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Actividades de reflexión e intervención

1. LAS REPRESENTACIONES DEL DOCENTE. Es importante que el docente describa críticamente la


representación que él mismo tiene de la actividad o tarea docente en su rol de profesional de la
educación, así como de los rasgos que en su opinión caracterizan a los sujetos de la educación con
los cuales interactúa (sus alumnos, otros docentes, autoridades y administradores educativos,
orientadores, pedagogos, padres, etcétera). Para tal efecto, sugerimos dos actividades:

a) YO MISMO COMO PROFESOR


De manera individual, conteste las siguientes frases incompletas. Al finalizar, revise
críticamente sus respuestas, de preferencia en grupo. Analice sobre todo si hay
coincidencias con lo que se reporta en el texto como" docencia del sentido común" y
considere si la representación formada se traduce en expectativas concretas acerca del
desempeño de sus estudiantes.

Mi principal función como profesor es:

Decidí ser docente debido a ………

Lo que más me gratifica de mi labor como docente es …………….

Lo que más me frustra como profesor es …………………………

Considero que los alumnos habitualmente son …………………….

Un buen docente es aquel que ……………………………………..

La materia que yo enseño es ……………………………

Si pudiera cambiar el currículo, sugeriría que ……………………….

Respecto a la institución educativa donde laboro pienso que ………………………..

b) ¿QUÉ HAN APRENDIDO MIS ALUMNOS? El propósito de esta actividad es promover una
reflexión personal y colectiva sobre los logros e insuficiencias mostrados por los alumnos en
relación con la enseñanza que imparte el profesor. La idea es que el docente redacte un
ensayo libre, de tres a cinco cuartillas, donde describa lo que considera los principales logros
e insuficiencias de sus alumnos y mencione a qué factores adjudica tales resultados. Lo
central es que en la reflexión que acompaña a dicho escrito, analice en qué medida se
percibe a sí mismo como mediador del aprendizaje de sus estudiantes. De ser posible, que
ejemplifique situaciones concretas donde se aclare cómo y cuándo proporciona a los
alumnos una ayuda pedagógica ajustada o ejerza una acción tutorial; además, es importante
que revise los efectos de dichas acciones.
2. MI FORMACIÓN DOCENTE. Esta actividad tiene como finalidad que se analice
de manera crítica las experiencias de formación docente en las que el lector ha
participado, en términos de lo que éstas han aportado a su práctica docente.
Asimismo, se busca que el participante identifique los abordajes o enfoques que
subyacen a dichas experiencias (teórico, tecnológico, reflexivo o de solución de
problemas). En concreto, la idea es que describa las tres experiencias de formación
docente en que haya participado que le parezcan las más importantes, las más
prolongadas o bien que hayan sido obligatorias para acceder a la docencia. En
seguida revise críticamente los contenidos, forma de trabajo, nivel de aprendizaje
logrado, posibilidad de aplicación de lo aprendido, cambios que introdujo en su
docencia como resultado de las mismas, etcétera. Concluya con una discusión
acerca de los factores que permiten que una experiencia de formación promueva
cambios relevantes y favorables.

3. ¿QUÉ PIENSAN LOS ALUMNOS DE LOS "BUENOS" Y "MALOS"


PROFESORES?
Existe un amplio corpus de literatura acerca de las opiniones de los estudiantes
respecto a sus profesores y de las ideas que tienen respecto a lo que es una buena
o mala enseñanza. Éstas ilustran las representaciones o creencias del alumno, que
resulta interesante contrastar con las del profesor. La siguiente actividad permite al
docente explorar las ideas de sus alumnos acerca del rol y características deseables
de los profesores, así como algunas de sus vivencias al respecto.

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