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El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo es la conmemoración del movimiento

obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes
reivindicaciones sociales y laborales a favor de las clases trabajadoras por parte,
fundamentalmente, de los movimientos anarquistas y comunistas, entre otros. Es día festivo
nacional en la mayoría de países del mundo.

Origen de la conmemoración[editar]
Los hechos que dieron lugar a esta conmemoración están contextualizados en los albores de
la Revolución Industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la segunda
ciudad en número de habitantes de Estados Unidos. Del oeste y del sudeste llegaban cada
año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que
albergaban a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a
emigrantes llegados de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.
El día 1 de mayo, la huelga

Acto del 1 de mayo de 1983 a finales de la Dictadura en Montevideo, Uruguay El sábado 1 de mayo
de 1886,4 200 000 trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200 000 obtenían esa
conquista con la simple amenaza de paro. En Chicago, donde las condiciones de los trabajadores
eran mucho peores que en otras ciudades del país, las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de
mayo. La única fábrica que trabajaba era la fábrica de maquinaria agrícola Helmans que estaba en
huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad de sus salarios
para la construcción de una iglesia. La producción se mantenía a base de esquiroles. El día 2, la
policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50 000 personas y el día 3 se
celebraba una concentración en frente de sus puertas; cuando estaba en la tribuna el anarquista
August Spies, sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron
sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso
alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas
de heridos

Consolidación y extensión durante el siglo XX[editar]

Manifestación el 1 de mayo de 1909 en la Puerta del Sol de Madrid

Tras los sucesos en Estados Unidos, la Segunda Internacional dio un gran impulso a los
intentos por convertir el 1º de mayo en un día festivo, siempre reivindicando simultáneamente
la reducción a ocho horas de la jornada laboral. En 1904, la II Internacional reunida
en Ámsterdam pidió a «todos los partidos, sindicatos y organizaciones socialdemócratas
luchar energéticamente en el Primero de Mayo para lograr el establecimiento legal de la
jornada de 8 horas y que se cumplieran las demandas del proletariado para conseguir la paz
universal». Al mismo tiempo el congreso hizo «obligatoria a las organizaciones proletarias de
todos los países dejar de trabajar el 1 de mayo, siempre que fuera posible y sin perjuicios para
los trabajadores».8 De esta forma, en todo el mundo las organizaciones trataron de hacer del
Primero de Mayo un día festivo oficial en honor a la clase obrera, lo cual se logró
paulatinamente en la mayoría de países. El Día del Trabajo se conmemora internacionalmente
desde 1889, como homenaje a estos obreros sindicalistas anarquistas de Chicago el 1º de
mayo se reivindica lucha de los obreros por sus derechos laborales[3]. Con el transcurso del
tiempo, la conmemoración de esta fecha se convirtió en una celebración tradicional, que pone
de manifiesto, que la lucha por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores sigue
vigente[4].

En México, la lucha por los Derechos Humanos en el trabajo también tuvo su expresión en el
movimiento obrero, que dio lugar a la incorporación de los Derechos Sociales en la
Constitución Mexicana de 1917, así en el Artículo 123º, se establecen los derechos laborales;
la creación de tan importante artículo se debe a la influencia de Francisco J. Mújica, profesor
michoacano, vinculado a los Flores Magón y su Plan del Partido Liberal. También se creó la
Ley Federal del Trabajo para regular las relaciones laborales entre trabajadores (as) y
patrones (as)[5].

Posteriormente el 30 de noviembre de 2012, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el


Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan disposiciones de la Ley Federal del
Trabajo. Dentro de estas adiciones podemos encontrar el concepto de trabajo “digno o
decente” como aquel en el que se respeta plenamente la dignidad humana del trabajador; no
existe discriminación por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición
social, condiciones de salud, religión, condición migratoria, opiniones, preferencias sexuales o
estado civil[6].

El derecho al trabajo es un derecho fundamental y esencial para el ejercicio de otros derechos


humanos y constituye una parte inseparable e inherente de la dignidad humana. Toda persona
tiene derecho a trabajar para poder vivir con dignidad[7]. Asimismo, es necesario seguir
trabajando para lograr los Objetvos de Desarrollo Sostenible (ODS), respecto al día mundial
del atún podemos enfocarnos al “Objetivo 14” ya que nos habla de “Conservar y utilizar en
forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo
sostenible[8]. O en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(PIDESC), donde el trabajo tiene por base el reconocimiento de la dignidad inherente a todos
los miembros de la familia humana y de sus derechos iguales e inalienables como lo señala su
artículo 6º, así como el reconocimiento de los derechos de los trabajadores en lo relativo a
condiciones de seguridad laboral y remuneración, es decir recibir un salario equitativo y justo
que les permita vivir y asegurar la vida de sus familias, el descanso y disfrute de su tiempo
libre, tal como se subraya en el artículo 7º del mismo documento. Estos derechos
fundamentales también incluyen el respeto a la integridad física y mental del trabajador en el
ejercicio de su empleo,[9]. el derecho a seguridad social, el derecho a formar sindicatos, el
derecho a huelga, entre otros[10].

En la actualidad, donde las condiciones socioeconómicas y las relaciones laborales se han


visto modificadas en el tránsito de una sociedad industrializada a una sociedad de tecnologías
de información, las sucesivas reformas laborales de flexibilización y desregulación en el marco
de la globalización han precarizado las condiciones de vida, polarizado los escasos empleos
entre seguros y subcontratados, minando la justicia laboral y generado exclusión por el
analfabetismo funcional de algunos trabajadores ante las rápidas innovaciones tecnológicas
entre otros aspectos. Es fundamental recuperar el sentido del trabajo poniéndolo en el centro
de los valores sociales y aplicar los mecanismos de defensa de derechos humanos que
permitan el desarrollo y vida digna de las personas[11].

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