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RESUMEN:
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INTRODUCCIÓN
1. Estado de la cuestión.
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1.4. La voluntad política expresada en el Pto. 1.3 enfatiza el carácter
democrático de la participación ciudadana para resolver los problemas
medioambientales. Sin embargo, este objetivo parece chocar frontalmente
con la evidencia de que la ACYT es pobre o inexistente en la gran
mayoría de la población, incluso en los países más desarrollados.
¿Por qué ocurre esto? En lo que sigue, tratamos de identificar aspectos
específicos de este problema desde el punto de vista individual, educativo y
social, y delineamos algunos de los intentos que existen desde diferentes
ámbitos para solucionarlo.
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2.2.2. Se han considerado cuatro razones personales básicas (con sus
correspondientes “beneficios”) para prestar atención a una información
dada:
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2.3. La matriz educativa: la ciencia y tecnología descontextualizadas
y elitistas.
2.4.1. Sin ánimo de querer hacer una homilía, parece bastante obvio que el
ambiente social no es especialmente propicio para fomentar el interés por la
ciencia. Entre otras cosas, tiende a valorarse lo efímero y lo que se logra sin
esfuerzo; lo que proporciona ganancias materiales independientemente de
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la formación personal (el clásico tener vs. ser); y las conductas
individualistas que evitan responsabilidades y compromisos (el “sálvese
quien pueda” y los free-riders), delegando las decisiones comunitarias en
otros.
3. Consecuencias.
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3.3. Por otra parte, cabe plantearse si el enfoque educativo tradicional
forma adecuadamente al segmento mayoritario de personas que no recibirá
formación universitaria. Generalmente ha habido un vínculo muy débil entre
el conocimiento recibido y el contexto de la vida diaria posterior. Esto
dificulta el aprendizaje significativo, por lo que el esfuerzo de alfabetización
se diluye. Más aún, se ha constatado que incluso los alumnos que cursan
estudios superiores en CYT sufren deficiencias serias en conceptos
elementales sobre la naturaleza de la ciencia y la investigación.
SOLUCIONES
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interrelacionadas, con virtudes y limitaciones; comprende conceptos
y principios clave en CYT; está familiarizado con la naturaleza y
reconoce su diversidad y unidad, y usa el conocimiento científico y
formas de pensamiento científico para propósitos individuales y
sociales.
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(a) La actividad tecnocientífica es un proceso social como cualquier otro; (b)
la actividad tecnocientífica tiene un impacto en la sociedad y la naturaleza,
y (c) la democracia es un elemento esencial y deseable en la organización
social. La conclusión es que debería promoverse la evaluación y el control
de la actividad tecnocientífica por parte de toda la ciudadanía.
Concreción en el currículo
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fuerza (social) del compromiso y de la evaluación crítica y reflexiva,
tanto de los contenidos del conocimiento CYT como de sus
consecuencias. Por ello, la reflexión tiende a centrarse en temas en
los que la ética está involucrada. Desde un punto de vista
pedagógico, la tradición pragmática permite conectar con los
intereses del alumnado y del profesorado (por lo que es muy
motivante), y se adapta relativamente bien a la organización y
secuenciación habitual de los cursos de CYT. Sin embargo, se corre el
peligro de generar un aprendizaje demasiado específico y efímero.
7.7. Como resumen, los contenidos generales de los proyectos CTS son los
siguientes:
• Aplicaciones de la ciencia.
• Artefactos tecnológicos.
• Procesos de diseño y producción tecnológica.
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7.8. Existen múltiples formas de concretar la aproximación CTS en un
currículo. P.e., se puede elaborar un currículo completo a través de las
coordenadas CTS, o introducir actividades CTS en las unidades de una
asignatura, o introducir unidades CTS sobre problemas específicos de
interés. Debemos enfatizar que el movimiento CTS no niega el
aprendizaje de conceptos científicos y tecnológicos convencionales;
más bien, ayuda a tratarlos de forma más integradora y significativa para el
alumnado, generalmente de forma transversal.
El contexto real
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a) Generalmente la gente no necesita tener un gran bagaje de
conocimientos conceptuales previos sobre CYT para comprender los
problemas a los que se enfrentan. Cuando existe una fuerte motivación
para implicarse es posible devenir “experto” en dicho problema (un ejemplo
claro lo tenemos en los padres que tienen hijos con enfermedades
crónicas). En definitiva, la gente aprende cuando lo necesita.
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7.13. Conviene recordar que la motivación de la gente de a pie para
intervenir en problemas locales presupone que su opinión cuenta a la hora
de tomar las decisiones. Está claro que si el problema se percibe como una
clara situación de riesgo personal o familiar, la gente se implicará, quieran o
no los políticos; sin embargo, si el problema tiene que ver con razones de
otro tipo, mucha gente se implicará sólo en la medida en que perciba que lo
que tiene que decir va a servir de algo.
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8. El punto de vista divulgativo.
8.1.2. La divulgación CYT tiene como objetivo esencial ser capaz de obtener
la información válida y relevante de cada tema en cuestión, y de utilizar las
herramientas de expresión y decodificación adecuadas para que los legos
entiendan dicha información. No obstante, hasta que puedan asentarse las
bases de una ACYT aceptable por medio de la educación reglada, la
divulgación CYT quizá debería asumir también un rol primordial a la hora de
educar a la población, sobre todo adulta. (Debe tenerse en cuenta la
urgencia de los problemas medioambientales y el hecho de que la mayoría
de la población adulta actualmente no posee una ACYT adecuada).
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considerarse un arte. Desde la iniciativa privada, la cantidad y calidad de la
oferta divulgativa depende de la demanda del público. Si la demanda es
escasa y mediocre (como todavía ocurre, p.e., en España) cabe esperar que
exista una oferta divulgativa endeble y orientada al sensacionalismo
adulterado y simplificador, donde se tiende más a crear mitos que a instruir
sobre el mundo que nos rodea. Este resultado sería la consecuencia de las
leyes del mercado de la información. Al final, la divulgación CYT tendría su
clientela (la gente ya motivada por este tipo de contenidos, que
generalmente posee ACYT) y no traspasaría la barrera que permite
universalizarla (es decir, predica para conversos).
8.2.2. Los grupos implicados en divulgación CYT son los científicos, los
tecnólogos y los profesionales de la comunicación. Diversos autores abogan
por un compromiso ético de todos para divulgar, pero está claro que
necesitan medios e incentivos públicos para motivarles.
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• En el caso de los profesionales de la comunicación, la estrategia se
define con una pregunta: ¿Cuántas universidades ofrecen la
enseñanza del periodismo científico? Muy probablemente, casi todos
los investigadores hemos tenido la experiencia de comprobar que una
cantidad de noticias e informaciones relacionadas con aspectos CYT
acaban siendo cubiertas por periodistas no especializados, que
escriben con buena fe y mal juicio. (Normalmente, el aspecto
“noticiable” de la información se deforma y simplifica hasta límites
insospechados). Si la ciencia y la tecnología son tan importantes para
los ciudadanos, y así lo declaran los gobiernos, éstos deben velar
porque los comunicadores estén preparados también para educar al
público.
8.2.3. Nos gustaría finalizar esta sección con un breve análisis de las
virtudes divulgativas de Stephen Jay Gould, que ha sido considerado como
uno de los mejores divulgadores científicos de las últimas décadas. Este
autor poseía: (a) una amplia formación humanística; (b) un gran talento
para explicar con claridad y sencillez sin adulterar el mensaje; (c) una gran
capacidad expresiva, que impregnaba de emoción y pasión sus escritos; (d)
una capacidad inusual de relacionar detalles insignificantes, a menudo muy
dispares, que captaban inmediatamente la atención del público (en ese
sentido, era muy “periodístico”); (e) un gran conocimiento de la historia,
que le permitía enraizar los conceptos científicos en su dimensión social,
política y cultural; (f) una gran intuición para tratar mensajes esenciales,
desgranados a partir de las anécdotas; (g) una gran honestidad e
implicación personal, que siempre reflejaba en sus escritos (no rehuía sus
prejuicios, sus filias y sus fobias; los declaraba explícitamente). En nuestra
opinión, los interesados en la divulgación CYT no deben pretender emular a
Gould (nos parece inclasificable), pero harían bien en analizar las razones
del éxito de su obra.
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ACYT Y NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN
9.4. Desde el punto de vista del ciudadano, existen ahora muchos menos
filtros a la información adquirible, de forma que, al menos en teoría, resulta
más difícil adoctrinar (o al menos adoctrinar en masa respecto a ideologías
únicas), pero es más fácil confundir. Pensemos, p.e., en que una búsqueda
en Internet, que ofrece multitud de fuentes de información no estructuradas
ni organizadas. La labor de organizar ya no proviene de un “ente” superior
(como un libro de texto), sino que recae sobre el receptor. Si recordamos el
problema de la economía de la atención, ¿qué escogerá el receptor, y
cuándo dejará de consultar más fuentes dentro del –a veces inmenso-
conjunto disponible?
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VEINTICINCO CUESTIONES PARA EL DEBATE:
1. Leed por favor los documentos breves que E.J. Sánchez y T. Escalas han
escrito en torno al documento introductorio de la Temática 1. ¿Estáis de
acuerdo en sus comentarios?
2. Existen diferencias de opinión sobre cómo debe ser la relación entre los
expertos y los ciudadanos. Dado que los expertos se supone que tienen
mayores competencias técnicas para resolver los problemas
medioambientales, hay quien piensa que deben tener un mayor peso a la
hora de tomar decisiones. Es el viejo problema del elitismo: ¿deberían
“valer igual” todas las opiniones para tomar decisiones en problemas con
alto contenido técnico? Si no es así, ¿cómo articular las diferentes voces en
un sistema de participación democrática?
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9. Una contraposición recurrente en la educación universitaria es la de
formar profesionales o formar “personas”. Por supuesto, no es absoluta (o
quizá ni siquiera hay contraposición), pero sí es cierto que la formación de
profesionales competentes en el mercado de trabajo puede entrar en
conflicto con el tipo de contenidos “globalizadores”, y el tiempo que se les
dedica (p.e., reflexionar sobre las bases filosóficas de la disciplina, o hacer
análisis de tipo actitudinal sobre problemas profesionales específicos, o
desarrollar una capacidad crítica genérica). ¿Crees que es necesaria una
aproximación CTS a nivel universitario, o es algo que el alumnado debería
trabajar en secundaria? Si crees que es necesaria, ¿cómo crees que podrían
compatibilizarse los contenidos conceptuales y procedimentales específicos
de cada carrera con los presupuestos de la CTS?
14. Teniendo en cuenta las dos tradiciones dentro del movimiento CTS (Pto.
7.6), ¿qué contenidos te parecen más importantes para alfabetizar
científicamente?
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16. En el Pto. 7.10 se afirma que existen diferencias entre una ACYT
“abstracta” y el tipo de ACYT que la gente usaría para enfrentarse a
problemas reales que le conciernen y donde debe participar. ¿Estás de
acuerdo? ¿Dónde ves las diferencias esenciales?
18. ¿Consideras que los investigadores tienen una cierta “obligación” ética
de divulgar directamente su trabajo a los no-expertos, o debería existir una
mediación por parte de los profesionales de la comunicación? ¿Debería ser
la divulgación científica evaluada en las carreras de investigación?
19. ¿De qué forma crees que se puede enseñar al alumnado para reconocer
la fiabilidad y credibilidad de las fuentes que consultan en Internet?
21. ¿En qué contextos realistas se espera que el público utilice su ACYT?
¿En las decisiones de política CYT? ¿En llevar un estilo de vida más
informado? ¿En asistir a eventos científicos? ¿En decidir desarrollar carreras
en CYT?
24. ¿Cómo ha sido la educación CYT que has tenido? ¿Puede relacionarse
con alguno de los planteamientos posibles de la CTS en educación?
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