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El Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología en el contexto de la

“Convocatoria nacional de investigación descolonial en materia de identidad


afrolatinoamericana y reparaciones de la esclavitud y la colonización de los pueblos afro”,
aprobó el proyecto “Reparaciones de la afrodescendencia en los Llanos de Venezuela”,
coordinado por Armando González Segovia, y donde participan Rosa Mujica Verasmendi,
Nolimar Suárez y Marco Molina.

El acto de comer en la modernidad tiene implicaciones culturales que tributan a la


colonialidad a través de sabores y el paladar, en palabras de Adolfo Albán. En la
alimentación se ha intentado silenciar y borrar la presencia africana, como mecanismo de
control bio-político fundamental, en la conformación de la subjetividad de la persona
moderna egoísta y egocéntrica, como lo plantea Juan Bautista Segales. Por ello, se niega la
herencia afrodescendiente de la alimentación.

En el caso de los Llanos de Venezuela, se encuentra, por ejemplo, los alimentos envueltos
en hojas de musáceas, ya sean plátanos o cambur, como las hallacas, así como una hecha de
pescado de río, denominada “sacuse”. La preparación de carne en tasajos, preservada seca o
salada, con la cual se elabora una sopa cortando en trozos pequeños la carne, junto a
verduras denominado “picadillo”, mientras otras veces a los pedazos de carne se le agrega
el arroz con frijol, ají, papelón, llamado “palo a pique”.

La sopa de tripas de panza de res y verduras o mondongo, el cual proviene del lugar de
África occidental, llamado “mondonga”. Los caldos con carnes y viandas (yuca, plátano,
ñame, papa, entre otras verduras), llamados ajiaco. El café, los sofritos, la polenta, la Flor
de Jamaica, el tamarindo, el guarapo, la patilla y los alimentos elaborados con coco, tales
como el arroz con coco y, la cafunga, por mencionar algunos.

En síntesis, la impronta afrodescendiente de la alimentación ha sido silenciada en los


llanos, al igual como se intenta borrar la memoria de los sabores y olores de la alimentación
tradicional comunitaria para entregarnos y subjetivar la alimentación del mercado.

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