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El tattva Käla

Un prerrequisito para vivir la experiencia física en la cosmogonía tántrica es el Tiempo. En


las dimensiones superiores donde todo es conciencia absoluta no existe el tiempo, donde
el universo entero es un creación singular que incluye todos los tiempos. Los seres que
tienen un cuerpo físico experimentan usualmente el tiempo como una sucesión lenta
segundo a segundo. Esto significa que los humanos percibimos el tiempo de manera
secuencial con un acontecimiento siguiendo a otro en un proceso de cambio continuo.
En el idioma sánscrito la palabra que significa Tántra es Rgyud o continuidad.
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En las tradiciones Shaktistas, la Diosa Kali devora el universo entero cada instante y luego
lo recrea en uno nuevo con una forma ligeramente diferente, esto sucede cientos de
veces en cada segundo.

Continuamente nos agobiamos por nuestra conciencia del pasado y el futuro, un sinfín de
arrepentimientos y de expectativas llenas de esperanza, de preocupaciones y de ansiedad.
Y es así pues de esta conciencia dirigida en el tiempo podemos evolucionar. Lo que nos
hace diferentes de otros animales es que siempre cargamos el pasado y siempre estamos
evolucionando hacia el futuro.

En la filosofía tántrica lo que buscamos es cambiar nuestra actitud hacia el tiempo y


nuestro entendimiento del tiempo. Para el tantra, la causa del sufrimiento es a la vez el
medio para cambiarlo una vez que entendemos cómo funciona. No podemos buscar estar
totalmente presentes de la manera que los animales lo hacen, sin tener una conciencia
del pasado y del futuro. Más bien nos centramos en el momento presente, conscientes de
nuestro pasado y del futuro, y al mismo tiempo estamos libres de las cuatro formas de
escapar de las experiencias del “ahora”: culpa, nostalgia, fantasía y ansiedad. Esto es
como trascendemos el tiempo mientras estamos en el tiempo.

+ Nostalgia Fantasía

AHORA

_ Culpa Ansiedad

PASADO FUTURO
Al observar el gráfico, si eres como la mayoría de la gente, reconocerás el estrés y la
enfermedad que causan la culpa y la ansiedad. Pero piensan que no hay nada malo al
acudir a la nostalgia o a la fantasía. La psicología del yoga enfrenta esta noción, afirma
que perdiéndote en la fantasía es tan perjudicial como estar obsesionado por la
preocupación, pues fantasear es igual de eficaz, al moverte de la atención plena del
presente.

El Presente es lo que es real, y es a lo que estamos llamados a responder, la única forma


que tus esperanzas en el futuro se pueden convertir en realidad es poniendo mucha
atención a los detalles a la realidad del momento-presente, momento a momento. Una 2
perspectiva más exacta sería el aceptar que no existe el futuro como tal, lo único existente
es un constante flujo presente, a través del cual y por medio de una dedicada atención, te
revela su divinidad de manera plena en tu práctica yóguica. De esta manera podemos
aprender a experimentarnos a nosotros mismos como un ser completo, y con nuestro
pasado y futuro como parte de nuestro presente, sin engancharnos de ninguno de ellos.

Este enganche toma cuatro formas primarias. En el pasado nos enganchamos hacia
memorias positivas, que se conocen como fantasías nostálgicas, o nos enganchamos a
memorias dolorosas en la forma de culpa y arrepentimiento.

Nos enganchamos a las posibilidades de un futuro imaginario, a lo que llamamos fantasías,


y a las posibilidades negativas futuras a los que llamamos preocupación o ansiedad.

Estas cuatro formas de engancharse son la forma en que nos alejamos de tener una
experiencia plena del presente, y que tiene mucho más que ofrecernos que lo que la
mente jamás se puede imaginar. De esta manera nos liberamos de la red del tiempo,
entrando en una simultaneidad fluida y eterna.

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