El entorno interno de la empresa está constituido por sus recursos y competencias. Los recursos se dividen en recursos tangibles, que son aquellos que pueden ser cuantificados (recursos financieros, humanos y físicos), y recursos intangibles, que son difícilmente cuantificados pero aportan ventaja competitiva a la entidad (reputación, tecnología, habilidades humanas...). Las competencias son una combinación de recursos intangibles complementarios con los que cuenta la empresa: innovación en la distribución, en la producción, en la organización, en la tecnología o en el marketing de la empresa.