la empatía a través de este espíritu per- dieron llamar José, como
manente. Fue así como pudo conciliar una intensa agenda in- les sucedió a tantos otros.
ternacional con un trabajo aún en desarrollo y, siempre, sin Después de más de 50
descuidar la atención y el cuidado por sus amigos. Esta disci- años, escribiría libros, crea-
plina se materializó en sus famosas dos páginas diarias. Según ría y difundiría ideas e his-
él mismo, cada día escribía exactamente dos páginas de texto, torias que tocaron a millo-
cumpliendo estrictamente con esta regla, incluso dejando in- nes de personas. Este tra-
completa la última frase de la segunda página, cuando exce- bajo resulta de la vida y es-
día el límite. Al mismo tiempo, cumplió con todos estos debe- tá dirigido hacia la vida.
res porque tenía muy bien definidas sus prioridades. Sobre Pilar del Río, en
La energía y la agudeza que le caracterizaban provenían una entrevista en el New
de convicciones profundas. Las posiciones políticas y las in- York Times, Saramago di-
tervenciones públicas que nunca dejó de atender, son inse- jo: «era mucho mayor an-
parables de sus propuestas literarias. En vida, los libros tes de conocerla». Aunque
siempre se complementaban con posturas impactantes que, no respete los criterios del
casi siempre, asombraban a toda la sociedad portuguesa. razonamiento objetivo, así
Sus comentarios iniciaron grandes debates colectivos, divi- funciona el tiempo y sus
dieron aguas. Creo que, con el paso del tiempo, la lectura caprichos. Por eso, a me-
de sus obras se vuelve autónoma de esta dimensión mediática. Aun SARAMAGO EN dida que los nuevos lectores las
así, las provocaciones a la reflexión quedan incrustadas en esos SU CASA DE descubren, las novelas de Sara-
LANZAROTE EN
párrafos, rítmicamente marcados por comas. 1999. CHEMA CONESA mago renacen constantemente.
En 2006, yo estaba presente cuando Las paqueñas memorias llegó Lo mism o sucede con toda
a las librerías portuguesas. El año anterior, Saramago había estre- la vida que llevan dentro.
nado Las intermitencias de la muerte, y la palabra «muerte» estaba
muy presente en sus conversaciones. Aunque todavía gozaba de bue- José Luís Peixoto es uno de los
na salud, a menudo hablaba de cuánto lamentaba esta inevitabilidad más relevantes escritores en len-
de la vida. Recordando la infancia, volviendo a ella en las páginas de gua portuguesa. En 2019 publicó
Las paqueñas memorias, observé a un hombre que defendía su his- Autobiografía (RH), en la que no-
toria frente al paso del tiempo y que, al hacerlo, porque no era un velaba los frustrantes inicios litera-
hombre cualquiera, porque era un escritor referente, afirmó que el rios del Nobel.

LALECTURA 35
exposición

Zóbel y
los clásicos
dialogan por MARIO
CANAL
Fue un afinado co-
leccionista, mece-
dica el Museo del Prado, Zóbel.
El futuro del pasado, aporta

en el Prado
La pinacoteca inaugura
una nueva línea expositiva
para reivindicar la influencia
de los maestros del pasado
en los artistas modernos
nas comprometi-
do con la cultura filipina –país
en el que nació–, sobrio intelec-
tual y artista revelador de la
esencia profunda de la pintura.
Sin embargo, la figura de Zóbel
se ha visto a menudo opacada
por su vinculación al Grupo de
Cuenca y al Museo de Arte
Abstracto de la ciudad, que le-
vantó en 1966 a partir de las
piezas que adquirió de sus ami-
gos Antonio Saura, Eusebio
Sempere, Gerardo Rueda, Mar-
tín Chirino o Gustavo Torner.
La exposición que ahora le de-
una perspectiva nueva y autó-
noma de su vida y obra, que
depende sin pudor de la gran
historia del arte.
El vigor creativo de Fernan-
do Zóbel (Manila 1924–Roma
1984) se abre en el Prado mos-
trando cómo su pintura abs-
tracta dialoga con los maestros
clásicos. Esta exposición no es
la primera en la que un creador
moderno se infiltra en la pina-
coteca madrileña –ya lo hicie-
ron antes Francis Bacon y Pi-
casso–, pero sí constituye una
nueva línea programática del

36 LALECTURA
 ZÓBEL EN NUEVA YORK A mediados de
los años 50, el descubrimiento de Rothko
maravilla a Zóbel. Y cuál sería la sorpresa del
español cuando, al exponer en Nueva York,
el propio Rothko fue a visitar su muestra. En
sus diarios anotó: “Dios ha venido a ver mi
exposición”. Rothko no solamente fue a verla,
sino que días después regresó de nuevo.

museo. Iniciativa que puede ge-
nerar polémica, ya que la ten-
sión representativa entre el
Prado y el Museo Reina Sofía
establece claramente los lími-
tes temporales a los que debe
dedicarse cada institución, es-
cindidos por la fecha de naci-
miento del propio Pablo Pi-
casso (1881), tal y como marca
un decreto aprobado en 1995.
«No podemos pretender que
el Prado se acabe con Sorolla»,
‘EL SUEÑO DE
defiende Mi-
LA DONCELLA’, guel Falomir,
INSPIRADO director de la
POR LA pinacoteca des-
ALEGORÍA
DE LOTTO. de 2017. «No
HARVARD ART somos un mu-
MUSEUMS / FOGG seo con artistas
MUSEUM
contemporá-
neos, pero sí un museo contem-
poráneo. Todo museo o es con-
temporáneo o es una antigua-
lla», asegura. Tampoco parece
querer chocar con el principal
museo español de arte contem-
poráneo, ni con su director Bor-
ja-Villel, cuando añade: «El ar-
te es libre. Yo estaría encantado
de que el Reina Sofía hiciera
una exposición sobre Goya por-
que procurarían una mirada
que nosotros no tenemos».
Modernidad y tradición.
La muestra que abre esta nue-
va línea de investigación exhi-
be cómo la modernidad de Fer-
nando Zóbel no fue rupturista
sino deudora de la tradición. Zó-
bel absorbe la belleza de los
grandes maestros presentes en
el Prado y en las pinacotecas
más importantes del mundo:
Nueva York, Londres, Venecia,
París. «Dibujar de cuadros es
una forma de verlos. Limpia los
ojos y deja en el subconsciente
las cosas más imprevistas», es-
cribió en uno de sus cuadernos.
De familia adinerada, Zóbel
pudo viajar desde muy joven
por todo el mundo satisfacien-
do una curiosidad erudita, aun-
que su personalidad se identifi-
ca con la generosidad. Financia
y participa en expediciones ar-
queológicas a Filipinas y ad-
quiere obras de arte a lo largo
de su vida, a menudo dibujos
de maestros españoles, que
después cede a instituciones
como el mismo Prado
o el British Museum,
ya que «no entendía el
coleccionismo como
una forma de acaparar,
sino de compartir», se-
gún Felipe Pereda, co-
misario de la exposi-
ción junto a Manuel
Fontán del Junco.
De Filipinas a Har-
vard. En 1946 se ma-
tricula en Filosofía y Le-
tras en Harvard. Y tras
‘ALEGORÍA DE LA CASTIDAD’ (1505)
finalizar sus estudios re-
gresa a Filipinas, donde
se involucra en la esce-
na vanguardista local.
La caligrafía japonesa
le fascina hasta marcar
su forma de aproximar-
se a la composición en
sus cuadernos de traba-
jo, así como al lienzo. A
mediados de los 50 re-
gresa a Estados Unidos
y su pintura se encua-
dra definitivamente en
una abstracción influi-
da sobre todo por Mark
Rothko. Seguir la preci-
sa cronología que hay
escrita sobre Zóbel im-
plica entrar en contac- AUTORRETRATO EN AGOSTO DE 1952.
to con artistas e intelec-
tuales, participar en ex-
posiciones en Europa,
Asia y América. Siem-
pre acompañado por un
cuaderno de tamaño bol-
sillo para dibujar y es-
cribir.
En la presente expo-
sición encontramos 42
pinturas, 85 dibujos y
54 de los 150 cuader-
nos artísticos que se
guardan de Zóbel. Se
sitúan en vitrinas –con
un excelente montaje
diseñado por el arqui- ILUSTRACIÓN PARA ‘DON PERLIMPLÍN’
tecto Pedro Feduchi–,
bajo los lienzos que
dialogan con las obras que se-
dujeron e inspiraron al artista.
Entre ellas, la Alegoría de la
Castidad (1505) de Lorenzo
Lotto, junto a las dos versiones
que realizó Zóbel, tituladas El
sueño de la doncella I y II (am-
bas de 1967). La Santa faz II
(1959), inspirada en la obra de
mismo título que Zur-
barán pintara hacia
1660, es una curiosa
composición matérica
con rayajos de óleo car-
mesí y dorado de gran
expresividad, alejado
de la estética brumosa
que le caracteriza.
Hay después una re-
visita a Edgar Degas y
las cuatro versiones
que realizó el mismo
año de su muerte –de
una ataque al corazón
DE LORENZO LOTTO. a los 60 años– de la
pintura de Goya El 2 de
Mayo de 1808 en Ma-
drid (1814), aunque sin
el original del maestro
aragonés presente. Es-
tas obras anteceden a
otro espacio dedicado
al interés que Zóbel
mostró por la fotogra-
fía y la pintura de figu-
ración instantánea, que
los organizadores han
denominado Imágenes
dialécticas.
Tiempo suspendido.
En la última sala –sin
contar el epílogo dedi-
cado a su trayectoria cos-
mopolita–, y junto a otros
paisajes de la misma
época, reencontramos a
Zóbel en su máximo es-
plendor. El lienzo de gran
formato titulado La vis-
ta XXVI (1974) posee
una verdad que roza la
perfección, porque su-
giere una mirada eter-
na. La naturaleza se ad-
hiere al lienzo como a la
retina, condicionada por
la duda y el tiempo. El
presente observado se
transforma en el futuro
que se nutre del pasado,
DE LORCA (1946). de la vida y el arte. Co-
mo lo expresa el comi-
ZÓBEL. sario Manuel Fontán del Junco:
EL FUTURO «La gran obra abstracta de Zó-
DEL PASADO bel se forma por evaporación del
MUSEO DEL
PRADO
conocimiento que tiene de la tra-
MADRID dición, que es de alguna forma
Hasta el 5 de el paso de un paisaje sólido a esa
marzo de 2023 especie de abstracción lírica, es-
piritual y evanescente de
su pintura».

LALECTURA 37
las
Miradas fotografía

por VANESSA Hace justo un

GRAELL año, cuando vol-
vía de una gira
por los Emiratos Árabes, Bah-
rein y Qatar, Jair Bolsonaro hi-
zo una retransmisión en sus re-
des sociales desmintiendo la
destrucción del Amazonas: «Se
trata de la misma bobada de
siempre», dijo el presidente. Pa-
ra demostrar la bobada, leyó
una noticia de 1994 que alerta-
ba de que, si seguía el mismo
ritmo de deforestación, la Ama-
zonía se convertiría en un de- 1
sierto en 2010. Según las cifras
oficiales, durante los mandatos
de Lula da Silva y Dilma
Rousseff la deforestación se fre-
nó en torno al 80%. Pero en los
cuatro años de Bolsonaro, la
aniquilación de la selva se ha
disparado, volviendo a niveles
de hace 15 años. Sólo el pasado
mes de octubre se perdieron
904 kilómetros cuadrados de
bosque, con lo que la tala anual
ya se sitúa en 949 hectáreas.
«¿Cómo está ahora el Amazo-
nas? Mira». El fotógrafo Lalo de
Almeida (São Paulo, 1970) saca
su teléfono del bolsillo para
mostrar las fotos que tomó a fi-
nales de septiembre: un grupo
de pescadores carga a la espal-
da una pesada barcaza en el
cauce seco del río Xingú. «An-
tes había agua. Pero desde que
construyeron la presa, hay zo-
nas por las que ni siquiera se
3
puede navegar ni pescar. Las
aguas verdes claras y cristali-

nas están ahora contamina-
das», lamenta.
Pocos días después de las úl-
timas elecciones que dieron la
victoria a Lula da Silva, Lalo de
Almeida viajó a Barcelona para
inaugurar la exposición de los
premios World Press Photo, el
referente del fotoperiodismo in-
ternacional. El brasileño, que ya
había obtenido un segundo pre-
mio en 2017 por su reportaje
sobre las víctimas del virus Zi-
ka, resultó ganador este año en
la categoría de Proyecto de Lar-
ga Duración por Distopía ama-
zónica, una crónica en blanco y
negro de la pérdida del mayor
bosque tropical del mundo y
sus dramáticas consecuencias,
no solo paisajísticas.
Pobreza,
destrucción
y violencia en
el Amazonas
Lalo de Almeida lleva diez años
documentando la brutal deforestación
de la selva. Su serie ‘Distopía amazónica’
le valió el premio World Press Photo
«La deforestación no empezó
con Bolsonaro. El modelo de
exploración depredadora se re-
monta a la llegada de los portu-
gueses. Durante siglos, la cul-
tura de la sociedad brasileña
ha sido la de tratar la Amazo-
nia como una colonia de la que
se pueden extraer recursos in-
finitos. Los brasileños tenemos
una relación extraña con el
Amazonas, no es tan próxima
como cabría esperar», admite
De Almeida.
El fracaso de Belo Monte.
El fotógrafo empezó a trabajar
en el Amazonas en 2012 para
documentar en el diario Folha
de São Paulo la polémica cons-
trucción de la central hidroeléc-

38 LALECTURA

trica de Belo Monte, un proyec-
to faraónico –es la cuarta del
mundo– aprobado en la época
de Lula da Silva. «Fue una man-
cha en el gobierno de Lula, lue-
go pidió perdón. Pero se destro-
zó un paisaje que en cualquier
otro lugar habría sido un Par-
que Nacional: desviaron el río
Xingú, construyeron una presa
y un canal artificial... Y resulta
que la central es un fracaso: no
puede operar en toda su capa-
cidad porque no hay agua sufi-
ciente debido a las sequías ca-
da vez más frecuentes», expli-
ca. Este año, la española Iberdro-
la ha puesto a la venta su parti-
cipación del 10% en el consor-
cio de gestión de la hidroeléctrica
de Belo Monte.
2
no es solo medioambiental sino
social: si no se combate la po-
breza la deforestación no termi-
nará. Pobreza y deforestación
van de la mano. Y gran parte de
1. EL PUEBLO DE la población está vinculada a al-
ATALAIA DO
NORTE, EN EL guna actividad ilegal, es su úni-
VALLE DEL co modo de supervivencia», ex-
JAVARI, UNA DE plica De Almeida. Muchas co-
LAS MAYORES
RESERVAS munidades indígenas han
INDÍGENAS DEL cedido parte de sus tierras a los
MUNDO. 2. INICIO garimpeiros (mineros furtivos
DE LAS OBRAS DE
CONSTRUCCIÓN
de oro) a cambio de comisio-
DE LA nes. «Unos están a favor, otros
HIDROELÉCTRICA en contra. Y se han divido mu-
DE BELO MONTE.
3. LA COMUNIDAD
chos pueblos e incluso familias.
MUNDURUKÚ Luego, el río contaminado por
EMBARCA HACIA las minas es el mismo para to-
BRASILIA PARA dos», apunta el fotógrafo.
PROTESTAR
CONTRA EL
PROYECTO DE Más peligroso que las fa-
UNA NUEVA
PRESA.
velas. A la tala de madera, la
4. TRAS LA extracción de oro, los incendios
CONSTRUCCIÓN provocados, la minería, la gana-
DE BELO MONTE, dería intensiva y el cultivo de so-
MUCHOS DE LOS
ÁRBOLES DEL RÍO ja que arrasan el paisaje, se su-
XINGÚ ma el narcotráfico y las luchas
MURIERON. entre bandas, que han converti-
do el estado del Amazonas en
uno de los más peligrosos del
país. De Almeida señala una de
sus fotografías en la pared del
CCCB: un cadáver en el suelo,
con varios billetes en el pecho.
«Es un asesinato, otro ajuste de
cuentas en Altamira, que ahora
mismo es la ciudad más peligro-
sa de Brasil, con un índice de cri-
minalidad un 6% superior al de
Río de Janeiro, y no es precisa-
mente Disneylandia...», cuenta.
4
La Distopía amazónica no es
solo la de imágenes fantasma-
A lo largo de una década, De WORLD PRESS góricas de una selva moribun-
Almeida ha fotografiado los al- PHOTO 2022 da. Según la Cartografía de la
rededores de Belo Monte y CCCB Violencia en la Amazonia, ela-
más, todos los lugares donde BARCELONA borada por el Foro Brasileño de
Hasta el 12 de
avanzaba la deforestación: ár- diciembre Seguridad Pública, desde 1980
boles muertos a la orilla del río la tasa de homicidios ha crecido
contaminado, niñas y mujeres un 260,3% en la región, muy
pidiendo comida al borde de la por encima de la media nacio-
Carretera Transamazónica, al- nal, que se sitúa en el 85%. «El
deas en unas condiciones insa- problema no está en el bosque
lubres, un indígena borracho e preservado sino, sobre todo, en
inconsciente en un banco, cam- las zonas bajo presión por la
pesinos armados hasta los deforestación, donde los ho-
dientes, pueblos totalmente micidios alcanzan una tasa de
abandonados después de ha- 37,1 muertos por cada grupo
ber extraído los recursos de de 100.000 habitantes e indi-
la zona (como en Vila da can disputas, conflictos terri-
Ressaca, antaño explotada toriales y tensiones», destaca
por su oro)... LALO DE el informe de esa utopía, la
ALMEIDA.
«La Amazonía es un lugar amazónica, que hace lus-
muy complejo... El problema tros se volvió distopía.
EFE
LALECTURA 39
las
Miradas exposición
Jorge Eduardo
Eielson fue uno de
los artistas peruanos
más destacados de
los 70, aunque desde
su autoexilio en Italia.
Es Baluard reivindica
su lado mediterráneo
en una exposición
inédita en España
El poeta de los nudos por FIETTA «La tierra es redon-
JARQUE da/ y azul como una
naranja», escribe Jor-
ge Eduardo Eielson en su libro
Naturaleza muerta, en 1958. En
esos dos versos condensa lo más
profundo del paisaje que marcó
su vida: el cambiante azul del mar,
el sol en su ocaso. Nacido en Li-
ma en 1924 y fallecido en Milán
en 2006, después de vivir más de
50 años en Italia, se expresó me-
diante la poesía y las artes visua-
les, la música y las performances.
Ahora el centro de arte mallor-
quín Es Baluard (Palma) presen-
ta un recorrido por su trabajo plás-
tico. Comisariada por Imma Prie-
to, directora del museo, la expo-
‘BANDERAS’
(1998-2004). sición alude a la experiencia in-
IMÁGENES: COLECCIÓN
PRIVADA Y CENTRO STUDI sular de Eielson, definida por sus
JORGE EIELSON largas estancias en Cerdeña.
El nudo vertical tiene su mé-
LA INSTALACIÓN ‘EL
PAISAJE INFINITO
dula en los trabajos más conoci-
(PRIMERA MUERTE dos del artista peruano, las series
DE MARÍA)’, DE 1988. de lienzos en los que se tensa so-
bre el bastidor otra tela que lo
40 LALECTURA
atraviesa y concentra su poder
en nudos que resignifican el es-
pacio. El autor los titula Quipus,
en referencia al sistema de escri-
tura de los incas, basado en cuer-
das con diversidad de pequeños
nudos, usado como información
contable y narrativa. Y es cierto
que Eielson mantuvo lazos con
las culturas precolombinas, de
las que coleccionó objetos desde
su juventud. Pero esas telas re-
torcidas y atadas no provienen
solamente de esa evidencia.
La narración de esta retrospec-
tiva, inédita en Europa, permite
leer más allá. Empieza con una
serie de pinturas abstractas de
densidad matérica en las que al
paisaje árido de la costa perua-
na, orilla y horizonte, va incorpo-
rando prendas de vestir mascu-
linas. Un ser ausente, que quizá
tenga que ver con la situación de
su homosexualidad que lo invi-
sibilizaba como individuo en esos
años. Esas camisas, chaquetas,
corbatas y pantalones van trazan-
do unas coordenadas que tienen
un eslabón importante en la pie-
za El ángel (1963), donde la ca-
misa desgarrada y retorcida, co-
mo quien escurre con fuerza la
ropa mojada, se tensa sobre el
lienzo y produce un nudo angus-
tiado que tira
de él hacia otro
lugar. Los nu-
dos se desvis-
ten (se des-nu-
dan) en pro-
puestas sinté-
ticas y claras.
Se percibe in-
cluso una rela-
ción de paren-
tesco con las
telas rasgadas
de Lucio Fon-
tana, otra gramática, caligrafía
visual cercana. Eielson crea su
propio alfabeto con los nudos y
no solo los utiliza sobre lienzo si-
no también en esculturas e ins-
talaciones, lo que queda bastan-
te explícito en el conjunto titula-
do precisamente Alfabeto (1973).
Entregado de niño en adop-
ción por una madre soltera aban-
donada, Eielson destacó desde
joven al ganar el Premio Nacio-
nal de Poesía con solo 21 años.
Entró a formar parte del círculo
de intelectuales arropados por
el escritor y antropólogo José
María Arguedas, que le hizo des-
cubrir la diversidad y valor de las
culturas andinas. Pero, a su vez,
se asoció a jóvenes artistas, es-
critores y arquitectos que apos-
taban por la modernidad en un
país que, en los años 40, estaba
estéticamente estancado. Coetá-
neo de poetas como Javier Solo-
guren, Blanca Varela o Sebastián
Salazar Bondy y amigo del pin-
tor Fernando de Szyszlo, con
quien comparte su primera ex-
posición, consigue una beca pa-
ra ir a París en 1948 y no vuelve
a residir en Perú nunca más. Pe-
ro algo de ese pasado quedó pa-
ra siempre instalado en él.
Del chamanismo al zen. Eiel-
son desarrolló una serie de cua-
dros sobre chamanes, pintados
sobre arpillera y con referencias
a la pintura textil de la cultura
Chancay (siglos XI a XV). Inte-
resado por el budismo zen, en el
universo del artista late una fuer-
te atracción por la representación
de lo cósmico, algo que eviden-
cia la instalación Esta vertical ce-
leste proviene de Alfa Centauro,
basada en su poema homónimo
de 1960. El mismo Eielson seña-
la algunas de sus principales in-
fluencias en una carta a Antoni
Tàpies, incluida en la muestra: el
propio artista catalán, Eduardo
Chillida y el chileno Roberto Mat-
ta. La poesía atraviesa esta mues-
tra de diversas maneras, con un
par de piezas sonoras, y también
en el montaje asociativo de tres
obras –la pintura de una botella
de leche, la instalación de una si-
lla con el mismo elemento y el
poema Una botella de leche es
una botella.
Como capítulo final de la ex-
posición se recupera la instala-
 Poeta y escritor Escribió dos novelas y dos obras de teatro,
pero fue en el terreno poético donde Eielson forjó su estilo.
Su voz literaria impregna también su obra artística: comparte
los mismos títulos, metáforas o imágenes plásticas

‘CEREMONIA
ANCESTRAL III’
(1986).

ción El paisaje infinito (Primera
muerte de María) de 1988, titu-
lada según su primera novela de
los años 50 y basada en una per-
formance que realizó paseando
a una mujer completamente cu-
bierta de telas sobre el capó de
un coche por la ciudad de Lima
o subiendo las escaleras de la ca-
tedral. En Es Baluard el conjun-
to deja estática la escena en un
ambiente en azul intenso (casi
Yves Klein) con una mujer cu-
bierta de telas, una escalera al
cielo, una mesa y sillas cojas, to-
do sobre arena clara.
Si bien vivió de forma discre-
ta, Eielson empezó a ser recono-
cido en los años 70, formó parte
de la Documenta V comisariada
por Harald Szeemann –conside-
rada una de las más importantes
del siglo XX–, la Bienal de Vene-
cia del 72 o, incluso, de los Jue-
gos Olímpicos de Múnich (can-
celados por el ataque terrorista)
EL NUDO en los que fue convocado para
VERTICAL hacer una acción que anudaría
MUSEU ES las banderas de todos los países
BALUARD participantes. Su poesía se alza
PALMA DE
MALLORCA tan alto como su obra visual. Co-
Hasta el 2 de mo demuestran las resonancias
abril de 2023 de este poema de Mutatis Mutan-
di (1954): «Existirá una máqui-
na purísima/ copia perfecta de sí
misma/ y tendrá mil ojos verdes/
y mil labios escarlata/ no servirá
para nada/ pero tendrá tu
nombre/ oh eternidad».

LALECTURA 41
los
Escenarios
“El escenario es
una droga, pero
me siento mejor
componiendo”
El pianista y compositor Moisés P. Sánchez
gira por toda España con su celebrado
proyecto ‘Bach (Re)Inventions’ al tiempo
que este sábado se estrena en el Auditorio
Nacional de Música como artista residente
del CNDM, donde asume dos encargos
por PABLO Tiene nombre bíblico, Moisés, y
SANZ romano, Patricio, que da vida a
la ‘pe’ más misteriosa del plane-
fotografía ta jazzístico español. Moisés P.
de JEOSM Sánchez (Madrid, 1979) hoy li-
dera la excelencia de nuestro
jazz con obras cumbre, como
su extraordinaria versión para
gran ensemble de La consagra-
ción de la primavera de Stra-
vinski, y la sublimación pianís-
tica y compositora. Esta tempo-
rada el Centro Nacional de
Difusión Musical (CNDM) le
acoge como artista residente y
le encomienda dos encargos
que estrenará en el Auditorio;
así, mañana sábado presenta
en primicia los nuevos temas de
MOISÉS P.
SÁNCHEZ, CON SU Dedication II, en alineación de
INVENTION TRIO. cuarteto, junto al saxofonista
JUAN JESÚS GARCÍA.
Javier Vercher, el contrabajista
42 LALECTURA
A vueltas con Bach Para cerrar la trilogía
de las ‘(Re)Inventions’ habrá un proyecto
en formato ensemble y otro a piano solo”
Toño Miguel y el baterista Bor-
ja Barrueta; y el próximo 2 de
febrero, un interesantísimo ma-
no a mano, a dos pianos, junto
a otro pianista monumental,
Marco Mezquida, que llevará
por título Va y ven, cuyas com-
posiciones ultiman estos días.
PREGUNTA. Presenta los nue-
vos temas del que fuera su se-
gundo álbum, Dedication, 13
años después, ¿cuánto ha evo-
lucionado?
RESPUESTA. Mi manera de com-
poner sigue siendo la misma,
con esos desarrollos sinfónicos
que tanto me gustan, pero es
cierto que, a nivel de armonías
y texturas, del uso de los instru-
mentos, los timbres y demás
tengo otras nociones, claro, ha
pasado mucho tiempo. Y luego
rítmicamente he crecido muchí-
simo, en ese sentido todo es
más complejo. Una vez que
creo que la armonía y la melo-
día están sobreexplotadas, me
paso a lo rítmico, trabajo mu-
cho las polirritmias, aunque pa-
ra mí la melodía y adónde te lle-
va lo es todo. Luego no te ocul-
to que tengo cierta tranquilidad
en la construcción de las com-
posiciones, tengo más claras las
cosas, adónde quiero llegar…
Cuando compongo o toco, no
fuerzo nada, porque tengo la
confianza de que voy a llegar a
buen puerto. Sé que voy a llegar.
P. En este regreso a sus comien-
zos, ¿cuál es el primer recuerdo
que le conecta al jazz?
R. De pequeño me topé con dos
libritos de ejercicios de Bud
Powell y Oscar Peterson, muy
sencillitos, pero es ahí donde
descubrí el jazz. Claro, y otras
muchas músicas, pues en mi ca-
sa siempre hubo mucha música.
P. Muchas horas de estudio
mientras otros jugaban al fút-
bol. Que, por cierto, no se le da-
ba nada mal...
R. [Risas] Sí, sí, me gustaba mu-
cho jugar al fútbol y, de hecho,
sigo jugando con algunos músi-
cos. Para mí ese tiempo del par-
tido de fútbol me sirve de medi-
tación. De pequeño, claro, no en-
tendías nada, no sabías nada,
qué quieres hacer con tu vida,
no tenías ni idea, ni de los sacri-
ficios. Recuerdo mi niñez frente
al piano entre una suerte de ale-
grías, tristezas, frustraciones…
Fue complicado, porque las co-
sas que exigen sacrifico no son
fáciles ni bonitas. El equilibrio
de desarrollarte como niño ju-
gando, pero primero pasar por
la disciplina del piano… Yo em-
pecé con tres años y hacía tres
horas de piano a los doce. Aho-
ra lo entiendo, pero el trabajo
mental fue enorme. Philip Glass
decía que la música es la músi-
ca, y la profesión es otra cosa. Y
es muy dura. Y te planteas aque-
llo de un gran futuro a tus espal-
das, y un pasado por delante.
P. Pero le estará agradecido a
sus padres, ¿no?
R. Sí, por supuesto, gracias infi-
nitas, pero es muy importante
preparar a los chavales mental-
mente. A mí me emocionaba la
música y ellos me han facilitado
lo que para mí es más importan-
te: crear emociones con la músi-
ca. Cuando soy capaz de emo-
cionar a alguien, de hacerle la vi-
da un poco mejor… uf, es algo
muy potente, muy fuerte.
P. El 2 de febrero estrena junto
a Marco Mezquida nuevo mate-
rial por encargo del CNDM,
¿en qué punto está?
Primera residencia de jazz en el CNDM Es Evolución y estilo Cuando compongo o toco,
una puerta derribada. El músico de jazz de no fuerzo nada, tengo la absoluta confianza
hoy en día es muy global, formado y culto” de que acabaré llegando a buen puerto”

R. Ahora mismo estamos com-

poniendo, en proceso de com-
partir partituras, llamadas, vi-
deollamadas… trabajando sobre
papel. En breve ya juntaremos
los pianos y ensamblaremos la
música. Ahí siempre pasan co-
sas y, de nuevo, acabas reto-
mando el trabajo de escritura.
Marco es un músico excepcio-
nal y además con una sensibili-
dad muy cercana a la mía, nos
entendemos perfectamente.
P. Un músico de jazz residente
del CNDM, ¿no suena un poco
extraño?
R. Es un gran honor y una gran
responsabilidad, pero la quiero
para mí. Y como me dijo un
compañero en cierta ocasión:
«Es una puerta derribada». No
sólo para mí, sino para todos
los que están por venir. Me ale-
gro por mí, e igualmente por los
enormes músicos que también
se lo merecen. Y es que el músi-
co de jazz no es un tipo que se
meta en un local bajando unas
escaleras a la una de la maña-
na, entre humo y alcohol… El
músico de jazz ahora está enor-
memente formado: ha estudia-
do composición, arreglos, cono-
ce a compositores clásicos y
modernos, se maneja en el uso
de las nuevas tecnologías, está
al tanto de todas las músicas
actuales… Es un músico inte-
gral, con un conocimiento muy,
muy global, muy culto. Las pro-
puestas a día de hoy son ina-
barcables y entroncadas, es
apasionante.
P. ¿Y habrá continuación de
Bach (Re)Inventions? ¿Nuevos
encargos a la vista?
R. Sí, sí, el álbum de Bach forma
parte de una trilogía de la que
ahora no puedo avanzar casi
nada, pero está todo. Habrá otro
proyecto en formato ensemble y
otro más a piano solo. Igual-
mente tengo encargos de los
que tampoco puedo hablar to-
davía, pero ésta es una de las
cosas más bonitas que me están
pasando, el que la gente confíe
en ti como compositor, en tu so-
nido. Sin descuidar el escenario,
que es una droga para mí, pero
yo realmente me considero un
compositor, un creador y
mi lógica es ir hacia allí.

LALECTURA 43
los
Escenarios
Con Serrucho el
espectador es
también el director
El Festival de Otoño afronta su fin de
semana de clausura con el espectáculo
interactivo ‘Interior noche’, en la Sala Mirador
por DARÍO Hoy las tiendas de
PRIETO
campaña se mon-
tan en dos segun-
dos y se llevan como una mo-
chila. Pero hubo una época en
la que, para irse de vacaciones,
algunas personas enganchaban
a su automóvil una comanche:
un remolque que se transforma-
ba, después de un proceso un
tanto laborioso, en un habitácu-
lo. Es el tiempo –más bien la
progresiva pérdida de él a medi-
da que la vida se ha ido acele-
rando– lo que terminó convir-
tiendo este vehículo-residencia
en una reliquia histórica. Y por
eso el colectivo Serrucho ha es-
cogido una vieja comanche co-
mo elemento en torno al que ar-
ticular su espectáculo Interior
noche, que se representa este
viernes y sábado en la Sala Mi-
rador de Madrid.
Interior noche es uno de los
montajes que cierra, este fin de
44 LALECTURA
teatro
EDICIÓN DEL FESTIVAL TNT.
semana, la 40ª edición del Festi-
val de Otoño. Estrenado en el
festival Terrassa Noves Tendèn-
cies (TNT), dentro de una de sus
residencias, este espectáculo
descansa en la participación del
espectador. Éste –en un número
máximo de 40 por sesión– entra
en la sala con un frontal de luz
como los que se colocan en la
frente durante las acam-
padas. La caja negra es
más negra que nunca,
pues prácticamente la
única iluminación de la
escena proviene de los
haces que lanza el públi-
co con sus leds. Es decir,
que es éste quien otorga
más o menos importan-
cia a lo que sucede.
Raúl Alaejos, uno de
los tres componentes de
Serrucho –cuya forma-
ción completan Ana Cor-
tes y Paadín–, explica que
ESCENA DE ‘INTERIOR
NOCHE’ EN LA PASADA
en esta pieza han trabajado «en
tres dimensiones, en tres lectu-
ras del tiempo». A saber: «El
tiempo teatral, como espacio
donde compartir el tiempo con
otros espectadores. Luego, el
tiempo como dimensión física:
Trabajamos mucho con objetos
y con materiales, y el tiempo lo
tratamos como uno más: dúctil,
elástico y con el que puedes ha-
cer experimentos. Y en tercer lu-
gar, nos interesaba el tiempo so-
cial, la dimensión del tiempo en
la que vivimos».
Influidos por la lectura de El
aroma del tiempo, de Byung-
Chul Han, Serrucho han queri-
do hablar de cuestiones como
la atomización y el individualis-
mo que surgen en torno al
LOS PLATOS
FUERTES, AL
FINAL DEL
transcurso del acontecer.
«Buscábamos que el público
tuviese una experiencia segmen-
FESTIVAL
Durante los
tres últimos
tada del tiempo», explica Alae-
jos. Es decir, que en esa escena
de campismo nocturno sienta
días del
Festival de
Otoño (termina
el domingo) se
como su percepción de esta di-
mensión que atormentó a San
Agustín. «En escena hay un
montón de cacharros moviéndo-
pueden ver en
se a la vez y tú puedes decidir
varios
escenarios de que el espectáculo sea éste o el
la Comunidad otro. Tú eres responsable del re-
de Madrid ‘887’, sultado de la pieza, porque entre
de Robert todos iluminamos una escena».
Lepage; ‘Entre El creador teatral apunta tam-
chien et loup’, bién al equilibrio entre encontrar
de Christiane «una dramaturgia que sea lo su-
Jatahy sobre
‘Dogville’, de ficientemente poética pero tam-
Lars Von Trier; bién experiencial». Todo ello, en-
‘Dans la tre ambigüedades y contradic-
mesure de ciones: en escena no se sabe
l’impossible’, muy bien qué es lo que hacen los
de Tiago tres componentes de Serrucho o
Rodrigues; o si hablan de artes escénicas o de
‘La Cultura’, de acampadas. «Esto es una cosa
Los Torreznos muy de exterior, pero es-
tá hecha de teatro», sub-
raya Alaejos. De ahí la
importancia de incorpo-
rar hallazgos y cuestiones
que se escapan del con-
trol de los creadores. Y to-
do ello, sin perder el sen-
tido del humor. Así, ocupa
un lugar destacado el te-
ma Dust in the wind, de
Kansas, «porque aparecía
en primer lugar en la
playlist de Spotify de me-
jores canciones de
acampada».
los
Escenarios ópera
La directora Susanna Mälkki
y las sopranos Lise Davidsen
y Ermonela Jaho devuelven
‘Il trittico’ a su estado original
La trilogía
de Puccini
vuelve al Liceu
por BENJAMÍN Han pasado 35
G. ROSADO años desde la
última vez que
el Liceu acogió en su escenario
una producción completa de Il
trittico de Puccini, esto es, sin
los habituales cambalaches pro-
gramáticos. A pesar de que ca-
da una de sus partes –Il tabarro,
Suor Angelica y la más famosa
Gianni Schicchi– gozan de la
suficiente entidad operística co-
mo para ser representadas por
separado, el compositor italiano
siempre defendió su trilogía co-
mo una unidad indisoluble.
El montaje de la directora de
escena holandesa Lotte de Beer,
que se estrenó hace cuatro años
en la Bayerische Staatsoper de
Múnich, no sólo respeta la es-
tructura alegórica de la Divina
Comedia –infierno, purgatorio y
paraíso–, sino que dobla la
‘IL TRITTICO’, EN
EL MONTAJE DE
LOTTE DE BEER.
pel de Giorgietta en Il tabarro)
y su homóloga albanesa Ermo-
apuesta al integrar argumental- WILFRIED HÖSL. nela Jaho, que defenderá la par-
mente los tres títulos a través de te de Suor Angelica.
un túnel escénico que conecta También participarán en las
las partituras y los libretos (un diez funciones previstas hasta el
cuadro verista de venganza, un 15 de diciembre el veterano ba-
melodrama religioso y una co- rítono italiano Ambrogio Maes-
media negra) con una subtrama IL TRITTICO tri (que asumirá varios roles en
en torno a la idea de la muerte. PUCCINI Il tabarro y Gianni Schicchi), su
La directora finlandesa Susa- GRAN TEATRE compatriota la mezzo Daniela
nna Mälkki debutará el 27 de DEL LICEU Barcellona, como Princesa en
Del 27 de
noviembre en el foso del Liceu noviembre al 15
Suor Angelica, y la soprano es-
al frente de un poderoso elenco de diciembre. pañola Ruth Iniesta, que canta-
encabezado por la soprano no- Entre 15 y 278 rá la archiconocida aria O
ruega Lise Davidsen (en el pa- euros. mio babbino caro.
ESTRENO
ABSOLUTO
ESTRENO
ABSOLUTO
LALECTURA 45
los
Escenarios teatro
La compañía catalana creada por Joan Font i Pujol celebra
medio siglo de existencia con un homenaje itinerante que
arranca este fin de semana en la Sala Berlanga de Madrid
y que luego pasará por Valencia, Sevilla y Barcelona
Comediants a los 50 años:
“El teatro es lo más falso”
por D. Joan Font i Pujol
PRIETO (1949) es de Olesa de
Montserrat, municipio
barcelonés conocido por su cele-
bración de la pasión de Cristo en
Semana Santa. De niño, él parti-
cipaba en las representaciones y
le llamaba la atención una cosa:
que al domingo siguiente Cristo
volvía a estar ahí, como si nada.
Ahí se le encendió la vocación
teatral, que materializó a comien-
zos de los 70 con la creación de
su compañía Comediants. Des-
de entonces, ha recorrido medio
mundo con esta propuesta que
fusiona el teatro de calle con los
clásicos, con las fiestas popula-
res y con aquella idea de la infan-
cia: «El teatro es lo más falso que
hay».
Comediants celebra ahora
medio siglo de existencia y,
por ello, Font se ha embarca-
do en una gira de homenaje
que arranca este fin de sema-
na en la Sala Berlanga de Ma-
drid. Así, el director teatral parti-
cipa hoy en un coloquio junto a
46 LALECTURA
[ TAMBIÉN EN TELEVISIÓN Al igual que otra compañía
catalana coetánea, Els Joglars de Albert Boadella,
Comediants también tuvo su programa en TVE.
‘Teveo de noche’ se emitió en 13 capítulos en 1990
COMEDIANTS EN
ESCENA EN
PAMPLONA EN EL
AÑO 2002.
“OLER EL su colega Lluís Pasqual, el músi-
SOBACO” co Javier Estrella y el guionista
DEL ACTOR Piti Español sobre este viaje
En esta apuesta creativo de 50 años. Además,
por la cercanía, mañana se proyectará una se-
Joan Font
apuesta por que sión con diversos documentales
el espectáculo y y grabaciones de los espectácu-
el público estén los de la compañía. Después, Va-
en el mismo lencia (1 de diciembre), Sevilla
nivel: “Hay que (15 de diciembre) y Barcelona
poder olerle el (19 de diciembre) acogerán ho-
sobaco al actor, menajes similares.
que la experien- Font i Pujol reflexiona para La
cia sea real”, Lectura sobre este medio siglo
proclama el
director transcurrido: «Un tiempo que ha
transcurrido como un suspiro.
Como bajar de un tobogán».
La comparación con el diverti-
mento infantil no es baladí, por-
que en el caso de Comediants el
juego siempre ha sido uno de sus
motores. «Se nos dice que hacer-
se mayor consiste en ir per-
diendo o quitando cosas, pero
yo no lo veo así. Yo creo que
se puede ir sumando, que
puedes ir aprendiendo sin
perder el niño que fuiste».
Así, de todo este tiempo, el
EFE
creador de Comediants ha saca-
do en limpio algunas cosas, co-
mo que «es posible crear lengua-
jes propios de la vida, del teatro
o del teatro de la vida». También,
«la búsqueda de la verdad no co-
mo un tópico, sino de ser since-
ros con uno mismo, de transmi-
tir aquello que está en tu ADN».
Este ADN está, en su caso, ín-
timamente relacionado a la tie-
rra. Así lo pudieron comprobar
los millones de espectadores que
vieron la ceremonia de clausura
de los Juegos Olímpicos de Bar-
celona en 1992. Una celebración
mediterránea a base de fuego y
demonios que abrió a Come-
diants las puertas de nuevos es-
pacios. Así, Font i Pujol ha dirigi-
do varios montajes de ópera, co-
mo La flauta mágica, de Mozart,
en escenarios tan exóticos como
Mascate (Omán).
En cualquier caso, su idea
apenas se ha movido de aquel
asombro infantil, por mucho
que las tecnologías hayan cam-
biado: «Ahora las dos dimensio-
nes están impregnando todas
nuestras vidas. Parece una ton-
tería, pero no lo es», dice sobre
la invasión de las pantallas.
Frente a éstas, «el espacio tea-
tral es tridimensional» y tiene
otra vertiente: «Necesitas el tea-
tro para entender historias y
además las miradas son vivas.
Tú formas parte de esta vida, a
través de estos sacerdotes, de
estos oficiantes». Y, de nuevo, la
celebración religiosa que
se repite una y otra vez.
los
Escenarios crítica
AGUS RUIZ, EN UN MOMENTO DE LA REPRESENTACIÓN DE ‘ELOGIO DE LA ESTUPIDEZ’, EN LAS NAVES DEL ESPAÑOL. CORAL ORTIZ
TEATRO
ESPAÑOL
Sátira
blandengue de
la vida ‘friki’
por ÁNGEL Afirmar que esta obra
ESTEBAN se inspira en Bouvard
MONJE
y Pécuchet es mucho
decir. Porque sí, aque-
llos personajes flaubertianos se co-
nocieron de improviso y tuvieron el
enamoramiento de la amistad. Eran
unos ignorantes en multitud de ma-
terias y, movidos por una fuerza so-
brevenida, se pusieron a investigar
con afán de dominio, pero abocados
al fracaso. Querían saber. No así
nuestros Agustín y Mario, que Darío
Facal ha dibujado como a otros per-
dedores más que se suman a la lista
de nuestra España. ¿Y de Erasmo de
Rotterdam y su célebre ensayo?
Pues únicamente el título, puesto
que la ironía de este montaje no as-
pira a la crítica política.
Elogio de la estupidez es como
esas comedias de situación que en-
capsulan a sus protagonistas en una
especie de mundo aparte. Véase
Friends –¿cómo pudimos admirar
esa serie?–. Ahora que hemos vuelto
a la ingenuidad, que muchos jóvenes
prefieren quedarse en casa los fines
de semana y renunciar al botellón, y
que uno se encierra en la red social
favorita hasta quedar ahíto, esta fun-
[ DARÍO FACAL firma una comedia
generacional que pretende dar cuenta de
cómo unos personajes sin desarrollo vital
y llenos de ignorancia ocupan su tiempo
ción sirve, al menos, como ejemplo escenas, dentro de una comedia
de la nadería contemporánea. Lla- que, sobre todo, no desborda humo-
marla nihilista me parecería un piro- rísticamente. O sea, se autolimita y
po. Esto, definitivamente, no es Bea- termina por circunscribirse a lo po-
vis and Butt-Head. líticamente correcto, por mucha sá-
Creo que esta obra tiene un rival tira que se le quiera imprimir. El se-
de gran importancia que, quizás, no xo lo practican con ropa color car-
se ha valorado como verdaderamen- ne, introducen debates de lo más
te merece, y es la serie Vergüenza, corriente sobre las relaciones entre
donde se representa al estúpido que, hombres y mujeres, y los posiciona-
por desparpajo e ignorancia absolu- mientos ante la vida adulta apenas
ta, es capaz de lograr que los demás, rascan en algo que intelectualmen-
a su vez, parezcan también necios. te haga esta obra valiosa más allá de
Él sí se inmiscuye en el mundo, echarse unas risas con los colegas.
mientras que nuestros protagonistas Bien es cierto que el elenco mar-
se esconden en un piso de abuela co- cha con grandiosidad actoral. Así,
chambroso para fumar porros. Mario Alonso es el pánfilo, el apoca-
Una concatenación de sketches do, el que se va convirtiendo en alia-
(algunos redundan- dito, y que se ve torpe
tes), una frikada tras ELOGIO DE LA y poco atractivo ante
otra, un costumbrismo ESTUPIDEZ una Ana Janer que,
reconocible y perge- DARÍO FACAL para mí, es toda una
ñado con los estereoti- NAVES DEL ES- revelación, tan espon-
PAÑOL EN
pos del macho solte- tánea, graciosa, pizpi-
MATADERO
rón guarrete, más esas (MADRID) reta y cachonda (bas-
contaminaciones lin- Hasta el 27 de no- tante). Luego, Bárbara
güísticas del feminis- viembre. Entradas: Santa-Cruz, quien se
mo chachipiruli («he- 20 euros encarga de un ridículo
terobásicos»). Aficio- prólogo, que ya nos
nados del Atlético de Madrid (ya se avisa de que el espectáculo va a ser
ha dicho que tienen alma de perde- ofensivo –ojalá lo hubiera sido–, lue-
dores), amigos instantáneos como go acaba siendo la escritora de la
dos borrachos desamparados que se obra que estamos viendo –otra vez
agarran a cualquiera para seguir el metateatro–. Ella es la novia que
con la música. Agus Ruiz es una se rinde ante ese hombretón espídi-
bestia, entregado físicamente al má- co que compra criptomonedas.
ximo, con artes marciales poéticas, No hay más. Muy largo, pocas
henchido de testosterona y con de- ideas y decepcionante para ser de un
caimientos de niñato; chuleta y tra- dramaturgo inteligente que, en otras
pero en los ratos libres. De hecho, ocasiones, ha ofrecido propuestas
su trap frente a un micrófono gigan- más provocadoras. ¿Ha muer-
tesco viene a ser una de las mejores to el humor subversivo?
LALECTURA 47
 cine

RODRIGO
SOROGOYEN
(CENTRO) Y
OLIVIER ARSON
(DCHA.), EN EL
ENCUENTRO.

“Intentamos da a las salas, director y compo-

sitor participaron en el 9º En-
cuentro de La Lectura –que se

olvidar el difícil
celebran gracias a Santander,
Grupo BMW, Fundación Unica-
ja, Endesa y Fundación Ramón
Areces– para hablar de lo que

momento de las
supone hacer una película así en
los tiempos que corren y de la
búsqueda del equilibrio entre sa-
las y plataformas de streaming

salas de cine”
en el sector cinematográfico.
As bestas sigue la historia de
una pareja francesa, interpreta-
da por Foïs y Ménochet, que se
instala en un pueblo de Galicia
para iniciar un negocio de agri-
Rodrigo Sorogoyen ha dirigido una de las cultura ecológica. Los conflictos
con los vecinos les llevarán a
películas españolas del año: ‘As bestas’. Con motivo una escalada de tensión. Roda-
de su estreno, participó junto al compositor Olivier da entre las vertientes berciana
y gallega de los Ancares, el fil-
Arson en los encuentros de ‘La Lectura’ para contar me ha supuesto un desafío por
cómo es rodar con la vista puesta en las salas de cine las condiciones de trabajo. «En
cada película tienes dificultades
diferentes. En ésta, aparte de
por DARÍO El pasado día 11 se estrenó una son, As bestas cuenta con un re- los problemas más comunes de
PRIETO de las películas españolas más parto franco-español en el que cualquier película, estaba el ro-
esperadas del año. Dirigida por destaca la presencia de Marina daje en la montaña», explicó en
fotografía
de ANTONIO
Rodrigo Sorogoyen, coescrita Foïs, Denis Ménochet, Luis el encuentro de La Lectura So-
HEREDIA por éste junto a Isabel Peña y Zahera, Diego Anido y Marie rogoyen, ganador de tres pre-
con banda sonora de Olivier Ar- Colomb. Con motivo de su llega- mios Goya y nominado al Oscar

48 LALECTURA

al mejor cortometraje de ficción
en 2018 por Madre.
«Siempre digo que, para mí,
rodar es un placer», añadió el
cineasta. «Somos unos agracia-
dos por hacer una película».
En términos similares se ex-
presó Arson, ganador de otro
Goya por la banda sonora de El
reino, cuarto filme de Sorogo-
yen: «Tengo la suerte de empe-
zar siempre con el guion, mu-
cho antes de que se comience a
rodar. En este caso, llevaba un
año trabajando y está muy bien
tener tiempo de gestar una bue-
na música y no llegar en el últi-
mo momento».
Optimismo. As bestas lle-
ga en un momento intere-
sante: tras el final de la pan-
demia, el reto es compro-
bar si el público regresa de-
finitivamente a las salas,
más allá de los blockbus-
ters, o si opta por las plata-
formas. «Me intento olvi-
dar del difícil momento de
las salas de cine. Porque si
no, tal vez no haría la pelí-
cula. Todo estaría teñido de
negativismo», explicó So-
rogoyen sobre este aspec-
to. «Por un lado me olvido
e intentamos contar la his-
toria de la mejor manera
posible y luego ya empieza
la preocupación por cómo
va a funcionar», agregó el
realizador.
«Antes de la concepción, hay
que financiarla y, por lo tanto,
ya sabes qué modelo de pelícu-
la es», abundó el director. «Es
verdad que hay algunas que du-
rante el rodaje ya saben que
van a plataformas. Pero ése no
era nuestro caso. Sabíamos des-
de el principio que se iba a es-
trenar en salas y que, por lo
tanto, estábamos haciendo cine
y queríamos hacer cine».
Arson aborda igualmente
«con cierto optimismo» este
asunto, en el sentido de que tie-
ne la sensación de que «a lo
mejor esto de ver las películas y
de escuchar la música en el mó-
vil va a llegar a una especie de
tope en algún momento». Y re-
lató la experiencia desde su la-
do: «Por ejemplo, en la música,
cuando llegamos a las platafor-
mas había muchos discursos
pesimistas en cuanto al futuro.
Y ahora nos damos cuenta que
todo el tema de la música en di-
recto está increíble, es una de-
manda absolutamente brutal.
Así que tengo esperanza de que
ese desequilibrio que hay ahora
se empiece a regular un poco».
Para Sorogoyen, «la llegada
de las plataformas, de manera
muy masiva y aportando mu-
cho dinero, ha creado tejido in-
dustrial y que haya mucho tra-
bajo». En ese sentido, la situa-
ción del sector «ha mejorado
muchísimo». Pero también per-
cibe, en contrapartida, alguna
disfunción: «Veo que se puede
tender a un cierto peligro, a una
homogenización excesiva. Es lo
bueno del cine y de la ficción,
en sentido amplio, que es hete-
rogénea». Y expresó un deseo:
«Que las voces sean cuanto más
distintas, mejor; que los artistas
o cineastas tengan cada uno su
propia mirada».
Respecto a la cuestión de
por qué contar una historia co-
mo As bestas su autor planteó
así su punto de vista: «En los
márgenes [primera película co-
mo director de Juan Diego Bo-
tto, protagonizada por Penélo-
pe Cruz y que gira en torno a
los desalojos] es una historia
que tiene que ser contada, por
motivos de urgencia social. No
ÉXITO EN LA
TAQUILLA
Además de
diversos
reconocimien-
tos por parte
de la crítica,
‘As bestas’ me atrevería a decir que As
se está bestas tiene que ser contada.
desenvolvien- Cuando abordo un proyecto,
do bien en la pienso más en que un especta-
taquilla. dor se lo va a pasar bien en la
Durante su sala. Y cuando digo bien puede
primera
semana ser un momento de terror o un
congregó a momento de emoción. Si algo
100.000 te emociona en pantalla gran-
espectadores de, ¿cómo no vas a ir al cine a
en España, lo verla? ¿Cómo no te va a resul-
que la llevó a tar positiva la experiencia de
situarse en haber ido al cine? Llegar a sen-
segundo lugar tir algo, a llorar... Eso me pare-
dentro de las ce impagable».
películas más
vistas en
nuestro país Conflicto y desigualdad. Y
dentro de esas emociones, en el
caso de su último filme, hay una
referencia a nuestra capacidad
para dañarnos. «Hay algo inna-
to en el ser humano, una especie
de violencia soterrada que tam-
bién hay que educar», reflexio-
nó el director de la serie Antidis-
turbios. «Tenemos que ayudar a
educar al sistema, a la sociedad,
porque podemos llegar a ser se-
res muy violentos. Lo hemos vis-
to en toda la historia de la huma-
nidad. Estamos en el siglo XXI,
30 siglos después del comienzo
de la civilización, y seguimos ma-
tando, seguimos hiriendo, segui-
mos torturando tanto a seres que
supuestamente queremos como
a gente desconocida que está a
miles de kilómetros donde lan-
zamos bombas. Eso no ha cam-
biado».
¿Conecta esto con el hilo co-
LA ACTRIZ
FRANCESA MARIE mún a toda su producción cine-
COLOMB, EN UNA matográfica y televisiva? A So-
ESCENA DE ‘AS rogoyen le cuesta verse por
BESTAS’.
A CONTRACORRIENTE dentro, pero aventura «un re-
trato de una realidad sociopolí-
tica», la voluntad de «hablar de
una cierta corrupción» en la so-
ciedad y también una «denun-
cia del capitalismo masivo y
salvaje».
«Donde hay desigualdad,
hay conflicto», proclamó el di-
rector. Pero ahí también está la
solución al problema: «Una pe-
lícula no va a cambiar el mun-
do. Es imposible. No tiene esa
fuerza, pero puede contribuir a
que un espectador diga: ‘esto
no me lo había planteado’. Así
que claro que sirve para poner
de manifiesto ciertas rea-
lidades».
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