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CAPÍTULO 4

Cómo proyectar con seguridad o se puede realmente tener confianza en el cálculo de


estructuras?

Con música alta y larga/Construiré esa cúpula en el aire/;Esa cúpula soleada! Esas cuevas de
hielo! Todos los que oigan las verán allí/Y gritarán, ¡Cuidado! ;Cuidado!

S.T. COLERIDGE, KUBLA-KHAN

Naturalmente, todo este asunto de las tensiones y las deformaciones unitarias tiene sólo un
fin, hacer posible que podamos construir estructuras más seguras y eficientes o instrumentos
de una otra forma y además hacernos comprender mejor cómo funcionan estas cosas.

Aparentemente, la naturaleza no tiene que afanarse. Los lirios del campo no se afanan ni
trabajar, ni tampoco calculan, y sin embargo son probablemente excelentes estructuras, y
ciertamente la naturaleza es mucho mejor ingeniero que el hombre. Por un lado, tiene más
paciencia y, por otro, su forma de llevar cabo el proceso de diseño es bastante diferente.

En los seres vivos la disposición general de las partes está controlada durante su crecimiento
por el mecanismo del ARN-ADN: la famosa "doble hélice" de Wilkins, Crick y Watson'. Sin
embargo, en cada planta o animal individual, una vez la disposición de sus partes está
terminada, existe una gran permisividad en los detalles estructurales. No sólo el espesor, sino
también la como cada componente que soporta la carga, se dimensiona en una considerable
medida, por el uso que se le va a dar y por las fuerzas que debe resistir a lo largo de su
existencia'. Así, las proporciones de las estructuras vivas están diseñadas para optimizar su
resistencia. La naturaleza parece un proyectista pragmático más que matemático y, después de
todo, los diseños

malas pueden siempre ser comidos por los buenos.

Véase, por ejemplo, La doble hélice, de James D. Watson. Plaza & Janés 1978.

El proceso también funciona a la inversa: los huesos de los astronautas pierden calcio y se
vuelven más débiles después de un período de falta de peso en el espacio.

ESTRUCTURAS O POR QUÉ LAS COSAS NO SE CAEN

Desgraciadamente, estos métodos de proyecto no están, todavía, al alcance de los ingenieros


humanos, que están abocados a utilizar o bien la intuición o bien el cálculo, o, más a menudo,
alguna combinación de los dos. Está claro que es deseable, por seguridad y por economía, ser
capaz de predecir cómo van a soportar la carga las distintas partes de una estructura y por
tanto determinar lo gruesas o delgadas que deben ser. De nuevo, generalmente queremos
saber qué deformaciones va a tener la estructura cuando entre en carga, porque puede ser tan
malo que una estructura sea demasiado flexible como que sea demasiado débil.

La teoría francesa frente al pragmatismo británico

Una vez fueron definidas y extendidos los conceptos básicos de resistencia y rigidez, un
considerable número de matemáticos se pusieron a buscar técnicas para analizar sistemas
elásticos trabajando en dos o tres dimensiones, y empezaron a usar estos métodos para
estudiar el comportamiento de distintas formas estructurales sometidas a cargas. El hecho fue
que, durante la primera mitad del siglo XIX, la mayoría de estos teóricos de la elasticidad eran
franceses. Aunque posiblemente hay algo en la elasticidad que se adapta peculiarmente al
temperamento francés, el estímulo práctico para estas investigaciones parece deberse, directa
o indirectamente a Napoleón l y su École Polytechnique, que fue fundada en 1794.

Como gran parte de estos trabajos eran abstractos y matemáticos, no fueron entendidos o
aceptados en general por los ingenieros en activo hasta alrededor del año 1850. Esto ocurrió
especialmente en Inglaterra y Estados Unidos, donde la gente práctica era considerada muy
superior a los "meros teóricos". Y además, un inglés siempre ha vencido sin problemas a tres
franceses. Se cuenta del ingeniero escocés Thomas Telford (1757-1834), cuyos magníficos
puentes todavía podemos admirar, que:

"Estaba singularmente distante de los estudios matemáticos, y ni siquiera estaba familiarizado


con los elementos de geometría, era tan notable esta peculiaridad que cuando en una oca

Prácticamente la única mujer que obtuvo una distinción con la elasticidad, Mademoiselle
Sophie Germain (1776-1831), era francesa. Debe hacerse notar que dos de los ingenieros más
cultos y mejor dotados para la teoría durante este periodo, sir Marc Brunel [1769-1849) y su
hija, Isambard Kigdom Brunel(1806-1859, eran de origen francés.

CÓMO PROYECTAR CON SEGURIDAD

ocasión le recomendamos a un joven amigo como neófito en su oficio, y basamos nuestra


recomen dación en haber destacado en matemáticas, no dudó en decir que consideraba que
estos méritos, más que capacitarle, le descalificaban para esta práctica".

Telford, sin embargo, era realmente un gran hombre y, como Nelson, atemperaba su confían a
en sí mismo con una atractiva humildad. Cuando las pesadas cadenas del puente colgante de
Menai (lámina 1], fueron tendidas con éxito delante de una gran multitud, se encontró a
Telford, lejos de los espectadores que le aclamaban, dando gracias de rodillas

No todos los ingenieros eran tan profundamente humildes como Telford, y el comportamiento
anglosajón de esa época estaba teñido, no sólo de falta de capacitación intelectual, sino
también de arrogancia. Debemos sin embargo tener en cuenta que Telford y sus colegas se
oponían no a los métodos numéricos como tales sentían más que nadie la necesidad de
conocer cómo actuaban las fuerzas en sus materiales- sino a las bases de los mismos. Creían
que los teóricos estaban con demasiada (frecuencia tan cegados por la elegancia de sus
métodos que descuidaban la exactitud de sus hipótesis de partida, por lo que daban una
respuesta exacta a un planteamiento equivocado. En otras palabras, temían que la arrogancia
de los matemáticas fuese más peligrosa que la de los practicones, que, después de todo,
habían sido castigados por la experiencia práctica.

los ingenieros Consultores de la Comarca Norte de Shrewd llegaron a la conclusión, a la que


deben llegar todos los ingenieros ilustres, de que cuando analizamos un fenómeno
matemáticamente, estamos construyendo en realidad un modelo matemático de lo que
queremos estudiar. Mas adelante, esperamos que esta analogía algebraica o modela se parezca
lo suficiente al objetivo ideal como para poder aumentar nuestro conocimiento del fenómeno
estructural y para poder permitirnos predecir su comportamiento.

En disciplinas tan universalmente conocidas como la Física y la Astronomía, la correspondencia


entre modelo y realidad es tan perfecta, que muchas personas tienden a creer que la Halualera
es un Divino Matemático. Por atractiva que resulte esta doctrina a los matemáticos es, existen
algunos fenómenos para los que es prudente utilizar las analogías matemáticas
ESTRUCTURAS O POR QUÉ LAS COSAS NO SE CAEN

Como mucha precaución. El viaje de un águila a través del aire, el camino de una serpiente a lo
largo de una roca; el de un barco en media del mar y el que sigue el cortejo a una doncella, son
todos difíciles de predecir matemáticamente. Uno se pregunta a veces sobre cómo se las
arreglan los matemáticos para casarse. Una vez el rey Salomón hubo terminado de construir un
templo, tuvo probablemente que comentar que el camino que recorre una carga a lo largo de
una estructura tiene bastante en común con el de los barcos y las águilas.

El problema de este tipo de cosas es que muchas de las situaciones reales son tan complicadas
que no pueden ser representadas completamente por un modelo matemático. De la misma
manera, en las estructuras existen a menudo varias posibles formas de rotura. Naturalmente,
la estructura rompe con la forma para la que es más débil, que es demasiado frecuentemente
aquella en la que a nadie se le había ocurrido pensar, por muchos números que se hayan
hecho.

Un profundo, intuitivo conocimiento de la inherente perversidad de los materiales y las


estructuras, es una de las más valiosas cualidades que puede tener un ingeniero. No hay
ninguna Cualidad puramente intelectual que pueda sustituirla. Puentes proyectados según las
mejores teorías ´modernas" por politécnico como Navier, se hundieron algunas veces. Que yo
sepa, ninguno de los cientos de puentes y otras obras de ingeniería que construyó Telford a lo
largo de su carrera profesional tuvieron jamás ningún percance serio. De esta forma, mientras
se desarrollaba la teoría francesa, una gran proporción de los ferrocarriles y puentes de Europa
fueron construidos por ásperos y taciturnos ingenieros ingleses y escoceses, que tenían poco
respeto por el cálculo.

Coeficientes de seguridad y coeficientes de ignorancia

En cualquier caso, a partir de 1850 incluso los ingenieros británicos y americanos empezaron a
calcular la resistencia de estructuras importantes, como los grandes puentes. Calculaban la ten
Almirantazgo arrojaron mucha luz sobre las causas técnicas del accidente.

En 1903, a consecuencia de esto, el Almirantazgo hizo, y publicó, una serie de experimentos en


un destructor similar, el H.M.S. Wol{, en el mar y con mal tiempo. Todo esto demostró que las
tensiones deducidas de la medición de las deformaciones en el casco del barco bajo
condiciones reales eran bastante más pequeñas que las que habían calculado los proyectistas
antes de construir el barco. Dado que las dos series de tensiones estaban muy por debajo de
las "resistencias" que se conocían del acero con el que se había construido el barco -el
coeficiente de seguridad estaba entre cinco y seis- difícilmente podían calificarse estos
experimentos como algo más que moderadamente esclarecedores.

Concentraciones de tensiones o cómo empezar una grieta

El primer paso para comprender este problema no fue dado con costos0s experimentos
prácticos sobre estructuras a escala natural, sino con análisis teóricos. En 1913 C. E. Inglis, que
fue más tarde profesor de ingeniería en Cambridge y era la opuesto a un remota y estéril
docente", publicó un artículo en Transactions of the Institution of Naval Architects, cuyas
consecuencias y aplicaciones abarcaban mucho más que la resistencia de los barcos.

lo que Inglis dijo sobre los teóricos de la elasticidad se parece realmente mucho a lo que se
supone que Lord Salisbury dijo de los políticos, es decir, que es un gran error utilizar mapas de
gran escala. Durante cerca de un siglo los teóricos de la elasticidad se habían contentado con
trazar la distribución de tensiones en términos amplios, generales o napoleónicos. Inglis
demostró que esto salió da resultados reales cuando el material y la estructura tienen
superficies lisas ų no tienen cambios bruscos de forma.

las irregularidades geométricas, como los agujeros, las grietas o las esquinas agudas, que antes
se habían ignorado, podían hacer crecer las tensiones locales -con frecuencia en zonas muy
pequeñas– de forma realmente dramática. Así, los agujeros o los bordes dentados pueden
hacer que la tensión en su vecindad inmediata sea mucho más alta que la tensión de rotura del
material, aunque el nivel de las tensiones en sus alrededores sea bajo y, a partir de los cálculos
generales, pueda parecer que la estructura es perfectamente segura.

Conociste hecho era conocido, por supuesto, de forma general, por los que hacen entalladuras
en las tabletas de chocolate y por los que perforan los sellos de correos y otras clases de papel.
Un ir hacer una incisión en los bordes de un rollo de tela antes de rasgarla. Los ingenieros
serios, n embargo, no mostraron mucho interés en estos fenómenos de fractura, que no eran
considere

haces como pertenecientes a la ingeniería "correcta"

que casi cualquier agujero o grieta o entrante en un sólido continuo produzca un incremento
ideal de tensiones, puede explicarse fácilmente.

La figura 1: muestra una barra o placa de material uniforme, sometida a una tensión uniforme,
S. las líneas que cruzan el material, representan las trayectorias de tensiones o "isostáticas", es
de, les típicos caminos por los que las tensiones pasan de una molécula a otra. En este caso,

opuesto, son líneas rectas y paralelas, separadas entre sí uniformemente.

Si ahora interrumpimos una serie de esas trayectorias de tensiones haciendo un corte, una
grieta o un agujero en el material, las fuerzas que discurren por esas trayectorias deben ser
equilibradas de alguna manera. Lo que realmente pasa es más o menos lo que uno puede
imaginarse; las fuerzas deben dar la vuelta al corte, y al hacerlo las trayectorias de tensiones se
aprietan entre sí más o menos dependiendo principalmente de la forma del agujero (figura 16).
En el caso en que la grieta sea larga, por ejemplo, el amontonamiento alrededor de su extremo
es frecuentemente muy fuerte. Por lo tanto, en la zona inmediata hay más fuerzas por unidad
de superficie y las tensiones locales pueden llegar a ser altas (lamina 2).

Inglis fue capaz de calcular el incremento de tensión que aparece en los extremos de un
orificio elíptico, en un sólido que obedece la Ley de Hooke.

Aunque sus cálculos son sólo estrictamente ciertos para agujeros elípticos, se pueden aplicar
(con exactitud suficiente a aperturas con otras formas. así, se pueden aplicar no sólo a ojos de
lhuey, puertas y escotillas de barco5, aviones o estructuras similares, sino a grietas, rasgaduras
| orificios de toda clase de otros materiales e instrumentos, los empastes de las muelas, por
ejemplo.

En términos de álgebra elemental, lo que afirmó Inglis es que si tenemo5 Una pieza de
material que está sometida a una tensión 5,y le producimos un corte en diente de sierra, una
grieta o una entalladura de cualquier tipo, de longitud o profundidad L, y si esa grieta o
entalladura tiene un radio es sus extremos r, la tensión en su extremo ya no es 5, sino que ha
crecido hasta convertirse en:
una entalladura semicircular o un orificio circular(cuando=L]la tensión sube entonces a 15 pero
en aperturas como puertas o escotillas, que tienen rincones rectos, r puede ser pequeño ul
orande, y las tensiones en las esquinas, por tanto, pueden ser muy altas, tan altas que pue den
partir un barco en dos.

En los experimentos del Wolf, los extensómetros, o medidores de deformación, fueron fijados
Hvais posiciones en el casco del barco. así pudieron medirse los alargamientos o los
movimientos elásticos de las chapas de acero. A partir de esto pudieron calcularse fácilmente
los valores unitarias -y por tanto las tensiones- del acero. Sin embargo, ninguno de los
sonómetros fue colocados cerca de las esquinas de las escotillas y de otras aperturas. Si se
hubiera hecho, se hubieran obtenido ciertamente espantosas lecturas cuando el barco estaba

ie un golpe de mar en la corriente de Portland.

Cuando pasamos de escotillas a grielas, la situación se vuelve aún peor, porque las grietas
tienen HRR de longitud con frecuencia centímetros y aun metros, el radio del extremo puede
ser de menees moleculares -menos de una millonésima parte de centímetro- y por tanto
puede

ser muy grande; así la tensión en el extremo de la grieta puede llegar a ser cien veces o aun mil
veces mayor que la del resto de la pieza.

Si tomamos los valores de Inglis literalmente, sería casi imposible realizar una estructura que
tuviera alguna seguridad. De hecho, los materiales que realmente se utilizan para trabajar a
tracción, metales, madera, cuerda, fibra de vidrio, tejidos y casi todos los materiales biológicos,
son "dúctiles “, lo que significa, como veremos en el siguiente capitulo, que poseen defensas
más o menos complicadas contra los efectos de la concentración de tensiones. Sin embargo,
aun con el mejor y el más dúctil de los materiales, esta protección sólo es relativa, y todas las
estructuras tensadas son en cierta medida susceptibles a ese efecto.

Los sólidos frágiles, sin embargo, que se usan en las tecnologías, como el vidrio, la piedra o el
hormigón, no tienen esas defensas. En otras palabras, se corresponden muy estrechamente
con las hipótesis en las que se basaron los cálculos de Inglis. Aún más, no necesitamos colocar
artificial mente entalladuras que concentren las tensiones para debilitar estos materiales. La
naturaleza las ha producido ya liberalmente, y los sólidos reales están casi siempre llenos de
todo tipo de pequeños agujeros, grietas y rasgaduras, aun antes de que empecemos a
utilizarlas como estructura.

Por todas estas razones es arriesgado utilizar solidos frágiles en estructuras que van a estar
sometidas a tensiones de tracción apreciables. Se han usado, por supuesto, muy extensamente
para construcciones de fábrica, para carreteras y construcciones que trabajan, por lo menos de
forma oficial, a compresión. Donde no podemos evitar un cierto grado de tracción, por
ejemplo, en las ventanas de cristal, debemos tener cuidado en mantener las tracciones bajas y
usar un coeficiente grande de seguridad.

Hablando de concentración de tensiones, debemos hacer notar que los efectos debilitantes no
están producidos exclusivamente por agujeros, grietas u otras deficiencias del material. Se pue
den también producir concentraciones de tensiones añadiendo material, si esto induce un
súbito aumento de rigidez. así, si colocamos un parche nuevo en la ropa vieja o una placa
gruesa para reforzar el fino costado de un barco de guerra, no conseguiremos nada bueno'.
la razón de esto es que las trayectorias de tensiones divergen igual en una zona que deforma
00, como un parche rígido, que en una zona que deforma demasiado, como un agujero.
Cualquier cosa que esté, por decirlo así, elásticamente fuera de escala con el resto de la
estructura produce concentraciones de tensiones y puede por tanto ser peligrosa.

Cuando intentamos "reforzar" algo añadiendo material, debemos tener cuidado de no hacer lo
en realidad más débil. Los inspectores de las compañías de seguros y los departamentos de
gobiernos que insisten en que sean reforzados" depósitos y otras estructuras añadiendo
chapas Watabones son a veces responsables, según mi experiencia, de los mismos accidentes
que pretende evitar.

La naturaleza evita las concentraciones de tensiones de este tipo y otras, bastante bien. Sin
embargo, se podría pensar que las concentraciones de tensiones deben ser importantes en la
ilugla ortopédica, especialmente cuando el cirujano fija una rígida prótesis metálica a un hueso
altivamente flexible.

En la fórmula de Inglis (p.63)L es la longitud de una grieta que comienza en la superficie del ls,
de la mitad de la longitud de una grieta interior.

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