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Radilla Pacheco, quien fue visto por última vez en el Ex. Cuartel Militar de Atoyac de
Álvarez, Guerrero. Rosendo Radilla fue un destacado y querido líder social del
municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, quien trabajó por la salud y educación de su
pueblo y quien fungió como presidente Municipal. Cuarenta y dos años después, su
paradero sigue siendo desconocido.
En México durante la década de los setenta y principios de los ochenta, se cometieron
numerosas violaciones de los derechos humanos por parte de integrantes del Estado.
Éstas formaron parte de una política de Estado que resultó en la comisión de crímenes
de lesa humanidad, que se mantienen en total impunidad a la fecha. Parte de esta
política de Estado involucró la persecución y detención arbitraria de opositores al
régimen principalmente activistas políticos y dirigentes sociales. A este periodo
histórico se le denominó “Guerra Sucia”. Es en este contexto en el que se da la
detención del señor Rosendo Radilla.
El caso Radilla tuvo un gran impacto en el sistema jurídico mexicano, tanto por haber
sido el primer caso significativo en el que la Corte IDH condena al Estado mexicano,
como por contener órdenes para que en México se realicen cambios estructurales de
gran importancia para la vida pública del país.
En primer lugar, al ser el caso Radilla el primer caso en que la Corte IDH condena al
Estado mexicano por violaciones graves a derechos humanos, ordenando una serie de
medidas de reparación en concordancia con la gravedad de las violaciones, las
autoridades mexicanas se vieron forzadas a establecer criterios para el cumplimiento
de esta sentencia y de otras sucesivas que se emitan por parte de la Corte IDH.
Asimismo, siguiendo los criterios establecidos por la Corte IDH, la Suprema Corte
estableció que todos los jueces mexicanos, en el ámbito de su competencia,
están facultados para hacer un control de convencionalidad, esto es, a aplicar
tratados internacionales de derechos humanos en los casos que conocen, aún en
perjuicio de la legislación mexicana. Como consecuencia y toda vez que en la
interpretación sobre derechos humanos debe tenerse en cuenta tanto el tratado
internacional como la Constitución, la Suprema Corte en esta resolución aceptó que
todos los jueces mexicanos están facultados para analizar la compatibilidad de una ley
o acto con la Constitución y tratados internacionales.
Por otra parte, a raíz del caso Radilla se han originado varios cambios estructurales
que fueron ordenados en la misma sentencia de la Corte IDH. En la misma resolución
de julio de 2011, la Suprema Corte estableció que los jueces militares no eran
competentes para juzgar a militares acusados de violar derechos humanos, ordenando
que dichos casos sean turnados a la justicia ordinaria federal. En otra resolución de
noviembre de 2011, la Suprema Corte estableció por primera vez la inaplicabilidad de
la reserva de averiguaciones previas en casos de violaciones graves a derechos
humanos, en cumplimiento a lo establecido en la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental. Por ello, la averiguación previa del
caso Radilla es información pública a la que toda persona tiene derecho a tener
acceso.
“El Estado es responsable por la violación de los derechos a las garantías judiciales y a
la protección judicial, reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma
y los artículos I incisos a), b) y d), IX y XIX de la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas, en perjuicio de las señoras Tita y Andrea, y del
señor Rosendo, todos de apellidos Radilla Martínez, en los términos de los párrafos
173 a 314 de la presente Sentencia.